--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tatiana Tîbuleac nació en la capital de Moldavia, Chisináu. Su
padre era periodista y su madre editora, por lo que creció rodeada
de libros y periódicos y se aficionó pronto a la lectura. Estudió
periodismo y comunicaciones en la Universidad Estatal de Moldavia
y durante esos años ya empezó a colaborar con diversos medios en
calidad de traductora, correctora y reportera.
En 1995 empezó a trabajar en el periódico FLUX, de gran difusión
en esa época en Moldavía. Poco después tuvo su propia columna, llamada
"Poveti adevarate" ("Historias verdaderas"). Cuatro años más tarde
pasó a trabajar en la televisión, en un canal moldavo llamado Pro
TV Chiinau, donde comenzó como reportera y posteriormente fue presentadora.
En alguna ocasión comentó que en su trabajo intentaba escribir sobre
personas diferentes y no famosas, porque las encontraba más interesantes.
De hecho, solía dedicar días a conocer personas pobres, con enfermedades
y en general con problemas sociales sobre los que después escribir.
En 2007 dejó el periodismo y se trasladó a París en 2008. Según
ella contó, le vino muy bien el cambio de vida para encontrar un
modo nuevo de escribir. Publicó en Moldavia su primer libro Fábulas
modernas, en 2014. Se trata de una colección de 50 historias cortas
sobre la migración. El libro tuvo su origen a raíz de varias publicaciones
en Facebook, hechas con el propósito de inspirar a las personas
que vivían lejos de su hogar y hablar sobre la migración desde una
perspectiva diferente. Las opiniones y los debates generados en
la red social hicieron de Fábulas modernas un fenómeno de los más
populares aquel año.
Su primera novela El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes
se publicó en 2017. Según algunos medios, "una cruda e íntima reflexión
sobre las relaciones maternofiliales que apela a la fuerza del amor
y el perdón". También la crítica destacó la poesía que destila el
estilo descarnado de la autora. La novela ganó múltiples premios
literarios y ha sido traducida al francés y al español. En Bucarest
se hizo una obra de teatro de la novela. En 2018 publicó su segunda
novela El jardín de vidrio por la que le concedieron el Premio de
la Unión Europea de Literatura.
Creció entre idiomas –el ruso oficial y el rumano que se hablaba
en su casa– y entre fronteras cambiantes –nació hace 42 años en
Chisinau, capital de la República de Moldavia, entonces parte de
la Unión Soviética –. También lo hizo entre libros: su padre era
periodista y su madre, editora de textos. Dice que Antón Chéjov
es su escritor favorito. “Siempre llevo conmigo a todas partes sus
obras en ruso. Cada vez que leo La gaviota me da una nueva perspectiva
de la vida, de mis sentimientos, y de lo que es importante o no”.
En 2021 Impedimenta también publica su segunda novela, El jardín
de vidrio, donde se replantea los estereotipos en torno a la maternidad,
la sensación de desarraigo y aborda temas como el aborto o la violencia
hacia las mujeres. Lastochka, la protagonista, es primero una niña
adoptada por una alcohólica que la pone a trabajar recogiendo botellas
vacías para ganarse la vida y después una madre que cuida a una
hija débil, enferma. ¿Su obsesión? Buscar a sus padres, hallar esas
raíces perdidas.
«En Moldavia hay un gran miedo porque somos un país pequeño y sabemos
que somos los siguientes», afirmó en una entrevista, que
asegura que su país natal «no tiene la fuerza para resistir una
guerra como Ucrania», un país con el que tienen «un vinculo especial».
La autora señala que en Moldavia «todo el mundo tiene al menos una
historia o recuerdo ligado a Ucrania», donde mucha gente cuenta
con familia y seres queridos y es además el lugar donde veranean
y donde tienen negocios. «Para Moldavia esto no es solo una guerra
en algún lugar. Para nosotros es una guerra muy cercana«, destaca.
Tibuleac reconoce que siempre vivieron con el miedo constante de
que Rusia quisiera, en algún momento, recuperar su imperio. Sin
embargo, en su país no esperaban que fuera a comenzar por Ucrania
ni que fuera a estallar una guerra tan violenta que, según opina,
«está muy lejos de llegar a su final». «Es una tragedia que afectará
no solo a Ucrania, Moldavia o a los países de alrededor. Ya está
remodelando Europa y el mundo. Y creo que de alguna manera ya nos
las arreglamos para aceptar esta guerra y seguir con nuestras vidas»,
lamenta. «La venganza vendrá y tendremos que vivir con la sombra
de esta guerra por muchas décadas», añade.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
|
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
|