|
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El aspecto bíblico de Alexander Solzhenitsyn no parece algo accidental:
una larga barba gris, un cráneo carente de cabello, una estrecha
y escrutadora mirada y una ropa especialmente austera forman la
figura de uno de los escritores con mayor importancia dentro de
la literatura rusa del siglo XX. Toda su obra, de hecho, trasciende
a la literatura, alcanzando una connotación política difícilmente
comparable en la actualidad: la literatura creada por Solzhenitsyn
no se entiende sin sus marcadas visiones políticas (y viceversa).
El autor nace en 1918 –hijo de la Revolución de Octubre (1917) que
lleva al poder a los bolcheviques– en la ciudad rusa de Kislovodsk,
cercana a la región caucásica, y no es hasta 1945 cuando, muy a
su pesar, su figura comienza a adquirir notoriedad. Es en ese mismo
año, tras servir durante la guerra como oficial de artillería en
el ejército soviético, cuando es arrestado por unas cartas privadas
en las que no solo realizaba una lastimosa comparación entre las
condiciones de los campesinos soviéticos y los de la Europa central,
sino que también vertía diversas críticas sobre Iósif Stalin, por
entonces aún el hombre al mando de la Unión Soviética. Es en ese
contexto marcado por la confrontación política y la escalada armamentística,
cuando se empezará a gestar una de sus obras más reconocidas internacionalmente.
Paradójicamente, y en concordancia con sus ideales cristianos,
su obra más famosa, Archipiélago Gulag, solo fue posible gracias
al sufrimiento experimentado de primera mano en su condena a ocho
años de trabajos forzados –cuya crudeza se vería posteriormente
reducida al ser trasladado a unas instalaciones con condiciones
menos extremos, debido a su licenciatura en matemática y física-.
En una entrevista con el escritor alemán Daniel Kehlmann, poco antes
de su muerte, afirmaba que «la suerte que corrí en el gulag –un
campo de concentración de la antigua Unión Soviética– tuvo un gran
efecto en mis opiniones y mis creencias a lo largo de los años.
Me aportó una clara visión de todo lo que era el bolchevismo, el
comunismo soviético y me dio la posibilidad de penetrar, muy profundamente,
en las condiciones de nuestra existencia».
En la época en la que se publicó Archipiélago Gulag, 1974, casi
treinta años después del arresto, Leónidas Brezhnev estaba al mando.
«La palabra clave para definir este contexto fue la distensión:
dos superpotencias trataron de coexistir pacíficamente entre sí,
reconociendo la existencia de las respectivas zonas de influencia»,
explica Álvaro Ferrary, profesor de historia contemporánea en la
Universidad de Navarra. Dentro del país, sin embargo, se producía
un estancamiento tanto político como económico, alcanzando incluso
a la esfera cultural de toda la URSS, donde los tímidos pasos dados
durante el mandato de Nikita Jruschov en torno a una cierta apertura
se congelaron. «Cuando se le concedió el Nobel, ya era un novelista
experimentado y afamado. También un conocido disidente en un momento
en el que la opinión pública occidental era particularmente sensible
a la disidencia que se estaba desarrollando en la Unión Soviética
desde mediados de la década de 1960», prosigue el experto. El Nobel
llegaría a manos del autor ruso en 1970, cuatro años antes de la
publicación de su obra. «Las razones de la concesión del premio
fueron dobles: políticas, en atención a la condición de disidente
de Solzhenitsyn, y literarias, dada la indudable calidad literaria
del autor. Es verdad que, sin su activismo político, la concesión
del premio seguramente no hubiese tenido lugar, al menos ese año»,
señala Ferrary. Es por ello que, indica, su talento literario no
fuese un obstáculo para que «su figura también fuera utilizada políticamente
para criticar a la URSS». No obstante, su gran triunfo no fue tanto
fruto del propio premio como por el hecho de haber conseguido publicar
Archipiélago Gulag. El concepto de gulag queda hoy ligado a su figura:
él fue el responsable de mostrar la magnitud del horror a las sociedades
occidentales. «Los que van allí a morir, como usted y yo, mi querido
lector, deben pasar forzosa y exclusivamente por el arresto. ¡El
arresto! ¿Hará falta decir que parte nuestra vida en dos?», reza
el comienzo de la obra de Solzhenitsyn. En ella se detalla la vida
en las duras instituciones penales de la URSS –a partir de la experiencia
del propio autor y de los testimonios de más de 200 prisioneros–,
pero también se relata con precisión la desesperanza que podía llegar
a impregnarlo todo.
Oranki, el gulag púrpura que hermanó a 'rojos' y 'azules'. Republicanos
y combatientes franquistas convivieron en campos de trabajo soviéticos
acusados de colaborar con el nazismo. La odisea de una treintena
de ellos la relata el periodista Julen Berrueta en su obra 'Un amigo
en el infierno'.
GULAG es un acrónimo para denominar a la Dirección general de Campos
de Trabajo. Según Nicolas Werth, la tasa de mortalidad en los campos
de concentración soviéticos en el año de preguerra era de entre
el 3 y el 7% y en los años de la posguerra, entre el 0,4 y el 1,2%.2?
Tras la amnistía decretada el 27 de marzo de 1953 por el Presidium
del Sóviet Supremo de la Unión Soviética, los prisioneros políticos
encerrados durante el régimen de Stalin fueron progresivamente liberados.
En 1957, los prisioneros políticos constituían el 2,3 % de los presos
del gulag, mientras en 1953 representaban el 21,9 %, aunque la mayor
parte de las víctimas de la Gran Purga y de la colectivización forzosa
ya estaba muerta en esa fecha.
Su primera novela fue una de las mayores concesiones de la URSS
a la vida cultural, si bien las publicaciones de algunos autores
como Boris Pasternak seguían prohibidas. Publicada en 1962, Un día
en la vida de Iván Denisovich constituía un vivo relato sobre veinticuatro
horas en la vida de un obrero en uno de los campos de trabajos forzados
estalinistas. Su nombre comenzó a escucharse en Occidente, a la
vez que su causa como disidente político despega. Junto con Andréi
Sájarov y Roy Medvedev, Solzhenitsyn empezó a convertirse en una
de las principales figuras que se oponía públicamente al poder soviético.
Así los definía el historiador Robert Service en Historia de Rusia
en el siglo XX: «Todos llegaron a la conclusión de que un entendimiento
con el Politburó [máximo órgano ejecutivo] no funcionaría. Eran
disidentes típicos de los años setenta, que compartían el rasgo
de sacar energía espiritual de la aceptación de sus condiciones
de vida y trabajo. Contaban con la ventaja de creer firmemente en
lo que decían y estaban dispuestos a soportar los castigos que les
infligía el Estado». No todos los disidentes promovían el mismo
tipo de ideales, más allá de sus convicciones individuales. Mientras
que Sájarov centraba sus ideas en las creencias democráticas, Medvedev
se declaraba como un comunista reformista radical que no veía error
en el leninismo. Solzhenitsyn, en cambio, se convirtió en el disidente
más polémico por la fuerza de su obra y por la radicalidad que,
poco a poco, fueron adquiriendo sus ideas. Como explica Service,
«el anterior anti-leninismo matizado de Solzhenitsyn –afirmaba que
era algo ajeno a toda virtud y tradición rusa– dio paso a ataques
estridentes no solo contra el comunismo, sino contra prácticamente
toda variante de socialismo y liberalismo, e incluso rehabilitó
la memoria de los últimos zares».
La Máscara del Duelo es un monumento conmemorativo erigido en la
ciudad de Magadán. Fue erigido en 1996 en conmemoración a los muchos
presos que tuvieron que trabajar y finalmente perecieron en los
campos de prisioneros del Gulag en la Unión Soviética. Magadán fue
en la década de 1930, 1940 y 1950 la puerta hacia el Dalstrói, uno
de los principales campos de trabajo de la región de Kolymá.
Según Ferrary, «Solzhenitsyn se integra en la tradición mística
de progenie cristiano-ortodoxa, que es tan importante en la literatura
rusa». El misticismo religioso, así como el nacionalismo, serían
dos de los grandes pilares sobre los que se sustentaría el intelectual.
Sus rutinas demuestran el particular ascetismo que invadía su vida:
cuando Solzhenitsyn empezó la relación con su esposa en la universidad,
le advirtió de que tan solo podrían quedar durante una hora y, además,
las citas tendrían lugar tan solo después del cierre de las bibliotecas».
Toda la ideología del intelectual se puede resumir en la cita donde
afirmaba que «el orden social es extremadamente importante, aunque
el orden moral todavía lo es más».
La concepción que Solzhenitsyn tenía de Rusia era la de un ente
histórico particular único, lo que le llevaba a perseguir un triunfo
político cercano a «lo ruso», algo que, en realidad, ya había sido
discutido por intelectuales decimonónicos, como Lev Tolstoi o Ivan
Turgenev. A los ojos del autor, nada convencido de los sistemas
democráticos liberales, todo quedaba subordinado frente a la nación.
Cabe recordar, en este sentido, que el propio Solzhenitsyn declaró
en 1976, un año después de la muerte de Franco, estar sorprendido
por las libertades que se disfrutaban en España. Solzhenitsyn, en
parte, consideraba que las sociedades occidentales estaban llenas
de mediocridad. En su obra, El colapso de Rusia, llegaba a afirmar
que «no tengo ninguna esperanza en Occidente y ningún ruso debería
tenerla. La excesiva comodidad y prosperidad han debilitado su voluntad
y su razón». Su refugio lo encuentra, en el cristianismo ortodoxo,
razón por la cual llega a afirmar que la única esperanza moral es
«una elevación en torno a la religión». Una vuelta a la tradición
que no se ha cumplido –salvo en términos simbólicos– en Rusia. A
pesar de convertirse en un símbolo de lucha por la libertad, hoy
Vladimir Putin reivindica su figura. De hecho, en 2018 inauguró
una estatua conmemorativa Solzhenitsyn en Moscú y no dudó en afirmar
que el escritor, ante todo, profesaba un «amor sin fronteras» a
su patria. Sin embargo, es más allá de sus ideas donde se encuentra
su verdadera herencia: Archipiélago Gulag es la obra que nos obligó
a mirar dentro de las sombras más densas.
Rusia y Occidente: un siglo de relaciones marcado por sospechas
e intentos de desestabilización.
Alexander Solzhenitsyn (1918-2008), uno de los escritores más comprometidos
con la justicia de su tiempo, nació el 11 de diciembre de 1918 en
Kislovodsk (Rusia). El autor de «Archipielago gulag» y «Un día en
la vida de Iván Denísovich» vivió una existencia plenamente condicionada
por su militancia con la moral, como podremos averiguar según avance
el artículo («el orden social es extremadamente importante, pero
el orden moral lo es todavía más ). Solzhenitsyn fue desterrado
de la URSS, volvió décadas después y tampoco le gustó lo que vio.
No se calló. ¿Qué opinaba de los intelectuales, tantísimos, que
apoyaron el comunismo? «El apoyo generalizado a la dictadura comunista
a partir de los años treinta entre los pensadores occidentales es
una señal y una consecuencia del declive del humanismo laico: ahora
lo estamos padeciendo, y seguiremos haciéndolo en el futuro». Este
novelista ruso fue un gran disidente soviético pero también un luchador
contra «las fuerzas tenebrosas» del capitalismo.
El novelista ruso primero estudió Matemáticas y Física, además
de cursos de Filosofía, Letras e Historia. Fue condecorado por su
participación como soldado en la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente
detenido en 1945 por sus comentarios antiestalinistas y mandado
a un campo de trabajo. En 1970 le fue concedido el Premio Nobel
de Literatura , que no recogió hasta el 74 cuando le deportaron
a Alemania. Tras un periodo en Suiza, vivió veinte años en Estados
Unidos, invitado por la Universidad de Standford.
Recurrió a la prensa clandestina y extranjera para distribuir sus
obras, y en 1970 le fue concedido el premio Nobel por sus esfuerzos.
Cuando parte de «Archipiélago Gulag» -su historia y memoria clásica
de los campos que introdujo el término «Gulag» en Occidente (significa
«Dirección General de los Campos de Trabajo»)- fue publicada en
Francia en 1973, Solzhenitsyn fue expulsado de la URSS poco después.
Él y su esposa, Natalia, se instalaron en la pequeña ciudad de Cavendish,
en Vermont (EE.UU.) Durante su exilio se hizo célebre por su reclusión,
centrado monásticamente en su trabajo, y rara vez concedió entrevistas
a los medios de comunicación y los admiradores que le veneraban.
Las relaciones de Solzhenitsyn con el Gobierno mejoraron después
de que el presidente soviético Mijail Gorbachov presentara la política
de apertura, o «glasnost», y de que la Unión Soviética acabara desmoronándose.
En mayo de 1994, él y su mujer regresaron a su país para siempre.
Pero el presidente ruso Boris Yeltsin, que esperaba contar con el
apoyo de Solzhenitsyn, no tardó en descubrir que el escritor no
era menos desdeñoso con su Gobierno de lo que lo había sido con
el régimen comunista. En sus apariciones televisivas y obras de
no ficción, Solzhenitsyn denunció el desenfreno de los capitalistas
rusos de nuevo cuño, alentó la reforma de los organismos judiciales,
y puso de manifiesto que los sistemas sanitario y social rusos se
estaban viniendo abajo. Se dice que también le decepcionaba que
los jóvenes rusos no leyeran sus trabajos, aunque una de sus primeras
novelas, «El primer círculo», fue adaptada para una popular serie
de televisión.
Mijaíl Serguéyevich Gorbachov fue un abogado y político ruso. Se
desempeñó como secretario general del Comité Central del Partido
Comunista de la Unión Soviética desde 1985 hasta 1991 y jefe de
Estado de la Unión Soviética de 1988 a 1991. Recibió el Premio Nobel
de la Paz en 1990.
Ya en 1936, con 18 años, en realidad quería describir y comentar
con detalle la historia de la Revolución Rusa de 1917 (que acabó
con el gobierno autocrático del zar Nicolás II; los bolcheviques
pronto se hicieron con el poder). Sólo por esta razón básica, no
pudo convertirse en un autor soviético leal. Pero la suerte que
corríó en el Gulag tuvo un gran efecto en sus opiniones y
sus creencias a lo largo de los años. Le aportó una clara visión
de todo lo que era el bolchevismo, el comunismo soviético, y en
última instancia le dio la posibilidad de penetrar muy profundamente
en las condiciones de nuestra existencia.
En más de una ocasión escribió que la terrible experiencia
del siglo XX fue algo que Rusia en cierto sentido tuvo que sufrir
como representante de la humanidad. Por otro lado, en su novela
«La rueda roja» aborda una y otra vez lo evitable de la catástrofe
y la facilidad con que la historia podría haber seguido un rumbo
totalmente distinto. Con respecto a la historia del mundo en su
conjunto, consideró que si la Revolución Rusa no se hubiera
producido, una revolución similar habría agitado al mundo inevitablemente,
como una continuación de la Revolución Francesa del siglo XVIII
(que desencadenó revoluciones en otras muchas naciones europeas).
Porque el conjunto de la humanidad había de pagar forzosamente por
la pérdida del sentido de limitación autoimpuesta, de moderación
autoimpuesta de sus deseos y exigencias, por la franca avaricia
de los ricos y poderosos (personas y también Estados), y por el
desgaste de los sentimientos de benevolencia humana.
Muchos pensadores y escritores occidentales apoyaron activamente
la dictadura soviética. Básicamente, fue sólo la postura resuelta
que el adoptó y el efecto que causó en el mundo lo que provocó un
cambio en todo esto. De hecho, se negó a reunirse con el filósofo
y escritor francés Jean-Paul Sartre por este motivo cuando él visitó
la Unión Soviética. ¿Realmente se produjo una «traición de los intelectuales»,
como el filósofo francés Julien Benda lo denominó, una infidelidad,
por tanto, de los intelectuales a los valores de la Ilustración?
Pensaba que el apoyo generalizado a la dictadura comunista a partir
de los años treinta entre los pensadores occidentales era una señal
y una consecuencia del declive del humanismo laico, padeciendolo
a lo largo del tiempo.
Julien Benda, filósofo y escritor francés. Partidario del intelecto
comprometido y del racionalismo se opuso a Henri Bergson que defendía
la intuición. Era contrario a las teorías religiosas y también a
la corriente existencialista.
Probablemente ningún otro escritor, desde el autor francés del
siglo XVIII Voltaire, haya tenido un efecto político tan profundo.
En varias ocasiones instó a las potencias occidentales a
no equiparar el comunismo soviético con la propia Rusia y su historia.
Pero, desgraciadamente, muchas potencias occidentales no han hecho
esta diferenciación. Y la política de las potencias occidentales,
incluso después de la fragmentación de la dictadura soviética, apenas
ha modificado su ferocidad hacia Rusia. Eso es lo que más profundamente
le decepcionaba. Pero los acontecimientos en Rusia desde los años
noventa han tomado una senda incluso peor. Antes de que pudiera
producirse una recuperación nacional, tanto moral como económica,
las fuerzas tenebrosas no tardaron en dominar la situación; los
ladrones con menos principios se enriquecieron gracias al saqueo
sin trabas de las propiedades de la nación, afianzando así el cinismo
de la sociedad, y el daño moral ya estaba hecho. Fue una catástrofe
para toda Rusia. Experimentó un gran dolor por estas transformaciones.
"¿Cómo voy a hablar entonces de «satisfacción»? Y ahora, a
mis 87 años, y por si fuera poco con una mala salud, me falta la
fuerza para ejercer una influencia real en el curso de los acontecimientos."
Muy preocupado por el futuro de Rusia. En lo que respecta a la
esperada democratización de Rusia, presentó su propio modelo
ya en 1990 (en un ensayo titulado «Cómo reorganizar Rusia»), un
plan para la creación progresiva de estructuras democráticas, empezando
por una administración local autónoma y ascendiendo hasta el nivel
gubernamental. La actividad de la administración local autónoma
en muchos países occidentales es un modelo que animaba a sus conciudadanos
a emular. Su modelo es distinto del sistema parcialmente parlamentario
que domina en Occidente. La existencia de partidos políticos cuya
única preocupación es subir al poder no le pareció algo positivo,
sino todo lo contrario. Hasta el momento, su propuesta no recibió
simpatía. Aun así, prefirió ver una futura democracia rusa
que una traducción heredada de Occidente.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Aleksandr Isáyevich Solzhenitsyn (Kislovodsk, 11 de diciembre de
1918-Moscú, 3 de agosto de 2008) fue un escritor e historiador ruso.
Crítico del socialismo soviético, contribuyó a dar a conocer el
Gulag, el sistema de campos de trabajos forzados de la Unión Soviética
en el que él estuvo preso desde 1945 hasta 1956. Fue galardonado
con el Premio Nobel de Literatura en 1970 «por la fuerza ética con
la que ha continuado las tradiciones indispensables de la literatura
rusa». Gran parte de sus trabajos fueron censurados por el aparato
estatal soviético, pero su obra alcanzó un volumen notable, sobre
todo Archipiélago Gulag, Un día en la vida de Iván Denísovich, Agosto
de 1914 y Pabellón del cáncer. En 1974 fue expulsado de la Unión
Soviética y se le retiró la ciudadanía; la cual le fue restituida
en 1990, dieciséis años después. Tras la disolución de la Unión
Soviética en 1994, regresó a Rusia donde permaneció hasta su muerte
en 2008.
Hijo de un terrateniente cosaco muerto poco antes de que naciera
y una maestra, pasó su infancia en Rostov del Don y estudió en la
Universidad Federal del Sur matemáticas y física; ya entonces intentó
publicar algunos trabajos.
Se graduó en 1941 y empezó a servir ese mismo año en el Ejército
Rojo hasta 1945, en el cuerpo de transportes primero y más tarde
de oficial artillero. Participó en la mayor batalla de tanques de
la historia (batalla de Kursk) y fue detenido en febrero de 1945
en el frente de Prusia Oriental, cerca de Königsberg (hoy Kaliningrado),
poco antes de que empezara la ofensiva final del Ejército soviético
que acabaría en Berlín. La razón de esta detención fueron algunas
cartas enviadas con un amigo en las que criticaba la conducción
de la guerra por Stalin. Por ello, fue condenado a ocho años de
trabajos forzados. Lo encerraron en la Lubianka y los primeros años
de su cautiverio los pasó en varios campos del Gulag hasta que,
gracias a sus conocimientos matemáticos, fue a parar a un centro
de investigación científica para presos políticos, sharashka, vigilado
por la Seguridad del Estado. Eso le inspiró su novela El primer
círculo. El tema de las penalidades sufridas por los excombatientes
de la Gran Guerra Patria, acusados de haber tenido demasiado contacto
con el enemigo, aparece también en otros autores soviéticos de la
época, como Vasili Grossman.
Vasili Semiónovich Grossman fue un escritor y periodista soviético
judeoucraniano nacido Iósif Solomónovich Grossman. Grossman se formó
como ingeniero y trabajó en la cuenca del Donéts, pero abandonó
tal ocupación en los años treinta para dedicarse en exclusiva a
la escritura.
Nuestra bibliotecaria habla de censura y Rusia en la primera página
del monográfico adhoc.
En 1950 fue trasladado a un campo especial en la ciudad de Ekibastuz,
en Kazajistán, donde se gestó Un día en la vida de Iván Denísovich.
En 1962, Nikita Jruschov, empeñado en distanciarse poco a poco del
estalinismo, dio su venia a Aleksandr Tvardovski para que apareciera
en Novy Mir, revista literaria de mayor difusión del país; el relato
denuncia la vida de los condenados en el Gulag y se convirtió en
un best seller. La gente hacía cola para adquirirlo y la obra provocó
un debate sobre el estalinismo más grande de lo tolerable, de forma
que dos años después se impidió que obtuviera el Premio Lenin y
luego fue prohibida, aunque se conseguía en el samizdat y otras
formas clandestinas de edición. El libro cuenta un «buen» día en
la vida de un preso en un campo del Gulag. En la década de los cincuenta
el autor trabajaba de presidiario minero, albañil y forjador, y
contrajo un tumor del que fue operado; el cáncer se le reprodujo
y esa experiencia sirvió de material para su novela Pabellón del
cáncer, que terminó en 1967. Un mes después de haber cumplido los
ocho años de condena, Stalin había muerto, aunque las penas de Solzhenitsyn
no habían acabado.
Aún tenía que cumplir el destierro «a perpetuidad», por lo que
fue enviado a Kok Teren (Provincia de Zhambyl) desde marzo de 1953
a 1956, lo que aprovechó para escribir en secreto mientras daba
las clases en la escuela primaria. Liberado y rehabilitado en 1956,
a Solzhenitsyn se le permitió vivir en Vladímir y Riazán, en el
centro de Rusia, donde pudo llevar una vida normal, dando clases
de matemáticas y escribiendo sobre sus experiencias en la cárcel.
Ese fue el material de su primera novela, Un día en la vida de Iván
Denísovich (noviembre de 1962), que fue publicada gracias al deshielo
provocado por la denuncia del estalinismo realizada en el XX congreso
del PCUS por Nikita Jrushchov. Lo hizo el poeta Aleksandr Tvardovski
en la revista literaria que dirigía, la más importante de su país,
Novy Mir (Nuevo Mundo), y le procuró una gran popularidad en la
Unión Soviética y fuera de ella. Pero la apertura duró poco y el
autor se pasó los últimos años sesenta en un forcejeo constante
para poner a salvo del KGB sus archivos y manuscritos, muchos de
ellos difundidos por toda la URSS en samizdat, copias rudimentarias
clandestinas. Un día en la vida de Iván Denísovich fue prohibida,
y el original de El primer círculo, del que el autor había hecho
varias versiones, fue confiscado, así como todos sus papeles. Antes
había publicado a duras penas Nunca cometemos errores (1963) y Por
el bien de la causa (1964).
Dentro de la selección de novela corta de nuestra
bibliotecaria.
En 1969 fue expulsado de la Unión de Escritores Soviéticos por
denunciar que la censura oficial le había prohibido varios trabajos,
pudiendo apenas publicar las novelas El primer círculo (1968), El
pabellón del cáncer (1968-1969) y Agosto de 1914 (1971). El galardón
del Premio Nobel de Literatura de 1970 acudió en su ayuda; declinó
sin embargo, ir a Estocolmo por temor a que las autoridades soviéticas
no le permitieran regresar y también, para ultimar su obra más conocida,
el monumental Archipiélago Gulag.
La primera parte fue publicada en diciembre de 1973 en París, después
de que una copia del manuscrito se perdiera al caer en manos de
la KGB en la URSS y su portadora, Elizaveta Voronyánskaya, secretaria
del autor, se ahorcara tras haber sido torturada. «Con el corazón
oprimido —explicó en la primera página—, durante años me abstuve
de publicar este libro, ya terminado. El deber para con los que
aún vivían podía más que el deber para con los muertos. Pero ahora,
cuando pese a todo, ha caído en manos de la Seguridad del Estado,
no me queda más remedio que publicarlo inmediatamente».
Propaganda del KGB. Elizaveta Voroyanskaya apareció ahorcada en
su celda cuando el manuscrito de Aleksandr Solzhenitsyn, “Archipiélago
Gulag” cayó en manos de la K.G.B. El gobierno estalinista, mediante
sus grandes purgas seguía haciendo de las suyas, para intentar silenciar
a todos aquellos que denunciaban lo denunciable, a todos aquellos
que describían la cruda realidad, el puro fracaso, y la poca importancia
que tenía el pueblo para esos personajes que decían ser su gobierno.
Para escribir esta obra Solzhenitsyn había entrevistado a 227 supervivientes
de los campos de trabajo soviéticos del Gulag, cuyas identidades
protegió con celo. Mezcla hechos históricos y autobiográficos con
testimonios personales ajenos y la obra desencadenó un vendaval
de ataques al autor en la prensa y los medios soviéticos. Fue detenido
y acusado de traición el 12 de febrero de 1974 y al día siguiente
se lo expulsó de la URSS y marchó al exilio. Fue deportado a Fráncfort
del Meno en la República Federal de Alemania y privado de la ciudadanía
soviética. Archipiélago Gulag es un análisis del sistema de prisiones
soviético, del terrorismo y de la policía secreta. Con un estilo
suelto, alejado de solemnidades melodramáticas y un leve toque irónico
que aliviaba la tensión lectora en un laberinto de continuas tragedias,
se enumeraban las «atrocidades de un Estado enfrentado demencialmente
a su propio pueblo casi desde sus inicios». A estos campos Solzhenitsyn
los denominó metafóricamente archipiélago, por ser de campos de
trabajo repartidos por toda la URSS. Además, el título original
en ruso, Arjipelag Gulag, produce un efecto sonoro impactante. Archipiélago
Gulag se publicó primero en Francia (1973) y apareció poco después
en otros idiomas. Archipiélago Gulag 2 y Archipiélago Gulag 3 fueron
publicados en 1975 y 1978 respectivamente.
Solzhenitsyn en 1994 en un tren en Vladivostok. Tras veinte años
de exilio, el autor pudo regresar a su Rusia natal.
Viajó a los Estados Unidos en 1975 para establecerse allí tras
publicar la novela-documento Lenin en Zúrich: capítulos, en una
casa cerca de Cavendish (Vermont), con su esposa Natasha y sus tres
hijos. Ahí se dedicó a escribir dos ensayos El roble y el ternero,
fundamental para entender el mecanismo interno de la vida literaria
soviética, y El peligro mortal, en el que analiza los errores de
la visión estadounidense sobre Rusia. Volvió a su patria en 1994,
luego de la disolución de la Unión Soviética, cuando Mijaíl Gorbachov
favoreció su regreso y la recuperación oficial de la ciudadanía
rusa. Según Laura Vaccaro, fue recibido como un héroe, a pesar de
lo cual no dejó de ejercer hasta su muerte el pensamiento crítico
sobre Rusia.
Sus últimos trabajos son Cómo reorganizar Rusia (1990) y El problema
ruso: al final del siglo XX (1992). En 1967 escribió: «No tengo
ninguna esperanza en Occidente, y ningún ruso debería tenerla. La
excesiva comodidad y prosperidad han debilitado su voluntad y su
razón». Proclamaba que Occidente carecía de recursos morales y espirituales
para resistirse a su propia decadencia. Dedicó sus últimos años
a lo que considera la culminación de su trayectoria, una novela
histórica de fondo tolstoiano, La rueda roja, que abarca desde la
caída del régimen zarista al ascenso al poder de los bolcheviques.
Es una tetralogía compuesta por Agosto de 1914, Octubre de 1916,
Marzo de 1917 y Abril de 1917. En 1983, recibió el Premio Templeton.
En una entrevista publicada últimamente afirma que uno de los principales
males de Rusia consiste en carecer de una verdadera e importante
administración a nivel local, que pueda fundar una democracia real
desde sus cimientos.
Los bolcheviques eran una facción dentro del Partido Obrero Socialdemócrata
de Rusia, dirigida desde un principio por Vladímir Ilich Uliánov,
también conocido como Vladímir Lenin. Este grupo era contrapuesto
a los mencheviques, dirigidos por Yuli Mártov.
En 2007, fue galardonado con el Premio Estatal de la Federación
de Rusia para la actividad humanística. Hasta su muerte, fue considerado
un referente político y moral por la inmensa mayoría de los rusos.
Incluso sus detractores admitían la rectitud de su amor por la verdad.
Tras la publicación de Agosto de 1914, Octubre de 1916 y aún más
después de la publicación de Doscientos años juntos, un gran número
de investigadores y expertos consideran que Solzhenitsyn expresa
ideas antisemitas en estas y otras obras debido a su tendencia a
justificar la violencia hacia los judíos a través de la historia
como castigo colectivo por los supuestos crímenes de algunos individuos
que él considera judíos.
Solzhenitsyn murió el 3 de agosto de 2008 a la edad de 89 años
a consecuencia de una insuficiencia cardíaca en su residencia de
Moscú, según informó su hijo a la prensa. A la capilla ardiente,
instalada en la sede de la Academia de las Ciencias de Rusia, acudieron
en masa los moscovitas, para rendirle un último homenaje. También
el entonces presidente ruso Vladímir Putin rindió homenaje al mayor
crítico del régimen comunista. La tumba del escritor se encuentra
en el cementerio del monasterio Donskói de Moscú, un camposanto
del siglo XVI donde recibían sepultura en el pasado miembros de
la realeza. Solzhenitsyn recibiría sepultura al lado de la tumba
del famoso historiador ruso Vasili Kliuchevski (1841-1911), como
él mismo pidió.
Solzhenitsyn con el presidente ruso Vladímir Putin en 2007.
Tras su exilio de la Unión Soviética, Solzhenitsyn sorprendió a
la opinión pública por sus críticas a Occidente. Llegó a ver en
el marxismo una ideología occidental, pero también condenó el materialismo,
el individualismo y el ateísmo que, según él, estaban en la base
de la civilización occidental. Pronto fue considerado un nacionalista
ruso por sus llamamientos a regenerar los valores tradicionales
de Rusia, a los que consideraba una posible alternativa para dejar
atrás tanto la democracia liberal como el comunismo totalitario.
Mientras que algunos académicos han defendido su propuesta al respecto
—calificándola de progresista—, otros, entre los que destaca el
historiador Alexander Yanov, denunciaron la deriva iliberal de Solzhenitsyn
hacia un nacionalismo de tipo autoritario o incluso fascista. Algunos
autores han señalado la problemática relación de Solzhenitsyn con
el presidente Vladímir Putin, con quien ha mantenido relaciones
cordiales desde el principio de su mandato y cuya labor ha defendido
públicamente. En 2005, durante la llamada Revolución naranja en
Ucrania y coincidiendo con manifestaciones masivas en Rusia, Solzhenitsyn
apareció en la televisión estatal en un gesto que fue visto como
un intento del Gobierno ruso por neutralizar las protestas y prevenir
un cambio de régimen. En 2007 el Kremlin utilizó la figura de Solzhenitsyn
y su oposición a la Revolución de Febrero de 1917 para tratar de
contener las protestas de la oposición; poco después ese mismo año,
Solzhenitsyn era galardonado con un premio estatal por Putin, quien
afirmaba que su gobierno había tomado decisiones siguiendo los consejos
del propio Solzhenitsyn. Su ideario ha sido influenciado por el
nacionalista contrarrevolucionario Iván Ilyín, quien a su vez es
uno de los autores de cabecera de Putin.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
|
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
|
|