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24 - Octubre - 2022
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La liberación de virus atrapados en el hielo permanente del Ártico es otro de los peligros potenciales del calentamiento global. A medida que aumentan las temperaturas, los patógenos conservados por el frío, algunos incluso durante miles de años, podrían resurgir, infectando a nuevos huéspedes y provocando brotes en otros entornos, lo que se conoce como "derrame viral". Esta es la principal conclusión de un estudio publicado en la revista de investigación biológica Proceedings of the Royal Society B. Los autores recuerdan que las poblaciones de virus se mantienen relativamente estables en relación con los organismos en los que viven y se replican. Sin embargo, cuando concurren una serie de circunstancias especiales, como puede ser el caso del deshielo del Ártico, estos tienen una mayor capacidad para expandirse rápidamente infectando a nuevos huéspedes como humanos, animales, plantas u hongos que carecen de inmunidad por no haber estado en contacto previamente con el patógeno. Un peligro potencial cuyos efectos se han podido ver recientemente, durante la pandemia de COVID-19. "La probabilidad de que se produzcan acontecimientos dramáticos sigue siendo muy baja", ha explicado a la agencia AFP la primera autora del estudio, Audrée Lemieux, de la Universidad de Montreal.

El Ártico: menos hielo y más intereses económicos.

Sin embargo, según las conclusiones del trabajo, el riesgo podría aumentar a medida que el clima siga calentándose, con nuevos huéspedes potenciales que se aventuren en zonas anteriormente deshabitadas, como garrapatas, mosquitos u otros animales, aunque también bacterias y virus. La posibilidad de que se produzca un brote "es completamente impredecible, al igual que sus consecuencias, que van desde leves hasta una pandemia", asegura esta científica. Para llevar a cabo su estudio, el equipo se ha centrado en el lago Hazen, el mayor por encima del Círculo Polar Ártico, en el extremo norte de Canadá. Los científicos tomaron muestras del lecho de un río que lo alimenta, durante el verano, cuando el hielo se derrite, así como del fondo del lago. El análisis de los sedimentos "permitió determinar qué virus se encontraban en un entorno determinado y qué posibles huéspedes estaban también allí", explica a AFP Stéphane Aris-Brosou, profesor asociado del departamento de biología de la Universidad de Ottawa, que también ha participado en esta investigación.

El siguiente paso fue analizar el grado de probabilidad de que los virus salten de un huésped a otro examinando sus árboles genealógicos. Las genealogías similares sugieren que el virus ha evolucionado sin cambiar de huésped, mientras que las diferencias indican que se puede haber producido un salto. Y si lo ha hecho al menos una vez, las probabilidades de que lo vuelva a hacer aumentan. Los análisis mostraron diferencias significativas en la genealogía de los virus y sus huéspedes pertenecientes a los sedimentos extraídos del fondo del lago. Sin embargo, estas diferencias fueron menores en el lecho del río que alimenta el lago. Los científicos especulan con que el agua de deshielo de los glaciares erosiona los sedimentos del lecho, limitando las interacciones entre los virus y los posibles huéspedes. Por otra parte, el deshielo acelerado de los glaciares que alimentan el lago también ha aumentado la cantidad de sedimentos transportados. "Esto aumenta las posibilidades de acercar a huéspedes y virus que normalmente no estarían en contacto", advierte la investigadora principal, Audrée Lemieux.

Uno caso similar que representa el peligro del que advierte el estudio se produjo en 2016, cuando un brote de ántrax infectó al menos a 21 personas en el norte de Siberia, incluido un niño de 12 años que murió por esta enfermedad. El origen de la epidemia fue el cadáver infectado de un reno que llevaba oculto bajo el permafrost desde hacía aproximadamente 75 años, y que con las elevadas temperaturas afloró a la superficie, liberando la bacteria del carbunco (Bacillius anthracis).

El foco de la infección estaba situado cerca de la ciudad de Salejard, en el norte de Siberia Occidental, unos 2.000 kilómetros al noreste de Moscú. La región está habitada por poblaciones nómadas para las que el pastoreo de renos es una actividad destacada. El origen de la epidemia se debió a un verano inusualmente caluroso, con temperaturas superiores a 35 grados, derritiendo el permafrost -suelo permanentemente congelado- del extremo norte."Las esporas de ántrax se pueden preservar en el permafrost durante más de un siglo", explicaron los servicios de salud rusos. El ántrax o carbunco es una infección aguda que afecta tanto a animales como a hombres. La bacteria existe en la naturaleza, pero también se considera como arma biológica, ya que puede ser fácilmente extendido en forma de esporas. Es mortal, a menos que se trate inmediatamente con antibióticos.

La ministra de Sanidad rusa, Veronika Skvortsova, viajó a Salejard para estudiar la situación provocada por el brote. En la región de Yamal fue implantada la cuarentena después de que más de 2.300 renos murieran afectados por esta bacteria. Más de 90 personas fueron hospitalizadas de manera preventiva y a 21 de ellas se les diagnosticó carbunco. Uno de los pacientes, un niño de 12 años, falleció a causa de la enfermedad. Según las autoridades locales, brigadas de veterinarios vacunaron a más de 35.000 renos que pastan en los territorios próximos al foco de la epidemia. Los restos de los renos muertos han sido incinerados, ya que las esporas del Bacillus anthracis soportan temperaturas de hasta 140 grados centígrados.

Nota de prensa, Febrero 2024:

El lecho rocoso de Groenlandia se ha elevado hasta 20 centímetros en los últimos diez años por el rápido derretimiento de la capa de hielo superior, aliviando la presión sobre el suelo subyacente. Es el resultado de una nueva investigación de DTU Space, la Universidad Tecnológica de Dinamarca, que predice que este fenómeno continuará en los próximos años, favoreciendo incluso que nuevas pequeñas islas emerjan del nivel del mar. "Estos son levantamientos de tierra bastante significativos que ahora podemos demostrar. Indican que los cambios locales en Groenlandia están ocurriendo muy rápidamente, impactando la vida en Groenlandia. También afecta el mapa de Groenlandia, a medida que nuevas tierras emergen del mar, dando lugar a nuevas islas pequeñas y arrecifes con el tiempo", afirma Danjal Longfors Berg, doctorando en DTU Space.

Es el autor principal de un nuevo estudio sobre la elevación del suelo en Groenlandia, publicado recientemente en Geophysical Research Letters. La investigación se basa en datos de GNET, una red de 61 estaciones de medición ubicadas a lo largo de las costas de Groenlandia. GNET es propiedad y está operado por la Agencia de Infraestructura y Suministro de Datos, que forma parte del Ministerio Danés de Clima, Energía y Servicios Públicos. "GNET es una infraestructura geodésica fundamental que proporciona datos para medir el derretimiento del hielo y la elevación de la tierra. GNET permite a los investigadores, incluidos los de DTU Space, monitorear con precisión los cambios climáticos", dice Morten Hvidberg, subdirector de la agencia. Utilizando la tecnología GNSS, como el sistema GPS, junto con largas series temporales, se pueden detectar movimientos en el lecho de roca a lo largo del tiempo con precisión milimétrica. Es bien sabido que Groenlandia está creciendo, al igual que Dinamarca. Este fenómeno se atribuye a que la masa de tierra fue presionada por una gruesa capa de hielo durante la última edad de hielo. Aunque la edad de hielo terminó hace unos 12.000 años, la superficie del terreno sigue aumentando debido a la liberación de presión del hielo.

El noroeste de Groenlandia estuvo libre de hielo hace 400.000 años.

Además, el creciente derretimiento de la capa de hielo causado por el reciente calentamiento global ha provocado un levantamiento local adicional y mucho más rápido de la tierra a lo largo de la costa de Groenlandia durante las últimas dos décadas. "La elevación del suelo que observamos en Groenlandia estos años no puede explicarse únicamente por el desarrollo natural posterior a la edad de hielo. Groenlandia está aumentando significativamente más. Con nuestros datos de GNET, podemos aislar con precisión la parte del levantamiento de la tierra causada por cambios en el clima global actual", dice el profesor espacial de DTU Shfaqat Abbas Khan, coautor del nuevo estudio.

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