Por el momento, el año hidrológico 2021-2022
es el tercero más seco del siglo XXI y el cuarto de la serie
histórica, según informa la Agencia Estatal de Meteorología
(Aemet). Hasta la fecha, se han producido en España un 26%
menos de precipitaciones, solo por detrás de las registradas
en los años 2004-2005,1998-1999 y 2011-2012. Asimismo, añade
la Aemet, el año natural 2022 es el tercero más seco de la
serie, también con un 26% menos de precipitaciones, superado
únicamente por 2005 y 2012. Especialmente secos han sido los
últimos tres meses y medio: el periodo comprendido entre el
1 de mayo y el 15 de agosto de 2022 es el más seco desde,
al menos, 1950.
Los tres últimos meses y medio han sido extremadamente
secos: analizando el periodo del 1 de mayo al 15 de agosto
de 2022, ha resultado ser también el más seco desde, al menos,
1950.
A la ausencia de precipitaciones durante este
año 2022 se suma el calor extremo. Un coctel perfecto que
ha originado una de las sequías más graves de las últimas
décadas: por primera vez en el milenio, las reservas hídricas
están por debajo del 40%. Una situación que se repite en Europa,
donde el 64% del territorio se encuentra afectado ahora mismo
por las consecuencias de la sequía.
Tal y como explicaba la Aemet la semana pasada,
a falta de que acabe agosto, todas las previsiones indican
que el verano de 2022 será más caluroso de España desde que
se tienen registros. La Agencia considera "bastante probable"
que este verano sea "el más cálido" de la serie histórica,
que arranca en 1961. Incluso, considerando reconstrucciones
climáticas realizadas a partir de datos históricos, se trataría
del verano con la temperatura media más alta desde, por lo
menos, 1916.
El 1 de octubre terminará el año hidrológico
2022-2022, que se ha situado como el tercero más seco de la
serie histórica, desde 1961. Los datos recogidos reflejan
que termina con 473 litros por metro cuadrado acumulado de
media cuando lo normal es del orden de 635 litros de media.
Esto supone un 26 % menos. En Sevilla, por ejemplo, están
en estado de alerta por la sequía y han tomado algunas restricciones
como la de recomendar el uso del agua para motivos esenciales.
Aunque llegan precipitaciones, seguirá la anomalía térmica,
pocas precipitaciones y calor.
Una de las consecuencias directas de la sequía
sobre nuestras vidas es la amenaza a productos como la leche
o la cerveza. Una vaca necesita de media al día más de 100
litros de agua para producir leche. A esto se le suma la situación
de este producto en el mercado: los elevados precios han provocado
el cierre de algunas granjas que no pueden competir con las
macrogranjas. Una situación en alerta que hace que España
se vea obligada a importar leche de Europa, aunque esta también
está gravemente afectada por la falta de agua.
Además de afectar a los animales, la sequía
afecta también a los cultivos y el de cebada es uno de ellos,
por lo tanto, la cerveza es otro de los productos que podrían
estar perjudicados por la sequía. Su producción requiere grandes
cantidades de agua y en países como México ya se ha decretado
la paralización de la producción de cerveza en los estados
del norte.
En la selección fotográfica de
Agosto mostramos las consecuencias a nivel mundial.
Pásate por Jyv >> Fotografía.
A la leche y a la cerveza, se le une la aceituna.
Ahora, ante el inicio de su recogida, los expertos ya prevén
que la producción sea inferior al de la pasada recolección.
Se estima que en el caso de aceite de oliva haya casi 600.000
toneladas menos y en el de aceituna de mesa unas 200.000 toneladas
menos que en el año pasado.
"España, ahora, no es capaz de producir la leche
que necesita" Fernando Valladares, biólogo e investigador
del CSIC, Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
explica cuáles son los efectos inmediatos de la sequía en
las cosechas: "El granero global de los tres grandes productores
en Asia, Europa y Norteamérica han sufrido estas sequías en
la parte del hemisferio norte. La producción de grano se está
viendo afectada, lo que provoca un incremento en los precios".
Pero, dice Valladares, esta no es la única consecuencia: "También
se ve una disminución de la disponibilidad como algo tan básico
como es la harina y los cereales, tanto para alimentar a los
animales como para el consumo humano".
La sequía afecta a la producción de productos
como la leche y la cerveza: "Hay cosas muy cotidianas que
a veces se nos escapan, como es el caso de la leche. Pensemos
que una vaca lechera necesita 100 litros de agua al día, así
que enseguida supone millones de litros en una instalación
ganadera grande. España en estas últimas semanas no es capaz
de producir la leche que necesita, que consume", explica Valladares.
"Dependemos del aporte de otros países de la
Unión Europea, que tampoco lo está pasando muy bien, precisamente
por la misma sequía. Quizá tenga que venir la leche de más
lejos, encareciéndose. Algo parecido a veces anecdóticas,
es la cerveza, requiere mucha agua, en el norte de México,
en la zona de Monterrey, han tenido que cerrar producciones
de cerveza, no hay agua suficiente, no hay para producir",
recalca el experto. España es un país "acostumbrado" a la
sequía, pero no a estos niveles: "El umbral principal no es
tanto pocas precipitaciones que han bajado un orden del 30
% de lo habitual, sino sobre todo la otra parte del binomio.
Estamos sobrepasando todas las líneas rojas del derroche.
El agua que gastamos, los regadíos que no paran de crecer
o los pozos ilegales es lo que al final está determinando
todo. El punto de optimismo es que lo podemos gestionar y
evitar peores resultados en el corto y medio plazo, evitar
el derroche. El cambiar otra vez la mentalidad de que España
no es un país de regadío", concluye.
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