En enero de 1989, el congresista afroamericano John Conyers
presentó una ponencia en el Congreso de Estados Unidos, la
H.R. 40, pidiendo la aprobación de una Ley para el Estudio
de Propuestas de Reparación a los Afroamericanos descendientes
de esclavos. Cada año, durante casi tres décadas y hasta su
retiro, Conyers introdujo sin éxito la H.R. 40 en la Cámara
legislativa. Este año, por fin, cuando se cumplen 400 años
de la llegada de los primeros barcos de esclavos a Norteamérica,
el Comité Judicial del Congreso celebró por fin la primera
audiencia de la H.R. 40. Eligió para hacerlo una fecha de
alto valor simbólico: el 19 de junio, coincidiendo con la
conmemoración del Junetheenth, día del anuncio de la liberación
de los esclavos en el Sur.

La legislación emplaza al Gobierno federal a realizar un
estudio sobre el impacto de la esclavitud y sus secuelas en
el ámbito social, económico y político del país. Se estima
que unos 4 millones de esclavos fueron liberados con la abolición
en 1865. Terminaban así casi dos siglos y medio de una práctica
cruel pero intrínsecamente vinculada a un desarrollo económico
sin precedentes que permitiría al incipiente Estado convertirse
en la nación más próspera del mundo. El pecado original de
América es, así, más antiguo que la propia nación, y tan profundamente
inseparable de su capitalismo a ultranza que, para el escritor
afroamericano Ta-Nehisi Coates, es imposible imaginar América
sin la herencia de la esclavitud y sus secuelas.
Esclavitud encubierta: A la Proclamación de la Abolición
por el presidente Lincoln el 1 de enero de 1863 y la aprobación
por el Congreso de la Decimotercera Enmienda en 1865 siguió
un siglo de esclavitud por otros medios. 90 años de segregación,
apropiación económica y terrorismo supremacista bajo las
leyes de Jim Crow prolongaron la discriminación. Y a este
periodo le siguieron 60 años de 'separados pero iguales'
bajo el racismo estructural de la política financiera,
la vivienda, educación y salud. Todo atado por un sistema
penal que, hasta hoy, continúa encarcelando afroamericanos
desproporcionadamente. El 19 de junio, el Junetheenth,
conmemora el día en que las tropas de la Unión entraron
en Galveston (Texas) en 1865 anunciando el fin de la guerra
civil y que los esclavos eran libres. |
En un conocido artículo publicado en 2014, 'El caso
para las reparaciones', Coates describe un sistema económico
que históricamente implica al Estado y a todo el tejido
social en una trama deliberada para desposeer a los
descendientes de los esclavos de los bienes que en justicia
les corresponderían y excluirlos de las posibilidades
del avance económico. En su testimonio en el Congreso
sobre la H.R. 40, Coates señaló que las reparaciones
no suponen sólo una cuestión moral, sino que deben incluir
también reformas en el sistema penal, de vivienda, salud,
educación y financiero, que permitan realizar el tránsito
de los descendientes de aquellos esclavos a una ciudadanía
completa. Reformas esenciales que ayuden a revertir
las desventajas sociales y económicas que sufren los
afroamericanos del presente heredadas de las condiciones
del pasado. «Una nación que se pregunta cuánto debe
a los ciudadanos más vulnerables -declaró Coates en
su testimonio ante el Comité del Congreso de la H.R.
40- es una nación mejorada y humana».
El gran aniversario ha alentado de nuevo el debate
y propiciado nuevas investigaciones y múltiples posiciones
en un tema sobre el que el ciudadano norteamericano
medio no está lo suficientemente formado. Un tema delicado
y difícil en los tiempos de las políticas de identidad
y del 'privilegio blanco' que incomoda y avergüenza
a gran parte de la sociedad 'wasp' tradicional. Aún
así, el debate se ha infiltrado en la conversación social
de América a través de exposiciones, activismo, investigaciones,
medios y redes sociales, y, como no podía ser de otra
manera, ha irrumpido en la carrera presidencial de 2020.
Un tema que en el pasado candidatos presidenciales
como Barak Obama y Hillary Clinton habían rehuido y
que este año se ha convertido en uno de los más discutidos.
Así, candidatos demócratas como Kamala Harris, Elizabeth
Warren, Bernie Sanders, Kirsten Gillibrand, Tulsi Gabbard
o Beto O'Rourke han hecho público su apoyo a las reparaciones
en forma de inversiones en la comunidad afroamericana.
Pero la candidata presidencial que más ha sorprendido
por su elocuencia franca y poco convencional, así como
por el hecho de haber desarrollado su propio plan específico
de compensaciones económicas, ha sido la escritora y
activista Marianne Williamson.

"El comercio de esclavos" por Auguste
François Biard, 1840.
La candidata demócrata, que en 1997 escribió un libro
sobre el tema, llamó la atención de todo el país en
uno de los debates asegurando que las reparaciones son
una «deuda que se debe» a los afroamericanos por el
legado de la esclavitud y la discriminación posterior.
Williamson, una mujer blanca y educada, respetada gurú
espiritual con 17 libros a sus espaldas y asesora de
celebridades como Oprah Winfrey, parece estar en posesión
de un discurso que, sin polarizar al partido o al país,
brinda una vía de diálogo incluso en estados de mayoría
blanca como Iowa y New Hampshire. La idea de restitución
económica en reconocimiento de un daño y de la voluntad
de compensar no es extemporánea y se pueden encontrar
antecedentes recientes.
En 1988 Ronald Reagan firmó la Ley de Libertades Civiles
Americanas, que permitió una compensación de entre 20.000
y 22.000 dólares a cada sobreviviente de los campos
de internamiento de japoneses durante la Segunda Guerra
Mundial.
|
Aunque diferente en muchos aspectos, para Ta-Nehisi Coates
el proceso de las reparaciones por el Holocausto constituye
una hoja de ruta para el caso de la esclavitud y sus secuelas.
En 1952 el Gobierno alemán pagó un total de 89.000 millones
de dólares a través de instituciones judías por la persecución
y el genocidio perpetrados por los nazis durante la Segunda
Guerra Mundial. No fue un proceso fácil para ninguna de las
partes -las dos delegaciones entraron por diferentes puertas
y la ceremonia se llevó a cabo en silencio-, y la resistencia
fue brutal y violenta. En Alemania Occidental, donde todavía
era un tabú hablar del nazismo, muchos se oponían sin remordimiento
y tan sólo un 29% de los ciudadanos apoyaba alguna forma de
compensación. En medio de un clima de exaltación patriótica,
el canciller Konrad Adenauer, en minoría en su partido, logró
aprobar por fin el acuerdo de las reparaciones con el voto
de la oposición socialdemócrata.
Entre los judíos de Israel existía una fuerte oposición de
los sobrevivientes del Holocausto a permitir que Alemania
pudiera blanquear el nazismo o comprar el honor de las víctimas.
Menachem Begin, futuro primer ministro, dirigió una violenta
revuelta que terminó en los disturbios y cierre del Parlamento,
un enfrentamiento con el primer ministro Ben-Gurión, cientos
de heridos y detenidos y una virulenta oleada de bombas y
atentados que incluyeron al propio canciller Adenauer.
Los fondos de las reparaciones fueron invertidos en la economía
del naciente Estado de Israel, donde el crecimiento se triplicó
durante los 12 años de acuerdo y creó cientos de miles de
empleos. Las reparaciones tuvieron además un importante efecto
psicológico y político.
En EE UU la oposición a las reparaciones proviene del negacionismo
del sector republicano liderada por el senador Mitch McConnell,
que sostiene que el Estado no tiene responsabilidad en acontecimientos
relativos a individuos ya fallecidos. Una posición fácil de
refutar, ya que los descendientes de veteranos de la guerra
civil de 1862-64 siguen cobrando todavía hoy pensiones por
parte del Gobierno federal. En su testimonio ante el comité
del Congreso sobre la H.R. 40, el joven universitario y comentarista
político Coleman Hughes, descendiente de esclavos y miembro
de una familia privilegiada, sorprendió con su alegato en
contra de las reparaciones, porque, argumentó, pondrían un
precio a un sufrimiento incalculable e irreparable.
Por su parte la organización ADOS, Americanos Descendientes
de Esclavos, defiende que las reparaciones deben ir únicamente
a los descendientes de esclavos, no a otros africanos, posición
que les ha granjeado ser acusados de anti-inmigrantes. Todo
apunta a que el proceso de las reparaciones será largo y arduo.
Un proceso que, en palabras del veterano actor y activista
descendiente de esclavos Danny Glover, «es un imperativo moral,
democrático y económico».
Katrina Brown, que declaró en la sesión sobre las reparaciones
ante el Comité del Congreso, es la autora del documental 'Traces
of Trade' (Los Rastros del Comercio), que ilustra su investigación
sobre la historia enterrada de su familia en Rhode Island
y su participación en el comercio de esclavos. Brown se lanzó
a una investigación personal e histórica tras descubrir ser
descendiente de la familia DeWolf, el clan más importante
del comercio de esclavos del país, que durante generaciones
se enriqueció con el tráfico de más de 10.000 africanos entre
1769 y 1820.
El documental desmonta la mitología de la inocencia del Norte
y revela su profunda y masiva implicación en la esclavitud
con un relato que contradice la extendida historia oficial
de que fue sólo un pecado del Sur. El documental expone el
triángulo de comercio de la esclavitud entre Rhode Island,
Ghana y Cuba, un proceso por el que se traían esclavos a trabajar
a las plantaciones de DeWolf en el Caribe, donde se producía
azúcar, ron y algodón, que a su vez eran llevados a Rhode
Island. Un ciclo comercial en el que el Norte proveía de esclavos
y equipo a los estados del Sur, que a su vez abastecían de
grano al Norte, donde las olas de inmigrantes europeos trabajaban
en la naciente industria mientras que el centro del país y
California producían alimentos para el Sur. Un proceso en
el que estaba implicado todo Estados Unidos.
Una muy buena manera de adentrarse en este triste periodo
es el Legacy Museum.
The Legacy Museum: From Enslavement to Mass Incarceration
es un museo en Montgomery, Alabama, que muestra la historia
de la esclavitud y el racismo en Estados Unidos. Esto incluye
la esclavitud de los afroamericanos, los linchamientos raciales,
la segregación y el prejuicio racial .
El museo, que abrió el 26 de abril de 2018, fue fundado por
la Iniciativa de Igualdad de Justicia de Montgomery como contraparte
del Monumento Nacional a la Paz y la Justicia, que se dedica
específicamente a la memoria de las víctimas del linchamiento.
El desarrollo y la construcción del museo y el monumento cercano
costaron aproximadamente 20 millones de dolares, recaudados
de donaciones privadas y fundaciones de caridad. El ex vicepresidente
Al Gore habló en la reunión cumbre de apertura de dos días.
El complejo conmemorativo presenta obras de arte de Hank
Willis Thomas, Glenn Ligon, Jacob Lawrence, Elizabeth Catlett,
Titus Kaphar y Sanford Biggers. Una de sus pantallas es una
colección de suelos de sitios de linchamiento en los Estados
Unidos. Las exhibiciones en el museo incluyen historia oral,
materiales de archivo y tecnología interactiva. El objetivo
del museo es guiar al visitante en el camino de la esclavitud
a la opresión racial en otras formas, incluido el linchamiento
terrorista y el encarcelamiento masivo de minorías. Para ilustrar
el punto de opresión continua, las exhibiciones incluyen fotografías
de afroamericanos recogiendo algodón; las fotos podrían confundirse
fácilmente con la representación del período de esclavitud.
De hecho, son de presos de la década de 1960. A diferencia
del Museo de Derechos Civiles de Mississippi, el Museo Legacy
no cuenta una historia reconfortante del progreso de la opresión
a la reforma de los derechos civiles, sino de formas en constante
evolución de controlar a los negros.
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Colección de suelo de lugares de linchamiento
en los Estados Unidos en exhibición en el museo.
En una exposición reveladora, un grupo aterrorizado de africanos
capturados y encadenados frente a un grupo de hombres, con
los brazos en alto, en el momento del arresto. El museo emplea
tecnología para dramatizar el horror y el terror de la esclavitud,
los linchamientos y la segregación racial legalizada en Estados
Unidos. Los visitantes pueden escuchar, ver y estar muy cerca
de las réplicas de esclavos, que modelan lo que era ser un
esclavo encarcelado en espera de venta en el bloque de subastas.
Hay relatos en primera persona sobre la esclavitud y las
subastas a través de narraciones y voces en off.
La Iniciativa de Justicia Equitativa (EJI) está comprometida
a terminar con el encarcelamiento masivo y el castigo excesivo
en los Estados Unidos, desafiar la injusticia racial y económica
y proteger los derechos humanos básicos para las personas
más vulnerables en la sociedad estadounidense. Fundada en
1989 por Bryan Stevenson, un abogado público ampliamente aclamado,
EJI es una organización privada sin fines de lucro. Trabajan
con comunidades que han sido marginadas por la pobreza y desalentadas
por el trato desigual, comprometidos a cambiar la narrativa
sobre la raza en Estados Unidos.
EJI se dedica a ayudar a los pobres, los encarcelados y los
condenados. Brindamos asistencia legal a presos condenados
a muerte inocentes, enfrentamos el abuso de los encarcelados
y los enfermos mentales, y ayudamos a los niños procesados
como adultos. EJI participa activamente en una campaña para
reconocer a las víctimas de linchamiento recolectando tierra
de sitios de linchamiento, erigiendo marcadores históricos
y creando un monumento nacional que reconozca los horrores
de la injusticia racial.

La esclavitud fue practicada en la América británica desde
el principio de la era colonial, y fue firmemente establecida
cuando se firmó la Declaración de Independencia de los Estados
Unidos. Tras esto, existió una expansión gradual de abolicionismo
en el Norte, mientras la rápida expansión de la industria
del algodón desde 1800 causó al Sur aferrarse fuertemente
a la esclavitud, e intentar expandirla a los nuevos territorios
occidentales del país. Así, la esclavitud polarizó la nación
en estados esclavistas y estados libres mediante la línea
Mason-Dixon, que separaba a Maryland (esclavista) y Pensilvania
(libre).
Doce millones de africanos fueron enviados a América entre
el siglo XVI y el XIX. De ellos, se estima que 645 000 fueron
enviados a lo que hoy se conoce como Estados Unidos. La mayor
cantidad fue transportada a Brasil. La población esclava en
los Estados Unidos había crecido hasta los cuatro millones
según el censo de 1860.11? En 1860 llegó a Alabama el último
barco negrero estadounidense, el Clotilde. A bordo iban más
de un centenar de esclavos capturados en África. Hasta 2019
se creyó que el último superviviente de ese grupo fue Oluale
Kossola, Cudjo Lewis, que murió en 1935, pero una investigación
de 2019 señaló a una mujer llamada Rodisha, a la que su amo
le puso el nombre de Sally Smith, como la última esclava africana
ya que murió dos años después, en 1937. Sally Smith apareció
en un documental rodado por el departamento de Agricultura
y estrenado en 1938 con el título The negro farmer ('El granjero
negro'), que daba una visión paternalista blanca y segregacionista
de los afroamericanos. En 1932 la entrevistaron para The Montgomery
Advertaiser, y allí explicó su lugar de origen, África Occidental.
Los primeros 19 negros llegaron cerca de Jamestown, Virginia,
en 1619, llevados por comerciantes neerlandeses que se habían
apoderado de un barco español de esclavos. Los españoles normalmente
bautizaban a los esclavos en África antes de embarcarlos por
lo que la ley inglesa los consideraba cristianos bautizados
exentos de la esclavitud, de modo que estos hombres de raza
negra se unieron a unos 1.000 trabajadores contratados ya
establecidos en la colonia. Algunos consiguieron la libertad
y poseían tierras. Anthony Johnson, una persona de raza negra
libre, fue el primer propietario de un esclavo en la América
colonial. En los primeros años de la colonia de la bahía de
Chesapeake, la mayoría de los trabajadores procedían del Reino
Unido como sirvientes. Para ganar el paso a las colonias,
se firmaron los contratos de fideicomiso para pagar con trabajo
el pasaje, mantenimiento y formación, por lo general en una
granja, ya que las colonias eran mayormente agrícolas.
Los sirvientes eran jóvenes que tenían la intención de convertirse
en residentes permanentes. Algunos maestros los trataron tan
bien como si fueran miembros de la familia; no eran esclavos.
En algunos casos, los criminales convictos fueron transportados
a las colonias como sirvientes, en lugar de ser encarcelados.
Muchos escoceses, irlandeses y alemanes llegaron en el siglo
XVIII. Los historiadores estiman que más de la mitad de todos
los inmigrantes blancos en las colonias británicas de Norteamérica
durante los siglos XVIII y XIX llegaron como sirvientes. El
número de sirvientes entre los inmigrantes era particularmente
alto en el Sur. Las primeros colonos de Virginia trataron
a los primeros africanos en la colonia como sirvientes. Eran
liberados tras un período marcado y se les proporcionaba el
uso de la tierra y suficientes suministros por sus antiguos
maestros. El historiador Ira Berlin notó que lo que llamaba
la generación charter estaba hecha algunas veces de hombres
multirraciales que eran sirvientes, y cuyos ancestros eran
africanos e ibéricos, es decir, eran descendientes de portugueses
y españoles que trabajaron en los puertos africanos como comerciantes
o moderadores en la venta de esclavos.

El comercio triangular fue una ruta comercial
que se estableció en el océano Atlántico desde el siglo XVII
hasta el XIX, por lo que puede considerarse un fenómeno histórico
de larga duración. Su denominación se debe al hecho de que,
sobre el mapa, trazaba una figura similar a un triángulo,
al involucrar tres continentes. Creado por Portugal al apoderarse
del golfo de Guinea en el siglo XV. Comenzaba con la salida
de Europa Occidental (Portugal, Francia, Inglaterra y los
Países Bajos, con la excepción de España que desde la promulgación
de las leyes de Burgos en 1512, prohibió el comercio de esclavos
hasta el siglo XVIII en que, con la liberalización del comercio
portuario con Las Américas de Carlos III, se sumó España al
comercio triangular) con manufacturas o suministros de todo
tipo.
Se reescalaba en la costa occidental de África,
entre los ríos Senegal y Congo, con centro en la zona genéricamente
conocida como Guinea, donde algunos productos (a veces llamados
quincalla: cascabeles, espejitos, cuentas de colores, telas
de baja calidad) podían servir para el intercambio. El producto
que allí se cargaba eran esclavos negros, cuyo comercio y
suministro, a través de continuas guerras, era incentivado
por las élites y los comerciantes locales. La siguiente escala
eran las islas de las Antillas o la costa americana, donde
los esclavos y la mayor parte de las mercancías europeas eran
vendidos, y se cargaban productos coloniales (azúcar, tabaco,
cacao) y metales preciosos de vuelta a Europa. La posibilidad
técnica de esta ruta se basaba en la circulación celular de
corrientes oceánicas y vientos en torno al anticiclón de las
Azores (vientos alisios, corriente del Golfo). Su establecimiento
solo fue posible tras los descubrimientos geográficos de finales
del siglo XV.
El mantenimiento de esa relación comercial tuvo
unas consecuencias trascendentales para el desarrollo económico
diferencial de las tres zonas afectadas, pues es un ejemplo
claro de comercio colonial, en el que la metrópoli se ve beneficiada
por el valor añadido de su producción industrial y la colonia,
esté sujeta formalmente o no al mecanismo llamado pacto colonial,
funciona como un mercado cautivo. Especialmente perjudicial
fue la esclavitud para África, sumiéndola en varios siglos
de atraso económico y desorganización política que continuaron
con la colonización formal en el llamado reparto de África
del siglo XIX una vez abolida internacionalmente la trata
de esclavos, y no se remedió ni siquiera tras la descolonización
del siglo XX.
La inmensa mayoría de los esclavos envueltos
en el tráfico atlántico eran africanos de las zonas centrales
y occidentales del continente, en su mayoría prisioneros de
las guerras entre etnias rivales que eran vendidos por comerciantes
africanos de esclavos a compradores europeos, quienes los
transportaban a sus colonias en Norte y Sudamérica. Allí,
los esclavos eran obligados a trabajar en las plantaciones
de café, coco, tabaco y algodón, en las minas de oro y plata,
en los campos de arroz, en la industria de la construcción,
en la madera, en la construcción de barcos y en hogares como
sirvientes. El comercio de esclavos es denominado «Maafa»
por académicos africanos y afroamericanos, término que significa
«holocausto» o «gran desastre» en Swahili. Algunos académicos,
como Marimba Ani y Maulana Karenga, utilizan las expresiones
«holocasuto africano» u «holocausto de la esclavitud».
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Estiba de un barco esclavista británico (1788).
El Tren subterráneo (en inglés, Underground
Railroad) fue una red clandestina organizada en el siglo XIX
en Estados Unidos y Canadá para ayudar a los esclavos afroamericanos
a que escaparan de las plantaciones del sur hacia estados
libres o Canadá.
El nombre de «Ferrocarril Subterráneo» viene
por el hecho de que sus miembros utilizaban términos ferroviarios
de modo metafórico para referirse a sus actividades. Por ejemplo,
los conductores o maquinistas eran quienes ayudaban a los
esclavos fugitivos en los propios estados esclavistas de Sur.
Les proporcionaban disfraces, mapas, instrucciones sobre sitios
para hospedarse y en ocasiones los acompañaban guiándoles
durante el trayecto. Eran por lo tanto activistas muy audaces,
pues en aquella época el ayudar a esclavos fugitivos estaba
castigado incluso con la muerte o los castigaban brutalmente
Otros activistas establecían estaciones del ferrocarril, es
decir, lugares (normalmente casas particulares) a donde los
fugitivos llegaban y podían esconderse, comer, descansar,
recibir asistencia médica e información sobre la siguiente
etapa del viaje. Por ejemplo el matrimonio de cuáqueros formado
por Levi y Catherine Coffin, que vivían en Newport, Indiana,
fueron jefes de estación por más de veinte años y en este
tiempo pasaron por su casa (la estación) unos 2.000 esclavos
fugitivos. Los esclavos fugitivos eran los pasajeros. Las
rutas de escape se llamaban carriles. La jefatura era la Estación
Central y los estados del norte o Canadá eran el destino.
Los miembros de Ferrocarril Subterráneo operaban en la clandestinidad
y normalmente solo se conocían entre sí por sus pseudónimos,
para no comprometer su seguridad. También hacían jurar a los
pasajeros que guardarían el secreto. El Ferrocarril Subterráneo
buscaba a sus colaboradores dentro del movimiento abolicionista,
del que era parte, y así iba extendiendo sus actividades siempre
al margen de la ley.
Quizá el personaje más famoso y popular en la
historia del Ferrocarril Subterráneo fue Harriet Tubman, a
quien llamaban la Moisés de los esclavos, y que fue una conductora
que había nacido esclava en Maryland y que se escapó en 1848.
Una vez llegada al Norte y alcanzada su libertad se incorporó
al Ferrocarril Subterráneo y en los años siguientes regresó
hasta 19 veces al Sur para ayudar a escapar a cientos de esclavos.
Los esclavistas llegaron a ofrecer una recompensa por capturarla
viva o muerta, pero ella siguió con su labor.

El Ferrocarril Subterráneo funcionó hasta que
tras la Guerra de Secesión (1861–1865) se abolió definitivamente
la esclavitud. Las personas que habían colaborado con el Ferrocarril
Subterráneo jugaron un importante papel en la guerra por la
instrucción recibida y el conocimiento del terreno. A lo largo
de su existencia, el Ferrocarril Subterráneo consiguió liberar
a miles de esclavos y también influyó en la opinión pública
para ganar partidarios a la causa abolicionista.
Mapa de algunas rutas del Ferrocarril Subterráneo.
William Still es llamado "el padre del ferrocarril
subterráneo" ya que ayudó a unos 800 esclavos a escapar hacia
la libertad, con hasta 60 esclavos al mes escapados hacia
el Norte. Un día descubrió que el hombre del que era anfitrión
no era otro que su hermano, Peter Still, vendido en Alabama
antes de la segunda fuga de su madre. Esto le convenció de
que era un deber recabar y mantener escrupulosamente toda
la información sobre los fugitivos, ya que proporcionaría
ayuda para poder reunir a las familias. Entrevistaba a cada
uno y mantenía registros detallados que incluían una breve
biografía y el destino de cada persona, junto con cualquier
alias que adoptase, aunque mantuvo los registros cuidadosamente
ocultos. Trabajó con otros agentes del ferrocarril subterráneo
que operaban en el sur y en muchos condados sureños de Pennsilvania.
Su red a la libertad también incluía agentes en Nueva Jersey,
Nueva York, Nueva Inglaterra y Canadá. Harriet Tubman viajó
con su organización con distintos compañeros en varias ocasiones
durante la década de 1850. Después de la Guerra Civil, Still
publicó las notas secretas que había mantenido en los diarios
durante esos años, y pidió permiso para publicar un libro,
The Underground Rail Road Records (Registros del ferrocarril
subterráneo), que narra las historias y los métodos empleados
por 649 esclavos fugitivos; es actualmente una fuente de detalles
históricos de los trabajos del ferrocarril subterráneo.2?
Su hermano Peter Still había ayudado a Kate Pickard a escribir
un libro sobre sus experiencias, publicado bajo el título
The Kidnapped and the Ransomed (Los secuestrados y los redimidos)
(1856). Still es uno de los muchos que ayudaron a los esclavos
de los Estados Unidos a escapar. Los tres prominentes hermanos
Still, William, James y Peter, se establecieron en Lawnside,
New Jersey. A día de hoy, sus descendientes tienen una reunión
familiar cada mes de agosto. Miembros notables de la familia
son el compositor William Grant Still, el jugador de baloncesto
Valerie Still y el de la NFL Art Still.

Dum Diversas es una bula papal emitida el 18
de junio de 1452 por el papa Nicolás V y dirigida al rey Alfonso
V de Portugal que le autorizaba a conquistar sarracenos y
paganos y consignarlos a una esclavitud indefinida y que es
considerada por algunos como el «advenimiento de la trata
de esclavos de África Occidental».
Esta bula ha sido considerada por los historiadores
como una respuesta a la amenaza de los sarracenos, cuando
se produjo el gran choque cultural entre cristianos, musulmanes
y paganos, conocidos y temidos por los cristianos por hacer
esclavos, matando y violando. La bula tenía el objetivo final,
sin embargo, de la conversión de los musulmanes y paganos
esclavizados. El papa Calixto III reiteró la bula en 1456
con Etsi cuncti, renovada por el papa Sixto IV en 1481 y el
papa León X en 1514, con Precelse denotionis. El concepto
de consignamiento de esferas de influencia exclusiva de determinados
estados-nación se extendió al continente americano en 1493
por el papa Alejandro VI con la bula Inter caetera. El 8 de
enero de 1554, estos poderes se extendieron a los reyes de
España.
La esclavitud es una practica que viene desde los orígenes
de la humanidad, en la que una persona es obligada a
servir a otra sin retribución, generalmente con malos
tratos y pésimas condiciones de vida. La definición
parece algo salido de un libro de historia, pero la
esclavitud aún existe hasta el día de hoy.
En 2015 vivimos en un mundo donde la esclavitud sigue
estando presente. A nivel mundial, se estima que hay
27 millones de personas tratadas como esclavos, pese
a que en ningún país es legal. El 75% de los esclavos
es de sexo femenino y más de la mitad son niños. En
Estados Unidos hay más de 10 mil esclavos, los que son
invisibles para la sociedad.
Entre los personajes históricos más conocidos hay varios
que pasaron por periodos de esclavitud, como Miguel
de Cervantes, Esopo, San Patricio y Espartaco, entre
otros. La esclavitud era utilizada como castigo para
ladrones, deudores o contrarios a los gobiernos y, era
común que en tiempos de guerra se esclavizara a los
enemigos capturados.
Cuando pensamos en esclavos traídos de África durante
la época colonial, se nos viene a la cabeza Estados
Unidos, pero el país al que llegaron más esclavos fue
Brasil. La entonces colonia portuguesa, fue destino
de alrededor de 5 millones de esclavos. En el segundo
lugar está Jamaica con 1 millón.
Si bien la Iglesia Católica actual está en contra de
la esclavitud, hubo un tiempo en que autorizó su práctica.
Entre 1452, el Papa Nicolás V autorizó al rey Alfonso
V de Portugal para esclavizar a los paganos capturados
en tiempos de guerra. El Papa Pablo III dio fin a este
permiso el año 1537.
Los antiguos romanos celebraban una festividad conocida
como Saturnales en honor al dios Saturno. Una de las
cosas más curiosas al respecto es que durante ella esclavos
y amos cambiaban de rol. Además, se les recompensaba
con 3,5 litros de vino y podían realizar actividades
que durante el resto del año les estaban prohibidas.
Liberia es una pequeña nación africana cuyo origen
es bastante curioso. Fue creada en 1822 como lugar para
recibir a todos los esclavos que eran liberados en Estados
Unidos, de ahí su nombre. En la zona vivían diferentes
grupos de africanos, pero con la llegada de los exesclavos
estadounidenses los primeros fueron relegados y se instituyeron
costumbres típicas de los recién llegados. El país ha
vivido en constante conflicto interno y actualmente
se recupera de una larga guerra civil.
Actualmente, India tiene el triste récord de ser el
país con mayor cantidad de personas esclavizadas en
el mundo. Se cree que en el país hay más de 14 millones
de esclavos, ya sean hombres, mujeres y niños. Si bien
la esclavitud está prohibida en el país, eso no impide
que siga siendo una práctica común, sobre todo fuera
de las grandes ciudades.
|
No podemos dejar de hablar de la triple K.
El Ku Klux Klan se fundó en 1866 como una asociación de grupos
de extrema derecha en Estados Unidos. Entre sus principios
básicos encontramos el antisemitismo, la homofobia y el racismo
en general, sin embargo su principal razón de ser es la total
supremacía de la raza blanca, no en vano se conforman y organizan
inmediatamente después de la Guerra de Secesión estadounidense,
que acabó con la esclavitud en ese país.
El KKK se formó oficialmente en la segunda mitad del siglo
XIX y solo duró unos años. No es hasta 1915, 45 años después,
con la película The Birth of a Nation, que el Klan se fortaleció
y se enfrentó no sólo a los negros, sino también a los judíos,
los homosexuales y los inmigrantes. Este fue el momento más
fuerte del Klan, con aproximadamente 6 millones de miembros.
Otra versión del Klan se formó hacia los años 30 y durante
la Segunda Guerra Mundial, muy debilitado en cantidad de miembros
y capacidad de influencia. Hoy en día el KKK es la suma de
pequeñas organizaciones aisladas sin poder centralizado.
En 1965 el New York Times difundió la polémica historia de
uno de los líderes del KKK. Daniel Burros, un judío de nacimiento
que luego de terminar la escuela secundaria se unió al ejército
estadounidense y tan sólo unos años después fue expulsado
por «razones de falta de idoneidad, carácter y trastorno de
la conducta». Luego de eso, comenzó a familiarizarse con las
ideas fascistas y formó parte del American Nazi Party. Se
unió al KKK y rápidamente escaló hasta convertirse en Grand
Dragon de Nueva York por el Imperial WizardRobert Shelton.
Cuando el NYT difundió su origen judío, fue expulsado del
Klan y se suicidó.
The Andrew Show es una serie de videos emitida a partir de
2009 en la que dos niños rubios de unos 9 y 10 años aproximadamente
compartían «sus» opiniones sobre temas vinculados a la raza
y la religión para niños de su edad. Lo cierto es que en los
videos se puede notar claramente cómo Andrew Pendergraft en
realidad leía de alguna especie de cartel o telepronter detrás
de cámara.
En verano los miembros del KKK podían compartir sus vacaciones
junto a otros miembros del Klan en un campamento de verano
que les ofrecía descanso, diversión y sentido de pertenencia
por un bajo costo para toda la familia. El campamento de verano
fue una excelente forma de crear comunidad y hacer propaganda
para el KKK.
En 1979, Ron Stallworth, un policía negro de Colorado Springs,
decidió infiltrarse en la organización. Se comunicó telefónicamente
con los líderes de la organización, manifestó su interés en
unirse a ellos, y concretaron una entrevista personal previa.
El problema, claro, es que Stallworth es negro. En su lugar
enviaron a un policía blanco de narcóticos para que se haga
pasar por él. El falso Stallworth fue aceptado y concurría
a las reuniones «a cara descubierta» mientras que el verdadero
se comunicaba por teléfono. La operación fue cancelada tiempo
después, pero el KKK nunca supo la verdad sobre Stallworth,
al menos no hasta este año, cuando fue publicada la historia
oficial de la operación.

En 1994 un miembro del KKK solicitó la licitación para administrar
y mantener un tramo de la Missouri highway y su solicitud
fue denegada por el juzgado local. Años después, en 2001,
una Corte federal dijo que era inconstitucional negar la solicitud
por ser miembro del Klan y le otorgó la licitación. No obstante,
Missouri tuvo la última palabra, y renombró el tramo de la
autopista, llamándola Rosa Parks Freeway, en honor a Rosa
Parks, activista por los derechos civiles de los negros.
El KKK era un grupo violento que se dedicaba a identificar
y perseguir no sólo negros, también homosexuales, judíos e
inmigrantes en general. Actuaban por la noche y con las caras
cubiertas para no ser reconocidos. Hubo gran cantidad de denuncias
por maltrato, golpizas, secuestros e incluso homicidios atribuidos
a miembros del Ku Klux Klan. Uno de los casos más famosos
es el de Madge Oberholtzer, una profesora de literatura que
en 1925 fue secuestrada, violada y asesinada por David Curtiss
Stephenson, Grand Dragon de Indiana.
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