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Denuncia social
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20-Agosto-2021
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Si como enuncia Rosa Montero -aunque no desentonase en boca de
Fred Vargas o P.D. James- se ha de desconfiar de aquellos que poseen
más respuestas que preguntas, la segunda incursión en el thriller
de María Frisa (Barcelona, 1969) condensa como su antecesor ese
grado sólido de honestidad con la que gratifica una lectura activa.
El nido de la araña hila fino, sin dejar cabos sueltos, enredando
al lector en una trama amenazante en torno a un secuestro con un
desenlace un paso más allá de lo inadvertido. Porque la clave no
está en el engaño, sino en cómo la vida y su intriga suceden frente
a nosotros mientras observamos los aledaños.
“El nido de la araña” hace un guiño a “Cuídate de mí”, la anterior
y primera novela negra, con la aparición de un rostro familiar,
pero no es el único enlace. En ambas sobresale un fuerte compromiso
contra distintas lacras sociales. En Cuídate de mí habla de la violencia
de género y el ciberacoso, en la actual novela tenemos una reflexión,
una denuncia de todos esos procedimientos de psicología conductual
que se hicieron sobre todo en EEUU, cuando parecía que era el paradigma
que iba a solucionarlo todo, y se hacían barbaridades. Incluye una
nota de autor para recordar lo que ocurrió en un tiempo no tan alejado.
Considera la autora la novela negra, un género de denuncia social.
Nos duele lo particular, cuando vemos la historia y lo que supone
para los personajes.
Su obra narrativa ha sido reconocida con numerosos galardones nacionales
e internacionales y ha sido traducida a varios idiomas.
Otra particularidad de ambas novelas es el protagonismo femenino,
no tan habitual en el género. En palabras de la autora "Es
cierto que puede ser más inusual. Creo que las mujeres llevamos
siendo comitiva en la novela negra desde sus inicios, con el hard-boiled
americano, etc. Eran otros tiempos, los roles de la mujer eran siempre
la femme fatale que va a destruir la vida al hombre o el ángel del
hogar que está ahí siempre para cuidarlo o, por supuesto, la víctima.
Hemos evolucionado lo suficiente para dejar de ser comparsa en la
vida de los hombres. Las mujeres debemos reclamar nuestro sitio
y nuestro protagonismo."
La denuncia social en Sin piedad de Bernardo Carrión, sobre todo,
con respecto a la corrupción y a las severas consecuencias de la
crisis económica de 2008 es apabullante. Por un lado, la corrupción
siempre consiste en un tema muy candente en la sociedad española,
el caso Gürtel, el caso Púnica, el caso ERE, todos estos escándalos
se han difundido ampliamente en los medios de comunicación y han
llamado la atención de toda la sociedad. Por otro lado, las apabullantes
corrupciones sin lugar a duda han acentuado la crisis de 2008. Con
la azotada de la crisis económica y los sufrimientos de los ciudadanos
durante este periodo, los escritores se dan cuenta de la relevancia
de una transformación social y un cambio en el ámbito político y
económico. En consecuencia, Carrión, recurriendo al género negro,
pretende arrimarse a esta agria realidad y reflexiona en relación
con las trasformaciones sociales.
Ana Ballabriga y David Zaplana, ganadores del Certamen «Auguste
Dupin» de Novela Negra y de Denuncia Social el pasado Mayo. Convoca
la editorial Distrito 93.
Analizando los antecedentes de la novela negra como denuncia social
y política, debemos dirigirnos a Suecia en los años 60. En ella,
Maj Sjówall y Per Wahlöö dieron un vuelco total a la narrativa.
En aquella época, el partido socialdemócrata lideraba una política
de bienestar, promoviendo una imagen de país perfecto, en el que
apenas había uno que otro inmigrante. Pero entonces estos autores,
que además eran pareja, decidieron plantear una novela a través
de la que demostraban como el famoso “modelo sueco” era una total
farsa. Según palabras del mismo Wahlöö, esta novela se constituía
en un bisturí diseñado para abrir el vientre de la ideología empobrecida
para exponer la cuestionable moral burguesa de la sociedad en la
que vivía. Luego en los países nórdicos comenzó a reflejarse la
misma situación, y con posterioridad, han sido muchos los autores
que han utilizado la misma estrategia alrededor del mundo. En Grecia,
Petros Mákaris escribió Con el agua al cuello y en esta novela negra
dibuja la situación económica lamentable en la que Grecia se encuentra,
una crítica brutal a un sistema económico despiadado que comienza,
en este caso, con un banquero decapitado. Lorenzo Silva, Juan Madrid,
González Ledesma, Vázquez Montalbán, y Andreu Martin denunciaron
a través del género de la novela negra la corrupción en España y
las escritoras Rosa Ribas y Sabine Hofmann en su novela El gran
frio hacen una disección de la España profunda de la posguerra durante
los años cincuenta. El mayor caldo de cultivo para la novela negra
con componente social es América Latina. La desigualdad social fruto
de la corrupción transversal en los gobiernos ha hecho que autores
como el brasileño Rubem Fonseca, el cubano Leonardo Padura, los
argentinos Osvaldo Soriano y Mempo Giardinelli, y los mexicanos
Elmer Mendoza y Paco Taibo dediquen parte de sus obras a registrar
las pésimas condiciones económicas y sociales de la región.
Rubem Fonseca fue un escritor y guionista de cine brasileño. Estudió
Derecho y se especializó en Derecho Penal. A pesar de su amplio
reconocimiento como escritor, no fue hasta los 38 años de edad que
decidió dedicarse de lleno a la literatura. Fonseca es considerado
universalmente como uno de los cultivadores más importantes del
género neopolicial en la segunda mitad del siglo XX. Puede considerarse
como su marca distintiva el haber llevado a cabo la representación
más descarnada de la violencia y la sordidez, que infectan en todos
sus estratos a una sociedad corrompida más allá de salvación posible,
con un refinamiento estilístico notable y una textura cultural e
intertextual de gran densidad.
Nos dejaba en 2020.
La novela social se ha venido entremezclando en el género de la
novela negra, creciendo desde los años 70 hasta hoy, con mucha carga
social, en los años 90 las obras de Mario Zaldívar y Oscar Núñez
fueron quizá de las más destacadas, cuando se destapó el grave problema
del narcotráfico en toda América. La inseguridad ciudadana aumenta
en la medida en la que la injusticia social crece. Las dictaduras
reales o simuladas, aumentan en gran proporción así como la sensación
de inseguridad en todos los habitantes, sin importar su estrato
socio económico. Parece evidente que la injusticia social favorece
los delitos y es allí donde la novela negra se manifiesta para contar
todas estas historias en una narrativa que mezcla la realidad y
la ficción. En los tiempos de crisis la pérdida de confianza individual
en las estructuras del poder y las instituciones públicas es notable.
La clase política se convierte en una gigantesca y poderosa maquinaria.
Los jueces, los empresarios, los banqueros, y por supuesto, los
policías o entes gubernamentales no son dignos de la confianza del
ciudadano de a píe y es allí en donde encaja perfectamente la novela
negra. Este género oscuro de la literatura encuentra una maravillosa
cantera para forjar monumentos a la corrupción, la marginalidad
y la delincuencia, con un yacimiento casi inagotable de sucesos
y personajes en los que, con una historia concreta se pueden ambientar
la realidad y el temor nebuloso que flota en el ambiente de una
sociedad que no sabe hacia dónde va.
Oscar Núñez Olivas. (San José, 1955) es narrador y periodista.
Graduado en Ciencia de la Comunicación de la Universidad de Costa
Rica. Ejerció el periodismo en distintos diarios y semanarios de
su país y, desde hace tres décadas, labora con agencias internacionales
de noticias.
La denuncia del abismo entre las clases sociales y la violencia
que esto genera, hace que la novela negra arroje luz sobre los callejones
que no iluminan otros géneros literarios, con un acento de insolencia
que es realmente del gusto del público. Obviamente, los escritores
del género de la novela negra saben que no pueden intervenir sobre
las estructuras del poder para modificarlas, pero sí pueden hacer
una escueta denuncia, como una autopsia del cadáver social que están
dejando, y corresponde a los lectores el reflexionar acerca de la
situación y encontrar una solución en el mejoramiento de las causas
sociales y la oposición a la corrupción, de la que se degeneran
todos los males.
Paco Gómez Escribano, José Luis Correa con la saga del detective
Ricardo Blanco, Javier Abasolo y su mítico Marlowe, y Claudio Cerdán
con sus novelas En el país de los ciegos y Cien años de perdón son
ejemplos de cómo la novela negra y el componente social pueden ir
perfectamente de la mano, en un mundo en el que la ficción y la
realidad van perdiendo los límites.
José Luis Correa.
“La novela negra es un buen vehículo de denuncia social” afirmaba
Marta Robles el pasado año, presentando La chica a la que
no supiste amar. La trama se inicia cuando el detective Tony Roures,
cínico y sentimental, recibe de madrugada la visita de un viejo
amigo, Alberto Llorens, un fotógrafo al que creía felizmente casado
con una rica empresaria de Castellón. La triste realidad, según
le cuenta, es que tiene problemas conyugales y que se ha convertido
en un asiduo del club de alterne más famoso de todo el Levante español.
Allí conoció a Blessing, una joven nigeriana atada a una organización
de trata por la deuda del viaje y un ritual de vudú. Tras ser chapuceramente
operada de un cáncer de mama, se convierte en mercancía estropeada
y es asesinada. Es entonces cuando Llorens recibe amenazas y, asustado,
busca a Roures, quien comienza una peligrosa investigación que revelará
una trama criminal de trata de mujeres de inusitada crueldad.
Estaba siguiendo el trabajo de su amiga Mabel Lozano, de la que
hablamos en la sección dedicada al activismo, muy involucrada
en esos temas. La puso en contacto con Rocío Mora, la persona que
lidera la fundación Apramp, asociación que ayuda a las víctimas
de la trata de mujeres. Habló con víctima y empezó
a pergeñar la novela. Mabel la convenció de que la gente desconocía
muchas cosas de la trata y de que era necesario hacer reportajes,
documentales, cosas reales.
La novela negra que se deriva del Hard Boyled americano es la verdaderamente
interesante como herramienta de crítica social en cuanto a que se
ocupa de los bajos fondos y crea personajes que son gente de la
calle, con sus problemas y sus inquietudes. En este sentido es una
novela realista cuyos narradores cuentan las historias según ocurren,
en su contexto, obviando los finales felices por su poca credibilidad
y empleando la metáfora con grandes dosis de cinismo. El protagonista
suele ser un antihéroe, que encarna mucho mejor los valores y atributos
del ciudadano común y corriente. Este estilo surge en la Gran Depresión
y abarca el periodo de la Ley Seca, el de entreguerras y posterior.
Los escritores que más destacaron tienen un común denominador: todos
han combatido en alguna guerra, lo cual es bastante habitual en
cada generación de estadounidenses. Esto y regresar a su país para
comprobar que no hay sitio para ellos en la sociedad y ver que una
especie de guerra de guerrillas se sigue librando en las calles
y suburbios de cada ciudad, les dio una visión única que contribuyó
decisivamente a crear y perpetuar el subgénero. Lejos de estar obsoleto
(el estilo) por la diferencia temporal, como opinan algunos expertos
bastante desinformados, este estilo se exportó a Europa y sigue
vigente. Cambian los arquetipos, no en su totalidad, cambian las
costumbres moldeadas sobre todo por las nuevas tecnologías, pero
ni cambian las formas de expresión narrativas (que pueden evolucionar,
pero girarán en torno a lo mismo) ni la mezquindad del alma humana.
Por tanto, fueron estos pioneros los que sentaron las bases de la
novela negra como herramienta de crítica social, una crítica que
difícilmente se podría hacer desde los demás géneros o desde los
medios de comunicación, por haber acabado estos en manos de oscuros
intereses que se entremezclan con los hilos del poder.
La ley seca es una medida que han aplicado ciertos Estados durante
la historia, consistente en la ilegalización de la fabricación,
transporte, importación, exportación y la venta de alcohol para
consumo.
De hecho, no son pocos los periodistas que pasan a volcar sus informaciones
en novelas negras de ficción, por la imposibilidad de hacerlo en
los medios. En cuanto a si los escritores deben estar comprometidos
e intentar transmitir lo que pasa en cada época denunciando la injusticia
social, mi opinión es que sí, porque para ello se les cede el privilegio
de publicar. En este sentido, el escritor David Llorente en su artículo
“La neutralización del escritor” lo explica bien claro: “Hace falta
ser muy cruel (y muy astuto) para aprovecharse de las dos grandes
miserias del escritor (su ego y su inseguridad) para ir bajándole
del pedestal de los furibundos e ir subiéndole a la pasarela de
los anoréxicos. La historia de la Literatura (dentro de unas décadas)
hablará de nuestro tiempo como esa época extraña en que la policía
torturaba en las cárceles a los manifestantes mientras los escritores
posaban con sus trofeos como las misses posan con sus ramos de flores”.
Se puede decir más alto, pero no más claro. A este respecto, recuerdo
que una vez le preguntaron a Juan Madrid sobre los géneros y sobre
los tipos de escritores que había. Todo el mundo le miraba incrédulo
cuando el maestro contestó que solo había dos tipos de escritores.
Nadie estaba de acuerdo, todo el mundo hacía divisiones más o menos
razonables, pero desde luego ninguno de los asistentes dividía a
los escritores en dos. Fue curioso ver sus caras de estupefacción
y su silencio cuando Juan insistió en su afirmación: “Solo hay dos
tipos de escritores, los que creen en el sistema y los que no creen”.
A mí me parece muy bien que cada cual haga lo que crea conveniente
en un tiempo en que parece que todo el mundo quiere escribir, por
poco que se tenga que decir, que suele ser nada. Allá cada cual
con su forma de entender la Literatura. Ahora bien, que no cuenten
conmigo para pasteleos y retóricas sin sentido.
Inés Plana: "La novela negra es un soporte perfecto para la denuncia
social" "Antes mueren los que no aman" (Espasa) sumergió
al lector en 2019 en una vertiginosa trama llena de crímenes que
parecen irresolubles. Tras el éxito obtenido en 2018 con su saga
“Morir no es lo que más duele”. Con esta nueva entrega, la autora
continúa la trilogía del teniente Tesser y su equipo quienes vuelven
para llevarnos a un mundo lleno de incógnitas dónde los lectores
serán testigos de la búsqueda de Luba, una niña desaparecida misteriosamente.
Beatriz Gómez: “La novela negra es el género por excelencia de
la crítica social”. La autora toledana habla de su último trabajo,
'Serendipia', la importancia de la cultura y de escribir con pasión.
Con la posmodernidad, han ido proliferando subgéneros literarios
de la novela popular, que han renovado la tradicional novela policíaca,
hoy convertida en novela negra, y bautizada como «Neo noir» como
etiqueta para todo. La diferenciación en subgéneros es antigua y
siempre ha mantenido su vigencia para que el lector puedo escoger
el que mejor se ajuste a su demanda de novelas de acción, terror,
suspense, horror, novela histórica, distópica, de zombies o paranormal.
La originalidad no está en las nuevas divisiones sino en el nuevo
etiquetado y el juego de géneros. Levi Strauss ya advertía que los
mitos se entrecruzan como un puzzle desde la novela griega hasta
hoy. Un híbrido original es unir la novela histórica con la novela
criminal, como hizo la seminal “La venganza de Nofret” (1944), de
Agatha Christie, en el Antiguo Egipto, seguida de Ellis Peters,
especializada en novela histórica medieval, con “Un dulce sabor
a muerte” (1977), protagonizada por el monje detective fray Cadfael.
Pero fue Umberto Eco quien la puso de moda con “El nombre de la
rosa” (1980).
Desde entonces es normal ubicar la acción detectivesca en la Antigua
Roma como en “La plata de Britania” (1989) de Lindsey Davis, en
la Antigua Grecia, “Muerte en la Acrópolis” (2015) de Andrea Maggi,
“El asesinato de Pitágoras” (2013) de Marcos Chicot y dentro del
thriller arqueológico “El enigma de Platón” (2015) de Simone Regazzoni.
Pero el thriller arqueológico también puede ubicarse durante la
construcción del Valle de los Caídos, la IGM o la IIGM o en el reciente
pasado. Ahí destacan Philip Kerr y su saga de Bernie Gunther, en
la Alemania nazi, o la protagonizada por Isaac Newton en “Materia
oscura” (2020), novela que homenajea Sherlock Holmes. En este epígrafe
debería incluirse el «noir totalitario», representado por novelas
históricas cuya acción transcurre en países comunistas: “Hijos de
la Stasi” (2017) del joven David Young, que sigue la moda iniciada
por “El niño 44” (2016), de Tom Rob Smith, fascinados por el totalitarismo
tras el Telón de Acero, una vez gastado el recurso campo del nazismo
y la proyección orwelliana distópica. Otro singular cambio fue convertir
a una mujer en detective, como la flapper Phryne Fisher en “Cocaine
Blues” (1989), de la australiana Kerry Greenwood, y la feminista
Amy Stewart con “Las confesiones a medianoche de Constance Kopp”
(2018) en plena IGM.
Traducción del inglés-Kerry Isabelle Greenwood OAM es una autora
y abogada australiana. Ha escrito muchas obras de teatro y libros,
sobre todo una serie de novelas de detectives históricas centradas
en el personaje de Phryne Fisher. Escribe misterios, ciencia ficción,
ficción histórica, cuentos para niños y obras de teatro.
El «noir totalitario» tiene dentro del “giallo storico” a dos extraños
detectives: el comisario Ricciardi y el comandante Martin Bora,
tan atormentados como depresivos, creados por Maurizio de Giovanni
y Ben Pastor. La acción transcurre, respectivamente, en el Nápoles
fascista y en distintos escenarios de la IIGM, con incursiones excepcionales
en la búsqueda del cuerpo de Lorca en la España franquista. En este
apartado del «noir totalitario» habría que incluir también a dos
novelistas cubanos bajo el terror castrista: Leonardo Padura con
su saga del detective Mario Conde, que añora la Revolución y estetiza
las ruinas de La Habana, y la de Vladimir Hernández, “Habana Requiem”
(2017) que saja sin miedo el tumor castrista y denuncia en clave
policial la Cuba de la PDR (Policía Nacional Revolucionaria) y el
sistema represivo, las corruptelas y burocracia de esta policía
política. La singularidad de Maurizio de Giovanni es que además
del histórico abre la puerta al giallo metafísico o «noir sobrenatural»,
donde las apariciones y figuras mitológicas se encuentran también
en la tetralogía de Johan Theorin e imitadas tanto por Dolores Redondo
en la saga del Baztán como por el francés Emmanuel Grand en “Final
de trayecto” (2016). Los aspectos mágicos y sobrenaturales son evidentes
en los relatos morbosos de John Connolly y su regusto goticista
y en algunos autores actuales italianos como Sandrone Dazieri en
“El ángel” (2016) y Donato Carrisi en “La chica en la niebla” (2015),
maestros del delirio teológico y su desbordante imaginación para
la intriga metafísica. Herederos de Dan Brown.
La más innovadora novela negra actual es la revolución que se ha
operado en la intriga psicológica con el “domestic noir” centrado
en la familia y el protagonismo de la mujer, que ha pasado de mujer
fatal con cigarrillo y pistola humeante a detective con placa y
mando en plaza. La escritora Julia Crouch definió al subgénero,
nacido a la vez que la «chick lit» posfeminista en 1995, como narraciones
que giran alrededor de una experiencia femenina y las relaciones
emocionales. El subgénero se afianzó mundialmente con un terceto
magistral: “La mujer de un solo hombre” (2013) de la canadiense
A.S.A. Harrison, que se publicó póstumamente como un thriller psicológico.
“Perdida” (2013), de la norteamericana Gillian Flynn, etiquetada
ya como un «thriller domestic noir», un éxito de ventas al que le
siguieron una versión cinematográfica y una nominación al Oscar.
Y “La chica del tren” (2015), de la inglesa Paula Hawkins. Los precedentes
sin duda fueron Daphne du Maurier, James M. Cain, Ruth Rendell y
Patricia Highsmith.
Gillian Schieber Flynn (Kansas City, Misuri; 24 de febrero de 1971)
es una escritora y periodista estadounidense. Es autora del superventas
Perdida (Gone Girl, 2012) y del guion adaptado de su novela para
el cine de título homónimo. Durante sus diez años en la revista
Entertainment Weekly visitó rodajes de las películas más taquilleras
alrededor del mundo.
Las protagonistas de muchos de los “domestic noir” viven vidas
perfectas y tienen matrimonios y maridos ideales, tras cuya pantalla
obscena se ocultan las tribulaciones de un matrimonio problemático
y una historia de degradación y violencia doméstica contra la modosa
e ingenua esposa, caída en las garras del peor de los depredadores:
el maravilloso galán alfa. Aunque la psicópata también puede ser
una mujer, como la perversa Rosamund Pike de “Perdida”, peor aún
que las heroínas irredimibles de James M. Cain, Phyllis Dietrichson
en “Perdición” (1944) y Cora Smith en “El cartero siempre llama
dos veces” (1946). De sus múltiples variantes, destacar a B.A. Paris
en “Al cerrar la puerta” (2016), donde bulle un mundo doméstico
de humillaciones, abusos y degradación sin límites llevado hasta
sus últimas consecuencias. Como el lado siniestro de las “Cincuenta
sombras de Grey”. Pero la nueva modalidad es la de las amas de casa
“perfectas”, perfectas y asesinas, protagonistas de dos famosas
series televisivas: la cómica “¿Por qué matan las mujeres?” y la
realista “Big Little Lies”.
Dentro de la intriga doméstica hay numerosas variantes. La más
original la protagonizan las detectives salvajes. El modelo es la
agente machirula Antoinette Conway, protagonista de “Intrusión”
(2016), de Tana Frech, de la que Cat Kinsella es una feliz réplica,
protagonista de “Dulces mentiras” (2018), de la excepcional escritora
Caz Frear. Diferencias: la militancia feminista de la Tercera Ola
de Tana French frente al individualismo de Caz Frear, cuyo modelo
es la elegante y recia inspectora Steel, y el trato igualitario
con sus compañeros. Ya son tan numerosas las heroínas duras y sin
complejos que apenas resaltan la inspectora lesbiana Hanne Wilhemsen,
de Anne Holt, o Laura Mavor, guardia civil que liga por internet,
deudora de la de Lorenzo Silva. Hay detectives gays como el de P.
García “Gay Flower, detective muy privado” (1978); transexuales
en proceso de reasignación de sexo femenino, Carlos /Sofía Luna
en “El caso de las japonesas muertas” (2019), de Antonio Mercero,
y hasta un negro peruano del Lavapiés milticulti, Larrazábal en
“El asesino de Lauyra Olivo” (2018), de Jorge E. Benavides, que
investiga el asesinato pasional de una agente literaria por su amante
lésbica.
Jorge Eduardo Benavides es un escritor peruano perteneciente a
la generación de narradores del país de fines del siglo XX y principios
del siglo XXI, y cuyos cuentos se mueven entre el realismo urbano
e incursiones en asuntos fantásticos, denotando la impronta de Julio
Cortázar, reconocida por el mismo autor.
En realidad, el «rural noir» es un nuevo costumbrismo frecuentado
por autores franceses y norteamericanos. En “El secreto de Île-de-Sein”
(2016), de Jean-Luc Bannalec, se conjugan los elementos folclóricos
ancestrales, la fascinación por el costumbrismo local y una investigación
criminal. Como Hervé Le Corre en “Perros y lobos”, deudora de un
naturalismo salvaje más propio del costumbrismo que del rural noir,
en la estela folletinesca. Y, of course, el rey del «country noir»
o «grit lit», Brian Panowich, autor de “Como leones” (2018) y del
sheriff Clayton Burroughs.
La actual reina de las novelas criminales dentro del subgénero
amable del cozy mistery es la canadiense Louise Penny, autora de
maravillas como “Un destello de luz” y “La naturaleza de la bestia”.
La acción se desarrolla siempre en el pueblecito montañés de Three
Pines. Un microuniverso poblado por personajes un tanto bizarros,
pero que conviven en una comunidad armónica y tranquila. Louise
Penny invita al lector a que entre en su mundo sensible y familiar
pero con un trasfondo espinoso. Ella cuida de que la atrocidad del
crimen que se narra resulte un amable misterio. En los últimos meses
se están reeditando las divertidas novelas de M.C. Beaton, protagonizadas
por la impertinente y redicha Agatha Raisin, un avatar actualizado
de la señorita Marple, y las de Perry Mason, que poco tienen que
ver con la serie televisiva de los años 60 y mucho menos con la
precuela de HBO.
Louise Penny es una autora canadiense de novelas de misterio ambientadas
en la provincia de Quebec y centradas en el trabajo del Inspector
Jefe Armand Gamache de la Sûreté du Québec. La primera carrera de
Penny fue como periodista para la Canadian Broadcasting Corporation.
Y como un “spinn off” de la novela negra mediterránea ha surgido
el «gastro-noir», que en España representa Xabier Guitérrez con
“Sabor crítico” (2017), entre el neocostumbrismo mágico, la identidad
autonómica y la gastronomía. El subgénero lo inició Vázquez Montalbán
con Pepe Carvalho, en el que la cocina tiene por primera vez un
lugar destacado. Al que siguieron Dona Leon y su inspector Brunetti
con la cocina del Véneto, Maurizzio de Giovanni y el comisario Ricciardi,
con la cocina napolitana, Camilleri con sus famosos “aranciatti”
y la “melanzane parmigiana”, o Markaris con los tomates rellenos.
Pero ha sido el cocinero vasco Xavier Gutiérrez con “Sabor crítico”
quien ha convertido su tetralogía de «intriga gastronómica» en la
más popular de la literatura negra española con el comisario de
la Ertzaintza Vicente Parra.
Algunas propuestas forman parte de sagas, recomendadas en el monográfico
al efecto en esta sección.
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Renée Ballard, que sigue trabajando en el turno de noche,
regresa a la comisaría de Hollywood de madrugada y se encuentra
a un desconocido hurgando en los viejos archivadores. El intruso
es el detective retirado Harry Bosch, que está buscando pistas
de un caso abierto que lo obsesiona. Ballard lo echa, pero
luego revisa el expediente y siente una profunda empatía y
rabia. Bosch está investigando la muerte de Daisy Clayton,
una joven de quince años que se fugó de casa. Mientras vagabundeaba
por las calles de Hollywood, fue brutalmente asesinada y su
cadáver fue arrojado en un contenedor como si de basura se
tratase. Ballard une fuerzas con Bosch para descubrir lo que
le ocurrió a Daisy y llevar finalmente a su asesino ante la
justicia.
El detective Hieronymus "Harry" Bosch es un personaje de
ficción creado por Michael Connelly en 1992 en la novela El
eco negro (The Black Echo) y es protagonista en diecinueve
novelas policíacas, de momento; apareciendo también en dos
novelas (El Veredicto y La Revocación) del otro gran personaje
de Connelly, el abogado Mickey Haller, hermanastro del propio
Bosch. Las novelas coinciden más o menos en el mismo tramo
del tiempo del año en el que se publican.
"Harry", como es comúnmente conocido por sus amigos y compañeros,
es un veterano policía de homicidios del Departamento de Policía
de los Ángeles. Su nombre Hieronymous Bosch, es el mismo que
el del gran pintor flamenco del siglo XV llamado comúnmente
como El Bosco, esto es debido a que a su madre le gustaba
mucho el cuadro El jardín de las delicias de este pintor,
hasta el punto de darle a su hijo el nombre del autor. La
actitud de Harry es la de un policía cansado de todo lo que
hay alrededor de su profesión, obsesivo y triste, pero honesto
y firme en sus pensamientos. Bosch es un hombre normal en
el mundo de los homicidios, le agobia la burocracia del Departamento;
un policía de los antiguos pero que no reniega del todo de
la tecnología.
Adaptación para la pequeña pantalla.
La madre de Harry, Marjorie Lowe, era una prostituta de Hollywood,
que fue asesinada en 1961 cuando Bosch tenía 12 años. Su padre,
a quien conocerá cuando este se encuentra en el final de su
vida, era un poderoso abogado defensor. Harry pasó su juventud
en varios orfanatos, en residencias de jóvenes y en alguna
familia de acogida. Se enteró de la muerte de su madre cuando
estaba en un centro social juvenil. Bosch huyó de su pasado
y se alistó en la Armada de los EE. UU.; todavía estaba en
la adolescencia cuando esto pasó. En Vietnam, Bosch fue un
rastreador de túneles (llamados Ratas de Túnel); un soldado
especializado cuyo trabajo consistía en internarse en los
túneles y acabar con los soldados vietnamitas en caso de que
los hubiera. Este experiencia marcó su vida y personalidad.
En su vuelta de Vietnam, decide ingresar en el departamento
de policía de los Ángeles (LAPD-Los Angeles Police Department),
apareciendo en los libros con el rango de Detective. Mientras
está en la LAPD, Bosch trabajó en la prestigiosa división
de robos y homicidios durante cinco años, pero expulsado por
la división de Asuntos Internos, debido al asesinato de un
sospechoso, Norman Church (Fabricante de muñecas o Maquillador),
que presuntamente había matado a nueve prostitutas. Después
de la investigación de Asuntos internos, Bosch fue enviado
a la división de Homicidios de Hollywood. Algún tiempo después,
Bosh dejó LAPD y trabajó como investigador privado durante
3 años. Al terminar su sanción vuelve al LAPD, entonces Bosch
es asignado a la unidad de casos no resueltos de robos y homicidios.
Más tarde Bosch es transferido de esta unidad a Homicidos
Especiales entre las novelas Echo Park yThe Overlook.
«Michael Connelly es sobrehumano. Un final electrizante».
USA Today.
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Desde la residencia donde pasa sus últimos días postrada
en una cama, Benedetta Toso, enferma de cáncer con apenas
treinta y ocho años, quiere hablar con Brunetti de algo que
no quiere llevarse consigo a la tumba. Débil y al borde de
la muerte, la mujer apenas consigue tener algún momento de
lucidez y esbozar algunas frases sueltas que implican a su
marido, Vittorio Fadalto, muerto recientemente en un accidente
de tráfico, con un dinero obtenido de forma ilegal y que,
en consecuencia, su muerte fue en realidad un asesinato. «Ellos
le mataron», cuenta al comisario. Desgraciadamente, antes
de poder obtener más información al respecto, la mujer expira
su último aliento. ¿A qué dinero ilegal se refería? ¿Quiénes
son esos «ellos» a los que Toso acusa de haber asesinado a
su marido? El fino hilo de investigación llevará al comisario
hasta el lugar de trabajo del hombre, Spattuto Acqua, una
empresa privada encargada de vigilar por la calidad del agua
en Venecia. Allí, Brunetti no sólo se enfrentará a la verdad
sobre si Fadalto fue asesinado o no, sino a un caso de soborno
entre los empleados con el objetivo de ocultar vertidos contaminantes
en el agua, lo que podría tener consecuencias catastróficas
en la salud de los venecianos.
Varias de las últimas novelas de Donna Leon coinciden en
tratar temas en los que su preocupación por el medio ambiente
se muestra a las claras. Seguramente es algo muy natural cuando
se vive en una ciudad que sufre inundaciones cada vez de mayor
entidad y que además hay temporadas en las que la suciedad,
el gasóleo que vierten los grandes buques que llegan hasta
allí y los vertidos de las fábricas próximas convierten sus
bellísimos canales en cloacas. En 'Con el agua al cuello',
el punto de partida es la sospecha de una moribunda –padece
un cáncer muy agresivo– de que su marido ha sido asesinado.
Se reabre así una investigación que quedó en nada tras el
fallecimiento del hombre, pocas semanas atrás, a consecuencia
de lo que en principio no era más que un desgraciado accidente
de moto.
De forma paralela –algo tan común en los libros de esta serie–,
Brunetti recibe la orden de indagar respecto de unas muchachas
de etnia gitana que están protagonizando algunos robos a turistas
apenas unos días antes de que una importante revista saque
un reportaje muy positivo sobre Venecia. Las dos tramas avanzan
de forma paralela, pero la narración se centra en la investigación
sobre el hombre de la motocicleta, que trabajaba como técnico
en la empresa encargada de llevar el agua potable hasta las
casas de la ciudad. Como siempre, el retrato de la realidad
social de Venecia pesa tanto o más que la intriga criminal.
Y, como siempre también, comparecen unos secundarios con los
que los seguidores de Brunetti están muy familiarizados: la
esposa del comisario, su jefe y, sobre todo, la inefable signorina
Elettra. Qué sería de esa comisaría sin sus habilidades casi
mágicas para hallar documentos y adentrarse en territorios
insondables.
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El libro arranca justo donde termina la anterior entrega:
Sam Porter, hasta ahora el detective al cargo del caso, ha
sido apartado de él y es cada vez más sospechoso, el mayor
hospital de la ciudad está cerrado por cuarentena por riesgo
de contagio del virus SARS y entre los enfermos se encuentran
los policías Clair y Klozowski, además de Upchurch, el cómplice
del Cuarto Mono, que se debate entre la vida y la muerte.
Su supervivencia es determinante para que el Cuarto Mono decida
no liberar el virus al resto del país. Cuando empiezan a aparecer
cuerpos en distintos puntos de la geografía con el mismo patrón
la policía lo tiene claro: el Cuarto Mono sigue actuando,
y esta vez es imposible que lo haga solo. Empieza así una
carrera contrarreloj para detener a uno de los asesinos más
fascinantes e inteligentes jamás conocidos que ha conseguido
aterrorizar a todo un país.
J.D. Barker (nacido Jonathan Dylan Barker; Lombard, Illinois,
7 de enero de 1971) es un escritor estadounidense de thrillers
de suspenso, que a menudo incorpora elementos de horror, crimen,
misterio, ciencia ficción y lo sobrenatural. Su novela debut,
«Forsaken», fue finalista a un Premio Bram Stoker en 2014.
Este año publicó junto a James Patterson un
impactante thriller, Los crímenes de la carretera.
James B. Patterson (Newburgh, 22 de marzo de 1947) escritor
estadounidense de novelas de suspense conocido sobre todo
por sus libros del agente del FBI Alex Cross. Hablamos de
el en las secciones dedicadas a las sagas y a la novela corta.
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27 millones de lectores la conocieron con La chica del tren.
Una segunda, apasionante novela sobre las historias que nos
contamos al recordar nuestro pasado y su poder para destruirnos.
Pocos días antes de morir, Nel Abbott estuvo llamando a su
hermana, pero Jules no cogió el teléfono, ignoró sus súplicas
de ayuda. Ahora Nel está muerta. Dicen que saltó al río. Y
Jules se ve arrastrada al pequeño pueblo de los veranos de
su infancia, un lugar del que creía haber escapado, para cuidar
de la adolescente que su hermana deja atrás. Pero Jules tiene
miedo. Mucho miedo. Miedo al agua, miedo de sus recuerdos
enterrados largo tiempo atrás, y miedo, sobre todo, de su
certeza de que Nel nunca habría saltado …
Paula Hawkins trabajó como periodista más de quince años
antes de pasarse a la ficción. Nacida y criada en Zimbabue,
se mudó a Londres en 1989 y vive allí desde entonces. Su nombre
dio la vuelta al mundo cuando publicó La chica del tren y
se consolidó después con Escrito en el agua. Durante años
sus libros han estado en las listas de los libros más vendidos
de todo el mundo, con más de 27 millones de ejemplares vendidos
en más de 50 países. Paula Hawkins se ha convertido en uno
de los mayores fenómenos editoriales de la última década.
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La Trilogía de Baztán es una serie original de la escritora
vasca Dolores Redondo Meira. La autora se inspiró en locaciones
de su región de origen para crear su obra consagratoria, la
cual gira en torno a misteriosos asesinatos en escenarios
sombríos cargados de referencias mitológicas. Su enigmática
protagonista, Amaia Salazar, es la agente encargada de resolver
los intrincados casos, en donde las apariencias siempre son
engañosas. Por cierto, el trabajo de Dolores Redondo ha sido
tan bueno que Amaia se encuentra entre las detectives que
marcan tendencia actualmente en el mundo.
«Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque
entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco
más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres
aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente
humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación.
Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado
los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el
vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal.»
En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece
el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias
que lo ponen en relación con un asesinato ocurrido en los
alrededores un mes atrás. La inspectora de la sección de homicidios
de la Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir
una investigación que la llevará de vuelta a Elizondo, una
pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado
de huir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas
derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares,
la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para
dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador
de una realidad brutal.
La adaptación se estrenó en 2017
con éxito , recaudando más de 1.200.000 euros en sus tres
primeros días de exhibición y con cerca de 200.000 espectadores
que ya habían disfrutado de la película en salas de
todo el país.
Las reseñas recibidas han sido —en su mayoría— muy positivas;
califican la trilogía como un trabajo ejemplar dentro del
género de la novela negra, esto debido al detalle de los procedimientos
policíacos descritos. Según la prensa, el valle del Baztán
y su capital, Elizondo, son distintos desde que la donostiarra
lanzó su encantamiento en forma de una trilogía literaria
iniciada con El guardián invisible y que ha cautivado a más
de 700.000 lectores. No en vano, ya existen dos largometrajes.
El Valle de Baztán. Formado por 15 localidades, de las cuales
es imposible ver todo en 3 o 4 días.
La cara norte del corazón es el preludio de la trilogía
del Batzán. Ambientada en EEUU, en Louisiana durante el huracán
Katrina. La protagonista ayuda al FBI en la persecución y
captura de un peligroso asesino en serie que ha matado a diferentes
grupos familiares a partir del asesinato de su primera familia,
18 años atrás. Tras elaborar su perfil psicológico, Amaia
Salazar logra detener al culpable.
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La serie Inspector Erlendur es una popular serie de
misterio y asesinato protagonizada por el detective de Reykjavik
Erlendur Sveinsson. Escrita por el autor islandés Arnaldur Indriðason
, la serie es publicada en los EE. UU. por Minotaur Press y consta
de más de una docena de novelas. Mýrin (Jar City), el tercer libro
de la serie, fue el primero en ser traducido al inglés. Mýrin también
se adaptó como una película de 2006 titulada Jar City , protagonizada
por Ingvar Eggert Sigurðsson como Erlendur.
Hablamos de Islandia en >> Paisajismo.
El escritor Félix García Hernán destila pasión. Habla
con vehemencia tanto de su faceta de hostelero, a la que ha dedicado
prácticamente toda su vida, como de su quehacer como autor de novela
negra. Con alegría detalla cada uno de sus proyectos e incluso alaba
la ciudad de Zamora con la que se reencontró a principios de 2022
gracias a la presentación de su última novela “Pastores del mal”
en la librería Ler. Este madrileño confiesa que la literatura “es
una carrera de fondo” a la que él llegó de una manera “realmente
peculiar”. “He empezado a escribir casi a los 60 años, pero desde
los 14 años he trabajado en hoteles. Empecé de botones y llegado
a dirigir grandes hoteles de lujo” relata este hombre que se dio
cuenta de que no podía trabajar 16 horas al día. “Tenía que hacer
cosas que me gustaran. Tenía una cosa que contar que no tenía nada
que ver con los hoteles”.
Su primer texto comenzó siendo “muy romántico”, pero
durante el proceso de gestación se tornó una novela de género. “Los
personajes por la noche se pusieron todos de acuerdo”, dice entre
risas. Ese primer volumen, “Tras el telón” que vio la luz a través
de la autopublicación, narra el secuestro de una “prima donna” del
Teatro Real. “Aquello se convirtió sin que yo quisiera en una novela
negra y en el nacimiento del personaje del comisario Javier Gallardo”,
testimonia. Luego vendría “Desfiles de plata”, cuyos derechos compró
TVE y que empezará a rodarse como película el mes que viene. “Estoy
implicado en la producción del proyecto que dirigirá Javier Elorrieta”
precisa Félix García que añade que “estar con Javier Elorrieta diseñando
el guion ... Realmente es un sueño para mí”.
La librera Marta Pérez y el autor Félix García Hernán
en Zamora, a principios de 2022.
El escritor madrileño tiene la satisfacción
de ver como su novela “Cava dos fosas”, editada por Alrevés, se
transformará en una película que dirigirá David Pérez Sañudo tras
haber comprado los derechos Atresmedia. “Mis novelas son tremendamente
cinematográficas porque soy una persona muy cinéfila y quizá también
porque por mi profesión siempre pienso que en el lector como si
fuera un cliente. Me planteo antes de escribir si una escena es
muy larga o bien demasiado corta”.
García regresa a las tramas policíacas una y otra
vez porque “estás retratando la actualidad y la vida misma desde
un punto de vista criminal”, comenta al tiempo que precisa que “en
realidad lo que tienes que hacer es retratar a una sociedad y entretener
mientras que una persona lee un libro”. Confiesa que un robo o un
asesinado actúan de “enganche” para conectar con el lector y sostiene
que “todos los autores que escribimos novela negra tenemos la responsabilidad
de mostrar al lector una parte de la sociedad y dar luz sobre aquellos
problemas que existen”. Y precisamente su última novela, que le
ha supuesto su confirmación como uno de los principales autores
del género negro del panorama nacional, se sumerge en el turbio
mundo de la pederastia. Para la confección de “Pastores del mal”
el autor llevó a cabo una amplia investigación en la que habló con
educadores, con policías, con víctimas o incluso con psicólogos.
“Tuve serias dudas porque es un tema durísimo”, atestigua. “Corría
el riesgo de que el lector empezara a leerla y optara por dejarla
aparcada porque se sintiera abrumado o que no pudiera continuar
con la lectura” por lo que rehusó “cualquier escena escabrosa” y
comparte que las críticas dicen que “el texto es más impactante
por lo que no digo, que por lo que digo”. Además, en este título
García Hernán ahonda en la industrialización de la pederastia. “Detrás
de la pederastia al igual que detrás de todas las lacras sociales
como la droga, el tráfico de personas, se esconde el dinero”. El
escritor madrileño , a mayores, sitúa la trama en ciudad tan dispares
como Barcelona, París, Roma o Wisconsin.
Su fascinación por una Zamora con la que se ha reencontrado
le mueven a asegurar que su comisario Javier Gallardo la visitará
en una novela que está en proceso de escritura. “Uno de los escenarios
que necesitaba no lo tenía localizado, quería que fuera un lugar
no muy alejado de Madrid y Zamora encaja. A Javier Gallardo (el
comisario de policía presente en todos sus textos) le encantaría
venir a Zamora”. Félix García señala que todavía le parece maravilloso
que “alguien con la oferta de ocio que hay en el mundo actualmente,
que no es como cuando yo era joven que había un canal de televisión,
sacrifique horas de su tiempo libre para leer una novela mía”. El
autor madrileño precisa que el proceso de escritura “al inicio se
me hacía farragoso” sin embargo ahora se ha convertido en “maravillo”.
Puntualiza que “cuando estás creando puedes jugar con los personajes
y hacer lo que quieras con ellos con la carga de responsabilidad
que conlleva... pero es una gozada” y agrega con sinceridad que
también ha influido en el cambio “la aceptación que está teniendo
lo que estoy escribiendo”.
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Marsella marcó la vida y obra de Jean-Claude Izzo. Hijo de
un camarero italiano y una costurera española, fue militante
del Partido Comunista francés, integrante de movimientos pacifistas
y periodista. A finales de los años sesenta se inició en la
literatura escribiendo poesía. Pero conseguiría el éxito a
raíz de su primera novela, Total Khéops (1995). Con ella empezó
la trilogía que le encumbró en su momento como el más destacado
autor de la novela negra francesa. Policía escéptico y gran
amante del buen comer y beber, Fabio Montale media los treinta
y es otro de esos grandes personajes de tradición mediterránea.
Comparte características de carácter y costumbres con colegas
como Salvo Montalbano o Pepe Carvalho. Pero es mucho más oscuro,
con un gran poso de dureza y fatalismo. Sus pocos momentos
de paz los tiene pescando o tomándose un pastís o un Lagavulin
en la taberna de su amigo Fonfo.
Adaptación de la primera novela.
Es de métodos nada ortodoxos y poco convencional. En un
momento determinado deja la Policía y se convierte en una
especie de detective atípico. Y es duro, sí, pero también
entrañable, porque lo reconoces como un perdedor. Izzo lo
hace hablar muchas veces con tanta ternura como aspereza.
En Total Khéops (1995) la muerte de un jefe de la mafia marsellesa
llevará a Montale a meterse en una turbia trama en la que
se mezclan la xenofobia, la marginación y la satanización
de los inmigrantes magrebíes. Alrededor también están la corrupción
y la amenazadora sombra de la extrema derecha. Narrada tanto
en tercera como primera persona, Montale también tendrá que
lidiar con ciertos sentimientos incómodos en un triángulo
amoroso donde hay fantasmas muy importantes. En Chourmo (1996)
un joven, que estaba en el sitio equivocado en el momento
menos oportuno, es asesinado. Su muerte implica a Montale,
ya que era el hijo de una prima suya. Pero en la investigación
se las tendrá que ver de nuevo con la mafia y el gran problema
del integrismo. El último título de la trilogía, Soleá (1998),
pone a Montale al límite y no es nada complaciente. La realidad
a su alrededor resulta cada vez más difícil de afrontar. Demasiada
oscuridad que amenaza a todo lo que quiere, incluso lo más
sencillo. Y nada ni nadie parece a salvo de ella.
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La delincuencia y sobre todo los crímenes violentos tienen
una presencia diaria en nuestras vidas porque revelan la sociedad
en la que vivimos. A través de los medios de comunicación,
el ciberespacio y las redes sociales vemos las imágenes de
las víctimas, la escena del crimen, el desarrollo de la investigación
policial, las declaraciones de los investigados, las sentencias…,
y así se nos ofrece el crimen desde múltiples perspectivas.
Si bien muchos delitos siguen siendo los mismos que antaño,
otros son absolutamente nuevos. Lacassagne sentenció que «cada
sociedad tiene la delincuencia que se merece», y quizá estuviera
en lo cierto, pues el avance como especie y colectividad ha
creado nuevas formas de criminalidad y delincuencia tan diversas
como: los copycat killers, la agresión sexual grupal, el sicariato
femenino, la misoginia online de los incels, la cibercriminalidad
social…, temas inquietantes de los que se ocupa este sorprendente
libro, un análisis actual de la agresión humana y la violencia.
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¿Por qué nos fascina la violencia y en particular el asesinato?
¿Cuánto hay de ficción y de realidad en los productos que
se presentan bajo la etiqueta de true crime? Al buscar la
respuesta a estas preguntas, Vicente Garrido nos ofrece un
extraordinario análisis del crimen a partir del relato característico
del true crime: la mente criminal, la escena del crimen, los
investigadores, las víctimas, el juicio y la condena. Partiendo
de numerosos ejemplos literarios y audiovisuales —desde las
novelas de Truman Capote y Norman Mailer hasta las series
más famosas de Netflix y HBO, pasando por crónicas y ensayos
de expolicías y periodistas de investigación—, el autor nos
desvela cómo el estudio del true crime por medio de los principios
fundamentales de la criminología y otras ciencias afines nos
permite reflexionar sobre la naturaleza de la violencia humana.
Ante el aumento exponencial de las series documentales o
de ficción basadas en crímenes reales, así como de la novela
policíaca y negra, Vicente Garrido analiza más de sesenta
productos culturales —entre libros, películas, series, podcasts,
etc.— para mostrarnos no solo la narrativa propia del true
crime, sino lo que este género puede enseñarnos sobre la maldad.
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En 2019 se cumplió el cincuenta aniversario de los
terribles crímenes de Sharon Tate, Rosemary LaBianca y compañía.
La editorial Contra se lanzó a la aventura del que,
para muchos, se trata del libro de true crime más demoledor
de la historia. Y que, junto a una película como El fotógrafo
del pánico (1960), se revela como el documento más veraz y
aterrador de lo que es la radiografía de un psicópata; en
este caso, de Charles Manson y su séquito.
Setecientas ochenta páginas de pertinaz inmersión en la psique
de los asesinos, a través de sus actos y los juicios correspondientes,
acompañados de otras sesenta puntillosamente trufadas de pruebas
gráficas de la abundante pila de datos, pruebas y seguimientos
de las diferentes investigaciones, aquí recogidas y novelizadas
por Vincent Bugliosi, fiscal del caso. Bugliosi contó con
la ayuda del escritor Curt Gentry para armar este fresco asfixiante
de toda una sociedad que, durante la aparición de los horrendos
crímenes de la familia, fue presa del pánico, recluyéndose
con armas de fuego y perros guardianes dentro de sus casas
de Bel Air y alrededores. Psicosis colectiva perfectamente
recogida a lo largo de un libro de narrativa ágil, precisa
como reloj suizo en su habilidad para entroncar pruebas forenses,
declaraciones judiciales y demás información verídica dentro
de un relato que supura horror y asombro ante la estupidez
humana, a partes iguales. El paradigma de un dicho tan manido
como “cuando la realidad supera la ficción”, y que en esta
lectura voraz recobra el pulso de su verdadero y más brutal
significado. Sencillamente inapelable.
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A Willem Holleeder se le conoce en Holanda con numerosos
apodos, algunos incluso benevolentes para la gravedad de los
crímenes por los que fue condenado este jueves. El gánster
más famoso del país europeo fue declarado culpable y sentenciado
a cadena perpetua por encargar los asesinatos de una serie
de personas que se movían en el mundo del crimen organizado.
Uno de los hombres que ordenó matar era Cor van Hout, su amigo,
cuñado y socio.
Willem Holleeder, de 61 años, tuvo una agitada adolescencia,
época en la que formó parte de una pandilla que ayudaba a
propietarios de viviendas a expulsar okupas. También estuvo
involucrado en varios robos. Pero Holleeder adquirió notoriedad
en los años 80 por el secuestro a punta de pistola del magnate
de la cerveza Alfred Henry "Freddy" Heineken.
El secuestro de Heineken fue organizado por una banda a la
que pertenecían Holleeder y Van Hout. Mantuvieron al presidente
de la cervecera y su chófer retenidos durante tres semanas
hasta que se pagó un rescate, de unos US$15 millones de la
época. Holleeder fue a la cárcel por aquello. Sin embargo,
como se demostró después, en lugar de aprender la lección
se convirtió en un criminal más desalmado. Así fue que se
adentró en el mundo de la droga y se rodeó de criminales a
los que no tuvo recelo en eliminar cuando se convirtieron
en un obstáculo.
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‘Lágrimas de fuego’ es la tercera novela negra del sestaoarra
Aritza Bergara.
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Novela negra ambientada en el País Vasco. Los casos de pederastia
han impulsado a una de las víctimas a buscar venganza. Un
policía y un periodista deberán colaborar para poner fin a
este reguero interminable de muertes que está sucediendo.
Escritor de novela negra de noche, guionista de literatura
infantil o estudioso de la mitología vasca de día, Aritza
Bergara Alustiza (Sestao 1972) es un escritor polifacético
que, como avezado buceador que gusta de sumergirse en las
aguas de Armintza donde reside, profundiza sin miedo al riesgo
en sus creaciones literarias a las que trata de dotar de una
trama que no solo enganche o entretenga, si no que haga reflexionar.
Algo que ha seguido a rajatabla en su trilogía de novelas
negro carbón: Bajo la sotana, Olas negras y su recién nacida
Lágrimas de fuego en las que el hilo conductor queda en manos
del reportero del imaginado Diario de Euskadi, Martín Alustiza,
quien retoma la búsqueda del matacuras de su ópera prima.
"Siempre me gusta que, además de que sea un libro entretenido,
debajo haya alguna temática que haga pensar a la gente.
En Bajo la sotana era la pederastia, en Olas negras era el
cambio climático y el modelo energético y en este último son
los pueblos originarios de América y la lucha que mantienen
a día de hoy por recuperar sus vidas, sus creencias, su cultura
o su idioma. En este caso nos centramos en el pueblo Mapuche
que como el resto de tribus sufrió la colonización y ahora
se les sigue machacando, robándoles tierras y desplazándoles
de manera inmisericorde", apunta este musicólogo que investigando
sobre los instrumentos autóctonos vascos se topó con la mitología
sobre la que lleva escritos tres libros. El primero -de 2002-
dedicado a las brujas, el segundo, en 2003, a los gigantes
y el tercero, en 2012, una recopilación sobre la mitología
en Euskadi.
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¿Cómo llegaron Javier y Alba hasta aquí? ¿Dónde comenzó todo?
¿Qué ocurrió entre ellos para que una noche de agosto del 2018
la policía entrara en su casa de Vilafamés (Castellón) a detenerlos?
¿Dónde y cuándo se truncó la magia de la vida y se fraguó la
tragedia? Javier, que ahora aguarda en el barrio barcelonés
del Carmel los días previos al juicio contra él y Alba, decide
a través de sus recuerdos explorar en su interior el recorrido
vital que los llevó a la tragedia. De Alba, tiene pocas o ninguna
noticia, sus vidas quedaron truncadas aquella noche de agosto
en Vilafamés, ¿o ya se había roto antes? Con la ayuda de Dani,
su mejor amigo de la infancia, y los silencios de un barrio
donde todos se conocen, Javier rememora y escribe su historia,
y nos revela que la vida a veces te da mucho más que sorpresas,
como predica la canción de Rubén Blades. Realidad y ficción
se entrelazan en esta novela escrita en primera persona, una
historia de gente corriente en la que podemos reconocernos.
¿Quién no ha querido volver sobre sus pasos y deshacer lo hecho?
Desde la sinceridad y la perspectiva que da relatar lo vivido,
Graziella Moreno nos habla del amor, de la amistad, de la vulnerabilidad,
de la culpa y del perdón. Porque asumir nuestros errores nos
ayuda a entender quiénes somos. Porque no siempre hay segundas
oportunidades. O tal vez sí. |
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No es fácil tratar con Marcela Pieldelobo. Nacida en Biescas,
un pequeño pueblo del Pirineo aragonés, es desde hace una
década inspectora del Cuerpo Nacional de Policía en Pamplona.
Una mujer excesiva en sus costumbres y afectos, y también
en el original tatuaje que se enrosca en su cuerpo y que apenas
nadie conoce. Está convencida de que las órdenes son susceptibles
de interpretación, que hay cosas que es necesario guardarse
para uno mismo y que las puertas cerradas pueden dejar de
estarlo si se sabe cómo abrirlas. Aunque no tengas una orden
judicial.
Ahora el pasado, en forma de un padre maltratador que reaparece
tras la muerte de su madre, llama con furia a su puerta, pero
Marcela tiene cosas más urgentes que atender, como el caso
de un bebé abandonado en un aparcamiento solitario y un coche
de alquiler siniestrado sin rastro del conductor, pero con
manchas de sangre y huellas de rodadas? Cuando las pistas
conducen a una conocida empresa propiedad de una de las más
tradicionales e influyentes familias locales, sus superiores
deciden apartarla del caso... Pero Marcela, fiel a sus principios
y a su instinto, insiste en seguir adelante ...
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Hace treinta años, en un terreno baldío de un barrio tranquilo
de Buenos Aires, apareció descuartizado y quemado el cadáver
de una adolescente. La investigación se cerró sin culpables
y su familia -de clase media educada, formal y católica# silenciosamente
se fue resquebrajando. Pero, pasado ese largo tiempo, la verdad
oculta saldrá a la luz gracias al persistente amor del padre
de la víctima. Esa verdad mostrará con crudeza lo que se esconde
detrás de las apariencias; la crueldad a la que pueden llevar
la obediencia y el fanatismo religioso; la complicidad de los
temerosos e indiferentes, y también, la soledad y el desvalimiento
de quienes se animan a seguir su propio camino, ignorando mandatos
heredados. Como en Las viudas de los jueves, en Elena sabe y
en Una suerte pequeña, Claudia Piñeiro ahonda con maestría en
los lazos familiares, en los prejuicios sociales y en las ideologías
e instituciones que marcan los mundos privados, y nos entrega
una novela conmovedora y valiente, certera como una flecha clavada
en el corazón de este drama secreto. |
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Monasterio de la Estrella de San Asensio. El cuerpo de una
joven es hallado sobre el altar de la capilla a modo de ofrenda.
La simbología que aparece en el escenario del crimen hace
presagiar que solo se trata de la primera víctima. Luis Acevedo,
antiguo teniente del GOES, regresa a Logroño, su ciudad natal,
tras un episodio de estrés postraumático, con la intención
de recuperar una vida tranquila. El asesino tiene otros planes.
Natalia Gómez Navajas nació en Logroño en 1970. Después de
hacernos recorrer Nueva Orleans con Tras el objetivo en 2016
y transportarnos a las montañas del Norte de Albania con Buzali.
El origen. en 2017, obra finalista al premio de novela Cartagena
Negra, nos presenta, Aras de venganza, ambientada en tierras
riojanas.
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El 15 de noviembre de 1959, en un pueblecito de Kansas llamado
Holcomb, los cuatro miembros de la familia Clutter, un matrimonio
y sus dos hijos adolescentes, fueron salvajemente asesinados
en su casa por Dick Hickcock y Perry Smith. A partir de estos
truculentos hechos, el novelista norteamericano Truman Capote
logró dar un vuelco a su carrera de narrador y escribió A
sangre fría, la novela que le consagró definitivamente como
uno de los grandes autores de la literatura norteamericana
del siglo XX y el creador del estilo de no ficción, caracterizado
por narrar una historia o desarrollar un argumento a partir
de hechos reales.
Hablamos de la creación de A sangre fría en
esta sección.
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Guzmán Ruiz aparece salvajemente asesinado, cerca de un prostíbulo
al que, coincidencias de la vida, acudía asiduamente. Tras
hallar el cadáver una de las prostitutas, ser avisada la policía
y llegar al lugar del suceso una intrépida periodista, Olivia
Marassa, comienza una investigación policial (de la mano del
inspector Castro y el subinspector Gutiérrez) y periodística
(con Marassa y el fotógrafo Mario Sarriá). Sin embargo, hay
demasiados cabos sueltos. ¿Por qué han asesinado a Ruiz tan
salvajemente? ¿Habrán tenido algo que ver los sucios negocios
en los que estaba inmerso?
Por si no fuera poco, mientras tanto, aparece muerta la mujer
de Ruiz, Victoria Barreda, en un escenario no mucho mejor
que el del marido. ¿Estaría al tanto aquella de los sucios
vicios de este?
Leticia Sierra nació en Asturias en 1972 y estudió Periodismo.
Se inició en la profesión en Salamanca, en la Tribuna Universitaria,
y trabajó en otro periódico de dicha ciudad, Tribuna de Salamanca.
También refleja su currículum su paso por La Nueva España,
La Voz de Asturias y El Comercio, todos ellos diarios asturianos.
También ha colaborado en la radio y, actualmente, aunque alejada
del periodismo, ha aterrizado con paso firme en literatura.
Animal, además de ser un thriller muy atractivo, está tejido
con la más absoluta precisión ya que en él se reflejan conocimientos
de criminalística, de medicina, de periodismo… En definitiva,
una novela muy camaleónica.
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Hay días de perros y noches para olvidar. Sonia Ruiz acaba
de pasar la peor de su vida, así que... apenas se acuerda
de nada. Tras despertar semidesnuda en un contenedor de basura,
la joven detective bucea en su vago recuerdo mientras un nuevo
caso requiere su total atención: Mila, antigua compañera del
instituto, le encarga localizar a su marido, que parece haberla
abandonado. Aunque sigue intrigada con aquella noche, no puede
dedicar tiempo a hurgar en su memoria porque el sencillo encargo
de un esposo a la fuga se ha ido complicando. Sus pesquisas
la llevan a tratar con grupos neonazis, con la mafia rusa...
y el caso se tiñe de sangre.
Adéntrate en la saga de la detective Sonia Ruiz.
La profesora de Lengua y Literatura Mercedes Rodrigo ha ganado
el XXV certamen literario internacional de novela negra 'Ciudad
de Getafe', dotado con 10.000 euros, con la obra titulada
'Un asunto rural'. En este certamen han participado más de
160 novelas, destacando la variedad de temas y estilos dentro
de esta temática, según ha asegurado el concejal de Cultura,
Luis Domínguez, que ha felicitado a la ganadora, señalando
que "pasa a formar parte del elenco de escritores de reconocido
prestigio que han ganado este consolidado galardón, como Raúl
Ariza, Marcelo Luján o Alexis Ravelo, entre otros, ligando
el nombre de Getafe a la cultura con mayúsculas". El jurado
ha tenido en cuenta "la sensibilidad" de la autora para tratar
"con realismo y eficacia" el tema de la España rural y de
la "dedicación" de la Guardia Civil para mantener "el orden
social en poblaciones con un ritmo de vida muy diferente al
de las áreas urbanas", subrayando que Mercedes Rodrigo se
une a la red de escritoras que trabajan el género literario
de novela policíaca. Mercedes Rodrigo nació en Burgos, ciudad
donde reside y trabaja como profesora de lengua y literatura.
Es licenciada en Filología Hispánica e Inglesa en la Universidad
de Valladolid. El premio se entregará dentro del festival
literario de novela policíaca 'Getafe Negro 2021', que tendrá
lugar del 25 al 31 de octubre en esta localidad madrileña.
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Un trago antes de la guerra es la primera novela del autor
estadounidense Dennis Lehane. Publicada en 1994, la novela
ganó el Premio Shamus a la mejor novela debut. Es el primer
título de la saga protagonizada por los detectives privados
de Boston, Patrick Kenzie y Angela Gennaro.
Dennis Lehane (Dorchester, Boston, Massachusetts, 4 de agosto
de 1965) es un escritor estadounidense, cinco de cuyas novelas
han sido llevadas al cine: Mystic River (titulada Río místico
en algunos países), Gone Baby Gone , The Drop , Shutter Island
y Live by night, y varias han merecido premios, entre ellas
Un trago antes de la guerra y el superventas Mystic River.
Los espacios de su ciudad han servido de inspiración para
los ambientes populares urbanos de sus novelas. De ascendencia
irlandesa, sus historias retratan la vida de grupos inmigrantes
o marginados en Boston, a la vez que constituyen un retrato
de la cultura irlandesa, resaltando el peso de la religión
católica en varios de sus personajes. Hasta ahora ha escrito
seis novelas de su serie de los investigadores Patrick Kenzie
& Angela Gennaro.
Las series de Kenzie & Gennaro y la serie Coughlin, RBA Serie
Negra y Salamandra Black, se unen a otras obras independientes
como Mystic River (Mystic River) (2001), RBA Serie Negra,
Shutter Island (Shutter Island) (2003), RBA Serie Negra, Coronado
(Coronado: Stories) (2006), RBA Serie Negra y La entrega (The
Drop) (2014), Salamandra Black.
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Pietro Gerber es un psicólogo diferente a los demás: su especialidad
es la hipnosis y sus pacientes tienen una cosa en común: son
niños. A veces, niños traumatizados o que esconden recuerdos
que son incapaces de evocar. Es el mejor especialista de Florencia
y colabora con la policía en casos criminales. Un día recibe
la llamada de una colega australiana que le pide ayuda con
una paciente, Hanna. El caso es interesante, pero también
muy especial: Hanna es ya una adulta y su recuerdo infantil
es un asesinato que no sabe si cometió.
Donato Carrisi (Martina Franca, 25 de marzo de 1973) es un
escritor, guionista y periodista italiano, creador de la pareja
literaria de investigadores Marcus (sacerdote) y Sandra (fotógrafa),
plasmada su relación profesional en una trilogía,
posterior al ciclo de de Mila Vasquez
«Leer a Carrisi es como estar en el paraíso.» Ken Follet.
«Un noir genial con el que, de nuevo, da en el blanco.» Repubblica.
«De una inteligencia escabrosa.» The Times.
«Carrisi derrocha virtuosismo narrativo en una novela negra
única.» Corriere della Sera.
Hablamos de la adaptación al cine de la obra de Leonardo
Sciascia.
Pásate por Séptimo arte >> Reseñas.
Publicó en 1961 su primera novela policiaca
sobre la mafia, El día de la lechuza. Otra de ese tipo es
A cada cual lo suyo (1966).
Estatua de Leonardo Sciascia en Racalmuto.
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Alicia Berenson, una pintora de éxito, dispara cinco tiros
en la cabeza de su marido, y no vuelve a hablar nunca más.
Su negativa a emitir palabra alguna convierte una tragedia
doméstica en un misterio que atrapa la imaginación de toda
Inglaterra. Theo Faber, un ambicioso psicoterapeuta forense
obsesionado con el caso, está empeñado en desentrañar el misterio
de lo que ocurrió aquella noche fatal y consigue una plaza
en The Grove, la unidad de seguridad en el norte de Londres
a la que Alicia fue enviada hace seis años y en la que sigue
obstinada en su silencio. Pronto descubre que el mutismo de
la paciente está mucho más enraizado de lo que pensaba. Pero,
si al final hablara, ¿estaría dispuesto a escuchar la verdad?
Alex Michaelides (Chipre, 1977) estudió Literatura Inglesa
y Psicoterapia. Trabajó en una unidad de seguridad para adultos
jóvenes, experiencia que le proporcionó material e inspiración
para La paciente silenciosa, su primera novela: un thriller
traducido en cuarenta países, que cuenta ya con dos millones
y medio de lectores en todo el mundo y cuyos derechos cinematográficos
han sido comprados por la productora de Brad Pitt; además,
ha sido uno de los tres libros ganadores del Premio de los
lectores de Goodreads, en el que votan casi cinco millones
de personas. Michaelides también ha sido guionista de películas
como Un robo inesperado, protagonizada por Uma Thurman y Tim
Roth, y ha colaborado con David Fincher. Las Doncellas es
su esperadísima segunda novela, que será adaptada como serie
para la televisión.
La paciente silenciosa (Penguin Random House, 2021), su primera
novela, ha sido traducida en 40 países y cuenta ya con dos
millones y medio de lectores, que serán muchos más con la
adaptación audiovisual, a cargo de la productora de Brad Pitt.
Alex Michaelides promete volver a conquistar a los amantes
del thriller con Las doncellas (Penguin Random House, 2021),
su nuevo libro, que, antes de salir, ya ha vendido sus derechos
para convertirse en serie de televisión. ¿Sus escenarios?
Las islas griegas y, sobre todo, los preciosos campus de la
ciudad universitaria de Cambridge.
«El thriller perfecto. Esta extraordinaria novela hizo que
me hirviera la sangre, literalmente no pude dejar de leerla.
Me sumergí en la lectura y, once horas después, a las 5:47
h de la madrugada, lo terminé absolutamente deslumbrado.»
A.J. Finn (autor de La mujer en la ventana).
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Durante una visita escolar a la excavación arqueológica de
Atapuerca, un chico de catorce años descubre que una de las
reproducciones humanas que imitan los enterramientos de los
homínidos de hace miles de años es, en realidad, el cuerpo de
una chica muerta. La joven parece haber sido colocada con una
simbología ritual, y todas las pistas apuntan a un macabro homicidio
similar al ocurrido seis años atrás en otro yacimiento en Asturias.
En el pueblo se desata la inquietud. Demasiados detalles recuerdan
el caso anterior, por lo que el juez piensa en reunir de nuevo
a los policías que se hicieron cargo entonces: Silvia Guzmán,
inspectora de la UDEV, y Daniel Velarde, un expolicía dedicado
ahora a la seguridad privada. Sin embargo, nadie sabe que en
el pasado ambos vivieron una relación sentimental que acabó
de manera abrupta y que tuvo mucho que ver en la truncada resolución
del caso. Ahora, Silvia y Daniel tendrán que aprender a colaborar
y aclarar sus sentimientos para descubrir al asesino del yacimiento
y cerrar aquella herida abierta en su pasado. |
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La autora de El bosque de los cuatro vientos recupera la
serie Puerto Escondido.
La presidenta del Club de la Bahía de Santander, una de las
mujeres más poderosas de la ciudad, ha aparecido muerta en
el camarote de una preciosa goleta que con unos pocos y selectos
invitados del mundo del tenis surcaba el mar al anochecer.
El crimen recuerda a las novelas de la «habitación cerrada»
de principios del siglo pasado: el compartimento estaba cerrado
por dentro, tanto la extraña herida que presenta el cuerpo
de la empresaria como el misterioso método utilizado para
perpetrar el asesinato resultan inexplicables y todos los
invitados a la fiesta parecen tener motivos para haber acabado
con su vida. Nadie puede haber salido o entrado de la nave
para cometer el crimen o escapar. ¿Quién ha matado a Judith
Pombo? ¿Cómo? ¿Y por qué?
La novela más ambiciosa de María Oruña, unthrilleradictivo
y elegante en el que descubriremos una nueva faceta de la
vida de Valentina Redondo, quien además de enfrentarse al
caso más enigmático de su carrera deberá luchar contra un
sorprendente e inesperado golpe en su vida personal.
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Úrsula Bas, escritora de éxito, lleva una vida aparentemente
anodina en Santiago de Compostela. Un viernes de febrero sale
de su casa para dar una charla en una biblioteca y no regresa.
Su marido, Lois Castro, denuncia su desaparición al cabo de
veinticuatro horas. Úrsula, que permanece encerrada en un
sótano, conoce bien a su secuestrador —un admirador en cuyas
redes se ha dejado envolver sin oponer la menor resistencia—
y sabe que tarde o temprano la matará. El inspector Santi
Abad, reincorporado al cuerpo de policía tras un año y medio
de baja psiquiátrica, y su compañera Ana Barroso, que acaba
de ser nombrada subinspectora, inician una búsqueda sin tregua
con la ayuda del nuevo comisario, Álex Veiga. Todos sus pasos
les dirigen hacia otro caso sin resolver: el de Catalina Fiz,
desaparecida en Pontevedra tres años antes, y hacia un asesino
que parece estar tomándose la justicia por su mano.
Tras el exito de Belleza roja, un nuevo caso de Abad y Barroso:
una excepcional intriga de celos y venganzas, por la nueva
dama de la novela negra española.
"Arantza Portabales consigue que el lector sospeche de todos.
Negra, muy negra." Carmen Mola.
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En la playa de una localidad marítima de Valencia aparece
una joven asesinada en la orilla. Los símbolos que rodean
el cadáver enlazan el crimen con otro acontecido dos años
antes. La teniente Sanahuja regresará a su antiguo lugar de
trabajo para resolver el brutal crimen. Encontrará personas,
lugares y sentimientos que dejó atrás. Su batalla interna,
la lucha que lidia consigo misma por ese crimen que no consiguió
resolver, condicionará la investigación.
Estela Melero Bermejo publica su tercer libro en 2021.
Búscala en nuestra selección de autores.
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Antonio Arzamendi, exdirector de una sucursal bancaria jubilado,
amanece con la noticia del asesinato de Rosa, el amor de su
vida y la compañera de trabajo con quien planeaba compartir
un tranquilo retiro en Choroní, su particular paraíso caribeño.
La policía habla de robo con violencia, pero el único testigo,
un militar cubano retirado que llegó a la ciudad en busca
de respuestas sobre el asesinato de su hijo, insiste en haber
presenciado algo semejante a una ejecución. Ante el empeño
de Arzamendi por conocer la verdad, el testigo, Osmany Arechabala,
decide ayudarlo. La misma noche de la muerte de Rosa aparece
el cadáver de un hombre junto a un banco donde alguien ha
escrito la palabra «Justicia». Dos días después, el asesinato
de la hija de un acaudalado empresario de la construcción
en el puerto viejo de Algorta pone en guardia a las autoridades.
Y, a través de un portal de noticias sensacionalista, se comienza
a difundir la teoría de que existe una organización dedicada
a asesinar a empresarios y banqueros. Osmany, Arzamendi y
Borja Maruri, un investigador experto en fraudes contratado
por la familia de una de las víctimas, tratarán de descubrir
la identidad de los culpables y los motivos que se ocultan
tras sus acciones.
La verdad no será agradable para nadie.
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Es una tarde cualquiera en un bullicioso centro comercial.
Un padre de familia espera fuera de la tienda en la que han
entrado su mujer y su hijo, pero estos nunca llegan a salir.
¿Los han secuestrado? ¿Han huido? ¿Cómo han podido marcharse
sin que nadie los vea? Cuando la policía empieza a investigar
el caso, salen a la luz algunos secretos familiares que pondrán
al protagonista en el punto de mira, al mismo tiempo que este
empieza a darse cuenta de que la peor amenaza aún está por
llegar.
Blas Ruiz Grau es un escritor español de novela negra contemporánea,
su obra destaca por su rigor en los campos criminalístico
y forense.En sus inicios triunfó como autor autopublicado.
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El día de su boda, el inspector de homicidios Antonio Rojo
se convierte en novio, marido y viudo. Sonia, su mujer, será
solo la primera víctima de un complejo entramado de asesinatos.
¿Quien y por que está acabando con los sueños de un puñado de
mujeres en el día de su enlace? |
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El Rubio dejó de delinquir hace décadas, pero la grave
enfermedad de su mujer le hace replantearse las cosas cuando Júnior,
un distribuidor local de cocaína, le propone atracar al testaferro
de sus jefes en Gran Canaria. Para organizar el asalto, no le costará
seducir al Palmera, un parado de larga duración cuyo sueño es abrir
un bar, y a Cora, una prostituta de lujo que sospecha cercano el
momento en que se esfumen sus encantos. La estrategia del pequinés
es mostrarse fiero y aprovechar cualquier despiste del adversario
para atacar y huir. Eso será lo que hagan los protagonistas de esta
novela cuando descubran que le han pisado la cola a un tigre y se
vean inmersos en una persecución frenética en la que irán dejando
un rastro sangriento. Parados cincuentones, escorts venidas a menos,
narcos, policías corruptos y blanqueadores de dinero pueblan esta
novela negra de alto voltaje, una dura historia coral sobre perdedores
en la que lo importante no es saber quién es el asesino.
Premio Hammett a la mejor novela negra.
Barcelona, 2005. Cacho —detective privado, 30 años—
se dirige como cada mañana a su despacho: alguien ha raptado a Johnny,
un adorable chihuahua de competición. Su propietario, el señor,
Bernstein, está destrozado. Pronto descubrirá que Johnny no es el
único perro con pedigrí que ha desaparecido. Y que alguien está
haciendo algo terrible a esos animales. Remedios aparece en escena.
Su marido forma parte de la peligrosa logia de Los caballeros del
alba gris. Desapareció, sin dejar rastro, la noche en la que debía
recibir el grado máximo de sabiduría. La mujer está destrozada.
De la mano de Mañana, su ayudante, Cacho se verá envuelto en una
doble investigación que acabará por convertirse en una carrera por
salvar sus vidas. Descubre esta fantástica novela, imagen de una
ciudad oculta, perversa y misteriosa. Un cruce de caminos donde
el noir, el terror, la fantasía y el humor negro se dan la mano.
Un entrañable retrato con resonancias de Carvalho, Poe, Dylan Dog,
Machen, Lovecraft o Camilleri.
Una trilogía interesante.
En 'Crónica sentimental en rojo', del maestro Francisco
González Ledesma, encontramos todo lo mejor del género negro español
de sus más auténticos inicios, a principios de los años 80. No en
vano, la obra de González Ledesma recibió el Premio Planeta en 1984.
En el libro, el primero en el que aparece el inefable e inmortal
inspector Méndez, figura lo más turbio de la novela negra junto
a un ambiente sarcástico-cínico-cáustico de desencantamiento con
la sociedad democrática y con el género humano en general.
Este libro es imprescindible para los amantes del
género negro en español. El ambiente, los personajes y la filosofía
a lo Makinavaja, complementada por un surrealismo sucio a lo Eduardo
Mendoza, nos harán disfrutar de una aventura nada políticamente
correcta.
Una novela negra escrita a cuatro manos no es algo
inusual e incluso a seis, como el caso de Carmen Mola, pero es poco
corriente que sean una madre y un hijo los autores, algo que han
hecho Beatriz Roger y Luiso Soldevila con "Marismas", una historia
ambientada en una costa Brava invernal. "La gente se sorprende pero
ha sido más sencillo de lo que parece desde fuera", indicó
Luiso Soldevila sobre la colaboración literaria con su madre, que
asegura que ha sido una experiencia muy buena que esperan repetir.
Rigor en el trabajo de escritura, distribución de capítulos y correcciones
conjuntas han estado en la base de esta novela de madre e hijo,
que comparten su interés por la lectura, sobre todo de novela negra,
señaló. Beatriz Roger (Barcelona, 1965), que se dedica
a la rehabilitación de personas con adicción, se graduó en Criminología
y de ahí proceden sus conocimientos para dar las necesarias "pinceladas"
a los delitos de los que escribe, mientras que Luiso Soldevila (Barcelona,
1990), que trabaja en distribuidoras y productoras de cine, ha aportado
su visión audiovisual a la trama, en un trabajo que, dicen ambos,
ha sido muy compartido.
Estaban de acuerdo en no escribir una novela negra
"excepcionalmente macabra" aunque "Marismas" habla de "lo peor,
que es no saber, la angustia ante lo que puede haber sucedido",
dice Beatriz Roger. Y de víctimas infantiles y de una mente perturbada.
La acción transcurre en las marismas del río Ter, en Llafranch (Girona),
una zona donde pasan muchas temporadas los autores y que, más allá
de su faceta veraniega, ofrece "otra cara mucho más oscura" en invierno
cuando se convierte en un sitio solitario, especialmente cuando
arrecian los temporales. "No dudamos en ningún momento en situar
allí la novela", dice Soldevila, que explica cómo con esa otra cara
de la zona "se puede llegar a construir un territorio" perfecto
para la trama. La historia comienza pocos días antes de Navidad
cuando una niña desaparece sin dejar rastro en el jardín de un hostal
de las marismas, donde ha llegado a pasar sus vacaciones en familia
el detective Nico Ros, que será contratado por un conocido narcotraficante
de la zona y amigo de la infancia del policía para reforzar la investigación
oficial. Se trata de un investigador que "se sale de la norma",
dicen sus creadores, que se confiesan cansados de los detectives
"amargados" que proliferan en la novela negra. Y explican cómo han
querido que la presencia "alguien o algo" que observa a los protagonistas
planee durante toda la novela para que el lector se sienta también
vigilado y para que al final de la historia se pueda responder a
la pregunta: "¿Qué es una mente perturbada y por qué?"
Denuncia social
II |
2-Noviembre-2021
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Tras el éxito de Mongo Blanco, Carlos Bardem conjugó
la novela negra, la sátira política y la denuncia social en El asesino
inconformista, una original historia de amor, humor y muerte, publicada
el pasado Junio. Valiéndose de una trabajada prosa llena de ironía
e inteligencia, Carlos Bardem realiza el prodigioso retrato de un
antihéroe carismático y complejo atrapado en una sociedad dominada
por la inmoralidad y la corrupción.
Fortunato es un asesino a sueldo, culto, elegante
y discreto. Cuando se le encarga que elimine a una política corrupta,
recuerda su infancia y juventud, cómo sintió crecer la violencia
dentro y qué hizo para controlarla y usarla, según él, en beneficio
propio y de los demás. Pero esta educación sentimental es solo el
principio de un viaje que le llevará por los escenarios más oscuros
y violentos de nuestra sociedad y le hará replantearse su papel
en ella. Una odisea de décadas por Madrid y escenarios como Nueva
York, Zanzíbar, Bagdad, Estocolmo o Marruecos. Y es también la historia
de un asesino enamorado, la radiografía de una pareja. ¿Estará dispuesto
a sacrificar al amor de su vida por seguir sus ideales hasta el
final? ¿Será este su último encargo?
Premio Dashiell Hammett a la mejor novela negra.
El último libro de José Antonio Corrales, Matar, Robar
y Destruir, era un trabajo demoledor; primero porque sabíamos que
el personajes había existido y después por la exquisitez a la hora
de plantear el thriller. Por supuesto, Corrales tenía suficientes
tablas y conocimientos para encarar un libro así. Ahora regresa
con otra vuelta de tuerca a su narrativa con Barrios de sangre,
una novela más negra que el petróleo donde el detective Ariel Gil
es contratado para por qué han matado a Trinidad y dónde está su
novio, Toño. La novela negra ha atrapado a Corrales y nos obsequia
con tramas feroces y tremendas. De una realidad casi palpable. “Soy
amante de la novela negra, sobre todo norteamericana y española,
y desde que empecé con la creación de relatos y después de publicar
una primera novela inspirada en hechos reales, me apetecía un proyecto
que me rondaba la cabeza desde hacía tiempo: realizar una novela
de pura ficción con un detective privado como protagonista”, señala
el autor.
José Antonio Corrales presenta 'Barrios de sangre':
una trama detectivesca con denuncia social.
La creación de un detective, o dos, que logren acaparar
la atención, subyugarle e introducirle en la trama por las tripas,
es algo muy complicado, en un mundo editorial donde casi todo está
visto. “Como en el libro de relatos Te cambio mi vida, ya había
hecho un primer ensayo de lo que podía ser una historia de detectives,
solo tuve que ir dando forma y volumen a dos de sus personajes (Ariel
Gil y Rómulo Noguerón) para hacerles protagonistas de unas tramas
detectivescas muy españolas, muy bizarras y, además, que no renunciasen
de ese aspecto de denuncia social que debe contener la novela negra”
El escritor retorna a los personajes que pergeñó en Te cambio mi
vida. “Después de escribir Príncipes y hermanos, que formaba parte
de ese libro junto a ocho relatos más, me encontré muy a gusto narrando
una historia de detectives. Enseguida me di cuenta de que podía
profundizar mucho más en esos personajes que había creado, y de
que podía dotarlos de una personalidad que fuera capaz de atraer
el interés del lector”, comenta Corrales. El trabajo de diseño de
personajes es una de las tareas que más tiempo puede llevar. Hay
que darle vida, y que esa vida interese. “Sin alejarme mucho de
los parámetros del héroe y de su 'escudero', empecé a trabajar sus
personalidades. Así fueron consolidándose tal como pretendía, para
que actuasen dentro de la trama que había preparado para ellos”.
Ariel Gil se antoja un trasunto de detectives como Pepe Carvalho
de Montalbán. “Las novelas de detectives, desde el hard boiled hasta
la actualidad, siempre utilizan unos estándares con respecto a sus
personajes principales (detectives y ayudantes) hasta el punto de
que observándolos en su conjunto, pueden sugerir la idea de que
unos se parecen a otros”, reconoce Corrales. “No cabe duda de que
esa influencia viene de la mano de todo el acervo literario negro
con que contamos.
Sin embargo, el autor, a la hora de pensar en un
héroe, debe aceptar el desafío de crear un personaje único y diferente
a los demás”, comenta. Sin embargo, Ariel tiene una personalidad
bien definida, propia y algo perdida en la actualidad. “En este
caso, si tuviéramos que hacer un retrato robot de Ariel Gil, podríamos
decir que es un hombre leal, valiente, con un alto sentido de la
justicia, con un punto de ironía que le proporciona la chispa necesaria
para vagar por todos los ambientes, pero a la vez, para nada impoluto
e intachable, pues posee algunas dobleces y sufre profundas heridas
personales. Por otro lado, Rómulo, es un acompañante fiel, algo
tozudo y primario, siempre a la vera del detective y con una predisposición
natural para resolver problemas y apoyar a su jefe sin pensarlo”
Su última novela Robar, matar y destruir estuvo basada en hechos
reales, algo que la dotaba de mucha fuerza intrínseca. “No cabe
duda de que esta novela, pese a que toda ella es ficción, cuenta
con aspectos procedimentales e incluso de escenarios que evocan
algunos que yo he conocido por mi profesión de policía. En ese aspecto,
podemos decir que sí tiene algo de real, aunque desde luego, no
los personajes ni la historia”, señala. La ficción es un campo que
permite cualquier cosa que se pase por la cabeza, pero cuando se
trata de hablar de un hecho, la creatividad puede estar algo supeditada.
Son dos géneros igualmente interesantes. “Sin duda me quedo con
la ficción, ya que te permite una mayor creatividad y, por tanto,
una mayor libertad a la hora de estirar las historias y los personajes.
Aunque con Robar, matar y destruir me sentí muy a gusto, porque
a pesar de que estaba inspirada en hechos reales, creé unos personajes
basados en esas personas reales participantes del terrible crimen,
sobre los que realicé una profunda prospección en su psicología”.
El libro nos hace viajar a barrios marginales como La Hueva. Es
complicado huir de los clichés que envuelven y proyectan estos lugares.
“Efectivamente, se suelen caer en clichés a la hora de hablar de
marginalidad, delincuencia, droga o barrios suburbiales”, comenta.
“No obstante, esos clichés desaparecen si antes de escribir cuentas
con una buena documentación que te acerque más a la realidad. En
mi caso, me documenté sobre costumbres y usos del pueblo gitano,
pero también he de decirte que contaba con la ventaja personal de
conocer ambientes y localizaciones similares a las que se relatan
en la novela y que he podido conocer por mi profesión de policía”
Quizás en la fase de documentación a Corrales algunas cosas le llamaron
la atención.
José Antonio Corrales ganó el premio 'A sangre
fría' de novela negra con 'Robar, matar y destruir'. El veterano
policía y criminologo ilicitano se inspiró para esta novela
en el llamado 'crimen del asesino de la maza'.
“En cuanto a lo que más me impresiona de estos barrios
y poblados, es el contraste entre la pobreza extrema y la opulencia
que, por ejemplo, pueden generar la venta de droga o los frutos
de la delincuencia. En estos barrios, miseria y supervivencia, se
dan la mano con indicios de efímera abundancia y atávicas costumbres
de mucha raigambre entre sus habitantes”. La novela fue presentada
en Elche, siempre ponerse delante del público es una prueba de fuego,
por mucho que juguemos en casa. “Ha sido un evento muy grato, celebrado
en el Centro de Congresos Ciutat d’Elx, con una nutrida asistencia
de lectores, en un ambiente muy agradable, pues tras la Presentación
a cargo del escritor Juan Lozano Felices, hemos tenido unos momentos
de tertulia literaria muy interesante. Y esos, quizás, son los momentos
más importantes, pues es cuando se produce la interacción: lector
– autor, que yo valoro mucho”, recuerda Corrales. Cuando termine
la promoción volverá a ponerse delante del folio en blanco. Quizás
uno de los momentos más difíciles para un escritor, porque vuelve
a la casilla de salida. “Yo soy un autor que le gusta indagar en
la psicología de los personajes, precisamente, para que estos se
parezcan a personas de carne y hueso, pues en realidad, creo que
cuanto más se acerca el personaje de ficción a una persona real,
más interés muestra el público y más lo hace suyo”, dice. La psicología
de los personajes puede ser un terreno complejo, lleno de escollos
por lograr la coherencia en sus actos durante la trama. “Quizás
esa sea una de las tareas más arduas a la hora de enfrentarme a
la novela, la de entrar en ese mundo de conflictos, de pasiones
internas, de miedos y angustias que todos los seres humanos llevamos
dentro. Luego, otro momento de dificultad podría ser el de la confección
de una trama que no contenga errores y que a la vez sea capaz de
cautivar al lector. Esa tarea la suelo resolver tras muchas horas
de meditar en la historia y de ponerme en 'modo lector'”.
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