Desde su fundación, Valencia ha sido
la capital de la taifa de Valencia, del reino de Valencia,
de la Segunda República Española y de la actual Comunidad
Valenciana. Debido a esto, en los últimos años se está
trabajando en la redacción de la Carta de Valencia,
la cual tendría rango de norma autonómica, y regularía
la gestión, organización y competencias de la capital
de la Comunidad para contribuir a esclarecer y a delimitar
las competencias propias del Ayuntamiento de la ciudad,
así como para establecer la dotación económica presupuestaria
para llevarlas a cabo.
Valencia es una de las ciudades más antiguas
de España, ya que se fundó con el nombre de Valentia
Edetanorum por unos dos mil colonos romanos en el año
138 a. C., en tiempos del cónsul Décimo Junio Bruto
Galaico. Esta era una ciudad clásicamente romana en
su concepción, ya que se ubicó en un lugar estratégico
cerca del mar, una isla fluvial atravesada por la Vía
Augusta, que comunicaba la actual Andalucía (Bética)
con la capital del imperio (Roma). El núcleo principal
de la ciudad se localizaba en el entorno de la actual
plaza de la Virgen. Allí se encontraba el foro y el
cruce del Cardo y el Decumano, que eran y siguen siendo
los dos ejes principales de la ciudad. El Cardo corresponde
a las actuales calles Salvador-Almoina y el Decumano
a la calle de los Caballeros.
Museo de la Almoina, de obligada visita.
Unos siglos después, coincidiendo con
las primeras oleadas de pueblos germánicos y con el
vacío de poder dejado por la administración imperial,
la iglesia asumió las riendas de la ciudad y los edificios
de culto cristiano fueron reemplazando los antiguos
templos romanos. Con la invasión bizantina del sudoeste
de la península en 554 la ciudad cobró una importancia
estratégica, instalándose en ella contingentes militares
visigodos. Tras la expulsión de los bizantinos en el
625 se inicia una etapa oscura, mal conocida por la
historia y apenas documentada por la arqueología, que
parece testimoniar un tono de vida urbana muy bajo.
Durante el período visigótico fue sede episcopal de
la iglesia católica, sufragánea de la archidiócesis
de Toledo que comprendía la antigua provincia romana
Cartaginense en la diócesis de Hispania.
El mayor auge de la ciudad empezó con
los reinos de taifas (siglo XI), uno de los cuales era
el de Valencia. La ciudad creció, y en tiempos de Abd
al-Aziz (siglo XI) se edificó una nueva muralla de la
cual se conservan restos por toda Ciutat Vella. El noble
castellano Rodrigo Díaz de Vivar (el Cid Campeador)
entró en Valencia, quedando la ciudad en manos de tropas
cristianas entre los años 1094 y 1102 estableciendo
un señorío independiente en Valencia. Tras la muerte
del Cid, su esposa Jimena, convertida en señora de Valencia,
consiguió defender la ciudad con la ayuda de su yerno
Ramón Berenguer III durante un tiempo. Pero en mayo
de 1102, ante la imposibilidad de defender el principado,
la familia y gente del Cid abandonaron Valencia con
la ayuda de Alfonso VI, no sin antes desvalijar e incendiar
la ciudad. Así, Valencia fue conquistada al día siguiente
de nuevo por los almorávides, que restauraron el culto
musulmán. La decadencia del poder almorávide coincidió
con el ascenso de una nueva dinastía norteafricana,
los almohades, que se hicieron con el control de la
península a partir del año 1145, aunque su entrada en
Valencia se vio frenada por Ibn Mardanis, monarca de
Valencia y Murcia, hasta el año 1171 momento en el que
finalmente la ciudad cayó en manos de los norteafricanos.
Fracción de dinar de Al-Mamún, rey de
la Taifa de Toledo y Valencia.
En 1238, la ciudad fue conquistada por
Jaime I con la ayuda de tropas de las órdenes militares.
Tras la victoria cristiana, la población musulmana fue
expulsada y la ciudad repartida entre aquellos que habían
participado en la conquista, de lo que queda testimonio
en el Llibre del Repartiment. Jaime I otorgó a la ciudad
unas nuevas leyes, los Fueros de Valencia (els Furs),
que años después hizo extensivas a todo el reino de
Valencia. A partir de este momento, comenzó en la ciudad
una nueva etapa histórica de la mano de una nueva sociedad
y de una lengua, las cuales sentaron las bases del pueblo
valenciano tal y como se conoce hoy en día.
Entrada triunfal de Jaime I en Valencia.
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Juez y Verdugo: ¿Desde dónde viene esta
pasión por el arte?
Cesar Caminart: Me gustaba la historia
desde el Instituto. Era para lo que en principio iba encaminado
pero para aquellos que hicimos bachillerato y cou, la asignatura
de historia del arte me atrapó y en el último momento cambié
historia por historia del arte, estamos hablando de cuando
yo tenía 17 años. Patrimonio y arte ganaron por encima de
la propia historia que ya había estudiado tanto en segundo
de BUP como en tercero. Siendo menor de edad, el arte tuvo
algo que me atrapó.
JyV: Recuerdo que en aquellos años tuve
varios profesores de esa materia y algunos consiguieron transmitir
mejor que otros la magia por aprender nuestro pasado.
C: Requiere tener mucha pasión y mucha
didáctica para transmitirlo. Son muchos datos, muchos nombres
y evidentemente no vas a recordarlos todos. Pero ayudándote
con la voz y el lenguaje corporal tienes un gran paso dado
ya.
JyV: ¿Cómo surge la idea de hacer las
rutas?
C: La idea nace en el año 2011, aunque
no con ese nombre. La Universidad de Valencia organizaba cursos
de emprendimiento para futuros empresarios. Yo tenía la inquietud
de independizarme de las diferentes empresas en las que colaboraba
como guía turístico, hablamos del año 2004. Y es entonces
cuando nos juntamos varias personas, Sara, Rosa, Esteban y
yo, para iniciar un proyecto dedicado al patrimonio, sobretodo
visitas guiadas para el público local y la gestión cultural.
La iniciativa cumplió 7 años el pasado Noviembre, coronavirus
mediante.
Ahora quedo yo al frente del proyecto.
JyV: Quizás era una forma de autoemplearse.
C: La mejor salida para organizar las
presentaciones tal y como nos gustaría hacerlas. Apartar un
tipo de visitas más enfocado a un turismo más internacional
o nacional en el que todo es mas a, b y c. En Caminart se
recorren todas las letras del alfabeto, por así decirlo. Se
enfoca de una forma totalmente diferente. Se ahonda no solo
en la historia y el patrimonio, sino que el urbanismo y la
propia sociedad son parte fundamental. Enriqueces la experiencia
en la que se suele explicar un monumento, las fechas y algunos
datos pero sin contextualizar. Desde un principio se apuesta
por un turismo transversal, con el que puedes interactuar,
charlar …
Se evita el monólogo y el visitante siente que
forma parte de la experiencia, aportando datos que por edad
o conocimientos vividos de primera mano, pasan a formar parte
para futuras visitas.
JyV: He podido conocer Caminart en acción
y puedo decir que es otra historia diferente, nunca mejor
dicho. Cara al turismo más generalizado, sueles obtener rincones
más habituales, con datos relativamente familiares. Esas bromas
de los canteros que muchos valencianos conocemos o el uso
que se le daba a ciertos lugares, como la Lonja. Me pareció
aburrido. Como has indicado, se trató de un acto que recordaba
a Gila y su monólogo de los viajes organizados. Con Caminart
sentí que le dabais una vuelta de tuerca y, recorriendo las
mismas calles, nueva información expuesta de manera diferente
me hizo sentir extraño en mi ciudad.
C: La intención es hacerlo dinámico
y divertido. Dejar un buen recuerdo.
JyV: Háblame de las rutas.
C: Rozamos la veintena de rutas, cada
una con su personalidad. Aunque muchas de ellas las hacemos
bajo demanda, por las características que puedan tener. Aproximadamente,
de forma mensual vamos rotando. La que destaca por encima
es Camins Negres. Si la memoria no me falla, empezamos a ofrecerla
en el año 2015. Es una ruta muy atractiva, es nocturna, en
la que no solamente se habla de crímenes. La criminalidad
desde el Siglo XV como asesinatos o ejecuciones hasta el Siglo
XIX, como partes de Valencia que hasta hace unos años eran
desconocidas. Si has asistido a la Facultad de Historia, si
has consultado manuales, verás por ejemplo que de los antiguos
burdeles hay mucha documentación pero quizás en las rutas
no se trata mucho o se nombra de soslayo.
Visitamos el espacio físico, hablamos de la
Casa de las arrepentidas, para aquellas mujeres que de forma
voluntaria en un principio y luego ya en ciertas fechas del
calendario católico cristiano tenían que recluirse para no
ejercer su oficio en esos días. Hablamos de la constitución
de Valencia. Como estaba estructurada, las diferentes zonas,
el trabajo que hizo la Inquisición a partir del año 1480,
de las primeras persecuciones, de los conversos, de aquellos
judíos que habían optado por convertirse, tanto en 1492 con
el Decreto de los Reyes Católicos y en adelante. Conversos
ilustres como Lluís Alcanyís y su mujer Elionor Esparza, que
pasaron por la hoguera o parte de la familia del humanista
valenciano Lluís Vives son claros ejemplos de la forma de
trabajar y la obsesión por perseguir a estas personas.
Un paseo nocturno en el que los participantes recorren
las calles y espacios del centro histórico de Valencia
por los que pasamos a diario y que tienen una historia
oculta y oscura detrás. Entre los principales atractivos
de este recorrido se encuentran los lugares donde se
hacían las ejecuciones públicas en la Edad Media y Moderna.
¿Donde estaba la horca? ¿Que eran los
autos de fe? ¿El palacio de la Inquisición se
puede ver en la actualidad? ¿Y el hospital psiquiátrico?
Pues fue en Valencia donde se creó el primer manicomio
de la historia. Pero también el espacio donde se ubicaba
el burdel en el actual barrio del Carmen, el más grande
y famoso de la Europa medieval, ya que Valencia en el
siglo XV fue una de las ciudades más importantes y pobladas
del mediterráneo occidental.
Con tantos siglos de historia a sus espaldas, cada
rincón del casco antiguo de Valencia tiene su hecho
histórico, su leyenda o su misterio, y la noche es el
momento idóneo para deambular por las callejuelas de
Ciutat Vella bajo la luz mortecina de las farolas para
contar las historias desconocidas y los sucesos más
siniestros de la ciudad, siempre desde el rigor histórico.
El recorrido mezcla historia y cultura pero también
diversión, una buena combinación para quienes busquen
una noche de ocio alternativo. Esta ruta turístico-cultural
nocturna comienza en la puerta de la Biblioteca Pública
de Valencia, en la Calle del Hospital, nº 13, en el
entorno donde se encontraba el primer hospital psiquiátrico
del mundo.
Del barrio de Velluters y del lugar donde estaba el
Convento de las Arrepentidas se dirigen a la Plaça del
Mercat, donde se encontraba la horca, para hablar de
los ajusticiamientos medievales. La muerte estaba presente
en la sociedad valenciana, unas veces por enfermedad
o por epidemias como la peste, y otras a causa de la
Inquisición, la cual ejecutaba a las personas entre
auténticos espectáculos grotescos. Además de comentar
algunos de los métodos de tortura más frecuentes de
la Inquisición, se hace un repaso por la vida de algunos
de los personajes ajusticiados, como el de Elionor Esparza
o el de Cayetano Ripoll. Tras recorrer lugares misteriosos,
como el lugar donde se encontraba el antiguo cementerio
de la iglesia de Santa Catalina y el entorno de la Catedral
y la Plaza de la Virgen, entre otros lugares, la ruta
se dirige hacia la zona oeste del barrio del Carmen,
donde se encontraba el gran burdel de la ciudad, uno
de los puntos más interesantes de la visita. Desde el
siglo XIV al XVII, una zona de la ciudad estuvo reservada
para viviendas de las prostitutas, al estilo del Barrio
Rojo de Ámsterdam, y con nombre propio: "La Pobla de
les Fembres Pecadrius".
Era el mayor prostíbulo de la Europa medieval y tenía
una gran fama en el extranjero.
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JyV: Valencia es pequeña en tamaño pero
inmensa en su historia …
C: Valencia es inagotable en patrimonio,
mucho más de lo que podemos llegar a abarcar precisamente
por eso, porque es una ciudad que se puede ver desde numerosos
ángulos. No solamente desde el punto de vista de la historia
del arte sino que apuntando a izquierda y derecha, moviéndote
en 360 grados puedes percibir muchísimos matices que pueden
pasar inadvertidos.
Dibujo de 1.563 del pintor Anton van den Wyngaerde
donde se observa con detalle el puente. Al fondo, a la izquierda,
tenemos en la actualidad, la bajada de carruajes. Esta bajada
llegaba al nivel del agua cuando discurría el río Turia por
la ciudad.
Elionor Esparza era descendiente de judíos conversos
y miembro de una prominente família de la ciudad de
Valencia (España). Casada con el médico Lluis Alcanyís,
descendiente de una familia de judíos conversos de Xátiva
establecidos en Valencia, fue un eminente médico de
la época, autor de un opúsculo que fue entonces una
verdadera novedad en el panorama del combate de las
plagas y epidemias que diezmaban periódicamente a las
poblaciones del antiguo reino, Regiment preservatiu
i curatiu de la pestiléncia, sobre 1490, uno de los
exponentes de la ciencia judeo-conversa valenciana,
que la Inquisición se encargaría de liquidar en el primer
tercio del siglo XVI. Se puede seguir el calvario que
acompañó a los esposos desde su procesamiento (el promotor
fiscal de la Inquisición presentó ante el tribunal la
clamosa insumatio contra Elionor, es decir, la acusación
y petición de cárcel, el 13 de febrero de 1504, y se
supone que también contra Lluís) hasta la ejecución,
quemados vivos en el lugar destinado a tal menester
situado en el cauce del río Turia, al lado del actual
Jardín Botánico. Elionor fue quemada viva el 14 de septiembre
de 1505, mientras que el presidio de Lluís duró hasta
el 24 de noviembre de 1506, siendo ejecutado al día
siguiente mediante el mismo procedimiento, después de
confesar bajo torturas.
Elionor Esparza (Valencia. 1452-1505), fue quemada
viva frente a la puerta de los Apóstoles de la Catedral
de Valencia por “pertinaz, negativa y relapsa".
Juan Luis Vives (en valenciano, Joan Lluís Vives; en
latín, Ioannes Lodovicus Vives) nació el 6 de marzo
de 1492 (o 1493) en la ciudad de Valencia entonces perteneciente
al reino de Valencia en la actualidad Comunidad Valenciana
en España. La familia Vives era importante dentro del
núcleo de comerciantes judíos, religiosos y económicamente
acomodados en la ciudad de Valencia. Para proteger la
vida de sus familiares así como sus propiedades y evitar
así mismo el riesgo de ser expulsados, se vieron obligados
a convertirse al cristianismo. Sin embargo, siguieron
practicando el judaísmo en una sinagoga que tenían en
su casa y de la que era rabino un primo hermano de Juan
Luis, Miguel Vives. Pero la Inquisición descubrió a
Miguel y a su madre en la sinagoga en plena liturgia,
iniciándose así un proceso contra la familia Vives a
manos de la Inquisición.
En 1509, su padre, preocupado por el cariz que tomaba
el asunto, decidió enviar a su hijo a estudiar al extranjero.
Así, el otoño de 1509 Vives partió rumbo a París para
perfeccionar y ampliar sus conocimientos en la Universidad
de la Sorbona, centro de atracción de muchos estudiantes
de la Corona de Aragón y en el que enseñaban muchos
profesores españoles. Terminó sus estudios en 1512 alcanzando
el grado de doctor y se trasladó a Brujas (Bélgica)
donde vivían algunas familias de mercaderes valencianos,
entre ellas la de su futura mujer, Margarita Valldaura.
Recibió la noticia de que su padre había sido condenado
y quemado por la Inquisición en 1526, y su madre Blanca
March, muerta en 1508, desenterrada y sus restos quemados
en 1529. Inmerso en una depresión anímica, se trasladó
a Inglaterra después de rechazar una oferta para enseñar
en la Universidad de Alcalá de Henares. Vives no aceptó
por miedo a que la Inquisición le persiguiera y porque
tampoco disponía de medios económicos que le permitieran
viajar hasta su destino.
Estatua de Juan Luis Vives en Valencia, por Josep Aixa
Íñigo.
Los últimos años de su vida los dedicó a perfeccionar
la cultura humanística del señor de Nassau y Breda y
su esposa, Mencía de Mendoza. Se convirtió en un reformador
de la educación europea y en un filósofo moralista de
talla universal, proponiendo el estudio de las obras
de Aristóteles en su lengua original y adaptando sus
libros destinados al estudio del latín a los estudiantes;
sustituyó los textos medievales por otros nuevos, con
un vocabulario adaptado a su época y al modo de hablar
del momento. Su libro destinado a la enseñanza del latín
se editó en 65 ocasiones entre 1538 y 1649. Se han realizado
más de 600 ediciones. Propuso también la reforma de
la Sorbona, depurando su educación filosófica, dotando
de una gran calidad a su educación. En 1539 su salud
era ya muy delicada: padecía de dolores de cabeza y
una úlcera estomacal. La artritis degeneró en fuertes
dolores y el 6 de mayo de 1540 moría en su casa de Brujas
a causa de un cálculo biliar. Fue enterrado en la iglesia
de San Donaciano. Con la posterior destrucción de este
templo y las reformas urbanísticas, su tumba desapareció.
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JyV: La historia acaba dejando su impronta.
Son miles los acuerdos, los negocios, las conspiraciones,
batallas, ascensos y caídas de poder …
C: Necesitariamos al menos el mismo tiempo
para hablar de cada año.
JyV: ¿Cómo surge el fenómeno del mayor
burdel de Europa?
C: Supongo que coincide en el tiempo
con que la ciudad se convierte en una de las más importantes
del Mediterraneo. Recordemos que el Siglo XV, es el siglo
de oro valenciano, a todos los niveles, no solamente a nivel
literario, que quizás es lo más conocido, sino también a nivel
cultural, demográfico y económico por la pujanza de los gremios,
que son al fin y al cabo el fruto de la ciudad, lo que la
hace crecer. Se relaciona en muchos casos con la construcción.
Vivimos en un eterno bucle. Tenemos una pujanza y este sector
arrastra directa o indirectamente a todos los oficios relacionados,
en esa época se abre la Lonja, donde los mercaderes hacían
negocios y con una población que alcanzaría los 75.000 habitantes,
doblando a la ciudad de Barcelona en aquella época. El contraste
fue el Puerto de Valencia, que nunca se mantuvo a juego con
el resto de la ciudad y es tan solo a finales del Siglo XV
cuando deja de ser deficitario. Desde el año 1325 ya se conoce
la existencia de la prostitución y la demanda a su vez de
que no ejercieran en los llamados "bons carrers", es decir,
en las zonas más céntricas y concurridas y se les pone un
emplazamiento en concreto, alejado de la ciudad, donde actualmente
se monta la Falla Na Jordana.
Según cuenta la leyenda, el arzobispo
Mayoral construyó el Pont del Moro por pudor, porque
la gente que transitaba entre Alboraya y El Cabañal
pasaba por el camino de la Patacona y lo que hoy es
la calle de Gran Canaria y, siendo el barrio una auténtica
laguna, las mujeres tenían que levantarse las faldas,
mostrando las pantorrillas, a lo que se puso freno construyendo
el puente.
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JyV: Supongo que una buena base de datos
para estar bien informado es fundamental.
C: Después de tantos años con esta labor,
que a su vez, es una pasión acaparas una buena cantidad de
libros. En el paso por la Facultad adquieres muchos. Hay miles
de ediciones de miles de editoriales, manuales universitarios,
la propia bibliografía de esos manuales. La biblioteca de
la Universidad o las bibliotecas públicas municipales son
los lugares donde sueles buscar la información. E Internet,
donde consultas el trabajo de profesores que te han dado clase
en la Facultad y otros de otras Universidades, son artículos
de libre acceso donde te puedes ir documentando. Intentas
siempre acudir a fuentes fiables.
JyV: ¿Ha editado Caminart por su cuenta
algún libro?
C: El primero que nos encargaron fue
Valencia, ciudad de la seda, a petición de la Conselleria
de Turismo, una pequeña obra que salió en 2016 y en la que
condesamos toda la historia de la seda en Valencia, su conexión
con la ciudad actual, museos donde se pueden visitar los trabajos,
artistas que todavía trabajan con la seda en talleres donde
por ejemplo se realiza la vestimenta de las falleras o abanicos
que se realizan con ese material. Luego ya tenemos Mercados
de Valencia, un encargo específico de la Editorial Sargantana,
donde se recogen todos los mercados municipales de la capital
asi como el único mercado privado, el Mercado de la Valvanera.
Sobre todo en los años 80, se abandonó la costumbre de los
tenderetes de madera para pasar a un mercado cerrado.
Está situado en el barrio de La Creu Coberta, del distrito
de Jesús, aunque emocionalmente para muchos es el mercado
del barrio popular de L’Hort de Senabre, ya que se halla
en el linde de los dos barrios y su entrada principal
mira a Senabre. El Mercado de la Valvanera es una pequeña
joya arquitectónica, adelantada a su tiempo, muy bien
valorada pero “poco conocida”.
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JyV: Gracias a Internet puedes descubrir
fotos antiguas de la ciudad de Valencia. Una de las que más
me impresionó fue la construcción del Mercado Central, donde
se ven los pilares del sótano.
C: Es una imagen muy icónica, podemos
ver la cimentación y la fachada aún no se distingue. Y muchísimos
años después tenemos un parking enorme con surtidores para
vehículos eléctricos. El Central es el mercado, junto al de
Mossen Sorell, de referencia en Ciutat Vella. No es el más
antiguo en el tiempo. El del Grao, que ahora está a punto
de finalizar, si sería el más antiguo, sobre 1910.
Recreación del futuro interior del mercado del
Grao.
JyV: ¿Qué tipo de público acude a las
rutas?
C: En las rutas que hacemos los fines
de semana, viernes por la tarde, sábados y domingos, el público
que suele venir es local. Utilizamos el término turista pero
sería mejor hablar de paseantes o excursionistas, gente de
la propia ciudad de Valencia o del área metropolitana. Hemos
atendido a gente de Madrid. Con el AVE se plantan en Valencia,
le interesan este tipo de rutas, que ha conocido en Madrid
o en Toledo, donde también se realizan. Es un público de un
nivel cultural medio-alto, es gente que ya tiene unos conocimientos
previos, que leen historia, que les gusta la fotografía antigua,
que necesita conocer su ciudad o la ciudad a donde va, bajo
ese punto de vista. Es público que va desde los 20 años a
la mediana edad. O jubilados. No hacemos distinción con la
edad porque dentro de los grupos de 15 o 20 personas que organizamos
podemos ver a 4 amigos de 20 años, 3 matrimonios y alguna
persona suelta de más edad.
JyV: El día que os conocí en persona,
hice una ruta por el día y otra, Camins Negres, por la noche.
El grupo de la mañana, desde luego, más variado no podía ser.
En otras rutas más enfocadas al turismo de masas los integrantes
son más homogéneos.
C: Es cierto que cuando es una visita
concertada si te suele venir un grupo más parejo. Una asociación
de jubilados, de amas de casa …
En tiempos de los romanos, la playa deValencia comenzaba
en la plaza de Honduras. Cuando hicieron las obras para
el parking de J. J. Domine aparecieron restos del puerto
de mar de Tomàs Güelda, de finales del XVII. Siguiendo
la costa, el parking se halla a unos dos kilómetros
al norte de la desembocadura perdida y a ocho de la
nueva, la que trajo el Plan Sur.
En 1403 los jurados de la ciudad debatieron sobre una
propuesta que habría cambiado la historia de València
tal y como la conocemos. La intención era abrir un gran
canal para hacer que el agua del mar llegara hasta la
ciudad, de tal forma que el río estuviera siempre lleno
y la ciudad pudiera ser portuaria. Lo relata José Hinojosa
Montalvo en De Valencia a Flandes. La nave della fruta.
“El proyecto no pasó de tal en vista de las posibles
dificultades que acarrearía la obra (posibles inundaciones
del cauce, mayor insalubridad, etc…) y los elevados
costes financieros de la obra”, escribe. El dinero,
como siempre, como medida de todos los límites. Así
que se optó por instalar embarcaderos.
Detalle del dibujo de Wyngaerde de 1563 sobre la Albufera,
con la desembocadura al fondo.
Tras el convenio firmado por el Puerto de València
y el Ayuntamiento, parte de estos terrenos donde hubo
una vez un río se transformarán en un gran parque de
195.600 metros cuadrados que se llamará, cómo no, Parque
de la Desembocadura, aunque no desemboque en nada. De
ellos, más de la mitad, 87.998 metros cuadrados, se
dedicarán a espacio deportivo. Todo apunta a que allí
instalará el Levante su ciudad deportiva. Pero los vecinos
quieren un poco más, quieren que el Puerto abra el cauce,
cree una nueva desembocadura y haga honor al nombre
del parque. Es sólo quitar unos kilómetros de asfalto.
No será la desembocadura original, perdida hace siglos;
no será la oficial, inaugurada en los años 60 con el
Plan Sur; será la desembocadura perfecta de la València
que nunca fue, la postal idílica, convirtiéndola en
una zona de recreo deportivo, con espacio para remo,
deportes acuáticos; el final feliz a una historia de
amor tortuosa.
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JyV: Háblame del Festival Intramurs.
C: Hemos colaborado con ellos en varias
ediciones. La primera vez incluimos una ruta por la muralla
árabe en su programa y ya en adelante nos hemos encargado
de las visitas a las exposiciones o talleres dentro de la
muestra. En 2019 el festival se movió entorno a la Muralla
de Luz pero en los anteriores si hubieron muchísimos talleres
abiertos, exposiciones y participación en la calle. En esa
edición se nos pidió una ruta más patrimonial, tanto de la
Valencia más desconocida , dentro de la propuesta Muralla
de Luz, como de los restos visitables, partes de la muralla
árabe en locales comerciales o solares, que son parte de la
historia de la ciudad de Valencia. Enseñar la diversidad cultural
del Festival a la gente que estuviera interesada.
JyV: El nombre del Festival viene precisamente
por esa intención de mostrar la vida dentro de las murallas.
C: Correcto. Y es uno de los festivales
más importantes que tenemos en estos momentos en la ciudad.
Se celebra siempre hacia mediados de Octubre.
El proyecto Muralla de Llum tenia un carácter
reivindicativo al poner en evidencia lo que queda de la traza
de la muralla islámica con más de diez siglos de historia,
y el estado en que se encuentra. Para el desarrollo del proyecto,
sus promotores animaron a la participación del vecindario,
así como una parte importante de voluntarios activos.
En la imagen, la Torre del Ángel, uno
de los pocos vestigios de la Valencia musulmana.
JyV: En vuestras redes sociales os podemos
ver encaramados a terrazas o lugares donde habitualmente no
se suele acceder.
C: Una de las que tuvieron más éxito
en nuestras redes es la llamada Finca del Porquer por ser
su propietario José Martí Hernández, empresario dedicado a
la cria de cerdos. En la actualidad suele referirse a él como
Edificio los Sótanos por un establecimiento comercial denominado
Gran Almacén Los Sótanos propiedad de Luis Feliu Ferrando.
Este establecimiento comercial vendría a tener su equivalente
como unos actuales grandes almacenes. La entrada al edificio
la tiene por la calle San Vicente Mártir número 16 y en el
dintel de la entrada pone: Assicurazioni Generali ya que esta
empresa de seguros fue propietaria del inmueble.
En el caso de la Estación del Norte, se nos
encargó una visita para arquitectos y gracias a Adif, que
tuvo a bien el abrirnos el acceso, pudimos disfrutar de las
vistas. Nos encanta acceder a este tipo de lugares. Hemos
subido a la torre renacentista del Palau de la Generalitat
o a las terrazas de la Catedral de Valencia. Lugares que son
dificilísimos de acceder. Luego también tenemos, el suelo,
el cielo y el subsuelo …
Refugios antiaereos, cuevas, cellers o bodegas
…
Cualquier cosa que esté bajo tierra nos encanta
también …
JyV: Cuando comenzaron a abrirse los
refugios de la Guerra Civil comienza un nuevo interés de la
ciudadanía por esa época. Con unas instalaciones, olvidadas,
abandonadas. En muchos casos integradas dentro de edificios,
como en el caso del Ayuntamiento, y del que se conocía su
existencia y al que se le estaba dando otros usos, como almacén
y otros que aparecen como en el caso de los situados en la
Gran Vía del Marqués del Turia.
C: El caso más conocido es el de Ripalda,
que se usaba como casal fallero y que se podía visitar de
forma habitual hablando con los falleros, antes de que abrieran
el del Ayuntamiento y el de Serranos. El primero que pude
visitar estaba en Alcoy, hablamos del año 2007. Con visitas
programadas, con un horario … Que es lo que tendrían que tener
todos, sobre todo, los refugios que son públicos.
A lo largo de las llamadas Grandes Vías han ido apareciendo
3 refugios antiaéreos construidos durante 1938 por la
Junta de Defensa del gobierno republicano. El primero,
que apareció en 2007 durante la construcción de la línea
de metro T2, está a la altura de las calles Cádiz y
Sueca, en la parte denominada Germanías. Recientemente,
con las obras de remodelación de la Gran Vía Marqués
del Turia, que se llamó durante la guerra civil Gran
Vía Buenaventura Durruti, han aparecido dos refugios
más; uno de ellos entre las calles Ciscar y Joaquín
Costa, y el otro entre las calles Pizarro y Gregorio
Mayans, éste último se encuentra en bastante buen estado
como muestran estas fotografías.
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Aquí puede observarse el exterior de este refugio.
La fotografía fue publicada en la revista británica
"Weekly Illustrated" durante 1938. Los refugios antiaéreos
disponían de grandes letreros anunciando su presencia,
servían para facilitar su localización cuando las sirenas
atronaban en la ciudad anunciando la llegada de los
bombarderos de la aviación fascista. Lamentablemente,
una vez finalizadas las obras de remodelación de las
Grandes Vías, los refugios de la guerracivil, han vuelto
a ser cubiertos por la tierra, privando así a la ciudadanía
del conocimiento de esta arquitectura de guerra, y del
recuerdo de lo ocurrido cuando Valencia, la población
civil, fue bombardeada por aviones de la Alemania nazi
y de la Italia fascista, que ayudaron al ejercito sublevado
encabezado por Franco a ganar la guerra contra la República.
Los estragos de la metralla de las bombas
fascistas todavía son visibles en distintos monumentos
del Cap i Casal como el Ayuntamiento, utilizado por
el gobierno republicano.
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JyV: ¿Cuál era el proceso para su construcción?
C: Necesitaban el proyecto técnico de
un arquitecto, como cualquier obra de hoy en día. Los refugios
que eran públicos, que dependían de la Junta de Defensa Pasiva,
tenían que contar con CNT y UGT, que eran los dos sindicatos
que se encargaban de inspeccionar todo hasta el detalle. Las
nóminas, los contratos … Muchas veces estos arquitectos estaban
afiliados al sindicato y por eso a veces nos encontramos con
el problema de que cuando vamos a buscar los informes de los
refugios públicos, como el de la Calle Serranos, el de Ripalda
o el de la Calle Espada, no encontramos los expedientes de
obra porque se harían desaparecer para que no hubiera una
relación directa entre el arquitecto y su afiliación a un
sindicato y pudieran sufrir una persecución política una vez
finalizada la guerra. Eran proyectos muy bien pensados, con
4 o 6 meses de trabajo, pagados por los vecinos, que ponían
2, 3 o 4 pesetas para su construcción.
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JyV: Son lugares que durante muchos años
han sufrido el desden por parte de algunos políticos.
C: El refugio de Germanías, en la época
en la que se descubrió y por temas políticos, estamos hablando
de la Republica, de la capitalidad de Valencia … Son temas
espinosos. Puede molestar más o menos pero sigue siendo parte
de la ciudad. En ese momento no interesó. Se documentó, se
fotografió y se volvió a tapar. Lamentablemente tenemos mucho
que ofrecer en Valencia. Yo creo que es parte de la historia
y debe ser visible. Tiene que tener un sentido muy didáctico,
independientemente de los bandos, es parte de la historia
y ya conocemos el dicho. Aquel que olvida su historia …
JyV: Estuve en Berlín en el año 2000
y allí tratan el tema de una forma natural desde hace años.
El nazismo fue un fenómeno global. Estuvieron presentes en
Africa, por gran parte de Europa, Estados Unidos …
C: Y en Latinoamerica ...
JyV: En Alemania se persigue el enaltecimiento
del nazismo, está mal visto y es considerado vulgar.
En España sigue siendo un tema tabú en muchas familias.
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JyV: ¿Habéis visitado los colectores
o el sistema de alcantarillado?
C: Lamentablemente todavía no, ya que
muchos de ellos, requieren equipación especial por temas de
seguridad, medidores de dióxido de carbono … La persona que
si ha estado dentro de algún colector es Roberto Tortosa,
que es el autor de Valencia Insólita, tanto del blog como
de los dos libros que tiene publicados.
Nos encantaría conocer el tramo conocido como
Vall Cobert. El tramo del Valle Viejo o Valle Cubierto conservado
en el subsuelo del edificio situado en la calle Conde Montornés
esquina con Gobernador Viejo se trata de una conducción hidráulica
rodeada de unos 3,90 metros de luz en los puntos de mayor
anchura y una altura máxima de 2,20 metros, que discurre en
sentido norte-sur entre la calle Conde de Montornés y la sacristía
de la Iglesia de Santo Tomás, paralelamente al trazado de
la muralla de época almohade, la construcción de la que parece
remontarse al plano de los jurados de la ciudad de 1402 para
el cubrimiento de los valladars.
En Mayo de 2020 el ayuntamiento desbloqueó el
proyecto de rehabilitación integral de la muralla árabe. Está
previsto sacar a la luz el antemural, la liza y la fosa que
discurría por delante y que posteriormente se utilizó para
canalizar la acequia de Rovella y que se conoce como Vall
Cobert.
La acequia de Rovella es una de las ocho acequias de
la Vega de Valencia que están bajo la jurisdicción del
Tribunal de las Aguas de Valencia. Su trazado, sufrió
una notable alteración al suprimirse el que penetraba
en la ciudad por el Portal de la Corona y seguir un
nuevo tramo que aquí se iniciaba siguiendo la calle
Guillem de Castro, Xàtiva y Colón, para volver a conectar
con su antiguo trazado en la calle Hernán Cortés y,
cruzando la gran vía Marqués del Turia, por la calle
Maestro Gozalbo y la avenida del Reino de Valencia,
alcanzar la avenida de Peris y Valero y, por la calle
de Pedro Aleixandre, llegar a la plaza de Montolivet.
Esta acequia no tenía su misión principal en el riego
de la huerta valenciana, sino para ser utilizada en
el servicio de alcantarillado histórico de la ciudad
hasta la construcción de los nuevos colectores, los
cuales se realizaron a partir de 1975.
Agosto de 2015. Acequia de Rovella en
el tramo Calle Hernán Cortés en la primera fase de las
obras de reforma previo proceso de entubado. Al finalizar
las obras no la volveríamos a ver.
Sus aguas arrastraban las aguas negras para utilizarlas
en el fertilizado de los campos y arrozales del sur
de la ciudad En la actualidad la toma se trasladó al
nuevo Azud del Repartiment, donde toma aguas que cruzan
bajo el nuevo cauce a la margen izquierda y discurren
por un nuevo trazado subterráneo hasta llegar al primitivo
cauce de la acequia a la altura del viejo azud. La acequia
que da aguas al Jardín Botánico atraviesa la ciudad
como alcantarillado y viene a emerger en la llamada
acequia del Valladar, en el entorno de la huerta del
Pou d´Aparisi, y más abajo, desde el Valladar riega
las huertas de la Punta.
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JyV: ¿Que ayudas aportan las instituciones
a la hora de realizar la actividad?
C: Comenzamos como una cooperativa constituida
de forma legal, con todos los socios dados de alta, pagando
nuestros impuestos, nuestro IVA y estando habilitados como
guías oficiales de la Comunidad Valenciana. No suelen haber
complicaciones. Llamas por teléfono, solicitas la visita,
indicas el día, la hora y el número de personas. En los espacios
privados a veces sí que es más complicado porque puede suceder
que el espacio tenga sus propios guías, puedes llevar al grupo
pero la explicación no la podemos realizar nosotros. Como
hemos indicado antes, quedo yo al frente del proyecto, cotizo
en autónomos y trabajo organizando todo el papelo,
horarios, citas ...
JyV: Volviendo al tema de los refugios,
por ejemplo, cuantos habrán en fincas privadas …
C: Pues muchísimos. Sobre todo en fincas
con una construcción anterior a los años 30, de la propia
comunidad de vecinos o incluso pactando con comunidades vecinas,
excavando y preparándolos para una manzana entera. Refugios
anti metralla se realizaron algunos, aun antes de que llegara
la capitalidad de la República en Noviembre del 36, sótanos
habilitados para que cuando cayeran las bombas, aunque la
onda expansiva podía ser peligrosa, las esquirlas, si impactaban
en el cuerpo, podían ser mortales. Basta con ver la facha
principal del Ayuntamiento y la esquina con Periodista Azzati,
con marcas más grandes que nuestro puño.
Imaginemos, si podía dañar de esa manera a la
piedra, que le haría a un cuerpo humano, que pesa a que no
muriera en el acto, si lo hacía desangrado, como hubieron
muchos casos.
La casa consistorial de València no era sólo
el Ayuntamiento, era una nueva sede del Gobierno de la República.
Por ello, se convirtió en un objetivo estratégico a derribar
por los golpistas reaccionarios. El 28 de mayo de 1937 varias
bombas cayeron sobre el edificio y en los alrededores.
JyV: La Calle Caballeros es la ruta de
los palacios urbanos. Muchos de ellos alojan negocios de diferente
tipo.
C: La mayoría de palacios todavía se
mantienen, se han ido "maquillando" ya que han ido sufriendo
reformas en los siglos 18, 19 o 20 y la estructura de semisótano,
planta baja, primer piso, parte noble … La sigue teniendo.
Los pasos siguen siendo los mismos. Las entradas se pueden
haber modificado. Aún conservan el guardaejes, el rebaje para
el paso del carro y una característica piedra de rodeno en
el suelo, que se colocó mucho en el 18 y más en el 19, muy
habitual en las calles de Valencia. De las canteras de Santa
María del Puig y de la zona de Teruel salían hacia la ciudad.
En las obras de pavimentación en el entorno
de la muralla árabe que se hizo en 2013 se perdió ese legado
y solo quedan pequeños tramos en la Calle Sagrario
del Salvador y en la Calle En Pina.
En Marzo de 1860 llegan al Puerto de Valencia tres
buques cargueros con los raíles para el ferrocarril,
que había contratado la delegación en Londres y se inician
los trabajos en las canteras del Puig con la intención
de proporcionar piedra lo antes posible para las ampliaciones.
La montaña de la pedrera del Puig, era el último reducto
hacia el este de la sierra de Espadán y su roca era
arenisca silícea compacta con algo de mica y de color
rojo, más conocido popularmente como rodeno. Se comenzó
con la limpieza y desbroce de la montaña, y una vez
comenzada la explotación, las laminas de mica que aparecían,
hacían que se produjera mucho material de desecho o
ripio, que era preciso limpiar para continuar la explotación.
Hoy en día en aquellos terrenos se pueden ver
instalaciones deportivas y el paso de la autopista.
Cantera del Puig y conectada por vía férrea directa
al Puerto de Valencia.
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Junto a las 168 viviendas del Bloque de Portuarios
de la ciudad de Valencia, puede verse un pequeño testigo mudo
de la Valencia antigua, de lo que allá hubo: el desaparecido
barrio o poblado del Clot, un entramado de casas del Marítimo
de familias pescadoras, principalmente, del que hoy en día
tan solo queda parte del adoquinado de las calles que lo conformaban
y una casa.
JyV: Es fascinante. Habré pasado por
allí cientos de veces y nunca te fijas en esos detalles.
C: Hay que saber mirar, tener esa curiosidad
… Como hemos comentado, mirar a todos los lados.
JyV: ¿Habéis recibido algún premio por
vuestra actividad?
C: Sobre todo el agradecimiento y reconocimiento
de las personas que vienen a nuestras rutas, que dejan sus
comentarios en nuestro TripAdvisor, que participan en nuestras
redes sociales, es lo que más me gusta, porque es el testigo
directo de los que han conocido nuestras rutas, que han comprobado
la calidad de las mismas.
Las palabras de agradecimiento, el haber "descubierto
la ciudad de una forma completamente diferente, repetiremos",
dicho por un residente local, es muy satisfactorio. Es el
mejor regalo que podemos recibir.
JyV: ¿Habéis realizado algún tipo de
reivindicación sobre algún tema que desde vuestro punto de
vista profesional no se esté haciendo bien o se debiera hacer
mejor. Por ejemplo, en el mantenimiento de algún monumento.
C: Lo hemos hecho a través del tejido
asociativo. Sobre todo, la Casa del Señor, que es uno de los
bienes integrantes que forma parte del conjunto rural conocido
como La Alquería dels Moros, que es un bien de interés cultural
en el barrio de Benicalap. Es una reclamación que llevábamos,
no solamente nosotros, si no otros colectivos anteriormente,
que desde hace más de 20 años están solicitando. Estamos hablando
de una de las alquerías rurales más importantes que tiene
Valencia. Se ha recuperado la mencionada Casa del Señor y
esperemos que se ponga en valor. Que habra al público y que
se pueda visitar. Hay muchísimo patrimonio todavía que tiene
pendiente una intervención. Un ejemplo claro seria la Ceramo
de Benicalap, de la cual hicimos un documental web en 2015,
dividido en varios capítulos, donde explicamos la historia
y el proceso.
Hay mucho por descubrir. Se tiene que invertir
en cultura, en patrimonio. Y en sanidad.
Una inversión de más de 1,5 millones de euros ha permitido
recuperar el edificio denominado la Casa del Señor,
perteneciente al conjunto patrimonial de l'Alqueria
dels Moros, en el marco del Plan de Intervención en
Edificios Municipales de Valor Patrimonial y Social,
que el Gobierno municipal puso en marcha en el año 2015,
y que ha permitido invertir un total de 2,7 millones
de euros.
La Alquería del Moro sufrió un
desplome en uno de sus edificios Las causas más probables
del derrumbe de la cubierta fueron el deterioro del
inmueble y las lluvias.
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JyV: En el caso de Bombas Gens o las
naves de Juan Verdeguer, es realmente impactante, el cambio
que sufren en la transformación. Se convierten en la vivienda
de animales poco agradables, trastos, basura, maleza … Incluso
vehículos sacados de una película de época.
C: Es evidente que para la recuperación
del patrimonio, con lo público no se puede llegar a todo.
Es imposible. Se necesita también la iniciativa privada. Y
tiene que haber un equilibrio. Una buena comunicación entre
la administración y aquellos propietarios que tengan bienes
y quieran hacer algo para recuperarlos y ponerlos en valor.
A través de una fundación o a través de las múltiples variables
legales que pueda haber para llevar a cabo estos proyectos.
En Bombas Gens tenemos un refugio fabril para los trabajadores,
ya que durante la guerra fabricaban material bélico. Otro
ejemplo lo tenemos, aunque no está abierto al público, en
MACOSA. En ambos casos, cambiaron su producción para ayudar
al bando republicano y fueron objetivos susceptibles de la
aviación italiana que bombardeaba Valencia. Eran refugios
para 10 o 15 personas a lo sumo.
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JyV: ¿Qué puedes contarme de las Torres
de Serranos y las Torres de Quart?
C: Hasta hace bien poco, las imágenes
de las guías turísticas estaban presididas por estos dos elementos.
En algunas estaba la Lonja. Eran la imagen más visible en
las postales y en el imaginario colectivo, mucho antes de
la existencia de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias.
Realmente eran portales de acceso pero sin la muralla, han
adquirido el aspecto de torres, de fortificaciones. Son lugares
muy interesantes, dos de las puertas de acceso a la ciudad,
de las cuatro que tenía más importantes, cada una orientada
a los puntos cardinales y las otras ocho que había, que eran
secundarias. Tenemos los restos de una de ellas, la llamada
puerta de los Judíos, Portal dels Jueus, y que sustituía a
la antigua cerca defensiva de época islámica, también conocida
como de Sant Andreu (San Andrés) o de Santa Caterina de Siena
(Santa Catalina de Siena).
Esta pequeña parte de la nueva muralla realizada
en el siglo XIV, una muralla cuyo perímetro total aproximado
fue de unos cuatro kilómetros, fue construida en 1391. Tenemos
una primera referencia de la que se tiene conocimiento, aunque
puede que fuese anterior, por la "Fábrica de Murs i Valls",
la institución encargada de su construcción y mantenimiento
durante cinco siglos. Los restos del portal, por el cual en
tiempos pasados entraban los productos provenientes de la
huerta para su posterior venta en la ciudad, aparecieron durante
las obras de la línea 3 del metro, momento en el cual se musealizaron
y se integraron con la plaza y la entrada a la estación de
Colón, estando catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC)
con categoría de Monumento, del Catálogo de Bienes y Espacios
Protegidos del Ayuntamiento de Valencia.
Portal dels Jueus, intregrado en la ciudad.
Junto al portal se encontraba la casa del "peatger"
o portaler, que era el encargado de controlar las mercancías
y productos de la huerta que entraban a la ciudad para su
venta. A partir del siglo XVI, se prohibió el paso de mercancías
por el Portal dels Jueus y sólo se permitía el acceso a los
que lo hacían sin finalidad comercial. Hacia 1689 la puerta
fue tapiada y así permaneció hasta su demolición en 1890,
sólo abriéndose en contadas excepciones.
Las Torres de Serranos a finales del Siglo 16
hasta finales del 19 fueron prisión de nobles y caballeros
y también para presos comunes, debido a la necesidad constante
de prisiones en la ciudad y en muchos casos la aglomeración
y masificación de las mismas. Ha alojado presos de ambos sexos,
presos de bandos contrarios, ha sido almacén de municiones.
Serranos se restauró a principios del 2000 y Quart unos pocos
años después. En ambos casos, su cara principal está orientada
a la vía pública, soportan mucho tráfico rodado, mucha polución
que la piedra va absorbiendo, con lo que cada ciertos años
conviene un mantenimiento regular.
Personalmente me decanto por Quart. La autoria
pertenece a Pere Bonfill pero se esconde la mano de Francesc
Baldomar y su ayudante Pere Compte, mestres en el noble
art de la pedra, estamos en el Siglo XV, entre los años
1441 y 1460. Quizás Compte ha trascendido más a nivel
nacional e internacional, que es a su vez el autor de la Lonja.
El empleo de ciertas técnicas constructivas fue muy innovador.
La planta está ligeramente desviada respecto al eje principal,
lo que se denomina talud inclinado. Mantiene restos de grafitis
históricos de la época, con el color rojo característico,
que Serranos no tiene.
El modelo de Guillém Sagrera para las
escaleras de caracol con ojo de la Lonja de Mallorca inspiraron
a Compte para la Lonja de Valencia, que muestra la revolución
comercial durante la Baja Edad Media, del desarrollo social
y del prestigio conseguido por la burguesía valenciana.
Las lonjas de comercio en la Corona de Aragón se construían
siguiendo el mismo esquema: una sala de planta rectangular
sostenida por columnas. La de Valencia fue precedida
por la Lonja de Barcelona (1380-1392) y la Lonja de
Palma (1420-1448), con unos pilares helicoidales donde
se sostienen las bóvedas de crucería de tres naves.Entre
los años 1541 y 1551 se edificó la lonja de Zaragoza
del mismo tipo, pero ya con estilo renacentista. Considerando
que el esquema arquitectónico era siempre el mismo,
el Consejo General de la Ciudad, en 1469, insistió en
la belleza del edificio que debía ser: «muy bella, magnífica
y suntuosa, la cual sería honor y ornamento de esta
insigne ciudad».
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JyV: Subir al Miguelete es un esfuerzo
…
C: 214 escalones. Aproximadamente la
mitad que para subir a la cúpula de la Catedral de Florencia,
que son, si no me equivoco, 441. Allí si es difícil el ascenso
porque hay tramos muy estrechos y escalones bastante altos.
JyV: El contraste entre la Valencia antigua
y la moderna es evidente. ¿Crees que conviven bien?
C: Podemos diferenciar Ciutat Vella,
lo que era la Valencia intramuros, la zona amurallada del
crecimiento urbanístico que se produce a mediados del Siglo
19 y la anexión de algunos núcleos, sobre todo en la zona
costera, como son el Cabanyal, Poblats Marítims o Benicalap
y Campanar, que eran poblaciones completamente independientes.
Muchas de ellas si es cierto que han perdido su esencia por
el crecimiento urbanístico de los años 60 y 70 del pasado
siglo, que a nivel personal, creo que fue muy agresivo, muy
poco respetuoso con la arquitectura tradicional.
Sé que hay arquitectos que están muy a favor
de este tipo de lenguaje, moderno, contemporáneo, que case
pared con pared, una medianera entre una finca histórica y
una moderna. Se pueden hacer cosas completamente nuevas, pero
respetando la tipología. No tienes por qué realizar una obra
excesivamente escandalosa respecto al edificio que tienes
al lado. Un caso es el proyecto, que de momento hemos visto
de forma virtual, en el solar contiguo a la Casa del Relojero.
El Ayuntamiento de Valencia aprobó en
2019 en la junta de gobierno, el proyecto para rehabilitar
la Casa del Relojero y construir un edificio colindante, con
el propósito esto último de recuperar la trama urbana perdida
junto al Micalet, con toda seguridad el lugar de más tránsito
de turistas de Valencia. De este modo finalizan dos décadas
de debate sobre una parcela y el inmueble ruinoso. A finales
de 2020 se aprobó el concurso de obras del inmueble.
El edificio tuvo sentido porque allí vivían los encargados
de cuidar el reloj de la ciudad, situado al pie del Micalet.
El reloj original fue jubilado en 1689, tras dos siglos y
medio.
JyV: Aquel efímero edificio que se construyó
era un escándalo visual. No hacía falta entender para darse
cuenta del contraste con el entorno.
C: Uno de los ejemplos más claros que
tenemos se ve en la Plaza del Ayuntamiento. Cuando llevamos
grupos siempre nos señalan una finca. Distorsiona con la que
justamente hace esquina con la Calle de las Barcas, se edificó
en los años 60 y tiene un lenguaje que distorsiona desde los
años 40 hasta el final del Siglo 20. En la Plaza de la Reina,
al lado del edificio que nosotros conocíamos como Almacenes
La Isla de Cuba, actual Edificio Monforte, que paso a ser
Tienda de discos Viuda de Miguel Roca, tenemos una fachada
que rompe con toda la arquiectura que tenemos en la Calle
de la Paz.
En el transcurso de las obras de renovación de la red
de agua potable se produjo el descubrimiento de lo que
pudo ser el Portal de la Trinitat, inserto en la muralla
del siglo XIV.
Plano de 1608, de Mancelli, donde se observan
las puertas de la ciudad.
Recorremos la ciudad en busca de los portales.
Muchos de esos desaparecidos portales
sufrieron transformaciones, reconstrucciones y nuevas
versiones. Dos ejemplos. Los restos hallados del Portal
de la Trinitat se levantarían probablemente sobre una
puerta precedente de la muralla musulmana, y el portal
de Quart, en su origen fue sólo un torreón rectangular,
como otras puertas de la ciudad. Otras entradas sufrieron
algún pequeño traslado de unos metros por necesidades
específicas.
Hablamos de dos tipos de edificaciones.
Un portillo o “Portal Xic” y los cuatro “Portals Grans”:
Puerta de Serranos (norte), Puerta de San Vicente (sur),
Puerta de Quart (oeste) y la Puerta del Mar (este).
La puerta más monumental, en la cara norte
de la ciudad, aunque algunos planos induzcan a error
es la puerta de Serranos, aquella por donde las grandes
personalidades del momento eran agasajadas a su entrada
en la ciudad. Fue la más representativa del esplendor
de Valencia. Es una obra maestra del gótico civil, construida
por Pere Balaguer en el último decenio del siglo XIV,
quien recibió un «sueldazo» por «molts e diverses treballs
per ell sostenguts, e per moltes e bones obres e profits
apparents que ha fetes e fets en tot lo temps que ha
durat la obra del dit portal e torres».
El siguiente acceso a la ciudad era la
Puerta del Real. Su nombre responde al enlace que creaba,
tras cruzar el puente homónimo, entre la ciudad y el
palacio donde residían primero los líderes musulmanes
y, tras varias reformas, los reyes de la Corona de Aragón.
Su evolución fue contraria a la del Portal de la Trinitat,
ganando cada vez mayor presencia física, como evidencian
las fotos de mediados del siglo XIX. Junto a esta puerta,
el 20 de febrero de 1865, Cirilo Amorós comenzaba el
derribo definitivo de la muralla.
Sillares de origen romano junto al Pont
de la Trinitat.
La que hoy llamamos Puerta del Mar es
una construcción levantada en 1946 que jamás ha funcionado
como acceso. Eso sí, se erigió en el mismo lugar por
el que históricamente los vecinos de los Poblats Marítims
ingresaban en Valencia, donde estaba el antiguo Portal
de la Mar, otro que integraba la lista de los 'grans'.
La actual construcción es de Javier Goerlich, quien
inspirándose en la Puerta del Real, diseñó este monumento
que homenajeaba a los caídos por la patria en la contienda
civil, con la lógica y notable carga propagandística,
censurada en su parte superior a tenor de la Ley de
Memoria Histórica. En la actual calle Colón,
a la altura de la Plaza de los Pinazo se pueden observar
los cimientos del Portal del Jueus, una obra fechada
en 1422. Salieron a la luz con motivo de las obras del
metro. Por él se llegaba al «fossar dels jueus», el
cementerio de hebreos que tocaba en uno de sus ángulos
con la judería. Para entender mejor esos restos, es
recomendable bajar a la parada de metro, donde hay paneles
explicativos y una vitrina con algunos objetos recuperados
en la excavación arqueológica.
En la intersección de las actuales calles
Játiva y Paseo de Ruzafa se encontraba el Portal de
Ruzafa, que también varió sus formas en múltiples ocasiones,
desde 1356, cuando ya se concibió en la muralla cristiana,
hasta su desaparición. Antaño conducía a una población
extramuros cuya huerta era fructífera como pocas.
El Portal de San Vicent, en su origen,
sólo era un vano horadado en la muralla cubierto con
un arco de medio punto. Se levantaba en la actual Plaza
de San Agustín. Al cruzar su umbral se accedía a la
calle más larga de la ciudad, la antigua Vía Augusta
que sin interrupción alcanzaba el corazón de Valencia.
Su postrera modificación se produjo a comienzos del
siglo XIX, al calor de los cánones estéticos del momento,
similares a los que retomaría Javier Goerlich en el
ya citado monumento de la plaza de la Puerta del Mar.
El Portal de Torrent, llamado más tarde
dels Innocents, por su proximidad con el Hospital homónimo
(comenzado en 1409) y actual Biblioteca Pública del
Estado Pilar Faus, es el octavo recuerdo. Portal 'xic',
dispondría de una estructura similar al Portal dels
Jueus, con dos bastiones proyectados hacia el exterior
unidos por la parte superior mediante bóvedas pétreas
que cubrían la puerta.
El entorno incluye restos expuestos al
aire libre.
Llegamos a la plaza de la Encarnación,
en la intersección de Guillem de Castro con la calle
Carniceros. Allí se levantaba el Portal del Coixo, también
documentado como de «les setze claus» o de la Encarnación,
por su proximidad con el desaparecido convento de mismo
nombre. Y ya se divisa el Portal de Quart perfectamente.
Este se remonta al origen de la muralla, pero entonces
era una torre cúbica con su correspondiente puerta.
La construcción extraordinaria que contemplan comenzó
a construirse en 1441 y, a falta de algunos detalles,
se finalizó en poco más de dos décadas. Era la salida
más directa para emprender el camino a Castilla. Las
torres funcionaron como cárcel durante más de tres siglos
(1626-1931), y, al igual que sucedió con las de Serranos,
esa utilidad facultó su supervivencia.
El Portal dels Tints, en la confluencia
de Guillem de Castro con la calle Corona conducía hacia
la morería, barrio en el que principalmente se desarrollaba
el curtido y el tinte de pieles. Era poco más que un
vano rematado con un arco en la propia obra de la muralla.
El Portal Nou o de Santa Creu, luego también
llamado de San José se ubicaba en la plaza que hoy alberga
los monumentos falleros de Na Jordana. Empezó a construirse
en 1391, casi simultáneamente al de Serrans, aunque
no se finalizó hasta 1471. Derribado en 1865.
Guardaba notables similitudes con el de
Quart que se comenzó más tarde pero que obtuvo prioridad
respecto al Portal Nou, y no sólo por enlazar con un
camino más importante (el de Castilla). El Portal Nou
daba acceso al famoso «bordell de les fembres pecadrius»,
un lugar tan lucrativo como de moral controvertida,
del que hablamos en esta misma entrevista.
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JyV: ¿Por qué no somos capaces de tener
una plaza que tenga 500 años? La Plaza Redonda se reformó
en 2011, el Ayuntamiento perdió el antiguo mercado de flores
subterráneo de la tortada de Goerlich y ahora aprobó en 2019
el pliego de condiciones del proyecto para la Plaza de la
Reina, que incluye la reforma del aparcamiento, zonas de ocio
y la marca de la muralla romana.
C: En los años 60 aún quedaban líneas
de fincas en la Reina. Sobre todo desde la Calle Puñaleria
hasta la Calle del Miguelete
Realmente, por plaza histórica, pese a las reformas
que ha sufrido, nos queda la Plaza de la Virgen, que actualmente
mantiene la estructura aunque se eliminaron unas líneas de
fincas donde se situa el Palau de la Generalitat y la plaza
se abre hacia la actual Calle Navellos. Pero mantiene la tipología
porque es el centro real de la ciudad. Debajo está el foro
romano. Esa plaza, pública y a través de las diferentes culturas
a lo largo de los dos mil años desde la fundación de Valencia,
todavía mantiene esa funcionalidad de foro.
El origen de la Plaza de la Virgen, vista desde
el Miguelete, se remonta al foro de la época romana, situado
en la confluencia de las dos grandes vías propias de toda
ciudad romana: el cardo, que se correspondería aproximadamente
con la actual calle de San Vicente Mártir, y el decumano,
correspondiente a la posterior calle de Caballeros.
Una calle estrecha pero con mucha vida.
Situada en pleno centro de la ciudad de Valencia, la
vía conocida como Zaragoza unía la distancia entre las
plazas de Santa Catalina y la del Micalet. En 1970 se
abría al público la actual plaza de la Reina, enclave
de paso hoy en día y que pronto vivirá una nueva modificación
urbanística. Lejos de la idea de que se trataba de una
zona degrada, la calle Zaragoza representaba la vía
comercial del centro de Valencia. Tiendas como joyerías
exquisitas y bazares de todo tipo abiertos en una calle
adoquinada en la que de tanto en tanto vivía el paso
del tranvía. Los muebles de Casa Janini, delegada en
Valencia de la austriaca Konn, los abanicos de Colomina,
que llegaron a emplear piel de cabritilla, puntillas
de Bruselas y plumas de marabú, destacaban junto a los
escaparates de joyerías exquisitas. Frank Göerlich,
comerciante austriaco, establecido también en la citada
calle, importaba cristal de Bohemia, porcelanas, objetos
de decoración y publicaciones como Wiener Ilustrierte
y Moderne Kunst, que buscaban profesionales de la arquitectura.
Fue quien impulsó la construcción del primer pasaje
comercial cubierto en el interior de una manzana de
viviendas: el Pasaje Giner, que hoy a pesar de múltiples
intervenciones, perdura. Las señoras eran fieles a El
Buen Tono, la perfumería datada en 1880, decorada con
dos placas de escayola de acentuado modernismo francés:
L'Eté y L'Hiver, que ofrecía borlas de plumón de cisne
para empolvarse la nariz y las mejillas.
La confitería Burriel, la Casa del Aluminio,
el Bazar Giner con todos los juguetes que un niño puede
soñar; los Almacenes España que instalaron una gran
jaula con pájaros exóticos; Las Columnas donde las señoras
aprendían a tejer tapices y alfombras, son nombres que
perduran como El Dulivio (paraguas, carteras y abanicos)
frente al Miguelete.
Calle también con atracción cultural;
allí abrió sus puertas Casa Nicolás, dedicada a artículos
de Bellas Artes, de donde saldría para independizarse
Luis Viguer, hoy en la cuarta generación, en la calle
de la Corretgería. Y no olvidemos la librería Chiriella,
que se especializó en cuentos infantiles y catecismos,
ni la papelería Matías Real, la de los mapas mudos de
España, los punteros, las pizarras de hule y la tiza.
1.- Original Plaza de la Reina
2.- Primeros derribos.
3.- Mapa de las calles derribadas.
La plaza de la Reina ya existía por aquel
entonces. Un pequeño triángulo de extensión para unir
la calle de la Paz, la calle del Mar y la calle San
Vicente. A partir de ella nacía la calle Campaneros,
otra de las vías que desapareció con la reforma y que
hoy en día se corresponde con la fachada derecha de
la plaza si la contemplamos desde la calle San Vicente.
Entre la calle Campaneros y la de Zaragoza se encontraban
dos estrechas calles que servía de unión entre las dos
paralelas. Si por la fachada izquierda llega a la plaza
la calle Corretgería y por la derecha se encuentra la
calle Cabillers, la unión entre ambas era la calle de
la Puñalería, mientras que la calle Borriol se encontraba
casi en la zona central de la actual céntrica plaza.
En 1931 se iniciaron los derribos de estas fincas. Los
trabajos no fueron rápidos, se alargaron hasta la década
de los 60 por diversos conflictos con los propietarios
de las fincas a derribar. En 1970 se estrenó esta nueva
plaza de Valencia, más amplia. El primer nombre fue
plaza de la Reina, pero se modificó a plaza Zaragoza
hasta el último cambio a la nomenclatura actual de plaza
de la Reina. En 1973 y 1976 este enclave de la ciudad
acogió la Ofrenda de flores de la Virgen de los Desamparados
durante las Fallas de Valencia, dado que la plaza de
la Virgen estaba en diversas obras.
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JyV: En el caso de la Plaza de la Virgen, en el proyecto
de apertura ¿Cuál era la reacción de la gente? ¿Aceptaban
el cambio?
C: Aunque creamos que las leyes sobre patrimonio tienen
siglos de existencia, realmente, las primeras normas o la
legislación que se hace al respecto es durante la época de
la Segunda República, en 1931, cuando muchos de los monumentos
y edificios que son bienes de interés cultural, son catalogados
como Monumentos histórico-artísticos nacionales. El Portal
de Serranos, el Portal de Quart, la Lonja de los Mercaderes
… Los principales monumentos empiezan a ser protegidos. Pero
no es hasta los años 80 con la Ley Nacional de Patrimonio
Histórico de 1985 y luego la valenciana del 98, con las modificaciones
que se han hecho y la modificación que está pendiente, es
cuando existe realmente un interés por la protección del patrimonio.
Entonces, yo creo que, en aquella época, salvo en casos especiales
como con una iglesia de gran valor como San Juan del Hospital
que en el siglo XX sufre saqueo durante la Guerra Civil, poco
después de la contienda se plantea derribar el edificio pero
un informe de Elías Tormo de 1943 a favor de la conservación
trae como consecuencia la declaración de Monumento Nacional.
El derribo de la Plaza de la Virgen se vio más como un enfoque
de modernización y de progreso.
Mas adelante en el tiempo, tenemos que estar siempre atentos.
Tenemos el caso del antiguo Cine Metropol. Estamos en los
años 30. Y cuando te quieres dar cuenta algunos de estos símbolos
de estos edificios que tienen valor histórico, ya no solo
arquitectónico, dejándolo aparte, el valor histórico y social,
porque forma parte de un pueblo, se le pone la etiqueta y
si no saltas y no te pones delante para defenderlo existe
el riesgo de que desaparezca. Y cuando desaparece, es para
siempre. Luego, una reconstrucción de una fachada, por ejemplo,
de manera que se parezca, no es conservar. Es un error. Y
es un error a estas alturas del Siglo XXI bastante estúpido.
Se descubrieron unas termas bastante destruidas y un
tramo de muralla romana de la época republicana. En
2009, se volvió a intervenir y se paralizó el proyecto
de construcción. La maleza se apoderó del solar. La
trama urbana de València de La Seu-Xerea, el trazado
de calles existente por el curso del tiempo y la historia,
es Bien de Interés Cultural desde 1993 y se encuentra
protegido motivo por el cual se deben mantener las edificaciones.
Fueron descubiertos a finales del siglo pasado, cuando
se realizó una excavación en 1996 en la que apareció
un tramo de la muralla romana de la época republicana
(s. II-Ia.C.) de 20 metros de largo por 4,2 de ancho,
siendo concretamente la parte oriental de una torre
o de una puerta, que se encuentra en el lado oeste del
inmueble. Junto a la torre se encontraron sillares,
algunos de hasta 1,5 metros de largo; restos de una
domus, la fachada de una vivienda unifamiliar; restos
cerámicos entre los que se encontraron una urna ritual,
un trozo de mármol con una inscripción, vasijas de cocina
o palos de hueso para el pelo; y un tesorillo compuesto
por 195 denarios de plata.
Desde 1996 al 2013 los restos fueron Bien de Relevancia
Local -tras ser catalogados como tal al ser hallados
e investigados según consta en ficha municipal-, correspondiendo
su salvaguarda al entonces Ayuntamiento gobernado por
el PP que lideraba Rita Barberá, quien no hizo absolutamente
nada.
Las Corts Valencianes finalizaban en 2019
los trabajos de acondicionamiento del solar, consistentes
en limpieza y cubrimiento de restos arqueológicos respetando
la trama urbana de Ciutat Vella, tal como estipula la
legislación urbanística vigente.
Las obras de canalización de València
aportan 20 hallazgos y más de 350 cajas de material
histórico:
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JyV: ¿Cuál es tu rincón favorito?
C: El triángulo de la Lonja de los Mercaderes, la
Iglesia de los Santos Juanes con les covetes y el Mercado
Central, sin ninguna duda. Es el lugar que más patrimonio
protegido alberga de la ciudad de Valencia por metro cuadrado.
Los tres elementos son Bien de Interés Cultural, Monumento
Histórico Artístico y la Lonja es además Patrimonio
de la Humanidad de la UNESCO desde 1996, es la zona que tiene
más valor y la que hay que cuidar más.
El futuro Mercado Central.
JyV: Cuándo surgen polémicas como la del Metropol
siempre surge la figura del técnico. Siempre se dice que "estamos
a expensas de las decisiones de los técnicos, esperemos que
los técnicos decidan …". ¿Tanta importancia tiene la voz de
estas personas que incluso puede prevalecer frente a la opinión
de un vecino o de un político?
C: Pues se ve que sí. Si no los técnicos, con todos
mis respetos, porque hay amigos y colaboradores que son arquitectos,
algunos arquitectos, no voy a meter a todos en el saco. Pero
realmente, para este tipo de intervenciones, la ley dice que
se tienen que hacer informes pluridisciplinares, de los que
necesariamente tiene que estar la figura del historiador del
arte, entre otras figuras, que es la parte que llevamos nosotros.
Si como historiadores hacemos un informe y ponemos de manifiesto
que existen unos valores históricos, etnológicos y sociales,
se tiene que tener en cuenta dentro del informe técnico del
propio arquitecto.
JyV: ¿Cómo es posible que les covetes hayan estado
cerradas durante tanto tiempo?
C: Yo las recuerdo aun con actividad en el 95. De
hecho recuerdo que hice un trabajo sobre la Lonja, estaba
cursando COU y fui con unos compañeros. Habían dos personas
bastante mayores, creo recordar que hacían llaves y ya antes
de la Declaración de Patrimonio de la Humanidad en el 96 ya
no quedaba ninguno. Solian ser lo que se llamaba tienda de
viejos, tenían su pequeño negocio. Sabes que los espacios
van desde 20 metros cuadrados que era la más grande, eran
dos unidas, hasta dos o tres metros, algunas son simples cubículos,
como una pequeña paraeta. Supongo que esas personas, por jubilación,
por cese de negocio, paulatinamente se fueron cerrando y se
fueron abandonando. La propia degradación no llamaba la atención
y no animaba a montar nada en su interior. Estamos hablando
de 25 años de abandono.
Ahora una pareja de diseñadores jóvenes han adquirido la
más grande y junto con otros propietarios han constituido
una asociación y solicitado al Ayuntamiento su puesta en valor
para poner negocios, que a su vez sean compatibles con la
declaración del propio BIC. Negocios tradicionales, habituales
de un centro histórico. No se puede poner un cajero automático,
no se puede poner una tienda de comida rápida. La altura ronda
los dos metros, desde fuera engaña. De anchura, estiras los
brazos sin problemas. Tienen luz pero agua no y la limitación
es el propio muro frontal de la fachada barroca de la Iglesia
de los Santos Juanes.
Constituyen un valioso ejemplo del patrimonio cultural
valenciano, y su historia se remonta a 1700, año en
el que la ciudad cedió a la parroquia los terrenos sobre
los que, en 1702, el arquitecto Julio Capuz comenzó
a levantar los locales y la terraza que los cubre.
Los Presupuestos Municipales para 2021 incluyen la
rehabilitación de la plaza de Brujas y todo su entorno,
en el marco del PEP (Plan Especial de Protección) de
Ciutat Vella. A este proyecto quedan vinculados unos
de los elementos más singulares y propios de la arquitectura
y la tradición de la ciudad de Valencia, les Covetes
de Sant Joan.
A los seis meses de la presentación del proyecto para
la regeneración urbana del entorno de la plaza Ciudad
de Brujas, el Mercado Central, La Lonja y la Iglesia
de los Santos Juanes de València, un particular, Luis
Avelino, sacó a la venta dos covetes de los Santos Juanes.
Las había comprado hacía más de 30 años, cuando ya habían
entrado en desuso y llevaban años cerradas. Entendía
que era el mejor momento para venderlas y las puso a
buen precio: 40.000 euros por 16 metros cuadrados utilizables,
unos 2.500 euros el metro cuadrado. Una pareja de diseñadores
adquiere las 'covetes' de los Santos Juanes a la venta.
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JyV: ¿Qué hay de cierto en esa leyenda
urbana de las catas previas a una construcción y la ocultación
de restos?
C: Seguramente, antes de los años 80,
cuando aparece ya el SIAM, el servicio de investigación arqueológica
municipal o la propia Consellería de Cultura, ya por ley,
sobre todo en el Centro Histórico, que está protegido, tiene
que tener la figura del arqueólogo, que estará supervisando
las obras, por si aparece un trocito de cerámica, un cuerpo,
los restos de una construcción, por lo menos para documentarlo,
fotografiarlo y si tiene valor, integrarlo en el entorno.
En ciertas épocas donde no habían este tipo de controles,
incomodaba mucho que pudieran aparecer este tipo de restos
con valor, por el coste económico y los retrasos que podían
suponer y a horas intempestivas hacían las primeras excavaciones
para tapar rápido y evitar imprevistos. Hay que esperar que
fueran casos contados y que no fuera lo mas normal.
JyV: ¿Cómo se suele actuar frente a una
excavación? ¿Por qué hay tantos solares vacios con restos?
C: En un principio se sacan a la luz
los restos y tenemos un tiempo de trabajo, de catalogación
y documentación. Si se realiza bien, se tapa con un geotextil
y arena encima para protegerlo, de forma definitiva o para
futuras campañas. En el momento que excavas y aparece el geotextil,
sabes que debajo hay un resto arqueológico. Puede ser que
la empresa que llevase los trabajos, quiebre y no pueda continuar.
Y la madre naturaleza hace su trabajo.
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César Guardeño en los medios:
Los lugares olvidados de la Guerra Civil. Donde habita
el olvido de las administraciones, un grupo de ciudadanos
desinteresados pone su esfuerzo, su tiempo y trabajo
para recuperar la otra memoria histórica de la guerra
civil.
80 años del último bombardeo sobre València.
El mal estado de los puentes históricos del viejo cauce
ha causado la queja de la Asociación Círculo por la
Defensa del Patrimonio. Recibimos en Puertas Abiertas
al portavoz de la Asociación Círculo por la Defensa
del Patrimonio, César Guardeño.
¿Sabías que hay marcas que indican hasta donde llegó
el agua en la riada de 1957? Valencia como plató de
cine, el desaparecido Palacio Real o los distintos oficios
que se realizaban en Ciutat Vella son algunos de los
temas que quedan en el tintero. Si tienes interés, la
solución es muy sencilla. Apúntate a las rutas guiadas
de Caminart.
Las alturas alcanzadas durante la riada
en algunos lugares de la ciudad fueron muy variadas.
Desde los 40 centímetros en la avenida Reino de Valencia,
pasando por los 80 centímetros en los jardines del Real
(Viveros), 2,25 metros en la plaza de Tetuán, 2,70 metros
en la calle Pintor Sorolla, 3,20 metros en los jardines
del Parterre, 4 metros en la calle de Las Rocas, hasta
los 5,20 metros en la calle Doctor Olóriz.
Valencia ha sufrido, a lo largo de su
historia, numerosas riadas. Se sabe, por ejemplo, que
en los registros de los 636 años transcurridos desde
1321 (con los “Llibres de Consell”), hasta 1957, se
han contabilizado 25 episodios de riadas en Valencia,
en los años 1321, 1328, 1340, 1358, 1406, 1427, 1475,
1517, 1540, 1581, 1589, 1590, 1610, 1651, 1672, 1731,
1776, 1783, 1845, 1860, 1864, 1870, 1897, 1949 y finalmente
1957. También se sabe que entre 1321 y 1957 se registran
22 desbordamientos del Turia, 11 crecidas y 15 noticias
de inundación.
Rodaje de Dolor y Gloria en Paterna.
CaminArt, Camins de Cultura i d’Art, es una empresa
moderna e innovadora, formada por guías oficiales de
Turismo con formación académica en Historia, Historia
del Arte y Turismo. Ofrecemos servicios culturales y
turísticos, mediante visitas guiadas, para difundir
la historia y el patrimonio de la ciudad de Valencia.
Una nueva forma de enseñar y divulgar nuestro valioso
legado cultural. Somos guías especializados en arquitectura,
historia, cultura, arte y patrimonio valenciano. Esta
especialización nos ha permitido ofrecer un amplio catálogo
de rutas temáticas por estilos arquitectónicos, épocas,
barrios y diferentes enfoques y temas desde la historia
de la sociedad, siendo pioneros en muchos de estos recorridos.
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El próximo viernes 20 de febrero se celebrará el 156
aniversario del derribo de las murallas de la ciudad
de Valencia. Se trata de un acontecimiento que transformó
de manera irrevocable aquel panorama urbanístico configurado
en el ocaso medieval. No sólo el lienzo defensivo fue
víctima de aquella decisión, pues diez de las doce puertas
que lo jalonaban sucumbieron durante diversas obras
vinculadas a esta tarea inicial. Lejos de cualquier
posible prejuicio conservador, las autoridades promovieron
con celeridad un multitudinario acto anunciado a bombo
y platillo que debía celebrarse en los alrededores de
la Puerta del Real, ubicada frente al puente homónimo.
Si el sábado 18 de febrero el gobernador civil Cirilo
Amorós recibía un telegrama real autorizando aquel proyecto
tantas veces postergado, el lunes 20 de febrero, a las
16.30 horas y ante una muchedumbre entusiasmada, el
propio Amorós asestaba el golpe inaugural del derribo
tras un breve y emocionado discurso. Inmediatamente
la explosión de júbilo se confundió con el fragor producido
por los picos y palazos de más de un centenar de hombres.
Aunque entre ellos se hallaban zapadores-bomberos, la
mayoría eran trabajadores del arte de la seda a los
que diversas vicisitudes les habían conducido a un forzoso
paro.
Las sucesivas ampliaciones de la muralla,
de menor a mayor, visigoda, árabe y cristiana,
y los tramos reconocidos en la actualidad.
Quizá hoy lo consideremos una aberración patrimonial,
pero es preciso ponerse en la piel de aquellos hombres.
Varios factores impulsaron la demolición. Algunos visibles,
otros velados. Entre los más evidentes puede resaltarse
la pérdida del valor funcional de la muralla, en Valencia
y en otras ciudades. Los avances armamentísticos en
artillería pesada y explosivos de largo alcance no sólo
mostraban el carácter obsoleto de la fortificación,
sino que también obligaban a tomar medidas que oprimían
aún más el recinto urbano. Era preciso crear una zona
militar cada vez más amplia, exenta de cualquier construcción.
La muralla constreñía el natural desarrollo urbano,
generando un anillo sin edificaciones por fuera del
recinto, agravando las diferencias entre el casco urbano
y las poblaciones periféricas.
Primera muralla y las cuatro primeras
puertas.
En el contexto valenciano deben añadirse unas pésimas
condiciones higiénicas agravadas con diversos brotes
de cólera-morbo asiático, así como el hacinamiento de
una clase obrera sin trabajo. Paralelamente, el imaginario
colectivo se había contaminado del afecto por las alteraciones
que la urbe venía desarrollando, muchas vinculadas al
controvertido concepto de modernidad. En aquella época
resultaría compleja la defensa de una armadura que,
más que proteger, ahogaba a la población. No deben olvidarse
los intereses creados en torno a la explotación de un
abundante terreno que se revalorizaría tanto por las
nuevas viviendas como por las incipientes infraestructuras
de transporte que el progreso estaba generando.
Ya en 1856, las autoridades valencianas enviaron un
escrito a Las Cortes solicitando la demolición de las
murallas, puesto que Valencia no estaba considerada
como plaza fuerte. Pronto se inició un pleito entre
el Ayuntamiento y la Capitanía General en torno al titular
del usufructo de aquellos terrenos que se liberarían
tras la demolición de la muralla. La municipalidad valenciana
ganó el litigio y sólo las Torres de Cuarte -entonces
prisión militar- permanecieron en poder del estado.
Valencia, al igual que otras muchas ciudades, transformó
su percepción de las murallas «de collar de perlas a
cinturón opresor», en palabras de la experta María del
Mar Serrano. En 1862 el viajero francés Antoine de Latour
describía el recinto amurallado valenciano con estas
palabras: «Valencia posee todavía bellas murallas almenadas.
Su recinto que, parecido a la cintura de una bella matrona
se ha ido ensanchando con el progreso de los siglos,
bajo los godos, los árabes, los cristianos, data, en
su forma y extensión actuales, del reinado de don Pedro
IV de Aragón y del año 1356.». Sólo cuatro años más
tarde, en 1866, Domingo Andrés y Sinisterra publicaba
un opúsculo titulado 'El derribo de las murallas de
Valencia en los años 1865 y 1866', en el que defiende
la demolición para el mayor ornato y engrandecimiento
de la ciudad, definiendo la muralla desaparecida como
antigua y deleznable. El mismo autor indicaba que la
apertura de la ciudad les transportaba «a las márgenes
del Sena en París, o a las del Támesis en Londres, o
al Prado y Retiro en Madrid», aseguraba Domingo Andrés
y Sinisterra.
La Sala de la Muralla, que tiene un acceso
independiente al Centro Julio González, alberga los
cimientos de la antigua muralla medieval construida
en la segunda mitad del siglo XIV y está dedicada fundamentalmente
a exposiciones de fotografía y dibujo.
La fase inicial contemplaba la apertura de un espacio
entre la ciudadela y la puerta de San José, posibilitando
la creación de un nuevo barrio en la zona norte de la
ciudad. El Portal del Real y el de San José, demolidos
ese mismo año, anunciaban el destino del resto de las
puertas de la ciudad, a excepción de las de Quart y
Serranos, salvadas por su utilidad como cárceles. Las
autoridades se comprometieron, en el mejor de los casos,
a colocar placas en aquellos lugares más significativos
condenados a la desaparición. Todo en aras, según el
gobierno municipal, del «ensanche, ventilación y las
mejores condiciones higiénicas a la ciudad». En la segunda
mitad del siglo XIX muchas ciudades derribaron las murallas
por viejas e inservibles, con el discutible argumento
de obstaculizar el desarrollo urbano. Valencia no fue
una excepción.
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Seguro que en más de una ocasión paseando por Valencia
has atravesado el Portal de Valldigna. Se trata de un
emplazamiento algo atípico dado que no tiene puerta.
Esta fue retirada en el año 1400 dejando el hueco del
portal tal y como se conserva en la actualidad. Está
situado en el distrito de Ciutat Vella en el barrio
del Carmen. Construido sobre la propia muralla árabe
se utilizaba para acceder a la morería de Valencia.
Se bautizó con este nombre por el Real Monasterio de
Santa María de la Valldigna al encontrase la casa del
Abad enfrente del portal desde 1319. Para evitar su
demolición el entonces director de Bellas Artes, don
Manuel González Martí, lo declaró monumento histórico-artístico
ante la idea de los propietarios de edificar la casa
y construir otra de nueva planta.
En el siglo XV llegó a España la imprenta. Aunque Segovia
y Valencia se disputan el haber instalado la primera
del país, para situar con certeza su localización sólo
se dispone información segura y cierta a través de las
impresiones realizadas en Valencia tal y como indica
el historiador del libro español D. Pedro Bohigas, quien
reafirma que el número de impresos en Valencia era por
esas fechas superior al de cualquier ciudad de España.
La imprenta, situada junto al Portal de Valldigna,
la inauguró un comerciante alemán llamado Jacobo Vizlant
que representaba a la familia de los Ravensburd. De
este taller se hizo cargo Lambert Palmar, quien editó
en 1474 la primera obra literaria de España: “Obres
e trobes en lahors de la Verge Maria”.
Cada vez la industria impresora cobró
más fuerza. A finales del siglo XV a Valencia se le
consideraba el primer centro editorial de España. Más
de una treintena de impresores se instalaron en la capital
del Turia, entre los que cabe destacar a Lope de Roca,
Nicolás Spindeler, Juan Rosenbach, Pedro Hagenbach,
Leonardo Hutz, Cristóbal Koffma, Joffre, Maciá, Romano
o el flamenco Juan Mey, entre otros. En los siglos XV
y XVI convivieron impresores, encuadernadores, curtidores
e ilustradores.
En la localidad valenciana de El Puig
tenemos el único Museo de la Imprenta y de la Obra Gráfica
de España. Se inauguró en 1987 con el objetivo de mostrar
la evolución de la imprenta, desde sus inicios en el
siglo XV hasta la actualidad. En él podemos observar
grandes colecciones de tipografía, obras gráficas, libros
y diferentes máquinas de imprimir gracias a las cuales
se muestran las técnicas y métodos de trabajo que han
ido evolucionando hasta nuestros días.
¿Sabes que El Puig fue el único municipio
valenciano que se enfrentó a Jaume I? Al parecer el
rey era muy religioso y cuando necesitaba conquistar
un territorio lo conseguía mediante el diálogo en vez
de emplear la violencia. Sin embargo El Puig no se lo
puso tan fácil y pese a luchar en vano, entró en combate.
De esta batalla nace la leyenda del origen del murciélago
en el escudo de la Generalitat. Se dice que una noche
los musulmanes habían planeado una emboscada para coger
por sorpresa a Jaume I y así conseguir expulsarle. Mientras
dormía, el rey escuchó un tambor que le despertó y fue
a buscar la procedencia de aquel sonido.
El responsable era un murciélago que se
había quedado encerrado dentro del instrumento. Jaume
I, que era muy supersticioso, se lo tomó como una advertencia
así que decidió formar a toda su caballería. Cuando
los musulmanes llegaron se encontraron con el ejército
por sorpresa y perdieron. Como muestra de agradecimiento
Jaume I situó al murciélago arriba del escudo, por encima
de todo.
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¿Donde podemos ver los restos históricos
de Valencia? Veamos algunos enlaces:
Un recorrido por la Valencia musulmana de la mano de
un personaje inventado, identificado como un chambelán
de un emir de Balansiya, que describe su ciudad desde
el presente retrocediendo en el tiempo.
Recorrido por los restos de la muralla musulmana de
Valencia.
La historia de las antiguas murallas de la ciudad
de Valencia, es la historia de tres murallas, la romana,
la musulmana y la cristiana. En la actualidad solo se
conservan restos de las murallas musulmanas y cristianas.
Se autodenomina como el primer hotel-monumento de Valencia
porque alberga elementos de las culturas que dejaron
huella en la ciudad, como algunas piezas del Circo Romano,
un mosaico y restos de la muralla árabe de Valencia.
También conserva los arcos y la escalera originales
del antiguo Palacio del Marqués de Caro, declarado BIC.
En la remodelación se hizo un gran trabajo por respetar
e integrar todos estos elementos aportando al mismo
tiempo un aire contemporáneo al hotel. El resultado
ha sido habitaciones distintas y con una historia, como
la Torre árabe, integrada en una torre de vigilancia
de la muralla; o la Cocina del Palacio. En su semisótano,
se encuentra el restaurante Alma del Temple y en el
lobby el Meta Bar donde también, a modo de pequeño museo,
se exhiben restos arqueológicos encontrados en la restauración
del hotel como azulejos góticos y candiles árabes.
Una parte de los históricos, y valiosos, restos de
la muralla árabe de Valencia pueden ya observarse desde
el interior de varias tiendas de la calle Caballeros.
Los locales han habilitado unos grandes ventanales para
poder disfrutar de este pedazo de lienzo islámico de
la antigua Balansiya.
Un tesoro escondido en un horno, un estudio
de tatuajes y una tienda de alquiler de bicis.
Excelente trato y calidad en el producto.
Y un tramo de la muralla árabe.
Café infanta nace como una apuesta el
15 de Marzo de 1992. Una apuesta por la historia y por
la nostalgia, ya que, en sus cimientos alberga restos
de la muralla árabe que rodeaba gran parte del
Barrio del Carmen, donde se ubíca este genuíno café.
Desde el principio se respetó su lugar y construcción,
aprovechando la suerte que este ofrecía para vestirlo
de acuerdo con su atigüedad. El Agua de Valencia, diferentes
sangrías y bebidas, así como su restaurante, han sido
la clave del éxito de este lugar repleto de añoranza,
el Café Infanta.
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La casa de las compuertas del Assut de l'Or es el último
resto que queda de la que fue la acequia más moderna
del sistema tradicional de riego. El Assut de l’Or se
encuentra en la zona limitada al área de sobrantes de
las acequias de Rovella y Favara, donde también se encontraban
una serie de ullals, que manan agua en la zona. Esto
creó una zona de humedales que se constituyeron como
huerta en una época reciente. En esa zona se encontraba
la acequia de l'Or, que tenía su propio azud, el Assut
de l’Or, catalogado como bien de relevancia local con
categoría de espacio protegido. El rastro de la acequia
de l'Or, promovida en 1822 por los agricultores de Alfafar
para aprovechar las aguas sobrantes al final del río
Turia, se pierde en 1975 con el plan Sur. El desvío
del río para evitar las devastadoras y recurrentes riadas
que sufría la ciudad obligó a trasladar aguas arriba
la toma de la acequia de l'Or, en concreto, al azud
del Repartiment, en el término de Quart de Poblet.
Desde allí nacen en la actualidad las acequias de Favara,
Rovella, Rascanya y de l'Or -Canal de Riego del Turia-,
cuya comunidad de regantes sigue activa y cultivando
los arrozales de la Albufera, al sur de la ciudad. Aunque
el antiguo trazado de la acequia de l'Or quedó inutilizado
para los agricultores la canalización sigue usándose
para desaguar pluviales. Algunos tramos fueron expropiados
durante la construcción de la Ciudad de las Ciencias
y más recientemente con motivo del desarrollo urbano
del sector de Moreras, a espaldas de Natzaret. El edificio,
protegido por el PGOU de Valencia y rehabilitado en
1990, ha quedado rodeado por los modernos edificios
de hormigón blanco de Santiago Calatrava. En su interior
y en el exterior tiene un cartel que marca hasta dónde
llegó la riada de 1957.
Interior y exterior de la edificiación.
El camino actual transcurre por la antigua carretera
hacia Nazaret.
Frente al azud tenemos unos bancos donde
tomar el sol y descansar.
El aprovechamiento de sobrantes está en
el origen y en el nombre mismo de la acequia. Se la
llamó del oro porque el agua con detritus domésticos
-por aquel entonces libres de detergentes y productos
químicos- y del matadero de Valencia que les traía el
Turia era el mejor abono para el campo. Era agua con
estiércol incorporado y "aquello se consideraba oro".
Ni rastro de la Avenida de Francia, centros
comerciales, viviendas ...
Aguas arriba, nunca mejor dicho, tenemos
el azud de Rovella y la Casa de l'Aigua, actualmente
en desuso.
Aprovecha la visita y acude al cercano
Museo de Historia.
Muy cerca, tenemos una columna, o lo que
queda de ella, proveniente del derribado mercado de
flores, proyectado por Goerlich en la Plaza del Ayuntamiento.
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Callejeando por Valencia es un espléndido
compendio de información.
Boveda que cubre el cajero de la acequia
de Rovella, durante unas obras en la calle Sanchis Bergón.
Derramador, en una imagen de 1915.
Y en la actualidad, cercano a la calle
Burriana.
Cajeros de la acequia, distribuidos por
el Jardín Botánico.
Sorpresa. ¿Reconoces el lugar?
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El Azud de la Acequia de Mestalla se encuentra
entre los municipios de Manises y Paterna, en la comarca
de la Huerta Oeste, de la provincia de Valencia. Está
considerado Bien de interés cultural.
Se puede datar la obra actual del siglo
XVII. Se trata de un muro compacto y recto construido
con grandes sillares y argamasa que se dispone de forma
ligeramente oblicua sobre el río Turia, después de un
meandro que le permite aprovechar mejor el envite de
la corriente para derivar el agua hacia su margen izquierda.
Allí se encuentra un pequeño tramo de canalización excavada
en el terreno que conduce el agua hacia la almenara
que evacúa los sobrantes captados que no corresponden
a esta acequia y la boca que da acceso propiamente dicho
a la acequia de Mestalla. La almenara, de grandes dimensiones,
conserva la cimentación de sillares. La compuerta metálica
es de la segunda mitad del siglo XX pues fue destruida
la anterior por la riada de 1957, tal como sucedió también
con la casa de las compuertas y las propias compuertas
de las bocas.
Conserva los arcos de las bocas de la
acequia. Ocupa el quinto lugar de las nueve acequias
que nacen desde el río Turia, ubicándose en el límite
de los términos municipales de Manises y Paterna, a
unos 500 metros río arriba del puente que une ambos
términos municipales. El azud de Mestalla se dispone
transversal a la dirección y sentido de la corriente
sin apenas inclinación para conducir las aguas hacia
la embocadura del nacimiento de la acequia en contraposición
con lo que ocurre en los azudes de Montcada, Tormos
o Mislata. Su perfil es escalonado con cinco escalones
construidos con losas de piedra caliza trabadas de unos
20 centímetros de espesor y de forma rectangular. El
arranque del azud se produce en la orilla derecha desde
un contrafuerte de base triangular incrustado en el
desnivel del margen.
En el fondo del lecho del río se dispone
un conjunto de argamasa de cal y canto formando un espacio
escalonado para permitir el asiento de las piezas de
sillería de piedra caliza machihembradas en el talón
que impiden el deslizamiento debido a la fuerza de la
corriente. El árido empleado en la construcción de esta
base es bastante irregular y procede de la erosión del
río debido a su canto rodado. La coronación del azud
está resuelta con piedras calizas de dos metros de longitud
y unos 50 centímetros de ancho trabadas a los lados.
El muro de encauzamiento de la acequia es de fábrica
de sillar calizo trabada y con entalladuras verticales
practicadas en las piezas para el alojamiento y deslizamiento
de las compuertas. El suelo del espacio delimitado por
la almenara se resuelve con un enlosado de piezas iguales
que las utilizadas para formar el graderío del azud.
También forma parte de este conjunto de construcciones
hidráulicas los restos de la casa de las compuertas,
un puente de paso sobre la acequia que por su aspecto
y conservación podría tener más de 400 años, los restos
de un antiguo molino, etc.
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Al cierre de esta entrevista, el pasado día
9, se adjudicaba la reurbanización del entorno de la Lonja
y del Mercado Central por 5,8 millones. "Con este proyecto
mejoramos el paisaje urbano en el entorno del Mercado Central
y ponemos en valor este gran entorno emblemático con la Iglesia
de los Santos Juanes, Lonja de la Seda y Mercado Central y
la intervención en Les Covetes", ha explicado la vicealcaldesa
Sandra Gomez. "En la Plaza Taula de Canvis incluimos una zona
de juegos, ya que su escala y ubicación resultan idóneas para
ese tipo de recuperación de espacio público", ha añadido.
"Con los diferentes pavimentos que se incluyen en el proyecto,
acompañaremos los recorridos de las personas y se dotará de
un entorno adecuado a cada uno de los elementos patrimoniales",
ha apuntado Gómez, quien ha resaltado que "en el caso del
entorno del Mercado se pavimentará con adoquín recuperado
como elemento de conexión con la memoria histórica".
Figuración de la reurbanización del entorno
del Mercado Central
La adjudicación de las obras de reforma del
entorno del Mercado Central y la Lonja se produce mientras
otra de las grandes intervenciones urbanas previstas en el
corazón de la ciudad sigue estancada como consecuencia de
los recursos. La reforma de la plaza de la Reina, de hecho,
ya se adjudicó hace algunos meses, pero los trabajos no han
podido iniciarse como consecuencia de los recursos que se
han presentado contra el proceso administrativo.
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