Alejandro Milán, el creador de algunas de las
míticas marionetas de TVE durante los años 70 y 80, falleció
este miércoles 24 de julio en Madrid, según ha anunciado TVE.
Nacido en Cuba pero afincado en España, las creaciones de
Milán se hicieron muy conocidas gracias a la pequeña pantalla,
sobre todo gracias a los Electroduendes del programa 'La bola
de cristal' de Lolo Rico. En aquel famoso espacio televisivo
de los años 80 nacieron personajes como Maese Cámara, el Hada
Vídeo, Maese Sonoro y la bruja Truca (la Bruja Avería fue
una idea de Miguel Fernández-Pacheco).
Horacio Pinchadiscos y la calabaza Ruperta,
una de las mascotas del programa 'Un, dos, tres' de Chicho
Ibáñez Serrador (pero que fue idea de José Luis Moro), fueron
otras de las creaciones de Milán, que también manejaba muchas
de las marionetas. 'Zoo loco', 'El gran circo de TVE', 'La
cometa blanca', 'Un globo, dos globos, tres globos', 'Sababadabadá'
y 'Dabadabadá' son otros de los programas en los que trabajó
Milán.
Un sábado por la mañana del otoño de 1984 aparecieron
unas marionetas de nariz achatada en televisión. Eran los
electroduendes, los «duendes de la electrónica», y hablaban
un lenguaje que tomaba sus voces de la electricidad: «Se me
erizan los baudios», «me tiemblan los émbolos». Los trajo
La Bola de Cristal, un programa mítico por sus chispazos creativos
y transgresores en un país que, eufórico, por fin echaba a
andar por las rutas desconocidas de la libertad. La Bola estrenaba
una fórmula inédita hasta entonces: hablar en dos idiomas
a la vez. Uno para los niños, que al parecer del guionista
que los escribía, Santiago Alba Rico, «disfrutaban el sabor,
la materialidad sonora y narrativa de las palabras y de los
personajes», y otro que emocionaba a los adultos que reconocían
entre los versos «una crítica a una transición democrática
que muchos ya percibían como insuficiente o truncada».
El programa infundía también el entusiasmo tecnológico
de los ochenta. Los primeros ordenadores y las maquinitas
anunciaban un mundo lleno de cables y fusibles, como los que
rodeaban a la mala, malísima, Bruja Avería.
Lolo Rico, la directora de La Bola, pretendía
trasladar las fábulas y leyendas al nuevo mundo tecnificado.
Al situar a hadas y ogros en el fin de un siglo XX que corría
hacia el futuro atestado de pilas y enchufes, aspiradoras
y batidoras, amplificadores y videocasetes, surgieron una
especie de duendes cíborg o mejorados por la técnica: los
electroduendes. Seres que, en una canción del programa, se
presentaban así:
El nuevo universo en el que aterrizaron requería
un lenguaje nuevo. A los sapos y culebras se unieron objetos
que emitían destellos y descargas, sonidos y luz. El vocabulario
de urracas y amuletos, raíces y esqueletos, debía actualizarse
como un programa informático cuando se descarga la última
versión.
Palabras como electroduende o librovisor fueron
creadas para el programa. Otras simplemente eran tan desconocidas
que parecían parte del juego. Ya existían, por ejemplo, el
faradio y el culombio. Eran unidades de carga eléctrica que
debían su nombre a un hombre. La primera, al físico británico
Michael Faraday; la segunda, al francés Charles-Augustin de
Coulomb.
«A partir de esos términos electrónicos, inventamos
expresiones, refranes, nuevos insultos, nuevas fórmulas»,
explica Alba Rico, treinta años después. De ese propósito
surgieron «vas de culombio», «de pila máster» o «estoy hasta
los baudios». A ojos de 2017, estrábicos por el apagón lingüístico
que producen los eufemismos y lo políticamente correcto, pudiera
parecer que los creadores de La Bola no querían malear el
vocabulario de los niños ni herir la sensibilidad de los adultos,
pero nada quedaba más lejos de su intención. «Se trataba de
trasladar, o traducir, nuestras expresiones más coloquiales
a la jerga eléctrica o electrónica», indica el guionista.
«Los electroduendes dicen palabrotas en su propio idioma».
¡No te funde! A oídos de hoy, La Bola podría resultar políticamente
incorrecta. No se cortaban. De sus programas salieron lemas
críticos, como chispazos, hacia el sistema neoliberal que
sobrevolaba el país y que los niños y adolescentes repetían
como una letanía:
Aunque Alba Rico piensa que «más que una vocación
subversiva, había mucha espontaneidad disruptiva». La genialidad
de aquel programa que arrastraba frente al televisor a millones
de personas, cada sábado por la mañana, surgió de una fusión
del talento de la generación X (nacidos entre 1960 y 1980),
los baby boomers (nacidos entre 1940 y 1960) y los silenciosos
(nacidos entre 1920 y 1940). A los silenciosos pertenecía
la directora del programa, Lolo Rico, nacida en 1935 y fallecida
el 20 de enero de 2019. «En La Bola coincidieron varias generaciones
de creadores que expresaban las transformaciones culturales
y políticas de la época. Es un programa de “encrucijada” en
una época aún sin fraguar, en la que lo más natural era decir
disparates, a veces para mal y a veces para bien». La fusión
de dos corrientes muy distintas produjo destellos brillantes
en La Bola de Cristal. Ahí se unieron la movida, con su lenguaje
y su actitud descarada, y el marxismo, del que surgieron los
famosos versos críticos. «Fue un feliz apareamiento irrepetible
entre dos corrientes condenadas a separarse enseguida: la
movida oficial (frente a otras periféricas, no madrileñas)
acabó en el poder, mientras que el marxismo terminó en la
marginación y el olvido». De aquel idioma eléctrico saltaron
rimas incendiarias:
Y puede que esa musicalidad lingüística impregnara
el lenguaje juvenil de ese afán por colocar cada sílaba para
formar versos gamberros al estilo de «me piro, vampiro» o
«de qué vas, Bitter Kas». Alba Rico no tiene la respuesta
del origen del uso y abuso que hicieron los miembros de la
generación X de las asonancias y consonancias. «Puede que
las rimas estuvieran en el aire pero desde el principio estaban
en mi cabeza», apunta. Carlo Frabetti escribía alejandrinos
satíricos para la sección del Librovisor. Carlos Fernández
Liria armaba falsos eslóganes mitológicos, como «¡Homero,
se te ha visto el plumero!». A los electroduendes Alba Rico
reservaba unos pareados «claramente “terroristas”, ripios
intencionadamente rechinantes que intentaban “hacer oír” lo
que habitualmente no se escucha».
Detrás de sus guiones, cuando los escribía,
estaban el dramaturgo Bertolt Brecht y el poeta satírico Jonathan
Swift. Y así, rememora, «teníamos un pie en la calle y otro
en los libros». Aquella bola por un tiempo rodó sin freno.
En ella cantaban, sin pudor y sin miedo, sin remilgos ni sobreprotección,
temas que decían a los niños X:
«Parece mentira, pero la única televisión que
existía, la pública, era mucho más libre que las plurales
e infinitas redes sociales donde ya no se puede contar un
chiste», lamenta el guionista. «La combinación de leyes represivas
y de tenazas políticamente correctas ha contraído enormemente
el ámbito de la libertad de expresión, que hay que defender
con uñas y dientes, incluso o sobre todo para quienes dicen
cosas que preferiríamos no escuchar».
La bola de cristal fue un programa de Televisión Española
emitido en los años ochenta, dirigido por Lolo Rico,
y subdirigido y realizado durante la mayor parte de
su emisión por Matilde Fernández Jarrín. La primera
emisión de La bola de cristal fue el sábado 6 de octubre
de 1984, siendo su último año de emisión 1988. El programa
contaba con varias secciones orientadas para diversas
franjas de edad. Recibió dos premios «TP de Oro» al
mejor programa infantil en los años 1985 y 1987. Cabe
destacar el continuo reconocimiento de diferentes sectores
de la sociedad hacia este programa que se salía de la
norma marcada por los programas infantiles de su época
y otros más actuales, y que apostaba por tratar a los
niños como personas adultas. La bola de cristal reflejaba
el cambio sociopolítico que supuso la Transición en
España y la explosión cultural y musical conocida como
la Movida madrileña.
El programa estaba dividido en cuatro secciones diferentes,
bien diferenciadas. Cada una de ellas estaba dirigida
a un público de diferente edad, que comprendía desde
los más pequeños hasta los ya casi adultos. Todas las
secciones estaban salpicadas de pequeños vídeos de corte
humorístico o que invitaban a reflexionar, y que actuaban
a modo de cortinillas de continuidad entre secciones.
De estas cortinillas surgieron frases como «Yo solo
no puedo, con amigos sí», «Si no quieres ser como estos,
lee», o «Tienes quince segundos para imaginar... si
no se te ha ocurrido nada, a lo mejor deberías ver menos
la tele», entre otras.
La música de la banda sonora de esta serie se encuentra
en una recopilación de 30 canciones llamada: "Las Canciones
De La Bola De Cristal ¿Qué Tiene Esta Bola?".
Es la primera sección del programa, dedicada
a los más pequeños. En los primeros programas, los conductores
eran Isabel Bauzá y Gerardo Amechazurra, y los protagonistas
eran «Los electroduendes»: la Bruja Avería, la Bruja
Truca, el Hada Vídeo, Maese Cámara y Maese Sonoro. Las
voces de estos muñecos fueron, respectivamente, las
de los actores de doblaje Matilde Conesa, Laura Palacios,
Alicia Saínz de la Maza, Luis Perezagua y Ángel Egido.
Las tramas en esos programas consistían en los presentadores
intentando hacer el programa y los electroduendes gastándoles
bromas. Posteriormente, se varió el formato y se suprimió
a los presentadores, dejando la sección íntegramente
en manos de los Electroduendes, que protagonizarían
diversos sketches de todo tipo. Los electroduendes,
como su nombre indica, eran los duendes de la electrónica,
y cada uno representaba una de los aspectos técnicos
de lo audiovisual. Maese Sonoro representaba al micrófono,
capaz de escuchar todo, pero incapaz de memorizarlo.
Maese Cámara representaba a la cámara, capaz de verlo
todo, pero incapaz de memorizarlo. El hada Vídeo representaba
a las grabadoras, ya que podía memorizar y reproducir
cualquier imagen o sonido que hubiesen visto u oído
sus compañeros. La bruja Truca era una enamorada del
cine y lo conocía todo sobre el séptimo arte. Por su
parte, la bruja Avería ejercía de villana, y se encargaba
de estropearlo todo y de hacer explotar y embrujar todo
tipo de cosas, incluidos los demás electroduendes. A
lo largo de su vida de emisión, los Electroduendes pasaron
de protagonizar aventuras infantiles a ser auténticos
artífices de las más variopintas críticas contra el
gobierno, el capitalismo, la guerra, el terrorismo,
etc., gracias a su guionista Santiago Alba Rico. El
programa se convirtió en una crítica social de su tiempo
que no a todo el mundo gustaba. Muchos críticos, periodistas
sobre todo, pusieron en tela de juicio si realmente
era un programa dirigido al público infantil, adolescente
o al ya adulto. Los Electroduendes tenían cierta forma
de hablar en rima bastante original y solían utilizar
expresiones, frases y formas nunca antes oídas. Un ejemplo
de las mismas podría ser:
- “Viva el mal, viva el capital” (frase
insignia de la Bruja Avería).
- “Soy Avería y aspiro a una alcaldía”.
- “Meapilas”.
- “Lo mío es... ¡El cine!” (frase insignia
de la Bruja Truca)”.
- “Me importa un vatio”.
- “Desenseñar a desaprender cómo se deshacen
las cosas”.
Es la segunda sección del programa, dirigida
a niños un poco más mayores y preadolescentes. Estaba
conducida por Alaska, con guiones de Carlo Frabetti
y Carlos Fernández Liria. También sufrió cambios de
formato a lo largo de las temporadas. Al principio,
Alaska estaba acompañada de Mantequilla, un detective
encarnado por Miguel Ángel Valero (Piraña en Verano
azul). En esta época, Alaska contaba una historia relacionada
con alguna época de la historia, como la antigua Grecia,
la Roma clásica, la Edad Media, etc, y Mantequilla resolvía
algún caso que guardase relación o no con el tema tratado.
Poco después, se sumaron al elenco de actores Pedro
Reyes y Pablo Carbonell, como intérpretes de las historias
de Alaska, de forma disparatada y humorística, y para
la segunda temporada se prescindió del personaje de
Mantequilla, quedando Alaska, Pedro y Pablo como protagonistas
de la sección hasta el final del programa en 1988. Al
finalizar la sección, como puente entre secciones se
solía emitir un videoclip con una canción especialmente
creada para el programa protagonizado por Alaska, Santiago
Auserón, Loquillo o Kiko Veneno entre otros. De ellas,
la más popular fue sin duda Abracadabra, interpretada
por la propia Olvido Gara y que se identificó con el
programa.
Esta tercera sección funcionaba como contenedor
para emitir un capítulo de una serie infantil o juvenil,
también presentado por Alaska. Las series que se emitieron
en esta sección fueron:
- La Pandilla.
- La familia Monster.
- Embrujada.
Después del episodio, se emitía la minisección
«Los monográficos de Truca» que consistía en un pequeño
monográfico que trataba sobre la vida de antiguos artistas
del mundo del cine, tales como Charlie Chaplin, Romy
Schneider, etc.
Era la cuarta sección del programa, dedicada
a los adolescentes de entre 14 y 18 años, cuyo nombre
unitario era simplemente "La cuarta parte", aunque en
la programación de Televisión Española figuraba como
programa independiente porque podía pensarse que no
fuera apropiado para el público infantil. Esta sección
fue añadida en la segunda temporada del programa, que
en la primera temporada sólo tenía las tres secciones
anteriores. Comenzaba con «La entrevista del patito»
durante la cual la propia directora del programa, Lolo
Rico, hacia entrevistas a personajes actuales de aquella
época, tales como Fernando Savater o Pedro J. Ramírez,
o simplemente hacía monólogos críticos sobre otros temas
como la publicidad, la moda, etc. Luego comenzaba «El
Noticiario» con Javier Gurruchaga al frente. En él,
Gurruchaga tenía cierta libertad para tratar los temas
que le viniesen en gana, hablando de la política, la
música, el cine, e incluso protagonizando una miniserie
donde él mismo interpretaba a todos los personajes de
su supuesta familia imaginaria y cuyos guiones estaban
escritos por Isabel Alba. Posteriormente, la participación
de Gurruchaga se extendió a toda la sección, que recibió
el nombre "El cuarto hombre". Además, dentro de la sección
«Acordes en espiral» también se emitían videoclips,
algunos de ellos creados específicamente para el programa,
con los últimos éxitos de artistas como Franco Battiato,
Ángel Altolaguirre, Radio Futura, Mecano, Los Nikis,
Eskorbuto, Javier Gurruchaga, La Unión, Los Toreros
Muertos, Golpes Bajos, Glutamato Ye-ye, La Frontera,
Nacha Pop, Gabinete Caligari, Ramoncín, El Último de
la Fila y otros. Grupos que representaban el conjunto
de artistas y gustos musicales de la etapa de La Movida
en los años ochenta y otros extranjeros. Fue el programa
el verdadero impulsor del videoclip en la España de
la década, y los temas que se beneficiaron incluyen
Sildavia, La sangre de tu tristeza, Querida Milagros,
Insurrección, Al calor del amor en un bar, A quién le
importa, No es serio este cementerio o El imperio contraataca.
También, en ocasiones, se emitían «Los conciertos de
la bola», miniconciertos en los que el mismo tipo de
artistas interpretaban sus canciones en directo ante
el público, y a veces canciones compuestas en exclusiva
para el programa. Años más tarde, se añadió a esta sección
la proyección de cortos humorísticos españoles como
The Traka donde una jovencísima Anabel Alonso hacía
sus primeros pinitos en la televisión, o «el Show de
Pedro Reyes», donde el actor del mismo nombre protagonizaba
disparatadas y absurdas situaciones.
Con la llegada de Pilar Miró como directora
de RTVE en 1987 mucha de la carga de crítica política
y social presente en secciones como Los Electroduendes
se tuvo que parar. Miró presionó para que se dejase
de criticar a Felipe González (presidente del gobierno
español en aquella época), a Ronald Reagan (presidente
de los Estados Unidos entre 1980 y 1989) o a Margaret
Thatcher (primera ministra del Reino Unido entre 1979
y 1990), lo que provocaba cierto malestar a la directora
del programa, Lolo Rico, y a sus guionistas que, después
de haber tenido durante tres años toda la libertad que
quisieron para hablar y tratar los temas que les pareciesen,
ahora se veían más limitados para poder hablar y criticar
en libertad y a su manera lo que quisieran y, como consecuencia,
con menos ganas de seguir con el programa.
En una entrevista concedida por el trigésimo
aniversario del programa, Rico indica que Radio Televisión
Española censuró sin su permiso un spot que defendía
al colegio público respecto al privado. Ello provocó
la dimisión de Lolo Rico y la finalización del programa.
Desde 1987 había planes para la continuidad
del programa, con Sonia Martínez como presentadora en
sustitución de Alaska, pero a causa de las restricciones
ya citadas, la sección de los Electroduendes llegó a
su fin a finales del 1987 y eso llevó a que La bola
de cristal dejase de emitirse por completo en 1988,
sustituyéndose por un programa nuevo de corte más infantil
llamado Cajón desastre y conducido por Miriam Díaz Aroca.
A mediados de 2008 Televisión Española
decidió reemitir algunas de sus producciones propias
clásicas. Las elegidas fueron Los gozos y las sombras,
Turno de oficio, Verano azul, Historias para no dormir,
La bola de cristal y Anillos de oro.
Tras una encuesta a la audiencia, comenzó
la reemisión en forma de vídeos publicados en su web,
si bien también se encuentran allí, en la sección de
Televisión a la carta/Archivo/Series míticas, los primeros
episodios de las otras cinco series. En particular,
el primer programa de La bola de cristal figura desde
el 16 de mayo de 2008.
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La periodista y realizadora de TVE y directora del
histórico programa "La bola de cristal", María Dolores
Rico Oliver, conocida profesionalmente como Lolo Rico,
falleció a principios de 2019. Su gran corazón se paró.
Lolo Rico, de 84 años, había recibido numerosos reconocimientos
por el trabajo de este programa, que encarnó la edad
de oro del pop español y en el que estuvieron presentes
la estética y la música de los ochenta. Por el programa,
emitido los sábados por la mañana por TVE de 1984 a
1988, pasaron personajes de la conocida como Movida
madrileña y una marioneta se convirtió en ídolo de los
adolescentes de la época, la Bruja Avería.
"La bola de cristal" fue una idea original de TVE,
de la que Lolo Rico fue la coordinadora. Era hora y
media de programa dividido en tres partes: "Electroduendes",
con personajes como la Bruja Avería, a la que puso voz
Matilde Conesa; el Hada Truca o el Hada Vídeo; "Librovisor",
con la que se acercaba a los más pequeños a la lectura,
y "La Cuarta Parte", por la que pasaron Alaska, Pedro
Reyes, Javier Gurruchaga, Anabel Alonso o Pablo Carbonell.
Aunque estaba dedicado a un público infantil y adolescente,
destacó por tratar a su audiencia como a los espectadores
adultos y por hacerse eco de la moda de los años ochenta.
Ha sido considerado por la propia TVE como uno de sus
productos míticos, junto a "Verano azul" e "Historias
para no dormir".
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