Intereses ecónomicos por un desarrollo
desequilibrado crean un problema que afecta a toda la humanidad,
a nivel global. Nos vamos al carajo.
La Amazonia, también denominada en portugués
Amazônia, en francés: Amazonie, en inglés: Amazonia, en neerlandés:
Amazone, es una vasta región de la parte central y septentrional
de América del Sur que comprende la selva tropical de la cuenca
del río Amazonas. Las adyacentes regiones de las Guayanas
y el Gran Chapo también poseen selvas tropicales, por lo que
muchas veces se las considera parte de la Amazonia. Esta selva
amazónica es el bosque tropical más extenso del mundo. Se
considera que su extensión llega a los 7 000 000 km² (siete
millones de kilómetros cuadrados) repartidos entre nueve países,
de los cuales Brasil y Perú poseen la mayor extensión, seguidos
por Bolivia, Colombia, Venezuela, Ecuador, Guyana, Francia
(Guayana Francesa) y Surinam. La Amazonia se destaca por ser
una de las ecorregiones con mayor biodiversidad en el planeta.
El 11 de noviembre de 2011 la selva amazónica
fue declarada una de las siete maravillas naturales del mundo.
La selva Amazónica se desarrolla alrededor del
río Amazonas y de su cuenca fluvial. Las altas temperaturas
favorecen el desarrollo de una vegetación tupida y exuberante,
siempre verde. El título de el Pulmón del Planeta que ostenta
la Amazonia no es casualidad, ya que mantiene un equilibrio
climático: los ingresos y salidas de CO2 y de O2 están equilibrados.
Los científicos ambientalistas concuerdan en que la pérdida
de la biodiversidad es resultado de la destrucción de la selva,
y que se evidencia con la aparición en el área del río Caquetá
a un sistema anterior del bosque selvático en el cual se utilizaron
suelos de forma permanente, “tierras prietas” gracias a su
progresivo abono y por lo que así evitó las migraciones.
Toda la flora de la selva tropical húmeda sudamericana
está presente en la Selva Amazónica. Existen en ella innumerables
especies de plantas todavía sin clasificar, miles de especies
de aves, innumerables anfibios y millones de insectos.
Entre los mamíferos, el Amazonas posee enorme
cantidad de especies, como los monos, el jaguar, el puma,
el tapir y los ciervos. En sus aguas viven dos especies de
delfines, como el delfín rosado. Se encuentran reptiles como
gran cantidad de especies de tortugas acuáticas y terrestres,
caimanes, cocodrilos, y multitud de serpientes, entre ellas
la anaconda —el mayor ofidio del mundo—, etc. No hay otro
ecosistema en el mundo con tanta cantidad de especies de aves;
entre estas destacan los guacamayos, tucanes, las grandes
águilas como el águila harpía, y otras muchas especies, en
general de coloridos plumajes. Un 20% de las especies mundiales
de aves se halla en el bosque amazónico. Para los aficionados
al acuarismo, se trata de una fuente que provee la mayor cantidad
de especies piscícolas que hoy en día pueblan los comercios
y acuarios del planeta.
Un 50% de las especies mundiales de plantas
se halla en el bosque amazónico. En las lagunas a lo largo
del río Amazonas florece la planta Victoria amazonica, cuyas
hojas circulares alcanzan más de cuatro metros de diámetro.Está
constituido por los bosques donde se encuentran una cantidad
increíble de árboles de todo tipo: itahuba, caricari, tajibos,
cedro, ruta barcina, mandrilo y otros. El 50% de las especies
de madera son exóticas. Existen muchas especies de plantas
medicinales que pueden curar toda clase de enfermedades como
ser: úlceras, asma, mordeduras de víbora, problemas sanguíneos,
apendicitis, problemas cardíacos, respiratorios, dentales,
problemas digestivos y otros. En algunas lagunas también existen
variedades de lilaceas muy llamativas como la Victoria amazónica
que llega a medir hasta los 2 metros de diámetro que es la
planta acuática más grande del mundo. Flores silvestres de
increíble belleza y variedad que dan colorido a la zona, y
pueden ser encontradas a lo largo de toda la zona desde los
ríos hasta el monte.
La superficie de la selva amazónica se ha reducido
de un 20%, desde que se inició la deforestación en el año
1970. Los informes del Center for International Forestry Research
(CIFOR) señalan que el rápido crecimiento en las ventas de
carne de res brasileña, han acelerado la destrucción de la
selva tropical de la Amazonia. La combinación del calentamiento
global y la deforestación hace que el clima regional sea más
seco y se podría convertir gran parte de la selva tropical
en una sabana. Jeremy Rifkin, presidente de la Fundación de
Tendencias Económicas afirmó en una entrevista que "Estamos
destruyendo el Amazonas para alimentar vacas".
El 3 de Abril de 2006 Greenpeace Internacional
presentó el informe Devorando la Amazonia, el cual habla sobre
la deforestación que se está produciendo en la selva amazónica
para introducir cultivos de soja y cómo esa soja acaba siendo
exportada para la alimentación de ganado que acaba sirviendo
de alimento en cadenas de comida rápida y supermercados. Entre
el 2000 y el 2013, el Perú perdió un promedio de 113,056 hectáreas
de bosque por año, lo que equivale a perder 17 campos de fútbol
por hora.
En Brasil bajo el gobierno de Jair Bolsonaro
se han registrado aumentos en la deforestación y posterior
destrucción de la Amazonia. El Gobierno de Brasil condiciona
toda ayuda externa de organizaciones o países para ayudar
a combatir los incendios forestales en el Amazonas, siempre
que pueda decidir cómo usarla. "La soberanía brasileña no
es negociable", ha afirmado el portavoz de la Presidencia
de Brasil, Rego Barros, añadiendo que el país nunca se ha
opuesto a un diálogo con Francia. El presidente brasileño,
Jair Bolsonaro, rechazó la ayuda de 20 millones de euros ofrecida
por los países del G7 en base a los tuits que Macron vertió
contra él. El mandatario de Brasil ha criticado que le tachasen
de "mentiroso" por sus incongruencias en políticas medioambientales.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, salió
en apoyo de Bolsonaro. Según datos del Instituto de Investigación
Espacial de Brasil (INPE) en lo que va de año los incendios
en el Amazonas han aumentado un 83 % respecto al mismo periodo
de 2018. En 2019 esta agencia estatal ha registrado 72.843
incendios, el número más alto desde que se alcanzó el anterior
récord en 2013. Entre el 15 y el 20 de agosto, los satélites
contabilizaron 9.500.
Por su parte, la ministra de Medio Ambiente
de Canadá, Catherine McKenna, anunció que Brasil había
rechazado la ayuda que Ottawa ofreció a las autoridades
brasileñas para combatir los incendios en la Amazonia. El
primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ofreció a Brasil
el envío de aviones cisternas y 15 millones de dólares canadienses
(11,25 millones de dólares estadounidenses). McKenna ha afirmado
que los incendios no son solo un problema de Brasil, y que
si Brasilia rechaza la ayuda canadiense, Ottawa trabajará
con otras naciones: "Hay otros países que están implicados
y en estos momentos estamos proporcionando un modelo de dispersión
aérea al Gobierno de Argentina. Esperamos que podamos trabajar
con los otros socios".
La principal característica sudamericana es
el gran desequilibrio en su distribución demográfica. Mientras
la inmensa mayoría se concentra en la costa, enormes regiones
del interior quedan prácticamente deshabitadas. Otra característica
del subcontinente sudamericano, es su alta tasa de población
urbana: tres de cada cuatro latinoamericanos viven en una
ciudad.
La selva amazónica peruana, colombiana y brasileña,
no escapa a esta realidad; la mayoría de pobladores de la
región amazónica se concentran en las ciudades al pie del
río Amazonas: Iquitos, Leticia, Manaos y Belém do Pará. La
mayoría de los pobladores son colonos y sus descendientes,
de origen blanco, mestizo e indígena. Las principales actividades
económicas que se presentan en el río Amazonas y en su región
son la exportación a todo el mundo, del caucho y la madera.
También la pesca, es primordial en el territorio amazónico,
se presentan varias exportaciones de peces hacia toda la región,
en general el Pirarocu. La agricultura y exportación de alimentos,
tales como la yuca, el plátano y el maíz y frutas típicas
de la región como, el Copoazú, Carambola, Arazá, Asaí entre
otras; hacen parte de la gran variedad de alimentos que produce
esta región.
Falta una decisión mancomunada de los países
llamados amazónicos, orientada a hacer un uso racional de
los recursos naturales y del agua.
Una fotografía aérea muestra una zona quemada
del Amazonas cerca de Boca de Acre, en el estado brasileño
de Amazonas, el 24 de agosto.
Desde el punto de vista cultural la selva amazónica
es una de las regiones más diversas del planeta. Los pueblos
autóctonos de la región pertenecen a diferentes grupos lingüísticos
entre los que no se ha probado una relación filogenética clara,
lo cual sugiere que tanto la diversidad cultural como lingüística
se remonta a milenios atrás. Esta diversidad pudo darse, en
parte porque a diferencia de otras regiones donde desde antiguo
existieron importantes imperios, en esta región no existieron
sociedades estatales suficientemente duraderas como para tener
un efecto nivelador en el plano cultural y lingüístico. Los
grandes grupos lingüísticos de la región son:
- Lenguas tupíes, es la familia de lenguas autóctonas
actualmente más extendida en la región, aunque parte de su
expansión dentro de la región pudo darse en un período reciente.
- Lenguas ye o gê, tras las lenguas tupí es
la familia más extendida en la región amazónica.
- Lenguas caribes, es una familia que se expandió
probablemente desde la parte septentrional de la Amazonía,
aunque existen miembros de esta familia lingüística en el
centro de la Amazonía.
- Lenguas arahuacas, es una familia ubicada
básicamente en la región circunamazónica propiamente dicha.
- Lenguas pano-tacanas, Amazonía suroccidental.
Además de estas unidades filogenéticas de tipo
lingüístico existen un número importante de pequeñas familias
de lenguas que no han podido ser convenientemente relacionadas
con estas y por tanto se consideran grupos independientes.
El Amazonas se aproxima a su punto de “no retorno”.
Carlos Nobre es brasilero y es una autoridad
mundial en meteorología. Sus estudios, como lo registra la
Unesco, también lo han posicionado como uno de los científicos
que más sabe de la Amazonía. Fue quien estuvo al frente de
una gran iniciativa mundial para crear nuevos conocimientos
que ayudaran a comprender el funcionamiento hidrológico, climatológico
y ecológico de esa región. “Experimento a gran escala de la
biósfera-atmósfera de la Amazonía”, fue el nombre técnico
con el que lo bautizaron a finales de los noventa.
Junto al biólogo Thomas Lovejoy, otro de los
científicos más respetados a la hora de hablar del Amazonas
(el “padrino de la biodiversidad” lo llaman algunos), Nobre
publicó en 2018 un artículo en la revista Science Advances
en el que lanza una alerta inquietante: la Amazonía está acercándose
a su punto de no retorno.
Los cálculos de estos expertos sugieren que
en los últimos 50 años la deforestación ha acabado con el
17% de la vegetación de esa selva. En el caso de llegar el
20%, lo más probable es que ese gran bosque deje de ser sostenible,
aseguran. “Si el clima cambia -por la deforestación o el calentamiento
global- existe el riesgo de que más del 50% de la selva amazónica
derive a un paisaje degradado de baja biodiversidad, tipo
sabana”
A lo que se refieren Lovejoy y Nobre es que
en caso de que siga permitiéndose la tala o quemas , será
muy difícil que el Amazonas siga cumpliendo su rol esencial
en el ciclo hidrológico. Como escribieron en Science Advances,
uno de los modelos que trazaron muestra que en las regiones
central, oriental y meridional de la Amazonía habrá una gran
disminución de lluvias debido a la deforestación. Esto, además
de la incidencia directa en términos biológicos, afectará
a buena parte de Sur América. El sur de Paraguay, el sur de
Brasil, Uruguay y el centro-oriente de Argentina serán algunas
de las zonas afectadas. “La humedad del Amazonas contribuye
en que haya precipitaciones invernales en esas áreas”, escriben.
Los autores creen que uno de los primeros indicios
de ese punto de inflexión son las fuertes sequías que ha afrontado
Brasil en la última década (2005, 2010 y 2015). A los ojos
de estos científicos, estos eventos, junto con las graves
inundaciones que se presentaron en 2009 y 2012, muestran que
el sistema está cambiando por completo. "Creemos que el curso
sensato no es solo restringir estrictamente la deforestación,
sino también construir un margen de seguridad contra el punto
de inflexión del Amazonas, reduciendo el área deforestada
a menos del 20%", escribieron Lovejoy y Nobre.
Para ellos, como le dijeron a Euronews, esta
continua deforestación es un buen ejemplo de los problemas
de la democracia representativa en Sur América. “La voluntad
de la mayoría de preservar la Amazonía no se refleja en las
acciones políticas”. En Colombia, la situación parece no ser
mejor. Luis Gilberto Murillo, al frente del Ministerio de
Medio Ambiente en 2018, confesó que cumplir la meta de “cero”
deforestación en el Amazonas para 2020 será imposible, pues
allí se concentra el 70% de la tala del país. Propuso extender
el plazo dos o cinco años más. Al menos por ahora.
Las aplicaciones Rappi y Nequi establecieron
alianzas con organizaciones ambientales para que sus usuarios
puedan donar dinero que contribuya a la protección de la selva.
Rappi, la aplicación colombiana de envíos a
domicilio, anunció este lunes 26 de agosto que se había aliado
con el colectivo de ambientalistas y artistas Act for Amazonia,
para impulsar las donaciones de sus usuarios en favor de la
protección de la selva amazónica. “A partir de hoy, todos
los colombianos podrán ingresar a la app, y, a través del
botón Act for Amazonia, podrán donar entre $15.000 y $2'000.000,
para ayudar a reconstruir los miles de hectáreas destruidas
por esta catástrofe ambiental”, señaló la startup en un comunicado.
Las donaciones serán recibidas mediante un botón de la apliación
hasta el próximo 6 de septiembre. Los dineros recogidos se
entregarán a organizaciones de base que trabajan por la preservación
del Amazonas. Act for Amazonía es una iniciativa liderada
por un grupo de artistas y ambientalistas, para combatir el
daño que han provocado los incendios en la selva amazónica
en los últimos 16 días, que han destruido más de 500.000 hectáreas
de bosque.
Por su parte, la aplicación bancaria Nequi también
viene impulsando a sus usuarios a donar para proteger el Amazonas
a través de la campaña #JuntosXAmazonas. Nequi, del Grupo
Bancolombia, ofrece a sus usuarios la devolución de hasta
el 50 % del dinero que donen hasta el próximo 31 de agosto.
Las donaciones recibidas por Nequi se destinarán al Fondo
Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés:
World Wildlife Fund), que trabaja desde 1961 por detener el
daño que se le está haciendo al planeta y proteger la diversidad
biológica del mundo.
Esta imagen difundida por la NASA muestra la
dimensión y avance de los focos de incendio en Sudamérica,
a través de Brasil, Bolivia, Perú, Paraguay, Ecuador, Uruguay,
el norte de Argentina y el noroeste de Colombia, al 15 de
Agosto.
La Real Academia Española define ecocidio como
la “destrucción del medio ambiente, en especial de forma intencionada”.
Emmanuel Macron, presidente de Francia, incluso usó este término
para referirse a los incendios en el Amazonas. Abogados brasileños
preparan una denuncia contra Bolsonaro ante La Haya por los
daños a la Amazonía El grupo responsable de la iniciativa
presentará ante la Corte Internacional de Justicia una serie
de argumentos apuntando a que el mandatario ha cometido un
crimen contra la humanidad. Aseguran que su discurso y sus
políticas ambientales han alentado el avance de la destrucción
de la Amazonía, en nombre de los intereses comerciales de
un grupo de terratenientes.
El grupo tratará de responsabilizar criminalmente
al mandatario brasileño por el récord en el aumento de los
daños causados a la Amazonia en este 2019. Los principales
argumentos para la denuncia son el discurso del mandatario
en favor de priorizar los intereses de los grupos de terratenientes
-lo que habría estimulado iniciativas como la del Día del
Fuego-, las políticas ambientales del gobierno basadas en
disminuir el poder contralor del Estado y la débil respuesta
que tuvo la autoridad ante los primeros indicios de crisis
ambiental, dado que Bolsonaro pasó las primeras semanas negándose
a aceptar los datos sobre la destrucción, hasta que la presión
internacional tras un informe de la NASA lo hizo cambiar su
postura.
Los autores de la iniciativa son especialistas
en Derechos Humanos, derecho ambiental e internacional. La
portavoz y organizadora del grupo es Eloísa Machado, especialista
en derecho constitucional brasileño por la Fundación Getúlio
Vargas (FGV, uno de los institutos más prestigiados de Brasil),
quien asegura que “los daños ocurridos este año en la Amazonía
pueden ser vistos como consecuencia de las declaraciones irresponsables
de Bolsonaro, y de sus medidas para debilitar los órganos
ambientales que fiscalizan la zona, además de sus políticas
de Estado de basadas en mirar en menos a la protección de
los derechos socioambientales”.
Destrucción del Amazonas: las principales amenazas
para la mayor selva tropical del mundo en los 9 países que
la comparten.
El grupo usará el término “ecocidio” para definir
lo que consideran ser el resultado de las políticas de Bolsonaro,
y aunque reconocen que la destrucción en la Amazonía no empezó
este año, aseguran que el alcance de ésta, como se ha visto
en las últimas semanas, tiene que ver con las políticas de
un presidente que está declaradamente en contra de las leyes
ambientales. “Hay toda una estrategia que pasa por los ataques
de Bolsonaro a los órganos científicos y a las organizaciones
ambientalistas, y sus medidas que buscan mermar el poder de
los órganos de fiscalización ambiental, que son cómo un salvoconducto
para acciones en contra del medio ambiente”, explica Machado.
Entre los muchos datos reunidos para la denuncia, entregados
por centros científicos brasileños e internacionales, los
más importantes son los del Instituto Nacional de Pesquisas
Espaciales de Brasil (INPE), que habla de un aumento del 88%
en la desforestación de la Amazonía durante el mes de junio,
en comparación al mismo período en 2018, dato que en julio
saltó a 278%.
La difusión de esos datos a la prensa, llevó
a que Bolsonaro exigiera la dimisión del director del INPE,
el científico Ricardo Galvão. Esta imposición también será
incluida en la denuncia de los abogados. Los abogados asumen
que el uso del término “ecocidio” fue basado en una declaración
del presidente francés Emmanuel Macron, cuando comentó por
primera vez los sucesos en la Amazonía, diciendo que “tenemos
un verdadero ecocidio desarrollándose en la región, y no solamente
en territorio brasileño”. Según Machado, desde los ’70 los
crímenes ambientales que ponen en riesgo la seguridad humana
han sido entendidos como ecocidio en diversos países del mundo,
aunque la CIJ solo ha reconocido éste como un crimen contra
la humanidad a partir del 2016. La especialista también reconoce
que no hay precedentes de ese tipo de acción en La Haya.
“Será un echo histórico, un avance en la protección
de los derechos humanos y una oportunidad para establecer
más claramente los criterios por los cuales esos graves crímenes
ambientales pueden ser caracterizados como crímenes contra
la humanidad”, concluye la abogada.
¿Cuáles son las causas de los incendios
en el Amazonas?
Brasil es el principal exportador de carne de res del
mundo. Según el Departamento de Agricultura de EU, cerca
del 20% de las exportaciones mundiales provienen de
este país amazónico. Para satisfacer la alta demanda
de los mercados, la industria brasileña necesita de
más espacios y recursos para el ganado. Esto ha generado
más deforestación para el cultivo de soya para exportación,
el alimento de las vacas, pollos, cerdos y otros animales
que componen la dieta rica en proteína animal. Se sabe
que la quema es una práctica común de agricultores y
ganaderos para “limpiar” el terreno. Lo más preocupante
es que el actual discurso del gobierno brasileño incentiva
a la industria ganadera a continuar con su expansión
en la selva amazónica. Si esto continúa, más empresas
verán en este ecosistema un lucrativo espacio para sus
actividades y más incendios en el Amazonas podrían desatarse
en los próximos años.
Los incendios en el Amazonas están ligados a los procesos
de deforestación. Cuando se talan árboles, se alteran
los ciclos hídricos naturales, es decir, llueve menos
y el suelo es más seco. Además, las ramas y hojas que
se dejan luego de la tala funcionan como combustible
para las llamas, haciendo que éstas se reproduzcan más
rápido de lo normal. La tala ilegal es común en los
países amazónicos, como Brasil. Las maderas de alto
valor como la caoba o el ipé son productos de gran demanda
en los mercados europeos, lo que alimenta el fraude
y la corrupción en la industria forestal. Cuando las
zonas o especies protegidas son ignoradas en favor de
las actividades económicas, la selva pierde.
El gobierno del presidente Jair Bolsonaro ha incentivado
la agresiva expansión de la industria en la selva amazónica.
En repetidas ocasiones, el mandatario ha asegurado que
las compañías “son multadas excesivamente” por daños
ambientales. El recién elegido Ministro de Medio Ambiente,
Ricardo Salles, ha sido señalado como un amigo cercano
de la industria ganadera y agrícola por diversas organizaciones
ambientalistas. El relajamiento de las políticas medioambientales
favorecen las causas de los incendios en el Amazonas,
talas, y otras amenazas. Una de las estrategias para
esto, es recortar o frenar recursos para las dependencias
u organizaciones que protegen la selva amazónica. Desde
que inició su mandato, Bolsonaro ha recortado los fondos
para la agencia encargada de vigilar el cumplimiento
de las políticas de conservación de esta región. Además,
ha acusado falsamente a las organizaciones ambientalistas
de provocar los incendios en el Amazonas. Con dependencias
y organizaciones debilitadas, los responsables de la
sobrexplotación en las selvas tropicales encuentran
más fácil salir impunes.
|
Leonardo DiCaprio, conocido por su activismo
a favor de las causas medioambientales, ha anunciado que,
a través de su fundación Earth Alliance, donará 5 millones
de dólares (4,5 millones de euros) para la preservación y
la biodiversidad de la Amazonia, así como también para ayudar
a las comunidades indígenas que habitan en la región. Un fondo
de "emergencia" para ayudar a luchar contra "los fuegos que
están quemando la región".
El actor hizo el anuncio en su cuenta de Instagram.
Earth Alliance es una fundación medioambiental que fundó el
protagonista de 'Érase una vez... en Hollywood' junto con
los filántropos Lauren Powell Jobs y Brian Sheth.
"Hemos formado un fondo de emergencia de cinco millones
de dólares para centrar recursos críticos para comunidades
de indígenas y de otros compañeros locales que trabajan
para proteger la biodiversidad que mantiene la vida de
la Amazonia contra los fuegos que están quemando la región" |
En la página web de Earth Alliance se denuncia
que la situación que se vive en la zona es de máxima gravedad.
"La selva amazónica está en llamas, con más de 9.000 incendios
activos que arrasan delicados e irreemplazables paisajes en
todo Brasil. Esta semana, hasta la fecha, el Instituto Nacional
de Investigación Espacial (INPE) del país ha informado de
más de 72.000 incendios. Es una subida notable, que supera
los 40.000 incendios que tuvieron lugar en 2018 en la zona",
denuncia la fundación.
"El 100% de las donaciones irán a compañeros
que están trabajando en la zona para proteger la Amazonia.
Estamos comprometidos con la preservación del mundo natural
y estamos profundamente preocupados con la continua crisis
que se vive en la región, que subraya el frágil equilibrio
entre el clima, la biodiversidad y el bienestar de los pueblos
indígenas", agregó el actor.
Los fondos serán destinados a cinco organizaciones
que luchan por preservar la Amazonia y proteger los derechos
de los pueblos indígenas. El Instituto Associação Floresta
Protegida, la COIAB (Coordinación de las Organizaciones Indígenas
del Brasil), el Instituto Kabu, el Instituto Raoni, todos
situados en Kayapó, pueblo situado al sur del Amazona brasileño,
y el Instituto Sociambiental.
Leonardo DiCaprio es conocido por su activismo
a favor de las causas medioambientales.
“Ice on fire” el nuevo documental de Leonardo
DiCaprio contra el cambio climático llegó a la televisión
a finales de Julio en HBO.
“Ice on fire” es el nuevo documental con el
que Leonardo DiCaprio quiere hablar de cambio climático. Tras
el estreno de “Antes que sea tarde” en 2016, el actor se une
en esta ocasión con la directora Leila Conners para presentar
soluciones que podrían frenar la creciente crisis ambiental,
yendo más allá de la narrativa actual del cambio climático.
Once años después de la primera colaboración
de la directora Leila Conners con DiCaprio en “La hora 11”,
que enfatizaba los problemas del cambio climático, “Ice on
fire” (Hielo en llamas) se centra en la investigación de vanguardia
de la ciencia del clima de hoy en día, y las innovaciones
destinadas a reducir el carbono en la atmósfera – lo que podría
allanar el camino para una reducción en el aumento de la temperatura
global y beneficiar a los sistemas de vida del planeta.
Si bien gran parte del enfoque político y económico
ha estado en el sector energético, la película señala que
la reducción (sacar el CO2 de la atmósfera y los océanos y
retenerlo bajo tierra) es quizás una solución esperanzadora
para mitigar el cambio climático.
“Hielo en llamas” ofrece una perspectiva realista
pero esperanzadora sobre un tema global clave que requiere
atención, explicando que si bien los riesgos y la urgencia
pueden ser más altos que nunca, también hay mayores oportunidades
para soluciones innovadoras. Además de ser uno de los actores
más reconocidos en Hollywood, Leonardo DiCaprio es un gran
activista en la lucha contra el cambio climático, y por eso
en los últimos años ha puesto todos sus recursos en concienciar
a la sociedad a través de documentales como "La hora 11",
"Cowspiracy" y el aclamado "Virunga". Tambiés es Mensajero
de la Paz de la ONU.
Justamente, cuando ganó su premio Óscar, en
el discurso el artista dijo "el cambio climático es real,
está sucediendo ahora. Es la amenaza más urgente que enfrentan
nuestras especies, necesitamos trabajar unidos y no dejar
más las cosas para luego".
Diez preguntas para entender por qué
debería importarte proteger el Amazonas:
1 ¿Qué tiene de especial el bosque amazónico?
Produce la quinta parte del oxígeno que respiramos
en el planeta, fija la quinta parte del CO2 que emitimos
todos y constituye la quinta reserva mundial más importante
de agua dulce. Además, el clima de todo el planeta está
regulado e influido por lo que ocurre en el bosque amazónico.
2 ¿Por qué en España y Europa nos debe importar preservar
un ecosistema que está a miles de kilómetros de distancia?
Además de por todo lo anterior, que nos afecta directamente,
también porque estamos haciendo esfuerzos para reducir
nuestras emisiones de gases con efecto invernadero para
no rebasar el límite de los 2 grados que se fijó en
el Acuerdo de París, como un límite peligroso e irreversible.
Los cálculos de este límite no contaron con unos incendios
tan devastadores como los que estamos viendo, por lo
que para conseguir este objetivo medioambiental tendremos
que hacer un esfuerzo aún mayor para reducir nuestras
emisiones, tanto para compensar las enormes emisiones
de CO2 producidas por la quema, como por el carbono
que no van a fijar los bosques afectados en los próximos
20 ó 30 años.
3 El Amazonas se quema todos los años. ¿Por qué este
año es diferente?
En primer lugar, por el número de focos y la magnitud
-se encuentra ya entre los mayores registrados nunca
y aún no ha terminado la estación con riesgo de incendios,
que se extiende hasta finales de septiembre-. Dos, porque
los incendios son en su inmensa mayoría provocados:
no se puede culpar a una sequía extrema, ya que la sequía
de este año es normal, o incluso más débil de lo normal.
Y tres, porque cada vez el bosque amazónico es más pequeño
y mucho menos productivo -la mitad de lo que era hace
30 años-, con lo que un mismo incendio tiene ahora consecuencias
mucho más importantes que hace tres décadas.
4 ¿Qué efectos tiene este incendio en las plantas y
los animales?
Está empujando a la extinción a especies propias del
bosque que aseguran el buen funcionamiento del mismo
y que aportan muchos beneficios directos e indirectos
a la población humana en general, no solo a la que vive
cerca.
5 ¿Y en las personas?
A las personas les afecta localmente por la contaminación
por monóxido de carbono. Estos bosques queman mal y
combustiones pobres en oxígeno liberan mucho CO o monóxido
de carbono, que es un gas tóxico para nosotros, y partículas
PM10 -pequeñas partículas que pueden penetrar hasta
las vías respiratorias bajas-. Este año, sin embargo,
el tamaño de los incendios ha sido tal que el humo,
gases y partículas ha llegado a miles de kilómetros
y está afectando a ciudades muy alejadas del bosque
amazónico, como Sao Paulo.
6 ¿Y en el clima?
El nuevo ecosistema que se establezca tras el incendio
–lo más probable es que sea una sabana de arboles dispersos
con mucho pasto-, transpirará mucho menos, generando
un ambiente mucho más seco que afectará al clima local
y regional, así como a la productividad de ecosistemas
tanto naturales como de origen humanos (cultivos y plantaciones).
Pero, en realidad, el clima de todo el planeta está
influido por el clima de esta región debido a las tormentas
y precipitaciones que el propio bosque genera a través
de la transpiración.
7 ¿Y en el suelo y las superficies acuáticas?
Se pierde la fertilidad del terreno por la erosión
y los ríos se contaminan con partículas y se colmatan.
8 Estamos en un periodo interglaciar. ¿No es normal
que haga más calor y haya más incendios?
Es cierto, pero correspondería que este periodo se
fuera acabando y que las temperaturas empezasen a bajar.
Sin embargo, están subiendo por nuestra causa y a una
velocidad mucho mayor de la que se ha registrado nunca.
Pero lo peor es que todo esto se lo hacemos a un planeta
al que cada vez le quedan menos ecosistemas naturales
bien conservados, como los últimos fragmentos de bosque
amazónico, claves para la existencia humana. Es un problema
grave, así que si nos preocupa nuestra supervivencia
a medio o largo plazo hay que ponerle remedio cuanto
antes.
9 ¿Se pueden reducir todos estos efectos?
La única forma es cambiar nuestra relación con el planeta.
Cambiar nuestra huella ambiental per cápita, bajar la
de los países desarrollados para permitir que aumente
ligeramente en los países menos desarrollados, reformular
completamente nuestro sistema socioeconómico. Además,
deberíamos centrarnos más en la prevención que en la
extinción de los incendios para evitar que se produzcan.
La extinción es el fracaso de la gestión y la planificación
y es cara e ineficiente ya que nunca tendremos suficientes
medios para extinguir rápidamente los incendios cada
vez más grandes que están ocurriendo en bosques de todo
el mundo.
10 ¿Se puede recuperar todo lo arrasado por el fuego?
No. Recuperar una parte del bosque quemado es posible,
pero recuperarlo completamente, conseguir un nuevo bosque
funcional, resiliente y completo lleva muchas décadas
y solo es factible en ciertas zonas y bajo ciertas condiciones
ambientales favorables. E incluso esto puede ser irrealizable
por el avance del cambio climático y la amenaza directa
del desarrollo humano.
|
Desde antes de asumir la presidencia, en noviembre
pasado, Bolsonaro canceló la cumbre climática que su país
organizaría para finales del 2019 y obligó a otros países
de la región a apurar el paso para encontrar un anfitrión.
En Febrero, el general retirado y Secretario de Asuntos Estratégicos,
Maynard Santa Rosa, anunció planes para construir un puente
sobre el río Amazonas en el estado de Pará para empezar a
desarrollar lo que llamó región “improductiva, desértica”,
en referencia a la selva Amazónica. Esos planes forman parte
de la estratagema revelada por el sitio Open Democracy, que
publicó la existencia de un plan detallado elaborado por el
Gobierno para el desarrollo de proyectos de infraestructura
y detener programas de conservación y protección de la naturaleza.
Los aumentos en deforestación y en incendios
provocados se dan cuando Bolsonaro ha flexibilizado los controles
ambientales —como las multas, advertencias y la confiscación
de equipo ilegal— al tiempo que reordenó las entidades encargadas
de proteger el medio ambiente. Desde su plan de gobierno difundido
cuando aún era candidato, Bolsonaro planteó fusionar los ministerios
de Agricultura y Ambiente, algo de lo que después desistió;
pero, al asumir el poder el 1 de enero, colocó como jerarca
de Agricultura a Tereza Cristina, conocida por hacer lobby
en favor del gran empresariado agroindustrial.
Como ministro de Ambiente designó a Ricardo
Salles, quien fungió como secretario de Medio Ambiente del
estado de São Paulo y de donde salió condenado por haber alterado
mapas de un plan de gestión ambiental para favorecer a empresas
mineras. Salles además niega la incidencia humana en el innegable
cambio climático que atraviesa el planeta. Bolsonaro transfirió
la Agencia Nacional de Aguas al Ministerio de Desarrollo Regional,
movió el Servicio Forestal Brasileño al Ministerio de Agricultura
y abolió la Secretaría de Cambio Climático.
Además, el presidente nombró como administradores
en posiciones clave a personas con poca o ninguna experiencia
y debilitó el proceso de licencias ambientales bajo el pretexto
de obtener una mayor eficacia. Una parte de estos cambios
fueron criticados desde inicios de mayo por ocho exministros
y exministras de Ambiente de ese país, mediante una carta
pública en donde advertían del “riesgo real de aumento incontrolado
de la deforestación en la Amazonía”.
Tereza Cristina Corrêa da Costa Dias (nacida
el 6 de julio de 1954) es una empresaria, ingeniera agrónoma
y política brasileña, miembro de Demócratas (DEM), ministra
de Ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento desde
enero de 2019. Anteriormente fue diputada federal, representando
al estado de Mato Grosso del Sur, como miembro de la bancada
ruralista. Recibió donaciones de un terrateniente acusado
de ordenar el asesinato de un líder indígena en 2003 y de
al menos otros 12 empresarios ligados a los agrotóxicos. En
2018, Tereza Cristina encabezó un comité especial de la Cámara
que aprobó el Proyecto de Ley 6299/02, destinado a hacer que
las regulaciones sobre pesticidas sean más flexibles en el
país. Por su defensa de dicho proyecto recibió entre sus colegas
el apodo de «musa del veneno».
Los cambios de Bolsonaro están teniendo efecto.
Un análisis publicado en Julio por el New York Times reveló
una caída en las multas y castigos por parte de la principal
agencia medioambiental del país. El primer semestre del 2019
tuvo una caída de 20% en la cantidad de medidas de control,
en comparación con el año anterior. Esto le da más margen
de acción a quienes cometan acciones contra el medio ambiente
en Brasil.
Luego de que el INPE revelara que la deforestación
estaba en crecimiento, la reacción de Bolsonaro consistió
en destituir al director de ese Instituto, Ricardo Galvao,
al que acusó de mentir o dañar la imagen de Brasil por publicar
los datos. “Nuestra sensación es que eso no coincide con la
verdad. Hasta parece que [el presidente del INPE] está al
servicio de alguna ONG”, dijo Bolsonaro, según lo reportó
la agencia AFP. De hecho, el presidente ha insistido en intentar
culpar a las ONG por los incendios.
Por su parte, un grupo de más de 180 organizaciones
emitieron en conjunto este 22 de agosto una nota de repudio
a las declaraciones del presidente. “El aumento de la quema
no es un hecho aislado. En su corta tenencia, la deforestación,
la invasión de parques y tierras indígenas, la explotación
ilegal y depredadora de los recursos naturales y el asesinato
de líderes de comunidades tradicionales, indígenas y ambientalistas
también han crecido”, dijeron respecto a la administración
Bolsonaro.
Jair Bolsonaro junto a su ministro de Defensa
Fernando Azevedo e Silva, en Brasilia.
“Durante el primer Gobierno de Lula, Brasil
dio un paso decisivo para proteger la Amazonia. Fue en este
momento en el que se sentaron las bases para el control de
la deforestación”, explica Claudio Ángelo, autor de los libros
“Calentamiento Global” y “La espiral de la muerte” y coordinador
de comunicación del Observatorio del Clima. Sumada al PPCDAm,
Lula estableció en diciembre de 2007 -primer año de su segundo
mandato- un decreto presidencial para controlar la deforestación.
La medida consistió en impedir a los propietarios de tierras
con áreas deforestadas ilegalmente acceder a cualquier tipo
de crédito rural como medida de presión. “Este fue el instrumento
más eficaz ya adoptado por un Gobierno en Brasil para controlar
deforestación”, considera Ángelo, que destaca que el mérito
fue de la acción conjunta del Estado y no solo del PT.
Tras tres exitosos años, la deforestación volvió
a aumentar en 2008 y el conflicto de intereses entre el Gobierno
de Lula y el Ministerio de Medio Ambiente provocó la dimisión
de la por entonces ministra Marina Silva, que desde aquel
momento se convirtió en oposición política. “La visión desarrollista
del PT se hizo más presente en este momento a través de una
política de avance sobre la Amazonia con grandes hidroeléctricas,
con obras de infraestructuras y con asociaciones entre el
Gobierno y grandes empresas de la agropecuaria como la JBS
(la mayor empresa de producción de carne de América Latina)”,
explica Ángelo.
A finales del segundo Gobierno de Lula disminuyeron
considerablemente las tasas de creación de Unidades de Conservación
ambiental y de demarcación de Tierras Indígenas en la Amazonia,
dos mecanismos que habían sido claves para garantizar los
derechos socioambientales y evitar la ocupación y la tala
ilegal. “Todos los casos de especulación y ocupación ilegal
de tierras se producen para talar la selva y colocar pasto
y ganado”, añade este investigador del Observatorio del Clima
que apunta a una degradación más acentuada de las políticas
medioambientales con la llegada de Dilma Rousseff a la presidencia
en 2011. Aunque en 2012 Brasil presentó su menor tasa de deforestación
de la historia reciente, “Dilma solo recogió los frutos de
lo que previamente había sido plantado”, aclara Ángelo, que
considera que este fue un gobierno “completamente desarrollista
y perjudicial para la Amazonia”. La selva perdió 41 millones
de hectáreas después de que Dilma aprobase el nuevo Código
Forestal en 2012. La medida redujo de 80% para 50% la proporción
de tierra que debe ser reforestada en las propiedades rurales
privadas en territorio amazónico, y amnistió toda la tala
ilegal que había tenido lugar antes de 2008. “Lo peor del
código florestal es que no fue una política del PT.
Fue una política resultado de la alianza entre
el Gobierno y la bancada del agronegocio, que tomó más fuerza
durante el mandato de Dilma”, alega Ángelo. La falta de apoyos
del PT dentro del Congreso era tan profunda que desembocó
en la destitución de la Presidenta del Gobierno en 2016. “Esta
medida fue el resultado de la presión de ruralistas que nunca
aceptaron la ley de conservación de la selva en áreas privadas
porque no quieren asumir que sus tierras tengan alguna función
social”, explica Ángelo.
¿Las diferencias entre los incendios
en el Amazonas y los de España? Ambos incendios han devastado
enormes superficies, pero el de la Amazonía ha centrado todas
las miradas en las últimas semanas. El bosque quemado en las
Islas Canarias se recuperará previsiblemente en los próximos
lustros. La selva amazónica probablemente nunca.
Nota de prensa, Enero 2024:
Hallan evidencias de antiguas ciudades amazónicas
interconectadas.
Nota de prensa, Febrero 2024:
El proyecto Amazonía+ se reafirma en su labor
colaborativa para proteger la selva amazónica. En un paso
significativo hacia la protección de la Amazonía, las tres
instituciones que forman parte del proyecto han oficializado
una Carta de Intención (CdI) con la Organización del Tratado
de Cooperación Amazónica (OTCA), en el marco del Programa
Amazonía+, proyecto financiado por la Unión Europea. El programa
Amazonía+ tiene como misión principal apoyar a los países
amazónicos (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú,
Surinam y Venezuela), en su lucha para la reducción de emisiones
de CO2, la adaptación al cambio climático y el fortalecimiento
de la protección de la biodiversidad. La Carta de Intención
enfatiza la importancia del trabajo conjunto para abordar
desafíos cruciales, como la prevención de la deforestación,
degradación e incendios forestales de la Selva Amazónica.
Además, se busca fortalecer las capacidades de los países
en la prevención, vigilancia y control de estas problemáticas,
con la activa participación y reconocimiento de pueblos indígenas
y comunidades locales-tradicionales para así aumentar sus
capacidades e incidencia en políticas públicas.
El Fondo Amazonia es una iniciativa creada por
el Gobierno brasileño y gestionada por el Banco Nacional de
Desarrollo Económico y Social. Obtuvo fondos por valor de
148 millones de dolares en 2023.
La CdI sienta las bases para acuerdos futuros
que fortalezcan la cooperación en favor del desarrollo sostenible
de la Amazonía. Esta alianza se alinea con la Declaración
Presidencial de Belém de agosto del 2023, donde los Estados
reafirmaron su compromiso con el desarrollo sostenible y la
conservación de la región, priorizando temas estratégicos
y sobre los que se espera contribuir significativamente desde
el programa. Las partes se comprometen a coordinar esfuerzos
para garantizar la máxima visibilidad de esta colaboración,
reconociendo la contribución de cada entidad, así como el
respaldo financiero de la Unión Europea.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
|
|