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Abdel Fatah al Sisi cumple diez años en el poder.
Una década que ha sumido a Egipto en una profunda crisis multidimensional:
económica, política y de libertades. El 3 de julio de 2013
Al sisi culminó un golpe militar que echó del Gobierno al
partido islamista de los Hermanos Musulmanes y al primer presidente
de la historia de Egipto elegido democráticamente en las urnas,
Mohamed Mursi. Al Sisi suspendió la Constitución y se estableció
con plenos poderes un año más tarde, ratificado a través de
un plebiscito. Egipto ha navegado desde entonces en una crisis
permanente. La persecución de los islamistas se extendió a
toda la oposición democrática y los vestigios de la llamada
Primavera Árabe, la revuelta popular que derrocó al dictador
Hosni Mubarak.
Cualquier forma de disenso fue represaliada,
desde periodistas a abogados, convirtiendo al país en una
de las mayores cárceles del mundo para los activistas de las
libertades civiles y los derechos humanos. "Miles de defensores
de los derechos humanos, periodistas, manifestantes y otros
críticos y disidentes reales o percibidos del Gobierno siguen
detenidos arbitrariamente por ejercer sus derechos humanos",
declara Elizabeth Rghebi, directora de Defensa de los Derechos
para Oriente Próximo y Norte de África de Amnistía Internacional.
"En los últimos 10 años, las autoridades egipcias han seguido
aplastando todas las formas de disidencia pacífica y reprimiendo
el espacio cívico", continúa. La magnitud de las detenciones
ha sido de tal escala que no hay cifras oficiales actualizadas
y es difícil saber el número real de detenidos, muchos de
ellos a la espera de juicio. La organización Human Rights
Watch reclamaba en febrero, junto a otras nueve ONG, a las
autoridades egipcias más trasparencia sobre la población encarcelada
y llamaba la atención sobre su situación entre rejas. "Bajo
el mandato del presidente Al Sisi, la población reclusa ha
aumentado drásticamente, ya que las autoridades han detenido
a decenas de miles de disidentes reales o presuntos desde
finales de 2013. La represión ha provocado un peligroso hacinamiento
en los centros de detención y ha empeorado aún más sus condiciones,
ya de por sí inhumanas", señalaba en un comunicado. "El golpe
de Estado y luego Al Sisi pidiendo a la gente que le diera
un mandato para deshacerse del terrorismo [...] fue el soplo
de vida que este aparato coercitivo necesitaba para volver
y estar al frente y en el centro de la vida egipcia", explica
al digital 'Middle East Eye' el investigador de Iniciativa
por la Libertad Amr el Afifi. "Y vemos que 10 años después
la economía está controlada por los militares y por diferentes
aparatos de seguridad, la vida política está controlada por
los militares y por diferentes aparatos de seguridad", añade.
Monumentos de milenios de antigüedad ubicados
junto al fértil valle del río Nilo, incluidas las colosales
pirámides de Guiza y la Gran Esfinge, al igual que las tumbas
del Valle de los Reyes y el Templo de Karnak bordeado de jeroglíficos
en Luxor. En la capital, El Cairo, hay monumentos otomanos,
como la mezquita de Muhammad Alí y el Museo Egipcio, un tesoro
de antigüedades.
En 2022 una agencia de las Fuerzas Armadas se
hizo con los derechos para explotar comercialmente los parques
de la ciudad de Alejandría, la segunda más grande del país,
además de 36 islas situadas en el río Nilo y las codiciadas
orillas de éste a su paso por El Cairo, en las que han construido
un paseo marítimo de cemento que, además de no respetar el
medio ambiente, no es de libre acceso para los ciudadanos.
Al Sisi, que en los últimos años ha gobernado de forma cada
vez más autoritaria aplastando todo tipo de oposición y silenciando
las voces críticas, ha beneficiado a los generales y a otros
cuerpos de seguridad, así como a empresarios leales al régimen
egipcio, mientras la mayor parte de la población ha visto
cómo sus condiciones de vida han empeorado notablemente.
La debacle económica ha ido en caída libre desde
la subida de Al Sisi al poder. La inflación supera hoy el
30%, con la moneda local, la libra egipcia, habiendo perdido
la mitad de su valor frente al dólar en este último año. El
precio de alimentos como la carne ha escalado un 90%. El país
se encuentra dramáticamente endeudado, una situación que la
pandemia empeoró, poniendo la puntilla al sector turístico,
y que la guerra de Ucrania ha agravado más si cabe, debido
a la fuerte dependencia del trigo del país europeo. Lejos
de reconocer la terrible encrucijada, Al Sisi ha celebrado
sus 10 años en el trono ignorando los problemas: "Tengo fe
en que esta generación, que transformó Egipto con su esfuerzo
y paciencia, del caos y la ansiedad a la estabilidad y la
seguridad, es capaz de completar su experiencia, que disfruta
de un rápido progreso, extendiéndose a cada centímetro del
país con la infraestructura, carreteras, transporte y comercio".
Los protagonistas de la revolución egipcia.
Calladamente, el pueblo le lleva la contraria.
Cientos de egipcios se embarcan cada día en una incierta travesía
hacia la emigración a Europa a través de las rutas ilegales
del Mediterráneo, empujados por la pobreza y la falta de libertades.
El reciente naufragio frente a las costas griegas el 13 de
junio de un pesquero con hasta 750 migrantes a bordo ha sacado
a la luz esta tragedia que también se hace notar en el país
árabe más poblado. Sólo se han recuperado hasta la fecha 82
cadáveres; el resto de pasajeros está desaparecido. Según
las ONG a bordo irían 200 egipcios. Sus familiares aún los
buscan. En 2022, uno de cada cinco migrantes llegados a Italia
procedía de Egipto, según la Agencia de la Unión Europea para
el Asilo. Datos oficiales de Italia muestran que un tercio
de los menores que arriban a sus costas son egipcios. Rostros
tras unas cifras que confirman el catastrófico mandato de
Al Sisi más allá de las palabras rimbombantes.
Nota de prensa, Diciembre 2023:
Abdelfatah al-Sisi es reelegido para un tercer
mandato.
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