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Literatura indigenista.
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10-Septiembre-2024

La literatura indigenista es una corriente literaria que trata sobre los indígenas de América Latina y sus problemáticas. La misma se desarrolla a partir de la década de 1920, principalmente en aquellos países americanos donde es mayor la proporción de población indígena, tales como Perú, Bolivia, Chile, Ecuador, México y América Central. La literatura indigenista retrata a los indios como personas primitivas e ignorantes que no pueden mejorar su posición en la vida sin ayuda externa; son víctimas que necesitan forasteros para protegerlos. La solución para mejorar su situación es que a través de la educación pueden ser elevados y asimilados en la cultura dominante. Rara vez se reconocen sus culturas y valores indígenas como valiosos y dignos de protección. Esta corriente literaria suele incluir en sus obras reflexiones críticas sobre la sociedad, por lo general denunciando situaciones de marginación y explotación de la población indígena en el armado social de un país.

Ecuador posee un grupo de novelistas cuyas obras fueron influenciadas por corrientes intelectuales indigenistas. Claudio Malo González ha señalado que es quizás en el área de la literatura, que el indigenismo en Ecuador ha alcanzado su más alto nivel de expresión. Sin embargo, las descripciones sociológicas de Jaramillo del sufrimiento de los indios en El indio ecuatoriano tuvieron una fuerte influencia en el desarrollo de temas en la literatura indigenista en Ecuador. Leon Bright contrapone "la novela indianista, que representa románticamente al indio como un noble salvaje" con "la novela indigenista que trata de dar una explicación realista de los sufrimientos de la población nativa en su lucha para ganar justicia social." Ejemplos de novela indianista, son las obras de James Fenimore Cooper o Cumandá (1879) del autor ecuatoriano Juan León Mera, que es una historia de amor romántica de un indio Shuar en Amazonas. Por lo general se considera a la obra Plata y bronce de Fernando Chaves (1927), como la primera novela indigenista ecuatoriana. El ejemplo más conocido, sin embargo, de esta tradición es la novela Huasipungo (1934) de Jorge Icaza, considerada el principal ejemplo de novela indigenista de Ecuador. Este trabajo ayudó a definir la naturaleza de la literatura indigenista en América Latina. La novela se centra en la persecución y la opresión que los campesinos pobres de las tierras altas (huasipungueros) enfrentaron a manos de los grandes terratenientes y la represión a la que se enfrentaron cuando se alzaron en defensa de sus pequeñas parcelas.

Los indígenas peruanos demandaron en 2012 al Estado por romper su promesa de protección a los indígenas aislados.

El movimiento literario indigenista en Perú, por una parte exaltó la importancia del imaginario y la sociedad indígena, reivindicó los valores de los pueblos originarios y su cultura, y denunció las condiciones misérrimas en las que vivían los indígenas. Una figura prominente fue Luis E. Valcárcel quien en su obra Tempestad en los Andes manifiesta un indigenismo de denuncia, pero a la vez de reivindicación de la cultura andina. Es considerado el evangelio del indigenismo. Por su parte Enrique López Albújar es reconocido como uno de los gestores del indigenismo, su obra Cuentos andinos (1920) es una de los primeros escritos en la vertiente indigenista. José María Arguedas autor de novelas y cuentos que hacen que sea considerado como uno de los tres grandes representantes de la narrativa indigenista en el Perú, junto con Ciro Alegría y Manuel Scorza. Introdujo en la literatura indigenista una visión interior más rica e incisiva. La cuestión fundamental que se plantea en sus obras es la de un país dividido en dos culturas (la andina de origen quechua y la occidental, traída por los españoles), que deben integrarse en una relación armónica de carácter mestizo. Ciro Alegría Bazán en las obras de su autoría relata las vivencias de los indígenas del norte del Perú.

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Una de las novelas más reconocidas del escritor Alcides Arguedas, que llegó a constituirse como la primera obra indigenista en el ambiente literario boliviano. La obra fue elegida como una de las diez mejores novelas de Bolivia de todos los tiempos. Forma parte de las obras de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia. Carlos Castañon Barrientos menciona que Raza de bronce es la hermana mayor de obras como El mundo es ancho y ajeno (1941) del escritor peruano Ciro Alegría y Huasipungo (1934) del escritor ecuatoriano Jorge Icaza, por tener la misma orientación y que fueron escritas años después.

Como muchos escritores de su generación, Jorge Icaza vio en sí mismo y en sus obras una consecuencia final de las transformaciones que el liberalismo había introducido en el Ecuador en las primeras décadas del siglo. Con su obra, parece sumarse a quienes pretendían hacer de la literatura una manifestación de lucha de clases, un arte proletario al servicio del proletariado internacional, cuyos mejores representantes en la sierra ecuatoriana eran los indios y otros sectores populares. "Huasipungo" es una pieza fundamental en el desarrollo de la narrativa indigenista andina. El indio que aparece en ella no es un indio mítico, sino un indio acosado por una naturaleza hostil y por los tradicionales abusos de los latifundistas. Junto al indio aparece el cholo, víctima del blanco y verdugo del indio.

La publicación en el contexto de los movimientos campesinos, movimientos indigenistas, sociales y del lanzamiento intelectual y político del incanismo que dominaban el ambiente, cuando en el Perú se fundaban discursos sobre el destino nacional, en la denominada época de la Patria Nueva, luego de los efectos negativos de la Guerra con Chile y la profunda crisis mundial que se vivía y que amenazaban poner en riesgo estructural la constitución de la Nación.

El libro discursa sobre la importancia que los nuevos científicos sociales le dieron a la cultura nativa peruana y cómo ésta es también un fundamento para generar un proceso ciudadano hacia la forja de la Nación. Influenciado por los efectos culturales que ocasiona la Revolución Rusa de 1917, pone al "indio" como un potencial y efectivo protagonista de un evento como éste, que se pueda dar en los Andes. Trata sobre el carácter cultural del "indio", su arte, cultura, el papel importante que cumple en la formación y continuidad del país; su idioma y características resilientes y continuidad en la historia.

Esta obra está enmarcada en el enfoque de la etnohistoria, método, mediante el cual, la narrativa del libro quiere ubicar los antecedentes positivos de la historia andina, a través de las manifestaciones actuales y funcionales de la actuación del andino en el presente. Se inspira también en el enorme prestigio que, en ese momento, tiene la Revolución Mexicana de 1910, que introduce el factor cultura, ancestros, etnicidad, indigenismo y nativismo, en el accionar político mundial. Pues no debemos olvidar que Valcárcel fue quien, en la revista Amauta de José Carlos Mariátegui, era el mentor de todo el culturalismo de ese órgano.

El mundo es ancho y ajeno es una novela del escritor peruano Ciro Alegría, publicada en 1941, considerada como una de las obras representativas de la literatura indigenista o regionalista, y la obra maestra de su autor. Hasta la fecha cuenta con numerosas ediciones en castellano, para 2009 se estiman más de 80 ediciones, y ha sido traducida a diversos idiomas, entre ellos el inglés, el francés, el italiano, el alemán y el ruso. La novela narra los problemas de la comunidad andina de Rumi, liderada por su alcalde Rosendo Maqui, quien enfrenta la codicia del hacendado Álvaro Amenábar y Roldán, el cual finalmente les arrebata sus tierras. «Váyanse a otra parte, el mundo es ancho», dicen los despojadores a los comuneros. Estos buscarán entonces un nuevo lugar donde vivir. Pero si bien es cierto que el mundo es ancho o inmenso, siempre será ajeno o extraño para los comuneros. La experiencia trágica de muchos de ellos que van a ganarse la vida a otros lugares, sufriendo la más cruel explotación, padeciendo enfermedades y hasta la muerte, lo demostrará con creces. Para el hombre andino la comunidad es el único lugar habitable. Este es el mensaje último que nos trasmite la novela.

Ciro Alegría, que se hallaba en Chile desterrado por la dictadura de su país, se puso a escribir esta obra para presentarla al Concurso Latinoamericano de Novela convocado desde Estados Unidos por la prestigiosa Editorial Farrar & Rinehart de Nueva York y auspiciado por la Unión Panamericana de Washington. Pudo dedicarse tranquilamente a esta labor pues un grupo de amigos acordaron pasarle una subvención mensual. Comenzó a escribir en junio de 1940 y entregó los originales de la novela terminada el día 15 de noviembre, es decir cuatro meses después. De acuerdo a las bases del concurso serían seleccionadas una novela por cada país latinoamericano, de entre las cuales saldría un ganador. La novela de Ciro fue seleccionada y enviada a Washington. Lo anecdótico fue que participara por Chile, mientras que por el Perú fue seleccionada la novela Panorama hacia el alba, del escritor José Ferrando, un desconocido autor que desplazó a novelas como Yawar Fiesta del entonces joven escritor José María Arguedas. El 28 de febrero de 1941 le comunicaron a Ciro Alegría su triunfo, invitándosele a ir a Nueva York, con una bolsa de viajes pagada. El premio consistía en 2500 dólares que le fue entregado en un banquete que se le ofreció en el Hotel Waldorf-Astoria, el Día de las Américas, el 14 de abril de ese año. La novela fue publicada ese año por la Editorial Ercilla de Santiago de Chile. A fines de octubre apareció su traducción al inglés (Broad and alien is the world) que fue ubicado por la prensa en el cuarto lugar de ventas. Esta novela, junto a la demás obra de Alegría tuvieron publicaciones peruanas hasta 1956 debido a los fuertes choques políticos en el país.

Publicada en 1958 y considerada la novela más importante de Arguedas, en Los ríos profundos se trata por primera vez en la literatura latinoamericana la figura del indio y sus problemas desde una perspectiva cercana y realista. Narra el paso a la edad adulta de un chico de catorce años que descubre las injusticias presentes en el mundo y elige su camino. El relato recorre la geografía del sur de Perú en un viaje itinerante que le lleva a él y a su padre en busca de una vida nueva. En Abancay ingresa en un internado donde pasa a formar parte de un microcosmos que refleja cómo es la sociedad peruana y cuáles son las normas que imperan, su crueldad y su violencia. Fuera del colegio, los conflictos sociales forzarán su toma de conciencia.

Manuel Scorza, novelista, poeta, editor y político, peruano de la generación del 50, atento a los fenómenos sociales y observador de los problemas del Perú de la época que le cupo vivir. Su primera novela, Redoble por Rancas (1970), forma parte de un ciclo denominado "La balada", "las Cantatas" o "La guerra silenciosa", donde, desde una óptica eminentemente poética que fusiona mitos ancestrales e historia, Scorza muestra la antigua lucha de los campesinos para recuperar sus tierras. Las demás novelas que componen este ciclo, Historia de Garabombo el Invisible (1972), El jinete insomne (1977), Cantar de Agapito Robles (1977) y La tumba del relámpago (1979), continúan uniendo el realismo social a la fantasía poética. Esta serie de novelas, traducida a más de cuarenta idiomas, se ha constituido en una de las más difundidas y reconocidas de la literatura peruana en este siglo. En 1968, en plena efervescencia de las luchas campesinas en la sierra central y en virtud a su activa participación a través de un movimiento político indigenista, tuvo que abandonar de nuevo el país. Llevó consigo dos manuscritos: El vals de los reptiles y Redoble por Rancas, un poemario y una novela respectivamente, ambos de 1970.

Con su obra en cinco partes La guerra silenciosa (1970-1978) iniciada con Redoble por Rancas y que tuvo un fulgurante éxito europeo. La novela denuncia explícitamente los abusos sufridos por las comunidades campesinas de los Andes Centrales, de mayoría indígena, y su lucha contra la explotación y la injusticia. Sin embargo, aunque la obra de Scorza responde a una hermenéutica que dialoga con la tradición literaria peruana, representada por el indigenismo, trasciende sus límites y convenciones, y huye de esa etiqueta en un proceso constante y paulatino que se mueve en dos niveles. Uno histórico real y otro ficcional, que desde un enfoque mitológico y fantástico tiene como función constituir una aclaración de la realidad.

En 1937, el escritor mexicano Mauricio Magdaleno publica la novela El resplandor, la historia de San Andrés de la Cal, una pequeña localidad otomí que espera la llegada de un mesías que no sólo actúe con justicia social sino que rompa la profecía que pesa sobre la historia de su pueblo. Saturnino Herrera –mestizo, criado en San Andrés, educado en la ciudad y producto de la Revolución mexicana- regresa encarnado en una figura en la que los indios depositan todas las esperanzas. Los mitos, la historia, la identidad mexicana, la tierra, son temas que recorren toda la novela y que, junto con la visión espiritual de los personajes, la estructura y el uso de algunos procedimientos literarios, inauguran un línea de la tradición mexicana que cultivarán con éxito autores tan relevantes como José Revueltas, Agustín Yañez y Juan Rulfo.

Balún Canán fue la primera novela de la poetisa y escritora mexicana Rosario Castellanos, publicada en 1957. Narra los enfrentamientos entre indígenas y terratenientes (blancos o ladinos) que, si bien nunca llegaron a entenderse entre sí durante la época colonial, trataron de comenzar a convivir de mejor forma durante la reforma agraria que implementó el presidente Lázaro Cárdenas del Río en la segunda mitad de la década de 1930.

Rosario Castellanos fue hija de terratenientes y vivió su infancia con una nana indígena de nombre Rufina. Su familia abandonó su casa durante el reparto agrario y emigró a la Ciudad de México. Los escritores Sergio Magaña y Emilio Carballido incitaron a Rosario Castellanos a escribir sobre su infancia en Comitán, población cuyo nombre en maya antiguo era Balunem K'anal que significa nueve estrellas o nueve testigos. Castellanos escribió la novela plasmando las experiencias de su niñez en el mundo antagónico de terratenientes e indígenas del que fue testigo. Al igual que la protagonista de la novela, Rosario Castellanos perdió a su hermano Mario Benjamín; este hecho se ficcionaliza en el argumento de la obra. Al publicarse el libro, Castellanos se lo dedicó a Emilio Carballido y a sus amigos de Chiapas.

17-Octubre-2024

Una política de izquierda víctima del lawfare se encuentra prisionera en una cárcel de alta seguridad en las entrañas de la selva amazónica. Se hace llamar Atusparia, como el líder de la resistencia indígena peruana del siglo XIX y como el delirante colegio comunista donde estudió en los estertores de la guerra fría. El amor en tiempos del capitalismo la engulle en una espiral de drogas y sexualidad frenética que la alejarán de los viejos ideales de su educación hasta que el llamado desus raíces la llevarán a emprender un viaje al pie del lago Titicaca y mimetizarse con el héroe revolucionario de su infancia. No hay precedentes rastreables para esta nueva novela de Gabriela Wiener. Atusparia es rompedora y exquisita; satírica, autoficcional y ligeramente futurista. A caballo entre el realismo social y la fantasía poética, Wiener da un salto magistral en su literatura y nos muestra, en su «grannovela rusa» postindigenista, cómo las jerarquías y luchas de poder alcanzan a los movimientos emancipadores haciéndolos añicos.

Pedro Pablo Atusparia fue un líder indígena peruano que, a finales del siglo XIX, se situó al frente de una rebelión armada campesina que fue duramente reprimida por el ejército, causando la muerte de miles de personas. Atusparia fue (y es) un colegio de la ciudad de Lima que fue fundado por egresados peruanos de la Universidad de Moscú que intentaron poner en funcionamiento las doctrinas del pensador y político José Carlos Mariategui, fundador del Partido Socialista Peruano. En Atusparia estudió Gabriela Wiener durante los años ochenta y, también, la protagonista de esta novela que, además, terminará adoptando este nombre como seudónimo revolucionario. Así, la periodista y escritora establecerá un juego de espejos entre la realidad y la ficción para hablar de su país y de las luchas históricas que lo han atravesado desde el pasado hasta la actualidad.

Así, después de Huaco Retrato, que quedó finalista del Booker Internacional, Gabriel Wiener sigue explorando en Atusparia (Random House) sus raíces, en esta ocasión apartándose del relato autobiográfico para abrirse a otros caminos. “Durante años escribí desde el yo, desde una primera persona que era muy identificable, primero como cronista y después como poeta, también como ‘performance’. En Huaco retrato sentí que ya había tocado techo en ese registro y la necesidad de cambiar el lugar desde el que enunciaba. Esa voz sigue teniendo que ver con mi experiencia, con mis vivencias, pero también, en esta ocasión, encontramos otro narradores, otros registros”, cuenta Gabriela Wiener.

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