Investigadores del Institut for Research in
Barcelona (IRB) liderados por el doctor Roger Gomis han descubierto
el mecanismo por el cual la proteína MAF aumenta el riesgo
de que el cáncer de mama haga metástasis, lo que agrava drásticamente
el pronóstico y la supervivencia de las pacientes. El descubrimiento,
llevado a cabo en España y publicado en la revista 'Nature
Cell Biology', puede tener implicaciones importantes en el
tratamiento clínico, dado que abre la posibilidad de prevenir
la metástasis en un grupo de enfermas. Trabajos de investigación
previos ya habían relacionado la proteína MAF con un mayor
riesgo de recaídas y de que el cáncer de mama localizado se
extienda, pero se desconocía la causa. El equipo del IRB ha
descubierto ahora que esta proteína interactúa con el receptor
de estrógenos, un elemento clave en el desarrollo del cáncer
de mama, modificando su estructura. Esta interacción provoca
una reestructuración del ADN que permite la activación de
genes que favorecen la metástasis, en respuesta al estrógeno.
El estudio abre la posibilidad de evitarlo mediante
la inhibición de la molécula KDM1A, que es la responsable
de esa reestructuración del ADN. Y precisamente ya existe
un tratamiento, en fase de ensayo clínico, capaz de inhibir
esta molécula. El ensayo de este inhibidor es independiente
al descubrimiento efectuado por el equipo de Gomis -llevado
a cabo en células de cultivo en el laboratorio, en modelos
de animales de la enfermedad y en muestras de pacientes-,
pero ambos pueden complementarse.
El doctor Roger Gomis y el equipo del IRB Barcelona
que han descifrado por qué la proteína MAF favorece la metástasis.
Además, existe una conexión entre el aumento
de la proteína MAF y la resistencia al tratamiento con bifosfonatos,
que se utiliza normalmente para prevenir la metástasis de
cáncer de mama en los huesos. La detección de niveles altos
de esta proteína puede, por tanto, identificar a qué pacientes
conviene tratar con bifosfonatos porque pueden beneficiarse
de la terapia y a cuáles no. Según los investigadores, esta
información es particularmente importante para las pacientes
más jóvenes porque los tratamientos destinados a evitar la
metástasis ósea pueden, en algunos casos, tener el inconveniente
de que desvían las células malignas hacia otros órganos, lo
que tiene un impacto negativo en la supervivencia global de
los pacientes.
La exposición a partículas finas contaminantes
aumenta el riesgo de cáncer de mama.
"Este descubrimiento representa un paso crítico
en la comprensión de cómo se propaga el cáncer de mama y abre
nuevas oportunidades terapéuticas para el 20% de las pacientes
que no pueden beneficiarse del tratamiento con bifosfonatos",
explica el doctor Gomis, jefe del laboratorio de Control del
Crecimiento y Metástasis del Cáncer del IRB Barcelona y también
jefe de grupo en el CIBER de Cáncer (CIBERONC).
Además, ya existe un test desarrollado por Inbiotomotion
–empresa subsidiaria del IRB Barcelona y del ICREA– destinado
a detectar la amplificación del gen MAF en las pacientes con
tumores en la mama, que está ya disponible para su uso en
España. Mediante esta herramienta, se puede descubrir si la
paciente tiene la proteína MAF. Las primeras autoras del trabajo
son la doctora Alicia Llorente, quien inició esta investigación
durante sus estudios de doctorado, y Teresa Blasco, quien
firma también como responsable junto con el doctor Gomis e
Irene Espuny. La investigación se ha llevado a cabo en colaboración
con los laboratorios del doctor Luciano Di Croce, en el Centro
de Regulación Genómica, la doctora Alexandra Avgustinova del
IRB Barcelona y Sant Joan de Deu, y la doctora Ingunn Holen,
de la University of Sheffield.
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