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Incluso los medios filonazis estuvieron vetados en el encuentro
que se celebró el 3 de enero de 1935 en la Ópera de Berlín donde
se reunieron los altos cargos del Partido Nazi de Adolf Hitler.
En la imagen se puede ver a Hitler, Goering y Viktor Lutze, jefe
de las SA tras la caída de Ernst Röhm, hablando animadamente mientras
el resto del público atiende el espectáculo operístico que se estaba
desarrollando en el escenario, una representación del Tannhauser
de Richard Wagner. El hecho de que ni siquiera los medios más afines
al gobierno pudieran estar presentes y el clima de tensión creciente
que se vivía en Alemania hizo correr los rumores de que en la fiesta
se preparaba algún tipo de levantamiento. Hitler se encargó de desmentirlo
diciendo que se trataba de una fiesta informal de Año Nuevo. Nunca
se supo qué asuntos de trataron aquel día de enero en el teatro.
Faltaban apenas tres años para el estallido de la Segunda Guerra
Mundial (1939-1945).
En plena Guerra de Vietnam (1955-1975), la capitana Susan B. Struck
descubrió que estaba embarazada. En algunas entrevistas ha contado
que pensó: "mierda". Era 1970, tenía 26 años y estaba casi empezando
su carrera militar, algo que había deseado desde pequeña. Pero según
las normas del Ejército de Estados Unidos ser madre y soldado no
era compatible. A pesar de que Struck consiguió una de las mejores
abogadas y decidió llevar hacia delante el embarazo, cuando nació
su hija en diciembre de 1970 tuvo que darla en adopción para poder
continuar con su trabajo. Su caso se convirtió en un asunto público,
pues tras el nacimiento Susan siguió luchando por sus derechos como
mujer en los juzgados. A pesar de que nunca obtuvo el éxito que
perseguía, sentó un precedente que contribuiría a que las fuerzas
estadounidenses se modernizaran en cuanto a derechos básicos de
sus trabajadoras femeninas. En la imagen, aparece sosteniendo a
su bebé pocos días después de dar a luz.
La Fédération Internationale de l'Art Photographique o FIAP, es
una organización internacional de asociaciones nacionales de fotografía.
Más de 85 asociaciones nacionales son miembros, que comprenden casi
un millón de fotógrafos individuales. La FIAP fue fundada por M.
Van de Wijer de Bélgica en 1946. Los primeros miembros fueron las
asociaciones fotográficas de Bélgica, Holanda, Italia, Portugal
y Suiza. En 1947 se unieron Dinamarca, Finlandia y Hungría. El primer
congreso de la FIAP tuvo lugar en Berna, Suiza, en 1950, momento
en el que miembros adicionales de asociaciones nacionales incluyeron
a Austria, Brasil, Cuba, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Luxemburgo,
Suecia y Yugoslavia. Las Bienales FIAP se celebran actualmente cada
2 años, en diferentes países, durante los años impares para la fotografía
en blanco y negro y la naturaleza, y los años pares para la fotografía
en color. La FIAP otorga un excepcional título honorífico de Master
of Photography (MFIAP). El tercer hombre que recibió un MFIAP fue
Benu Sen de India.
Después de haber transcurrido dos años desde el inicio de la Primera
Guerra Mundial en 1914 con la reacción en cadena precipitada por
el asesinato del heredero al trono austrohúngaro Francisco Fernando
de Austria, el año 1916 fue uno de los más duros de la contienda.
Durante el tercer trimestre del año coincidieron durante unos días
las batallas del Somme y de Verdún, ambas con final victorioso para
los aliados. Con la intención de responder y ofrecer una mejor resistencia,
el Imperio alemán decidió construir la llamada Línea Hindenburg,
cuyo nombre hacía honor a uno de los generales que la ideó y que
años después se convertiría en presidente de Alemania. Esta enorme
línea de defensa que discurría por el noreste de Francia se convirtió
en uno de los objetivos de los aliados cuando ya se vislumbraba
el final de la contienda. En la imagen, se puede ver a un grupo
de soldados estadounidenses armado con un cañón de artillería durante
una de las ofensivas tratando de avanzar hacia las trincheras alemanas
en el camino hacia la Línea Hindenburg. Fue completada en febrero
de 1917 y los aliados la rompieron en septiembre de 1918.
La policía antidisturbios y el ejército de Guatemala,
dispersaron por la fuerza este lunes -por segundo día consecutivo-
una caravana de miles de migrantes centroamericanos, principalmente
hondureños, que buscaba llegar a Estados Unidos. Según medios locales,
las autoridades volvieron a usar gases lacrimógenos y golpearon
con palos a los integrantes del grupo, que se habían vuelto a organizar
y bloquearon una carretera tras ser reprimidos el domingo. Los reportes
indican que la policía dio a los migrantes 10 minutos para despejar
la vía y, ante la falta de respuesta, arremetieron contra ellos.
"El contingente avanzó con fuerza sobre la multitud golpeando ruidosamente
sus macanas contra los escudos y lograron que unos 4.000 migrantes
retrocedieran o corrieran hacia los lados y se dispersaran aún en
territorio guatemalteco, pero dejando la ruta libre", contó un corresponsal
de la agencia AFP.
Esta primera caravana de 2021 ocurre en los días que
el presidente electo de EE.UU., Joe Biden, asume el cargo. Biden
prometió en su campaña un enfoque más humano hacia la migración,
en contraste con las duras políticas del presidente saliente Donald
Trump. Los migrantes dicen tener la esperanza de una posible flexibilización
de las políticas migratorias de Estados Unidos cuando Biden asuma
el próximo miércoles. Sin embargo, miembros de su gabinete han pedido
a los migrantes regresar a casa y han asegurado que no habrá cambios
inmediatos en las políticas migratorias que los beneficien. El grupo
está formado por unas 6.000 personas, que partieron de Honduras
entre el jueves y el viernes.
Durante los incidentes del domingo en la ciudad de
Chiquimula, cerca de la frontera entre ambos países, varias personas
resultaron heridas, de acuerdo con los reportes. Los migrantes aseguran
que se han visto obligados a huir de la pobreza, la violencia y
la devastación causada por dos grandes huracanes en noviembre pasado
y quieren llegar a Estados Unidos vía México.
La víspera, el gobierno de Honduras había pedido a
su par guatemalteco investigar los hechos de violencia registrados
en la frontera. El gobierno guatemalteco, por su parte, asegura
que los migrantes violaron los protocolos migratorios y las normas
de prevención del covid-19 para ingresar al país. Indicó, además,
que deportaron a casi 1.000 personas a Honduras en los últimos tres
días por ingresar ilegalmente al país. El procurador de Derechos
Humanos de Guatemala, Jordán Rodas Andrade, tildó de "deplorable"
el accionar de las fuerzas de seguridad contra los migrantes y dijo
que hay que tener "empatía y solidaridad".
Tras cruzar ilegalmente el punto fronterizo Florido,
en el límite entre Honduras y Guatemala, los migrantes empezaron
a concentrarse en la tarde del sábado en un puesto militar en Vado
Hondo, en Chiquimula, donde les pidieron documentación y una prueba
negativa de covid-19 en medio de forcejeos, que en la noche escalaron
a enfrentamientos. La caravana intentó en la mañana del domingo
atravesar la barricada de más de 3.000 policías y soldados, pero
fueron repelidos, según informó la autoridad migratoria guatemalteca.
Imágenes de video compartidas por el gobierno guatemalteco y reproducidas
por medios locales mostraron a cientos de migrantes presionando
contra un muro de fuerzas de seguridad, que usaban palos para frenar
la oleada de personas. "Se reportan varias personas heridas, migrantes,
personal del Ejército y de migración", dijo el domingo la portavoz
del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), Alejandra Mena.
Wilmer, un hondureño de la caravana de migrantes que
cruza Guatemala, muestra una foto de su casa destruida por la tormenta
Eta, razón por la cual decidió emprender el éxodo hacia Estados
Unidos.
El 12 de enero de 1937, el revolucionario soviético León Trotski
y su esposa llegaron a México después de que Noruega les hubiera
revocado su derecho de asilo. A su llegada al puerto de Tampico
fueron recibidos por la pintora Frida Kahlo, esposa del también
pintor Diego Rivera, que había mediado para que México ofreciera
refugio a Trotski. El revolucionario se alojó en la Casa Azul, segunda
residencia de Kahlo y Rivera en Ciudad de México, donde permaneció
hasta 1939, cuando la pareja rompió relaciones con él. En parte
la ruptura se debió al cambio político de Rivera y Kahlo, que fueron
aproximándose a los planteamientos estalinistas, pero en ello también
influyó el breve idilio entre la pintora y el revolucionario: se
citaban en casa de la hermana de Kahlo y Trotski escondía notas
de amor en los libros que le prestaba, hasta que la esposa de este
descubrió el romance y obligó a su esposo a romper con la pintora.
A pesar de que las primeras ciudades en el este de la isla habían
empezado a caer mucho antes, se considera que el triunfo de la Revolución
cubana tuvo lugar el 1 de enero de 1959, cuando Fidel Castro y los
demás guerrilleros entraron en La Habana. Cuando los revolucionarios
tomaron el poder tuvo lugar una limpieza de figuras incómodas para
la nueva etapa, entre ellos miembros de alto rango del antiguo ejército
o personal de seguridad muy cercano a las grandes personalidades
políticas. Es el caso de Arístides Díaz, a quien vemos sereno junto
al cura que trata de darle consuelo mientras espera a ser ejecutado,
como acaba de ocurrir con el resto de hombres que yacen muertos
alrededor el 12 de enero de 1959 cerca de la ciudad de Manzanillo.
Díaz había sido miembro del ejército privado del antiguo senador
Rolando Masferrer.
Celebrada entre en 12 y el 24 de enero de 1943, en la Conferencia
de Casablanca se habían citado los líderes del Reino Unido, Winston
Churchill, y de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, que hacía
poco más de un año que habían entrado en la Segunda Guerra Mundial
(1939-1945). A pesar de que Stalin había sido invitado, declinó
la oferta alegando que la batalla de Stalingrado (agosto de 1942-febrero
de 1943) requería de su presencia en la URSS. El principal propósito
de la reunión era definir los próximos objetivos militares, como
por ejemplo la invasión de Sicilia como mejor opción que un intento
de invasión por Europa del este, o la decisión de exigir una rendición
incondicional a todas las potencias del Eje (Japón, Alemania e Italia).
Ésta última fue una de las decisiones más criticadas por muchos
por creer que estimuló la agresividad de Alemania ante la actitud
de venganza de los Aliados. En la conferencia, además, participaron
Henri Giraud y Charles de Gaulle, ambos generales del ejército francés
que se disputaban el liderazgo de la Francia libre. En la imagen
se les puede ver separados por Roosevelt, pues se dice que la hostilidad
entre ellos fue muy palpable durante todo el encuentro.
"La mano de Dios protegió a Palomares". Esa frase se pronunció
con alivio el fatídico 17 de enero de 1966. Ese día, en que el cielo
estaba azul y despejado, soplaban fuertes rachas de viento y el
sol invernal apenas calentaba los arenales almerienses, todo estaba
a punto de cambiar para los habitantes de aquella localidad andaluza,
normalmente tranquila y apacible. La bautizada como operación "Chrome
Dome" (cúpula cromada) puso involuntariamente en el radar mundial
a una pedanía de Almería llamada Palomares, cuando cuatro bombas
termonucleares se desprendieron de un B-52 durante en una operación
rutinaria de reabastecimiento.
En plena Guerra Fría, se lanzó el operativo "Chrome Dome", que
consistía en que una flota de bombarderos B-52 Stratofortress cruzara
el Atlántico desde sus bases en Estados Unidos y sobrevolara las
fronteras soviéticas durante las 24 horas del día para poder responder
a un hipotético ataque preventivo de la URSS. Una de las rutas de
aquel operativo, la sur, sobrevolaba España cruzando el Mediterráneo
hasta llegar a las fronteras turco-soviéticas. Una vez completada
la misión, las aeronaves, cargadas con artefactos nucleares en sus
bodegas, eran reabastecidas en pleno vuelo por aviones KC-135 antes
de regresar a la base aérea de Seymour Johnson en Goldsboro (Carolina
del Norte). Pero a las a las 9.22 horas de la mañana de ese 17 de
enero todo cambió.
Ese día, un B-52 comandado por el capitán Charles Wendorf ponía
de nuevo rumbo a su base tras completar la misión. Una vez en espacio
aéreo español, esperaba su turno para reabastecerse en pleno vuelo.
El copiloto, el mayor Larry Messinger, se encontraba a los mandos
mientras el bombardero maniobraba debajo de un KC-135 Stratotanker
de abastecimiento. Un procedimiento rutinario. Pero ese día algo
falló. En un una entrevista posterior ofrecida por Messinger, éste
declaró: "Al intentar colocar el avión cerca del lugar de reabastecimiento
de combustible, el infierno pareció desatarse". Por razones poco
claras, el B-52 se aproximó demasiado rápido y chocó con el KC-135
provocando una gran explosión. Tanto el comandante Messinger como
el mayor Wendorf, junto con otros dos hombres, lograron eyectarse
en paracaídas poco antes de la explosión, pero el resto de la tripulación
murió. Los cuatro aviadores del KC-135 también perecieron.
A pesar de que los restos de metal en llamas de ambos aviones que
cayeron sobre Palomares fueron numerosos, afortunadamente nadie
resultó herido y los cuatro supervivientes fueron rescatados y conducidos
a un hospital cercano. Pero lo que los habitantes de Palomares desconocían
es que entre los escombros que habían caído del cielo había cuatro
bombas termonucleares Mark 28. Se trataba de bombas de hidrógeno
con un poder destructivo superior al desplegado por las dos bombas
atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda
Guerra Mundial. Dos de ellas quedaron intactas, una en tierra, cerca
de la desembocadura del río Almanzora, y la otra se hundió en el
mar Mediterráneo. Las otras dos cayeron sin paracaídas, una en un
solar y la otra en una sierra cercana. Ninguna de estas dos bombas
explotó, aunque sin embargo sí se produjo la detonación del explosivo
convencional que contenían, lo que, sumado al choque violento contra
el suelo, hizo que ambas se rompieran en pedazos y que el polvo
radiactivo de plutonio que contenían se dispersara por el terreno.
En los alrededores del lugar del accidente, se recogieron decenas
de barriles de tierra posiblemente contaminada por los proyectiles
caídos como consecuencia de la colisión.
Aunque en los primeros informes públicos, el gobierno estadounidense
aseguraba que no se había perdido ningún dispositivo nuclear, el
Pentágono, en medio del más absoluto secretismo y con el apoyo del
gobierno de Franco, inició una operación de búsqueda y rescate de
la bomba hundida en el mar. Según el periodista y corresponsal de
The New York Times, Tad Szulc, tras una entrevista a un agente de
información estadounidense acerca de la bomba desaparecida éste
contestó: "No sé de ninguna bomba perdida, pero no hemos logrado
identificar positivamente lo que creo que estamos buscando". Esta
falta de datos sólo sirvió para enrarecer aún más el asunto y, por
si esto fuera poco, Radio Moscú y el aparato del Soviet Supremo
afirmaron que toda el área estaba inundada de "radiactividad letal";
asimismo, un periódico australiano escribió una noticia acerca de
"una lluvia mortal producida por una bomba de hidrógeno".
Fue un pescador español llamado Francisco Simó Orts (al que apodaron
"Paco el de la bomba"), el que afirmó haber visto una de las bombas
nucleares hundirse en el Mediterráneo y, junto a ella, la caja negra
del avión. Esto hizo que la Armada norteamericana empezara a patrullar
las aguas de la costa de Palomares con varias naves y dos submarinos.
Años más tarde, Simó aún recordaba: "Durante 81 días salí a la mar
con los americanos. Me pagaban 8.000 pesetas por jornada, algo más
de lo que conseguía pescando. Lo repartía con mis tripulantes".
La bomba fue localizada e izada finalmente el 7 de abril, sumergida
a unos 750 metros de profundidad, donde Simó siempre había señalado.
En abril de 1966, el general Delmar Wilson y el almirante William
S. Guest inspeccionan la bomba recuperada del fondo del Mediterráneo.
Tras el siniestro, el Ejército de EE. UU. y el gobierno español
emprendieron una operación de limpieza en el lugar, pero no se proporcionó
ningún tipo de protección a los guardias civiles que participaron
en el operativo. Al final, Estados Unidos trasladó a su territorio
4.810 bidones de 208 litros cada uno llenos de residuos, principalmente
tierra y restos de cultivos afectados por la radiación, pero dejaron
por recoger otros 50.000 metros cúbicos de tierras contaminadas,
algo que no se supo hasta la llegada de la democracia a España.
Se calcula que el 15% del plutonio, unos 3 kilos en estado natural,
en óxidos y nitratos, quedó pulverizado y esparcido, por lo que
fue totalmente irrecuperable. Actualmente, Palomares aún sigue siendo
la localidad más radiactiva de España.
El día 17 de enero de 1966, un bombardero «B-52» del S.A.C.
(Strategic Air Command), sufrió un accidente al ser repostado
en vuelo por un avión nodriza «KC-135». Como es sabido, en
la colisión perecieron siete de los once tripulantes de los
dos aviones; los cuatro restantes pudieron lanzarse en paracaídas
y ser rescatados con posterioridad. Los restos incendiados
de los aparatos cayeron a tierra y se dispersaron.
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Palomares fue, en la terminología militar estadounidense, un Broken
Arrow (flecha rota), un accidente relacionado con armas nucleares,
uno de los más graves que se conocen. El gobierno español y su homólogo
estadounidense iniciaron una campaña de desinformación, negando
tajantemente la posibilidad de que la zona estuviera contaminada
por radiación. El hecho más recordado de dicha campaña fue el baño
conjunto que se dieron el día 7 de marzo, delante de las cámaras
de RTVE, el ministro de Información y Turismo del régimen franquista,
Manuel Fraga, y el embajador de Estados Unidos en España, Angier
Biddle Duke. Según informó el NO-DO, el baño tuvo lugar en la playa
de Quitapellejos, en Palomares, para acallar los rumores que se
iban extendiendo acerca de la peligrosidad de la zona y que podrían
haber afectado negativamente al turismo, principal fuente de ingresos
del país. Asimismo, existían rumores que hablaban de que el ministro
Manuel Fraga y el embajador estadounidense no se dieron el famoso
baño en las playas de la zona accidentada, sino en Mojácar, a 15
kilómetros del lugar del accidente y frente al parador nacional
de esta localidad.
Saludando con la mano levantada, Angier Biddle Duke, embajador
de los EE.UU. (derecha) y Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información
y Turismo, se dan un baño en los alrededores de Palomares para demostrar
que no había peligro de radiación.
La realidad más aceptada hoy en día, no obstante, es que se llevaron
a cabo dos baños, el primero, efectivamente, en Mojácar, en el que
solamente se zambulló el embajador estadounidense y alguno de sus
acompañantes, y un segundo baño, ya en la playa de Quitapellejos,
en Palomares, donde de nuevo el embajador se bañó, esta vez sí,
acompañado por el ministro. Posteriormente se realizaron diversas
protestas relacionadas con el accidente y a raíz de una de ellas,
Luisa Isabel Álvarez de Toledo, duquesa de Medina Sidonia, fue condenada
a un año de prisión menor y a una multa por organizar una manifestación
ilegal con vecinos de Palomares y Villaricos, y en protesta por
la falta de compensaciones a los afectados tras el accidente.
El gobierno español lleva años intentando que Estados Unidos asuma
los costes de la limpieza o, al menos, retire las tierras más contaminadas
a raíz de un accidente que ocurrió hace ya mas de cincuenta años.
El 5 de mayo de 2010, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) elaboró
una propuesta preliminar del Plan de Rehabilitación de Palomares
(PRP), algo que aún no se ha llevado a cabo. Asimismo, en 2015 se
cerró una "declaración de intenciones" con la Administración Obama
para que EE. UU. se hiciera cargo de parte de la limpieza de esa
tierra. Pero con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, aquella
declaración quedó en nada. En 2017, Ecologistas en Acción decidió
llevar el caso ante la Audiencia Nacional y presentar una demanda
para que se limpien por fin las tierras y se desclasifique el Plan,
pero el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) se negó en repetidas
ocasiones a hacerlo. Al final, en noviembre de 2020, el Consejo
de Ministros de España aprobó la desclasificación del plan, que
al parecer se pondrá en práctica próximamente.
Hombres de Honor inmortaliza la vida y obra de Carl
Brashear. En cierto momento del metraje relatan aquel acontecimiento.
Desde siglos atrás, una parte de la población armenia
había vivido dentro de las fronteras turcas. La incomodidad que
este pueblo provocaba en los otomanos había sido motivo de varios
enfrentamientos y ataques directos por parte del estado. Pero no
fue hasta 1915 y en mitad del caos provocado por el primer año de
la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuando el Imperio otomano
dirigió un ataque organizado e indiscriminado contra esta población
de credo cristiano instalada al este del territorio turco. Hacia
mayo de ese año empezaron las primeras deportaciones que terminaron
por convertirse en marchas de la muerte, en las que los deportados
debían cruzar el desierto sin ningún tipo de ayuda, pues el gobierno
turco detuvo el transporte de cualquier suministro que pudiera ayudar
a los armenios a alcanzar la frontera siria. En la imagen, una niña
yace en el suelo en mitad del desierto víctima del hambre y el cansancio.
Los paralelismos con el Holocausto son múltiples, pues el Imperio
otomano, además de violaciones, torturas o expropiaciones impunes,
también organizó campos de concentración y exterminio, usó personas
para experimentos médicos y utilizó gas tóxico o quemó grupos de
gente con el objetivo de terminar con el pueblo armenio. No existe
consenso en el número de muertos, pero la mayoría de fuentes coinciden
en que al menos más de un millón de personas fueron víctimas del
genocidio.
Corría el año 1955 cuando una joven arqueóloga sueca,
Solveig Nordström, llegaba a Alicante atraída por los yacimientos
iberos del Levante español. Y aquí se quedó. Se instaló en Benidorm
y allí hizo su vida hasta que ayer por la tarde falleció a los 97
años. Erudita, políglota (hablaba 14 idiomas) y traductora, su nombre
aparece en los libros porque en los años 60, mientras realizaba
su tesis doctoral, logró parar las excavadoras que procedían a destrozar
el yacimiento del Tossal de Manises en Alicante.
Con esta acción, la arqueóloga consiguió que el Estado
adquiriese los terrenos y así evitar la especulación del espacio.
Fue precisamente hace tres años, en 2017, cuando la propiedad se
cedió a la Diputación Provincial, que es el organismo que lo gestiona,
cuando Solveig Nordström visitó por última vez el yacimiento. En
2011, Alicante dio su nombre a un parque ubicado cerca del Tossal
de Manises. Fue una de las pioneras en impartir clases de yoga en
Benidorm, en una época en la que España vivía el franquismo y unas
costumbres muy alejadas de su país natal, Suecia. También fue fundadora
del Centro Espirita Ana Franco también en esa ciudad. La arqueóloga,
que tenía mermada la capacidad auditiva desde nacimiento, se mantuvo
activa hasta el último momento, realizando traducciones y, lo último,
escribiendo un artículo sobre la diosa Tanit que entregó unos días
antes de fallecer.
Nos tenemos que remontar a diciembre de 1955. En aquel
año llegó a Alicante esta licenciada sueca, rubia y de figura esbelta,
con gafas estilo Marilyn y que hablaba correctamente el castellano.
Se disponía a realizar prácticas arqueológicas en la provincia.
Cinco años más tarde, en abril de 1960, ya era una trabajadora incansable
en el yacimiento de Guardamar del Segura. Pronto se uniría laboralmente
a Lafuente Vidal, su gran mentor y amigo.
José Lafuente Vidal, su gran mentor.
“Trabaja de forma incansable. En las excavaciones
agarra la piqueta y no le rinden las horas. Resulta increíble. El
entusiasmo la mantiene y su método de vida. No bebe ni fuma alimentándose
única y exclusivamente de fruta y verduras, leche y alguna variedad
de quesos”.
"Quise ser arqueóloga para tocar la tierra con mis
manos". Solveig en el Museo Arqueológico Provincial. Ella es la
segunda por la derecha.
Lo recordaba perfectamente. Estaba sentada en una
piedra a la entrada del yacimiento del Tossal de Manises cuando
escuchó el sonido inconfundible de las excavadoras y buldozers.
Era obvio que venían a destruir la maravillosa Lucentum para edificar
viviendas. La primera de ella era conducida por un chico muy guapo.
Cuando le preguntó que querían me respondió : "Tenemos orden
de quitar esta basura". Se quedó horrorizada. "No vais a
hacer nada", le respondió. Discutieron acaloradamente y,
al darse cuenta que iba a entrar dijera lo que dijese, se tiró
al suelo delante de la excavadora. El chico se asustó y paró la
máquina. Luego comenzó a llegar mucha gente: políticos, periodistas
españoles... Pero su gran amigo y abogado Jaime Pomares Bernat decidió
avisar a las embajadas y a la prensa extranjera, que por entonces
eran más independientes. Gracias a eso, pronto se declaró Monumento
Histórico y nunca más lo tocaron.
Fotografía de 1967 de la arqueóloga Solveig Nordstrom
en la sostiene en sus manos el llamado "Jarrito del bancal". También
se puede observar el famoso " Vaso de borde dentado" . Todos fueron
hallados en las excavaciones realizadas en el poblado ibérico de
La Escuera de San Fulgencio a comienzos de los años 60.
A principios de 2011 se inaguró en la
zona un parque en homenaje a sus hazañas.
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El 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas ingresaron al campo
de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, el mayor de
los creados por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial,
y liberaron a más de siete mil prisioneros que -pese a no poder
mantenerse en pie por la desnutrición, las enfermedades que los
dejaron agónicos- lograron sobrevivir al hacinamiento, las torturas
y el trabajo forzado ideado por el régimen de Adolf Hitler, quien
puso en práctica con mortífero éxito su “solución final”.
La selección de judíos húngaros en la rampa de Auschwitz-II (Birkenau),
Polonia, durante la ocupación alemana, entre mayo y junio de 1944.
En esos campos de concentración fueron asesinados más de seis millones
de judíos en lo que se conoce como el mayor exterminio humano de
la historia: el Holocausto. En su memoria, el 1 de noviembre de
2005, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó esa fecha
como el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas
del Holocausto.
El Holocausto no fue solamente producto de la brutalidad de la
guerra sino un programa genocida, ideológicamente planificado y
ejecutado por las autoridades alemanas.
Entre 1933 y 1945, durante el régimen nazi en Alemania, el mundo
vivió una etapa de destrucción y persecución sin precedentes. En
ese periodo, Hitler instituyó una dictadura e hizo demandas territoriales
cada vez más agresivas, amenazando con iniciar una guerra si no
eran cumplidas. Austria y Checoslovaquia fueron incorporadas en
1938 y 1939, respectivamente; y en septiembre de 1939 los nazis
invadieron Polonia dando así comienzo a la Segunda Guerra Mundial
(1939-1945) en Europa.
Esa guerra es considerada el mayor conflicto que la
humanidad jamás hubiera experimentado, pero más allá de las atrocidades
que le fueron propias (murieron entre 50 y 70 millones de personas)
cuando una administración alemana se estableció en Polonia, los
judíos y las minorías (homosexuales, gitanos, presos políticos y
afrodescendientes), consideradas “indeseables” por ser ajenas a
los ideales del régimen nazi, fueron arrestados y trasladados a
los campos de concentración donde se orquestó un plan de aniquilación
racial. Auschwitz-Birkenau fue el campo de prisioneros, exterminio
y trabajo esclavo más grande de la Alemania nazi y estaba ubicado
en cercanías de la ciudad industrial de Oswiecim, en el sur de Polonia
(en una zona que fue anexada por Alemania al comienzo de la Segunda
Guerra Mundial). Se calcula que allí murieron entre 1,1 y 1,5 millones
de personas: el 90% de ellos eran judíos.
De los 6 millones de personas de religión judía que
fueron asesinados por el régimen nazi, se estima que entre 1,5 y
2,5 millones pasaron por Auschwitz desde su apertura en mayo de
1940.
El 27 de enero de 1945, cerca del fin de esa guerra
cuando las tropas aliadas cercaban cada vez más al ejercito alemán,
las tropas soviéticas llegaron a Auschwitz-Birkenau para liberar
a los supervivientes y se encontraron las imágenes que daban cuenta
del horror. En conmemoración de este acontecimiento, en noviembre
de 2005, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución
60/7 que designa el 27 de enero como Día Internacional de Conmemoración
anual en memoria de las víctimas del Holocausto.
Campaña de concientizacion en conmemoración a las
víctimas del Holocausto.
En esa resolución, la ONU reafirma que “el Holocausto,
que tuvo como resultado que un tercio del pueblo judío e innumerables
miembros de otras minorías murieran asesinados, será siempre una
advertencia para todo el mundo de los peligros del odio, el fanatismo,
el racismo y los prejuicios”. Por ese motivo, “insta a los Estados
Miembros a que elaboren programas educativos que inculquen a las
generaciones futuras las enseñanzas del Holocausto con el fin de
ayudar a prevenir actos de genocidio en el futuro” y “condena sin
reservas todas las manifestaciones de intolerancia religiosa, incitación,
acoso o violencia contra personas o comunidades basadas en el origen
étnico o las creencias religiosas”. “Negar hechos históricos, especialmente
en un tema tan importante como el Holocausto, es simplemente inaceptable.
Como también es inaceptable pedir la eliminación de un Estado o
pueblo. Me gustaría ver que este principio fundamental es respetado
tanto en la teoría como en la práctica por todos los miembros de
la comunidad internacional”, afirmó Ban Ki-moon, secretario General
de las Naciones Unidas (2007-2016).
Pásate por Séptimo arte >>
Holocausto.
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El accidente del transbordador espacial Challenger se produjo el
martes 28 de enero de 1986 a las 16:39:13 UTC, cuando el transbordador
espacial Challenger (misión STS-51-L) se desintegró 73 segundos
tras el lanzamiento, provocando la muerte de los siete miembros
de la tripulación —Francis "Dick" Scobee, Michael J. Smith, Ronald
McNair, Ellison Onizuka, Gregory Jarvis, Judith Resnik y Christa
McAuliffe. La nave se desintegró sobre el océano Atlántico, frente
a la costa del centro de Florida (Estados Unidos) a las 11:38 EST
(16:38 UTC). Ha sido calificado como el accidente más grave en la
conquista del espacio. La desintegración del vehículo entero comenzó
después de que una junta tórica de su cohete acelerador sólido (SRB)
derecho fallara durante el despegue. El fallo de la junta tórica
causó la apertura de una brecha, permitiendo que el gas caliente
presurizado del interior del motor del cohete sólido saliera al
exterior y contactara con la estructura adyacente de conexión con
el SRB y el tanque externo de combustible. Esto provocó la separación
de la conexión posterior del SRB derecho y el fallo estructural
del depósito externo. Las fuerzas aerodinámicas destruyeron rápidamente
el orbitador.
Tripulación del STS-51-L: (fila de delante) Michael J. Smith, Francis
Scobee, Ronald McNair; (fila trasera) Ellison Onizuka, Christa McAuliffe,
Gregory Jarvis, Judith Resnik.
La Batalla de Moscú, que empezó en octubre de 1941 y terminó en
enero de 1942, enfrentó a la Alemania nazi y a la Unión Soviética.
Moscú era el primer objetivo militar de las fuerzas del eje en sus
planes para invadir la URSS. Este enfrentamiento, que terminó en
victoria soviética, marcó un punto de inflexión en el transcurso
de la Segunda Guerra Mundial. Y es que las potencias del Eje parecían
invencibles, pero este mito cayó cuando no fueron capaces de entrar
en Moscú. La derrota de los alemanes se debió, en parte, a la llegada
del invierno: las tropas de Hitler no estaban preparadas para el
frío intenso, por ejemplo, no tenían suficiente ropa de abrigo.
Aunque no se han escrito tantos libros y películas sobre la Batalla
de Moscú en comparación con otros eventos de la Segunda Guerra Mundial,
este enfrentamiento tuvo mucha relevancia dentro del conflicto bélico
mundial. Prueba de ello es que The New York Times lo calificó como
"la batalla más grande en la campaña más grande de la historia".
En la imagen se pueden ver partisanos soviéticos en la Batalla de
Moscú.
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