Durante los últimos siete años han recorrido
Alemania, escalando montañas, siguiendo arroyos y caminando
por frondosos bosques. Sin embargo, fue la última excursión
del club, en el estado oriental de Sajonia, la que les llevó
a un territorio desconocido. Mientras los miembros del grupo,
muchos de ellos sirios residentes en Alemania, recorrían los
espectaculares paisajes de la zona, alguien llamó a la policía
para informar sobre la presencia de un grupo de inmigrantes,
con la sospecha de que habían pasado ilegalmente por la cercana
frontera checa. “Fue bastante extraño”, dice Ayham Tahan,
uno de los organizadores de la excursión. “Es extraño que
alguien llame a la policía para denunciarnos cuando estamos
haciendo lo más típicamente alemán que se puede hacer, que
es ir de excursión por el bosque”.
Los orígenes del club se remontan a 2016, cuando
un grupo de voluntarios, muchos de ellos originarios de Siria,
empezaron a organizar actividades periódicas que a menudo
giraban en torno al senderismo. “Es algo que solíamos hacer
en Siria, para descubrir la campiña siria”, explica Tahan,
que vive en Alemania desde hace nueve años. “Y cuando vinimos
a Alemania, se nos ocurrió hacer la misma actividad: '¿Por
qué no lo hacemos aquí también?”. La iniciativa fue un éxito
y brindó a los participantes la oportunidad de conocer Alemania
y a otras personas. Pronto el grupo se convirtió en un club
registrado, que organizaba excursiones de senderismo de un
día de duración para recién llegados y alemanes por igual.
El grupo en sus redes sociales.
A principios de noviembre, el grupo visitó por
segunda vez las escarpadas cumbres de la Suiza sajona. Unas
55 personas se inscribieron a la excursión de cuatro días
para explorar las formaciones rocosas que desde hace tiempo
son un atractivo turístico en el este de Alemania. El primer
día lo pasaron en las montañas. Tras atravesar un pueblecito,
regresaron al albergue donde se alojaban, pero un coche de
policía les bloqueó el paso. “Supongo que alguien había llamado
a la policía diciendo: 'Oh, hemos visto a un montón de gente
caminando, parecen refugiados o inmigrantes'”, explica Tahan.
“La mayoría éramos sirios, hablábamos en árabe, así que oyeron
un idioma que no reconocían y llamaron a la policía”.
Los agentes les dijeron que tenían algunas preguntas
y acordaron reunirse con el grupo en su albergue en lugar
de interrogarlos por el camino de senderismo. “Sólo hacían
su trabajo”, afirma Tahan. “Fueron muy amables”. Explicó a
los agentes dónde habían estado de excursión y aclaró que
todos los miembros estaban en el país legalmente y que la
mayoría eran ciudadanos alemanes. También explicó que el grupo
tenía intención de pasar los próximos días en la zona. “Se
limitaron a decir: 'Les deseamos que lo pasen bien' y se fueron”.
La policía de fronteras de la zona no respondió a la petición
de comentarios de The Guardian.
Sajonia, oficialmente llamado Estado Libre de
Sajonia, es uno de los 16 estados federados de Alemania. Su
nombre oficial tiene origen en la República de Weimar.
La noticia de que alguien había llamado a la
policía dividió al grupo. “Muchos de los participantes se
indignaron. Algunos se sintieron muy ofendidos, diciendo 'esto
es racista'”, señala. “Otros decían que era un comportamiento
típico alemán. Como vieron a mucha gente y no se sintieron
cómodos con el lenguaje hablado, llamaron a la policía”. Después
de que el tuit de uno de los miembros sobre el incidente se
hiciera viral, las peticiones de los medios de comunicación
empezaron a llover, lo que polarizó aún más al grupo entre
los que creían que debían hablar y otros, como Tahan, que
argumentaban que era mejor no hacerlo. “Nuestra prioridad
era terminar la excursión y la actividad”, afirma Tahan. “Me
preocupaba que quizá algunos lugareños se enteraran y supieran
dónde nos alojamos”.
La experiencia del grupo no parece haber sido
un incidente aislado; una organización que presta apoyo a
solicitantes de asilo en Sajonia ha señalado que también había
sido interrogada por la policía durante una excursión en la
que participaban personas de origen refugiado. Como cuenta
Christina Riebesecker, de AG Asylum Seekers, en un correo
electrónico, los habitantes de una pequeña localidad de la
zona fronteriza llamaron a la policía tras ver al grupo: “No
se fijaron en las botas de montaña, las mochilas de senderismo,
la cesta de setas, las cámaras, los prismáticos ni en el alegre
ánimo excursionista”. La situación se resolvió rápidamente,
pero Riebesecker señala que es “aterrador” el impacto sobre
la población de la cobertura mediática y los debates políticos
en torno a la migración: “Ven a personas con un aspecto determinado
y, sin importar su comportamiento, son percibidas como ilegales”.
En 2014 el Gobierno de Angela Merkel quiso endurecer
las condiciones de inmigración. En 2018 Alemania buscaba
más de un millón de trabajadores inmigrantes en mejores condiciones
laborales.
El incidente se produce en un momento en que
las actitudes hacia la inmigración parecen ser cada vez más
hostiles en algunos sectores de Alemania. Este mes, el partido
antiinmigración y antimusulmán Alternativa para Alemania (AfD)
obtuvo una victoria en una alcaldía de Sajonia —días después
de que los servicios de inteligencia clasificaran al AfD en
Sajonia como “claramente de extrema derecha”— que se suma
a sus varias victorias en los antiguos estados comunistas
del este de Alemania. El partido también ha subido como la
espuma en las encuestas nacionales, impulsado por el descontento
sobre la economía, la inmigración y el aumento del coste de
la vida. En respuesta, la coalición de izquierdas que gobierna
el país ha tratado de reprimir la inmigración irregular, estableciendo
controles temporales en las fronteras orientales con Polonia
y la República Checa.
Han pasado semanas desde el incidente en Sajonia
y Tahan asegura con firmeza que la situación no ha disuadido
a nadie del grupo de hacer senderismo. Por el contrario, ya
están planificando una nueva serie de excursiones para el
año que viene. “El problema lo tiene la persona que llamó...
pero ya se sabe, en todas las sociedades, en todas las comunidades,
hay gente así”, subraya. “Pero también es bueno hablar de
ello para que quizá, con suerte, en el futuro no ocurra”.
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