Visita de 1300 niños parisinos, Jeanne Added en concierto,
show luminoso especial ... Para celebrar los 130 años de su
abertura al público, la Torre Eiffel diseñó
un programa memorable. El 15 de mayo de 1889, la Torre Eiffel
se abría al público, al igual que la Exposición Universal
de París, de la cual era su atracción estrella. Para celebrar
ese aniversario, la Torre Eiffel ofreció a Paris una
jornada del 15 de mayo de 2019 festiva y encantadora.
El 15 de mayo, por la tarde, 1300 niños de los centros de
ocio parisinos, de 6 a 12 años de edad, fueron los nvitados
de honor. El programa comprendió una visita al 1º y
2º pisos de la Torre sazonada, entre otros detalles, de historias
y anécdotas a cargo de los agentes de acogida.
De 20:30 a 21:30, la Torre Eiffel acogió a Jeanne
Added para un concierto gratuito en la explanada. Coorganizado
por el medio de comunicación cultural Cercle y su nueva plataforma
Drop, el concierto de la artista doblemente galardonada en
Les Victoires de la Musique 2019 se transmitirá en directo
en las páginas de Facebook de Drop y de la Torre Eiffel.
Después del concierto, un show luminoso inédito cerró
con broche de oro esta jornada excepcional a partir de las
22 horas. Firmada por el escenógrafo Bruno Seillier, autor
del mítico espectáculo Dame de Cœur en la catedral de Notre
Dame, y producida en asociación con EDF, una empresa multinacional
francesa de generación y distribución eléctrica, esta obra
fulgurante relata la historia de la Torre Eiffel desde su
nacimiento hasta la actualidad. El espectáculo, de unos diez
minutos de duración y proyectado cada hora entre las 22 horas
y la medianoche, exhibió efectos visuales que no se
podrán ver en ninguna otra parte. El mejor punto de vista
para admirar este espectáculo se situó a nivel de la
explanada y los jardines del Trocadero. El show luminoso se
repitió durante las dos siguientes noches del 16 y
17 de mayo, después del atardecer.
La Torre Eiffel (Tour Eiffel, en francés), inicialmente
llamada Tour de 300 mètres (Torre de 300 metros) es una estructura
de hierro pudelado diseñada inicialmente por los ingenieros
civiles Maurice Koechlin y Émile Nouguier y construida, tras
el rediseño estético de Stephen Sauvestre, por el ingeniero
civil francés Alexandre Gustave Eiffel y sus colaboradores
para la Exposición Universal de 1889 en París.4 Situada en
el extremo del Campo de Marte a la orilla del río Sena, este
monumento parisino, símbolo de Francia y de su capital, es
la estructura más alta de la ciudad y el monumento que cobra
entrada más visitado del mundo, con 7,1 millones de turistas
cada año. Con una altura de 300 metros, prolongada más tarde
con una antena hasta los 324 metros, la torre Eiffel fue la
estructura más elevada del mundo durante 41 años. Fue construida
en dos años, dos meses y cinco días, y en su momento generó
cierta controversia entre los artistas de la época, que la
veían como un monstruo de hierro.
Tras finalizar su función como parte de las
Exposiciones Universales de 1889 y 1900, fue utilizada en
pruebas del ejército francés con antenas de comunicación,
y hoy en día sirve, además de atractivo turístico, como emisora
de programas radiofónicos y televisivos.
La torre Eiffel es ‘la gran dama de hierro’
que preside París, y es el emblema más conocido de Francia.
Un hito arquitectónico del siglo XIX que tuvo lugar para la
Exposición Universal de París de 1889, pero no fue hasta el
15 de mayo de ese mismo año que se abrió al público. Las obras
empezaron el 28 de enero de 1887 y tardaron dos años en finalizarse,
costó casi ocho millones de francos de la época, y participaron
en la obra 250 obreros y 50 ingenieros. La torre es un proyecto
de Gustave Eiffel del que recibe su nombre. Pero estos datos
son bastante conocidos, así que vamos a contar algunas anécdotas
para los que decidan visitar la Ciudad de la Luz y su famoso
símbolo.
El hierro pudelado que se empleó en la construcción
de la Torre Eiffel pesa unas 7.300 toneladas, más o menos.
Esto puede parecer una barbaridad, pero es un diseño «económicamente
ligero» teniendo en cuenta sus dimensiones (unos 325 metros
de altura y 125 metros entre los pilares de la base). De hecho
suele citarse como curiosidad sorprendente que la torre es
más ligera que el aire que hay en el «espacio que ocupa» a
su alrededor. Se puede calcular que el cilindro de aire que
la abarcaría, con un radio de 88m y 325m de altura tiene unos
8 millones de metros cúbicos. Teniendo en cuenta su densidad,
todo ese aire pesaría un total de unas 10.000 toneladas, más
que la propia torre. Incluso si habláramos de un «prisma de
aire» más ajustado, de base cuadrada de 125 x 125m con 325m
de altura, el aire de ese espacio pesaría unas 6.200 toneladas,
también bastante cerca del peso total del hierro de la construcción.
Gustave presentó su proyecto a varias ciudades
antes que París, por lo que se dice que la torre Eiffel podría
haber estado en Barcelona para la Exposición Universal de
1888, pero su gran altura no encajaba en la ciudad por lo
que el Ayuntamiento lo rechazó. La gran estructura se concibió
como un armazón desmontable y temporal, pensada para durar
veinte años, sin embargo, en 1900, el ejército añadió una
antena de radio en su punto más alto lo que le permitió salvarse
de la destrucción.
En 1912, Franz Reichelt, un sastre de prestigio
e inventor, quiso probar un paracaídas que había construido
siguiendo los planos de Leonardo da Vinci. Decidió saltar
desde lo alto de la torre, el resultado fue que se precipitó
al vacío mientras un equipo de filmación registraba el incidente.
Murió a la edad de 33 años Durante la Primera Guerra Mundial
funcionó como radio militar para interceptar los mensajes
enemigos de Berlín. Y uno de los mensajes codificados trataba
sobre la agente H21, lo que permitió arrestar y condenar a
Margaretha Geertruida Zelle (Mata Hari) por espionaje. Fue
fusilada el el 15 de octubre de 1917.
Margaretha Geertruida Zelle (Leeuwarden, Países
Bajos; 7 de agosto de 1876-Vincennes, cerca de París, Francia;
15 de octubre de 1917), más conocida como Mata Hari (de matahari,
que en idioma malayo significa ‘Sol’, literalmente ‘ojo del
día’), fue una famosa bailarina, cortesana y espía neerlandesa.
Con las danzas brahmánicas y orientales triunfó en Europa.
Durante la Primera Guerra Mundial, realizó labores de espionaje
a favor de Alemania, por lo que fue detenida por las fuerzas
francesas, declarada culpable de espionaje y traición, condenada
a muerte y ejecutada por fusilamiento el 15 de octubre de
1917 en la Fortaleza de Vincennes.
Pero una de las anécdotas más divertidas la
protagonizó Victor Lustig, en 1925, un excelente timador que
tuvo la gran idea de vender la torre Eiffel haciéndose pasar
por un representante del gobierno. Alegó que el Ayuntamiento
no podía mantener tal estructura y quería venderla. Con su
encanto consiguió embaucar a un comerciante, André Poisson,
que no lo denunció por vergüenza.
¿Un banco de Kansas, la Torre Eiffel,
Al Capone? Esta es una pequeña lista de las estafas cometidas
por el “rey de los estafadores”. Victor Lustig era hijo del
alcalde de Hostinne, República Checa. Tenía grandes dotes
para los idiomas y para los juegos de azar como el poker o
el billar. Dedicándose mucho tiempo a estas actividades, consiguió
hacerse un hueco entre la alta sociedad americana, haciéndose
pasar por el “Conde Von Lustig”.
Databa el año 1924, el estafador se dirigió
al Banco de Kansas con la intención de comprar dos propiedades
con dos bonos de US$ 25.000. El banco comprobó que eran auténticos
y dio un crédito de US$ 10.000. En algún momento del intercambio,
Lustig hizo un intercambio entre los billetes verdaderos por
los falsos, estafando así al banco. Cuando descubren la estafa,
desde el banco mandan a dos detectives y, finalmente, lo encuentran.
Pero este les hace chantaje, al decirles que los clientes
no depositarían su confianza en ellos si sabían que habían
sido estafados. Todo se resolvió, siendo Lustig recompensado
con US$ 1.000 para que guardase silencio.
El monumento más emblemático de Francia tenía
problemas económicos. Lustig se enteró y se hizo pasar por
el Segundo Director General de la Torre para así informar
a cinco grandes empresarios de sus intereses por demoler dicho
monumento. Tras comunicar esto, a los días recibía sus respectivas
ofertas y decidió aceptar la de André Poisson. Además de venderle
la Torre Eiffel, aprovechó para hacerle un soborno extra.
A los meses, siguió el mismo procedimiento, pero con otro
comprador.
Al Capone cayó en su red, ya que el estafador
le habló sobre un negocio en el que solo tendría que invertir
US$ 50.000.
También, participó en otras estafas con farmacéuticos
y químicos, fabricando billetes falsos y distribuyéndolos.
Y era muy conocida su “máquina de dinero”, en la que metía
US$ 100 y demostraba que “copiaba” los billetes. El problema
llegaba después, cuando vendía la máquina y tras salir dos
billetes de 100, solo salían papeles en blanco. Pero Lustig
ya se encontraba muy lejos cuando descubrían la estafa. Finalmente,
fue denunciado y en el mismo juicio logró escapar, aunque
a los pocos días fue capturado y le dieron 15 años para cumplirlo
en la cárcel de Alcatraz, en la que estaba recluido Al Capone.
Después de cumplir la condena, se retiró a Florida y falleció
de una neumonía en 1947.
En 1940 París estaba ocupado por los nazis,
y el 28 de junio de ese año, Hitler visitó la ciudad con especial
predilección por la torre, pero lamentablemente para él no
pudo contemplar las vistas desde lo alto, ya que la resistencia
había cortado los cables de los ascensores para que no pudieran
subir, la alternativa eran 1.665 escalones, por lo que descartaron
su ascenso.
Pero esta edificación levanta pasiones, tanta
que una estadounidense llamada Erika LaBrie cuando la visitó,
en 2004, se enamoró de ella. Así que decidió casarse con la
estructura, su boda tuvo lugar en 2007 y cambió su nombre
por el de Erika Eiffel. Es fundadora de OS Internationale
, una organización para quienes desarrollan relaciones significativas
con objetos inanimados . De la torre Eiffel se han hecho muchas
copias, más de 30 repartidas por todo el mundo, como la del
hotel y casino París Las Vegas en Estados Unidos, o la de
Tianducheng, a las afueras de Hangzhou en China, o la de Grecia
que mide 26 metros de altura o la de México en Durango, entre
otras. Pero ninguna es tan bonita y espectacular como la real.
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Cronología fotográfica.
Cimientos de la Torre Eiffel, durante su fase
inicial el 28 de enero de 1887.
Además de recibir una subvención, Eiffel creó
una sociedad para financiar el proyecto y encargó su diseño
a los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier. El arquitecto
Stephen Sauvestre le dio su aspecto definitivo.
El material principal de la torre es el hierro,
muy asequible para la época puesto que se fabricaba en grandes
cantidades.
Su material principal generó igualmente mucha
polémica, ya que muchos arquitectos de la época veían en la
estructura un monstruo de hierro.
Unos 250 obreros y alrededor de 50 ingenieros
participaron en las obras, que costaron casi 8 millones de
francos de la época (casi 2 más de lo inicialmente previsto).
Los obreros que trabajaron en la construcción
de la torre Eiffel demostraron ser inmunes al vértigo. De
hecho durante las obras tan solo se produjo un accidente mortal
que ocurrió además fuera del horario de trabajo.
El 16 de julio de 1888, miembros de la Sociedad
Central de Arquitectos visitan las obras para inspeccionar
la estructura.
En un principio fue llamada Torre de los 300
metros, que fue su altura original. Posteriormente se alargó
hasta los 324 con la colocación de su antena y en su época
se convirtió en la estructura más alta del mundo construida
por el hombre. La Torre Eiffel pesa 10.000 toneladas, que
no es demasiado su tenemos en cuenta su tamaño. Esta es otra
de las razones por las que supuso un hito arquitectónico.
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«Protesta de los artistas contra la inútil y
monstruosa torre de Monsieur Eiffel, la erección en pleno
corazón de nuestra capital, semejante a una negra y enorme
chimenea de fábrica; la deshonra de París». Estas fueron las
palabras que ocuparon la portada del periódico Le Temps aquella
mañana. Gustave Eiffel (Dijon, 1832 – París, 1923) acababa
de firmar el convenio con el Estado y la Ciudad de París por
el que se le concedía durante 20 años el terreno para construir
la Torre Eiffel y una subvención que cubría una cuarta parte
del coste de su construcción.
El coloso iba a construirse con motivo de la
Exposición Universal de 1889 que conmemoraba el primer centenario
de la Revolución Francesa, y aquello no gustó a los cerca
de 50 firmantes de una carta abierta dirigida al Sr. Alphand,
curador de la Feria Mundial, que publicaba el medio: «Nosotros,
escritores, pintores, escultores, arquitectos, apasionados
aficionados por la belleza de París hasta ahora intacta, venimos
a protestar con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra indignación,
en nombre del gusto francés anónimo, en nombre del arte y
de la historia francesa amenazadas, contra la erección en
pleno corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa
torre Eiffel, a la que la picaresca pública, a menudo poseedora
de sentido común y espíritu de justicia, ya ha bautizado con
el nombre de Torre de Babel». Entre los que se oponían se
encontraban Charles Gounod, los escritores Guy de Maupassant
o Alexandre Dumas hijo, los pintores William Bouguereau o
Ernest Meissonier, o Charles Garnier, el arquitecto de la
Ópera de París. Pero la polémica y sus quejas se extinguieron
por sí mismas al finalizar la obra, el 31 de marzo de 1889,
frente a la innegable presencia de la Torre y al inmenso éxito
popular que obtuvo.
Alexandre Gustave Eiffel fue un ingeniero civil
francés. Se graduó en la École centrale des arts et manufactures
de París y adquirió renombre diseñando varios puentes para
la red francesa de ferrocarriles, de los cuales es especialmente
notable el viaducto de Garabit.
Su obra más famosa es la torre Eiffel de París,
pero a lo largo de su vida construyó numerosas edificaciones
que lo convirtieron en un referente mundial.
Tardó en estar lista 2 años, 2 meses y 5 días,
lo cual se consideró una auténtica hazaña técnica, que, lejos
de lo que se puede imaginar, se construyó para ser demolida.
Sí. La apuesta era «estudiar la posibilidad de levantar sobre
el Campo de Marte una torre de hierro, con una base cuadrada,
con 125 metros de lado y 300 metros de alto» y demolerla 20
años después de su construcción, en 1909. Sin embargo, la
instalación de una antena de radio en su punto álgido le valió
para evitar su destrucción, convirtiéndose progresivamente
en uno de los edificios más conocidos del mundo y en la insignia
de la ciudad del amor.
Cada una de las 18.000 piezas de la torre fue
diseñada y calculada antes de ser trazada al milímetro y ensamblada
por elementos de unos cinco metros. En la obra participaron
alrededor de 300 trabajadores entre ingenieros y diseñadores,
los mismos, que durante años fueron encargados de las renovaciones,
restauraciones y adaptaciones regulares a las que el monumento
es sometido para un público cada vez más numeroso. Y es que
la Torre Eiffel reúne cerca de 7 millones de visitantes al
año, de los cuales el 75% son extranjeros: «Con el paso de
los decenios, la Torre Eiffel ha visto proezas, iluminaciones
extraordinarias, visitantes prestigiosos. Es un lugar mítico
y audaz, que siempre ha inspirado a artistas y desafíos»,
expresan desde la Societé d’Exploitation de la Tour Eiffel
en su página web.
En el pequeño apartamento que se reservó
dentro del monumento.
La Torre Eiffel se montó con ayuda de andamios
de madera y pequeñas grúas a vapor fijadas a la misma estructura,
y aunque para la crítica no iba a ser más que un desacierto
arquitectónico, es hoy por hoy uno de los ejemplos más emblemáticos
de la arquitectura del hierro. La obra mide 305 metros de
altura – 320 si se tiene en cuenta la antena-, con una amplitud
máxima a nivel del suelo de 125 metros, y sus características
la convierten en una obra de arte personal e intransferible:
«Está enteramente construida con elementos de hierro forjado,
uno de los materiales más novedosos de esta etapa, con el
que se materializó ya no sólo la estructura sino también toda
su decoración, más funcional que estética».
Por supuesto, desde su construcción, la Torre
Eiffel ha sido escenario de numerosos acontecimientos de relevancia
internacional, encendido de alumbrados, espectáculos pirotécnicos,
campañas de pintura o destellos de luz y entre sus numerosos
visitantes célebres, ha atraído a rostros conocidos como la
actriz francesa Sarah Bernhardt, el Príncipe de Gales (futuro
rey Eduardo VII) y la Princesa de Gales, Jorge I de Grecia,
el Sah de Persia, el príncipe Balduino y hasta el Tercer Reich.
Hitler visitó París el 28 de junio de 1940 tras
invadir la capital francesa el 13 de ese mismo mes y firmar
el armisticio con el Gobierno de aquel país el 23. Permaneció
en la ciudad únicamente tres horas pero una de las visitas
obligatorias fue el ícono de la capital francesa, objeto de
un incendió que planeó para la noche del 24 de agosto de 1944,
y que no pudo ser. El ejército aliado llamaba a las puertas
de la ciudad, el Führer ordenó al general Dietrich von Choltitz
reducir a ruinas los edificios y puentes más emblemáticos
de la ciudad: «París no debe caer en manos del enemigo, salvo
siendo un montón de escombros».
Diplomacia, de 2014, narra el trabajo entre
bambalinas de aquellos días.
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Holocausto.
Si von Choltitz incumplía la orden, su familia
corría peligro en Alemania. Pero no la cumplió: «El objetivo
principal era la Torre Eiffel, el símbolo fuerte de la ciudad
desde que fue levantada en 1887. Sin embargo, también estaban
en la Lista negra el Arco del Triunfo, los Inválidos, el Palacio
de Luxemburgo, las calles ubicadas en los alrededores de la
Plaza de la Concordia y la Casa de la Ópera», señala el historiador
Robert Bevan, autor de La destrucción de la memoria: Arquitectura
de la Segunda Guerra Mundial.
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