Una buena noticia para la biodiversidad llegó
de la mano de la Unión Internacional para la Conservación
de la Naturaleza (UICN). Los osos panda, animales en eterno
peligro de extinción, habían salido de la peligrosa
lista gracias a la incansable lucha de cientos de organizaciones.
El número de ejemplares de pandas gigantes se elevó un 17%
en 10 años, entre 2004 y 2014, en su hábitat natural, que
en su momento era todo el sur de China. Se pasó de 1.596 a
1.864 pandas gigantes en libertad. Las medidas de protección
puestas en marcha por Pekín desde hacia años para proteger
a este emblemático animal parecia que daban resultados.
Además, China prohibió el comercio de pieles
de panda gigante en 1981, y en 1988 aprobaron la Ley de Protección
de la Naturaleza prohibiendo la caza furtiva, principal motivo
de muertes de la especie junto a la deforestación, disfrutando
desde entonces de gran protección legal. La primera reserva
natural de China fue Dinghushan en Zhaoqing de la provincia
Guangdong, demarcada en 1956. Hasta finales de 2010, el país
contaba con unas 2.590 reservas naturales de diversos tipos
y niveles, alrededor de 320 de ellas de categoría nacional;
su superficie total representa más del 15% de la superficie
territorial nacional. Estas reservas naturales permiten el
amparo efectivo del 90% de los sistemas ecológicos terrestres,
el 90% de poblaciones de la fauna salvaje y cerca del 70%
de colonias de botánica superior.

El panda, todo un símbolo para la cultura china,
es ahora una especie vulnerable que se seguirá controlando,
pero no en peligro de extinción, ya que se ha conseguido revertir
el número de ejemplares, antes en declive y ahora en aumento.
La UICN establece una clasificación de nueve niveles para
medir el peligro en el que está cada especie, donde "en peligro"
es el cuarto escalón en gravedad, "vulnerable" el quinto y
"extinto" el primero.
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El informe no fue muy bien recibido por las
autoridades chinas en su momento, que cuestionaron la decisión
de la UICN de retirar al oso panda de la lista de especies
en peligro, subrayando que la medida podría tener consecuencias
irreversibles. Según estudios botánicos, el calentamiento
global podría causar la desaparición de un tercio de los bosques
de bambú (35%), esenciales para la vida de los pandas, que
además habitan en zonas de alta actividad sísmica, lo que
aumenta los peligros y podría provocar otro gran declive.
En un comunicado, la Administración Forestal Estatal de China
declaró que "es demasiado pronto para decir que el
panda ya no está en peligro", y añadió que esta decisión,
"podría dar marcha atrás a los avances logrados en las últimas
dos décadas". Según los responsables chinos en materia boscosa,
no están teniendo en cuenta la especial situación de estos
animales, que viven en comunidades aisladas, en las zonas
montañosas del centro de China.
El último censo de pandas realizado por las
autoridades chinas en 2015 cifró en 1.864 los ejemplares en
estado salvaje, frente a los 1.596 de principios de este siglo,
pero según los expertos del país, por encima de los números
lo que hace peligrar en este momento a la especie es el cambio
climático.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(IUCN por su sigla en inglés International Union for
Conservation of Nature) es una organización internacional
dedicada a la conservación de los recursos naturales.
Fue fundada en octubre de 1948, en el marco de una conferencia
internacional celebrada en Fontainebleau, Francia. Tiene
su sede en Gland, Suiza. La UICN es la organización
medioambiental más grande del mundo, con más de mil
doscientos miembros gubernamentales y no gubernamentales,
además de unos once mil expertos voluntarios en cerca
de ciento sesenta países. Para su labor, la UICN cuenta
con el apoyo de un personal compuesto por más de mil
empleados, repartidos en cuarenta y cinco oficinas,
y cientos de asociados de los sectores público, no gubernamental
y privado de todo el mundo.
UICN fue fundada en 1948. Anteriormente se llamó Unión
Internacional para la Protección de la Naturaleza (1948–1956)
y la Unión Mundial de Conservación (1990–2008).

Sabias que ... La muerte de un panda gigante en Japón
en 2008 pudo favorecer el entendimiento político Japón-China.
Ling Ling era uno de los símbolos de la llamada 'diplomacia
del panda'.

Ling Ling nació en el zoo de Pekín en 1985. A los siete
años se mudó a Tokio, al ser parte de un intercambio
de pandas entre ambos parques zoológicos. Se trataba
del único ejemplar de su especie residente en Japón
y de propiedad nipona.
En su larga vida -22 años en un panda equivalen a 70
en un ser humano-, Ling Ling tuvo la ocasión de viajar
a otros países como México. Allí trató de fecundar en
vano a unas hembras del zoo de Chapultepec llamadas
Xiu-Hua, Shuan-Shuan y Xin-Xin. Lo cierto es que, pese
a los denonados esfuerzos del zoo de Tokio, Ling Ling
no logró tener descendencia. El panda gigante vivía
solo desde 2005, tras la muerte de dos de sus congéneres
y el regreso de un tercero a México una vez terminada
su 'visita' al archipiélago asiático. En los últimos
tiempos había sido apartado de la exposición al público
porque sufría insuficiencia cardíaca y problemas renales.
Un representante del zoo aseguró que el panda
tuvo una muerte dulce: "Apareció muerto boca abajo y
tenía aspecto sereno".
Pero el confinamiento trajo algo positivo, y placentero
...
Dos pandas en cautividad aprovecharon el confinamiento
para aparearse por primera vez. En el parque zoológico
de Hong Kong estaban de enhorabuena. Allí dos pandas
cautivos aprovecharon el cierre de las instalaciones,
en Abril de este año, para aparearse de forma
natural por primera vez en 10 años, tal y como han podido
documentar en vídeo. Una buena noticia para una especie
con un índice de reproducción en cautividad muy reducido.
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Dejando atras aquellos años ¿Que
pasa en la actualidad?
A principios de 2020 unos agricultores sorprendieron
a un ejemplar de panda gigante en el interior de su aldea
en el distrito de Baoxing, provincia de Sichuan, al suroeste
de China. Según las autoridades que informaron del hallazgo,
el animal, que presentaba buen aspecto, abandonó la aldea
con la calma característica de la especie para adentrarse
de nuevo en el bosque y desaparecer en la espesura. Una noticia
en apariencia tan sencilla como esta resulta sin embargo profundamente
emocionante para todos los amantes de la naturaleza que en
la década de los ochenta estuvimos a punto de asistir a la
extinción de este bellísimo animal.
Con una población que ronda los dos mil ejemplares
en libertad y un estricto programa de conservación dirigido
por el gobierno chino, el panda gigante (Ailuropoda melanoleuca)
parece fuera de peligro.
Los pandas habitan una pequeña área de remotas
montañas envueltas por la niebla en la cabecera del Yang-Tzé
(provincias chinas de Sikang, Szechwan, Shensi, Kansu y Chinghai)
fuertemente protegida, además de inaccesible. Hasta 1869,
cuando un misionero francés descubrió la especie para la ciencia,
el mundo civilizado ignoraba la existencia del panda gigante.
Y en ese preciso momento comenzó su debacle. En 1926 Teodor
Roosvelt Jr se desplazó hasta la meseta tibetana para convertirse
en el primero de los cazadores que abatía al animal más raro
de la tierra. Las fotos del hijo del presidente de EE.UU exhibiendo
orgulloso numerosas pieles de animales abatidos forman parte
del álbum de oro de las afrentas a la naturaleza. En 1936
se capturó el primer ejemplar vivo para el zoo de Chicago
y desde ese momento los cazadores que trabajaban capturando
animales salvajes para los zoológicos en las estepas africanas
y las selvas amazónicas se desplazaron hacia China para capturar
al misterioso y bien pagado panda, lo que motivó un fuerte
descenso de sus poblaciones.
El oso panda se alimenta casi exclusivamente de bambú,
pero conserva rasgos morfológicos y genéticos que le
acercan más a los animales carnívoros. ¿Cuál es la explicación?
La imagen del oso panda (Ailuropoda melanoleuca) va
siempre unida a la de su alimento favorito: el bambú.
Este animal es un herbívoro altamente especializado
que se alimenta casi exclusivamente de esta planta con
elevado contenido en fibra, a pesar de que desciende
de animales principalmente carnívoros. Esta cuestión
siempre ha intrigado a los estudiosos de la evolución:
¿cómo se produjo un salto tan grande en los hábitos
alimentarios? A ello se le añade el hecho de que los
osos panda conservan una curiosa mezcla de caracteres:
por un lado, han desarrollado rasgos de herbívoros,
que incluyen el cráneo, la musculatura de la mandíbula
y dientes adaptados para dietas fibrosas, así como un
‘pseudo-pulgar’ que utilizan para manipular el bambú.
También han perdido la capacidad de percibir el umami,
un sabor muy asociado a la dieta carnívora.
Pero, por otro lado, los pandas gigantes tienen también
un tracto digestivo con enzimas y microbios intestinales
que se parecen más a los de los animales carnívoros.
Además, un trabajo publicado en su momento en la revista
Nature indicaba también que el panda tendría todos los
genes necesarios para ser un carnívoro.
Un nuevo estudio publicado en la revista Current Biology
sugiere que el cambio hacia una dieta vegetariana restringida
no supuso ese salto evolutivo tan grande que uno esperaría,
y que la mezcla de caracteres de herbívoros y carnívoros
observada en este entrañable animal también tiene su
lógica. Los investigadores, de la Universidad de Sydney
(Australia) y de la Academia de Ciencias de China utilizaron
un enfoque que, más que centrarse en la fuente de alimento
del animal, explora las cantidades de macronutrientes
de su dieta.

Los resultados revelaron que, a pesar de que la dieta
del oso panda se basa exclusivamente en plantas, por
su contenido en proteínas y carbohidratos se parece
más a la de los súper carnívoros (especies que obtienen
más del 70% de su dieta de otros animales). En el panda,
el 50% de la ingesta de energía viene en forma de proteína,
lo que equipara su dieta a la de los lobos o los gatos
salvajes. Además, la composición de su leche materna
también es similar a la de otros carnívoros. “Si atendemos
a lo que comen, los osos panda son herbívoros, pero
si no supiéramos cuál es su fuente de alimento y analizásemos
solo la composición de los macronutrientes que absorben
para deducirlo, podríamos equivocarnos y decir que son
carnívoros”, explica Fuwen Wei, uno de los participantes
en el estudio.

Arte oriental con la clásica iconografía.
Estos hallazgos parecen ayudar a resolver las preguntas
sobre la historia evolutiva del oso panda, incluida
esa inusual transición desde su ascendencia carnívora
hasta la herbívoría altamente especializada. "De hecho,
la transición fue probablemente más superficial de lo
que se suponía, combinando una adaptación sustancial
a nuevos tipos de alimentos con cambios relativamente
más pequeños en el manejo de macronutrientes", indican
los autores en el trabajo. Este tipo de cambios incluiría,
por ejemplo, seleccionar las partes del bambú con menor
contenido en fibra. El equipo continuará estudiando
la evolución y la adaptación de la panda gigante, y
espera que los resultados de sus investigaciones puedan
ayudar a la conservación de esta especie amenazada.
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Los animales capturados con vida, incapaces
de adaptarse a la cautividad, morirían uno tras otro ante
la mirada de los niños ingleses, soviéticos o norteamericanos.
Por su parte China, que se hallaba por aquel entonces sumida
en un proceso que daría origen a profundos cambios sociales,
no tenía entre sus prioridades la de proteger a los pandas.
Muy al contrario, la creciente población china se adentraba
cada vez más en sus territorios para reconvertirlos en zonas
de cultivo, aprovechando los recursos madereros y expulsando
a los animales hacia parajes montañosos cada vez más recónditos
y dispersos. Junto a la presión cinegética, otra de las causas
que acabó por alertar al mundo sobre su posible desaparición
fue un episodio natural. A mediados de los setenta, en los
bosques frondosos que habitan los pandas se produjo un acontecimiento
cíclico que se da cada 80 años: la floración del bambú, que
precede a la muerte de la planta.
Más de 200 pandas aparecieron muertos por falta
de alimento. Este enorme animal, que puede alcanzar los 160
kilos de peso, se alimenta de manera casi exclusiva de tallos
tiernos, brotes y hojas de bambú que ingiere constantemente
durante doce horas al día. Tras este episodio que hizo descender
las existencias de bambú en las últimas zonas de distribución
de la especie, el gobierno chino pidió ayuda al exterior por
primera vez para salvar al panda, recurriendo para ello a
los expertos de la organización conservacionista WWF, que
en 1961 lo adoptó como logo y que en los años ochenta impulsó
el trabajo de un equipo de científicos dirigido por el eminente
biólogo de campo alemán, George B. Schaller, en la reserva
natural de Wolong para evitar su desaparición.
Todos sufrimos de dolores de barriga de vez en cuando
pero normalmente se pasan con un par de visitas al baño
o con medicación. Sin embargo, para los osos panda la
historia es completamente diferente. La digestión de
los osos panda nos muestra que tienen malestar estomacal
muy a menudo y que ésta podría ser la razón por la que
tienen tantos problemas para reproducirse. Normalmente,
tanto en pandas como en humanos, los dolores de barriga
se producen a partir de algún tipo de desequilibrio
en el estómago o en los intestinos. Muchas veces se
produce por bacterias transmitidas por los alimentos
que provocan una inflamación que expulsa rápidamente
lo que haya en los intestinos. El sistema digestivo
humano suele recomponerse bastante rápido y podemos
volver a comer una gran variedad de carnes, plantes
y carbohidratos que componen nuestra dieta, de ahí que
las intoxicaciones alimentarias no tengan efectos a
largo plazo en las personas sanas.
Sin embargo, no es lo mismo en el caso del panda gigante.
Estos animales pertenecen a la familia ursidae, al igual
que los osos pardos, los osos negros e incluso los osos
polares pero con la diferencia de que los pandas no
son ni carnívoros ni omnívoros y han evolucionado de
tal forma que prácticamente solo comen bambú. El cambio
a la dieta vegetal se produjo hace más de dos millones
de años. Los cuerpos de los pandas se han adaptado a
la dieta herbívora desarrollando unas mandíbulas más
fuertes para poder partir y masticar el bambú, así como
unas pezuñas en forma de pulgar para agarrar y desmenuzarlo.
Sin embargo, el sistema digestivo de los pandas todavía
no se ha adaptado y los problemas estomacales de estos
animales puede que tengan posibles repercusiones en
su reproducción y en su condición de especie amenazada.

A pesar de que han pasado millones de años desde que
los pandas dejaran de comer carne, el aparato digestivo
de los pandas se parece mucho al de los osos carnívoros
con un tiempo de procesamiento de la comida de menos
de 10 horas mientras que otras herbívoros, como el ganado,
retienen la comida en el estómago durante 24 horas,
o incluso más, lo que les permite un tiempo suficiente
para digerir los componentes de las plantas de forma
óptima. Esto explicaría por qué los osos panda se tiran
tanto tiempo comiendo: hasta 16 horas al día. Las gran
demanda de bambú por los pandas también contribuye a
su peligro de extinción. Existen aproximadamente 1800
pandas en estado salvaje y aunque los esfuerzos más
recientes para su conservación han tenido como resultado
incrementos moderados durante los últimos 10 años, la
cifra sigue estando cerca del 70 por ciento de las primeras
estimaciones en los años 70.
El mayor motivo de su declive se debe a una severa
pérdida de su hábitat. A día de hoy son apenas 28.000
kilómetros cuadrados: apenas la mitad o incluso un tercio
de lo que era su área anteriormente. El paso de los
pandas de omnívoros a herbívoros hace que sean especialmente
sensibles a la pérdida de hábitat natural. Los cambios
en la fuente de alimentación no solían ser un problema:
había bambú en abundancia y no hacía falta buscarlo.
Pero desde entonces el acceso a bambú de alta calidad
durante todo el año ha bajado drásticamente. El bambú
de mala calidad tiene muchos efectos, entre ellos puede
estar la causa de los problemas de barriga de los pandas.
Esto plantea un problema curioso para los pandas en
cautividad, donde puede que solo haya un tipo de bambú
y se tengan que usar galletas, verduras y frutas para
complementar la dieta panda.
Los pandas en cautividad sufren de problemas de estómago
crónicos y, como consecuencia, sus heces tienen aspecto
de moco (“mucoides”) y los pandas tienen falta de apetito.
En muchos casos, estos síntomas tienen como consecuencias
enfermedades digestivas severas como la colitis, una
enfermedad intestinal inflamatoria que conlleva una
inflamación crónica del tracto digestivo. Los mucoides
son gelatinosos y membranosos, parecidas a la capa mucosa
protectora que se produce en los tractos digestivos
de los mamíferos. Normalmente, esta capa protege al
animal contra patógenos invasores y contra daños físicos
causados por partículas de comida duras o punzantes.
Esto nos conduce a la hipótesis de que los mucoides
del panda pueden ser producto de un tracto gastrointestinal
de panda que expulsa su propia capa de mucosa.
Es posible que los pandas se desprenden de forma periódica
de este recubrimiento del tracto intestinal porque sus
intestino no se han adaptado del todo a solo consumir
plantas. Es posible que el alto contenido en fibra del
bambú puede desgastar el tracto intestinal, lo que podría
llevar a una respuesta inflamatoria que resulta en la
expulsión de esta capa mucosa. Esto y el dejar de ingerir
alimentos permitiría al oso panda restablecer la capa
mucosa y un microbioma sano. El punto en el cual empieza
a afectar al panda como especie y no solo a nivel individual
es el momento en el que se expulsa el mucoide. La mayoría
de las veces ocurre justo después de la temporada de
cría.
El malestar físico, la pérdida de apetito y los dolores
en el sistema digestivo podrían invalidar a un panda
hembra a la hora de gestar un feto hasta su nacimiento.
Esto podría ayudar a explicar por qué a los pandas en
cautividad les cuesta tanto reproducirse y sugiere que
los esfuerzos para mitigar los episodios de mucoides
podrían ayudar en dicho proceso. Según estos datos,
lo ideal seria una dieta a base de las variedades más
frescas de bambú. Esto es todo un reto para mucho zoos
en climas donde el bambú no cuenta con las condiciones
óptimas para su crecimiento, de ahí que las futuras
investigaciones deban investigar sobre otros suplementos
dietéticos para determinar la mejor dieta a la hora
de prevenir mucoides en los pandas en cautividad.
Así que la próxima vez que vayas a un zoo con osos
pandas y alguno esté de mal humor, recuerda que puede
ser porque les duele la barriga.
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El trabajo de WWF tuvo éxito, y con 67 reservas
naturales específicas y varios centros de cría en cautividad
en los que han nacido más de medio millar de ejemplares, todo
hace pensar que el panda esta fuera de peligro. El gobierno
chino mantiene una estricta vigilancia sobre los pandas, declarado
patrimonio nacional, con penas muy duras para todo aquel que
les cause daño. Asimismo mantiene un riguroso control sobre
los ejemplares que se hallan repartidos por diversos zoológicos
del mundo, entre ellos el Zoo Aquarium de Madrid. Gracias
a los esfuerzos de los conservacionistas y las autoridades
chinas, el futuro de la especie, que estuvo a punto de desaparecer
un siglo después de ser descubierta para la ciencia, es esperanzador.
Pero el constante aumento de la presencia humana
en sus territorios, la dispersión de los núcleos poblacionales
y la baja tasa de reproducción siguen suponiendo graves amenazas
para el panda gigante. Unas amenazas a las que se une ahora
la alteración de su hábitat por la crisis climática.
China liberó tres osos panda en
el ambiente silvestre de una reserva natural de la provincia
oriental china de Jiangxi a finales de 2019, según
anunció el Centro de Conservación e Investigación de
Pandas Gigantes de China. Fue la primera vez que un
oso panda era liberado a la naturaleza fuera de la provincia
suroccidental de Sichuan, donde para el final del año
pasado habían sido liberados 13 de ellos. El centro
informó que se celebró una reunión de expertos en Jiangxi,
en la que se decidió que uno o dos pandas fueran liberados
en la Reserva Natural Nacional Guanshan de Jiangxi.
La reserva tiene un clima templado y un ecosistema virtualmente
intacto, con abundantes recursos de bambú y poca actividad
humana, lo que es bueno para que vivan y se reproduzcan
tanto los osos panda como otros animales silvestres.
Jiangxi, una provincia del sureste de
China, se caracteriza por sus paisajes pastorales con
arrozales, ríos y montañas. Se ubica en el valle del
río Gan e históricamente ha pertenecido a importantes
rutas de comercio de norte a sur. En el noroeste, Jingdezhen
ha sido un centro de fabricación de porcelana por más
de 1,000 años. Actualmente, la ciudad tiene muchos estudios
y tiendas de alfarería, varios museos de cerámica y
los restos de un kiln imperial, dedicado a la fabricación
de porcelana, de la era Ming.
Investigadores del centro explicaron a
los expertos el entrenamiento que dieron para vivir
en su hábitat natural a los tres pandas, llamados Panwang,
Ranran y Yuner. Los tres animales tienen dos años de
edad. Panwang y Ranran son hembras y Yuner es macho.
Los especialistas también abordaron el tema de los métodos
de investigación del programa de reintroducción de pandas
gigantes y del medio ambiente de la reserva natural.
Los expertos llegaron a la conclusión de que los tres
pandas estaban listos para la reintroducción, y de que
la reserva satisface los requisitos del programa. El
programa de reintroducción de osos panda contempla la
liberación de pandas criados en cautiverio en sus áreas
de distribución histórica para vivir y reproducirse
después de ser entrenados para procurarse el alimento
y hacer frente a los peligros del bosque, con el fin
de reconstruir la población silvestre del animal.

Un panda gigante come bambú en el recién inaugurado
Parque de Conservación e Investigación del Panda Gigante
Jiawuhai, en el distrito de Jiuzhaigou de la provincia
suroccidental china de Sichuan, el 7 de noviembre de
2019.
Si quieres saber más sobre el panda consulta la página
de WWF dedicada a esta emblemática especie.

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