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Apenas hacía dos días que la ciudad de Madrid había caído en manos
de las tropas del bando sublevado cuando el 1 de abril de 1939 el
general Francisco Franco lanzó el célebre comunicado por radio informando
del fin de la Guerra Civil española (1936-1939): "En el día de hoy,
cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales
sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Burgos,
1º de abril de 1939, año de la victoria. El Generalísimo. Fdo. Francisco
Franco Bahamonde." Tras más de dos años de asedio continuado, con
la captura de la capital se certificaba la victoria de los rebeldes
en un conflicto que habían iniciado con el golpe de estado el 18
de julio de 1936. La imagen muestra el aspecto del antiguo edificio
de la Diputación Provincial de Madrid, en el centro de la ciudad,
tras la guerra.
Muy pocas veces en la historia las luces de la celebérrima
esquina londinense se han apagado. Este apagón siempre ha sido el
reflejo de algún momento crítico en la historia del Reino Unido.
La intersección fue construida en 1819 y bautizada con este nombre
porque une la calle Piccadilly con otras formando un gran espacio
circular, algo que en latín era conocido como circus. Los característicos
carteles eléctricos se colocaron por primera vez en 1918 y la marca
pionera en lucirse anunciada con ellos fue la francesa Perrier.
En 1939, debido a las restricciones de señales luminosas en Londres
para evitar convertirse en un blanco fácil de los bombardeos durante
la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), sus luces fueron apagadas
por primera vez y permanecieron así todo el conflicto. Años después,
en 1965 volvió a caer la oscuridad en Piccadilly con motivo de la
muerte del ex Primer ministro Winston Churchill, y de nuevo en 1997,
tras la muerte de la princesa Diana. En la imagen se puede ver el
momento de la vuelta a la normalidad en la plaza tras la guerra.
El World Press Photo ya tiene sus ganadores de este
2022. El certamen, que anunció hace unos días sus ganadores regionales,
ha hecho público este jueves a sus premios globales. El primero
en anunciar ha sido el premio a la fotografía del año, un galardón
que ha ido para la canadiense Amber Bracken y que capta las tumbas
de niños indígenas de los internados de Canadá. Es la quinta mujer
en la historia que recibe este reconocimiento.
Publicado inicialmente en el New York Times, el trabajo
invita a reflexionar sobre “los efectos devastadores de la colonización
y la importancia de preservar el conocimiento indígena”. Por otro
lado, cabe destacar que es la primera vez en los 67 años de historia
de World Press Photo que no aparece ninguna persona en la instantánea.
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1.
Buchenwald era uno de los campos de concentración
más grandes establecidos por los nazis. El campo se construyó en
1937 en un área arbolada sobre la ladera norte del Etterberg, alrededor
de cinco millas al noroeste de Weimar en la Alemania oriental central.
Antes de que los nazis tomaran el poder, Weimar era mejor conocido
como la casa de Johann Wolfgang von Goethe, que representaba la
ilustración alemana del siglo XVIII, y como el lugar de nacimiento
de la democracia constitucional alemana en 1919, la Republica de
Weimar. Durante el régimen nazi, “Weimar” llegó a estar asociado
con el campo de concentración de Buchenwald.
El 11 de abril de 1945, prisioneros sufriendo de inanición
y consumidos asaltaron las atalayas, tomando control del campo.
Más tarde en ese mismo día, las fuerzas americanas entraron a Buchenwald.
Soldados de una división del Tercer Ejército estadounidense encontraron
a más de 20.000 personas en el campos, 4.000 de ellos judíos, Aproximadamente
56.000 personas fueron asesinadas en el sistema de campos de Buchenwald,
la mayoría de ellos después de 1942.
Guardias del campo, capturados por los prisioneros,
el dia de la liberación.
El programa Apolo de la NASA se puso en marcha en
1960 con el objetivo de acercarse lo máximo posible a la luna para
un eventual alunizaje. Si bien la primera nave espacial de la historia
pisó la luna en 1969 logrando así el objetivo planteado, el programa
continuó activo hasta 1972 cuando el Apolo 17 realizó el último
vuelo. Durante estos 12 años se lanzaron hasta 16 naves tripuladas,
de las cuales 6 consiguieron llevar a al menos un miembro de su
tripulación a pisar el suelo del satélite terrestre. La quinta y
penúltima fue el Apolo 16, lanzada el 15 de abril de 1972 desde
el Centro Espacial Kennedy, en Florida, y que regresó a la tierra
el 27 de abril. Los tres astronautas que formaron su tripulación—
John Young, Charles Duke y Ken Mattingly— llevaban muchos meses
de entrenamiento, una preparación que, entre otras muchas cosas,
incluyó viajes de campo de geología. En la imagen se puede ver a
John Young y Charles Duke durante un entrenamiento en Río Grande,
en Nuevo México, rodeados de un paisaje parecido al que encontrarían
en la luna y haciendo un reconocimiento exterior como el que deberían
hacer un tiempo después sobre la superficie lunar.
Eran las 5 de la madrugada del 18 de abril de 1906
cuando el desplazamiento de las placas tectónicas que forman la
conocida Falla de San Andrés (la Norteamericana y la del Pacífico),
en la costa de California, provocó uno de los peores terremotos
de la historia de Estados Unidos. Con una magnitud de 7,9 grados
en la escala de Richter, su epicentro estuvo tan cerca de la ciudad
de San Francisco que prácticamente la devastó por completo. En el
momento se calculó que la cifra de muertos era de entre 375 y 500,
pero estudios posteriores la han elevado hasta los casi 3.000, pues
un gran número de víctimas del barrio de Chinatown fueron ignoradas.
Tras el gran temblor, se originó un enorme incendio que arrasó gran
parte de la ciudad, empeorando si cabe los estragos del desastre.
De los 410.000 habitantes, alrededor de 300.000 se quedaron sin
casa. La imagen tomada por Arnold Genthe muestra el aspecto de la
calle Sacramento pocas horas después del terremoto, las casas destrozadas
y la gigantesca nube de humo alzándose al fondo como consecuencia
del incendio posterior.
Al día siguiente de la explosión del reactor número
4 de la central nuclear de Vladímir Iluch Lenin, en Chernóbil, el
fotorreportero Igor Kostin fue enviado a la zona. Entonces trabajaba
para la agencia de noticias Novosti, para quien había cubierto conflictos
bélicos en Vietnam y Afganistán. Por aquel entonces, Kostin ignoraba
que lo que estaba a punto de ver a través de su cámara, exponiéndose
a la radioactividad del lugar, cambiaría su vida y su salud. Tampoco
sabía entonces que lo que vería formaría parte de la historia de
la humanidad ni que, de hecho, acabaría en una miniserie de HBO
que se inspira en sus fotografías y en fragmentos del Premio Nobel
de Literatura Svetlana Aleksiévich, por su Voces de Chernóbil.
Igor Kostin fue el primer fotógrafo enviado al desastre
nuclear. Nadie más estuvo allí sacando fotos al día siguiente del
accidente en Chernóbil. Tomó fotos desde un helicóptero de lo que
quedó del reactor número 4, sin saber que se estaba exponiendo a
una enorme radiación. De hecho, desde aquel 26 de abril de 1986,
Kostin tuvo que tratarse toda su vida debido a la exposición a la
radiación en hospitales de Kiev, Moscú e Hiroshima. El fotorreportero
también escribiría un libro, Chernóbil, confesiones de un reportero,
en el que explica que el desastre nuclear le cambió la vida. Las
fotografías de Igor Kostin son impactantes, destacan por los protagonistas
que aparecen en ellas: personas con chalecos y máscaras buscando
vida entre los escombros y sacando peces muertos del mar; una persona
paseando un carrito con un bebé también con la máscara (es la foto
de portada de su libro); un médico tratando un paciente tumbado
en una cama y aislado con una especie de cortina de plástico. Pero
sin duda, las fotos más escalofriantes son las de las consecuencias
sobre las vidas humanas: una de las fotos es la de un niño de pocos
años jugando con una pelota.
Kostin descubrió a este chico en 1988, en un orfanato
de Bielorrusia. La foto fue publicada en la prensa local del país
bajo el título “el niño de Chernóbil”: un niño que nació sin un
brazo, con las piernas cortas, jugando con una pelota. Posteriormente,
la foto se imprimiría en la revista alemana Stern y se convertiría
en una de las fotos más conocidas tras el desastre. El chico que
nació sin brazos debido a la radiación a la que se expuso su madre
durante la catástrofe de Chernóbil sería adoptado, años después,
por una familia británica. No existe una amplia hemeroteca audiovisual
del accidente de Chernóbil: películas y carretes también sufrieron
las consecuencias de la radiación, por lo que muchas de las imágenes
que se consiguieron fueron imposibles de conservar o de revelar.
La primera foto que se tomó, desde el helicóptero, fue la de Igor
Kostin: lo que quedaba del reactor RBMK-100 eran los escombros y
parte de la estructura. Los vídeos que se conservan muestran pequeños
destellos de luz: es la radiación, visible a través de la lente
de la cámara. El accidente de Chernóbil se convirtió en uno de los
hechos más estremecedores de la historia de la humanidad. Fue el
accidente nuclear más grave, por delante de otros como el de Goiânia
en 1987 (Brasil), el de Buenos Aires en 1983 (Argentina), el de
Saint-Laurent en 1969 (Francia) y el de Fukushima en 2011 (Japón).
Chernobyl: las históricas fotografías de los primeros
días después del accidente nuclear:
En abril de 1986 los operadores cometieron en la sala
de control del reactor número cuatro de la Central Nuclear V.I.
Lenin de Chernóbil, una serie de errores fatales. La explosión subsiguiente
arruinó la tierra, mató a muchas personas y a otras tantas les dejó
secuelas inimaginables. Esta es la historia de algunas de ellas.
Debido a su ubicación geográfica en la parte más al
este de Alemania, durante los primeros años de la Segunda Guerra
Mundial (1939-1945) la ciudad de Leipzig, una de las más importantes
del país en aquel momento, se consideraba fuera del alcance de los
bombarderos. Sin embargo, durante 1943 muchas ciudades de los alrededores
fueron alcanzadas por los proyectiles aliados y pronto los habitantes
de Leipzig fueron conscientes que la guerra también estaba encima
suyo. A partir de entonces, parece que la urbe se situó en el punto
de mira de los ataques aliados. Fue bombardeada en diciembre de
1943, en febrero, mayo y diciembre de 1944 y recibió dos grandes
ataques aéreos en febrero de 1945, pocos meses antes de la derrota
nazi. Cuando las tropas aliadas entraron en la ciudad en su camino
hacia Berlín, la encontraron en un auténtico estado de ruinas, tal
y como muestra esta imagen tomada el 29 de abril de 1945, dos días
antes de la rendición definitiva de la capital.
Situado a unos 10km de distancia de la ciudad del
mismo nombre, el de Dachau fue uno de los primeros campos de concentración
creados por el gobierno nazi durante la década de 1930. Concretamente,
fue a finales de marzo de 1933 cuando llegaron allí los primeros
deportados. Al principio funcionó como un campo de trabajo en el
que los prisioneros eran utilizados como mano de obra esclava, pero
en poco tiempo se convirtió en un campo de concentración y hacia
el final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) en un campo de
exterminio de personas. Una de las principales particularidades
de Dachau fue que el modelo que se usó para su construcción y funcionamiento
se consideró el óptimo, por lo cual sirvió como patrón a cuya imagen
y semejanza se crearon muchos de los centros de internamiento y
asesinato que posteriormente se harían tristemente célebres. Su
liberación tuvo lugar el 29 de abril de 1945 por parte de tropas
estadounidenses, quienes se encontraron con alrededor de 32.000
supervivientes, entre ellos los tres protagonistas de esta imagen.
Lichtenburg fue uno de los primeros campos de concentración
abiertos por el régimen nazi de Adolf Hitler en 1933. Aunque se
clausuró durante unos meses en 1937, fue reabierto en 1938, y poco
después se convirtió en un subcampo de Ravensbruck, conocido por
acoger un gran número de mujeres presas. Por ello, desde 1937, muchos
de los cautivos empezaron a ser trasladados a Buchenwald. Este,
a su vez, hacia el final de la guerra se había convertido en uno
de los mayores campos del sistema de tortura y exterminio creados
por el Tercer Reich, por lo que también hubo que reubicar a muchos
de sus internos, que fueron trasladados a subcampos como el de Langenstein,
inaugurado en abril de 1944. A pesar de que solo estuvo activo un
año, pasaron por él 7.000 prisioneros, de los cuales se calcula
que murieron la mitad, aunque algunos estudios señalan que solo
sobrevivió una tercera parte. Una de las referencias más conocidas
de este campo era el llamado Pino de la muerte, el árbol donde eran
ahorcados aquellos que intentaban huir y fracasaban. En la imagen
se puede ver a algunos de los supervivientes el 29 de abril de 1945,
el día que las tropas estadounidenses liberaron Langenstein.
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