Te encuentras en algún lugar de los remotos Fiordos Occidentales,
una península grande en el extremo noroccidental de Islandia,
cuando tu coche se para. Finales de septiembre, suspiras,
estáss recorriendo el cabo de Látrabjarg, un acantilado barrido
por el viento, cuando regresas a Ísafjörður, la localidad
más grande de la zona (2.600 habitantes). Una vez en el apartamento,
llamas a la compañía que alquiló el vehículo. El mecánico
del pueblo no podrá atenderte antes de la fecha en
la que debes estar de vuelta en la capital islandesa, Reikiavik.
"Bueno", dice el representante de la empresa de alquiler,
"¡þetta reddast!".
Una rápida búsqueda en Google te informa de que þetta reddast
(se pronuncia: "zet-ta red-ast") no quiere decir "lo siento,
no me pagan lo suficiente como para que me importen sus problemas"
ni tampoco "intenten no quedarse varados en medio de la nada".
En cambio, significa "al final todo se solucionará". Si Islandia
tuviera un eslogan oficial, sería esta frase que resume de
forma casi perfecta la manera en que los islandeses se toman
la vida: con una actitud relajada, tranquila y un gran sentido
del humor.
"Es solo una de esas frases ubicuas que te rodean todo el
tiempo, una filosofía de vida que flota en el aire", afirma
Alda Sigmundsdóttir, autora de varios libros sobre la historia
y la cultura de Islandia.
"Generalmente se usa de una manera bastante superficial y
optimista. También se puede emplear para tranquilizar, sobre
todo si la persona que intenta confortar a la otra no sabe
muy bien qué decir. En ese sentido es una especie de palabra
para toda ocasión". A primera vista, parece una filosofía
rara para un lugar donde, durante siglos, muchas cosas no
funcionaron del todo bien. Desde que Islandia empezó a asentarse
en el siglo IX, su historia ha estado contaminada con cuentos
de épocas en las que no cabía el þetta reddast.
En su obra "El pequeño libro de los islandeses en los viejos
tiempos", Sigmundsdóttir da cuenta de algunas de estas penurias:
los inviernos largos, la pobreza extrema, la esclavitud. Hubo
erupciones volcánicas como la del Laki en 1783, que mató al
20% de la población de 50.000 de aquel entonces. También acabó
con el 80% de sus ovejas, una fuente de alimentación vital
en un país que apenas tenía agricultura.
La mayoría de la población desciende de los noruegos
que huían aterrorizados del rey Harald Finehair en el
siglo IX. Fue el primer rey de Noruega. A través de
conquistas, logró unificar un conjunto de pequeños reinos
rivales y extendió su dominio sobre Escocia, las Islas
Hébridas, las Órcadas y las Shetland. La persecución
que hizo de sus enemigos llevó al poblamiento noruego
de Islandia.
Algunos de los noruegos exiliados huyeron hacia el
este, hacia las actuales provincias suecas de Jämtland
y Hälsingland. Otros se refugiaron en los archipiélagos
del Atlántico, pero los persiguió a las Shetlands, las
Órcadas y las Hébridas. Otros se unieron a expediciones
vikingas a Escocia, mientras que algunos fueron aún
más lejos: en 874, un noruego llamado Ingólfur Arnarson
llegó hasta la isla que llamó Islandia (tierra de hielo).
Es posible que la isla hubiera recibido algunas visitas
anteriores, probablemente de monjes irlandeses que huían
de las primeras incursiones vikingas, pero lo cierto
es que Islandia estaba deshabitada desde hacía más de
setenta años.
Los noruegos se convirtieron en sus primeros pobladores
estables al fundar la ciudad de Reikiavik. La población
de noruegos en Islandia se incrementó por el descontento
con los impuestos de Harald, y por la expedición que
éste realizaría hacia las islas próximas y a Escocia,
sometiendo estos territorios a la autoridad noruega
y colocando sus propios gobernantes. El reinado de Harald
estuvo marcado por la amenaza constante de sus enemigos.
Al final de su vida, comenzaron las disputas entre sus
hijos para repartirse el reino, y el monarca gobernaría
en los últimos tres años junto a su hijo favorito, Erico
Hacha Sangrienta. Murió alrededor de los 83 años de
edad. Doce de sus hijos fueron reyes, dos de ellos de
toda Noruega.
|
Había tormentas que azotaban la nación y hundían los barcos
a remo con los que pescaban, reduciendo también gran parte
de la población masculina en pueblos enteros. Hasta el siglo
XVIII, el 30% de los bebés morían antes de cumplir un año,
según esta escritora.
La antigua Islandia era un lugar muy difícil de habitar...
y eso no fue hace tanto tiempo. "No hace mucho éramos una
sociedad de granjeros y pescadores y las estaciones y duras
condiciones en las que vivíamos controlaban por completo nuestras
vidas", explica Auður Ösp, la fundadora de la agencia turística
I Heart Reykjavik.
Mientras la Islandia actual es un lugar ultramoderno donde
abunda el wifi, las tarjetas de crédito se aceptan en todos
los locales y la mayoría del país utiliza energía geotérmica;
hace solo 90 años el 50% de la población vivía en casas de
pasto (viviendas tradicionales con paredes y techos hechos
con tierra y pasto). Así que las penurias no son un recuerdo
muy lejano. Hace solo 45 años, el volcán Eldfell hizo erupción
en la pequeña isla de Heimaey, escupiendo millones de toneladas
de ceniza y engullendo 400 edificios. Las 5.000 personas que
vivían allí tuvieron que ser evacuadas.
Hace 23 años, una avalancha gigantesca diezmó el pueblo de
Flateyri en los Fiordos Occidentales, enterrando más de una
docena de hogares y matando a 20 de los 300 residentes. Incluso
cuando no había desastres naturales, Islandia está a la merced
de las fuerzas de la naturaleza. La isla se mueve y respira
de una forma en que pocas lo hacen, con fumarolas que exhalan
vapor, manantiales de agua caliente que borbotean, géiseres
que sueltan chorros y burbujean y cataratas que se precipitan.
El país se asienta sobre la grieta que se abre entre las
placas tectónicas de Norte América y Eurasia, que se están
separando lentamente. Algo que provoca que el territorio islandés
se ensanche unos tres centímetros al año, desatando un promedio
de 500 terremotos pequeños cada semana. Su clima es tan volátil
como formidable. Hay vendavales que pueden llegar a la categoría
de huracán, tormentas fuertes que se dan incluso en verano
y, en los días más oscuros de invierno, el sol brilla solo
cuatro horas.
Por ejemplo, cuando empieza a nevar de repente en agosto
(verano), como pasó en el norte hace unos años, tienes que
dejarlo todo y salir a rescatar a tus animales. O cuando hay
una erupción volcánica que interrumpe vuelos en todo el mundo
y deja a mucha gente varada en Islandia, tienes que pensar
rápido y ver lo que haces. Tal vez tenga sentido que en un
lugar donde la gente estuvo y aún está a merced de las fuerzas
de la naturaleza, los islandeses hayan aprendido a ceder el
control, dejar que el destino decida y limitarse a esperar
lo mejor. Para esta población tan estoica, þetta reddast tiene
menos que ver con negarse a lidiar con los problemas y más
con admitir que si la vida te da limones, es mejor hacer limonada.
"El Thorrablót es la gran fiesta de final de invierno.
Sus orígenes son paganos y recuerda los tiempos en que
los vikingos festejaban la inminente llegada de la primavera.
Para ello, sacaban todos los manjares que habían ido
acumulando a lo largo de los meses de invierno y se
los zampaban en medio de una gran comilona. Con unos
orígenes como éstos, es evidente que nadie puede esperar
manjares delicados. Las especialidades del Thorrablót
son más bien un poco primitivas: pescado seco, tiburón
podrido, testículos de cordero, morcillas de sangre
y cabezas de cordero, con ojos y sesos incluidos."
Xavier Moret. La isla secreta.
|
La frase se entiende más cuando se tiene en cuenta que los
islandeses no descienden de vikingos valientes y exploradores
que cruzaban océanos en busca de tierras que saquear y conquistar,
sino que proceden en su mayoría de granjeros y campesinos
noruegos que huían de la esclavitud y la mano asesina del
rey Harald Finehair en el siglo IX. Temían tanto su furia
que arriesgaron sus vidas en un viaje de 1.500 kilómetros
sin mapas, herramientas de navegación ni muchas esperanzas.
"No podríamos vivir en este entorno sin cierto nivel de convicción
de que las cosas se solucionarán de alguna forma, por más
difícil que parezcan en ese momento", afirma Ösp. "Þedda redast
representa un cierto nivel de optimismo". "No es que seamos
impulsivos o tontos. Es solo que creemos en nuestras habilidades
para solucionar las cosas".
Como explica Ösp, debido a las condiciones en las que viven,
los islandeses han tenido muchas veces que hacer posible lo
imposible. Le dieron la vuelta al increíble colapso económico
que sufrieron en 2008 y la crisis que desató un volcán de
nombre impronunciable en 2010 y las convirtieron en oportunidades
de darse a conocer ante el mundo, que convirtió a su Estado
en un destino turístico. Una industria que ahora se erige
como uno de los motores de su ahora robusta economía.
En 2016, Islandia volvió a sorprender al mundo al convertirse
en el país más pequeño que clasificaba a la Eurocopa, donde
llegó hasta los cuartos de final. Una encuesta de la Universidad
de Islandia de 2017 muestra que casi la mita de islandeses
considera a 'þetta reddast' su filosofía de vida.
Como Sigmundsdóttir y Ösp sugieren, tal vez sea algo que
se ha fundido durante siglos con la cultura de este país.
Después de todo, para aquellos que sobrevivieron a esas penurias
las cosas sí se solucionaron al final.
|
La historia de una sociedad al margen de Europa, el
reto de alcanzar el tamaño y la riqueza de un estado apropiado.
Islandia es única entre las sociedades europeas, fundada
en la época vikinga, a sobrevivido durante siglos sin
ningún poder central después de que el cristianismo introdujo
el arte de la escritura. Un tesoro de la humanidad. |
|
El folklore islandés está plagado de cuentos de elfos
y personas ocultas que habitaban colinas y rocas en el
paisaje. Pero, ¿qué nos dicen realmente esas historias
de elfos sobre la Islandia de antaño y las personas que
vivían allí? En este libro, la autora Alda Sigmundsdóttir
presenta veinte historias de elfos traducidas del folklore
islandés, junto con notas fascinantes sobre el contexto
del que surgieron. |
|
En este libro, ganador del Premio Grandes Viajeros en
2002, Xavier Moret narra un viaje por Islandia en el que
le interesa tanto la descripción de sus maravillosos paisajes
como el factor humano, la historia y los personajes de
esta isla volcánica y remota. Un viaje al corazón de Islandia
para entender la cultura y la historia de unos originales
europeos que descienden de los vikingos. |
|
Publicado en 2012, Bruce Percy nos brinda su particular
visión en este libro. Este libro resume todas
las fotografías nocturnas de Bruce en Islandia realizadas
entre 2004 y 2012. Principalmente una monografía de
naturaleza, se entremezcla con entradas del diario de
Bruce, con pensamientos que tratan sobre sus experiencias
de fotografiar, el paisaje islandés con luz tenue.
|
|
Reykjavik Rocks, una guía completa de información privilegiada
sobre la ciudad más pequeña del mundo. En clave de humor,
está escrito por Hallgrímur Helgason, Örn Úlfar Sævarsson
y Jón Atli Jónasson, tres escritores que conocen Reykjavik
desde dentro. Con prólogo de Jón Gnarr, alcalde
de la ciudad en el momento de la publicación. Reykjavik
Rocks está lleno de fotografías de algunos de los fotógrafos
jóvenes más emocionantes de Islandia. Reykjavik Rocks
es un esfuerzo por capturar el espíritu creativo y siempre
cambiante de una ciudad llena de actividad, arte y entretenimiento. |
|
101 Réikiavik es un retrato irónico de la sociedad urbana
islandesa actual y de los valores de la generación X,
donde el individualismo y la búsqueda del placer personal
contrastan con la desgana y la sensación de impotencia
ante los acontecimientos diarios. Hallgrímur Helgason
escribe con frescura y una apabullante riqueza de vocabulario,
sus descripciones son certeras, los diálogos ágiles, hilarantes
y esperpénticos. |
|
Consolidado ya entre los escritores europeos más relevantes
del momento, el islandés Jón Kalman Stefánsson transporta
al lector a un territorio situado entre los sueños y la
realidad, entre la inocencia y la conciencia, un lugar
bañado en una luz crepuscular y melancólica que permanece
viva en la memoria. En esta obra de singular valor literario,
el autor de Entre cielo y tierra, primer volumen de una
trilogía, explora las profundidades del alma humana con
tal maestría que logra emocionarnos como sólo lo consiguen
un puñado de libros en cada generación. |
|
Adviento en la montaña es un relato inspirador y lleno
de simbolismo, ambientado en el crudo invierno de las
montañas del noreste de Islandia. En él su protagonista,
el pastor Benedikt, afronta su tradicional aventura de
Adviento para rescatar de la nieve a aquellas ovejas que
se han extraviado de su rebaño y están destinadas a una
muerte segura. Acompañado de su gran valor, su perro y
un carnero, se adentra en la montaña nevada sin sospechar
que, en esta ocasión, le aguarda un desenlace inesperado.
Traducida a más de 10 idiomas, esta obra goza de gran
popularidad en países como Alemania y Estados Unidos.
Se ha afirmado incluso que sirvió de fuente de inspiración
a Hemingway para escribir El viejo y el mar y que Walt
Disney quiso llevarla al cine. |
|
Una novela épica del premio Nobel Halldór Laxness, publicada
originalmente en dos volúmenes en 1934 y 1935; literalmente,
el título significa "pueblo autónomo [es decir, autosuficiente]".
Se trata de la lucha de los agricultores islandeses pobres
de principios del siglo XX, luchando por escapar de la
servidumbre y sobreviviendo en crofts aislados en un paisaje
inhóspito. La novela se considera uno de los principales
ejemplos de realismo social en la ficción islandesa en
la década de 1930. Dura crítica al materialismo
y el propio capitalismo. Este libro, junto con otras novelas
importantes, ayudó a Laxness a ganar el Premio Nobel de
Literatura en 1955. |
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
|
La historia de Islandia abarca poco más de 1.100 años,
desde el asentamiento del país en el siglo IX hasta la
moderna república de hoy. Este libro ofrece una visión
clara, concisa y vívida de la historia de Islandia a través
de estos siglos, mostrando los principales eventos, las
personas y su forma de vida, tanto en tiempos de gloria
como en tiempos de degradación y desastres naturales. |
|
Erlendur se ha unido recientemente a la fuerza policial
como un joven oficial e inmediatamente se hunde en la
oscuridad del inframundo de Reykjavik. Durante las noches
de trabajo, descubre que la ciudad está llena de accidentes
automovilísticos, robos, bebedores y violentos. Y a veces
una muerte inexplicable. |
|
Las sagas de los islandeses o sagas islandesas (en islandés:
Íslendingasögur) y algunas veces denominadas sagas de
familia son sagas que describen en su mayoría eventos
que ocurrieron durante el poblamiento de Islandia durante
los siglos X y comienzos del XI. Son las más antiguas
expresiones de la literatura de Islandia. Fueron escritas
en los siglos XIII y XIV y se centran en la historia,
especialmente en la genealogía e historia familiar de
los ancestros colonos. Reflejan además las luchas y conflictos
de las sociedades de las segundas y terceras generaciones
de colonos islandeses. Preserva por ende una gran cantidad
de información social y cultural de las comunidades que
las produjeron. Entre los hechos que recogen se encuentra
la cristianización de la isla. |
|
Hay muchos países en el mundo pero el caso de Islandia
es punto y aparte, y su historia, en las últimas décadas,
trepidante y ejemplar. John Carlin, sin disimular su pasión
de converso, nos cuenta que a pesar de haber visitado
medio centenar de países en viaje de trabajo, el que de
verdad le hace brillar los ojos de envidia es Islandia.
Lo cuenta con humor delicioso en estos relatos que toman
el pulso a una sociedad milenaria y sabia, audaz y visionaria,
pero con los pies en un suelo de lo más hostil; que ha
levantado un Estado moderno, justo y comprometido, bendecido
por los primeros puestos en la lista mundial de países
con mayor progreso y bienestar social y el primero en
igualdad de género. |
|
Durante más de un cuarto de siglo, el reconocido fotógrafo
Ragnar Axelsson se ha aventurado con los granjeros en
Fjallabak, una de las maravillas naturales más extraordinarias
del Ártico subpolar, en todo tipo de condiciones: tormentas
de nieve, aguaceros y luz solar. En este desierto, las
cascadas, aguas termales, hielo glacial y laderas de color
verde mineral crean una interacción peculiar entre la
luz y la superficie. Ragnar Axelsson ha creado una magnífica
colección fotográfica que archiva la lucha de un pueblo
con los caprichos de la naturaleza y retrata los cambios
sociales que han erosionado gradualmente sus antiguas
tradiciones. |
|
El zorro ártico, novela ganadora del prestigioso Premio
de Literatura del Consejo Nórdico en 2005, es una de las
obras más importantes de la literatura islandesa actual.
Sjón nos presenta la lucha del pastor Baldur Skuggason
con un zorro al que quiere cazar. |
|
Escrito por Alda Sigmundsdóttir, esta autora que ha
vivido prácticamente toda su vida fuera de Islandia
nos explica las particularidades de esta sociedad de
forma muy amena y con ojos nuevos, puesto que aunque
domina el idioma y es vista como una de ellos, sus raíces
culturales están en Norteamérica y al trasladarse a
vivir a Islandia tuvo que vivir un proceso de adaptación
que explica muy bien en este libro. El pequeño libro
de los islandeses trata un variadísimo abanico de temas
y aspectos de la sociedad islandesa.
|
|
Todas las ilustraciones fueron hechas por la maravillosa
y talentosa Megan Herbert, quien también hizo las ilustraciones
en el primer Libro Pequeño. Se basa en los dos años
de estudios de folklorística y etnología de la autora.
Muy recomendable. |
|
En pleno corazón de Reikiavik, en el lado derecho de
la calle que muere en Hallgrímskirkja, existe una pequeña
tienda de fotografía artística regentada por Ari Sigvaldason.
Dejó el mundo de la prensa para montar su negocio y comercializar
su manera personal de entender la fotografía: Ari es uno
de los pocos fotógrafos islandeses más interesados en
las personas que en los paisajes espectaculares y dramáticos
de su tierra. Lleva dos décadas documentando la vida en
Reikiavik a través de una mirada honesta, empática y cargada
de humor. Toda una declaración de amor por Reikiavik. |
|