El expolicía Antonio González Pacheco, alias
Billy el Niño, ha fallecido a primera hora en una clínica
madrileña aquejado de Covid-19. González Pacheco, acusado
de graves torturas, se encontraba ingresado en la clínica
San Francisco de Asís desde hace varios días. La muerte se
ha producido alrededor de las siete de la mañana. El expolicía
padecía dolencias en el riñón. Símbolo de la represión franquista
contra la oposición democrática, la prescripción de los delitos
evitó que González Pacheco fuera juzgado pese a los testimonios
contrastados de sus palizas y vejaciones cuando estuvo destinado
en la Brigada Político Social. Aun así sus víctimas no habían
perdido todavía la esperanza de sentarlo en el banquillo.
Para que al menos declarara en la Audiencia
Nacional, las víctimas del policía tuvieron que recurrir a
la justicia argentina. Una jueza de Buenos Aires, María Servini,
dictó una orden internacional de busca y captura por delitos
de lesa humanidad, que no prescriben. En España ni siquiera
fue detenido pese a la nota de Interpol. Fue llamado a declarar
y la Audiencia Nacional declaró prescrita la causa desde hacía
más de treinta años.
Antonio González Pacheco saliendo de la Audiencia
Nacional.
La Sección Segunda de la Sala de lo Penal concluyó
que no se trata de un delito de lesa humanidad "por más que
los hechos descritos constituyan delitos de tortura a detenidos
por un grupo determinado, aislado y concreto de funcionarios
policiales, al no constar que las mismas fueran parte de un
ataque sistemático y organizado a un grupo de población".
Los denunciantes vinculaban las torturas sufridas como parte
de la maquinaria represora puesta en marcha desde el 17 de
julio de 1936, momento en el que un grupo de militares se
sublevó a la República, el régimen legalmente establecido.
El actual Gobierno se comprometió a retirarle
las medallas con las que había sido condecorado durante su
carrera, algunas de ellas pensionadas, pero tampoco eso se
llevó a cabo al haber sido concedidas de acuerdo a una Ley
Orgánica de 1964 y las dificultades legales de actuar de forma
retroactiva. En los últimos tiempos fue vinculado al caso
Villarejo. Uno de los imputados confesó en sede judicial que
proporcionaba datos a su "amigo" González Pacheco a los que
accedía en su condición de funcionario en activo porque éste
se sentía amenazado. 'Billy el Niño' tenía en aquellos años
una empresa de seguridad mientras el policía imputado, Constancio
Riaño, estaba destinado en la Comisaría General de Información
y llegó a facturar 700.000 euros con la sociedad en ese mismo
periodo.
La empresa de seguridad de Antonio González Pacheco,
Billy el Niño, facturó casi 700.000 euros durante el
periodo en que el inspector jefe Constancio Riaño, imputado
en el caso Villarejo, estuvo destinado en la sección
encargada de recabar datos confidenciales de empresas
privadas y administraciones públicas, entre 2010 y 2016.
Riaño confesó ante el juez Manuel García-Castellón que
había entregado datos de matrículas y teléfonos a su
"amigo" Billy el Niño y añadió que lo hizo porque el
policía acusado de torturas se sentía "amenazado". Constancio
Riaño está imputado en el caso Villarejo por los indicios
hallados por la investigación de cómo utilizó su puesto
en la lucha antiterrorista para entregar información
confidencial bajo cuerda a la banda del comisario encarcelado
con la que ésta elaboraba dosieres que luego vendía
a precios millonarios. Billy el Niño goza de una pensión
como inspector de Policía engordada por las medallas
al mérito concedidas durante su carrera. Un informe
encargado por el Ministerio del Interior concluye que
González Pacheco ha incrementado su pensión un 50% gracias
a esas condecoraciones. Además, durante casi dos décadas,
el policía sumó a esos ingresos los obtenidos por Servicio
de Prevención de Atentados y Secuestros (SPAS S.L),
una suerte de consultora de seguridad que, según fuentes
policiales, también elaboraba informes contra terceros.
Riaño declaró como investigado ante el juez Manuel García-Castellón
el pasado 23 de septiembre.
El comisario Villarejo, durante su entrevista
en el programa 'Salvados'.
El magistrado tiene en su poder correos electrónicos
que evidencian su relación con Antonio Bonilla, otro
policía retirado y colaborador de Villarejo que está
imputado en varias piezas separadas de la causa. En
esos correos se incluyen archivos adjuntos que muestran
cómo Riaño facilitaba al clan de Villarejo datos de
carácter reservado y confidencial de organismos públicos,
empresas telefónicas y de bancos como BBVA y Bankia.
La tesis de Riaño ante el juez fue que él facilitaba
esa información a Bonilla por orden de su superior directo,
el comisario Enrique García Castaño, uno de los principales
imputados en la causa, porque creía que eran para investigaciones
antiterroristas. García Castaño niega que él ordenara
a Riaño entregar esa información al colaborador de Villarejo.
En el turno de preguntas del abogado de García Castaño,
el letrado preguntó a Constancio Riaño si además de
a Bonilla había facilitado información confidencial
a algún policía más. "Ya sé por dónde va", comenzó a
contestar Riaño, advertido por la información de El
Mundo según la cual García Castaño había contado al
juez en una declaración anterior que Riaño colaboraba
con González Pacheco. En ese momento, el inspector jefe
Constancio Riaño defendió, primero, que los datos que
entregó a Billy el Niño eran para que se protegiera
de los seguimientos y el supuesto acoso que estaba viviendo.
También aseguró que la información que facilitó a su
"amigo" no era confidencial porque cualquiera puede
obtener el titular de una matrícula pagando "dos euros
y medio en Tráfico". A continuación reconoció que también
averiguó el titular de números de teléfono para González
Pacheco. Por último, afirmó que lo hizo porque su "amigo"
no podía acudir a la policía por el "desprestigio" al
que le han sometido los medios de comunicación.
Constancio Riaño dejó la Policía para convertirse en
jefe de Seguridad de La Caixa en Barcelona durante dos
décadas. Según fuentes de la lucha antiterrorista, en
2010 volvió a entrar en la puerta giratoria para regresar
al Cuerpo y ser destinado al frente de la Sección de
Relaciones Institucionales de la Comisaría General de
Información (CGI), la estructura antiterrorista. En
esa Sección, una decena de inspectores obtienen datos
de bancos, telefónicas, administraciones públicas y
cualquier organismo a petición de cualquier unidad del
Cuerpo. Relaciones Institucionales está enmarcada en
la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) que mandaba
Enrique García Castaño, conocido en la Policía como
'El Gordo'. Riaño llegó a la CGI en 2010 y permaneció
allí hasta su jubilación en 2016. El año de su aterrizaje
en la policía antiterrorista, la empresa de González
Pacheco facturó 141.581,66 euros. Los ingresos superaron
los 100.000 euros hasta 2012, pero a partir de ese año
fueron cayendo progresivamente por debajo de esa cifra,
hasta los 53.642,62 euros de 2016, último ejercicio
en el que presentó cuentas. En total, 684.663,01 euros
en los seis años que Constancio Riaño estuvo al frente
de la sección que conseguía información confidencial
de administraciones y empresas privadas.
La Comisaría General de Información (CGI),
coloquialmente conocida como la policía secreta, es
un organismo de la Dirección Adjunta Operativa (DAO),
al igual que todas las Comisarías Generales, dentro
del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y se encarga de
la captación, recepción, tratamiento y desarrollo de
la información de interés para el orden y la seguridad
pública, así como su explotación o aprovechamiento operativo,
especialmente en materia antiterrorista, tanto en el
ámbito nacional como en el internacional recogida por
el CNP. Su actividad es fundamental para la seguridad
del Estado, ya que se centra, principalmente, en la
lucha antiterrorista. De la CGI depende la unidad de
desactivación de explosivos (TEDAX-NRBQ). Su máximo
responsable es el Comisario General de Información,
actualmente Eugenio Pereiro.
Constancio Riaño dejó otro detalle de relevancia en
su declaración. El inspector jefe jubilado no negó haber
facilitado más información confidencial a otros expolicías
distintos a Billy el Niño o Villarejo. Esa respuesta
ambigua adquiere más relevancia si se coloca sobre el
triángulo que forman los policías en activo, con acceso
a información reservada; los que dejan el Cuerpo para
trabajar en grandes empresas y bancos; y un tercer grupo,
que funda empresas de seguridad para las que los datos
confidenciales son una valiosa mercancía. "Además de
a Billy el Niño, ¿ha ayudado, como dice usted, a otros
policías que no se encontraban en actividad?", preguntó
el abogado de García Castaño a Constancio Riaño en la
Audiencia Nacional. "Solo a él", respondió en un primer
momento el policía investigado. "¿Solo al señor Billy
el Niño?", insistió el abogado. Y Riaño matizó: "Creo
que sí". "¿Fue una excepción que hizo usted por humanidad?",
inquiere el letrado. "Puede ser", respondió Constancio
Riaño.
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Los letrados del Congreso han dado el visto
bueno a la última petición del diputado EH Bildu Jon Iñárritu
para desclasificar las medallas, condecoraciones y premios
concedidos al torturador franquista Antonio González Pacheco,
'Billy el Niño', como había adelantado la Cadena SER y han
confirmado fuentes parlamentarias a eldiario.es. El representante
de la coalición vasca ha requerido el informe publicado por
eldiario.es el 18 de diciembre de 2018, sobre el "expediente
de actividad del torturador franquista, Antonio González Pachecho,
Billy el Niño". eldiario.es accedió en exclusiva a la hoja
de servicios del agente más temido del franquismo. Un expediente
que había sido secreto hasta entonces y que revela que el
Estado gratificaba con reconocimientos públicos y premios
en metálico la detención y represión de estudiantes y comunistas.
El documento publicado por esta redacción, y citado en la
consulta al Congreso por Iñárritu, consta de tres folios en
los que se recogen las actuaciones de este agente franquista
entre 1969 y 1977.
En el documento figuran 18 felicitaciones públicas
por represión comunista y estudiantil, así como "premios"
en metálico por la represión de los movimientos antifranquista.
Entre las distinciones publicadas, la Dirección General de
Seguridad le concedió remuneración extra por sus servicios,
esas cantidades van desde 2.000 pesetas de los años 70 por
la "detención de 25 miembros de la Comisión Coordinadora Estudiantil
cuando celebraba una reunión ilegal y otros servicios importantes",
a 20.000 pesetas por "desarticular el aparato de propaganda
del FRAP", el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota.
Iñárritu ha tenido que reformular su pregunta para que sea
aceptada, en la petición inicial solicitó la publicación de
"la hoja de servicios con todos los destinos, medallas, ascensos,
sanciones, condecoraciones y datos de interés". Una semana
después, se ha limitado a requerir el "expediente de actividad".
Según fuentes parlamentarias, el PSOE y los
letrados han dado el visto bueno a la nueva petición de información
de Bildu, apoyada por Unidas Podemos. La Vicepresidencia de
Derechos Sociales, liderada por Pablo Iglesias, llegó a solicitar
un informe jurídico para analizar esta cuestión, después de
que su partido se pronunciase en contra el pasado martes "por
un vergonzoso error", afirmaron los dirigentes de Unidas Podemos
en ese momento. El informe, adelantado por eldiario.es, encargado
por Iglesias ha concluido que en la petición de Iñárritu no
puede argumentarse que la petición afecte a datos especialmente
protegidos del afectado. Este dictamen defendía la prevalencia
del derecho a la información siempre que sirva al interés
público frente al derecho a la intimidad, en los mismos términos
que ha estipulado el Tribunal Constitucional. Aún así, este
informe sí que defendía en uno de sus últimos puntos "preservar,
como sugieren los letrados del Congreso, aquellos datos especialmente
protegidos en la Ley de Transparencia que en su artículo 15
se muestra contraria a la publicación de datos relacionados
con las convicciones personales o íntimas del afectado".
Billy el niño muere con las medallas puestas.
Fuentes parlamentarias han explicado a eldiario.es,
que la Mesa del Congreso ha dado luz verde a publicar información
"referida exclusivamente a medallas". En relación con estos
documentos, esta redacción también ha publicado los expedientes
oficiales que justifican que el policía franquista acusado
de torturas recibiera cuatro medallas policiales, que le aumentan
un 50% su pensión. La primera medalla se le entregó en 1972,
junto a decenas de policías y guardias civiles, "con motivo
de la conmemoración del 18 de julio". La segunda, por un secuestro
de los Grapo Bajo en 1977. Esta distinción fue concedida por
la liberación del presidente del Consejo de Estado Antonio
María de Oriol y del teniente general Emilio Villaescusa.
Las siguientes dos condecoraciones ya se dispensaron en democracia.
En 1980, por un "perfecto y admirable trabajo de vigilancia
policial", que realizó junto a otros tres agentes, el expediente
destaca que "tuvieron la capacidad y serenidad suficiente
para esperar el momento adecuado de intentar la detención
sin riesgo para los transeúntes de"... La continuación del
texto fue tapada con rotulador negro por la Dirección General
de la Policía. Finalmente, el policía franquista obtuvo su
cuarta medalla por sentencia en 2012, después de pleitear
para que el Gobierno de Zapatero le concediese esta distinción
por pertenecer a la Brigada Central de Información. En 1982
este colectivo había sido distinguido con una medalla de plata
al mérito policial, solicitó la condecoración y tras el rechazo
del Ejecutivo socialista, consiguió que le diesen la razón
en una sentencia de 2012. El ministro Ignacio Cosidó firmó
el 11 de enero de 2012 la disposición para ejecutar la sentencia
que permitió a Antonio González Pacheco disfrutar de su cuarta
medalla policial pensionada.
Billy el Niño, impune y honorado: ganaba un
50% más de pensión gracias a todas sus condecoraciones.
"Felicitación pública, con otros, y premio de
2.000 pts. por eficiente labor llevada a cabo en actividades
estudiantiles". Es el primer mérito del historial de Antonio
González Pacheco, alias 'Billy el Niño', nada más ingresar
en el Cuerpo General de Policía en plena dictadura. eldiario.es
ha conseguido acceder a la hoja de servicios del agente más
temido del franquismo. Un expediente hasta ahora secreto y
que revela que el Estado gratificaba con reconocimientos públicos
y premios en metálico la detención y represión de estudiantes
y comunistas. Consiguió ser funcionario en prácticas por oposición
el 1 de septiembre de 1969. Tres meses después era subinspector
segundo y, a partir de ahí, empieza una escalada de méritos
basados en detenciones, desarticulación de grupos comunistas
o represión de estudiantes en los años más intensos de las
protestas callejeras en España. Su labor, además de ser premiada
con felicitaciones públicas y muchas veces con dinero en metálico,
le llevó a ascender "500 puestos" de golpe dos meses antes
de la muerte de Franco. Es el 25 de septiembre de 1975 cuando
su expediente, al que ha tenido acceso en exclusiva eldiario.es,
refleja que "adelanta 500 puestos en el escalafón que le han
sido reconocidos por méritos". Además, desde 1972 a 1982 ha
sido galardonado con cuatro medallas policiales que incrementaron
su pensión un 50%. El dinero extra que recibe durante la dictadura
por sus servicios va desde 2.000 pesetas de los años 70 por
la "detención de 25 miembros de la Comisión Coordinadora Estudiantil
cuando celebraba una reunión ilegal y otros servicios importantes",
a las 20.000 pesetas por "desarticular el aparato de propaganda
del FRAP", el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota.
Otra detención que le fue reconocida, en 1971: "Premio de
3.000 ptas al lograr detener a varios agitadores juveniles,
mezclándose entre ellos, siéndole ocupado a uno de ellos explosivos
y barras de hierro así como propaganda subversiva". "Eso de
los explosivos y barras puede ser que tenga poco o nada que
ver con la realidad", cuenta Chato Galante, estudiante antifranquista,
torturado por Billy el Niño, querellante contra el agente
y detenido cuatro veces: "Los estudiantes actuábamos abiertamente
en asambleas sabiendo que había chivatos e incluso policías
metidos dentro, a veces decían que llevabas ese material,
pero igual solo llevabas panfletos".
Detención de estudiantes tras un encierro en
la Complutense, en 1975.
La segunda detención de Chato fue la peor, en
febrero de 1971. Sufrió las tácticas predilectas del policía
Pacheco, como el 'pasillo', el 'repasito', el colgamiento
de una barra, el 'saco de golpes' o la 'bañera'. Esa ocasión
fue "extremadamente violenta", relata. Era febrero del 71,
tenía 22 años. "Imaginar que en la sala de interrogatorios
estaba sentada mi familia era la única forma de aguantar los
golpes de Billy el Niño. Pero la imagen de los míos se difuminaba
y perdía la conciencia del tiempo que llevaba allí. Fueron
14 días que a mí me parecieron 14 meses". "En Madrid había
una represión muy fuerte" por la concentración de fuerzas
y esa "radicalización de la juventud" que tiraba del carro,
recuerda Galante. "Y porque el cuadro de Madrid gira más alrededor
de Billy el Niño, que estaba especializado en los movimientos
de izquierda o de extrema izquierda". Los caminos del Chato
y Billy se volvieron a cruzar y es probable que la felicitación
pública que recibe el agente en enero de 1974 por la "detención
de los componentes Comité Técnico de la Liga Comunista Revolucionaria"
se refiera a Chato, que un mes antes había sido detenido:
"Yo estaba en la dirección de este movimiento contra la dictadura,
era a lo que se dedicaba Billy el Niño, a eso y a las organizaciones
parapoliciales".
Luis Suárez-Carreño, miembro en aquella época
de ese colectivo comunista, también coincidió con González
Pacheco. Asegura que fue torturado a principios de julio de
1973 por Billy el Niño. Esa no era su primera detención, ya
que tres años antes ya había sido retenido. "Su sadismo y
su crueldad eran vocacionales", relató en una entrevista con
eldiario.es "Intentaba dominarte psicológicamente, transmitir
que sabía mucho, en el plano personal, sobre la organización...
Billy el Niño mostraba una pasión y un interés perverso y
morboso sobre ciertos aspectos. Era su clave diferencial".
Pasó tres días en la Dirección General de Seguridad (DGS)
de la madrileña Puerta del Sol y fue condenado a tres años
de cárcel en Carabanchel por asociación ilícita y propaganda
ilegal. Este activista fue el primer militante antifranquista
que denunció estos hechos ante un tribunal español. Durante
el periodo en el que Suárez-Carreño asegura que fue torturado
no figuran felicitaciones públicas a Billy el Niño. Meses
después, en noviembre de 1973 su historial sí incluye un mérito
por "detención [de] dirigentes Liga Comunista Revolucionaria",
en la que participaba este militante.
Primera querella de una víctima franquista contra policías
de la dictadura:
Luis Suárez-Carreño, vÍctima de la represiónn
franquista, tras la rueda de prensa en la que explicó
su caso.
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Suárez Carreño recuerda que una de sus detenciones
coincidió con un miembro de la U.H.P., la Unión de Hermanos
Proletarios. "[En el franquismo] era un grupo pequeño. No
tenía mucha presencia en la Universidad, pertenecía a un entorno
más sindical y de barrio", apunta. Contra este colectivo también
actuó González Pacheco. Según la documentación a la que ha
accedido esta redacción, recibió en febrero de 1972 una recompensa
de 2.500 pesetas por detener a sus componentes y "conseguir
la desarticulación". Las 18 felicitaciones públicas por represión
comunista y estudiantil en la hoja de servicios de este agente,
denunciado por sus víctimas por las torturas que sufrieron
y llamado a declarar por la jueza argentina que mantiene abierta
la causa del franquismo en aquel país, suman 83.500 pesetas.
Durante el franquismo, el movimiento estudiantil consiguió
grandes movilizaciones las semanas previas y posteriores al
proceso de Burgos y tras la muerte de Franco, según relata
la historiadora Javiera Errázuriz, que centró su tesis en
el movimiento estudiantil en la década de los 70. González
Pacheco actuó durante esa etapa contra el movimiento universitario.
El mismo mes en el que se produjo el juicio de Burgos, la
Dirección General de Seguridad felicitó al policía franquista
por detener a una veintena de miembros de la Comisión Coordinadora
Estudiantil. Ninguna de las fuentes consultadas por esta redacción
ubica a este colectivo, y Pastor asegura que desde los órganos
de la dictadura "a veces se inventaban los nombres" de los
colectivos, algo que confirma también Galante.
Asamblea de estudiantes en la Autónoma de Madrid,
en 1976.
Errázuriz destaca que el movimiento estudiantil
tenía mayor vinculación con los asuntos políticos que con
los universitarios. Asimismo, reseña la importancia que tuvieron
estos activistas en organizaciones de izquierdas. "El Partido
Comunista siempre cuidó su relación con estos activistas porque
le daban identidad a su organización", incide. Esa relación
se fue deteriorando durante la transición –según el relato
de esta investigadora – "cuando el PCE apostó por posiciones
más moderadas" que las defendidas desde la universidad. En
la hoja de méritos de Billy el Niño aparecen mayoritariamente
sus actuaciones contra estudiantes y contra grupos comunistas,
con especial actividad contra la "Joven Guardia Roja", el
FRAP o la mencionada Liga Comunista Revolucionaria. También
obtuvo 5.000 pesetas por "desarticulación Grupos de la Sindical
Obrera O.S.O." en 1975.
Pese a la muerte de Franco el 20 de noviembre
de 1975, el expediente del policía revela que la actividad
represora continuaba. "El final de los 70 fueron años de muchas
detenciones, manifestaciones por la amnistía, movimiento estudiantil...
Solo en 1977 hubo 4.394 detenciones. En esa década seguía
la represión y la detención de activistas", cuenta el historiador
Mariano Sánchez Soler. Efectivamente, en la hoja de servicios
del agente querellado por torturas se ve otro pago de 6.000
pesetas el 1 de diciembre de 1976 por la "detención de militantes
del Partido Comunista de España". Cuatro meses después de
estas detenciones, en la Semana Santa del 77, se legalizó
el partido. Pero no todos los casos de premio tienen un origen
claro. Por ejemplo, el expediente recoge un "premio de 3.000
pts., por su destacada actuación en el cumplimiento de una
misión específica encomendada". Sin más explicación. El último
apunte es del 14 de febrero de 1977, un premio sin asignación
de dinero asociado a "su actuación en los hechos acaecidos
el día 27 de septiembre pasado", sin especificar a qué hechos
se refiere. ¿Qué pasó ese día? Una huelga política en el País
Vasco, una huelga de Correos en toda España y una explosión
en la estatua de Franco instalada en la plaza del Ayuntamiento
de Valencia (entonces, plaza del Caudillo).
Aunque el documento público no especifica por
qué motivo se le reconoce la labor, el historiador Antonio
Camarero, que también fue retenido por el agente González
Pacheco, ve probable que la mención oficial se haga por las
huelgas en Euskadi, una zona de especial interés para las
fuerzas y cuerpos de seguridad y con la que Billy el Niño
estaba familiarizado. Camarero explica que el contexto en
el que actúa el agente y que recoge su expediente responde
a un "estado de excepción que fue decretado en el País Vasco
y que se extendió a toda España cuando se empiezan a reproducir
movilizaciones en las universidades tras el asesinato de Enrique
Ruano, el estudiante fallecido tras caer por una ventana mientras
estaba detenido por la policía secreta franquista. En aquel
momento las detenciones eran masivas", comenta, así como las
protestas en la calle. "Billy el Niño era uno de los policías
de a pie de entonces, pero ha pasado a ser el icono vivo y
emblemático de un sistema de tortura general que estableció
la dictadura".
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