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22 - Abril - 2020
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La noticia negativa de estos últimos días es la muerte en la Vall d’Aran, en circunstancias todavía no aclaradas, del oso conocido como Cachou pero, el balance general desde el punto de vista de la conservación de la especie es positivo. Hace tres décadas, la especie se encontraba al borde de la extinción en el Pirineo. Ahora, sin que se pueda cantar victoria pero con unas condiciones más favorables para estos animales, la población ha superado el medio centenar. El oso pardo (Ursus arctos) contaba en concreto a finales de 2019 con 52 ejemplares en el Pirineo según el balance difundido este 21 de abril por la Generalitat a partir de los datos del Grupo de Seguimiento Transfronterizo. El balance técnico incluye igualmente la relación de actuaciones de seguimiento y conservación llevadas a cabo durante el pasado ejercicio. No existe una censo preciso que cubra toda la serie histórica pero posiblemente sea esta la primera vez en casi un siglo que la cifra de osos del Pirineo supera la barrera de los 50 ejemplares.

Localizaciones recientes de osos en el Pirineo.

Los datos del nuevo balance anual han sido compartidos este mes de abril en una reunión telemática en la que participaron representantes de las administraciones de Catalunya, Vall d’Aran, Andorra, Aragón, Navarra y Francia, además de la Fundación Oso Pardo (entidad que ha participado en el programa PirosLife). El cálculo oficial establece para 2019 la cifra de 52 ejemplares, frente a los 40 inicialmente identificados en el balance del año anterior. El número de nacimientos en 2019 se calcula en 10 ejemplares, de partos de 5 hembras diferentes. “Se trata de una cifra récord, sólo alcanzada antes los años 2016 y 2017, por lo que se devuelve a los índices de natalidad más elevados de los últimos años”, destaca la nota oficial publicada por el departamento de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat. Las hembras que se han reproducido son Zorita (2 cachorros), Isil (2 cachorros), Caramelles (2 cachorros), Bambou (2 cachorros) y Fadeta (2 cachorros). Los ejemplares que se dan por muertos durante el pasado 2019, después de más de dos años sin tener indicios, son 6. Entre estos, la hembra Hvala, detectada por última vez en 2017; el macho Fifonet, así como los 2 cachorros de Zorita.

El Valle de Arán o Arán (oficialmente en occitano Val d'Aran, y en catalán Vall d'Aran), es una comarca española situada en la vertiente norte de los Pirineos centrales.

El área geográfica donde se han encontrado en algún momento indicios de la presencia del oso pardo en los Pirineos (y que no se debe confundir con el área donde hay una presencia permanente de estos animales) se ha ampliado en 2019 en 3.000 km2 respecto del 2018 y representa ya una superficie de 10.400 km2 , indica el balance oficial. “Se debe reseñar que buena parte de este incremento se debe a un desplazamiento exploratorio puntual que hizo el macho Goiat en primavera del año pasado, durante el cual visitó zonas muy meridionales del Pallars Jussà y la Ribagorza aragonesa alejadas de las zonas habituales·, según han explicado los técnicos. El área de distribución del oso extiende principalmente por los Pirineos centrales (7.800 km2). En los Pirineos atlánticos, se han localizado las hembras Zorita y Claverina, y los machos Nere, Cannellito y Rodri, sobre todo en el noreste de Navarra y la banda francesa.

Los datos referidos a Catalunya que destaca la Generalitat indican que durante el 2019 se localizaron 440 indicios de osos, de los cuales 190 son fotografías y vídeos y 141 son muestras de pelos. En toda la cordillera se localizaron en 2019 centeneras de muestras, varias de las cuales fueron utilizadas para la identificación genética, de las cuales 78 provienen de Catalunya. En 2019 y con ayuda de una veintena de estas muestras, técnicos de la Universidad Autónoma de Barcelona ha identificado 8 ejemplares de osos, mientras que el laboratorio francés Antagene, ha identificado 41 ejemplares de 314 muestras (58 procedentes de Catalunya).

En un articulo publicado en 2014 en la revista especializada Quercus por el equipo encabezado por Santiago Palazón se recordaba que “a principios del siglo XX se estimó que en los Pirineos habitaban unos doscientos osos pardos (Ursus arctos). Esta población fue disminuyendo y hacia mediados de siglo comenzó a desgajarse en tres subpoblaciones”. “En 1980 se consideraba que sólo quedaba media docena de osos en los Pirineos centrales, de donde el plantígrado desapareció a finales de esa década o principios de la siguiente. A finales del siglo XX existía una situación de auténtico colapso poblacional, con unos pocos machos y una única hembra en los Pirineos Occidentales o Atlánticos (noreste de Navarra, noroeste de Aragón y sur del Bearn francés)”, se indicaba en este artículo.

El proceso de recuperación de la especie, no siempre fácil, se inició en la práctica con la liberación de ejemplares procedentes de Eslovenia. Entre 1996 y 1997 Francia soltó en Melles (Alto Garona) tres osos -las hembras Ziva y Mellba y el macho Pyros-, a muy pocos kilómetros de la frontera con el Valle de Arán. En 2006, ante la baja natural del macho Papillón y la muerte por disparos de Cannelle, la última hembra autóctona de los Pirineos, se liberaron otros cinco animales de procedencia eslovena en el sector central de los Pirineos: cuatro hembras (Sarousse, Hvala, Palouma y Francka) y un macho (Balou). La operación fue ejecutada por Francia, pero contó con el apoyo de España, como recordaba este artículo técnico firmado por Santiago Palazón, Iván Afonso, Antoni Batet, Joan Rodríguez, Natalia Sastre, Olga Francino y Jordi Ruiz-Olmo.

¿Cómo y por qué murió el oso Cachou, el pasado 9 de abril en Vall d’Aran? Para tener una posible respuesta se debe esperar a los resultados de la necropsia pero, mientras tanto, grupos ecologistas han puesto en cuestión la primera versión difundida -de forma preliminar- por el Conselh Generau d’Aran el jueves 9 de abril.

En concreto, las entidades Ipcena-EdC / Ipcena-Fauna, SEO/BirdLife Catalunya, Fapas y la Federación Ecologistas de Catalunya consideran “inverosímil” que el oso Cachou muriera por “una agresión producida muy probablemente por otro oso y una caída de unos 40 m por un terreno muy abrupto”, como indicaba la nota informativa publicada por el Conselh d’Aran. Representantes de estas cuatro entidades ecologistas han explicado que existen muy pocos casos documentados en todo el mundo que indiquen la muerte de un oso adulto como resultado de una pelea con otro ejemplar de su especie.

Además, ha detallado Roberto Hartasánchez (Fapas), en el caso de que se hubiera producido una pelea muy violenta lo normal habría sido que el oso Cachou presentara indicios claros de agresión física, como heridas en la cabeza, las orejas o las extremidades, cosa que no se apreciaba en las imágenes mostradas por los agentes que descubrieron el cuerpo del animal, según este experto en conservación, con una larga trayectoria en el estudio y defensa de la población de osos en la cordillera cantábrica.

Joan Vázquez (Ipcena) ha considerado del todo “imposible” que un oso adulto macho de unos 200 kilos como Cachou muriera después de caer unos 40 metros y sin embargo su cuerpo no presentara ninguna fractura ósea, ni otros daños corporales importantes. “Parece una invención”, ha indicado Vázquez criticando la versión preliminar del gobierno de la Vall d’Aran. Además, ha indicado el portavoz de Ipcena, en esta presunta pelea mortal y posterior caía de 40 metros,“ni siquiera se produjo la rotura del equipo de localización que llevaba instalado en su cuello el oso muerto”.

Los representantes de estos grupos ecologistas -que ya publicaron el jueves 16 una nota con datos similares a los expuestos este viernes- critican la publicación de los datos preliminares por parte del gobierno aranés -por considerar que crea confusión y puede pretender exonerar a las administraciones de posibles responsabilidades-; y reclaman la máxima trasparencia y rapidez en la realización y publicación de la necropsia, encargada al servicio de Ecopatología de Fauna Salvaje (SEFaS) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). A la espera de los datos oficiales, Roberto Hartasánchez ha explicado que una de las fotografías captadas poco después de la llegada de los agentes de medio ambiente de la Vall d’Aran al lugar de los hechos, se puede observar que la cara del animal presenta una apariencia que los expertos denominan ‘risa sardónica’ (gesto facial similar a la sonrisa), que en muchos casos ha sido asociado a la muerte por envenenamiento.

Sin que tenga necesariamente una relación directa con el posible envenenamiento, los grupos ecologistas han reiterado su crítica a la práctica llevada a cabo en los últimos meses por el departamento de Territori i Sostenibilidad de depositar un producto fungicida (de mal sabor) en restos de animales presuntamente muertos por Cachou para provocar rechazo de este oso hacia este tipo de carne o carroña.

Los portavoces de los grupos ecologistas indicaron que esperarán a los resultados de la necropsia en la UAB, además de pedir otros estudios especializados, antes de denunciar posibles responsabilidades por la muerte de Cachou. Los representantes de los grupos ecologistas presentes en la videoconferencia, por otra parte, han destacado la importancia de la protección de la población de osos en el Pirineo y la importancia que tenía el oso Cachou, por tratarse del único macho adulto que aportaba variabilidad genética a esta población. En este sentido, los ecologistas critican que los responsables políticos de Aran no muestren ningún indicio de pesar o preocupación por la muerte de Cachou.

De forma paralela a la videoconferencia de estos cuatro grupos ecologìsta, este mismo viernes 17 de abril la Fundación Oso Pardo (FOP) ha difundido un comunicado en el que indica que “las causas de la muerte del oso Cachou no se aclararán con especulaciones”. “Sólo el conocimiento obtenido a partir de la evidencia científica podrá ofrecer conclusiones rigurosas y sólidas. Por ello, la Fundación Oso Pardo (FOP) esperará a los resultados de la necropsia completa que realiza la Universidad Autónoma de Barcelona y a los correspondientes análisis toxicológicos, que pedimos que sean rigurosos y exhaustivos para conocer con precisión todos los factores que han podido provocar la muerte del oso”.

La FOP, entidad con sede en Santander pero con amplio conocimiento de la situación de la población de osos en el Pirineo, indica en este comunicado que “aventurar ahora hipótesis sustentadas en fotografías solo puede generar confusión y no ayuda a la conservación del oso pardo en los Pirineos”.

Cachou fue capturado esta primavera de 2019 para colocarle un GPS en el collar. (Conselleria de Territori i Sostenibilitat)

Nota de prensa del Conselh Generau d’Aran Jueves, 9 de abril de 2020:

La necropsia de Cachou apunta de manera preliminar que podría haber sido atacado por otro oso y que se despeñó de unos 40 m. El servicio de Ecopatología de Fauna Salvaje (SEFaS) de la UAB, ha comunicado los primeros resultados de la necropsia del oso Cachou que, junto con el acta de recogida del cadáver, han permitido verificar de manera preliminar una agresión producida muy probablemente por otro oso y una caída de unos 40m por un terreno muy abrupto. La pendiente por donde había rodado y caído Cachou ya pudo ser inspeccionada en el momento de recuperar el cuerpo del animal, mientras que durante el examen de la necropsia se pudo constatar que presentaba heridas perforantes con hemorragias en el lado izquierdo de la cabeza (por debajo de la oreja y cuello proximal), que correspondían a heridas antemortem. Al tratarse de un macho adulto, se deduce que sólo otro oso puede causarle estas lesiones. El oso mostraba un buen estado corporal y no se ha observado ninguna lesión macroscópica ni órgano vital alterado. A pesar de ello, se realizarán pruebas complementarias para descartar causas infectocontagiosas o de otra índole. Dada la situación de confinamiento provocada por Covid-19, los laboratorios no trabajan al ritmo habitual y los resultados de las analíticas pueden tardar algunas semanas. Hasta entonces no se podrá elaborar el informe completo de la necropsia.

Nota de prensa de entidades ecologistas, Miércoles, 15 abril 2020:

Las entidades Ipcena-EdC / Ipcena - Fauna, SEO / BirdLife Cataluña, FAPA y la Federación Ecologistas de Cataluña, tras conocer mediante el Consejo General de Arán, y algún medio de comunicación, los datos sobre las posibles causas de la muerte del oso Cachou, a partir de un informe preliminar de la necropsia, del oso Cachou aportado por el servicio de Ecopatología de fauna salvaje de la UAB. El citado informe manifiesta que en un primer momento y de forma preliminar consideran, que el oso Cachou ha podido morir por dos causas fundamentales, la pelea con otro oso, y la caída en un desnivel de unos 40 metros, a pesar de estas opiniones que sólo son preliminares, los responsables de la necropsia, manifiestan que: (SIC) que se realizarán otras pruebas para descartar otras posibles causas de su muerte, y que las pruebas tardarán varias semanas, hasta tener el informe completo. Las entidades y federaciones que emiten este comunicado de prensa consideramos y manifestamos: Que consultados expertos sobre el estudio y la conservación de los osos, resulta inverosímil este informe preliminar en los siguientes aspectos. No es creíble ni tiene ningún fundamento técnico, al afirmar que el oso Cachou, se haya podido pelear con otro oso, fundamentalmente porque, en cualquier enfrentamiento las principales agresiones es dirigen hacia la cabeza, que con las grandes garras y también mordeduras, produzcan graves heridas en el rostro, orejas y hocico, que no es el caso del buen estado del rostro en que se fue encontrado por los agentes rurales. Tampoco es creíble que la versión que exponen en el informe preliminar, a la hora de justificar la muerte de Cochau, de haber caído por un fuerte desnivel de 40 metros. Si fuera cierto una caída en un tramo de 40 metros, con fuerte desnivel, en esta circunstancia con un oso que su peso que puede ser de más de 200 kilos, los golpes sufridos por la inercia del peso, le hubiera producido seguro, fracturas en las extremidades, rasguños en la caja del emisor GPS del collar entre otros, el mismo oso tras caer en las condiciones descritas, posteriormente subió una pendiente de difícil acceso hasta morir, esta casualidad tampoco se produjo por las pruebas presentadas y el buen estado del cuerpo del oso. La técnica disuasoria de aplicar fungicida a los cuerpos de los animales muertos por el oso, dato recogido de informaciones del mismo Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, resulta del todo improcedente y temerario, ya que no está incluida en el protocolo, del ministerio de 2019, y por tanto supone una medida irresponsable, no sólo por el mismo oso, sino para el resto de fauna que consume carroña y que con dosis menores le puede provocar la muerte, especies como el quebrantahuesos, el águila real, entre muchos otros. Una de las imágenes aportadas por los agentes ambientales de la Vall d’Arán y los Agentes Rurales de la Generalitat, en el momento de encontrar el cadáver, es la del rostro del oso con la típica sonrisa sardónica, típico en los mamíferos muertos por envenenamiento. Por todo lo expuesto por las entidades que trasladan este comunicado de prensa, pedimos: Que ante la información enviada desde el Consejo General de la Vall d’Arán, referido al informe preliminar de la muerte del oso Cachou, se haga escrupulosamente la necropsia completa de todos los órganos del oso. No dar informaciones infundadas y carentes de conclusiones concluyentes. Instar a hacer un segundo análisis de los restos de la necropsia en el centro de referencia CAD de Málaga, especializado en este tipo de necropsia, que al ser de la red pública lo haría sin costes. Nos reservamos el derecho de presentar una denuncia penal para esclarecer los lamentables hechos, especialmente por el procedimiento que consideramos es del todo presuntamente irregular. Pedimos que nos hagan llegar el informe de los resultados de las necropsias completas.

Nota de prensa del Conselh Generau d’Aran Jueves, 16 de abril de 2020:

El Conselh Generau d’Aran no valorará la causa de la muerte de Cachou hasta recibir el informe de necropsia. Ante las interpretaciones que se están realizando por parte de algunos medios de comunicación y asociaciones conservacionistas en base al comunicado del Conselh Generau d’Aran de 14/04/2020, se considera oportuno aclarar que: El Conselh Generau d’Aran se ratifica en la literalidad de su comunicado anterior, en el que no se valora ninguna causa de la muerte, ni se menciona ningún informe de necropsia, porque todavía se está pendiente de recibirlo. En un ejercicio de transparencia, y teniendo en cuenta que la necropsia completa tardará algunas semanas, se explicaron dos hechos destacables que se habían observado en un análisis preliminar: la presencia de alguna herida con perforación y una caída por una pendiente abrupta. Se desestima relación alguna con el condicionamiento químico aversivo realizado en octubre de 2019 para frenar los ataques a caballos: únicamente se administró una dosis, y la ingesta de una sola dosis controlada del producto suministrado (en base a antecedentes científicos sólidos y testados en osos en cautividad) se metaboliza en pocas horas y no es bioacumulable. No se realizará ninguna otra valoración de este caso hasta disponer del informe de necropsia encargado. Una vez se disponga de dicho informe, se procederá a informar oportunamente de los resultados.

Comunicado de la Fundación Oso Pardo Viernes, 17 de abril de 2020:

Las causas de la muerte del oso Cachou no se aclararán con especulaciones. Sólo el conocimiento obtenido a partir de la evidencia científica podrá ofrecer conclusiones rigurosas y sólidas. Por ello, la Fundación Oso Pardo (FOP) esperará a los resultados de la necropsia completa que realiza la Universidad Autónoma de Barcelona y a los correspondientes análisis toxicológicos, que pedimos que sean rigurosos y exhaustivos para conocer con precisión todos los factores que han podido provocar la muerte del oso. Siendo conscientes de la excepcionalidad que vivimos a causa de la COVID-19, confiamos en que dicho proceso se resuelva con la mayor rapidez posible. Aventurar ahora hipótesis sustentadas en fotografías solo puede generar confusión y no ayuda a la conservación del oso pardo en los Pirineos. Con respecto a la protección del ganado ante los ataques de osos, conviene recordar que las medidas destinadas al ganado gregario, ovejas y cabras, están funcionando muy bien, y los datos así lo avalan. Estas medidas son: la agrupación de rebaños, la contratación de pastores y el uso de cercados de protección y perros de guardia (el Montaña de Pirineos). En la FOP hemos participado activamente en el marco del proyecto Piroslife en su desarrollo en los Pirineos centrales, y hemos podido constatar su eficacia y cómo han contribuido a una reducción muy importante de los daños al ganado. En el caso del ganado mayor, bovino y caballar, que pastan en los puertos de montaña durante los meses estivales en régimen extensivo y de pastoreo libre, es más difícil aplicar medidas de prevención, y ante los casos poco habituales de osos que depreden reiteradamente sobre este tipo de ganado, como Cachou y Goiat, las administraciones debe intervenir para intentar que desistan de este comportamiento. El Protocolo de Intervención con Osos en los Pirineos, aprobado en octubre de 2018, define que ante un oso considerado como reiteradamente depredador del ganado deben aplicarse medidas de condicionamiento aversivo. El condicionamiento aversivo es un proceso para conseguir, mediante técnicas de disuasión, que el oso abandone un comportamiento problemático. En función de sus resultados y de la evolución de la situación, si el oso no responde a las medidas, se podría llegar a producir su retirada de la población. Por eso, desde la FOP opinamos que antes de llegar a la retirada de ejemplares, y para reducir el nivel de conflicto y favorecer la coexistencia de los osos y las actividades ganaderas, es pertinente evaluar la utilidad de diferentes procedimientos habituales de disuasión y condicionamiento aversivo (como uso de pirotecnia, disparos de balas de goma, etc.) y también procedimientos innovadores (como dispositivos electrificados, collares electrónicos o aversión química) de manera experimental en condiciones de campo y con un control y seguimiento científico muy detallado y riguroso. Estas técnicas de disuasión se están probando y utilizando en muchos lugares del mundo con criterios de eficacia, seguridad y bienestar animal para contribuir a reducir los conflictos entre ganadería y depredadores y facilitar la tan ansiada coexistencia. La experimentación y uso de estos procedimientos tienen que ir necesariamente asociados a una evaluación y seguimiento científicos. En el caso de la aversión química, que se basa en el uso de sustancias químicas para producir un efecto negativo no severo (vómitos, diarrea) en un animal depredador, que provoque su rechazo sobre un tipo de presa, deben evaluarse muy bien las sustancias a utilizar y sus dosis, para evitar riesgos para el oso y de consumo accidental por otras especies, así como ingestiones repetidas o sobredosificación. En el caso concreto de su utilización para reducir la depredación de osos, se han realizado algunas experiencias hasta la fecha pero son insuficientes para obtener conclusiones robustas, por lo que descartar o no esta medida de aversión requiere una evaluación experimental adecuada. La aplicación de todos estos procedimientos de disuasión con osos radiomarcados es una garantía de seguridad para monitorizar adecuadamente el comportamiento del oso y sus respuestas a las medidas de aversión.

Cadáver del oso Cachou.

Cachou era hijo de Balou, un oso traído de Eslovenia en el 2006 y que murió presumiblemente despeñado en Francia en el 2014, y Caramelles, nacida en 1997 e hija de Melba. Cachou era un macho en el que se habían puesto muchas esperanzas. Su progenitor, Balou, no tenía ningún parentesco con Pyros, oso dado por muerto la pasada primavera que es padre, abuelo y bisabuelo de la mayoría de los ejemplares que habitan los Pirineos. El hecho de que los genes de Cachou heredados de su padre sean diferentes a los de Pyros (aunque su madre, Caramelles, sí sea hija de ese oso) era un dato de suma importancia en una colonia cuyos ejemplares son, en su mayoría, hijos de osas y osos descendientes directos de Pyros. Cachou tenia, en este sentido, en el campo de la genética, un valor similar a Goiat, oso procedente también de Eslovenia liberado en el 2016 en el Pallars Sobirà con la única misión de acabar con el monopolio sexual de Pyros.

La Vall d'Aran, famosa por sus frondosos paisajes, cuenta con parajes únicos, verdes en las épocas de primavera y verano y blancos por las nevadas de invierno. Además, la influencia del románico se extiende por el territorio. Ante tal lugar, cabe preguntarse qué cosas hay que saber de la región. Una de las cosas que poca gente conoce es el origen de la peculiar lengua, el aranés. Gracias tanto a la influencia románica como a la cultura asentada en lo que ahora es el País Vasco se mezclaron las lenguas de ambos lugares (gascón y latín). Poco después las tribus germanas destruyen el Imperio Romano, imponiendo su aportación cultural en las diferentes regiones.

Aunque tradicionalmente la actividad económica principal ha sido la ganadería, son el ocio y el sector terciario lo que actualmente genera los mayores ingresos. Dos elementos favorecieron en su momento el despunte del turismo: la inauguración del primer Parador de Turismo del valle en 1966, y la estación de esquí más grande de España, la de Baqueira. La combinación de estos acontecimientos hizo que un territorio habitual de pastores se convirtiera en uno de los focos de turismo en la comunidad autónoma.

Con picos y montañas de más de 2.000 metros de altitud y caminos que atraviesan la flora de la Vall d'Aran, esta región es perfecta para los amantes del senderismo. Entre las ventajas de perderse por sus caminos se halla la gran biodiversidad que atesora. Tanto es así que muchos son los que tras visitar la estación de esquí de Baqueira o los idílicos parajes del valle se informan sobre vivir en uno de los espacios más ricos cultural y económicamente de España.

Su situación entre montañas ha provocado que a lo largo de los siglos el valle haya contado con todo tipo de leyendas y curiosidades. Aquí van tres que hacen de este paraje un lugar aún más especial: En la noche más corta del año, en el solsticio de verano, todavía se sigue quemando un abeto, siguiendo con una tradición céltica milenaria. Así pues, apenas en dos semanas se podrá disfrutar de ese momento. Otra leyenda del valle es la del Gigante Mandronius. Al parecer, este "hombre" se hizo famoso por luchar contra los romanos invasores. Se resguardaba en una cueva cercana a la población de Betlán y desde allí traía locos a los legionarios. Por último y alejado de las costumbres y las leyendas, cabe señalar que en la Vall d'Aran se produce un caviar exquisito. Y es que es tradicional la cría del esturión. ¿Quién lo iba a decir en mitad de los Pirineos?

La cordillera cantábrica esconde un gran número de animales y otras formas de vida. El documental muestra cómo viven estos animales al lado de una de las criaturas más formidables del hemisferio norte, el oso pardo. Entre los animales que se esconden en los rincones del cantábrico están los lobos ibéricos, los gatos monteses y los urugallos, entre otros.

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