Podemos definir el naming como el conjunto de criterios,
reglas y directrices que se conforman de acuerdo a una arquitectura
de marca determinada, y que tienen el objetivo de unificar
y cohesionar la asignación de nombres de las marcas de una
compañía. El naming es el proceso mediante el cual se determina
el nombre de una marca. Y aunque parezca un procedimiento
puramente creativo, en realidad es un proceso político/analítico
en un 80% y creativo en un 20%.
Un buen proceso para crear un nombre de marca o naming ayuda
a desarrollar el diferenciador básico de una marca (su nombre),
además trabaja la conciencia y la asociación con los valores
que en la plataforma de marca se hayan establecido.
"No elija un nombre de marca que le convierta en uno
más de los árboles del bosque para luego pasarse el resto
de su vida invirtiendo su presupuesto en destacar."
Danny Altman
El naming es uno de los activos fundamentales para las marcas,
pues trabaja por sí mismo el posicionamiento, propuesta, valores
y universo de las marcas. Un naming brillante prepara el territorio
de actuación para las marcas. Lo vemos a través del siguiente
caso: Por ejemplo, ¿qué sería Apple sin su naming? Hay muchas
empresas de tecnología innovadoras en todo el mundo, pero
Apple tiene la marca. El naming proporciona una plataforma
y unos territorios para la marca, y es el primer indicador
de que esta empresa “piensa de manera diferente” (think different).
Para continuar con otro ejemplo, seguro que los siguientes
nombres de marca te transmiten significado y confianza: Google,
VISA, Coca-Cola, Facebook, Amazon, Disney, Starbucks o Twitter.
Y es que, sin necesidad de ninguna otra descripción o explicación,
seguro que conoces estas marcas. En realidad, ya todos sabemos
qué son, qué representan y dónde encajan (o no) en nuestras
vidas. Aunque la marca es el contenedor de significado, y
los símbolos ayudan a hacerlas más reconocibles y consistentes,
en última instancia hacemos referencia y hablamos de su nombre.
Existe mucha flexibilidad y criterios para generar y seleccionar
el nombre correcto de una marca. Podemos inventar una palabra,
como Twitter o Kodak. Usar un nombre descriptivo, como PayPal
o Toys R Us. Incluso nombrar la marca según el fundador, como
John Deere o J.P. Morgan. Aunque existen muchas opciones,
se suele hablar de cuatro categorías principales de nombres
de marca.
1. Nombre Descriptivo.
Indica lo que la compañía, producto o servicio es o hace.
Las marcas descriptivas son la clase más antigua de marcas.
John Deere, por ejemplo, es la marca de Deere & Company. La
compañía fue fundada en 1837 y el nombre deriva de su fundador.
Los nombres descriptivos también son efectivos para describir
el negocio. Por ejemplo, PayPal es una compañía de pagos.
Estos nombres posicionan claramente a las marcas y hacen que
sea más fácil para los consumidores identificar y elegir sus
productos y servicios (pues se suelen asociar rápidamente
con sus beneficios). El único inconveniente de los nombres
descriptivos es que pueden resultar restrictivos. Los naming
que siguen procesos de creación descriptivos pueden afectar
a la credibilidad de la marca cuando se produce una extensión
a otras categorías (Gas Natural vs electricidad). Por ejemplo,
Salesforce se fundó como un proveedor de software de CRM centrado
en la automatización de Salesforce. Actualmente, la compañía
ha evolucionado hacia una organización de cloudcomputing,
ofreciendo una variedad de aplicaciones que van mucho más
allá de los equipos de ventas. Por eso, ahora, el nombre de
la compañía es mucho menos relevante de lo que era en el momento
de su creación.
Estas marcas han adaptado sus nombres a sus
diferentes mercados. Otra razón suele ser la finalización
de los derechos de imagen, la fusión/absorción
entre empresas o la actualización.
2. Acrónimos: abreviatura de un nombre descriptivo.
Muchas de las marcas más reconocidas del mundo
dieron con su nombre a través de un proceso de naming basado
en acrónimos: GE, UPS, IBM, SAP, HP y TD, entre otros. La
mayoría de los acrónimos evolucionan a partir de nombres funcionales.
Ya sea de forma deliberada u orgánica, los nombres descriptivos
pueden evolucionar hacia acrónimos. Por ejemplo, es más fácil
decir AFLAC que American Family Life Assurance Company, o
GEICO que Government Employees Insurance Company. Un acrónimo
puede ser rápido de decir, fácil de recordar y sonoro. Pero,
como desventaja, les falta “alma”. El gran inconveniente de
los acrónimos es que son entes vacíos. No provienen de ninguna
palabra de un idioma, y no transmiten demasiado significado.
Son “solo y a priori” una agrupación de letras.
3. Nombres abstractos.
Las palabras inventadas son muy poderosas, además
no acompañan de ningún antepasado. Es decir, no están «manchadas»
con otros significados (ya sean positivos o negativos). Esto
es una ventaja y desventaja, pues son recipientes vacíos diseñados
para representar a una marca. Dependerá de la misma marca
la asociación de significados y valores a su marca. Es importante
idear palabras susceptibles de adquirir significado a largo
plazo, y no caer en errores como Cingular. De hecho, según
Steve Manning, fundador de la compañía de nombres Igor International,
«debido a que este tipo de nombres se basan en morfemas griegos
o latinos, se necesita el presupuesto publicitario de una
gigantesca corporación global para impregnarlos de significado
y conseguir que la gente los recuerde«. Por ejemplo, en 2002
Cingular gastó más de 428 millones de dólares en publicidad.
Tan solo dos años después de su fundación. Las mejores marcas
con naming abstractos se basan en nombres “poéticamente” construidos.
Por ejemplo, Twitter evoca la experiencia de comunicarse rápidamente
en 140 caracteres. Google resuena con el acto de buscar y
descubrir. Kodak demuestra fortaleza y estar en el momento.
4. Nombres sugerentes.
Estos nombres se construyen sobre la sensación
o la experiencia que ofrece la marca. Además, son declaraciones
de posicionamiento. Ayudan a una empresa a destacar en su
mercado al establecer una expectativa del por qué elegirlos.
El mayor obstáculo para generar un nombre sugerente es conectar
el significado con la marca. Esto requiere una comprensión
profunda del negocio y lo que representa antes de que comience
el proceso de naming.
Otros tipos de naming:
Neologismo: Construimos un nombre nuevo a partir
de varios existentes (Movistar, Movil+Star).
Evocativo: Empezamos con una raíz conocida y
construimos algo nuevo. (Vueling, Branfluence).
Asociativo: Cuando se describe algo de forma
conceptual (Dorada).
Existen distintos métodos para comprobar si
el naming seleccionado debe ser el elegido o no. Debemos hacer
una selección de los nombres de sus marcas, y considerar cada
uno según cinco características básicas:
Distintivo: ¿Cómo se destaca el nombre entre
la competencia?
Sonoridad: Di el nombre en voz alta. ¿Cómo suena?
¿Es fácil de decir? ¿Es poético?
Recuerdo: ¿Es fácil recordar el nombre? ¿Cuántas
veces tienes que escucharlo antes de recordarlo?
Expresión: ¿El nombre demuestra de qué trata
su marca? ¿Se ajusta a la personalidad de la marca? Apariencia:
¿Cómo se ve la palabra impresa? ¿Se ve tan bien como suena?
Aunque anteriormente hemos visto las 5 características
básicas que todo naming debe cumplir, en este punto vamos
a ampliarla para hablar de los 10 principios o leyes básicas
de los naming.
.- Debe ser coherente con la arquitectura de
marcas de la compañía.
.- Un buen nombre debe saber trasmitir y sintetizar
una historia.
.- Tiene que ser distintivo, diferenciado y
único.
.- Un naming ha ser atemporal y adaptable al
crecimiento o extensión de la compañía.
.- Un nombre debe ser evocador y sugerente.
Que permita la fácil asociación a los valores de la marca.
.- Debe ser notorio y fácil de recordar.
.- Tiene que generar credibilidad. Tanto en
su categoría actual como en futuras extensiones.
.- Un nombre de marca tiene que ser fácil de
leer y pronunciar.
.- Tiene que ser registrable. Es importante
explorar la viabilidad legal del nombre, pues la saturación
de marcas trunca muchos procesos de naming.
.- Debe estudiar y evitar posibles asociaciones
y connotaciones negativas, tanto en su mercado como en mercados
internacionales.
Desarrollar un analítico y estudiado proceso
de naming es una clara ventaja competitiva sobre organizaciones
que no le otorgan la importancia necesaria. Al invertir en
naming estaremos invirtiendo en generar valor de marca.
Veamos ahora los pasos que ayudarán a segmentar,
filtrar y apuntar al naming que mejor se alinee con la marca
que queremos construir (o reconstruir).
Los pasos para desarrollar el proceso de naming
son:
1. Definir los principales atributos
de marca o producto. ¿Cuáles son los 5 principales adjetivos
que definen la personalidad de la marca o los atributos del
producto?
2. Determinar la promesa de la marca.
¿Qué beneficio único, que sea significativo para el público
objetivo, ofrecerá la marca?
3. Mapear a la competencia. Es necesario
comprender el entorno en el que competirá la marca. ¿Qué nombres
se toman? ¿Cuáles son buenos? ¿Cómo está respondiendo el público
a ellos?
4. Definir la categoría del producto
en el que competirá la marca e identificar a los principales
competidores. ¿En qué industria compite la marca? ¿Quiénes
son los competidores primarios y secundarios? ¿Está en una
categoría con ciclos de compra más lentos o más rápidos? ¿Es
una compra racional o emocional?
5. Pensar en nombres y filtrarlos, considerando
los atributos y la promesa de la marca. ¿Cómo representa el
nuevo nombre los atributos o promesas de la marca? ¿Hay connotaciones
o asociaciones negativas?
6. Listar los nombres según su categoría
(descriptivo, acrónimo, abstracto, sugerente…).
7. Evaluar el nombre respecto a las siguientes
recomendaciones. Qué tan distintivo: ¿es exclusivo del mercado?
Corto: ¿Es sencillo y memorable? Apropiado: ¿Tiene sentido
para el producto o la categoría de la industria? Fácil de
deletrear y pronunciar: ¿es complicado de recordar o difícil
de buscar? Apta para el público: ¿puede la audiencia principal
relacionarse con ella? Extensible: ¿se presta a una identidad
de marca extensible?
Estos pasos, además de ayudarnos a definir y
filtrar el naming perfecto, también estarán acercándonos a
definir la plataforma estratégica de la marca. Pues el nombre
de la marca debe concordar 100% con la marca que queramos
construir (atributos, beneficios, valores, personalidad…).
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Tras someter al naming elegido a la primera
prueba, es también necesario desarrollar distintas pruebas
conceptuales, como por ejemplo:
.- Hablar de los desafíos que el nombre representa.
.- Dejar el nombre de marca en un buzón de voz.
.- Escribirlo en una carta.
.- Imprimirlo en una tarjeta de visita.
.- Desarrollar 5 frases en las que se relacione
el naming de la marca con sus atributos.
.- Leer una frase relacionando el naming con
uno de sus grupos de interés (Naming es el producto en el
que confío. Antonio Sánchez, cliente final).
.- Hablar acerca de lo que gusta del naming.
.- Comprobar su disponibilidad legal.
.- Someterlo a pruebas lingüísticas (su significado
en otros países).
Algunos ejemplos de marcas posicionadas que
cambiaron en su momento son:
.- FederalExpress – FedEx.
.- Marufuku Company – Nintendo.
.- Graphics Group – Pixar.
.- Lucky Goldstar – LG.
.- Service Games – SEGA.
.- BackRub – Google.
.- Quantum Computer Service – AOL.
.- Brad’s Drink – Pepsi.
.- Andersen Consulting – Accenture.
.- David and Jerry’s Guide to the Work Wide
Web – Yahoo!
"El nombre de la marca debe representar
una historia única, beneficiosa y sostenible que haga
eco en la mente de los consumidores, inversores y empleados."
Philip Durbrow.
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