Australia ha rechazado este sábado, en un decisivo
referéndum, una propuesta para reconocer a los pueblos indígenas
en la Constitución, lo que supone un importante revés para
los esfuerzos del país por la reconciliación con sus primeros
pueblos. Los australianos tuvieron que votar «Sí» o «No» en
el referéndum, el primero en casi un cuarto de siglo, sobre
la cuestión de si se modifica la Carta Magna para reconocer
a los aborígenes y a los pueblos de las Torres Strait Island
mediante la creación de un organismo asesor indígena conocido
como La Voz al Parlamento.
A nivel nacional, con casi el 70% de los votos
contados, el voto por el «No» superó al «Sí» entre un 60%
y un 40%. La emisora australiana ABC y otras cadenas de televisión
ya habían pronosticado que una mayoría de votantes en los
seis estados de Australia votarían en contra de modificar
una Constitución con 122 años de antigüedad. Un resultado
exitoso para el reconocimiento de los pueblos indígenas habría
requerido que al menos cuatro de los seis estados hubieran
votado a favor, junto con una mayoría nacional. El primer
ministro Anthony Albanese reconoció que no era el resultado
que esperaba, pero dijo que el país tendría que buscar una
nueva manera de avanzar hacia la reconciliación. «El camino
de nuestra nación hacia la reconciliación ha sido a menudo
difícil», dijo Albanese en una conferencia de prensa televisada.
«Esta noche no es el final del camino y ciertamente no es
el final de nuestros esfuerzos para unir a la gente», añadió.
La ministra para Asuntos Indígenas, Jacinta
Price, durante una rueda de presna en Brisbane (Australia)
tras conocerse los resultados del referéndum
Académicos y defensores de los derechos humanos
temen que la victoria del «No» pueda retrasar en años los
esfuerzos de reconciliación. La Voz al Parlamento fue propuesta
en la Declaración del Corazón de Uluru, un documento de 2017
elaborado por líderes indígenas que estableció una hoja de
ruta para la reconciliación con toda Australia.
Los ciudadanos indígenas de Australia, que representan
el 3,8% de los 26 millones de habitantes del país, han habitado
la tierra durante unos 60.000 años, pero no son mencionados
en la Constitución y son, según la mayoría de las medidas
socioeconómicas, las personas más desfavorecidas del país.
Los partidarios de la propuesta creían que afianzar una Voz
Indígena en la Constitución uniría a Australia y marcaría
el comienzo de una nueva era con sus pueblos indígenas. Muchos
pueblos indígenas, sin embargo, estuvieron a favor del cambio,
pero algunos dijeron que era una distracción para lograr resultados
prácticos y positivos. La oposición política, por su parte,
ha criticado la medida, diciendo que causa división, sería
ineficaz y ralentizaría la toma de decisiones del gobierno.
«Estoy desolado», dijo el líder indígena y destacado defensor
del «Sí», Thomas Mayo, en ABC News. «Necesitamos una Voz.
Necesitamos ese cambio estructural».
Canberra es la capital de Australia, al interior
de la costa sureste del país. Debido a que está rodeada de
bosques, campos de cultivo y reservas naturales, recibe el
apodo de "Bush Capital" (capital del arbusto). El punto central
de la ciudad es el lago Burley Griffin, lleno de veleros y
kayaks. En la orilla del lago, se encuentra el enorme y sorprendentemente
moderno Parlamento, como también los museos, que incluyen
la Galería Nacional, conocida por sus colecciones de arte
indígena.
Los referéndums son difíciles de aprobar en
Australia: sólo ocho de 44 han tenido éxito desde la fundación
del país, en 1901. Este es el primer referéndum en Australia
desde que los votantes rechazaron una propuesta para convertirse
en república hace casi un cuarto de siglo. En 1967, un referéndum
para contar a los indígenas como parte de la población australiana
fue un éxito rotundo con apoyo político bipartidista. Sin
embargo, el referéndum de este año no ha obtenido un apoyo
unificado, y los líderes de los principales partidos conservadores
han hecho campaña a favor del «No». El líder de la oposición,
Peter Dutton, criticó a Albanese por celebrar un referéndum
«que Australia no necesitaba celebrar». «La propuesta y el
proceso deberían haber sido diseñados para unir a los australianos,
no para dividirnos», dijo en una conferencia de prensa después
de que se conociera el resultado el sábado.
Representan el 3,2 % de la población de más
de 25 millones que tiene Australia, y han sido víctimas de
constante maltrato desde la colonización. En 206 lucharon
contra el proyecto de extracción de carbón que impulsaba una
compañía india en el estado australiano de Queensland.
La Voz ha sido un apoyo clave del mandato del
Primer Ministro Albanese, y una derrota en el referéndum se
destacaría, dicen los analistas políticos, como su mayor revés
desde que llegó al poder en mayo del año pasado. Una campaña
de desinformación que se difundió a través de las redes sociales
también generó temor de que la Voz, un organismo puramente
asesor, se convirtiera en una tercera cámara del Parlamento,
lo que resultaría en más ayuda federal para los aborígenes
y más disputas entre pueblos indígenas y no indígenas. El
primer ministro Albanese también criticó a algunos sectores
de los medios de comunicación que, según él, habían desviado
el debate del referéndum de los temas centrales. «Hemos tenido,
incluso en los medios representados en esta sala, discusiones
sobre una serie de cosas que no tenían nada que ver con lo
que estaba en la papeleta de votación de esta noche», dijo
Albanese.
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