La UE dice adiós a los plásticos de un solo
uso aunque España esperará hasta 2023. La venta de pajitas,
cubiertos, platos, bastoncillos de algodón y envases de poliestireno
para alimentos, entre otros productos de plástico de un solo
uso, está prohibida desde este sábado en el conjunto de la
Unión Europea, aunque la medida no entrará en vigor en España
hasta el 1 de enero de 2023, como parte de la Ley de residuos
y suelos contaminados, que se encuentra pendiente de tramitación.
La Comisión Europea aprobó en 2019 una directiva para la retirada
del mercado de los productos de plástico de usar y tirar,
en la que daba a los Estados miembros un plazo de dos años
para su transposición al ordenamiento jurídico nacional. Según
la norma europea, desde este 3 de julio de 2021 está prohibida
la venta de cualquier producto fabricado con plástico oxodegradable,
con microesferas de menos de 5 milímetros, como bastoncillos
de algodón, cubiertos de plástico, platos, pajitas, palitos
agitadores de bebidas, el palo de los globos, los recipientes
de poliestireno expandido y los vasos de ese mismo material.
La alternativa son productos similares pero fabricados de
papel, cartón o fibras naturales. También entran en vigor
en el conjunto de la UE una serie de obligaciones de marcado
para compresas, tampones higiénicos y aplicadores de tampones;
toallitas húmedas; productos del tabaco con filtros y vasos
de bebida. La norma prohíbe la introducción de estos productos
en el canal de distribución, pero el comerciante que ya lo
ha adquirido lo puede vender.

Sin embargo, el plazo marcado por la UE cumple
este sábado sin que España haya podido aprobar la legislación
que incluye esta transposición. La Ley de residuos y suelos
contaminados fue aprobada por el Consejo de Ministros el pasado
18 de mayo y ha iniciado ya su tramitación parlamentaria.
La elaboración del anteproyecto de ley arrancó tras la aprobación
de la normativa europea aunque el Ministerio para la Transición
Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) ha afirmado en una
nota informativa que la tramitación se vio ralentizada por
los dos procesos electorales que tuvieron lugar en 2019 y
que no fue hasta la constitución del actual Gobierno, en enero
de 2020, cuando se reanudó el procedimiento. Actualmente,
la normativa está en la etapa de escuchar a los sectores y
no será hasta después del verano cuando comience su fase de
ponencia por lo que no se prevé que esté aprobada antes de
la primavera de 2022, según ha confirmado en declaraciones
a Europa Press el presidente de la Comisión para la Transición
Ecológica del Congreso y diputado de Unidas Podemos Juan López
de Uralde.
Pese a que la directiva europea no está aún
transpuesta al ordenamiento jurídico nacional, el MITECO asegura
que la prohibición debe ser efectiva desde este sábado y que
"no se debería introducir en el mercado español ningún producto
de plástico de un solo uso" de los especificados ni ningún
otro fabricado "con plástico oxodegradable". El ministerio
también recuerda en la nota informativa que el artículo 17
de la directiva europea insta a los socios a que pongan "en
vigor las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas
necesarias para dar cumplimiento a lo establecido" en la legislación,
"teniendo en cuenta el efecto directo de las directivas" comunitarias
cuyo plazo de transposición ha vencido, por lo que las prohibiciones
son "de directa aplicación en España" desde esta fecha. Pero
la nota informativa no especifica cómo se llevará a cabo este
cumplimiento ni se establece ningún régimen sancionador. En
España, Baleares ha sido la comunidad pionera en poner en
marcha esta legislación, ya que desde el pasado mes de marzo
está prohibida la venta en el archipiélago de productos desechables
de plástico, incluyendo -además de los contemplados en la
directiva europea- otros como bandejas de plástico destinadas
a empaquetar productos alimenticios o las anillas de plástico
en paquetes de bebidas.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto
Demográfico (MITECO) de España es un Departamento de
la Administración General del Estado responsable de
la propuesta y ejecución de la política del Gobierno
de la Nación en materia de lucha contra el cambio climático,
prevención de la contaminación, protección del patrimonio
natural, de la biodiversidad, de los bosques, del mar,
agua y energía para la transición a un modelo productivo
y social más ecológico, así como la elaboración y el
desarrollo de la política del Gobierno frente al reto
demográfico y el despoblamiento territorial. Desde 2020,
su titular es Teresa Ribera.

|
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Los productos desechables son aquellos que están
concebidos para ser utilizados en un corto plazo de tiempo,
sacrificando una mayor durabilidad por comodidad de uso y
un precio menor. En muchos casos, se trata de productos de
un solo uso, o de usar y tirar, aunque los que pueden tener
una durabilidad mayor, por ejemplo, los filtros de aire desechables
pueden durar meses, aunque indudablemente duran menos que
los filtros de aire lavables. El principal inconveniente de
esta clase de productos es su mayor impacto ambiental al tener
un ciclo de vida más corto que los productos duraderos. El
uso de este tipo de productos va en contra de las políticas
de minimización de residuos.
- Productos de pícnic: vasos, platos y cubiertos
de plástico y servilletas de papel.
- Guantes de plástico, utilizados por ejemplo
en los supermercados para recoger piezas de fruta.
- Llantas.
- Pañales y condones.
- Máquinas de afeitar desechables.
- Jeringas y agujas hipodérmicas descartables.
- Cámaras de un solo uso.
- Pilas no recargables.
En los últimos tiempos, la opinión pública defiende
cada vez más la necesidad de vivir bajo la premisa de un desarrollo
sostenible. Sobre todo en los países más industrializados
ha aumentado la conciencia respecto al agotamiento de los
recursos naturales y al efecto dañino que el modelo de economía
lineal provoca en el planeta. Consumimos productos que necesitan
de una gran cantidad de recursos naturales limitados (crisis
del carbón, del petróleo) y que tienen devastadores efectos
sobre la naturaleza. Un ejemplo lo tenemos en los pequeños
envases de plástico de un solo uso. Llevan años instalados
en nuestras vidas, facilitándonos las cosas. Nos hemos dado
cuenta hace relativamente poco que deben ser sustituidos por
otros.
A finales de 2018 BIC pidió que la Ley de Residuos
de Baleares no considerase mecheros y maquinillas de
afeitar como plásticos de un solo uso.


|
El 27 de marzo de 2019, el pleno del Parlamento
Europeo aprobó el acuerdo alcanzado en el Consejo de la Unión
Europea por el que a partir de 2021 se prohibirá la comercialización
de pequeños envases de plástico de un solo uso. En España,
el 16 de julio del año pasado se publicó una proposición de
ley para la prohibición, a partir del 1 de enero de 2020,
de la comercialización de plásticos de un solo uso. Llegado
este punto, resulta imprescindible hacerse dos preguntas antes
de abordar la búsqueda y aplicación de nuevas materias primas
en la fabricación de pequeños envases de un solo uso:
¿Van a seguir fabricándose envases de un solo
uso? Parece claro que su demanda no se verá reducida, por
lo que toda consideración acerca de la mayor duración de los
envases queda relegada. Así, quedan descartados recipientes
de cerámica, vidrio, acero, aluminio, etc., que necesitan
recursos naturales para su fabricación (y en ocasiones generan
un elevado impacto ambiental) y procesos de producción más
costosos económica y energéticamente.
¿Podrán ser sostenibles estos pequeños envases
de un solo uso? Para responder a esta pregunta es importante
tener claro qué se entiende por sostenible y por desarrollo
sostenible. Este concepto aparece por primera vez de la mano
del informe Brundtland y puede resumirse como “aquel que satisface
las necesidades del presente sin comprometer las necesidades
de las futuras generaciones”.
A partir de aquí, parece claro que la sostenibilidad
debe estar presente en cada una de las etapas de producción
de estos envases, a través de:
1) La selección adecuada de materias primas,
evitando aquellas que erosionan la tierra, que sean recursos
naturales no renovables o que se empleen en alimentación humana.
2) Procesos de producción ambientalmente saludables.
3) La posibilidad de fabricarlos en los lugares
de consumo, evitando una alta huella de carbono que lesionaría
gravemente el concepto de sostenibilidad.
4) Una alta degradabilidad del envase una vez
haya realizado su función.

De acuerdo a las premisas anteriores, una materia
prima idónea es, sin duda, el residuo generado en la actividad
agrícola, también conocido como biomasa vegetal o biomasa
lignocelulósica. La agricultura, una actividad imprescindible
para la humanidad, produce cada año enormes cantidades de
residuos que, dado su composición mayoritaria en celulosa,
hemicelulosas y lignina, deben y pueden ser valorizados. Se
estima que el ratio fruto/residuo está entre el 0,5 y 1,2,
por lo que la cantidad anual de residuos que se generan es
muy elevada. Si los utilizamos para fabricar nuevos productos,
estaríamos empleando una materia prima no destinada a alimentación
humana.
Además, podemos aplicar tratamientos ambientalmente
favorables de la biomasa vegetal. La naturaleza estructural
de estos residuos permite usar reactivos como el hidróxido
sódico (empleado en el curado de las aceitunas) y operar en
condiciones suaves, con el consiguiente ahorro económico,
tanto en el montaje de la instalación como en el ciclo productivo
(menor gasto energético). Los residuos agrícolas consumen
recursos humanos y materiales. Valorizarlos cerca de la explotación
agrícola se traduce en un aumento de la rentabilidad de la
actividad (se recibirían menos subsidios). Por otro lado,
la creación de pymes en las zonas rurales agrícolas permitiría,
además de la valorización de los residuos y la disminución
de la huella de carbono, la creación de puestos de trabajo,
algunos cualificados. Sería, por tanto, extremadamente útil
en la lucha contra la despoblación rural. Finalmente, dada
la naturaleza del residuo, los envases serían biodegradables
y podrían ser compostados o vermicompostados.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------



--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
|