Rumours es el undécimo disco de la banda británica-estadounidense
de rock Fleetwood Mac, ganador de un premio Grammy, y del
que se han vendido más de 40 millones de copias en todo el
mundo, siendo uno de los álbumes de mayores ventas de todos
los tiempos. Fue el undécimo álbum de estudio del grupo, grabado
en 1976 y producido por la misma banda junto a Ken Caillat
y Richard Dashut. Se publicó en febrero de 1977 a través de
Warner Bros. Records y figuró como su disco más vendido según
la publicación estadounidense Billboard 200 durante 31 semanas
distintas, y de la lista de álbumes del Reino Unido en enero
de 1978. De él se extrajeron los sencillos «Go Your Own Way»,
«Don't Stop», «Dreams» y «You Make Loving Fun».
La banda quería explotar el éxito comercial conseguido con
su disco homónimo de 1975, pero también tuvieron amenazas
de ruptura desde incluso antes de comenzar la grabación. Las
sesiones de grabación de Rumours estuvieron marcadas por el
comportamiento hedonista y los conflictos personales entre
los miembros de la banda; estas experiencias marcan las letras
del disco. Con una clara influencia pop, las pistas del álbum
se grabaron usando una combinación de instrumentos acústicos
y eléctricos. El proceso de mezclado retrasó la conclusión
de Rumours, aunque finalmente se terminó a finales de 1976.
Después de su publicación a principios de 1977, Fleetwood
Mac comenzó una gira mundial de promoción. Rumours provocó
críticas muy buenas en la prensa especializada, cuyas alabanzas
se centraron en la gran calidad de la producción y en las
armonías, que a menudo dependían de la interacción de los
tres vocalistas. El disco ha inspirado multitud de obras musicales
de distintos géneros. Se ha considerado el mejor trabajo del
grupo y ha aparecido en diversas listas que repasan los mejores
discos de los años 1970 y de la historia. En 2004, Rumours
se remasterizó y reeditó con una pista adicional y un CD extra
con descartes de las sesiones de grabación, mientras que el
29 de enero de 2013, Warner Bros. lo reeditó en una versión
de tres CD también con descartes de algunas canciones y grabaciones
sacadas de su gira de 1977.
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En julio de 1975 se publicó el décimo álbum
de Fleetwood Mac con un gran éxito comercial, vendiendo más
de 5 millones de copias solo en los Estados Unidos y llegando
al número 1 de la lista Billboard 200 en 1976. Además, el
exitoso sencillo «Rhiannon» les concedió mucha exposición
radiofónica. En aquel entonces, la formación de la banda estaba
compuesta por el guitarrista y vocalista Lindsey Buckingham,
el batería Mick Fleetwood, la teclista y cantante Christine
McVie, el bajista John McVie y la vocalista Stevie Nicks.
Después de seis meses ininterrumpidos de gira, los McVie se
divorciaron, acabando con ocho años de matrimonio. La pareja
dejó de hablarse y solo hacían excepciones cuando se trataba
de temas relacionados con su música. Buckingham y Nicks —quienes
se habían unido a la banda antes del disco Fleetwood Mac de
1975 y después de la marcha del guitarrista Bob Welch— mantenían
una inestable relación amorosa que les hacía discutir con
frecuencia; solo se daban una tregua cuando trabajaban juntos
en alguna canción. Por su parte, Fleetwood también tuvo que
enfrentar sus propios problemas personales al descubrir que
su mujer Jenny, madre de sus dos hijos, había tenido una aventura
con su mejor amigo. Las constantes invasiones en la vida privada
de los miembros del grupo por parte de la prensa generaron
una serie de historias imprecisas. Dijeron que Christine McVie
estaba hospitalizada con una grave enfermedad, declararon
que Buckingham y Nicks eran los padres de la hija de Fleetwood,
Lucy, después de ser fotografiados juntos y también escribieron
sobre el rumor del retorno de los antiguos miembros Peter
Green, Danny Kirwan y Jeremy Spencer para una gira de décimo
aniversario.
A pesar de estas falsedades, la banda no cambió
de formación, debido en parte a que los músicos no tuvieron
tiempo de progresar con la separación, antes de que comenzaran
con la grabación del nuevo disco. Fleetwood comentó sobre
el «tremendo sacrificio emocional» llevado a cabo por todos
simplemente para proseguir con su trabajo en el estudio. A
comienzos de 1976, Fleetwood Mac trabajó en unas nuevas pistas
en Florida. Los miembros fundadores, Fleetwood y John McVie,
decidieron prescindir de los servicios de su anterior productor,
Keith Olsen, debido a que no le daba suficiente énfasis a
la sección rítmica, por lo que decidieron formar una compañía,
llamada Seedy Management, para representar los intereses de
la banda.

En New York, 1977. De izquierda a derecha: Christine
McVie, Lindsey Buckingham, Stevie Nicks, John McVie y Mick
Fleetwood.
Fleetwood Mac se reunió en el Record Plant de
Sausalito (California) el 26 de febrero de 1976, junto con
los ingenieros de sonido Ken Caillat y Richard Dashut. Se
repartieron el trabajo de producción entre la misma banda
y ambos ingenieros, mientras que el experto técnico Caillat,
además se encargó de la gran mayoría de la ingeniería. Pidió
permiso de ausencia de los Wally Heider Studios de Los Ángeles
con la premisa de que finalmente Fleetwood Mac usara algún
día sus instalaciones.
Record Plant se refiere a tres legendarios estudios
de grabación establecidos en Nueva York (Record Plant
East, 1968), Los Ángeles (Record Plant West o Record
Plant LA, 1969) y Sausalito, California (1972). El único
que sigue abierto como Record Plant es el de Los Ángeles.
El primer estudio, con dos salas de grabación, Studio
A y Studio B, en el 321 West 44th Street, abrió a mediados
de marzo de 1968. Aunque se habían reservado las fechas
del 18 de abril hasta principios de julio para grabar
Electric Ladyland de Jimi Hendrix, el primer álbum grabado
en el nuevo estudio fue The Soft Machine, de la banda
británica The Soft Machine, a principios de abril. En
1985, Record Plant West se trasladó a los antiguos estudios
de Radio Recorders Annex, en Sycamore Avenue en Hollywood.
Hotel California ( The Eagles ), Born to Run de Bruce
Springsteen y el triple Songs in the Key of Life de
Stevie Wonder están relacionados.

Record Plant en Sausalito.
|
Las instalaciones de Sausalito incluían un número
de pequeñas salas de grabación ubicadas dentro de un edificio
de madera sin ventanas. La mayoría de los músicos de la banda
se quejaron del estudio y hubiesen preferido grabar en sus
casas, pero Fleetwood insistió y no permitió ningún cambio
de planes. Christine McVie y Nicks decidieron asentarse en
dos apartamentos cerca del puerto de la ciudad, mientras que
los varones se quedaron en una casa en una colina cercana,
perteneciente al estudio. Las grabaciones se hicieron en una
sala de nueve por seis metros que incluía un 24 pistas de
la marca 3M, una colección de micrófonos de alta gama y una
mesa de mezclas API con ecualizadores 550A; estos últimos
se utilizaron para controlar las diferentes frecuencias o
los timbres de algunas pistas.
A pesar de que Caillat estaba impresionado
con el equipo, sentía que a la sala le faltaba ambiente debido
a sus «muy apagados altavoces» y la excesiva insonorización.
Al inicio de los trabajos en Sausalito el álbum iba a denominarse
Yesterday's Gone. Buckingham se encargó de las sesiones de
estudio para hacer un «álbum de pop». Según Dashut, mientras
Fleetwood y ambos McVie tenían un pasado ligado al blues rock
de improvisación, el guitarrista entendía mejor «las artimañas
de crear un disco». Durante el período de composición, Buckingham
y Christine McVie tocaron la guitarra y el piano juntos para
crear la estructura base del disco. Christine McVie era la
única de la banda con formación clásica, pero ambos compartían
un sentido musical similar.
Richard Charles Dashut (West Hollywood, California,
Estados Unidos, 19 de septiembre de 1951) es un productor
discográfico estadounidense que colaboró en varios álbumes
de Fleetwood Mac, como Rumours y Tusk, y más adelante
en el álbum de Matthew Sweet, Altered Beast. Dashut
también compuso varias canciones en colaboración con
Lindsey Buckingham en su época de Fleetwood Mac.
Nació en West Hollywood, California y comenzó barriendo
el suelo en un estudio de grabación.

Stevie y Richard a mediadios de los 70
del pasado siglo.
|
Durante las jam sessions posteriores, Fleetwood
a menudo tocó su batería fuera de la zona reservada a tal
efecto, para poder medir las reacciones de Caillat y Dashut
a su música groove. Los bafles se colocaron alrededor de la
batería y de John McVie, quien tocaba el bajo de cara a Fleetwood.
Buckingham tocó cerca de la sección rítmica, mientras que
los teclados de Christine McVie se mantuvieron lejos del kit
de batería. Caillat y Dashut estuvieron unos nueve días experimentando
con los micrófonos y los amplificadores antes de decidir la
mejor metodología para grabar a la banda completa. A medida
que progresaban las sesiones de grabación, las nuevas relaciones
íntimas de los miembros de la banda después de varias separaciones
comenzaron a jugar un efecto negativo en Fleetwood Mac.
Los músicos no se juntaban ni socializaban
después de su día de trabajo en Record Plant. En la época,
el movimiento hippie estaba embebido en la cultura de Sausalito
y las drogas estaban muy a mano. El presupuesto ilimitado
permitió a la banda y a los ingenieros ser indulgentes con
ellos mismos; noches sin dormir y un uso desmedido de la cocaína
marcaron en gran medida la producción del disco. Chris Stone,
uno de los dueños de Record Plant, indicó en 1997 que Fleetwood
Mac llevó «exceso a lo excesivo» adueñándose del estudio para
largas y caras sesiones; afirmó que «los miembros de la banda
entraban a grabar a las siete de la tarde, comían un gran
banquete, festejaban hasta las dos de la mañana, y después
cuando estaban tan colocados que no podían hacer nada, comenzaban
a grabar».
Nicks comentó que Fleetwood Mac creó su mejor
música cuando estaban en peor forma, mientras que, según Buckingham,
las tensiones entre los miembros de la banda ayudaron al proceso
de grabación y llevó a que «el resultado final fuese más que
la suma de partes». El trabajo de la pareja se tornó «agridulce»
después de su ruptura final, a pesar de que Buckingham mantuvo
su habilidad para tomar una canción de Nick y «convertirla
en algo hermoso». Las armonías vocales del dúo y Christine
McVie funcionaban bien y capturaron para el recuerdos aquellos
momentos con los micrófonos de la mejor calidad del momento.
El enfoque lírico de Nick permitía que los instrumentos utilizados
en sus canciones fuesen más sueltos y más abstractos. Según
Dashut, todas las grabaciones capturaron «emoción y sentimiento
sin mediador... ni temple». John McVie solía chocar con Buckingham
a la hora de componer canciones, aunque ambos admiten que
al final conseguían buenos resultados.

«Songbird», de Christine McVie, canción que
Caillat pensaba que necesitaba de un sonido ambiental de sala
de conciertos, se grabó en una sola sesión que duró toda la
noche en el Auditorio Zellerbach, en la bahía de San Francisco
en Berkeley, California. Después de más de dos meses en Sausalito,
Fleetwood arregló una minigira de 10 días para dar un respiro
a la banda y ver la aceptación de sus seguidores. Después
de los conciertos, prosiguieron la grabación en salas de Los
Ángeles,16? incluyendo los estudios Wally Heider. Christine
McVie y Nicks no asistieron a la mayoría de las sesiones de
grabación y descansaron hasta que se volviese a requerir sus
servicios para grabar más pistas vocales. El resto de miembros
de Fleetwood Mac, junto con Caillat y Dashut, se esforzaron
en terminar el overdubbing y la mezcla de Rumours después
de que las cintas maestras de Sausalito se dañasen por su
reiterado uso durante la grabación; las pistas de bombo y
caja sonaban «sin vida».
Para terminar la grabación del disco tuvieron
que suspender una gira estadounidense programada para otoño,
ya que la fecha de lanzamiento pensada para septiembre tuvo
que posponerse. Contrataron a un especialista para rectificar
las cintas de Sausalito usando un oscilador de velocidad variable.
A través de auriculares reproduciendo las cintas dañadas en
el oído izquierdo y el máster de grabación en el derecho,
consiguió convergir sus respectivas velocidades asistido por
los tiempos dados por las pistas de la caja y el hi-hat. Fleetwood
Mac y los coproductores buscaban un producto final «sin rellenos»,
en el que cada pista pudiese ser un sencillo en potencia.
Después de la etapa de masterización final y de volver a escuchar
las canciones las veces necesarias, los miembros de la banda
llegaron a la conclusión de que habían creado «algo realmente
poderoso».
Las sesiones fueron como una fiesta todas las noches
con gente por todos lados. Terminamos quedándonos en
unas extrañas habitaciones similares a las de los hospitales...
y claro, John y yo no eramos exactamente muy amigos.
Christine McVie, hablando sobre la tensión emocional
al grabar Rumours en Sausalito.
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En otoño de 1976, mientras aun estaba en período
de grabación, Fleetwood Mac mostró varias canciones de Rumours
en un concierto en el Universal Amphitheatre de Los Ángeles.
John McVie sugirió a la banda el título debido a que sentía
que los integrantes estaban escribiendo «publicaciones y diarios»
los unos sobre los otros a través de la música. Warner Bros.
confirmó los detalles a la prensa en diciembre y escogió «Go
Your Own Way» como sencillo promocional y lo publicó en enero
de 1977. El agresivo sistema de marketing de la compañía con
el disco Fleetwood Mac de 1975, donde se vincularon con docenas
de emisoras de radio de FM y AM a lo largo y ancho de los
Estados Unidos, sirvió también para la promoción de Rumours.
En aquellos tiempos, el pedido inicial de 800.000 copias,
fue el más grande en la historia de Warner Bros. Rumours se
lanzó el 4 de febrero de 1977 en los Estados Unidos y una
semana después en el Reino Unido.
La portada del disco fue una estilosa fotografía
de Fleetwood y Nicks vestida como su álter ego «Rhiannon»,
frecuentemente usado en el escenario, mientras que la contraportada
lleva un montaje de retratos de los miembros de la banda;
todas las fotografías fueron tomadas por Herbert Worthington.
El 28 de febrero de 1977, después de ensayar en los estudios
SIR de Los Ángeles, Fleetwood Mac dio comienzo a una gira
promocional de siete meses por los Estados Unidos.
Nicks ha comentado que, después de tocar principalmente
canciones de Rumours a lo largo de aquella gira, la banda
se encontró con poco entusiasmo por parte del público debido
a que no estaba acostumbrado al nuevo material. En marzo hicieron
un único concierto benéfico para el Senador de los Estados
Unidos Birch Bayh en Indiana seguido de una corta gira europea
que incluía conciertos en el Reino Unido, los Países Bajos,
Francia y Alemania a lo largo de abril Nigel Williams de la
revista Uncut denominó los conciertos de Fleetwood Mac como
«la soap opera más grande del rock». «Dreams», lanzado en
junio de 1977, se convirtió en el único sencillo del grupo
en llegar a lo más alto de la lista Billboard Hot 100 en los
Estados Unidos.

Echos y fricciones.
Los principales compositores de Fleetwood Mac
(Buckingham, Christine McVie y Nicks) trabajaron de forma
individual en canciones específicas, aunque a veces intercambiaban
letras entre ellos. «The Chain» es la única canción en que
todos los miembros, incluyendo Fleetwood y John McVie, colaboraron
juntos. Todas las canciones de Rumours tratan sobre relaciones
personales, a menudo tumultuosas. Según Christine McVie, el
hecho de que los letristas se enfocaban extensamente en las
separaciones solo se hizo visible para la banda a posteriori.
«You Make Loving Fun» es sobre su novio, después de su ruptura
con John, el director de iluminación de Fleetwood Mac. «Dreams»,
con letras de Nicks habla de una ruptura y tiene un mensaje
esperanzador, mientras que el intento de Buckingham en «Go
Your Own Way» es más pesimista.
Después de una corta aventura con una mujer
de nueva Inglaterra, se inspiró para componer «Never Going
Back Again», una canción sobre la ilusión de pensar que la
tristeza nunca volverá después de sentirse contento con la
vida. Las líneas «Been down one time/Been down two times»
(derribado una vez, derribado dos veces) hacen referencia
a los esfuerzos del letrista de persuadir a la mujer para
que volviera a darle una oportunidad. «Don't Stop», compuesta
por Christine McVie, es una canción optimista. Comentó que
Buckingham la ayudó a crear los versos porque sus sensibilidades
personales coincidían en parte. La siguiente pista de McVie,
«Songbird», contiene letras más introspectivas sobre «nadie
y todos« en forma de «pequeño rezo», mientras que la canción
«Oh Daddy» es una referencia directa a Fleetwood, a quién
la banda consideraba «el papá». McVie comentó que las letras
son ligeramente sarcásticas y se enfocan en la dirección que
tomaba el batería para Fleetwood Mac, que siempre acababa
bien. Nicks aportó las líneas finales «And I can't walk away
from you, baby/If I tried» (Y no puedo alejarme de ti, cariño/aunque
lo intentase). Su propia canción, «Gold Dust Woman», está
inspirada en Los Ángeles y los apuros pasados en semejante
metrópolis. Después de batallar con el estilo de vida de estrella
de rock, Nicks se enganchó a la cocaína y las letras tratan
sobre su confianza de «seguir adelante».

Rumours se construyó usando una mezcla de instrumentación
acústica y eléctrica. El trabajo de guitarra de Buckingham
y el uso del piano Rhodes de Fender y el órgano Hammond B-3
por parte de Christine McVie están presentes en todas las
pistas. El disco a menudo incluye sonidos de batería acentuados
e instrumentos de percusión característicos como las congas
y maracas. El álbum abre con «Second Hand News», que en un
principio era una demo acústica llamada «Strummer». Después
de escuchar «Jive Talkin'» de Bee Gees, Buckingham y el coproductor
Dashut montaron la canción con cuatro pistas de guitarra eléctrica
y percusión para evocar el estilo rock celta.
«Dreams» incluye «espacios etéreos» y un patrón
recurrente de dos notas de bajo. Nicks compuso la canción
en una tarde y se encargó de las piezas vocales, mientras
la banda la acompañaba. La tercera pista de Rumours, «Never
Going Back Again», también se creó a partir de una demo acústica,
titulada en un principio «Brushes»; Fleetwood Mac después
añadió más pistas instrumentales para darle más relleno. «Don't
Stop» está inspirada en un baile de triple paso e incluye
tanto piano convencional como un piano honky-tonk. En este
último instrumento, se colocan clavos en los macillos que
golpean las cuerdas, produciendo así un sonido más de percusión.
«Go Your Own Way» está más orientado a la guitarra y tiene
un patrón rítmico four-on-the-floor influenciado por «Street
Fighting Man» de The Rolling Stones.
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El ritmo del disco se ralentiza con «Songbird»,
concebida por Christine McVie usando un piano Steinway de
nueve pies. La segunda cara de Rumours comienza con «The Chain»,
una de las composiciones más complejas del disco. Unieron
una demo de Christine McVie titulada «Keep Me There», y una
canción de Nicks recortando y editando fuertemente para formar
las partes de la pista. El resto de la canción fue creado
por los demás músicos de la banda trabajando de forma similar
a una banda sonora; John McVie aportó un solo usando un bajo
sin trastes, que marca un incremento en el tempo y da comienzo
al último tercio de la pista. Inspirada en el R&B, «You Make
Loving Fun» es una composición más simplista y se ayuda de
un clavinet, un tipo especial de teclado, mientras que la
sección rítmica toca notas y ritmos entrelazados.
En la novena pista de Rumours, «I Don't Want
to Know», se usa una guitarra de doce cuerdas y voces armónicas.
Influenciado por la música de Buddy Holly, Buckingham y Nicks
la crearon en 1974 antes de pertenecer a Fleetwood Mac. «Oh
Daddy» salió de forma espontánea e incluye improvisaciones
de guitarra de John McVie y blips de teclado de Christine
McVie. El álbum termina con «Gold Dust Woman», una canción
inspirada en el free jazz, que incluye música de un clavecín,
una guitarra Fender Stratocaster y un dobro.
La afinación de "una doce cuerdas" dependerá
del sonido que quiera conseguir cada guitarrista. Algunos
músicos incluso llegan a quitar las cuerdas agudas de
los pares graves. Así facilitan el punteo de los graves
y dejan los pares agudos para rasguear. Sin embargo,
por la tensión de tantas cuerdas, estas guitarras tienen
tendencia a deformarse pronto. Por este motivo la mayoría
de músicos prefiere afinar las en un tono más bajo del
habitual para disminuir la tensión de las cuerdas, y
alargar así la vida útil del instrumento. Los fabricantes
también lo saben, y por eso estas guitarras son, a menudo,
más pesadas y más caras. En definitiva, las guitarras
de 12 cuerdas se usan para conseguir un sonido profundo
y brillante, ideal para rasgar acompañamientos rítmicos.
Intérpretes tan variados como George Harrison, Neil
Young, Tom Morello, Saul Hudson o Jimmi Hendrix nos
han deleitado tocando alguna de estas fantásticas guitarras
en algún momento de sus carreras. O Brian May tocando
una guitarra acústica de 12 acuerdas acompañando a Freedie
Mercuri en la balada «Love of my life«.

Algunos artistas emplean guitarras de doble mástil
para poder ir intercambiado entre seis y doce cuerdas
de manera más rápida.
Por supuesto, puntear doce cuerdas puede ser bastante
complicado, pero la gracia de esta guitarra reside en
el rasgueo. Por su sonido brillante y con cuerpo, es
muy utilizada para acompañar canciones.
Las doce cuerdas se agrupan en seis parejas. Normalmente,
en los pares graves la pareja se afina con una octava
de diferencia, mientras que en los pares agudos se afinan
al unísono. Con esto se consigue un sonido mucho más
profundo y con más matices.
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Rumours fue un gran éxito comercial y se convirtió
en el segundo álbum de Fleetwood Mac en posicionarse en lo
más alto de las listas de Estados Unidos, después de su disco
homónimo de 1975. Se mantuvo en lo más alto de la lista Billboard
200 durante 31 semanas no consecutivas, mientras que también
llegó al número 1 en Australia, Canadá, y Nueva Zelanda. En
mayo de 2011 volvió a entrar en el Billboard 200 en el puesto
número 11, y en el segundo puesto de la lista australiana,
debido al episodio de la serie de televisión Glee que rinde
tributo al disco. El álbum fue certificado platino en los
Estados Unidos y el Reino Unido en cuestión de meses, gracias
a las ventas de 1,3 millones de copias respectivamente. Las
tres mayores publicaciones especializadas en ventas de álbumes
de Estados Unidos (Billboard, Cash Box y Record World) lo
nombraron disco del año en 1977. Después de debutar en el
puesto número 3, Rumours llegó a lo más alto de las listas
británicas en enero de 1978, convirtiéndose así en el primer
número 1 de Fleetwood Mac en ese país.
En febrero de 1978, la banda y los coproductores
Caillat y Dashut recibieron el premio Grammy al álbum del
año.
Para marzo, el disco ya había vendido más de
10 millones de copias a lo largo del mundo, incluyendo más
de 8 millones solo en territorio estadounidense. Para 1980,
ya se habían vendido 13 millones de copias de Rumours alrededor
del mundo, cifra que llegó a casi 20 millones para 1987. Para
cuando Fletwood Mac hizo su gira de regreso en 1997, ya habían
llegado a los 25 millones de copias a nivel mundial. La cifra
llegó a los 30 millones en 2004 y para 2009 ya había superado
los 40 millones de copias vendidas. Hacia 2012, Rumours era
el decimocuarto disco más vendido de la historia en el Reino
Unido y ha recibido 11 certificaciones platino de la British
Phonographic Industry, el equivalente a 3 millones de copias
vendidas. También ha recibido un disco de diamante de la Recording
Industry Association of America por sus 20 millones de copias
vendidos en Estados Unidos, convirtiéndolo, hacia 2017, en
el quinto disco más vendido de aquel país. También ha recibido
una doble certificación de diamante por parte de la Canadian
Recording Industry Association por sus ventas superiores a
2 millones. En este país debutó en el puesto número 1 cuando
se publicó con 59 000 copias vendidas y en el 2014 recibió
la certificación de álbum de doble diamantes. La Australian
Recording Industry Association les otorgó trece discos de
platino por vender más de 910.000 copias. En 2006 recibió
su quinto disco de oro otorgado por la Bundesverband Musikindustrie
al comercializar 1,25 millones de ejemplares en Alemania.
En España la asociación encargada de elaborar las listas
de ventas y también de conceder las certificaciones
de dichas ventas en nuestro país es la de los Productores
de Música de España (Promusicae).
Así, por ejemplo, en España originariamente se entregaba
un disco de oro a aquellos artistas que alcanzaban 50.000
discos vendidos y disco de platino al alcanzar las 100.000
copias. Pero en 2005 bajaron a 40.000 y 80.000 respectivamente,
en 2009 se redujeron a los 30.000 y 60.000 y actualmente
se otorgan cuando el artista alcanza las 20.000 y 40.000
copias distribuidas y se tienen en cuenta tanto las
copias físicas como las digitales (desde 2015).
¿Cuántas copias se necesita en España para conseguir
un disco de oro, platino, diamante o uranio? A fecha
de 2017 eran las siguientes:
DISCO DE ORO: Alcanzar las 20.000 copias.
DISCO DE PLATINO: Alcanzar las 40.000 copias.
DISCO DE DIAMANTE: Alcanzar 1.000.000 de copias.
DISCO DE URANIO: Alcanzar 50.000.000 de copias.
Existen muy pocos artistas que hayan alcanzado la categoría
de Disco de Uranio. Éstos son algunos de los músicos
que lo han conseguido: Raphael, Michael Jackson, AC/DC
y Queen, entre otros.

A mediados de 2019, poco antes de subir
al escenario para interpretar el que el propio artista
anunciaba como su último concierto en Madrid, Elton
John recibía en el Wizink Center, el Doble Disco de
Diamante por ventas superiores a dos millones de unidades
contabilizadas de toda su discografía en España. Lo
hacía de la mano de Narcís Rebollo – Presidente de Universal
Music Spain & Portugal.
Elton John lleva más de cinco décadas
en activo. Con más de 30 álbumes de estudio y varios
proyectos de banda sonora así como discos de colaboraciones,
es sin duda uno de los artistas más exitosos de la historia
reciente de la música a nivel mundial; un auténtico
icono global que además, ha cosechado numerosos premios
de prestigio incluyendo varios Premios Grammy, un Globo
de Oro y un Oscar entre otros.
|
Desde su publicación Rumours ha recibido muchas
alabanzas de los medios especializados. Robert Christgau,
en su reseña para The Village Voice, lo describió como «más
consistente y más excéntrico» que su predecesor y dijo que
«salta directamente de los altavoces hacia ti». John Swenson
de Rolling Stone explicó que la interacción entre los tres
vocalistas es uno de los elementos más agradables del disco;
afirmó que «a pesar del interminable retraso para terminarlo,
Rumours prueba que el éxito de Fleetwood Mac no fue casualidad».
John Rockwell de The New York Times escribió que es «un álbum
delicioso, y uno espera que el público piense lo mismo, también»,
mientras que Dave Marsh de St. Petersburg Times comentó que
las canciones eran «tan ampliamente brillantes como cualquier
otra cosa del momento». Robert Hilburn de Los Angeles Times
fue menos receptivo y denominó Rumours un disco «frustrantemente
irregular», mientras que Juan Rodríguez de The Gazette sugirió
que, mientras que la música es «fresca y clara», las ideas
de Fleetwood Mac son «ligeramente más confusas». En la lista
de Pazz & Jop elaborada a través de una encuesta de los críticos
—elaborada por cientos de la época— para The Village Voice
en 1977 se erigió con el cuarto puesto. En una reseña retrospectiva,
el crítico de Allmusic Stephen Thomas Erlewine dijo que, a
pesar del elemento voyeurístico, el disco fue «un exitazo
sin precedentes» por la calidad musical; concluyó que «cada
melodía, cada frase vuelve a ganarse su inmediato y crudo
poder emocional —que es por lo que Rumours tocó las fibras
sensibles en 1977, y desde entonces ha trascendido su era
para convertirse en uno de los álbumes de pop más grandes
de todos los tiempos». En una reseña de 2004, Barry Walsh
de Slant alabó a Fleetwood Mac por convertir disfunciones
románticas y confusiones personales en «pop clásico, inmortal».
En 2007, el periodista de la BBC Daryl Easlea
etiquetó los resultados sónicos como «cercanos a la perfección
[...] como mil ángeles besándote de forma tierna en la frente»,
mientras que Patrick McKay de Stylus escribió: «Lo que distingue
a Rumours —lo que lo convierte en arte— es la contradicción
entre su superficie alegre y su angustiado corazón. Aquí tenemos
un disco radio-amigable sobre la ira, la recriminación y la
pérdida».
Mick Fleetwood dijo de Rumours que «es el disco
más importante que jamás hayamos creado», porque gracias a
su éxito la banda pudo seguir grabando otros álbumes durante
años. El periodista de cultura popular Chuck Klosterman achaca
la cantidad de ventas a sus «realmente agradables canciones»,
aunque sugiere que no proporcionan intrínsicamente «ninguna
justificación de grandeza». The Guardian reunió datos en 1997
de diversos críticos, artistas y disc jockeys radiofónicos
que ubicaron al álbum en el puesto número 78 de su lista de
los 100 mejores discos de la historia. En 1998, Fleetwood
produjo y publicó Legacy: A Tribute to Fleetwood Mac's Rumours,
que contiene todas las canciones de Rumours versionada por
distintos artistas. Entre otros participaron las bandas de
rock alternativo Tonic, Matchbox 20 y Goo Goo Dolls, los grupos
de rock celta The Corrs y The Cranberries y los cantautores
Elton John, Duncan Sheik y Jewel. Otras bandas y artistas
que han reconocido haber sido infuenciadas por Rumours incluyen
a la cantante de pop barroco Tori Amos, la banda de hard rock
Saliva, y la banda de indie rock Death Cab for Cutie.

Los cinco componentes de Fleetwood Mac posan
en los American Music Awards de 1978. De izquierda a derecha:
Mick Fleetwood, Stevie Nicks, Christine McVie, John McVie
y Lindsey Buckingham.
En 1998, la revista Q colocó a Rumours en el
tercer puesto— detrás de London Calling de The Clash y el
disco de Pink Floyd The Dark Side of the Moon— de su lista
de los 50 mejores álbumes de los años 70. En 1999, Vibe lo
ubicó entre los 100 álbumes esenciales del siglo XX. En 2003,
VH1 lo puso en el puesto número 16 de su lista de los 100
mejores álbumes de la historia, mientras que Slant lo incluyó
en su lista de los 50 álbumes esenciales del pop. Ese mismo
año, USA Today colocó a Rumours en la posición número 23 de
su lista de los 40 mejores discos de la historia, mientras
que Rolling Stone lo colocó en el puesto número 25 de su lista
de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos, el disco
de Fleetwood Mac posicionado más alto. En 2006, Time lo añadió
en su lista de los 100 mejores discos de toda la historia,
mientras que la revista Mojo lo incluyó en su lista (sin especificar
puesto) de los 70 grandes álbumes de la década de los años
70. También está incluido en las dos ediciones de The Guardian
de «los 1000 discos que escuchar antes de morir» y en su libro
1001 álbumes que debe de escuchar antes de morir. En el episodio
«Rumours» de la segunda temporada de la serie televisiva musical
Glee, aparecen seis canciones del disco: «Dreams», «Never
Going Back Again», «Songbird», «I Don't Want to Know», «Go
Your Own Way» y «Don't Stop».
Con estos aires del folclore celta nos adentramos en
uno de los discos más importantes de la historia: ‘Rumours’,
de Fleetowood Mac, publicado en 1977 como undécimo álbum
de la banda y que desde entonces ha vendido unos 40
millones de copias. Un gran álbum que, sin embargo,
nace en el peor momento del grupo. Y es que su anterior
disco fue también su primer número uno, y eso hizo que
la fama tensionara internamente el grupo, que llegó
a vivir dos rupturas sentimentales entre cuatro de sus
miembros, como de hecho se relata en esta primera canción,
‘Second hand news’. Ya en el segundo corte cambiábamos
un poco el paso. Tras un inicio potente, descubríamos
aquí ‘Dreams’, que fue seleccionada como segundo single
y que se convirtió en uno de los temas más exitosos
del grupo. Aunque, si me permiten un apunte personal,
es de las canciones más planas y aburridas de la banda.
Pero funcionó y consiguió elevar el disco al número
uno a pesar de esas cuitas internas que sacudían al
grupo. A continuación escuchábamos un tema que se ha
quedado en un segundo plano pero que quizás sea de lo
mejor que tiene este grupo. ‘Never going back again’
se manejaba de nuevo en terreno folk gracias especialmente
a su compositor, Lindsey Buckingham, que había llegado
al grupo a mediados de los 70 con su novia Stevie Nicks
para dar el impulso definitivo al grupo, aunque fuera
una de las parejas que se rompió en este disco. El tema
fue editado como ‘cara B’ de otro exitazo: ‘Don’t Stop’.
Volvemos aquí a una canción de ruptura amorosa, en este
caso con Christine McVie y John McVie como protagonistas,
también cantante-teclista y bajista, respectivamente,
de la banda. En realidad el disco era esto: un sonido
más o menos alegre, pero con letras que relataban el
desagradable trago por el que estaban pasando. Menos
mal que imperó la profesionalidad para publicar este
maravilloso disco. En el quinto tema nos encontramos
con otro tema poderoso, ‘Go your own way’, que fue elegido
como primer single y que demuestra que la producción
de los sonidos, especialmente los de guitarra y las
armonías de voces, estaban tratadas con mucho gusto
a lo largo del álbum y lograron por ello uno de los
discos pop más redondos de la historia. Llegábamos sin
embargo al final de la ‘cara A’ con una canción mucho
más tranquila, ‘Songbird’, que parecía querer rebajar
la tensión por la que lírica y musicalmente habíamos
pasado hasta entonces. Le dábamos la vuelta al vinilo
para abrir la segunda parte con un recopilatorio de
descartes que acabaron conformando ‘The Chain’, con
un solo destacable pero con un riff de dobro, un tipo
de guitarra metálica, bien reconocible.
Por cierto, que este tema es el único que firman los
cinco miembros del grupo. Aunque esta parte del disco
es menos notable que la primera, aquí encontrábamos
‘You make lovin’ fun’, otra canción de infidelidades
y amoríos en el seno del grupo que se transformaban
con sorprendente naturalidad y sencillez en grandes
temas. El disco está maravillosamente bien trenzado,
calculando los cambios de ritmo como si de una etapa
ciclista se tratase. Eso hizo que algunos temas se cayeran
y fueran sustituidos por otros en el mismo estudio de
grabación. Es el caso de ‘I don’t want to know’, compuesto
por Buckingham y Nicks mucho antes de ingresar en el
grupo pero que los demás consideraron que le venía al
pelo a este ‘Rumours’. Ya vamos llegando al final del
disco y en su penúltima canción encontramos un bonito
tiempo lento en el tema ‘Oh daddy’, con una progresión
de acordes algo oscura pero llena de detalles que la
convierten en una canción espléndida. Y así llegábamos
al final de esta obra maestra, protagonizada por la
tensión, los celos, las drogas y, sobre todo, por el
gran talento musical de Fleetwood Mac. Cerraba el disco
‘Gold Dust Woman’, un tema que transmite las altas horas
de la madrugada a las que fue grabado para convertirse,
también, en otra joya.
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Durante una de las sesiones en Record Plant,
en Sausalito (California), el bajista John McVie llevó al
estudio a su nueva novia, Sandra. John seguía casado con Christine
McVie, teclista y cantante, pero toda vez que su matrimonio
hacía aguas, ambos mantenían relaciones con otras personas.
Cuando John y Christine estaban de buenas, lo llevaban bien;
cuando bebían, no tanto. Esa noche, él iba borracho (empezaba
su dieta de vodka con zumo de naranja en el desayuno). Con
Sandra presente, Christine no quiso ser menos y comentó que
otro día llevaría a su chico, Curry Grant, ingeniero de luces
de la banda. “No quiero que traigas a Curry al estudio”, gruñó
John, el alma torturada de Fleetwood Mac. “Yo no tengo ningún
problema con que tú traigas a Sandra”, respondió su todavía
esposa. “¿Por qué habrías de tenerlo tú si traigo a Curry?”.
El tranquilo John estalló: “¡Porque Sandra no significa nada
para mí!”. Sandra se acercó a él, le tiró a la cara una copa
de champán y salió del estudio dando un portazo. Christine
resopló. “Eres un capullo”, dijo.
Cuando en febrero de 1976 se inició la grabación
de Rumours, la obra maestra de Fleetwood Mac, los componentes
de la banda atravesaban momentos difíciles en el terreno afectivo.
John y Christine McVie se estaban separando. Lindsey Buckingham
(guitarrista y cantante) y Stevie Nicks (cantante), también
pareja, no se soportaban. Por si fuera poco, el batería Mick
Fleetwood —a quien todos los demás respetaban como líder—
acababa de descubrir que su mujer, Jenny (hermana de Patty
Boyd, esposa de George Harrison y luego de Eric Clapton),
le estaba engañando con un buen amigo. Añade a la ecuación
litros de alcohol y barra libre de cocaína. ¿Resultado? Uno
de los mejores discos de rock de todos los tiempos.

1976. Golpe de Estado en Argentina, Jodie Foster en
Taxi Driver, la muerte de Mao Tse Tung, disturbios en
Soweto ...
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Rumours (1977) lideró la lista de ventas de
Estados Unidos durante 31 semanas y ganó el Grammy al mejor
Álbum del Año. Con 40 millones de ejemplares vendidos, es
una de las grabaciones de más éxito de la historia. Cuatro
de sus singles (Go your own way, Dreams, Don’t stop y You
make loving fun) accedieron al top 10 en el ranking de ventas
de Estados Unidos. Todo parece indicar que fue precisamente
esa atmósfera de tensión la que deparó un álbum tan soberbio.
Para los cinco componentes fue algo más que una grabación:
una terapia de grupo.
Aun así, Fleetwood Mac ya era una casa de locos
antes de llegar a ese punto. Formado en Londres en 1966, en
su primera etapa había girado en torno al genio del guitarrista
Peter Green —eran los días de los primeros héroes de las seis
cuerdas—, quien había bautizado la banda con los apellidos
de los otros dos fundadores, Mick Fleetwood y John McVie (los
tres provenían del grupo de John Mayall, institución del blues
rock británico). Green abandonó la formación en 1970 alegando
que quería dedicar su vida a Dios (sufría esquizofrenia derivada
del abuso de drogas). Fleetwood tomó las riendas.
En 1974, el batería se dispuso a elegir estudio
para un nuevo disco y, a modo de presentación, el ingeniero
estadounidense Keith Olsen le envió una copia del disco que
había grabado en 1973 para el dúo Buckingham Nicks. Lindsey
Buckingham y Stevie Nicks eran novios (sus nombres andróginos
generaban confusión: Stevie era ella y Lindsey era él). Fleetwood
alucinó, pero no por la calidad del sonido del estudio, sino
por el virtuosismo de Buckingham con la guitarra. Cuando,
poco después, Bob Welch, entonces guitarrista de Fleetwood
Mac, siguió los pasos de su antecesor y se unió a un grupo
religioso, el batería invitó a Lindsey Buckingham y Stevie
Nicks a unirse a la banda. El dúo, que había sido despedido
de Polydor tras las ruinosas ventas de su disco (Stevie se
había puesto a trabajar de camarera), aceptó.
Quedó configurado Fleetwood Mac, pues, como
quinteto, con los miembros originales Mick Fleetwood y John
McVie, la teclista y cantante Christine McVie (esposa de John)
y los recién llegados Lindsey Buckingham (guitarrista y cantante)
y Stevie Nicks (cantante). En su nueva encarnación era un
grupo de contrastes: había británicos y estadounidenses, chicos
y chicas, veteranos y novatos… Hasta el sonido del grupo se
transformó fruto de las paradojas: como contrapeso de la herencia
blues de Fleetwood y McVie, Buckingham y Nicks tenían una
visión pop. La mezcla funcionó. Su primer álbum juntos, Fleetwood
Mac (1975) llegó al número uno en Estados Unidos, gracias
a los singles rompedores escritos por las dos mujeres, Rhiannon
(de Stevie Nicks) y Say you love me (de Christine McVie).

El bajista John McVie en el estudio. Durante
la grabación de 'Rumours' fue el que más recurrió a la bebida
para superar sus destrozos sentimentales.
Poco antes de empezar la grabación de su siguiente
disco, las relaciones personales comenzaron a deteriorarse.
La banda se habría disuelto si el contrato con Warner Bros.
no les hubiera obligado a entregar un nuevo álbum. Convertidos
súbitamente en estrellas por la efusiva acogida de Fleetwood
Mac, sus enredos internos no pasaron inadvertidos para la
prensa, que día sí, día también, se hacía eco de todo tipo
de rumores.
Poco antes de empezar la grabación de su siguiente
disco, las relaciones personales comenzaron a deteriorarse.
La banda se habría disuelto si el contrato con Warner Bros.
no les hubiera obligado a entregar un nuevo álbum. Convertidos
súbitamente en estrellas por la efusiva acogida de Fleetwood
Mac, sus enredos internos no pasaron inadvertidos para la
prensa, que día sí, día también, se hacía eco de todo tipo
de rumores. “Decían que Stevie se acostaba conmigo”, contó
Mick Fleetwood en el libro Stevie Nicks: Visions, dreams &
rumours. “Que Christine iba detrás de Lindsey, que Stevie
se veía conmigo y con John en miércoles alternos, que Stevie
quería irse, que Stevie había dejado el grupo hacía meses
y que esa era la razón por la que el disco se retrasaba; que
Stevie practicaba magia negra y lideraba un aquelarre de brujas
en Hollywood Hills…”. El título para su siguiente trabajo
lo tenían en bandeja.
Para la grabación de Rumours (Rumores) en Record
Plant, las chicas se alojaron por su lado y los chicos por
el suyo. Christine y Stevie se retiraban a descansar al albergue
anexo al estudio; los chicos, que se hospedaban en la ciudad,
salían todas las noches a ligar. Según relata el coproductor
Ken Caillat en el libro Making Rumours (dedicado por completo
a narrar la grabación del disco y repleto de anécdotas como
la que se cuenta al principio de este reportaje), la rutina
del grupo pasaba por llegar a las instalaciones a la hora
de la cena; se obsequiaban con un monumental banquete y a
eso de la una o las dos de la mañana, empezaban a grabar.
Sentimentalmente destrozados, los músicos acudían
por separado a contarle sus penas al paciente ingeniero y
coproductor Richard Dashut (la banda produjo el disco en colaboración
con Caillat y Dashut). “Hubo lágrimas”, reveló Dashut en la
biografía de Stevie Nicks. “No creo que hubiera un solo momento
en que alguno de nosotros no llorase. Había rabia, gritos…”.
Los celos convivían con la paranoia que propiciaba el consumo
compulsivo de alcohol y drogas. Según Caillat, Christine McVie
bebía como el que más. Mick Fleetwood siempre tenía una botella
de Heineken en la mano (excepto cuando necesitaba las dos
para aporrear la batería). “A veces John empezaba a beber
a las seis de la mañana”, afirma Caillat. Buckingham le daba
a la marihuana y la cocaína, combinación que a veces le hacía
perder la cabeza. Durante la grabación de un solo de guitarra
del que no terminaba de quedar satisfecho, Buckingham pidió
a Caillat que borrara la última toma para registrar una nueva.
El coproductor le dijo que era magnífica, pero él insistió.
Esta le disgustó aún más, y dio por buena la anterior. Cuando
Caillat le dijo que, siguiendo sus instrucciones, la había
borrado, Buckingham mugió: “¿Que has hecho qué?”. “Se quitó
la guitarra y entró en la sala de control, acercándose a mí
por detrás mientras yo estaba sentado”, evoca Caillat. “Me
agarró con las dos manos por el cuello. ‘¡Eres un imbécil!’,
me gritó mientras apretaba”. Entre los presentes consiguieron
que lo soltara y le pidiera disculpas.
“Nos volvimos obsesivos con el disco, quizá porque se
había convertido en un diario de nuestro dolor. Nos lo
decíamos todo a todos a través de las canciones”, escribió
Mick Fleetwood en sus memorias. |
Como era previsible, las sesiones de Sausalito
no llegaron a buen puerto. Al dudoso estado de forma de la
banda se unían contratiempos externos: como cuenta Mick Fleetwood
en sus memorias, Play on (2014), alquilaron todos y cada uno
de los pianos del área de la bahía de San Francisco y ni uno
solo estaba afinado. Descartaron todo lo grabado excepto las
pistas de batería. La búsqueda de la perfección contrastaba
con el desgaste de los músicos. “Nos volvimos obsesivos con
el disco, quizá porque se había convertido en un diario de
nuestro dolor”, escribió Fleetwood. “Fue duro para todos,
porque habíamos creado un álbum muy íntimo y personal; nos
lo decíamos todo a todos a través de las canciones”. Conscientes
del tesoro que tenían entre manos, y de lo mal que lo habían
gestionado hasta el momento, en marzo se encerraron en un
estudio de Los Ángeles “rodeado de cines porno”. Esta vez
fueron sesiones a puerta cerrada: familia, amigos y novios/as
hubieron de quedarse fuera.
Las canciones de Rumours plasmaban el derrumbe
emocional de los tres compositores, Stevie Nicks, Christine
McVie y Lindsey Buckingham. Como desveló Nicks a Rolling Stone,
“en este álbum, todas las canciones que escribí son definitivamente
sobre la gente de la banda… Las relaciones de Christine, la
relación de John, la relación de Mick, la de Lindsey y la
mía. Todas están allí y las canciones son muy honestas y la
gente sabrá exactamente de qué estoy hablando… La gente realmente
disfrutará escuchando lo que pasó desde salió el anterior
álbum”. Go your own way, escrita por Buckingham, contenía
versos como “amarte no es lo correcto”, “si pudiera, quizá
te daría mi mundo, pero cómo podría, si tú no quieres cogerlo”
o “sigue tu camino”. A Stevie Nicks, la aludida, no le hizo
ninguna gracia la letra. “Una parte de mí se sintió profundamente
ofendida, pero el álbum necesitaba de una canción grande y
de ritmo animado”, admitió ella, reflejando el compromiso
de todos con el disco. En las notas incluidas en la reedición
del álbum de 2013, reconoce que “aunque contiene mucho enfado,
también es honesta”.
Nicks le dio la réplica en Dreams, canción que
describió así: “Como soy la chica vaporosa que cree en las
hadas y los ángeles, y Lindsey es un tipo duro, todo se resuelve
de otra manera. Lindsey dice [en su canción]: ‘Vete y sal
con otros hombres y vive tu vida de mierda’, y yo canto sobre
la lluvia que te limpia. Estábamos llegando desde ángulos
opuestos, pero realmente estábamos diciendo exactamente lo
mismo”.
Christine McVie compuso Don’t stop pensando
en John (“si tu vida fue mala para ti, solo piensa en lo que
vendrá mañana”) y las bonitas palabras de Oh daddy se las
dedicaba a Mick, el único padre del grupo en ese momento,
deprimido por la infidelidad de su esposa (“me calmas con
tu sonrisa, me dejas saber que eres lo mejor de mi vida”).
“Definitivamente fue una prueba, y por supuesto, hay que recordar
que todos estábamos muy drogados. Quiero decir, no creo que
hubiera ningún día en que estuviéramos sobrios”, explicó Christine
McVie en una entrevista a Mojo. Otro de sus temas, la exquisita
balada Songbird, nació con vocación de bálsamo: “Para ti,
no habrá más llanto; para ti, el sol brillará”. Su voz y su
piano en esta canción se grabaron de noche en un teatro vacío
de Berkeley, con 15 micrófonos repartidos por la sala para
crear un clima de actuación en directo.

Rumours finalmente necesitó “siete estudios
de grabación, un año entero y más de un millón de dólares”
para completarse, evalúa Mick Fleetwood. Por fin, el 4 de
febrero de 1977 llegó a las tiendas. “Nuestros traumas y nuestros
esfuerzos no importaron una vez que Rumours alcanzó el número
uno de ventas el 21 de mayo de 1977, desbancando a Hotel California,
de los Eagles”, reflexiona el batería. La autenticidad de
las letras, la excelencia de las melodías y el concienzudo
preciosismo de los arreglos fueron captados por el público,
que compró en masa este álbum, pináculo del rock adulto y
de belleza atemporal. Si Rumours se hubiera grabado en 2020
no sonaría muy distinto. Crearlo fue una tortura emocional
que, insospechadamente, se tradujo en una catarsis individual
y colectiva de la que salió pura magia.
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