El batiscafo ruso Vitiaz alcanzó el punto más
profundo del planeta, conocido como la Fosa de las Marianas,
donde colocó un banderín con ocasión del 75 aniversario de
la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial,
según informó la Fundación de Investigaciones Avanzadas a
medios locales.
Vitiaz estableció el 8 de mayo un nuevo récord
mundial para un aparato submarino autónomo y no tripulado
al posarse a 10.028 metros de profundidad al primer intento.
La inmersión se prolongó por espacio de tres horas, tiempo
durante el que el aparato grabó imágenes del fondo marino
y realizó también un análisis cartográfico de esta zona del
océano Pacífico. La comunicación entre el batiscafo y la superficie
se efectuó en tiempo real y a través de canales hidroacústicos.
La Fundación de Investigaciones Avanzadas destacó que, a diferencia
de otros aparatos submarinos que alcanzaron el fondo de los
mares -el japonés Kaiko y el estadounidense Nereus-, el Vitiaz
funciona de manera totalmente autónoma. «Gracias al empleo
de elementos de inteligencia artificial en el sistema de mando
del aparato, éste puede eludir de manera autónoma obstáculos
en su camino, encontrar una vía de salida en espacios reducidos…»,
explicó.

El viceprimer ministro ruso, Yuri Borísov, destacó
que la inmersión del Vitiaz es un «gran logro» tanto de la
ciencia como para la industria de defensa nacional. Vitiaz
toma el nombre del buque soviético de investigación científica
que determinó en 1957 el lugar más profundo de la Fosa de
las Marianas: 11.022 metros. Hace un año el estadounidense
Victor Vescovo estableció un nuevo récord mundial al llegar
con su sumergible a una profundidad de 10.935 metros en los
riscos de las Marianas, veinte metros más que la marcha que
ostentaba desde 2012 el cineasta James Cameron.

Imagen del batiscafo.
Anteriormente el explorador y millonario estadounidense
Victor Vescovo descendió a casi 11.000 metros en la Fosa de
las Marianas y observó que también en estas aguas se acumula
basura humana. En la inmersión más profunda realizada por
un ser humano dentro de un batiscafo o pequeño submarino especialmente
diseñado para soportar grandes presiones, el inversionista
y explorador de Texas encontró algo que pudo haber observado
en la cuneta de casi cualquier calle del mundo.
Victor Vescovo, un oficial naval retirado cofundador
y socio administrativo de la compañía de capital privado Insight
Equity Holdings, ha explicado que hizo el inquietante descubrimiento
al descender casi 10.928 metros en aguas de la Fosa de Marianas
del Océano Pacífico (al sureste de las islas Marianas, cerca
de Guam al este de Filipinas), que es el lugar más profundo
de la Tierra. Su buceo marcó el récord de unos 16 metros mayor
profundidad que el descenso más profundo en estas condiciones,
establecido en 1960. Vescovo encontró especies por descubrir
mientras visitaba lugares a los que ningún humano había ido
antes. En una ocasión, pasó cuatro horas en el suelo de la
profundad marina, observando la vida oceánica que iba desde
antrópodos con forma de camarón con patas largas y antenas
hasta “cerdos de mar” translúcidos, similares a un pepino
de mar.
También vio objetos angulares de metal o plástico,
uno con escritura en él. ”Fue muy decepcionante ver la contaminación
humana obvia en el punto más profundo del océano”, dijo Vescovo
en una entrevista concedida a Reuters.
Según las Naciones Unidas, los desechos plásticos han
alcanzado proporciones epidémicas en los océanos del
mundo, con un estimado de 100 millones de toneladas
vertidas allí hasta la fecha. Los científicos han encontrado
grandes cantidades de micro plástico en las entrañas
de los mamíferos oceánicos que habitan en las profundidades,
como las ballenas.
Descubrir restos de origen humano en la zona más profunda
del océano debe hacer reflexionar a nuestra especie
sobre los daños que causamos al planeta.

Victor Vescovo descubrió esta partícula
de posible origen humano.
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Victor Vescovo esperaba que su descubrimiento
de la basura en la Fosa de las Marianas aumentara la conciencia
sobre el vertido en los océanos y presionara a los gobiernos
para que hicieran cumplir las regulaciones existentes, o estableciera
otras nuevas. ”No es un gran depósito de recolección de basura,
a pesar de que se trata como tal”, dijo Vescovo sobre los
océanos del mundo.
Fue la tercera vez que los humanos se sumergieron
en el punto más profundo del océano, conocido como Challenger
Deep. El cineasta canadiense James Cameron fue el último en
visitar en 2012 en su submarino, alcanzando una profundidad
de 10.908 metros. Antes de la inmersión de Cameron, la primera
expedición a Challenger Deep fue realizada por la Armada de
los Estados Unidos en 1960 (con el oficial Don Walsh como
protagonista), alcanzando una profundidad de 10.912 metros,
indica Reuters.

Otra muestra de porqueria humana a gran profundidad.
El 23 de enero de 1960 Jacques Piccard fue el
segundo en alcanzar la máxima profundidad marina en un batiscafo
denominado “Trieste” diseñado y construido por su padre Auguste
Piccard también ingeniero y explorador. Lo hizo acompañado
del teniente de la Marina estadounidense Donald Walsh en la
fosa de las Marianas alcanzando el lecho del océano. La profundidad
del descenso fue calculada en 10.916 metros (35.813 pies),
pero unas mediciones hechas en 1995 determinaron un nuevo
valor, y se calculó la profundidad real del Challenger Deep
en 10.911 m. El descenso tardó cinco horas y los dos hombres
estuvieron en el fondo oceánico cerca de veinte minutos antes
de la subida, que demoró 3 horas y 15 minutos. El 26 de marzo
de 2012, el director de cine James Cameron repitió la hazaña
con un mini-submarino, logrando el récord de inmersión en
solitario en la fosa Challenger.
Cuando hablamos de turismo submarino nos imaginamos
parapetados con un traje de neopreno y una bombona de
oxígeno listos para explorar los misterios de los mares.
Pero existe otro tipo mucho más relajado que se puede
realizar con ropa cómoda mientras se disfruta de un
refresco. Por este último formato aboga el fabricante
de submarinos privados Triton con algunos de sus desarrollos
que buscan llevar el turismo submarino a otro nivel.
La última de las creaciones es un vehículo diseñado
íntegramente para el disfrute de sus pasajeros pudiendo
albergar hasta 24. Triton Submarines, con base en la
estadounidense Florida, comenzó sus andaduras en el
2007. Estos 13 años les han permitido posicionarse como
una compañía importante en el mundo de los submarinos
privados consiguiendo incluso algunos récords de inmersión.
El DeepView 24, como así se llama, promete hacer las
delicias de sus ocupantes está fabricado casi completamente
en cristal. La tripulación al mando compuesta por un
piloto y un copiloto puede descender hasta 100 metros
de profundidad gracias a los cristales de 14 centímetros
de grosor, tal y como recogen en New Atlas. El modelo
24 corresponde con la primera aproximación a un nuevo
concepto de submarinos que el fabricante está desarrollando,
capaces de albergar desde 12 hasta 66 ocupantes.

Se basan en una fórmula modular a la carta del comprador.
Se van añadiendo 'anillos' de seis asientos hasta alcanzar
las 66 plazas como máximo. El modelo de 24, como referencia,
tiene una longitud de 15,4 metros y un peso de 55 toneladas.
Para mantener unos ascensos y descensos estables, el
sistema elegido por Triton para el DeepView utiliza
un lastre variable de 1.800 kilogramos además de un
lastre principal fijo de 4 toneladas. Además, tanto
propulsión como la dirección son eléctricas empleando
dos motores de 20 kW como planta principal y 4 motores
de 12.6 kW como auxiliares.
La batería de plomo-ácido (nada de ion litio en este
caso) consigue almacenar 240 kWh proporcionando hasta
14 horas de turismo submarino. Más que suficiente para
unos cuantos paseos bajo las aguas en un día. La velocidad
máxima es de 3 nudos (algo más de 5 kilómetros por hora).
Una de sus bazas se encuentra en la cubierta superior
donde se ha diseñado una escotilla especial adecuada
para "pasajeros con movilidad reducida", según anuncia
la marca. Según Triton, el primer DeepView 24 lo ha
construido para una cadena de resorts de lujo en Vietnam.

Triton Submarines también tiene entre sus logros el
haber diseñado y construido el DSV Limiting Factor.
Una especie de ascensor que baja hasta profundidades
jamás visitadas por un humano en persona. El año pasado,
consiguió descender al Abismo de Challenger, situado
dentro de la reconocida Fosa de las Marianas, en el
océano Pacífico.
El sumergible DSV Limiting Factor está diseñado para
albergar a dos ocupantes por un periodo máximo de 4
días sin que necesiten de ayuda exterior. La hazaña
lograda en 2019 consiguió descender a un humano a 10.928
metros de profundidad rompiendo el récord situado en
10.912 metros logrado en 1960. La ficha técnica certificada
del sumergible pone el límite en los 11.000 metros de
profundidad. La hoja de especificaciones recoge que
el DSV Limiting Factor ha sido probado con una presión
equivalente a 14.000 metros, ofreciendo un margen de
seguridad prudente. En el interior hay espacio suficiente
para un piloto y una persona, el grosor del caso está
fabricado con una aleación de titanio y mide 9 centímetros
de espesor.
La batería principal de 65 kWh puede acumular energía
para 96 horas de inmersión y puede extenderse otras
106 horas en modo de soporte vital de emergencia. La
velocidad de desplazamiento lateral es de 5 kilómetros
por hora y la de descenso alrededor de 2 kilómetros
por hora.
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