Figura clave del cine español del siglo XX y
comienzos del XXI, está considerado como uno de sus directores
más importantes, habiendo dirigido películas como La lengua
de las mariposas, adaptación de un relato de Manuel Rivas,
El bosque animado, versión de la novela de Wenceslao Fernández
Flórez, y la trilogía del «surruralismo», compuesta por Total,
Amanece que no es poco –comedia cumbre del cine español– y
Así en el cielo como en la tierra, que es, según el propio
Cuerda, «un retorcimiento de la realidad que sigue siendo
realidad». Ha recibido numerosos reconocimientos entre los
que destacan cuatro premios Goya, la Medalla de Oro de las
Bellas Artes o la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X.
José Luis Cuerda nació en Albacete el
18 de febrero de 1947. Siendo niño ingresó en el seminario,
donde permaneció tres años. Comenzó a estudiar la carrera
de derecho, que abandonó para convertirse en técnico de radiodifusión
y televisión tras trasladarse a Madrid en 1962.

Se afilió al Partido Comunista, en el que militó
apenas un año, quiso ser escritor, hasta que descubrió que
el narrador de nuestro tiempo es el cineasta. Así que cuando
la familia se trasladó a Madrid, gracias al piso que su padre
había ganado jugando al póquer, ingresó en TVE, donde se fue
formando como director en programas de todo tipo: documentales
y noticiarios, cortos y largos.
En 1969 entró a trabajar en TVE, donde colaboró
en los servicios informativos y más tarde pasó a dirigir programas
culturales. En 1977, debutó como director de ficción con la
adaptación para Televisión Española de El túnel, basada en
la novela de Ernesto Sábato. También para TVE, realizó en
1977, el largometraje Mala racha, basado en un guion propio,
se trata de una película singular, con sorprendente fuerza
dramática y emotiva.
Poco a poco, fue abandonando la fe religiosa. “Hay argumentos
muy elocuentes sobre la inexistencia de un Dios todopoderoso
y de bondad infinita. Si puede hacer lo que quiera y tiene
una bondad infinita, ¿por qué nos hace estas cosas? ¿Cómo
puede dejar que un niño se muera con dolor? La Teología
aguanta mal estos temas. Son insostenibles por pura lógica”. |
Fuera de la televisión, en 1982 dirigió su primer
largometraje para el cine Pares y nones, que lo situó en el
ámbito de los directores de la llamada «comedia madrileña»
(Fernando Colomo es otro de sus más importantes representantes).
Entre 1985 y 1989 trabajó como profesor en la facultad de
Bellas Artes de la Universidad de Salamanca.
Su siguiente película El bosque animado (1987)
inaugurará en su carrera una nueva etapa caracterizada por
lo que se puede denominar como «humor absurdo». Un año después
apareció el trabajo que lo consagró como realizador, además
de ser un éxito de taquilla: Amanece, que no es poco (1988).
Con Así en el cielo como en la tierra (1995) se completó una
especie de trilogía con el humor absurdo como elemento común,
que se había iniciado con Total. Aunque muchos opinan que
son puro despropósito, se trata, según él, de “un retorcimiento
de la realidad que sigue siendo realidad”. Y agrega: “Lo que
escribo suele estar lleno de ocurrencias que pueden parecer
disparates, pero que nacen de lo que ocurre; son tan realidad
como la realidad misma. La realidad mental es tan real como
la física o la comprobable científicamente, solo que con consecuencias
distintas”.
Lo del “surruralismo” (a él no le gusta definirlo
como surrealismo) proviene de ser él pueblerino, como sus
padres y abuelos. El mundo rural es su inspiración, que en
Total le llevó a convertir una aldea manchega en el Londres
de 2598, tres días después del fin del mundo, o en el mismísimo
juicio final en Así en el cielo como en la tierra. La divertida
y lúcida trasposición de estas aldeas ha hecho que se diga
de él: “Cuerda es bueno para la salud mental”. Se reia al
escucharlo. La verdad es que se reia bastante y de casi todo,
particularmente de la falta de memoria que achacaba a las
edades: “Hace unos días, organizaba con unos amigos la metodología
de nuestro diálogo para que no se nos olvidase de qué estábamos
hablando”. Aunque a veces esa risa sea solo apariencia. Hay
quien le recuerda en el funeral de su esposa leyendo el horóscopo
feliz que, según un periódico, le correspondía a ella ese
día. “No recuerdo lo que decía el horóscopo pero era tremendo
y lo leí en el púlpito llorando. Soy muy llorón. Las noticias
diarias me hacen llorar y lloro al ver a gente emocionada”.
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“No me gusta cómo está organizado este mundo,
que parte de la idea de que todos somos imbéciles, todos menos
unos cuantos que nos miran desde arriba riéndose y dándose
codazos entre ellos mientras comentan ‘mira cómo los tenemos’.
Todo es espantoso pero nada es indiferente”, decia. “Me sorprende
que la izquierda no encuentre un común denominador para hacer
una política contra los todopoderosos a beneficio de la población,
pero quizás sea por lo que dijo el ex presidente uruguayo
José Mujica de que en ningún otro momento histórico había
encontrado uno en que los dirigentes políticos fueran tan
mediocres como los actuales”. “Puedo entender que en caso
de necesidad se mate por dinero o por una pasión amorosa sin
freno; es una barbaridad pero puedo entenderlo, pero que se
mate por ideas, por la patria, que no es más que el sitio
donde has nacido, y que eso tenga consecuencias administrativas,
religiosas, económicas... es puro disparate”.
En su papel de producción, fue el primer productor
y en cierto modo descubridor de Alejandro Amenábar. Produjo
sus películas Tesis (1996) y Abre los ojos (1997).
“Las grandes decisiones que he tomado en mi vida han
sido sin pensarlas mucho porque si lo piensas acabas por
no hacerlo”. |
Con La lengua de las mariposas (1999) presenta
una visión tierna y al mismo tiempo descarnada de la Guerra
Civil española desde la relación de un niño con su maestro.
También se destaca en su rol de productor cinematográfico,
haciendo este trabajo en varios de sus filmes y en tres de
los primeros largometrajes del director español Alejandro
Amenábar (Tesis, Abre los ojos y Los otros); además de ser
el guionista de la mayoría de sus producciones detrás de cámaras.
Para televisión dirigió la segunda temporada de la serie Makinavaja
(1997), basada en el popular personaje creado por Ivà. A finales
de 2017 comenzó el rodaje de su película Tiempo después, estrenada
el 28 de diciembre de 2018. En 2019 recibió el Premio de Honor
de los Premios Feroz.
José Luis Cuerda murió el 4 de febrero de 2020
a los 72 años de una embolia en el Hospital de la Princesa
de Madrid. El Gobierno de España le concedió la Gran Cruz
de la Orden Civil de Alfonso X a título póstumo.
Cultivaba vinos de Ribeiro en sus bodegas. “Me voy defendiendo,
pero el del vino es un negocio muy complicado”, reconoció. |
Tras haber descubierto a Alejandro Amenábar
y haberle producido sus tres primeras películas, y de haber
dirigido, entre otras, La marrana, El bosque animado o Los
girasoles ciegos, Cuerda estaba organizando varios proyectos
propios: “Películas, series, cosas numerosas que me apetecen
mucho. Tengo un proyecto de una película desde hace mucho
tiempo que transcurre en el mundo del teatro, con dos actrices
extraordinarias, pero en una de las teles en que lo presenté
un tipo me preguntó que dónde iba con esos dos dinosaurios.
¿Por qué se empeñarán en que saben lo que quiere el público
si ellos mismos no tienen ni idea? Se acierta cuando se acierta,
y ya está. Otro proyecto es Un año entero, que es el tiempo
que pasé en una cama con una pleuresía con cinco o seis años
que luego se complicó con algo de riñón. Esa película me apetece
muchísimo hacerla, quiero hacerla sea como sea, bueno, como
sea no, porque no voy a bajar la guardia”.
Otro proyecto es la traca final de Amanece que
no es poco, “un espectáculo audiovisual partiendo del teatrito
de Así en el cielo como en la tierra, cuando aparece Dios
y afirma: ‘Hay uno por ahí que dice que me he muerto”.
Recuerda con emoción que a Woody Allen le gustó
mucho La lengua de las mariposas: “Como respuesta, le envié
unos vinos y me contestó que yo hacía tan buenos vinos como
películas y se ofreció a un encuentro que decliné porque yo
no sé inglés y hablar con un traductor es un coñazo”.
Amanece, que no es poco, estrenada en 1989,
recibió tres nominaciones a los Goya, incluyendo mejor guion,
pero no se llevó ninguno (Cuerda acabaría ganando cuatro de
estos premios, pero por otros trabajos). Su recaudación fue
modesta y la acogida de la crítica, bastante tibia. Sin embargo,
la cinta fue creciendo en aceptación a lo largo de los años.
Además, las redes sociales ofrecieron un nuevo espacio a muchos
de los seguidores de la película, ayudándoles a corear sus
diálogos favoritos y mostrando la verdadera devoción que se
tiene en Internet por Cuerda.
Uno de estos espacios era la ya difunta página
de Facebook de Amanece, que no es poco, que congregaba hasta
hace unos años a más de 200.000 seguidores y que además vivió
la época de más popularidad de los perfiles en esta red social.
El grupo compartía escenas de la película, a menudo relacionándolas
con la actualidad. Por ejemplo, tras el anuncio de la repetición
de las elecciones en 2016 (la repetición de Rajoy, no la de
Sánchez), la página publicaba la escena en la que el alcalde
convoca elecciones para el día siguiente.
-Pero alcalde -apunta uno de los vecinos-, ¿es
que se ha vuelto loco? Habrá que hacer campaña, pegar carteles...
-¡Tampoco somos tantos! ¡El que quiera hacer
campaña, que la haga esta tarde! ¡Carteles, no quiero ni uno,
que ya nos conocemos todos las jetas!
Otra de estas páginas, Amanecistas, organiza
gran parte de su actividad fuera de internet: en una de sus
publicaciones más recientes anunciaba la “décima quedada amanecista”
para finales de mayo de este año. La página web del
grupo recomienda además la “ruta amanecista” promovida por
la Junta de Castilla-La Mancha desde 2010. Se trata de una
ruta por los tres pueblos en los que se rodó la película:
Ayna, Liétor y Molinicos. En la web de estos fans de Cuerda
hay disponible un mapa de Google en el que están localizados
los lugares en los que se rodaron las escenas de la cinta.
Las conocidísimas frases de la película también
se corean en Twitter: cuando se emite por televisión, muchos
tuiteros se reúnen a comentar las escenas, pero, sobre todo,
para repetir sus diálogos favoritos, a veces usando etiquetas
como #AQNEP o #AmaneceQueNoEsPoco. Casi como en Eurovisión
o con la gala de los Goya. Cuando alguien va a Twitter a hablar
de Dostoievsky, la respuesta más frecuente es: "Ah, pues muy
bien, encantados. Ahora mismo bajamos".
El propio Cuerda era un tuitero habitual. En
su cuenta, con más de 150.000 seguidores, el cineasta compartía
comentarios, casi siempre en tono de humor. En una entrevista
publicada en 2015, el director hablaba de su labor en Twitter:
"A veces me sorprendo porque escribo algo y pienso: Mira,
esto tiene cierta altura poética, cierta agudeza analítica,
cierta prestancia estilística. Y luego lo siguiente que escribo
es una chorrada como un pino. Lo que busco es el humor, en
Twitter o cuando escribo un libro o un guion. Yo sin humor
no sabría vivir".

La película de Cuerda también es uno de los
referentes del humor manchego de La hora chanante, otro ejemplo
de comedia que ha encontrado gran parte de su público en internet.
En 2018, durante la presentación en San Sebastián de la película
Tiempo después (donde se recupera en parte el tono de Amanece),
Joaquín Reyes afirmaba ser discípulo del director: “Cuando
le conocí le dije: si tuviera que darte un euro por cada una
de las ideas que te he copiado en Muchachada Nui y La hora
chanante... Y me dijo: sí, dámelos”.

De #AmaneceQueNoEsPoco, al que Podemos alude cada cierto
tiempo, se pueden extraer interesantes lecciones sobre
política. Repasamos la película buscando sus enseñanzas,
desde la organización de actos políticos hasta el sorpasso.
1. Entusiasmo: "Nosotros somos contingentes, pero
el alcalde es necesario".
Tal vez los haya habido con más público (la población
del pueblo da para lo que da), pero pocos actos políticos
se celebran con tanto fervor como la llegada del Alcalde
en Amanece que no es poco. Los niños del pueblo salen
a cantar, los aldeanos portan ramas de olivo y le sueltan
piropazos como "¡viva el munícipe por antonomasia!"
o el célebre "¡nosotros somos contingentes, pero tú
eres necesario!". Y no es algo excepcional, no: "Si
fueran fiestas señaladas, todavía", se queja el cura,
"pero le ha cogido el gusto y quiere que se le monte
el recibimiento cada vez que vuelve de la capital".
2. Austeridad: "¡Carteles, no quiero ni uno, que
ya nos conocemos todos las jetas!".
La crisis debería afectar a todos por igual, y en
Amanece que no es poco saben apretarse el cinturón en
todos los estratos de la sociedad: ¿que vienen extranjeros?
Nada de hostales, la gente los acoge en sus casas. ¿Que
hay elecciones? Pues nada de carteles, que ya se conocen
todos. Incluso la Iglesia pone de su parte y ofrece
su sangre de cristo al borracho del pueblo. "Yo creo
que no va a haber bastante para consagrar", se queja
el ayudante del párroco –su padre, vaya– cuando ve al
borracho empinando el codo. Y el cura responde: "Sí
hombre, sí, a poco que haya... En eso estamos muy cubiertos
teológicamente". Además, siempre hay que mirar el lado
positivo: "La sensación de pobreza que se da, van a
pensar los fieles que nos estamos ahorrando en la colecta".
De eso se trata, de ahorrar.
3. Orden público: "Lo de dar guantazos es un esquema
muy sintético que conviene utilizar poco".
El derecho a manifestarse está recogido en nuestra
Constitución, y cualquiera puede utilizarlo: los protaurinos,
los antitaurinos... ¡Incluso los pelirrojos! De cuando
en cuando, por desgracia, algunas manifestaciones acaban
en altercados violentos. Fermín, de la Guardia Civil,
le deja bien claro a su compañero cuál es su opinión
al respecto: "Lo de dar guantazos es un esquema muy
sintético que conviene utilizar poco, y utilizarlo bien,
casi en plan poético, diría yo. ¡Guas, guas! como algo
prodigioso". Nada de soltar al tuntún, hombre.
4. Relaciones internacionales: "¿Cómo va la invasión?".
Como pudimos comprobar con las reacciones a este anuncio
de la marca de ropa Old Navy, todavía existen personas
a las que la idea de la multiculturalidad o mestizaje
sigue provocándoles rechazo. Que aprendan de la aldea
amanecentista: con una población que cabe al completo
en el bar del pueblo, cuentan con una amplia comunidad
sudamericana, ocho disidentes rusos y un grupo de americanos.
También está Nge, el negro. Bueno, "minoría étnica",
matiza su amante, aunque él defiende que "minoría étnica
y negro lo mismo son". Por supuesto, vota como un ciudadano
más, y se emociona cuando lo hace. "Es que son muchos
años de lucha", explica.
En la aldea amanecentista hasta los del pueblo de al
lado, que vienen a invadirlos, son bien recibidos. "¿Cómo
va la invasión?" Les pregunta el intelectual del pueblo.
"Ahí, tirandillo, ya se sabe que las cosas de palacio..."
Y antes de que se marchen les desean suerte. Así da
gusto.
5. El feminismo: "¡No valéis para nada!".
Mientras que en nuestra sociedad las muestras de machismo
siguen patentes en la esfera pública, el feminismo parece
haber ganado la partida en la aldea amanecentista: todas
las mujeres del pueblo se reúnen en asamblea, y hablan
abiertamente desde cómo les va en el sexo. También aprovechan
para reírse de un hombre, que acude en representación
del género masculino: el argentino del pueblo, que se
presta. "¡Que no valéis para nada!", le gritan. "¡Estrafalarios!
¡Aparatosos! ¡Gilipollas!". Además, cuando llegan las
elecciones son las mujeres las que eligen entre ellas
quién o quiénes ocuparán (solo si quieren) los cargos
de prostitutas, adúlteras o monjas...
6. El sacrificio político: "Se ha ahorcado porque
la gente joven quiere que la muchacha que ha traído
sea comunal".
El alcalde del pueblo, cabreado por el éxito que ha
tenido en el pueblo la mujer que le acompaña tras su
viaje a la capital, decide solucionarlo por la vía rápida:
colgándose en el bar. Lejos de actuar, el Cabo Gutiérrez
lo deja pasar. Así se lo explica al párroco: "Después
no he intervenido porque lo primero que se me ha venido
a la cabeza ha sido el tema del libre albedrío". El
cura, lejos de escandalizarse por no impedir un suicidio,
le da la razón: "Hombre, es que el tema del libre albedrío
viene aquí pintiparado. Con lo bonito que es ese tema".
7. Los americanos: "Usted, alcalde, nos toca las
pelotas".
Aunque la multiculturalidad está muy bien vista entre
los amanecentistas, el alcalde les coge manía a los
americanos... Y la cosa termina malamente con ellos.
Marchan, pero clamando venganza: "Cuando seamos líderes,
con todo el poder omnímodo, no nos olvidaremos, alcalde,
que usted nos toca las pelotas". Si hubiera Amanece
que no es poco II, habría problemas. No hay que meterse
con los norteamericanos, que la cosa está revueltilla.
8. El sorpasso: "Los electores son veleidosos, les
gusta la novedad".
Años antes de que Julio Anguita importara la palabra
sorpasso del Partido Comunista italiano, la Guardia
Civil de Amanece que no es poco ya lo había sufrido
en sus carnes. Después de haber perdido las elecciones
contra la secreta, el Cabo Gutiérrez se excusaba así
con su compañero: "De entrada nunca pensé que fuera
a perder la Guardia Civil, un cuerpo con tanto prestigio
y... ya ves, los electores son veleidosos, les gusta
la novedad". ¿El drama? Que, al final, todo es lo mismo.
9. No hay quien aguante este sindiós.
No hay que tomarse todas estas lecciones muy en serio,
porque incluso con su multiculturalidad, su civismo
en las manifestaciones y su maña a la hora de organizar
grandes actos políticos... La vida de los amanecentistas
sigue siendo un sindiós.

En el verano de 1988 José Luis Cuerda (Albacete, 1947)
apareció por Ayna, Liétor y Molinicos, en la sierra
del Segura, y durante seis semanas rodó «Amanece que
no es poco» por aquellas tierras. La película fue protagonizada
por una decena, o más, de actores secundarios, «el mejor
reparto del cine español», según Luis García Berlanga.
La película se estrenó en 1989 y no tuvo éxito en taquilla:
apenas 300.000 espectadores y cien millones de pesetas
(600.000 euros) de recaudación.
Más de 20 años después, vecinos de Ayna que habían
participado como extras en la cinta crearon un grupo
en Facebook sobre ella y la cosa empezó a coger vuelo.
Un día de 2011 propusieron, ¿por qué no?, hacer una
quedada y desde entonces la cita se ha repetido anualmente.
«En esa época era un niño. Tenía 12 años. Fue la segunda
película que vi en el cine, la primera fue 'E. T. el
extraterrestre'. Era sorpredente la reacción de la gente
mayor, que salía muy decepcionada con el director. Yo
digo que 'Amanece que no es poco' la ha hecho grande
internet. La gente la tenía grabada en VHS y era la
película que veíamos los amigos en Nochevieja. Ahora
es un película de culto», dice Juan Ángel Martínez,
vecino de Ayna que participó como extra en la cinta
(era el «niño deprimío») y presidente de «Amanecistas»,
el grupo que organiza la quedada. En Ayna y Liétor se
quedan sin plazas hoteleras. Una pareja de Huesca y
otra de argentinos, que han programado sus vacaciones
en España para asistir a la quedada. En la cuarta quedada
el director, José Luis Cuerda, se presentó por sorpresa
y estuvo contando anécdotas.

"Lo bueno es que te da igual saber o no el final,
porque no lo hay. Creo que es una buena sucesión de
«sketches» muy bien enlazados, y luego tiene un humor
muy absurdo, que a mí me gusta definir más como irónico."
«Amanece que no es poco» es surrealista, picantona
y llena de arquetipos de la España más cañí: un negro,
putas, borrachos, un cura, un cabo de la Guardia Civil…
Hay hombres que crecen de un bancal, diálogos con calabazas,
tipos que acuden sigilosos cada noche a la carretera
a ver si los mata un camión o alcaldes que se quieren
colgar porque los vecinos quieren que compartan su último
ligue. Muchas de sus frases ya son parte de la memoria
colectiva de este país, como la que este año ilustra
el cartel de la quedada: «Pues yo creo que me voy a
sacar la chorra».
Además, ha creado una escuela de humor, con los «chanantes»
Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y demás como sus alumnos
más aventajadados.
La contradicción de la película de Cuerda, hoy tan
admirada, es que es tan políticamente incorrecta que,
si se estrenase hoy, se vería con la censura de las
redes sociales, guardianes de la moral de este siglo
y tan poco proclives a hacer chistes con según qué asuntos.
Así lo cree el amanecista Juan Ángel Martínez: «El tema
de la violencia de género no lo pasaría, estoy convencido
(en la película, un hijo pregunta a su padre que por
qué ha matado a su madre y el progrenitor responde:
‘Porque era muy mala’). Sinceramente, creo que la película
sería un problema».

Parte del reparto de la película.
Sabias que ...
- La versión del guión original de José
Luis Cuerda daba como resultado una película de cinco
horas. El montaje final no alcanza ni las dos horas.
- La película, pese a las sorpresas en
el lenguaje y algunos aspectos de la trama, es una comedia
apta para todos los públicos.
- Su calificación no evitó que el público
no la entendiera. Los primeros, los vecinos de los pueblos
en los que se rodó. La taquilla fue discreta y pasó
más bien desapercibida, convirtiéndose año tras año
en un mito cinematográfico.
- 20 años después, la junta de Castilla-La
Mancha junto con Cuerda promovieron una ruta turística
que dinamiza la agrícola actividad de las tres localidades
en las que se rodó: Ayna, Lietor y Molinicos, todas
ellas en la Sierra del Segura. Todas reconstruyeron
decorados y se adaptaron para recibir a los turistas
que siguen llegando.
- Estos pintorescos pueblos de Albacete
aportaron mucho más que su paisaje al film: los vecinos
no solo son extras de la película, sino actores a través
de los cuales suceden aspectos costumbristas que hacen
‘entender' el escenario surrealista de una población
en el último tercio del siglo XX.
- Para entender la apuesta por el absurdo
del guión de Cuerda (nominado por este texto a los Goya)
cabe destacar que las mujeres eligen entre ellas quiénes
son las prostitutas, las monjas o las que pueden ser
infieles. Por su parte, los hombres nacen de la tierra,
sembrados y regados como vegetales.
- La Iglesia, el poder político y el pueblo
son los ejes enfrentados. Desde una profunda incorrección
política, todos ellos chocan y hablan de una situación
plagada de similitudes a la de una ciudad de la actualidad.
Obviamente, la sátira es el comodín para abordar temas
peliagudos.
- José Luis Cuerda es oriundo de Albacete,
un rasgo sin el cual no se comprender tal colección
de guiños, dejes y fórmulas verbales casi mágicas capaces
de conectar al espectador de ciudad con el ambiente
rural.
- Cuerda, además de dirigir algunas buenas
películas como La lengua de las mariposas (1999) o El
bosque animado (1987) ha grabado su nombre en la historia
del cine español por una aportación algo menos conocida:
ser productor de las tres primeras películas de Alejandro
Amenabar (Tesis, Abre los ojos y Los otros).
- Mientras que los alemanes daban a luz
el romanticismo, los italianos el renacimiento, los
franceses la ilustración y los ingleses la tragedia
moderna, España y los españoles hemos
aportado al mundo dos géneros literarios característicos:
la picaresca y el esperpento.
- Es curioso que dos de las tres películas
que el publico de la Seminci eligió tuvieran una característica
no muy común en la historia del cine pero que tan bien
refleja a la sociedad española: la coralidad. Amanece
que no es poco cuenta con una lista interminable de
personajes que aparecen y desaparecen de la escena creando
un sentido de calle y bullicio sobre la historia. En
ese cine coral, la película aglutina a una generación
de cómicos que por su edad o se despiden del cine o
pasan a reconvertirse a la televisión: Casto Cassen,
José Saza Sazatornil, María Isbert, Luis Ciges, Vicente
Aleixandre o Aurora Bautista, entre otros.
- Para los valencianos siempre existe
la motivación extra de disfrutar de la actuación del
literato y músico Ovidi Montllor, en el papel del Guardia
Civil Pascual. Curiosamente, Montllor exagera su acento
valenciano en la película.
- Hay algunos cameos y papeles de jóvenes
actores ahora vistos como consagrados: Gabino Diego,
Tito Valverde, Pastora Vega, Pedro Ruiz ...
- La película traspasa barreras del cine
de forma ingenua pero próxima. En una de ellas, por
ejemplo, Quique San Francisco (Cascales) le propone
a Antonio Resines (Teodoro) intercambiarse el papel
de la película. Este último, protagonista del film,
declina la opción ya que el suyo es un personaje que
ha logrado una ingeniería en la Universidad de Oklahoma.
San Francisco continúa toda la película tratando de
intercambiar su papel y haciendo partícipe al espectador
de su situación.
- Un aspecto inequívoco para comprender
si una película es o no de culto es su repercusión en
el público a lo largo del tiempo. Pues bien, existen
empresas de merchandising en torno a ella y un grupo
muy activo que realiza quedadas y rutas (llamados Amanecistas).
Además, en 2014 y al calor del afecto recibido a partir
del 20 aniversario de la película, Cuerda preparó y
ha publicado un libro con el guión original y cantidad
de material de trabajo en torno a la película: Amanece,
que no es poco (Editorial Pepitas de calabaza).
- Actores como Antonio Resines, Guillermo
Montesinos o Enrique San Francisco han acudido a innumerables
proyecciones en las que han confesado que el rodaje
veraniego de la película ha sido una de las experiencias
profesionales más peculiares en las que han participado.
- Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla o Raúl
Cimas, entre otros miembros de La hora chanante, han
reconocido en incontables ocasiones la profunda inspiración
que supuso que esta película se rodase en su tierra.
Una fórmula ligada al lenguaje rural y al surrealismo
de la que son a su manera continuistas.
- En el pueblo están obsesionados con
la obra del escritor William Faulkner. Otro contrapunto
de Cuerda seguramente evidenciado por la densidad de
la creativa literaria del autor estadounidense frente
a la frescura de los personajes de la película.
- José Luis Cuerda mostró con la libertad
ofrecida por el surrealismo una escritura ágil e inteligente.
Acorde a los tiempos hizo gala de ella a razón de 140
caracteres en su cuenta de Twitter.
|
En la Semana Internacional de Cine de Valladolid, la Seminci
de 2013, la organización se dejó llevar por el apogeo de las
redes sociales para preguntar al público cuál era la mejor
película española de los últimos 60 años. El resultado -esperable
para algunos cinéfilos, desconcertante quizá para ‘el gran
público'- fue Amanece que no es poco. Al film le acompañaban
en el podio dos de las cuatro o cinco mejores películas que,
efectivamente, ha dado el cine en España: Los santos inocentes
(Mario Camus, 1984) y Plácido (Luis García Berlanga, 1961).
¿Pero cómo y por qué una película surrealista, inclasificable
y tan ajena al resto de la producción nacional podía congregar
tanto interés por parte de los internautas como para destacarla
sobre cualquier otra?
La 22 edición del Festival de Málaga proyectó
en su 30 aniversario la película, reconocida como Película
de Oro. Para celebrar esta efeméride, estuvieron presentes
el director de la cinta, José Luis Cuerda, y actores
como Antonio Resines, Pastora Vega, Freda Lorente o
Miguel Rellán, que aparecen en el metraje. El homenaje
tuvo lugar en el auditorio del Museo Picasso Málaga
(MPM) y contó también con la presencia del director
del Festival, Juan Antonio Vigar.

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Juan Ángel Martínez tenía 12 años cuando vio por primera
vez a José Luis Cuerda. El director manchego había acudido
al pueblo de Ayna para tomar las localizaciones de su nueva
película ‘Amanece que no es poco’, un guion que había escrito
en apenas mes y medio en una cafetería y que apelaba al realismo
mágico albaceteño. A los campos donde hay hombres que crecen
y hacen odas a las calabazas. A las calles donde a Faulkner
se le tiene verdadera devoción y donde todo el mundo es contingente,
pero el alcalde es necesario.
Martínez es precisamente hoy el alcalde —del Partido Popular—
de esta pequeña localidad de la sierra del Segura que, junto
a Liétor y Molinicos, conforma —no uno sino trino— el lugar
donde se sucedieron las aventuras de esta película considerada
de culto 30 años después de su estreno. “Formaba parte del
grupo de teatro del pueblo e hicieron un 'casting'. Yo era
un niño muy tímido, y durante la prueba en ningún momento
miré a la cara a José Luis ni al equipo de producción. Como
no levanté la cara dijeron, “este niño tiene cara de 'deprimío'.
Y así me quedé con el papel”, cuenta el hombre que hoy tiene
ya 44 años y que fue uno de los vecinos que actuaron con un
pequeño papelito en el filme.
El rodaje duró mes y medio. Acabó el 5 de agosto de 1988
y Martínez lo recuerda como caótico. Un sindiós. “Allí nadie
entendía nada del guion. Ni nosotros los extras ni los actores.
Había algunos, como Antonio Resines o Miguel Rollán, que pensaban
que Cuerda les estaba tomando el pelo. Además, mucha gente
no tenía todo el guion”, comenta Martínez. En su caso, como
niño, también rememora cómo "nos portábamos de forma muy educada
y obediente. Además, Cuerda era muy serio, no se reía nunca
y cuando decía ‘silencio’ allí no hablaba nadie".

Eso sí, tampoco olvidará aquellos días junto
actores como José Sazatornil, Luis Ciges, Aurora Bautista,
Manuel Alexandre, Enrique San Francisco, Pastora Vega —la
flor y nata de lo que era el cine popular más berlanguiano
y azconiano de la época— y, sobre todo Fedra Lorente, “que
era la Bombi, que salía en el 'Un, dos tres' y era el mayor
'sex symbol' del momento”, afirma Martínez. Con ellos solían
comer, pasar el día, y el pueblo “andaba como loco”. Aquel
niño ‘deprimío’ está hoy también al frente de la Asociación
de Amanecistas, el club de fans de la película, que se junta
periódicamente para rememorar aquel rodaje y algunas de las
frases más conocidas. Estas quedadas se han convertido en
una importante fecha turística para el pueblo, ya que desde
hace años se llenan todas las plazas hoteleras. Y, por cierto,
Martínez también regenta el Hostal Miraelmundo, desde donde
se obtienen muy buenas vistas de los parajes y del río Mundo.
Aquí nadie pierde el viaje.
"Hubo años en que vinieron más 200 personas.
Se hacen actividades en los tres pueblos, teatro, homenajes.
Y también hemos puesto cartelitos en la puerta de los extras,
porque hay mucha gente que viene para hacer la ruta de los
'amanecistas', sostiene Martínez.
Todo esto comenzó en el 20 aniversario de la
película, en 2009, cuando se rompió el misterio. “A Cuerda
le debió de sorprender, porque durante dos décadas no se habló
del 'amanecismo', y luego se montó la ruta 'amanecista', luego
aparecieron unos productores que querían hacer una segunda
parte. Eso le tuvo que absorber bastante”, relata el actual
alcalde, que insiste en que “vino en alguna ocasión a las
quedadas y seguía siendo serio. La verdad es que con el humor
que tiene la película... Pero sí, estaba serio”.
La última vez que le vio fue en octubre de 2018
durante el preestreno en Albacete de ‘Tiempo después’, la
segunda parte de ‘Amanece…’. “Ahí ya le vimos muy deteriorado”,
indica Martínez, que pese a su filiación política nunca discutió
con Cuerda. “No, no, nunca hablamos de política. Y una cosa
es la película y otra las ideas que cada uno tenga. De todas
formas, los 'amanecistas' ni son todos de Podemos ni hay ninguno
de Vox. La película está por encima de las ideas”.
Y… finalmente, siendo Martínez el alcalde, ¿se
ve necesario? “No, no. Yo no me presenté por eso. Necesitamos
a mucha gente porque ya sabe que no somos muchos. Los problemas
que tenemos con la despoblación son muy grandes”, zanja el
regidor.
Y los hombres no crecen en el campo así como
así.







El 28 de diciembre, coincidiendo, como no podía ser
de otra manera, con el día de los Santos Inocentes,
José Luis Cuerda estrenaba en cines Tiempo después,
la que supone la cuarta entrega de la saga Amanece,
que no es poco . Esta radiografía surrealista de la
España profunda nos sirve de excusa para recorrer los
pueblos donde se han rodado cada una de las cuatro películas.
José Luis Cuerda arrancó su aventura “amanecista” a
principios de los ochenta con TOTAL que no llegaba a
la hora de duración (53 minutos) , pero que ya marcaba
las pautas de todo lo que vendría después: reparto coral
(numerosos protagonistas, con lo más granado del cine
español más un sinfín de extras) , sátiras bíblicas,
localizaciones rurales y un lenguaje surrealista basado
en las peculiaridades, bondades y defectos de la España
de la posguerra.
El pueblo donde ocurre toda la acción no es Londres,
tal y como se indica al principio del filme. Tampoco
París, como el bueno de Agustín González (Lorenzo, el
pastor) nos confiesa en una de sus reflexiones como
narrador de la historia. Para esta primera entrega,
el director se trasladó hasta la comarca de Tierras
Altas, en Soria , que, como su nombre indica, está lo
más al norte que la provincia puede dar de sí.
Fueron tres los municipios escogidos para rodar: Oncala,
Yanguas y San Pedro Manrique. Hay quienes sostienen
que fue el propio Luis García Berlanga quien le sugirió
la zona, puesto que su mujer, María Jesús Manrique de
Aragón, era originaria de este último.

Oncala no es Londres ...
La mayor parte del metraje corresponde
a Oncala, incluyendo las panorámicas del conjunto de
“Londres”. En su puente es donde González sorprende
a su hijo, convertido de buenas a primeras en un adulto
encarnado por Manuel Alexandre. En sus calles paseaba
a sus vacas Chus Lampreave, y en sus afueras se organizaba
el ahorcamiento de Alexandre y las apariciones de María
Luisa Ponte, presentadas por Miguel Rellán. Los otros
dos municipios también tuvieron sus momentos de gloria.
En el cementerio de la iglesia de San Miguel de San
Pedro Manrique es donde vemos resucitar a Alexandre
tras ser ahorcado diez veces.
El repetido encuentro entre los dos primos
corresponde a la plaza de Yanguas, donde el 24 y 25
de julio de 2015 se organizó una proyección pública
del filme y se habló de la creación de una ruta turística
de Total que englobase a los tres pueblos y que, de
momento, no se ha materializado de forma oficial.

Yanguas, donde resucita Alexandre.
Para Amanece, que se convertiría con los
años en toda una película de culto, Cuerda se trasladó
por primera vez a grabar a su tierra natal: Albacete
. Escogió tres pueblos de la Sierra del Segura: Aýna,
Liétor y Molinicos, cuyos habitantes participaron de
buena gana como extras.
En 2008, como celebración del 20 aniversario
de la película que consagraría al cineasta , se inauguró
una ruta turística en la que paneles explicativos indican
qué escena se rodó en cada sitio. Aýna fue el escenario
de momentos tan entrañables como el de Antonio Resines
y Luis Ciges llegando en sidecar al pueblo ; el de Luis
Valverde y sus gases incendiarios; los huertos donde
los hombres crecen de la tierra; la tasca donde el viejo
labrador (Alberto Bové) gusta de emborracharse y canta
la soprano (Elisa Belmonte) ; la escuela de Don Roberto
(Paco Hernandez) …
En Liétor tuvieron lugar las asambleas
de mujeres y las secuencias interiores de la iglesia
regida por el párroco Don Andrés (Casto Sendra ‘Cassen’)
. Por su parte, Molinicos albergó los ahorcamientos
del alcalde (Rafael Alonso) y Ngé Ndomo (Samuel Claxton)
en el ayuntamiento, además de la plaza, la puerta de
la tasca y escenas varias de calles exteriores (Jimmy
y su hijo Teodoro llegando al pueblo, la presentación
de Samuel Claxton, los desdoblamientos de Miguel Rellán
beodo…).
En la página web de la Asociación Amanecistas
(el club de fans de la película) se pueden consultar
con exactitud las localizaciones de cada escena. No
obstante, para la secuencia final de la película (el
amanecer imposible que le da título) , el equipo se
trasladó al Pico de la Miel, en el pueblo de La Cabrera
(Sierra Norte de Madrid).

En Liétor se rodó parte de 'Amanece, que
no es poco'.
La tercera pata del banco, Así
en el cielo como en la tierra, llegó a mediados de los
noventa, con la particular versión “amanecista” del
cielo recreada en un pueblo, con Paco Rabal como San
Pedro, Fernando Fernán Gómez como Dios Padre y Jesús
Bonilla como Jesucristo. Ahí es nada. La mayor parte
del filme se grabó en Pedraza (Segovia) , cuyo aspecto
medieval casaba a la perfección con la idea que Cuerda
tenía en la cabeza del paraíso. Los vecinos se integraron
como extras junto al (de nuevo) numeroso reparto y su
plaza se convirtió en el lugar donde la Santa Trinidad
habría de esperar a las víctimas del Apocalipsis. Para
el resto de secuencias, el director se trasladó a dos
pueblos madrileños cuyas murallas y empedrado encajaban
de igual modo en la ambientación: Buitrago del Lozoya
y Talamanca del Jarama.
Tanto IMDB como la Wikipedia señalan también
Peñafiel (Valladolid) como localización del filme, si
bien no se le hace mención ninguna en los créditos,
que indican que la película “ha sido rodada en Madrid
y Segovia ”.
Más de veinte años después de la anterior,
llega la cuarta entrega de la saga, que, entre otras
cosas, se caracteriza por no desarrollarse en un pueblo.
Tiempo después divide su acción en dos escenarios: el
Edificio Mundial (o Representativo) , donde vive la
nobleza, y el campamento de chabolas que hay en sus
afueras, poblado por los parados. Sus escenas se han
recreado entre Madrid, Guadalajara y Toledo.
La fachada del Edificio Mundial es la
fusión de dos inmuebles icónicos de Madrid: el exterior
está conformado por el inconfundible Torres Blancas
(ubicado en la confluencia del número 2 de la calle
Corazón de María con el número 37 de la Avenida de América,
junto al metro Cartagena).
Para algunas escenas del interior se ha
usado la sede del Instituto del Patrimonio Cultural
de España (IPCE) , conocido como Corona de Espinas (C/
Pintor El Greco, 4) por las agujas que coronan lo alto.
Allí se grabó, por ejemplo, la recepción donde Carlos
Areces ejerce de conserje.
Por otra parte, el salón del trono donde
el rey (Gabino Diego) recibe a sus súbditos pertenece
al Palacio Fernán Núñez (C/ Santa Isabel, 44). La mayoría
del resto de estancias del edificio (pasillo, habitaciones,
barbería…) se recrearon en un plató instalado en la
Antigua Farmacia Militar (C/ Embajadores, 75).

La provincia de Toledo también se llevó
un buen puñado de localizaciones. El paisaje desértico
donde supuestamente está asentado el edificio son las
Barrancas de Burujón. El poblado de los parados se construyó
en un bosque de las afueras de Hontanar, junto al hotel
El Refugio de Cristal (Camino de Robledo, 54).
Allí, la idea fue mezclar elementos de
Mortadelo y Filemón con Mad Max. Los interiores tanto
de la parroquia como de la cárcel se grabaron en la
Ermita de Santa María De Melque de San Martín de Montalbán,
ubicada en el kilómetro 47 de la carretera CM- 4009.
Pero hay más: la supuesta azotea donde Saturnino García
pasea a sus ovejas mientras las chicas toman el sol
es en realidad el campo de golf de Layos, en la carretera
CM-4013, kilómetro 12,5. La habitación del alcalde (Manolo
Solo) es una de las estancias de la finca para bodas
Los lavaderos de Rojas (Camino de Albareal, s/n).
Por último, la habitación celda corresponde
a la cripta de la Iglesia de San Fernando, ubicada dentro
del Convento de San Francisco de Guadalajara (calle
del Comandante Tavira, 16) . Puedes ver cómo se decidieron
todas estas ubicaciones y cómo se integraron en la película
en el vídeo del making of del director de arte, Pepe
Domínguez del Olmo.

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