Las peores inundaciones en décadas. Eso es lo
que experimentaron esta semana varios países de Europa, principalmente
Alemania y Bélgica. Hasta el pasado día 11 se habían
registrado en total 183 muertos y cientos de desaparecidos.
Las lluvias récord hicieron que los ríos se desbordaran, devastando
la región y provocando que algunos pueblos terminaran totalmente
destruidos. Los expertos sostienen que las catastróficas inundaciones
en Europa occidental son parte de una crónica de un desastre
anunciado y que el culpable es el cambio climático.
Otros especialistas dicen que, si bien se dieron
las alarmas meteorológicas sobre las lluvias que se avecinaban,
no se esperaba que fueran de tal magnitud y que se necesitan
mejores herramientas de pronóstico. Muchos factores contribuyen
a las inundaciones, pero una atmósfera más caliente a causa
del cambio climático aumenta la probabilidad de lluvias extremas.
El planeta ya se ha calentado alrededor de 1,2
°C desde que comenzó la era industrial y las temperaturas
seguirán aumentando a menos que los gobiernos de todo el mundo
hagan recortes drásticos en las emisiones de CO2. "Eventos
climáticos como este (en Europa) ocurren de vez en cuando.
Pero ahora, con el calentamiento general del clima y el aumento
de las temperaturas, las masas de aire pueden contener cada
vez más vapor de agua", explicó Thomas Endrulat, del Servicio
Meteorológico de Alemania, a la agencia Reuters. "Por lo tanto,
cuando se produce esta congestión, se está exprimiendo más
agua de esta esponja de nube por culpa del cambio climático",
añadió.

Al referirse específicamente al pronóstico meteorológico
ofrecido para Alemania antes de estas inundaciones, el especialista
dijo que las alertas se dieron a tiempo pero que hay cosas
que no se pueden pronosticar. "Las advertencias de lluvia
llegaron a tiempo. Pero lo que sucede es más difícil y depende
de la historia y la saturación del suelo,además del estado
de las represas y embalses. Y también depende del factor tiempo:
si algo así ocurre por la noche, si la gente no sabe qué significan
las sirenas o si es complicado llegar a ellos a través de
los medios de comunicación", detalló Endrulat. "Esas circunstancias
siempre difieren. Y por eso es mucho más complicado que un
simple pronóstico del tiempo", analizó.
Por su parte, la ministra de medioambiente de
Renania del Norte-Westfalia, Ursula Heinen-Esser, dijo este
viernes que la principal causa detrás de la tragedia es el
cambio climático. "El desafío es que a veces tenemos que lidiar
con sequías extremas y, en ocasiones, con lluvias extremadamente
intensas", aseguró en declaraciones al diario local Koelner
Stadt-Anzeiger. El suelo "apenas pudo absorber más agua debido
a la sequía de años anteriores y las lluvias de las últimas
semanas", dijo, y agregó que ante esta situación es "prácticamente
imposible reaccionar en el corto plazo".
Desde hace años, los científicos vienen pronosticando
que las lluvias y las olas de calor se volverían más intensas
debido al cambio climático.
Y constantemente advierten a los políticos de
que se necesita hacer más para proteger a ciudadanos de los
fenómenos meteorológicos extremos, como estas inundaciones
en Europa y el domo de calor que afectó a Norteamérica hace
unos días. Hannah Cloke, profesora de hidrología en la Universidad
de Reading, en Reino Unido, le dijo al analista de medioambiente
de la BBC, Roger Harrabin, que "las muertes y la destrucción
en Europa como resultado de las inundaciones es una tragedia
que debería haberse evitado". "Los meteorólogos emitieron
alertas a principios de semana y, sin embargo, las advertencias
no se tomaron lo suficientemente en serio y los preparativos
fueron inadecuados", aseguró. "El hecho de que otras partes
del hemisferio norte estén sufriendo olas de calor e incendios
sin precedentes debería servir como recordatorio de cuánto
más peligroso podría volverse nuestro clima en un mundo cada
vez más cálido", aseguró Cloke. Los científicos dicen que
los gobiernos deben reducir las emisiones de CO2 que están
alimentando los eventos intensos y prepararse para un clima
más extremo.
En un análisis más general sobre estos eventos
extremos en el planeta, los científicos también advierten
sobre sus propias dificultades para predecirlos.

Reconocen que sus computadoras no son lo suficientemente
potentes para proyectar con precisión la gravedad de estos
acontecimientos. Algunos expertos piden a los gobiernos que
inviertan en una supercomputadora climática compartida, la
nueva "Biblia" de la ciencia del clima, del Panel Intergubernamental
sobre Cambio Climático (IPCC). Pero la exjefa científica de
la Oficina Meteorológica de Reino Unido, la profesora Dame
Julia Slingo, le dijo a la BBC que esto no sería del todo
útil "porque los modelos del IPCC (computadora climática)
no son lo suficientemente buenos". "(Necesitamos) un centro
internacional para dar el salto cuántico a los modelos climáticos
que capturan la física fundamental que impulsa los (eventos)
extremos", afirmó. "A menos que hagamos eso, continuaremos
subestimando la intensidad/frecuencia de los (eventos) extremos
y la naturaleza cada vez más sin precedentes de ellos", añadió
la profesora.
El profesor de Oxford Tim Palmer concuerda.
"Es imposible decir en qué grado de emergencia estamos porque
no tenemos las herramientas para responder a esta pregunta",
afirmó Palmer al analista de Medio Ambiente de la BBC, Roger
Harrabin. "Necesitamos un compromiso y una visión con la magnitud
del CERN (el principal centro de investigación de física de
Europa) si queremos construir modelos climáticos que puedan
simular con precisión los extremos del clima como la ola de
calor en Canadá", advirtió. Lo más importante es que los investigadores
deben evaluar si lugares como América del Norte o Alemania
enfrentarán situaciones meteorológicas extremas como el domo
de calor y las inundaciones cada 20, 10, 5 o incluso cada
año. Actualmente, este nivel de precisión no es posible.

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Pequeñas calles, grandes avenidas y unos cuantos
riachuelos se han convertido en fortísimos torrentes que han
arrastrado árboles, casas y automóviles en la región. Una
de las poblaciones más afectadas es Schuld, un pequeño pueblo
que ha quedado casi completamente destruido. Ubicado en el
noroeste del Ahrweiler y a unos 50 km de la frontera con Bélgica,
Schuld cuenta con alrededor de 700 habitantes, muchos de los
cuales no han podido ser localizados. Según la prensa local,
unas 50 personas lograron ser evacuadas con la ayuda de helicópteros.
Quizá la estructura más conocida del pueblo
es la iglesia parroquial católica romana de St. Gertrud, que
fue reconstruida en la década de 1970 tras haber sido destruida
en un ataque aéreo el 29 de octubre de 1944, durante la Segunda
Guerra Mundial. El gobernador regional ha asegurado que el
distrito de Ahrweiler atraviesa "la mayor catástrofe desde
la Segunda Guerra Mundial". Y las torrenciales aguas también
han afectado a la emblemática estructura eclesiástica, y a
muchas otras. No son pocos los alemanes que comparan la magnitud
de la devastación actual con los golpes que sufrió el país
en la Segunda Guerra Mundial. Y como recordatorio de la guerra,
el ejército de Alemania está utilizando vehículos blindados
para ayudar a limpiar los escombros. En Schuld, la inundación
repentina destrozó edificios enteros y arrastró automóviles,
llenando las calles de escombros y gruesas capas de barro.
Marlene Wiechmann, una residente de 76 años, explicó al borde
de las lágrimas que la última vez que Schuld experimentó una
inundación tan catastrófica fue en 1910. Fue un shock tan
grande para la comunidad que se convirtió en parte del folclore
local.

"Todo está roto, ha sido arrastrado, es una
catástrofe", le dijo a la emisora pública SWR sobre el diluvio
del jueves. "Nuestras canchas de tenis estaban allí, la casa
de Stanni de Polonia estaba allá", indicó, señalando una maraña
de barro, árboles destrozados y escombros. De acuerdo con
un portavoz del gobierno local, las redes móviles se habían
quedado fuera de servicio, lo que hacía imposible contactar
a muchas personas. En la vecina ciudad de Sinzig, 12 de los
35 residentes de un hogar de ancianos para personas discapacitadas
murieron después de que las aguas impactaran el edificio mientras
dormían.
La escala de los daños es evidente en el valle
de Ahr, en donde se encuentran Schuld, Sinzig y muchas otras
poblaciones que han sido gravemente afectadas, según reporta
desde Alemania Jenny Hill, corresponsal de la BBC en Berlín.
"Conocimos a un anciano que intentaba entrar en una aldea
que había quedado casi destruida. Nos dijo que sus nietos
estaban allí (con él), pero no podía localizar a los padres".
Las autoridades locales han informado que no saben con certeza
cuántas personas están desaparecidas. Según Hill, se espera
que el número de muertos continúe aumentando. "Con cada hora
que pasa, la magnitud de este desastre se vuelve cada vez
más clara", agrega.
A lo largo del río Ahr, que atraviesa el poblado
de Schuld, hay casas inundadas, puentes rotos, así como muchos
restos de campings y caravanas.
"Para muchas de las personas desorientadas que
conocimos al inspeccionar los daños acá, es casi imposible
imaginar que tendrán que limpiar todo y comenzar de nuevo",
destaca la periodista. Tras las impactantes noticias, la canciller
Angela Merkel ha pedido emprender una batalla contra el cambio
climático. "Me temo que sólo veremos la magnitud del desastre
en los próximos días", estimó Merkel desde Washington la noche
del jueves, describiendo un día "caracterizado por el miedo,
la desesperación, el sufrimiento". Durante una reunión con
el presidente estadounidense Joe Biden en Washington DC, Merkel
expresó su "más sentido pésame" y prometió el apoyo del gobierno
a los esfuerzos de rescate.

El ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia
dijo que era imposible dar un número claro de víctimas, y
agregó que muchas personas lo habían "perdido todo". Por su
parte, el presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, hizo
un llamado a la acción frente al cambio climático. "Sólo si
emprendemos la lucha contra el cambio climático de manera
decisiva podremos mantener bajo control las condiciones climáticas
extremas como las que estamos experimentando ahora", explicó.
Unos 15.000 policías, soldados y trabajadores de los servicios
de emergencia se han desplegado en Alemania para ayudar con
la búsqueda y el rescate, mientras que los helicópteros han
sido desplegados para recoger a residentes varados en los
tejados. Un equipo de tanques también ha sido utilizado para
despejar las carreteras de árboles caídos y escombros.
Los científicos han condenado a los políticos
por no proteger a sus ciudadanos de los fenómenos meteorológicos
extremos, como las inundaciones en el norte de Europa y el
"domo de calor" de Estados Unidos. Han estado prediciendo
durante años que las lluvias de verano y las olas de calor
se volverían más intensas debido al cambio climático inducido
por el hombre. Hannah Cloke, profesora de hidrología en la
Universidad de Reading, dijo: "Las muertes y destrucción en
Europa como resultado de las inundaciones es una tragedia
que debería haberse evitado".
"Los meteorólogos emitieron alertas a principios
de semana y, sin embargo, las advertencias no se tomaron lo
suficientemente en serio y los preparativos fueron inadecuados.
"El hecho de que otras partes del hemisferio norte estén sufriendo
olas de calor e incendios sin precedentes debería servir como
recordatorio de cuán más peligroso podría volverse nuestro
clima en un mundo cada vez más cálido". Los científicos aseguran
que los gobiernos deben comprometerse a reducir las emisiones
de CO2 que están alimentando los eventos extremos y prepararse
para un clima más extremo. Sin embargo, en Reino Unido, afectado
por graves inundaciones el lunes, el comité asesor de cambio
climático del gobierno dijo recientemente a los ministros
que la nación estaba aun peor preparada para el clima extremo
que hace cinco años. Indicó que el gobierno estaba cumpliendo
solo una quinta parte de sus promesas de reducir las emisiones.
Y sólo esta semana, el gobierno de Reino Unido le indicó a
la gente que no necesitan reducir los vuelos porque la tecnología
resolverá el problema de las emisiones, una noción que la
mayoría de los expertos considera una arriesgada apuesta.

Un hombre ayuda a una mujer a trepar por una
ventana tras las importantes inundaciones en Schuld.
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Los equipos de rescate en Europa occidental
están trabajando a contrarreloj para encontrar sobrevivientes
de las inundaciones que han causado estragos en Europa occidental.
Más de 180 personas han muerto y cientos siguen desaparecidos
después de que las lluvias récord provocaron graves inundaciones
en Alemania y Bélgica. Las fuertes precipitaciones también
afectaron a Suiza, Luxemburgo y los Países Bajos, donde el
primer ministro Mark Rutte declaró desastre nacional en una
provincia del sur. Los líderes europeos responsabilizan el
clima extremo al cambio climático.
Las temperaturas del mundo ya se incrementaron
alrededor de 1,2 °C desde que comenzó la era industrial. En
Alemania, donde el número de muertos supera los 100, el presidente
Frank-Walter Steinmeier, durante una visita a una región afectada
por las inundaciones el sábado, dijo que estaba anonadado
por la devastación. "Lugares enteros están marcados por el
desastre", declaró Steinmeier en una conferencia de prensa.
"Mucha gente ha perdido lo que ha construido toda su vida".
El día 16, el trabajo de los equipos
de rescate en Alemania se vio obstaculizado por las difíciles
condiciones en el terreno, lo que dejó a los familiares de
los desaparecidos esperando ansiosamente noticias. Las redes
telefónicas se derrumbaron, las carreteras sufrieron graves
daños y más de 100.000 hogares quedaron sin electricidad.
Los estados de Renania del Norte-Westfalia, Renania-Palatinado
y Sarre han sido los más afectados por las lluvias.
En el distrito de Ahrweiler de Renania-Palatinado,
las autoridades dijeron el viernes que unas 1.300 personas
estaban desaparecidas, aunque agregaron que la cifra estaba
"disminuyendo cada hora". Un residente de la aldea de Ahrweiler,
en Schuld, le dijo a la agencia de noticias AFP que los autos
habían sido arrastrados y las casas derribadas en escenas
que comparó con una "zona de guerra". Roger Lewentz, ministro
del Interior de Renania-Palatinado, le dijo a los medios locales
que probablemente aumentaría el número de muertos. "Cuando
no se ha sabido nada de la gente durante tanto tiempo ...
hay que temer lo peor", señaló.
Los científicos han estado prediciendo durante
años que las lluvias de verano y las olas de calor se volverían
más intensas debido al cambio climático inducido por el hombre.
Hannah Cloke, profesora de hidrología en la Universidad de
Reading, en Reino Unido, señala que "las muertes y la destrucción
en Europa como resultado de las inundaciones es una tragedia
que debería haberse evitado". "El hecho de que otras partes
del hemisferio norte estén sufriendo olas de calor e incendios
sin precedentes debería servir como recordatorio de cuánto
más peligroso podría volverse nuestro clima en un mundo cada
vez más cálido". Los científicos indican que los gobiernos
deben reducir las emisiones de CO2 que están alimentando los
eventos extremos y necesitan prepararse para un clima más
extremo. En Reino Unido, afectado por graves inundaciones
el lunes, el comité asesor de cambio climático del gobierno
señaló recientemente que la nación estaba hoy peor preparada
para el clima extremo que hace cinco años. Y solo esta semana,
el gobierno británico le dijo a la gente que no necesitan
reducir los vuelos porque la tecnología resolverá el problema
de las emisiones, una noción que la mayoría de los expertos
consideran una apuesta. En Bélgica, el ejército fue enviado
a cuatro de las 10 provincias del país para ayudar con el
rescate y las evacuaciones.
El primer ministro Alexander De Croo declaró
el 20 de julio día nacional de duelo. Dijo que las inundaciones,
que han cobrado al menos 20 vidas en Bélgica, podrían ser
"las más catastróficas que haya visto nuestro país". Los rescatistas
de Francia, Italia y Austria fueron enviados a la ciudad de
Lieja, donde los residentes fueron evacuados después de las
repentinas inundaciones. Mientras tanto, en los Países Bajos,
miles de personas huyeron de sus hogares en la provincia de
Limburgo mientras las crecientes aguas inundaban las ciudades
y atravesaban un dique. Pero las aguas comenzaron a retroceder
en la ciudad sureña de Maastricht y pueblos cercanos, donde
los residentes pudieron regresar a sus hogares el viernes.
En Suiza, el nivel de los lagos y ríos también se incrementó
después de las fuertes lluvias. El río que atraviesa la capital
suiza, Berna, se desbordó el viernes. El lago de Lucerna inundó
la ciudad y se advirtió a los habitantes de Basilea que se
mantengan alejados del río Rin.

El calentamiento global hace que se evapore más agua,
lo que conduce a un aumento en la cantidad anual de
lluvia y nieve. Al mismo tiempo, una atmósfera más cálida
significa que puede retener más humedad, lo que también
aumenta la intensidad de la lluvia. En lugar de regar
suavemente la vegetación, esta intensa lluvia provoca
inundaciones, como estamos viendo ahora en el norte
de Europa.
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En el lado belga, las autoridades de Lieja,
en el este del país, han instado a todos sus residentes a
evacuar la ciudad. Los Países Bajos también se han visto gravemente
afectados. En la provincia sureña de Limburgo las aguas han
arruinado un gran número de casas, y varias residencias de
ancianos han tenido que ser evacuadas. En la ciudad de Maastricht,
unas 10.000 personas han recibido la orden de evacuación.
La gobernante del estado alemán de Renania-Palatinado, Malu
Dreyer, ha descrito la inundación como "catastrófica". "Hay
muertos, desaparecidos y mucha gente todavía en peligro",
aseguró. "Todos nuestros servicios de emergencia están en
acción permanente, arriesgando sus propias vidas". En la misma
línea, el viernes el Stephan Mayer, secretario de Estado parlamentario
del Ministerio Federal de Interior, Construcción y Comunidad,
describió la situación como una "catástrofe humanitaria".
En el estado Renania-Palatinado, una de las zonas más afectadas
en el occidente de Alemania, hasta el domingo la policia había
reportado 110 muertos, después de que el río Ahr, que desemboca
en el Rin, se desbordara. Helicópteros de la policía y cientos
de soldados han sido desplegados en algunas áreas para ayudar
a los residentes varados. De acuerdo con la policía, decenas
de personas esperaban en los tejados de sus casas mientras
eran rescatadas.

Verviers, Bélgica.
"Nadie esperaba esto, ¿de dónde vino toda esta
lluvia? Es una locura", afirmó Annemarie Mueller, una residente
de Mayen de 65 años.
"Hubo un ruido tan fuerte y, dada la rapidez
con que bajó, pensamos que rompería la puerta". La maestra
local Ortrud Meyer, de 36 años, indicó que "nunca había visto
algo así". "Mi suegro tiene casi 80 años, es de Mayen y dice
que nunca ha experimentado algo así", dijo.
En Bélgica, el ejército ha sido enviado a cuatro
de las 10 provincias del país para ayudar con el rescate y
las evacuaciones. El primer ministro Alexander De Croo declaró
el 20 de julio día nacional de duelo.Dijo que las inundaciones,
que se han cobrado al menos 27 vidas en Bélgica, podrían ser
"las más catastróficas que haya visto nuestro país".
El alcalde de Lieja, la tercera conglomeración
más grande de Bélgica después de Bruselas y Amberes, ha instado
a todos sus habitantes a evacuar la ciudad. En ese mismo sentido,
pidió que aquellos que no puedan abandonarla se trasladen
a los pisos superiores de sus edificios. Se espera que el
río Mosa, que atraviesa la ciudad, suba otros 150cm, a pesar
de que ya está a punto de desbordarse. A los funcionarios
locales también les preocupa que colapse el puente de una
presa en el área y le piden a los habitantes que se ayuden
entre sí. "La situación de crisis es excepcional y debe prevalecer
la solidaridad", señaló la Alcaldía de Lieja en un comunicado.
Mientras tanto, en la localidad belga de Pepinster, 10 casas
se derrumbaron después de que el río Vesdre se desbordara.

El río Ahr se desbordó y arrasó con todo lo
que estaba a sus orillas.
Los servicios ferroviarios en la mitad sur de
Bélgica han sido suspendidos debido a las precipitaciones
e inundaciones. Los expertos aseguran que se pronostica que
el cambio climático aumente la frecuencia de eventos climáticos
extremos como este, pero vincular un evento único con el calentamiento
global es complicado. Sin embargo, Armin Laschet, el primer
ministro de Renania del Norte-Westfalia, ha culpado al calentamiento
global de lo que está viviendo su región durante una visita
a una zona muy afectada. "Nos enfrentaremos a tales eventos
una y otra vez, y eso significa que necesitamos acelerar las
medidas de protección al clima... porque el cambio climático
no se limita a un solo estado", dijo.
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