The Dark Side of the Moon –en español: El lado
oscuro de la luna– es un álbum conceptual, el octavo de estudio
de la banda británica de rock progresivo Pink Floyd. Fue lanzado
el 1 de marzo de 1973 en los Estados Unidos y el 24 de marzo
del mismo año en el Reino Unido. Se estima que el álbum ha
vendido más de 45 millones de copias mundialmente. El álbum
está construido a partir de las ideas que Pink Floyd había
explorado en sus conciertos y anteriores grabaciones, pero
carece de las largas piezas instrumentales que caracterizaban
a los trabajos posteriores a la marcha en 1968 de su miembro
fundador, principal compositor y letrista, Syd Barrett. La
temática del álbum incluye el conflicto, la avaricia, el envejecimiento
y la enfermedad mental, este último inspirado, en parte, por
el deterioro mental de Barrett. El álbum se desarrolló como
parte de una futura gira de la banda, estrenándose en directo
varios meses antes de que siquiera hubieran comenzado las
grabaciones en el estudio. El nuevo material se fue refinando
a medida que avanzaba la gira, y fue grabado en dos sesiones
en 1972 y 1973 en los Abbey Road Studios de Londres. Pink
Floyd usó algunas de las técnicas de grabación más avanzadas
de la época, incluyendo grabaciones multipista y loops. En
varias de las pistas se usaron sintetizadores analógicos,
mientras que una serie de entrevistas con la banda y el equipo
técnico aparecen a lo largo del álbum en forma de citas filosóficas.
Alan Parsons fue el responsable de algunos de los aspectos
sónicos más innovadores del álbum, incluyendo la interpretación
no léxica de Clare Torry. Fue un masivo éxito comercial, este
llegó a lo más alto de la lista Billboard 200 durante una
semana, y permaneció en las listas 937 semanas (más de 19
años), siendo así el álbum que más tiempo ha permanecido en
listas de la historia musical. Con una estimación de ventas
de 45 millones de copias, siendo así el tercer álbum más vendido
en la historia de la música, tan sólo detrás de Thriller de
Michael Jackson y Back in Black de AC/DC, es uno de los álbumes
con mayores ventas del mundo y el más exitoso de Pink Floyd.
Ha sido remasterizado y reeditado en dos ocasiones, además
de haber sido versionado por varias bandas.
Del álbum se extrajeron dos sencillos: «Money»
y «Us and Them». Además de su éxito comercial, The Dark Side
of the Moon fue altamente aclamado por la crítica y es considerado
un trabajo seminal en la historia del rock, con muchas listas
y rankings considerándolo entre los mejores discos de todos
los tiempos. Continúa siendo el álbum más popular de la banda,
tanto entre sus seguidores como con la crítica especializada.
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Después del lanzamiento de Meddle, editado en
octubre de 1971, los miembros de la banda se reunieron en
diciembre de ese año para una gira por el Reino Unido,
Japón y Estados Unidos. Mientras ensayaban en Broadhurst Gardens,
Londres, tenían en perspectiva la inminente creación de un
nuevo álbum. En una reunión en casa del baterista Nick Mason
en Camden, el bajista Roger Waters propuso que el nuevo álbum
podría formar parte de la gira. La idea de Waters era que
el álbum tratara sobre cosas que «hacen enfadar a la gente»,
enfocándose en las presiones a las que se enfrentó la banda
por su estilo de vida y en los problemas mentales que tenía
el antiguo miembro y lider de la banda, Syd Barrett, quien
había sido el principal compositor y letrista de la banda
en sus primeros años. Ya habían explorado una idea similar
en The Man and the Journey, una pieza de música conceptual
que tocaron en sus conciertos de 1969. En una entrevista concedida
a la revista Rolling Stone, David Gilmour dijo: «Creo que
todos pensábamos —y Roger definitivamente lo pensaba— que
muchas de las letras que habíamos estado usando eran demasiado
indirectas. Definitivamente había una sensación de que las
palabras iban a ser muy claras y específicas».
En general, los cuatro miembros de la banda
estuvieron de acuerdo en que la idea de Waters de hacer un
álbum basado en una única temática era una buena idea. El
bajista y principal letrista Roger Waters, el guitarrista
David Gilmour, el baterista Nick Mason y el teclista Richard
Wright participaron en la composición y la producción del
nuevo material, algo poco habitual en los siguientes lanzamientos
de Pink Floyd. Waters grabó las primeras demos en su casa
de Islington, en un pequeño estudio de grabación que tenía
en un cobertizo ubicado en su jardín. Algunas partes del nuevo
álbum se extrajeron de material no usado previamente: el comienzo
de «Breathe» procede de un trabajo anterior de Waters y Ron
Geesin compuesto para la banda sonora de The Body; la estructura
básica de «Us and Them» se extrajo de una pieza original compuesta
para la película Zabriskie Point. La banda ensayó en un almacén
de Londres que pertenecía a The Rolling Stones, y después
en el Rainbow Theatre. Además, compraron material nuevo, incluyendo
nuevos altavoces, un sistema de PA, una mesa de mezclas de
28 canales con cuatro salidas cuadrafónicas y un sistema de
luces. Se transportaron nueve toneladas de material en tres
camiones: sería la primera vez que la banda giraba con un
álbum completo, pero les permitió refinar y mejorar el nuevo
material, que ya había recibido el nombre provisional de The
Dark Side of the Moon (más una alusión a los lunáticos que
a la astronomía).
Al descubrir que el título ya había sido utilizado
por otra banda, Medicine Head, fue temporalmente cambiado
a Eclipse. El estreno de Eclipse se hizo en The Dome de Brighton
el 20 de enero de 1972, aunque al comprobar que el álbum de
Medicine Head había sido un fracaso comercial, volvieron a
cambiar el título a The Dark Side of the Moon.

Actuación en vivo de The Dark Side of the Moon
en Earls Court en 1973. De izquierda a derecha: Dave Gilmour,
Nick Mason, Dick Parry, Roger Waters.
Dark Side of the Moon: A Piece for Assorted
Lunatics, como se conocía entonces, se tocó en presencia de
un grupo de periodistas el 17 de febrero de 1972 (más de un
año antes de su lanzamiento oficial en el teatro Rainbow)
con una muy buena acogida. Michael Wale de The Times describió
la pieza diciendo que «… trae las lágrimas a los ojos. ¡Está
tan llena de comprensión y a la vez de interrogantes musicales!»,
mientras que Derek Jewell de The Sunday Times escribió «La
ambición de la intención artística de Pink Floyd es enorme».
Melody Maker fue menos entusiasta: «Musicalmente, había grandes
ideas, pero los efectos de sonido a menudo me dejaban pensando
que estaba dentro de una jaula de pájaros en el zoo de Londres».
La posterior gira recibió una gran acogida por parte del público.
Se tocó el nuevo material en directo, en el mismo orden en
que después aparecería en el álbum, aunque con obvias diferencias
como la falta de sintetizadores en pistas como «On the Run»,
y la lectura de piezas de la Biblia en lugar de la voz de
Clare Torry en «The Great Gig in the Sky». La gira Dark Side
of the Moon Tour de 1972-1973 por Europa y los Estados Unidos
les dio la oportunidad de hacer mejoras en la calidad de los
temas.
Entre los conciertos de la gira, se comenzó
a hacer las sesiones de estudio; los ensayos comenzaron en
Inglaterra el 20 de enero, aunque en febrero la banda viajó
a Francia para grabar música para La Vallée, una película
francesa del director Barbet Schroeder. Después tocaron en
Japón y volvieron a Francia en marzo para completar el trabajo
en La Vallée. A esto siguieron actuaciones en Estados Unidos
antes de que la banda volviese a Londres para comenzar la
grabación del álbum, del 24 de mayo al 25 de junio. Después
de otra serie de conciertos en Europa y los Estados Unidos,
y la grabación en octubre de Pink Floyd: Live at Pompeii,
la banda retornó al estudio el 9 de enero de 1973 para completar
la grabación del álbum.
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The Dark Side of the Moon se construyó a partir
de experimentos hechos por Pink Floyd en conciertos y en grabaciones
previas, pero sin las extensas piezas instrumentales que,
según el crítico David Fricke, se habían convertido en una
característica de la banda desde la marcha del miembro fundador
Syd Barrett en 1968. El guitarrista David Gilmour, el músico
que reemplazó a Barrett, luego se refirió a estos instrumentales
como «ese rollo enrevesado de la psicodelia». Gilmour y Waters
citan al álbum Meddle de 1971 como un punto de inflexión hacia
lo que después sería el siguiente álbum. El álbum es conocido
por el uso de música concreta conceptual y letras filosóficas,
al igual que muchos otros trabajos de la banda. Cada cara
del álbum constituye una pieza continua de música. Las cinco
pistas de cada cara reflejan varios estados de la vida humana.
La música concreta es un género musical cuyos fundamentos
teóricos y estéticos fueron originados por Pierre Schaeffer
en los estudios de la radiodifusión francesa en 1929.
La música concreta está ligada a la aparición de dispositivos
que permitieron la descontextualización de un sonido fijándolo
en un soporte (en un principio analógico, como la cinta,
posteriormente digital, como el CD) con el fin de tratar
este sonido de manera separada y manipularlo cortándolo,
pegándolo, superponiéndolo y finalmente combinando los
sonidos resultantes de estas operaciones de alteración
en una estructura compleja y definitiva como una partitura
auditiva. En virtud de este proceso se habla también de
"música de sonidos fijados”, ya que el resultado de la
música concreta es su fijación en un soporte como la cinta
de casete, el CD o un archivo informático. Esta revolución
de sonidos hizo cambiar significativamente toda la estructura
convencional de la música, ya que la forma musical dada
al sonido de una puerta abriéndose pasó a tener la misma
importancia que la de una melodía tocada al violín. |
El álbum comienza y acaba con latidos de corazón;
explora la naturaleza de la experiencia del ser humano, y
según Waters, «la empatía». «Speak to Me» y «Breathe» juntos
hacen énfasis en los elementos mundanos y fútiles de la vida
junto con la siempre presente amenaza de la locura y la importancia
de vivir cada uno su propia vida: No tengas miedo a querer.
«On the Run», un instrumental guiado por sintetizadores, evoca
el estrés y la ansiedad que provoca el transporte moderno,
en particular el miedo de Wright a volar, llevando la trama
de la canción a un aeropuerto. «Time» se adentra en el modo
en el que el paso del tiempo puede controlar la vida de uno
y ofrece una vehemente advertencia a quienes desperdician
el tiempo agarrándose a los aspectos más mundanos de la vida.
A esta canción le sigue el tema del retiro hacia la soledad
y el refugio en la canción «Breathe (Reprise)». La primera
parte del álbum termina con «The Great Gig in the Sky», una
sentida metáfora sobre la muerte. Abriendo con el sonido de
una caja registradora y el ruido de monedas, la primera pista
de la cara B, «Money», se mofa de la avaricia y el consumismo,
con una letra irónica y efectos de sonido relacionados con
la riqueza. «Money» ha sido la pista de más éxito comercial
del álbum y ha sido versionada por varias bandas desde entonces.

La banda experimentó con un EMS VCS 3 en varias
de las canciones del álbum, como «Brain Damage» y «Any Colour
You Like».
«Us and Them» habla del etnocentrismo y del
conflicto y del uso de dicotomías simples para describir las
relaciones personales. Siguiendo un ritmo similar al de Breathe,
pero más veloz y con un aura de Funk, hace presencia «Any
Colour You Like», un instrumental que, mediante sus melodías
psicodélicas, ofrece cierta seguridad y alegría, logrando
liberar las tensiones que dejó su tema antecesor. Seguido
de este, realiza su introducción la canción «Brain Damage»,
que trata sobre la enfermedad mental resultante de poner la
fama y el éxito por encima de las necesidades de uno mismo.
En particular el verso «And if the band you're in starts playing
different tunes» («y si la banda en la que estás comienza
a tocar distintas melodías») refleja el estado mental del
antiguo miembro de la banda Syd Barrett. El álbum acaba con
«Eclipse», que propugna los conceptos de la alteridad y unidad,
a la vez que fuerza al oyente a reconocer los rasgos comunes
de los seres humanos.
El álbum se grabó en los Estudios Abbey Road,
en dos sesiones, entre mayo de 1972 y enero de 1973. A la
banda se le asignó como jefe técnico a Alan Parsons, que ya
había trabajado como asistente de grabación en Atom Heart
Mother, y que había ganado experiencia como ingeniero de sonido
en los álbumes de The Beatles Abbey Road y Let It Be. Las
sesiones de grabación se llevaron a cabo con las técnicas
más sofisticadas de la época. El estudio era capaz de hacer
mezclas de dieciséis pistas, cosa que ofrecía un gran nivel
de flexibilidad, aunque la banda llegó a usar tantas pistas
que para hacerlo posible se tuvieron que hacer segundas copias
de las cintas. Dando comienzo el 1 de junio, la primera pista
en grabarse fue «Us and Them», seguida seis días después por
«Money». Waters había creado varios efectos de sonido en forma
de loops sobre objetos relacionados con el dinero, incluyendo
monedas lanzadas dentro de un cuenco. Estos loops se regrabaron
cuando la banda decidió grabar una mezcla cuadrafónica del
álbum (Parsons ha expresado su descontento con el resultado
de esta mezcla, debido a la falta de tiempo y la falta de
grabadoras multipista). Las siguientes pistas en ser grabadas
fueron «Time» y «The Great Gig in the Sky», seguidas de un
descanso de dos meses durante los cuales la banda pasó tiempo
con la familia y se preparó para una nueva gira por Estados
Unidos. Las sesiones de grabación sufrieron varias interrupciones;
Roger Waters, seguidor del Arsenal F.C., a menudo cortaba
las grabaciones para ir a ver jugar a su equipo y a menudo
hacían un descanso para ver Monty Python's Flying Circus en
la televisión, dejando a Parsons trabajando con el material
disponible.
Sin embargo, Gilmour ha refutado estas afirmaciones;
en una entrevista de 2003 dijo: «A veces los veíamos, pero
cuando estábamos muy ocupados seguíamos con el trabajo». Al
regresar de Estados Unidos en enero de 1973, grabaron «Brain
Damage», «Eclipse», «Any Colour You Like» y «On the Run»,
a la vez que afinaban el trabajo que ya tenían hecho de las
sesiones previas. Para cantar en «Brain Damage», «Eclipse»
y «Time» se contrató a cuatro cantantes femeninas, y para
tocar el saxofón en «Us and Them» y «Money» se contrató a
Dick Parry. La banda filmó metraje en el estudio de grabación
con el director Adrian Maben para Pink Floyd: Live at Pompeii.
Una vez completadas las grabaciones de estudio, la banda comenzó
una gira por Europa.

Entrada principal a los Estudios Abbey Road.
A nivel instrumental, el álbum es conocido por
los efectos de sonido metronómicos en la canción «Speak to
Me», y los loops en la apertura de «Money». Nick Mason, responsable
de la mayoría de los efectos de sonido usados en la discografía
de Pink Floyd, recibió una inhabitual acreditación como único
compositor de «Speak to Me». La pista sirve como introducción,
compuesta a base de cross-fades (efecto utilizado para montar
una pieza sobre otra, bajando el volumen de la primera a medida
que se sube el de la segunda) realizados con elementos de
otras piezas del álbum. Mason creó una primera versión en
su casa, antes de completarlo en el estudio. Para aumentar
la construcción del efecto, se sirvieron de un acorde de piano,
grabado al revés, que da lugar a la introducción de «Breathe».
Los efectos de sonido de «Money» se crearon empalmando las
grabaciones caseras de monedas tintineantes de Waters, sonidos
de papeles rotos, el sonido de una caja registradora y el
ruido de una calculadora para crear un loop de 7 pulsaciones
(después adaptado a cuatro pistas para crear un efecto de
«walk around the room» [pasear por el recinto y escuchar todo
de forma uniforme] en la versión cuadrafónica del álbum).
En algunos momentos la experimentación sónica
del álbum requirió que todos los ingenieros y miembros de
la banda operasen los reguladores de sonido de la mesa de
mezclas de forma simultánea para mezclar las complicadas grabaciones
multipista de varias de las canciones (en particular «On the
Run»). Junto a la instrumentación convencional de rock, Pink
Floyd añadió sintetizadores a su sonido. Por ejemplo, experimentaron
con un EMS VCS 3 en «Brain Damage» y «Any Colour You Like»,
y un Synthi A en «Time» y «On the Run». También crearon y
grabaron sonidos poco convencionales: un ingeniero asistente
corriendo por la sala de reverberación del estudio (en «On
the Run») o un bombo especialmente tratado para simular la
frecuencia cardíaca de un ser humano (en «Speak to Me», «On
the Run», «Time» y «Eclipse»). Este sonido es muy distinguible
en la intro y el outro del álbum, aunque se puede oír también
de forma esporádica en otras pistas: las canciones «Time»
y «On the Run» tienen este ruido sordo. Los ruidos de relojes
haciendo tic-tac y después marcando las horas de forma simultánea
(en «Time») los creó Parsons inicialmente como prueba del
sistema cuadrafónico. Parsons grabó cada sonido en una tienda
de relojes antiguos, y aunque el material no se había creado
específicamente para el álbum, finalmente se usó, junto a
una serie de rototoms (tipo de timbal).

Varias pistas, entre otras «Us and Them» y «Time»,
son reconocibles por la habilidad que muestran Richard Wright
y David Gilmour a la hora de armonizar sus respectivas voces.
En The Making of The Dark Side of the Moon, un documental
en DVD de 2003 sobre la elaboración del álbum, Roger Waters
lo atribuye al hecho de que ambas voces son extremadamente
similares. Para tomar provecho de esto, Parsons perfeccionó
el uso de otras técnicas de estudio como el doubletracking
de las voces y de las guitarras, y otras multipistas vocales
que permitían a Gilmour armonizarse consigo mismo. También
utilizó efectos flanger y phaser en voces e instrumentos,
artimañas utilizando reverb y el desplazamiento de sonidos
entre canales (muy audible en la mezcla cuadrafónica de «On
the Run», cuando el sonido de un órgano Hammond B3 saliendo
de un altavoz Leslie gira rápidamente alrededor del oyente).
En los créditos del álbum aparece Clare Torry,
una cantante de sesión y compositora, habitual en los estudios
Abbey Road. Previamente había trabajado en material de música
pop y en varios álbumes de versiones, y después de oír uno
de esos álbumes Parsons la invitó al estudio para cantar en
«The Great Gig in the Sky». Torry rechazó la oferta porque
quería ver a Chuck Berry, que tocaba en el Hammersmith Odeon,
aunque quedó en pasarse por allí el domingo siguiente. Los
miembros de la banda le explicaron el concepto que había detrás
del álbum, pero fueron incapaces de explicarle lo que debía
hacer exactamente. Gilmour estaba a cargo de la sesión, y
en unas pocas tomas breves, un domingo por la noche, improvisó
una melodía sin letra para acompañar el emotivo solo de piano
de Richard Wright. Inicialmente, Torry se sentía avergonzada
por su exuberancia dentro de la cabina de grabación, y quiso
disculparse ante la banda, para encontrarse después que estaban
encantados con el resultado.
Posteriormente, se editaron sus tomas para
producir la versión que se usó en la pista. Se le pagaron
£30 por su colaboración. En 2004, Torry demandó a EMI y Pink
Floyd por regalías de composición, reclamando que coescribió
«The Great Gig in the Sky» junto al teclista Richard Wright.
Los tribunales de justicia del Reino Unido llegaron a la conclusión
de que Torry estaba en lo correcto, aunque el acuerdo económico
al que llegaron nunca llegó a salir a la luz pública. Todas
las ediciones posteriores a 2005 de «The Great Gig in the
Sky» acreditan la canción a Wright y Torry. Parte distinguible
del álbum son los trozos de grabaciones de voces entre la
música o encima de la misma. Durante las sesiones de grabación,
Roger Waters reclutó al personal y ocupantes del estudio para
contestar a una serie de preguntas impresas en tarjetas. Se
colocó a los entrevistados frente a un micrófono en una cabina
del estudio oscura, donde se les mostraban las tarjetas con
preguntas como «¿cuál es tu color favorito?» o «¿cuál es tu
plato favorito?», antes de pasar a preguntas más enfocadas
al tema central del álbum (como la locura, la violencia o
la muerte). Las respuestas se contestaban en el mismo orden
que se hacían las preguntas, provocando respuestas sorprendentes.
La pregunta «¿cuál fue la última vez que fuiste violento?»
era seguida inmediatamente por la de «¿tenías razón?» La grabación
de la entrevista al road mánager Roger «The Hat» Manifold
fue la única que se hizo de forma convencional, ya que en
su momento la banda no le pudo localizar, y para cuando lo
consiguieron ya no encontraban las tarjetas. Cuando se le
preguntó sobre el último momento violento que había tenido
con otro conductor, Manifold contestó «… le di un golpe rápido,
corto y fuerte …», y cuando se le preguntó sobre la muerte
dijo «vive para hoy, mañana ya no estás, ese soy yo …».

Sesión de mezclas. Alan Parsons y Pink
Floyd en Abbey Road studios, 1972.
Otro técnico, Chris Adamson, en el momento
se encontraba de gira con Pink Floyd y grabó la explícita
diatriba que abre el álbum: «He estado cabreado muchos jodidos
años: realmente muchos años». El road mánager de la banda
Peter Watts (padre de la actriz Naomi Watts) contribuyó con
las risas que aparecen en «Brain Damage» y «Speak to Me».
El monólogo sobre «geezers who were cruisin' for a bruisin»
(«colgados que patrullaban en busca de recibir moratones»)
fue obra de la segunda mujer de Peter, Puddie (diminutivo
de Patricia) Watts. Las respuestas: «Y yo no tengo miedo a
morir, cualquier momento es bueno, no me importa. ¿Por qué
debería tener miedo a morir?, no hay razón para ello, algún
día hay que marcharse» (que aparece en «The Great Gig in the
Sky») y las palabras finales: «en realidad no hay ningún lado
oscuro de la luna..., de hecho, toda es oscura» (encima de
las pulsaciones en «Eclipse») son del portero irlandés de
los estudios, Gerry O'Driscoll. También se entrevistó a Paul
y Linda McCartney, aunque sus respuestas no llegaron a incluirse
en el álbum. Henry McCullough, colega de McCartney en la banda
de éste, contribuyó con la famosa frase «I don't know, I was
really drunk at the time» («no lo sé, estaba realmente borracho
en ese momento»), que aparece entre «Money» y «Us and Them».
Después de terminar las sesiones de entrevistas,
contrataron al productor Chris Thomas para aportar «un par
de orejas frescas». El pasado de Thomas era más musical que
de ingeniería. Había trabajado con el productor de The Beatles,
George Martin, y era conocido del mánager de Pink Floyd, Steve
O'Rourke. Los cuatro miembros de la banda tenían posiciones
encontradas en cuanto a la forma de mezclar el álbum. Waters
y Mason preferían una mezcla «seca» y «limpia», haciendo más
uso de los elementos no musicales, pero Gilmour y Wright preferían
una mezcla más sutil y con «eco». Thomas dijo después que
no existían tales desacuerdos, diciendo «no había diferencias
de opinión entre ellos, no recuerdo a Roger diciendo ni una
vez que quería menos eco. De hecho, no dejaron ninguna pista
sobre que después se fueran a enfadar entre ellos. Había una
atmósfera muy creativa. Muy divertida». Aunque la verdad aún
no se conoce, la intervención de Thomas resultó en un compromiso
entre Waters y Gilmour, dejando a ambos totalmente satisfechos
con el resultado final. Thomas fue responsable de varios cambios
significativos en el álbum, incluyendo el eco usado en «Us
and Them». También estuvo presente en la grabación de «The
Great Gig in the Sky» (aunque Parsons fue el responsable de
contratar a Torry). Roger Waters dijo en una entrevista de
2006, cuando se le preguntó si sus metas se habían cumplido
en el estudio:
Cuando se terminó el álbum me llevé una copia
a casa y se la puse a mi mujer. Recuerdo que comenzó a llorar
cuando acabó. Y pensé, «esto obviamente ha tocado una fibra
sensible de alguna manera» y me sentí bastante satisfecho.
Sabes cuando has hecho algo, ciertamente si has creado una
pieza musical, lo oyes con oídos nuevos cuando se la pones
a otra persona. Y en ese punto pensé para mí, ¡Guau!, esto
es un trabajo bastante completo», y tuve confianza en que
la gente respondería.

David Gilmour en el mítico Estudio 3
de Abbey Road, 1975.
El álbum se publicó inicialmente en formato
de vinilo con una carpeta desplegable diseñada por Hipgnosis
y George Hardie, la cual mostraba un prisma refractando luz
en su portada. El grupo Hipgnosis diseñó varias de las portadas
de los álbumes previos de la banda, con resultados controvertidos;
EMI no quedó satisfecha al ver las portadas de Atom Heart
Mother y Obscured by Clouds, ya que esperaban diseños más
tradicionales que incluyesen rótulos y palabras, pero los
diseñadores Storm Thorgerson y Aubrey Powell pudieron ignorar
las críticas, dado que la banda les contrataba. Para The Dark
Side of the Moon Richard Wright les pidió que le presentaran
algo «más elegante, con más clase». El diseño del prisma se
inspiró en una fotografía que Thorgeson había visto en una
sesión de brainstorm (lluvia de ideas) a la que asistió con
Powell. El diseño corrió a cargo de George Hardie, empleado
de Hipgnosis. La compañía de arte le ofreció a los miembros
de la banda a elegir entre un total de siete diseños, pero
los cuatro coincidieron en que el diseño del prisma era de
largo el mejor. El diseño del prisma representa tres elementos;
la iluminación en los conciertos de la banda, las letras del
álbum y el deseo de Richard Wright de crear una portada más
«sencilla y pulcra». El espectro de luz continúa por el desplegable
antes de volver a unirse en otro prisma en la contraportada,
una idea de Roger Waters. Añadido al poco tiempo, el diseño
del desplegable también contiene la representación del latido
de corazón empleado a lo largo del álbum, mientras que la
idea de incluir otro prisma en la contraportada fue de Thorgeson,
con el objetivo de facilitar la disposición del álbum en las
tiendas de música. La banda de luz que emana del prisma en
el álbum tiene seis colores, dejando fuera el índigo en comparación
con la tradicional división del espectro en rojo, naranja,
amarillo, verde, azul, añil y violeta. Un prisma normal mostraría
un espectro continuo sin límites definidos entre un color
y el siguiente. Dentro de la carpeta desplegable venían dos
pósteres, uno de ellos con fotografías de la banda en concierto
con el texto PINK FLOYD roto y las piezas esparcidas, y el
otro con una imagen de las Pirámides de Guiza tomada por Powell
y Thorgeson con una película infrarroja. También incluía una
hoja con pegatinas de las pirámides. VH1 posicionó la portada
en el cuarto lugar de su lista de las mejores portadas de
todos los tiempos en 2003, y en 2009 los seguidores de la
emisora de radio británica Planet Rock lo votaron como la
mejor de todos los tiempos.
Desde la partida del miembro fundador Barrett
de la banda en 1968, la carga de la composición de las letras
recayó, mayoritariamente, en Waters. Por tanto se le acredita
como el compositor de las letras del álbum, haciendo The Dark
Side of the Moon el primero de cinco álbumes consecutivos
de Pink Floyd en acreditarlo exclusivamente como letrista.
La banda se encontraba tan confiada con la calidad de las
letras que, por primera vez, decidieron añadirlas dentro del
LP en forma de texto. Cuando se le preguntó en 2003 si su
papel en el álbum fue «organizar [las] ideas y estructuras»
y el de David Gilmour «la música», Waters respondió:
Eso es una estupidez. No hay duda de que Dave
necesita un vehículo para sacar lo mejor de su guitarra. Y
es un gran guitarrista. Pero la idea que ha intentado propagar
a lo largo de los años de que él es más musical que yo es
una verdadera tontería. Es un concepto absurdo, aunque la
gente parece contenta creyéndolo.

Richard Wright en Abbey Road Studios, 1972.
A excepción de Wright, la banda boicoteó la
presentación a la prensa en el London Planetarium del 27 de
febrero, ya que la mezcla cuadrafónica no estaba acabada.
A los invitados se les recibió con un cuarteto de recortes
de cartón de tamaño real de la banda, mientras que la mezcla
estereofónica del álbum se lanzó a través de un equipo de
PA de mala calidad. De todas maneras, en general, la prensa
se mostró entusiasmada; Roy Hollingworth de Melody Maker describió
la Cara A como: «... tan completamente confundida consigo
misma que era difícil seguirla», aunque pasó a alabar la Cara
B, escribiendo: «las canciones, los sonidos, los ritmos eran
sólidos y firmes, el saxo apareció, la banda rockanroleó,
para después desaparecer en la noche».
Steve Peacock de Sounds escribió «No me importa
si no has oído una nota de la música de Pink Floyd en tu vida,
recomendaría sin reservas a todo el mundo The Dark Side of
the Moon ...» En su reseña de 1973 sobre el álbum para la
revista Rolling Stone, Lloyd Grossman escribió: «un gran álbum
con una riqueza de textura y concepto que no solo invita,
sino que exige involucrarse».
The Dark Side of the Moon se lanzó en Estados
Unidos el 1 de marzo de 1973, y después en el Reino Unido
el 24 de ese mismo mes. Se convirtió inmediatamente en un
éxito de ventas en el Reino Unido y Europa Occidental; para
el mes siguiente, había recibido el disco de oro tanto en
Estados Unidos como el Reino Unido. Durante marzo de 1973
la banda tocó el álbum como parte de su gira estadounidense,
incluyendo una actuación a medianoche en el Radio City Music
Hall de Nueva York el 17 de marzo. El plato fuerte consistió
en un avión lanzado desde el fondo del recinto al final de
«On the Run», estrellándose en el escenario entre humo naranja,
ante los 6.000 espectadores que asistieron a la actuación.
El álbum llegó al puesto número uno de la lista de álbumes
Billboard el 28 de abril de 1973, obteniendo tanto éxito que
retornaron dos meses después para hacer otra gira.
Gran parte del tempranero éxito del álbum en
los Estados Unidos se debió a su discográfica en ese país,
Capitol Records. El recién asignado presidente de la compañía,
Bhaskar Menon, intentó por todos los medios mejorar las pobres
ventas del álbum de estudio previo de Pink Floyd, Meddle.
Mientras tanto, desencantados con Capitol, la banda y su mánager
O'Rourke habían estado negociando con Columbia Records, específicamente
con el presidente de la CBS Clive Davis. The Dark Side of
the Moon era el último álbum que estaban obligados a lanzar
antes de quedar libres de contrato y poder firmar con otra
compañía. El entusiasmo de Menon fue tan grande que se encargó
de hacer una gran campaña de promoción del álbum, incluyendo
versiones truncadas de «Us and Them» y «Time» para las emisoras
de radio. En algunos países, especialmente el Reino Unido,
Pink Floyd no había lanzado un sencillo desde «Point Me at
the Sky» de 1968, y excepcionalmente se lanzó «Money» como
sencillo el 7 de mayo, con «Any Colour You Like» como Cara
B. Llegó al puesto número trece de la lista Billboard Hot
100 en julio de 1973. Se envió a las emisoras de radio una
versión promocional con mezclas en mono y estéreo con etiquetas
blancas. En el lado de la versión mono se retiró la palabra
«bullshit» («mierda») de la canción, dejando solo «bull»,
sin embargo la versión estéreo contenía la versión sin censurar.
Posteriormente esto se intentó subsanar; se mandó un reemplazo
a las emisoras junto a una nota que advertía a los disc jockeys
que eliminaran la primera copia sin censurar que habían recibido.
El 4 de febrero se lanzó «Time», con «Us and Them» como Cara
B. Sin embargo, los esfuerzos de Menon por renovar el contrato
discográfico con Pink Floyd fueron en vano; a principios de
1974, la banda firmó con Columbia y recibió un adelanto de
un millón de dólares (en el Reino Unido y Europa continuaron
con su contrato con Harvest Records).

Alan Parsons metido en faena.
El éxito del álbum trajo una riqueza nunca vista
a los cuatro miembros de la banda; Richard Wright y Roger
Waters se compraron grandes casas de campo, y Nick Mason se
convirtió en coleccionista de coches de lujo. Además, parte
de los beneficios se invirtieron en la producción de Monty
Python and the Holy Grail. Gracias a la producción, Alan Parsons
consiguió una nominación al premio Grammy al «álbum con mejor
ingeniería de sonido» en 1973, y pasó a tener su propia carrera
como artista. Waters y Gilmour a menudo han menospreciado
su contribución en el éxito del álbum, aunque Mason ha alabado
su papel en el mismo. En 2003 Parsons reflexionó diciendo:
«Creo que todos ellos creen que conseguí mantenerme el resto
de mi carrera gracias a Dark Side of the Moon, cosa que tiene
cierta parte de verdad. Pero de vez en cuando despierto, frustrado
por el hecho de que han ganado incontables millones y mucha
de la gente involucrada en el álbum no».
El perdurable legado de The Dark Side of the Moon se
encuentra en su influencia en la música moderna, los músicos
que han hecho versiones de sus canciones, e incluso en
mitos urbanos. Su lanzamiento es, a menudo, visto como
un punto simbólico en la historia de la música rock, y,
en ocasiones, se han buscado similitudes entre Pink Floyd
y Radiohead, en especial su álbum de 1997 OK Computer,
al que se le ha llamado The Dark Side of the Moon de los
años 1990, ya que ambos álbumes tienen algo en común:
la pérdida de la habilidad creativa de un individuo para
seguir funcionando en el mundo moderno. |
The Dark Side of the Rainbow y The Dark Side
of Oz son nombres que se usan para definir los rumores lanzados
por Internet, que existen al menos desde 1994, que dicen que
Dark Side of the Moon se hizo con la idea de servir como banda
sonora de la película El Mago de Oz (1939). Los observadores
que han puesto la película y el álbum de forma simultánea
dicen que aparentemente hay sincronías, como cuando Dorothy
comienza a correr y la banda comienza a cantar «no one told
you when to run» («nadie te dijo cuándo comenzar a correr»).
Tanto David Gilmour como Nick Mason han negado la conexión
entre las dos obras, mientras que Roger Waters ha descrito
los rumores como «divertidos». Alan Parsons ha asegurado que
la película ni siquiera llegó a mencionarse durante la producción
del álbum.

Richard Wright, Roger Waters, Nick Mason y David Gilmour
le mostraron al mundo el resultado de su más productivo
experimento. No estaban solos, el ingeniero Alan Parsons
hizo de piloto de la nave hacia la luna, logrando un
sonido vanguardista que ha sobrevivido la prueba del
tiempo. The Dark Side of the Moon, uno de los grandes
álbumes conceptuales de los años 70, es una joya cuyo
valor sigue en alza.
Existen obras inmejorables. Piezas de colección de
esas que estaríamos orgullosos de mostrarle a un amigo
alienígena como prueba de la inteligencia y el sentimiento
de la especie humana. Una de ellas fue producto de una
serie de eventos cósmicos que ocurrieron entre junio
de 1972 y enero de 1973 en los estudios Abbey Road de
Londres, pertenecientes a EMI, los mismos en los que
The Beatles intentaron construir cinco años antes lo
que se reconoce junto con el Pet Sounds de The Beach
Boys como uno de los primeros intentos de realizar un
álbum conceptual. A pesar de los alcances de su contenido
y de la inagotable influencia que representan las innovaciones
que lo generaron, Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band
(1967) no fue ese LP soñado que, lejos de presentar
un puñado de canciones inconexas, ofrece un relato con
principio, desarrollo y fin, con nudos que plantean
problemas existenciales. La gema con esas características
llegó un poco después, gracias a unos jóvenes que curiosamente
trataron de husmear y no pudieron, ante la negativa
de McCartney para ver cómo trabajaban los ídolos de
Liverpool.
Pink Floyd todavía vivía la época de despecho posterior
a Syd Barrett, líder carismático, bien parecido y talentoso
que llevaba el timón en los primeros años de la banda.
Pero el músico, consumido en sustancias alucinógenas
y trastornos psicóticos, fue sustituido, primero momentáneamente
para una gira y luego de manera definitiva, por el guitarrista
David Gilmour, quien depositó en la mezcla las gotas
de un ingrediente distintivo enraizado en el blues y
construido sobre la base de escalas pentatónicas. Se
cree que la idea del octavo disco surgió en casa del
baterista Nick Mason, donde se acordó escribir canciones
sobre fuentes de estrés de la vida moderna. Roger Waters,
bajista y letrista que había asumido el liderazgo, tomó
notas para crear los versos. Y Richard Wright captó
el concepto para dibujar capas sonoras que resultarían
fundamentales en la obra.

The Dark Side of the Moon fue editado
en Estados Unidos el 1° de marzo de 1973 y en Reino
Unido un par de semanas después. No solo convenció a
la movida subterránea y a una creciente base de fans
que seguía a la agrupación como un fenómeno de culto.
El álbum, cuya carátula fue creada por el diseñador
y amigo del grupo Storm Elvin Thogerson, se abrió paso
en el mainstream: con más de 50 millones de ejemplares,
es uno de los discos más vendidos de todos los tiempos,
un logro indiscutible para un trabajo expresionista
desconectado del pop y sus postulados.
Alan Parsons, precoz ratón de estudios,
llevaba en su palmarés el dato rimbombante de haber
laborado como ingeniero de sonido en Abbey Road y Let
It Be, las últimas dos producciones de The Beatles.
Se unió al cuarteto como apoyo técnico y sus ideas fueron
determinantes en el resultado. No solo porque fue quien
invitó a Clare Torry, sino porque su trabajo le aportó
parte de la dimensión espacial a una obra en la que
predominó la guitarra de Gilmour y también su voz, porque
Waters solo cantó en los últimos dos temas.
The Dark Side of The Moon no es un disco
para festejar ni para consumir en una experiencia grupal.
El manual de uso, como los mismos creadores lo sugirieron
en su momento, propone la inmersión a través de los
audífonos. «Creo que cuando estuvo listo, todos pensamos
que era lo mejor que habíamos hecho hasta la fecha»,
dijo Nick Mason. «Todos estábamos complacidos porque
era cinco veces mejor que Meddle (1971), ocho veces
mejor que Atom Heart Mother (1970) y además se vendió.
No solo era un buen álbum, sino que se había creado
en el lugar y momento adecuado».
Pink Floyd logró capturar la atención
de los críticos, cosa que había estado haciendo en sus
trabajos anteriores. Pero esta vez convirtió un disco
temático, de ideas profundas y soluciones musicales
complejas, en un éxito comercial. La revista Rolling
Stone y su staff de votantes le dio, de acuerdo con
una reciente lista, la casilla 43° entre los 500 mejores
álbumes de la historia. «Money» es un ejemplo de osadía
y, al mismo tiempo, de cómo cautivar a grandes audiencias
con ideas frescas. Los éxitos radiales generalmente
se escriben con fórmulas más sencillas. Por ejemplo,
el rock n’ roll trabaja sobre un compás de 4 por 4.
Pero ellos escribieron una reflexión acerca del dinero
y el vacío espiritual en 7 por 4, con una duración superior
a los 6 minutos para los extensos solos de guitarra
y saxo. Se cree que las diferencias entre Gilmour y
Waters, quien dejó el grupo en 1985, comenzaron en aquellas
sesiones. Pero la época dorada continuaría en Wish You
Were Here (1975) y Animals (1977). Luego llegó The Wall
(1979), que para fans y críticos lucha por el sitial
de mejor disco de la banda.
Pero siempre ha tenido que vérselas con
aquel prisma que Pink Floyd le dio a la humanidad hace
47 años.
En 1967, ambos conjuntos coincidieron
en los estudios Abbey Road de Londres grabando los respectivos
discos con los que sacudirían la escena musical de los
60. El encuentro fue frío, pero dejó entrever la admiración
mutua de dos de las mayores instituciones del pop británico.
La noche que el Sargento Pimienta unió a Pink Floyd
y The Beatles.

Una recepción, con su escritorio y un
encargado de recibir llamadas y estar atento al citófono.
Eso era lo que a principios de 1967 separaba el trabajo
de The Beatles y Pink Floyd. Algo tan inadvertido como
el puesto de un conserje era el pequeño espacio de Abbey
Road que distanciaba a dos bandas fraguando sus obras
maestras de la década dorada: mientras los Fab Four
ocupaban el estudio 2 para dar forma a Sgt. Pepper's
Lonely Hearts Club Band, sus compatriotas estaban en
el estudio 3 armando lo que sería su debut, The Piper
at the Gates of Dawn.
La noche del 21 de marzo de ese año, los
Floyd, encabezados por el cantante Syd Barrett, le solicitaron
a su productor, Norman Smith, arreglar un encuentro
con los chicos de más al lado, bajo el propósito de
compartir opiniones y, por sobre todo, ver en qué consistía
el verdadero laboratorio de experimentación en que el
cuarteto había convertido su trabajo en estudio. Contaban
con un punto a su favor: Smith era un antiguo ingeniero
de sonido del sello EMI y había trabajado con los propios
Beatles hasta Rubber Soul (1965).
Pese a ello, los trámites previos no fueron
simples. Smith se acercó al productor de los Fab Four,
George Martin, para solicitarle que la reunión sucediera
esa misma noche. Pero el llamado "quinto Beatle" lo
escuchó con cierta indiferencia y le dijo que primero
debía conversarlo, ya que no quería interrumpir a sus
dirigidos, encerrados desde hace semanas en una espiral
creativo que no dejaba espacio a los recreos, los tiempos
muertos o las miradas ajenas. Era la fama que se habían
ganado hasta ese punto de su trayectoria: les incomodaba
la presencia de extraños en sus grabaciones, siempre
pensadas como un cuartel hermético e inexpugnable. Por
lo demás, ese día de marzo, estaban dando los toques
finales a "Getting better" y "Lovely Rita", dos composiciones
ricas en detalles y trucos técnicos.
Pese a todo el panorama adverso, Martin
le dijo a su colega: "Vuelve en un rato más, veré qué
hago". Y lo hizo. Cerca de las 11 de la noche del 21
de marzo, llegó hasta el estudio 2 junto a los cuatro
miembros de Pink Floyd, quienes saludaron de modo amable
y protocolar a sus pares, apenas intercambiando un par
de palabras sin demasiada sustancia. El más amable de
todos fue Paul McCartney. Pero no sólo por un asunto
de relaciones públicas, la especialidad de la casa:
Macca había conocido a los hombres de Barrett en la
temporada anterior, en octubre de 1966, cuando los vio
en el club UFO de Londres y se declaró impactado con
su performance.
Tras ello, el 21 de febrero del 67, justo
un mes antes que ambas agrupaciones estrecharan sus
manos, el bajista fue a darles una suerte de bienvenida
a los Floyd como nuevos inquilinos de Abbey Road, ya
que justo en esa jornada comenzaron a grabar The Piper
at the Gates of Dawn. Según agrega el libro Vida y milagro
de Sgt. Pepper's, de Clinton Heylin, Paul también habría
conversado por iniciativa propia con los ejecutivos
de EMI para que contrataran a Pink Floyd, ya que durante
un tiempo se mostraron poco confiados de que una propuesta
anclada en la experimentación y en la psicodelia más
extrema pudiera tener algún rédito comercial.
Por su parte, John Lennon fue el más ausente
en esa reunión de 1967. Sólo horas antes se había tomado
una tableta de ácido, por lo que estaba en pleno trance,
prácticamente inhabilitado para poder mantener una conversación
normal. Cosas del destino y de la música: esa noche,
Syd Barrett, el hombre que frió su cerebro en LSD hasta
la locura y que se perpetuó como sinónimo del artista
derrotado por las drogas, ese día cumplió el rol del
tipo sobrio y compuesto, mientras que John encarnó al
genio en pleno viaje alucinógeno. De alguna manera,
Barrett era coherente con sus opiniones, ya que meses
antes había declarado en una entrevista que "amaba a
los Beatles". Además, quería conocer la manera que tenían
de operar en estudio, ya que él se consideraba un neófito
absoluto en el tema.
En su posterior autobiografía, Nick Manson,
baterista de los hombres de "Interestellar overdrive",
comentó: "Nos beneficiamos enormemente de The Beatles.
Habíamos hecho algunas grabaciones antes de ir a EMI
y sabíamos el abecé de trabajar en multipistas y, como
digo, probablemente gracias a The Beatles se nos ofreció
algo más que una oportunidad para aprender". Con el
tiempo, Pepper no se alcanzó a topar con Piper. Mientras
el primer álbum se lanzó el 1 de junio, el otro hizo
lo propio el 5 de agosto. Una distancia mínima que simboliza
el significado de ambas obras para la música británica
del siglo XX: dos piezas que retratan al máximo la escalada
creativa de sus protagonistas y un momento único e irrepetible
en la cultura del siglo XX.
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