Una laguna es un depósito natural de agua generalmente
dulce de menores dimensiones —sobre todo en profundidad— que
un lago. Las que están separadas del mar por una barrera son
conocidas como lagunas costeras y las que están conectadas
con él como albuferas. Las lagunas y los lagos pueden formarse
de diferentes maneras, entre las cuales se pueden mencionar:
las de origen tectónica, las cuales se forman por depresiones
creadas por pegamentos de la corteza terrestre, las volcánicas
creadas por la depresión formada después de la actividad de
los volcanes, etc. La poca profundidad de la laguna es lo
que mejor la diferencia del lago. Los metros de profundidad
que diferencian a la laguna del lago varían según las condiciones
ambientales de donde se halle y el grado de colmatación (acumulación
de sedimentos) que haya sufrido. También su definición depende
de las distintas doctrinas a las que adhieren los especialistas.
En España, el límite para diferenciar un lago
de una laguna son los 15 metros de profundidad. En Estados
Unidos, 3 metros. En Argentina, si bien no hay un límite establecido,
sería de unos 10 metros, pues en latitudes templadas la termoclina
(capa dentro de un cuerpo de agua donde la temperatura cambia
rápidamente) se forma a esa profundidad. Según la clasificación
de G.E. Hutchinson las lagunas son lagos polimícticos, lagos
de tercer orden o lagos playos. Es decir que son ambientes
poco profundos con salinidad y agua altamente variables con
gran cantidad de nutrientes (eutróficos) y de sedimentos.
Las lagunas suelen ser muy productivas debido fundamentalmente
al mayor contacto de los sedimentos con la superficie del
agua como consecuencia de su escasa profundidad. Otras características
propias suelen ser la alternancia de ciclos secos y húmedos,
la geomorfología, y los diferentes usos del suelo.
Además, es una extensión de agua estancada,
y al ser poco profunda permite que el sol penetre hasta su
fondo, impidiendo la formación de distintos estratos térmicos,
como sí sucede en los lagos, en los que se distingue una zona
afótica (sin luz) de otra fótica. Las plantas con raíces pueden
desarrollarse en una laguna de una costa a la opuesta, al
contrario de los lagos en los cuales, al ser más grandes y
hondos, solo pueden crecer en sus márgenes y en caletas poco
profundas. La palabra laguna deriva del Italiano laguna, que
se refiere a las aguas que rodean la ciudad de Venecia. En
italiano, así como en inglés, se define laguna y lagoon respectivamente,
a una cuenca costera separada del mar por un estrecho cordón
de tierra, y caracterizada por agua salobre y mareas. Por
lo tanto estos idiomas no usan el término para definir cuencas
hidrográficas de agua dulce o lagos poco profundos.

Laguna Kara, en Bolivia.
En España se localizan 31.000 hectáreas de uno
de los ecosistemas más valiosos: las lagunas costeras como
las que brotan en Doñana, el Mar Menor, L’Albufera de València
o el Delta de l’Ebre. Un hábitat protegido cuyo deterioro
no se detiene a pesar de estar designado como "prioritario"
por la legislación europea. El Gobierno ha admitido en su
última evaluación para la Comisión Europea que su estado ha
empeorado en los últimos cinco años y merece la calificación
de "malo".
La degradación salta a la vista y la alerta
roja está encendida. El 12 de noviembre pasado, las organizaciones
SEO-Birdlife y Ecologistas en Acción solicitaron al Ministerio
de Transición Ecológica que declarara el hábitat lagunas costeras
como "en peligro de desaparición". Piden que se active así
el Catálogo Español de Hábitats en Peligro, una herramienta
prevista por la ley desde 2007 y que no ha sido implementada
todavía.
La ley de Biodiversidad explica que se incorporará
un ecosistema a ese listado por "tener un área de distribución
reducida y en disminución, haber sido destruidos en la mayoría
de su distribución, haber sufrido un drástico deterioro" o
mostrar "alto riesgo de transformación irreversible". Y obligará
a las administraciones a tomar "medidas necesarias para frenar
la recesión y eliminar el riesgo de desaparición".

Marcados, los lugares donde se encuentran el
92% de las lagunas costeras de España.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Las lagunas costeras salpican casi todo el litoral
de la península ibérica y las islas Canarias y Baleares.
Aunque también se dan en la región atlántica con ejemplos
como las marismas de Santoña (Cantabria), las lagunas
de Barayo (Asturias), O Xuncal (A Coruña), o la Lagoa
Bodeira (Pontevedra), la mayor parte de este hábitat
se distribuye por el Mediterráneo. El Mar Menor, L’Albufera
valenciana y el Delta del Ebro suman el 68%. Doñana
aporta otro 28%. Son la cara más visible de un ecosistema
casi único en peligro de extinción.

La borrasca Gloria engulle el delta del
Ebro a principios de año.
|
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El Mar Menor: de la 'sopa verde' a la muerte masiva.
Con 13.800 hectáreas supone ella sola el 43% de este hábitat
en España. Su degradación ha llegado a un punto que ha obligado
a crear un plan especial para intentar frenar los vertidos
de restos de fertilizantes agrícolas que destruyen el ecosistema.
Hacen falta 640 millones de euros. En 2016, en nivel llegó
al "colapso ecológico" representado en la sopa verde en la
que se convirtió la laguna. La imagen de cientos de miles
de peces y crustáceos muertos en las orillas de la laguna
en octubre de 2019 volvió a alertar sobre la precariedad del
hábitat. La entrada de agua dulce por las lluvias de una DANA
creó una bolsa sin oxígeno que terminó de rematar un ecosistema
ya en estado muy precario, como describió más tarde un informe
del Instituto Oceanográfico Español. Solo desde ese episodio
de mortandad masiva, la Confederación del Segura ha detectado
unas 9.500 hectáreas de regadío irregular en su entorno y
se ha declarado en mal estado químico el acuífero al que ha
llegado buena parte de las aguas de riego cargadas de fertilizantes.
Los químicos terminaban filtrando al Mar Menor. La Región
de Murcia ha aprobado este agosto una ley para este ecosistema
que crea una franja de protección a su alrededor donde no
debería haber cultivos de regadío industrial. Los ecologistas
de la zona avisan de que esta norma ampara y promueve "la
agricultura sostenible de precisión" que, dicen, es otra manera
de llamar al regadío superintensivo. El choque está servido:
la Comunidad de Regantes del Campo de Cartagena acaba de "armarse"
de razones para defenderse al encargar un estudio que, exponen,
indica que su actividad genera 2.800 millones de euros, "el
37% del PIB de la comarca" y conlleva 47.000 empleos.

Doñana: "Extracciones desmesuradas" que vulneran
la ley.
A Doñana le chupan el agua por la que existe.
Y mucha de manera ilegal, según acaba de considerar la abogada
general del Tribunal Europeo de Justicia donde se dirime el
caso contra España por el expolio continuado de los acuíferos
que alimentan este espacio natural. Este jueves, la letrada
Juliane Kokott las calificó como "extracciones desmesuradas"
que dañan "tres zonas de conservación de importancia europea".
Ha recomendado que los jueces fallen en contra de España.
Que el bombeo de agua sin permiso está secando Doñana no es
una novedad para las autoridades españolas. La Confederación
Hidrográfica del Guadalquivir ha calculado este mismo año
que revertir el expolio puede costar unos 150 millones de
euros. El acuífero fue declarado oficialmente sobrexplotado
en julio pasado. Una vez más, enfrente está el crecimiento
acelerado que experimentó la agricultura de regadío en la
corona que rodea Doñana, pero que utiliza las mismas aguas
bajo tierra. "Agricultura de valor añadido que es el principal
motor económico de un conjunto de municipios que suman 80.000
habitantes", concede el Ministerio de Transición Ecológica.

El Delta del Ebro: sin arena, el mar lo disuelve.
El 29 de noviembre, una borrasca que pasó por
Catalunya se llevó por delante la barra del Trabucador en
el Delta del Ebro. Una franja estrecha de tierra de seis kilómetros
de largo que cierra la bahía de los Alfaques del mar abierto.
Solo este año, el temporal Gloria ya la había roto en enero
y volvió a romperse en marzo. Una frágil barrera en un delta
sobre el que aparecen las lagunas costeras de Calaix del Mar
y Gran y la de l’Encanyissada. Al Delta de l’Ebre le falta
su elemento esencial: la arena. Los sedimentos que arrastra
el río más caudaloso de España, simplemente, no llegan. Se
quedan en la multitud de embalses y presas que regulan sus
930 kilómetros de curso. Se calcula que, actualmente, aporta
unas 100.000 toneladas al año cuando, libre de infraestructuras,
llegaba a los 30 millones de toneladas. Demasiada diferencia.
Además, el delta padece otra presión de lado marino: la crisis
climática que provoca la subida del nivel del mar inunda un
delta cada vez más exiguo. La altura media de la mayoría de
todo este espacio ronda los 1-2 metros. Una situación similar
a la de los pequeños estados insulares del Pacífico que ven
peligrar su propia existencia. En el caso de la desembocadura
del Ebro, la agricultura del arroz está amenazada por el deterioro
del delta. La intrusión de agua salada es poco compatible
con las cosechas.

L' Albufera de València: medio siglo de crisis
ambiental.
Las causas de la agresión a esta laguna al sur
de la ciudad de Valencia están claras: la contaminación del
agua que llega desde los núcleos urbanos, industriales y agrícolas.
Y la regulación de los flujos hídricos que deciden los regantes
de la Acequia Real mediante la Junta de Desagüe. El primero
ha hecho que "la deficiente calidad de los aportes de agua"
causara la crisis ambiental de la Albufera en los años setenta
del siglo XX "que aún hoy persiste", según ha admitido este
año la Confederación de Júcar. La entrada de nutrientes químicos
lleva a la proliferación de fitoplancton que reduce la transparencia
del agua y la reducción del oxígeno disuelto. Una reacción
en cadena que destruye la vegetación acuática, luego la de
los peces e invertebrados y, en definitiva, las poblaciones
que se alimentan de ellos. "Si no se reducen y eliminan las
cargas de nitratos y fosfatos no existe ninguna posibilidad
real de recuperación del estado de conservación del humedal,
extremadamente deteriorado hasta el punto de considerarse
como un lago hipereutrófico", han descrito SEO y Ecologistas
en su petición al Ministerio. La regulación del nivel del
agua en la Albufera por parte de los regantes provoca "cambios
de aportes sobre todo por la actividad agrícola asociada al
cultivo del arrozal". El año pasado, la Fiscalía inició una
investigación por el "alarmante descenso" del nivel de la
laguna que detectó. Sin embargo, los regantes de la Acequia
Real contraponen que, gracias a las modernizaciones en sus
sistemas, van a conseguir ahorrar 30 hm3 que irán a la laguna.
Alrededor de L’Albufera se cultiva alrededor de un 15% de
la producción arrocera española, unas 116.000 toneladas al
año.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------




--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
|