Saturnales. Un amor truncado. Y algún
spoiler.
Pedro está contento. Se acercan las Saturnales. Las mas importantes
festividades romanas y el momento ideal para pedirle la mano
a Flavia. Para colmo, es el encargado de velar por la seguridad
del cordero, un honor ser el sacrificado. El Templo de Saturno
luce brillante, el mármol pulido y el Foro Romano será testigo,
como siempre, del bullicio del gentío. Y ahí está el, mirando
fijamente al animal. Ya huele a pan. Se servirá en el banquete,
se intercambiarán regalos. Y se relajarán las costumbres.
Sí, sin duda, es una buena época para vivir, piensa para si,
Pedro, el vigilante de carneros.
El poeta Catulo lo llamó «el mejor de los días».
Introducida alrededor del 217 a. C. para elevar la moral
de los ciudadanos después de una derrota militar sufrida ante
los cartagineses en el lago Trasimeno, oficialmente se celebraba
el día de la consagración del templo de Saturno en el Foro
romano, el 17 de diciembre, con sacrificios y banquete público
festivo (lectisternium) y al grito multitudinario de «Io,
Saturnalia». Pero esta fiesta era tan apreciada por el pueblo,
que de forma no oficial se festejaba a lo largo de siete días,
del 17 al 23 de diciembre. Las autoridades estatales se vieron
obligadas a atender a la costumbre popular, visto el fracaso
que supuso intentar reducir a 3 o 5 días de celebraciones
propuestas respectivamente por Augusto y Calígula. A finales
del siglo I, las vacaciones judiciales se prolongaron definitivamente
a cinco días. En las fiestas Saturnales, se decoraban las
casas con plantas y se encendían velas para celebrar la nueva
venida de la luz. Los romanos amigos y familiares, se hacían
regalos (en un principio, recordando a antiguos rituales,
velas o figurillas de barro) como los que se hacen en la fiesta
de la Navidad. Estas fiestas estaban dirigidas por un sacerdote,
que cambiaba según el dios al que se le daba culto, el sacerdote
se elegía en un colegio de sacerdotes.
Saturnalia de Ernesto Biondi (1909), en el Jardín Botánico
de Buenos Aires. Las Saturnales se celebraban por dos motivos,
en honor a Saturno, dios de la agricultura y como homenaje
al triunfo de un victorioso general (fiesta del triunfo).
Las primeras se celebraban del 17 al 23 de diciembre, a la
luz de velas y antorchas, por el fin del período más oscuro
del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento
del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada
del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno).
Probablemente las Saturnales fueran las fiestas de la finalización
de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de
la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones
dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos
domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano.
El templo de Saturno (en principio el dios más importante
para los romanos hasta Júpiter), al pie de la colina del Capitolio,
la zona más sagrada de Roma, marcaba el comienzo, seguido
de un banquete público al que estaba invitado todo el mundo.
Los romanos asociaban a Saturno, dios agrícola protector de
sembrados y garante de cosechas con el dios prehelénico Crono,
que estuvo en activo durante la mítica edad de oro de la tierra,
cuando los hombres vivían felices, sin separaciones sociales.
Durante las Saturnales, los esclavos eran frecuentemente liberados
de sus obligaciones y sus papeles, en algunos casos, cambiados
con los de sus dueños, intercambiar ropajes y labores. Quizás
tambien lugar en el lecho. Posteriormente, el nacimiento del
Sol y su nuevo período de luz fueron sustituidos por el papa
Julio I, quien hizo coincidir en esas fechas el nacimiento
de Jesús de Nazaret con el objetivo de acabar con las antiguas
celebraciones. Gradualmente las costumbres paganas pasaron
al Día de Año Nuevo, siendo asimiladas finalmente por la fiesta
cristiana que hoy en día se conoce universalmente como el
Día de Navidad.
Y se acabó lo bueno. Se inventó el papel de
regalo y el resto es historia.
Para el anarquista italiano Luigi Fabbri, las Saturnales,
que muestran al ser humano viviendo libre sin ley ni amo,
son «un indicio de que el alma humana ha aspirado siempre
a la libertad» y de que «entreveía el ideal de una sociedad
de gentes libres e iguales».
También los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta
del Natalis Solis Invicti o asociada al nacimiento de Apolo.
El 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio
de invierno, y que los romanos llamaron bruma. Cuando Julio
César introdujo su calendario en el año 45 a. C., el 25 de
diciembre debió ubicarse entre el 21 y 22 de diciembre de
nuestro Calendario Gregoriano. De esta fiesta, se tomó la
idea del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesucristo.
Los antecedentes de la Navidad habría que situarlos en los
años 320-353, durante el mandato del papa Julio I, que fijó
la solemnidad de Navidad el 25 de diciembre, a pesar de la
creencia de que Jesucristo nació durante la primavera, quizá
con la intención de convertir a los paganos romanos en cristianos.
Posteriormente el año 440, el Papa León Magno estableció esta
fecha para la conmemoración de la Natividad casi un siglo
más tarde, en 529 el emperador Justiniano la declara oficialmente
festividad del Imperio.
La Sagrada Escritura sólo señala que la muerte de Cristo
se produjo durante la Pascua judía. Por otro lado, la primera
representación del Belén, que escenificaba el nacimiento de
Cristo, la realizó San Francisco de Asís en la Nochebuena
de 1223, en una cueva próxima a la ermita de Greccio, en Italia.
En cambio, la tradición del árbol de Navidad procede del norte
de Europa.
En la actualidad, con la clásica representación
se realizan auténticas obras de arte.
El árbol de Navidad o árbol navideño es un elemento decorativo,
típico de la fiesta de Navidad. Tradicionalmente suele emplearse
una conífera de hoja perenne, destacando entre ellas las especies
de abeto, o también los árboles de pino. En la actualidad
está muy popularizado el uso de árboles artificiales, de plástico
y otros materiales sintéticos. Se decora con adornos como
bolitas de colores de cristal u otro material menos frágil,
luces, estrellas, campanas, lazos, espumillones, guirnaldas
u otras decoraciones.
Cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa,
descubrieron que sus habitantes celebraban el nacimiento de
Frey, dios del Sol y la fertilidad, adornando un árbol no
perenne, en la fecha próxima a la Navidad cristiana de la
actualidad. Este árbol simbolizaba al árbol del Universo,
llamado Yggdrasil, en cuya copa se hallaba Asgard (la morada
de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín); y en las
raíces más profundas estaba Helheim (el reino de los muertos).
Posteriormente con la evangelización de esos pueblos, los
conversos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento
de Cristo, pero cambiándole totalmente el significado. Se
dice que San Bonifacio (680-754), evangelizador de Alemania,
tomó un hacha y cortó un árbol que representaba al Yggdrasil
(aunque también pudo ser un árbol consagrado a Thor), y en
su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el
amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas
simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras
que las velas representaban la luz de Jesucristo como luz
del mundo. Conforme pasaba el tiempo, las manzanas y las velas
se transformaron en esferas, luces y otros adornos. Después
se agregó la tradición de poner regalos para los niños bajo
el árbol, enviados por San Nicolás o también conocido como
Santa Claus (y Papá Noel) o los Reyes Magos, dependiendo de
las costumbres de la zona donde se encuentre.
Thor en la cultura popular.
Es posible que el primer árbol navideño, como se conoce en
la actualidad, surgiera en Alemania, donde se implantó por
primera vez en 1605 para ambientar el frío de la Navidad,
comenzando así su difusión. A Finlandia llegó en 1800, mientras
que a Inglaterra lo hizo en 1829, y en el Castillo de Windsor
se vio por primera vez en 1841 de la mano del príncipe Alberto,
esposo de la reina Victoria.
La costumbre de adornar un árbol en los hogares españoles
fue traída en el año 1870 por una princesa de origen ruso
llamada Sofía Troubetzkoy, que después de enviudar del duque
de Morny, hermano por parte de madre de Napoleón III, contrajo
segundas nupcias con el aristócrata español José Osorio y
Silva, marqués de Alcañices, uno de los mayores promotores
de la Restauración borbónica que permitió reinar a Alfonso
XII. Por ello, parece ser que la primera vez que se colocó
un árbol navideño en España fue en Madrid, durante las navidades
del año 1870, en el desaparecido palacio de Alcañices, ubicado
en el paseo del Prado, esquina con la calle de Alcalá.
La tradición de adornar el árbol navideño parece que se inició
en Alemania y Escandinavia en los siglos XVI y XVII, extendiéndose
posteriormente a otros países europeos. Para su decoración
se emplea en la actualidad una gran diversidad de objetos
y elementos, siendo los más tradicionales:
Estrella: colocada generalmente en la punta del árbol, representa
la fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando a la
estrella de Belén. Esfera: al parecer en un principio San
Bonifacio adornó el árbol con manzanas, representando con
ellas las tentaciones. Hoy día, se acostumbra a colocar bolas
o esferas (en algunas regiones también llamadas bambalinas
o chirimbolos), que simbolizan los dones de Dios a los hombres.
Lazos: Siempre se ha pensado que los lazos representan la
unión de las familias y personas queridas alrededor de dones
que se desean dar y recibir. Luces: en un principio velas,
representan la luz de Cristo.
El árbol de Navidad recuerda al árbol del Paraíso de cuyos
frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original;
y por lo tanto recuerda que Jesucristo ha venido a ser Mesías
prometido para la reconciliación. Pero también representa
al árbol de la Vida o la vida eterna, por ser de tipo perenne.
Por otra parte, el árbol navideño simboliza la descendencia
y el brote del Árbol de Jesé que sería Jesús, el culmen de
las profecías. La forma triangular del árbol (por ser generalmente
una conífera, con particular incidencia del abeto) representa
a la Santísima Trinidad. Las oraciones que se realizan durante
el Adviento se diferencian por un color determinado, y cada
uno simboliza un tipo: El azul para las oraciones de reconciliación.
El plata para las de agradecimiento. El oro para las de alabanza.
El verde para las de abundancia, fortaleza y naturaleza.
Tiziano en 1550 representó a Adán y Eva en el Jardín
del Edén y a la primera de ellos cogiendo del árbol el fruto
prohibido que Dios les había ordenado no comer.
Según algunas iglesias cristianas, el 25 de diciembre era
la fecha observada por los paganos de la antigüedad como el
día del nacimiento de un deida pagana, asociada con el dios
del sol. La reina Semiramis (relacionada con Nemrod) y sus
seguidores sostenían que el 25 de diciembre, un árbol siempre
verde brotaría durante la noche de un tocón seco en Babilonia,
y que Nemrod volvería secretamente todos los años a la misma
hora para dejar presentes en el árbol.
Pero con el fin de convertir a los pueblos paganos al cristianismo,
la Iglesia Católica estableció el 25 de diciembre como fecha
del nacimiento de Jesús. Así, en lugar de celebrar a un dios
pagano, se estaría celebrando al Dios judeocristiano.
La Navidad tiene a Papá Noel como uno de sus rostros más
característicos. Santa Claus es la figura representativa de
la ilusión en los más pequeños, ya que es el encargado de
portar los regalos a todas las casas en la víspera del día
de Navidad, según la historia de Papá Noel para niños. A medida
que nos hacemos mayores el componente fantástico que existe
entorno a esta tradición navideña se descubre, pero la historia
de Papá Noel también cuenta con un origen real. Sabemos que
cada madrugada del 24 al 25 de diciembre viene Santa Claus
a traer los regalos más deseados por cada persona. Pero ¿Quién
es Papá Noel?, ¿Cuál es su historia verdadera?
Para descubrir el origen de Papá Noel, hay que remontarse
al siglo III d.C. En la ciudad turca de Patara, nació el obispo
cristiano llamado Nicolás de Bari, figura sobre la que se
cimenta el personaje actual de Santa Claus y que podemos identificar
como el creador de Papa Noel. Con la temprana muerte de sus
padres, el joven Nicolás de Bari repartió todas sus posesiones
entre las personas más necesitadas. Además, se abrazó a la
religión como medida paliativa al dolor que sentía por el
fallecimiento de sus padres. Posteriormente, el joven se convirtió
en obispo de Mira, una ciudad situada en Licia, región ubicada
en el sudoeste de Asia Menor. Nicolás de Bari destacaba por
su enorme caridad hacia los más necesitados, preocupándose
especialmente por los niños, algo que tiene en común con la
actual figura de Papá Noel. De hecho, era conocido como episcopus
puerorum, es decir, el obispo de los niños. Nicolás de Bari
murió el 6 de diciembre de 345. Al tratarse de una fecha muy
cercana a la Navidad, se estableció como el santo y la figura
ideal para el reparto de golosinas y regalos a los más pequeños
en el Día de Navidad. A partir del siglo VI d.C. se comenzaron
a construir una serie de templos en honor a Nicolás de Bari
y, en 1087, se trasladaron sus restos mortales a la ciudad
de Bari, en Italia. En el siglo XII, creció la tradición católica
de San Nicolás por todo el continente europeo y en el siglo
XVII emigrantes de origen holandés exportaron esta costumbre
a Estados Unidos. Y así se creó la historia de Papá Noel.
En Estados Unidos, es tradición dejar pasteles caseros y galletas
a Papá Noel junto a un vaso de leche, un aspecto similar a
lo que ocurre en España con los Reyes Magos de Oriente. El
nombre de Santa Claus se creó a partir del nombre de santo
alemán Sankt Nikolaus, motivo por el que se llama a Papá Noel
"Santa Claus" en la actualidad.
Para saber la historia de Papá Noel completa, debes conocer
el mito de Santa Claus que surge a raíz de la tradición católica
llevada por los emigrantes holandeses a Estados Unidos de
San Nicolás. Este Santa Claus americano llegó también en el
siglo XIX a Inglaterra y a Francia, lugar en el que se fusionó
con Bonhomme Noël, el origen del Papá Noel con un físico similar,
pero vestido de blanco con colores dorados. A finales del
siglo XIX, se termina de modelar la historia de Papá Noel
que conocemos ahora con un anuncio estadounidense de la empresa
Lomen Company. Es en esta producción publicitaria es dónde
se termina de resolver cuestiones como "dónde vive Papá Noel"
y "qué medio de transporte utiliza" con el fin de dar más
consistencia a este personaje navideño. Es a partir de este
anuncio que se populariza la creencia de que Santa Claus vive
en el Polo Norte y que, además, utiliza un trineo tirado por
renos como el medio de transporte para llegar a todas las
casas del mundo en Navidad.
En 1809 el escritor Washington Irving escribió la sátira
«Historia de Nueva York» en la que presentaba a un santo holandés
(Sinterklaas) con la pronunciación angloparlante de Santa
Claus. Mas adelante, en 1823, el poeta Clement Moore publica
un poema con el que dio forma al actual mito de Santa Claus.
Basándose en el personaje de Irving crea una versión de Santa
Claus, enano y delgado, como un duende que regala juguetes
a los niños en vísperas de Navidad y que se desplaza en un
trineo tirado por nueve renos. En 1863 el dibujante alemán
Thomas Nast crea la conocida figura gruesa y barbuda para
sus tiras navideñas en Harper’s Weekly.
A raíz de un anuncio de la estadounidense Lomen Company se
popularizan los renos como medio de transporte de Santa Claus,
a finales del siglo XIX. En 1931 la empresa Coca Cola encarga
al pintor Habdon Sundblom la remodelación de la figura de
Santa Claus para hacerlo más humano y creíble. Se considera
que la campaña masiva de Coca Cola fue una de las principales
razones por las cuales Santa Claus terminó vestido de color
rojo y blanco, aunque estos publicistas no fueron los primeros
en representarlo con estos colores.
Las costumbres tradicionales en España están siendo arrinconadas
por el famoso y regordete barbudo. En Cataluña y algunas zonas
de Aragón un tronco «mágico» (conocido como Tió o Cagatió)
es golpeado cada 25 de diciembre para conseguir los regalos
ocultos en su interior. También en algunos pueblos vascos
y navarros los regalos los traía el carbonero Olentzero acompañado
de duendes de barba blanca, botas altas y gorro de armiño.
En ciertas zonas del centro de Galicia existe el Apalpador.
El día de Navidad deja castañas a los niños más delgados para
que engorden y carbón a los mejor alimentados.
Navidad en 1895.
Según la historia de Papá Noel, tomando como referencia la
fecha de fallecimiento de Nicolás de Bari, el 6 de diciembre
de 345, Papá Noel tendría aproximadamente 1676 años. En cambio,
si consideramos cuándo se creó el Papá Noel que conocemos
actualmente, con la llegada del Santa Claus americano en Europa
y su fusión con el Papá Noel francés en el siglo XIX, tendría
alrededor de 200 años. Para que Santa Claus siga cumpliendo
años y siga haciendo todas nuestras Navidades especiales,
es necesario contarle a los pequeños que Papá Noel existe
y cuidar su inocencia. Es importante mantener la tradición
de la historia de Papá Noel para los niños, ya que esta hace
que vivan con especial ilusión la Navidad.
En concordancia a la historia de Papá Noel, la llegada de
Santa Claus se vincula con la festividad del día de Navidad,
es decir, el 25 de diciembre. También se relaciona con el
nacimiento de Jesucristo (el propio 25 de diciembre). Todos
conocemos la historia de Papá Noel para niños: en la noche
del 24 de diciembre (Nochebuena) al 25, Papá Noel entra en
todas las casas por la chimenea y deja los regalos correspondientes.
Santa Claus llega procedente del Polo Norte acompañado por
un grupo de duendes, que son los encargados de la fabricación
de los juguetes y el resto de regalos pedidos por los más
pequeños. Una vez Papá Noel llega a cada casa, coloca los
regalos debajo del árbol de Navidad para que los niños puedan
abrirlos en la mañana del 25 de diciembre. La historia dice
que solo reparte regalos a los pequeños que han sido buenos
durante todo el año.
Hay unos 2.000 millones de niños en el mundo (considerando
únicamente a las personas con menos de 18 años). Pero dado
que Santa Claus no parece que se ocupe de los niños musulmanes,
hindúes, judíos y budistas, la cifra se reduce a un 15% del
total (unos 378 millones, según las estadísticas mundiales
de población). Según estas estadísticas, se puede calcular
una media de 3,5 niños por hogar, por lo que estamos hablando
de unos 91,8 millones de hogares (suponiendo que en cada uno
de ellos, haya al menos un niño que se haya portado bien).
Pero ¿A qué velocidad viaja Santa Claus para entregar todos
los regalos del mundo?
Edward Asner, Tim Allen y Edmund Gwenn. Hollywood.
Santa Claus dispone de 31 horas en Nochebuena para realizar
su trabajo, gracias a los diferentes husos horarios y a la
rotación de la Tierra (se supone que viaja de este a oeste,
lo cual parece lógico). Esto supone 822,6 visitas por segundo.
En otras palabras, en cada hogar cristiano con niño bueno,
Santa Claus tiene 1 milésima de segundo para estacionarse,
salir del trineo, bajar por la chimenea, llenar los calcetines,
repartir los demás regalos bajo el árbol, comerse lo que le
hayan dejado, trepar otra vez por la chimenea, subir al trineo
y partir hacia la siguiente casa.
Pero ¿A qué velocidad viaja Santa Claus? Suponiendo que cada
una de estas 91,8 millones de paradas esté distribuida uniformemente
sobre la superficie de la Tierra, hay 1,2 km entre casa y
casa. Esto da un recorrido total de l l0 millones de km, sin
contar lo necesario para las paradas y hacer lo que cada uno
de nosotros haría al menos una vez en 31 horas. Se deduce
de ello que el trineo de Santa Claus se mueve a unos 1.000
km/s, 3.000 veces la velocidad del sonido. Como comparación,
el vehículo fabricado por el hombre que mayor velocidad alcanza,
la sonda espacial Ulises, se mueve a unos míseros 43 km/s.
Un reno convencional puede correr a una velocidad punta de
unos 24 km/h.
La carga del trineo añade otro elemento interesante al estudio.
Suponiendo que a cada niño sólo se lleve un Tente de tamaño
mediano (0,9 kg), el trineo transporta unas 321.300 toneladas,
sin contar a Santa Claus, a quien siempre se le describe como
bastante rellenito. En la tierra, un reno convencional no
es capaz de transportar más allá de 150 kg.
Y qué mas dá si las cifras tengan mal olor.
Tanto si eres ateo, agnóstico o creyente, todos tenemos
una versión de la historia a la que acogernos.
Pero volviendo al diligente vigilante, que al menos en la
espera lo tenían bien alimentado. Cerdo con garum,
vino de Hispania y la siempre agradable compañía
de una esclava, rechazada, pues su corazón ya tenia
próxima la conquista.
Flavia resultó estar enamorada de la
hija de un rico comerciante, un braguetazo en toda regla.
Así que Pedro, compuesto y sin novia, se tuvo que conformar
con una prima lejana, no demasiado agraciada. Pero viéndolo
a el, tampoco se le pueden pedir peras al olmo.
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