La noticia negativa de estos últimos días es
la muerte en la Vall d’Aran, en circunstancias todavía no
aclaradas, del oso conocido como Cachou pero, el balance general
desde el punto de vista de la conservación de la especie es
positivo. Hace tres décadas, la especie se encontraba al borde
de la extinción en el Pirineo. Ahora, sin que se pueda cantar
victoria pero con unas condiciones más favorables para estos
animales, la población ha superado el medio centenar. El oso
pardo (Ursus arctos) contaba en concreto a finales de 2019
con 52 ejemplares en el Pirineo según el balance difundido
este 21 de abril por la Generalitat a partir de los datos
del Grupo de Seguimiento Transfronterizo. El balance técnico
incluye igualmente la relación de actuaciones de seguimiento
y conservación llevadas a cabo durante el pasado ejercicio.
No existe una censo preciso que cubra toda la serie histórica
pero posiblemente sea esta la primera vez en casi un siglo
que la cifra de osos del Pirineo supera la barrera de los
50 ejemplares.

Localizaciones recientes de osos en el Pirineo.
Los datos del nuevo balance anual han sido compartidos
este mes de abril en una reunión telemática en la que participaron
representantes de las administraciones de Catalunya, Vall
d’Aran, Andorra, Aragón, Navarra y Francia, además de la Fundación
Oso Pardo (entidad que ha participado en el programa PirosLife).
El cálculo oficial establece para 2019 la cifra de 52 ejemplares,
frente a los 40 inicialmente identificados en el balance del
año anterior. El número de nacimientos en 2019 se calcula
en 10 ejemplares, de partos de 5 hembras diferentes. “Se trata
de una cifra récord, sólo alcanzada antes los años 2016 y
2017, por lo que se devuelve a los índices de natalidad más
elevados de los últimos años”, destaca la nota oficial publicada
por el departamento de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat.
Las hembras que se han reproducido son Zorita (2 cachorros),
Isil (2 cachorros), Caramelles (2 cachorros), Bambou (2 cachorros)
y Fadeta (2 cachorros). Los ejemplares que se dan por muertos
durante el pasado 2019, después de más de dos años sin tener
indicios, son 6. Entre estos, la hembra Hvala, detectada por
última vez en 2017; el macho Fifonet, así como los 2 cachorros
de Zorita.

El Valle de Arán o Arán (oficialmente en occitano
Val d'Aran, y en catalán Vall d'Aran), es una comarca española
situada en la vertiente norte de los Pirineos centrales.
El área geográfica donde se han encontrado en
algún momento indicios de la presencia del oso pardo en los
Pirineos (y que no se debe confundir con el área donde hay
una presencia permanente de estos animales) se ha ampliado
en 2019 en 3.000 km2 respecto del 2018 y representa ya una
superficie de 10.400 km2 , indica el balance oficial. “Se
debe reseñar que buena parte de este incremento se debe a
un desplazamiento exploratorio puntual que hizo el macho Goiat
en primavera del año pasado, durante el cual visitó zonas
muy meridionales del Pallars Jussà y la Ribagorza aragonesa
alejadas de las zonas habituales·, según han explicado los
técnicos. El área de distribución del oso extiende principalmente
por los Pirineos centrales (7.800 km2). En los Pirineos atlánticos,
se han localizado las hembras Zorita y Claverina, y los machos
Nere, Cannellito y Rodri, sobre todo en el noreste de Navarra
y la banda francesa.
Los datos referidos a Catalunya que destaca
la Generalitat indican que durante el 2019 se localizaron
440 indicios de osos, de los cuales 190 son fotografías y
vídeos y 141 son muestras de pelos. En toda la cordillera
se localizaron en 2019 centeneras de muestras, varias de las
cuales fueron utilizadas para la identificación genética,
de las cuales 78 provienen de Catalunya. En 2019 y con ayuda
de una veintena de estas muestras, técnicos de la Universidad
Autónoma de Barcelona ha identificado 8 ejemplares de osos,
mientras que el laboratorio francés Antagene, ha identificado
41 ejemplares de 314 muestras (58 procedentes de Catalunya).
En un articulo publicado en 2014 en la revista
especializada Quercus por el equipo encabezado por Santiago
Palazón se recordaba que “a principios del siglo XX se estimó
que en los Pirineos habitaban unos doscientos osos pardos
(Ursus arctos). Esta población fue disminuyendo y hacia mediados
de siglo comenzó a desgajarse en tres subpoblaciones”. “En
1980 se consideraba que sólo quedaba media docena de osos
en los Pirineos centrales, de donde el plantígrado desapareció
a finales de esa década o principios de la siguiente. A finales
del siglo XX existía una situación de auténtico colapso poblacional,
con unos pocos machos y una única hembra en los Pirineos Occidentales
o Atlánticos (noreste de Navarra, noroeste de Aragón y sur
del Bearn francés)”, se indicaba en este artículo.

El proceso de recuperación de la especie, no
siempre fácil, se inició en la práctica con la liberación
de ejemplares procedentes de Eslovenia. Entre 1996 y 1997
Francia soltó en Melles (Alto Garona) tres osos -las hembras
Ziva y Mellba y el macho Pyros-, a muy pocos kilómetros de
la frontera con el Valle de Arán. En 2006, ante la baja natural
del macho Papillón y la muerte por disparos de Cannelle, la
última hembra autóctona de los Pirineos, se liberaron otros
cinco animales de procedencia eslovena en el sector central
de los Pirineos: cuatro hembras (Sarousse, Hvala, Palouma
y Francka) y un macho (Balou). La operación fue ejecutada
por Francia, pero contó con el apoyo de España, como recordaba
este artículo técnico firmado por Santiago Palazón, Iván Afonso,
Antoni Batet, Joan Rodríguez, Natalia Sastre, Olga Francino
y Jordi Ruiz-Olmo.
¿Cómo y por qué murió el oso Cachou, el pasado 9
de abril en Vall d’Aran? Para tener una posible respuesta
se debe esperar a los resultados de la necropsia pero,
mientras tanto, grupos ecologistas han puesto en cuestión
la primera versión difundida -de forma preliminar- por
el Conselh Generau d’Aran el jueves 9 de abril.
En concreto, las entidades Ipcena-EdC / Ipcena-Fauna,
SEO/BirdLife Catalunya, Fapas y la Federación Ecologistas
de Catalunya consideran “inverosímil” que el oso Cachou
muriera por “una agresión producida muy probablemente
por otro oso y una caída de unos 40 m por un terreno
muy abrupto”, como indicaba la nota informativa publicada
por el Conselh d’Aran. Representantes de estas cuatro
entidades ecologistas han explicado que existen muy
pocos casos documentados en todo el mundo que indiquen
la muerte de un oso adulto como resultado de una pelea
con otro ejemplar de su especie.
Además, ha detallado Roberto Hartasánchez (Fapas),
en el caso de que se hubiera producido una pelea muy
violenta lo normal habría sido que el oso Cachou presentara
indicios claros de agresión física, como heridas en
la cabeza, las orejas o las extremidades, cosa que no
se apreciaba en las imágenes mostradas por los agentes
que descubrieron el cuerpo del animal, según este experto
en conservación, con una larga trayectoria en el estudio
y defensa de la población de osos en la cordillera cantábrica.
Joan Vázquez (Ipcena) ha considerado del todo “imposible”
que un oso adulto macho de unos 200 kilos como Cachou
muriera después de caer unos 40 metros y sin embargo
su cuerpo no presentara ninguna fractura ósea, ni otros
daños corporales importantes. “Parece una invención”,
ha indicado Vázquez criticando la versión preliminar
del gobierno de la Vall d’Aran. Además, ha indicado
el portavoz de Ipcena, en esta presunta pelea mortal
y posterior caía de 40 metros,“ni siquiera se produjo
la rotura del equipo de localización que llevaba instalado
en su cuello el oso muerto”.
Los representantes de estos grupos ecologistas -que
ya publicaron el jueves 16 una nota con datos similares
a los expuestos este viernes- critican la publicación
de los datos preliminares por parte del gobierno aranés
-por considerar que crea confusión y puede pretender
exonerar a las administraciones de posibles responsabilidades-;
y reclaman la máxima trasparencia y rapidez en la realización
y publicación de la necropsia, encargada al servicio
de Ecopatología de Fauna Salvaje (SEFaS) de la Universidad
Autónoma de Barcelona (UAB). A la espera de los datos
oficiales, Roberto Hartasánchez ha explicado que una
de las fotografías captadas poco después de la llegada
de los agentes de medio ambiente de la Vall d’Aran al
lugar de los hechos, se puede observar que la cara del
animal presenta una apariencia que los expertos denominan
‘risa sardónica’ (gesto facial similar a la sonrisa),
que en muchos casos ha sido asociado a la muerte por
envenenamiento.
Sin que tenga necesariamente una relación directa con
el posible envenenamiento, los grupos ecologistas han
reiterado su crítica a la práctica llevada a cabo en
los últimos meses por el departamento de Territori i
Sostenibilidad de depositar un producto fungicida (de
mal sabor) en restos de animales presuntamente muertos
por Cachou para provocar rechazo de este oso hacia este
tipo de carne o carroña.
Los portavoces de los grupos ecologistas indicaron
que esperarán a los resultados de la necropsia en la
UAB, además de pedir otros estudios especializados,
antes de denunciar posibles responsabilidades por la
muerte de Cachou. Los representantes de los grupos ecologistas
presentes en la videoconferencia, por otra parte, han
destacado la importancia de la protección de la población
de osos en el Pirineo y la importancia que tenía el
oso Cachou, por tratarse del único macho adulto que
aportaba variabilidad genética a esta población. En
este sentido, los ecologistas critican que los responsables
políticos de Aran no muestren ningún indicio de pesar
o preocupación por la muerte de Cachou.
De forma paralela a la videoconferencia de estos cuatro
grupos ecologìsta, este mismo viernes 17 de abril la
Fundación Oso Pardo (FOP) ha difundido un comunicado
en el que indica que “las causas de la muerte del oso
Cachou no se aclararán con especulaciones”. “Sólo el
conocimiento obtenido a partir de la evidencia científica
podrá ofrecer conclusiones rigurosas y sólidas. Por
ello, la Fundación Oso Pardo (FOP) esperará a los resultados
de la necropsia completa que realiza la Universidad
Autónoma de Barcelona y a los correspondientes análisis
toxicológicos, que pedimos que sean rigurosos y exhaustivos
para conocer con precisión todos los factores que han
podido provocar la muerte del oso”.
La FOP, entidad con sede en Santander pero con amplio
conocimiento de la situación de la población de osos
en el Pirineo, indica en este comunicado que “aventurar
ahora hipótesis sustentadas en fotografías solo puede
generar confusión y no ayuda a la conservación del oso
pardo en los Pirineos”.

Cachou fue capturado esta primavera de
2019 para colocarle un GPS en el collar. (Conselleria
de Territori i Sostenibilitat)
Nota de prensa del Conselh Generau d’Aran Jueves,
9 de abril de 2020:
La necropsia de Cachou apunta de manera preliminar
que podría haber sido atacado por otro oso y que se
despeñó de unos 40 m. El servicio de Ecopatología de
Fauna Salvaje (SEFaS) de la UAB, ha comunicado los primeros
resultados de la necropsia del oso Cachou que, junto
con el acta de recogida del cadáver, han permitido verificar
de manera preliminar una agresión producida muy probablemente
por otro oso y una caída de unos 40m por un terreno
muy abrupto. La pendiente por donde había rodado y caído
Cachou ya pudo ser inspeccionada en el momento de recuperar
el cuerpo del animal, mientras que durante el examen
de la necropsia se pudo constatar que presentaba heridas
perforantes con hemorragias en el lado izquierdo de
la cabeza (por debajo de la oreja y cuello proximal),
que correspondían a heridas antemortem. Al tratarse
de un macho adulto, se deduce que sólo otro oso puede
causarle estas lesiones. El oso mostraba un buen estado
corporal y no se ha observado ninguna lesión macroscópica
ni órgano vital alterado. A pesar de ello, se realizarán
pruebas complementarias para descartar causas infectocontagiosas
o de otra índole. Dada la situación de confinamiento
provocada por Covid-19, los laboratorios no trabajan
al ritmo habitual y los resultados de las analíticas
pueden tardar algunas semanas. Hasta entonces no se
podrá elaborar el informe completo de la necropsia.

Nota de prensa de entidades ecologistas, Miércoles,
15 abril 2020:
Las entidades Ipcena-EdC / Ipcena - Fauna, SEO / BirdLife
Cataluña, FAPA y la Federación Ecologistas de Cataluña,
tras conocer mediante el Consejo General de Arán, y
algún medio de comunicación, los datos sobre las posibles
causas de la muerte del oso Cachou, a partir de un informe
preliminar de la necropsia, del oso Cachou aportado
por el servicio de Ecopatología de fauna salvaje de
la UAB. El citado informe manifiesta que en un primer
momento y de forma preliminar consideran, que el oso
Cachou ha podido morir por dos causas fundamentales,
la pelea con otro oso, y la caída en un desnivel de
unos 40 metros, a pesar de estas opiniones que sólo
son preliminares, los responsables de la necropsia,
manifiestan que: (SIC) que se realizarán otras pruebas
para descartar otras posibles causas de su muerte, y
que las pruebas tardarán varias semanas, hasta tener
el informe completo. Las entidades y federaciones que
emiten este comunicado de prensa consideramos y manifestamos:
Que consultados expertos sobre el estudio y la conservación
de los osos, resulta inverosímil este informe preliminar
en los siguientes aspectos. No es creíble ni tiene ningún
fundamento técnico, al afirmar que el oso Cachou, se
haya podido pelear con otro oso, fundamentalmente porque,
en cualquier enfrentamiento las principales agresiones
es dirigen hacia la cabeza, que con las grandes garras
y también mordeduras, produzcan graves heridas en el
rostro, orejas y hocico, que no es el caso del buen
estado del rostro en que se fue encontrado por los agentes
rurales. Tampoco es creíble que la versión que exponen
en el informe preliminar, a la hora de justificar la
muerte de Cochau, de haber caído por un fuerte desnivel
de 40 metros. Si fuera cierto una caída en un tramo
de 40 metros, con fuerte desnivel, en esta circunstancia
con un oso que su peso que puede ser de más de 200 kilos,
los golpes sufridos por la inercia del peso, le hubiera
producido seguro, fracturas en las extremidades, rasguños
en la caja del emisor GPS del collar entre otros, el
mismo oso tras caer en las condiciones descritas, posteriormente
subió una pendiente de difícil acceso hasta morir, esta
casualidad tampoco se produjo por las pruebas presentadas
y el buen estado del cuerpo del oso. La técnica disuasoria
de aplicar fungicida a los cuerpos de los animales muertos
por el oso, dato recogido de informaciones del mismo
Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat,
resulta del todo improcedente y temerario, ya que no
está incluida en el protocolo, del ministerio de 2019,
y por tanto supone una medida irresponsable, no sólo
por el mismo oso, sino para el resto de fauna que consume
carroña y que con dosis menores le puede provocar la
muerte, especies como el quebrantahuesos, el águila
real, entre muchos otros. Una de las imágenes aportadas
por los agentes ambientales de la Vall d’Arán y los
Agentes Rurales de la Generalitat, en el momento de
encontrar el cadáver, es la del rostro del oso con la
típica sonrisa sardónica, típico en los mamíferos muertos
por envenenamiento. Por todo lo expuesto por las entidades
que trasladan este comunicado de prensa, pedimos: Que
ante la información enviada desde el Consejo General
de la Vall d’Arán, referido al informe preliminar de
la muerte del oso Cachou, se haga escrupulosamente la
necropsia completa de todos los órganos del oso. No
dar informaciones infundadas y carentes de conclusiones
concluyentes. Instar a hacer un segundo análisis de
los restos de la necropsia en el centro de referencia
CAD de Málaga, especializado en este tipo de necropsia,
que al ser de la red pública lo haría sin costes. Nos
reservamos el derecho de presentar una denuncia penal
para esclarecer los lamentables hechos, especialmente
por el procedimiento que consideramos es del todo presuntamente
irregular. Pedimos que nos hagan llegar el informe de
los resultados de las necropsias completas.
Nota de prensa del Conselh Generau d’Aran Jueves,
16 de abril de 2020:
El Conselh Generau d’Aran no valorará la causa de
la muerte de Cachou hasta recibir el informe de necropsia.
Ante las interpretaciones que se están realizando por
parte de algunos medios de comunicación y asociaciones
conservacionistas en base al comunicado del Conselh
Generau d’Aran de 14/04/2020, se considera oportuno
aclarar que: El Conselh Generau d’Aran se ratifica en
la literalidad de su comunicado anterior, en el que
no se valora ninguna causa de la muerte, ni se menciona
ningún informe de necropsia, porque todavía se está
pendiente de recibirlo. En un ejercicio de transparencia,
y teniendo en cuenta que la necropsia completa tardará
algunas semanas, se explicaron dos hechos destacables
que se habían observado en un análisis preliminar: la
presencia de alguna herida con perforación y una caída
por una pendiente abrupta. Se desestima relación alguna
con el condicionamiento químico aversivo realizado en
octubre de 2019 para frenar los ataques a caballos:
únicamente se administró una dosis, y la ingesta de
una sola dosis controlada del producto suministrado
(en base a antecedentes científicos sólidos y testados
en osos en cautividad) se metaboliza en pocas horas
y no es bioacumulable. No se realizará ninguna otra
valoración de este caso hasta disponer del informe de
necropsia encargado. Una vez se disponga de dicho informe,
se procederá a informar oportunamente de los resultados.

Comunicado de la Fundación Oso Pardo Viernes, 17
de abril de 2020:
Las causas de la muerte del oso Cachou no se aclararán
con especulaciones. Sólo el conocimiento obtenido a
partir de la evidencia científica podrá ofrecer conclusiones
rigurosas y sólidas. Por ello, la Fundación Oso Pardo
(FOP) esperará a los resultados de la necropsia completa
que realiza la Universidad Autónoma de Barcelona y a
los correspondientes análisis toxicológicos, que pedimos
que sean rigurosos y exhaustivos para conocer con precisión
todos los factores que han podido provocar la muerte
del oso. Siendo conscientes de la excepcionalidad que
vivimos a causa de la COVID-19, confiamos en que dicho
proceso se resuelva con la mayor rapidez posible. Aventurar
ahora hipótesis sustentadas en fotografías solo puede
generar confusión y no ayuda a la conservación del oso
pardo en los Pirineos. Con respecto a la protección
del ganado ante los ataques de osos, conviene recordar
que las medidas destinadas al ganado gregario, ovejas
y cabras, están funcionando muy bien, y los datos así
lo avalan. Estas medidas son: la agrupación de rebaños,
la contratación de pastores y el uso de cercados de
protección y perros de guardia (el Montaña de Pirineos).
En la FOP hemos participado activamente en el marco
del proyecto Piroslife en su desarrollo en los Pirineos
centrales, y hemos podido constatar su eficacia y cómo
han contribuido a una reducción muy importante de los
daños al ganado. En el caso del ganado mayor, bovino
y caballar, que pastan en los puertos de montaña durante
los meses estivales en régimen extensivo y de pastoreo
libre, es más difícil aplicar medidas de prevención,
y ante los casos poco habituales de osos que depreden
reiteradamente sobre este tipo de ganado, como Cachou
y Goiat, las administraciones debe intervenir para intentar
que desistan de este comportamiento. El Protocolo de
Intervención con Osos en los Pirineos, aprobado en octubre
de 2018, define que ante un oso considerado como reiteradamente
depredador del ganado deben aplicarse medidas de condicionamiento
aversivo. El condicionamiento aversivo es un proceso
para conseguir, mediante técnicas de disuasión, que
el oso abandone un comportamiento problemático. En función
de sus resultados y de la evolución de la situación,
si el oso no responde a las medidas, se podría llegar
a producir su retirada de la población. Por eso, desde
la FOP opinamos que antes de llegar a la retirada de
ejemplares, y para reducir el nivel de conflicto y favorecer
la coexistencia de los osos y las actividades ganaderas,
es pertinente evaluar la utilidad de diferentes procedimientos
habituales de disuasión y condicionamiento aversivo
(como uso de pirotecnia, disparos de balas de goma,
etc.) y también procedimientos innovadores (como dispositivos
electrificados, collares electrónicos o aversión química)
de manera experimental en condiciones de campo y con
un control y seguimiento científico muy detallado y
riguroso. Estas técnicas de disuasión se están probando
y utilizando en muchos lugares del mundo con criterios
de eficacia, seguridad y bienestar animal para contribuir
a reducir los conflictos entre ganadería y depredadores
y facilitar la tan ansiada coexistencia. La experimentación
y uso de estos procedimientos tienen que ir necesariamente
asociados a una evaluación y seguimiento científicos.
En el caso de la aversión química, que se basa en el
uso de sustancias químicas para producir un efecto negativo
no severo (vómitos, diarrea) en un animal depredador,
que provoque su rechazo sobre un tipo de presa, deben
evaluarse muy bien las sustancias a utilizar y sus dosis,
para evitar riesgos para el oso y de consumo accidental
por otras especies, así como ingestiones repetidas o
sobredosificación. En el caso concreto de su utilización
para reducir la depredación de osos, se han realizado
algunas experiencias hasta la fecha pero son insuficientes
para obtener conclusiones robustas, por lo que descartar
o no esta medida de aversión requiere una evaluación
experimental adecuada. La aplicación de todos estos
procedimientos de disuasión con osos radiomarcados es
una garantía de seguridad para monitorizar adecuadamente
el comportamiento del oso y sus respuestas a las medidas
de aversión.

Cadáver del oso Cachou.
Cachou era hijo de Balou, un oso traído
de Eslovenia en el 2006 y que murió presumiblemente
despeñado en Francia en el 2014, y Caramelles, nacida
en 1997 e hija de Melba. Cachou era un macho en el que
se habían puesto muchas esperanzas. Su progenitor, Balou,
no tenía ningún parentesco con Pyros, oso dado por muerto
la pasada primavera que es padre, abuelo y bisabuelo
de la mayoría de los ejemplares que habitan los Pirineos.
El hecho de que los genes de Cachou heredados de su
padre sean diferentes a los de Pyros (aunque su madre,
Caramelles, sí sea hija de ese oso) era un dato de suma
importancia en una colonia cuyos ejemplares son, en
su mayoría, hijos de osas y osos descendientes directos
de Pyros. Cachou tenia, en este sentido, en el campo
de la genética, un valor similar a Goiat, oso procedente
también de Eslovenia liberado en el 2016 en el Pallars
Sobirà con la única misión de acabar con el monopolio
sexual de Pyros.
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La Vall d'Aran, famosa por sus frondosos paisajes, cuenta
con parajes únicos, verdes en las épocas de primavera y verano
y blancos por las nevadas de invierno. Además, la influencia
del románico se extiende por el territorio. Ante tal lugar,
cabe preguntarse qué cosas hay que saber de la región. Una
de las cosas que poca gente conoce es el origen de la peculiar
lengua, el aranés. Gracias tanto a la influencia románica
como a la cultura asentada en lo que ahora es el País Vasco
se mezclaron las lenguas de ambos lugares (gascón y latín).
Poco después las tribus germanas destruyen el Imperio Romano,
imponiendo su aportación cultural en las diferentes regiones.
Aunque tradicionalmente la actividad económica principal
ha sido la ganadería, son el ocio y el sector terciario lo
que actualmente genera los mayores ingresos. Dos elementos
favorecieron en su momento el despunte del turismo: la inauguración
del primer Parador de Turismo del valle en 1966, y la estación
de esquí más grande de España, la de Baqueira. La combinación
de estos acontecimientos hizo que un territorio habitual de
pastores se convirtiera en uno de los focos de turismo en
la comunidad autónoma.
Con picos y montañas de más de 2.000 metros de altitud y
caminos que atraviesan la flora de la Vall d'Aran, esta región
es perfecta para los amantes del senderismo. Entre las ventajas
de perderse por sus caminos se halla la gran biodiversidad
que atesora. Tanto es así que muchos son los que tras visitar
la estación de esquí de Baqueira o los idílicos parajes del
valle se informan sobre vivir en uno de los espacios más ricos
cultural y económicamente de España.

Su situación entre montañas ha provocado que a lo largo de
los siglos el valle haya contado con todo tipo de leyendas
y curiosidades. Aquí van tres que hacen de este paraje un
lugar aún más especial: En la noche más corta del año, en
el solsticio de verano, todavía se sigue quemando un abeto,
siguiendo con una tradición céltica milenaria. Así pues, apenas
en dos semanas se podrá disfrutar de ese momento. Otra leyenda
del valle es la del Gigante Mandronius. Al parecer, este "hombre"
se hizo famoso por luchar contra los romanos invasores. Se
resguardaba en una cueva cercana a la población de Betlán
y desde allí traía locos a los legionarios. Por último y alejado
de las costumbres y las leyendas, cabe señalar que en la Vall
d'Aran se produce un caviar exquisito. Y es que es tradicional
la cría del esturión. ¿Quién lo iba a decir en mitad de los
Pirineos?
La cordillera cantábrica esconde un gran número de
animales y otras formas de vida. El documental muestra
cómo viven estos animales al lado de una de las criaturas
más formidables del hemisferio norte, el oso pardo.
Entre los animales que se esconden en los rincones del
cantábrico están los lobos ibéricos, los gatos monteses
y los urugallos, entre otros.

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