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Novela negra.
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Denuncia social I
20-Agosto-2021

Si como enuncia Rosa Montero -aunque no desentonase en boca de Fred Vargas o P.D. James- se ha de desconfiar de aquellos que poseen más respuestas que preguntas, la segunda incursión en el thriller de María Frisa (Barcelona, 1969) condensa como su antecesor ese grado sólido de honestidad con la que gratifica una lectura activa. El nido de la araña hila fino, sin dejar cabos sueltos, enredando al lector en una trama amenazante en torno a un secuestro con un desenlace un paso más allá de lo inadvertido. Porque la clave no está en el engaño, sino en cómo la vida y su intriga suceden frente a nosotros mientras observamos los aledaños.

“El nido de la araña” hace un guiño a “Cuídate de mí”, la anterior y primera novela negra, con la aparición de un rostro familiar, pero no es el único enlace. En ambas sobresale un fuerte compromiso contra distintas lacras sociales. En Cuídate de mí habla de la violencia de género y el ciberacoso, en la actual novela tenemos una reflexión, una denuncia de todos esos procedimientos de psicología conductual que se hicieron sobre todo en EEUU, cuando parecía que era el paradigma que iba a solucionarlo todo, y se hacían barbaridades. Incluye una nota de autor para recordar lo que ocurrió en un tiempo no tan alejado. Considera la autora la novela negra, un género de denuncia social. Nos duele lo particular, cuando vemos la historia y lo que supone para los personajes.

Su obra narrativa ha sido reconocida con numerosos galardones nacionales e internacionales y ha sido traducida a varios idiomas.

Otra particularidad de ambas novelas es el protagonismo femenino, no tan habitual en el género. En palabras de la autora "Es cierto que puede ser más inusual. Creo que las mujeres llevamos siendo comitiva en la novela negra desde sus inicios, con el hard-boiled americano, etc. Eran otros tiempos, los roles de la mujer eran siempre la femme fatale que va a destruir la vida al hombre o el ángel del hogar que está ahí siempre para cuidarlo o, por supuesto, la víctima. Hemos evolucionado lo suficiente para dejar de ser comparsa en la vida de los hombres. Las mujeres debemos reclamar nuestro sitio y nuestro protagonismo."

La denuncia social en Sin piedad de Bernardo Carrión, sobre todo, con respecto a la corrupción y a las severas consecuencias de la crisis económica de 2008 es apabullante. Por un lado, la corrupción siempre consiste en un tema muy candente en la sociedad española, el caso Gürtel, el caso Púnica, el caso ERE, todos estos escándalos se han difundido ampliamente en los medios de comunicación y han llamado la atención de toda la sociedad. Por otro lado, las apabullantes corrupciones sin lugar a duda han acentuado la crisis de 2008. Con la azotada de la crisis económica y los sufrimientos de los ciudadanos durante este periodo, los escritores se dan cuenta de la relevancia de una transformación social y un cambio en el ámbito político y económico. En consecuencia, Carrión, recurriendo al género negro, pretende arrimarse a esta agria realidad y reflexiona en relación con las trasformaciones sociales.

Ana Ballabriga y David Zaplana, ganadores del Certamen «Auguste Dupin» de Novela Negra y de Denuncia Social el pasado Mayo. Convoca la editorial Distrito 93.

Analizando los antecedentes de la novela negra como denuncia social y política, debemos dirigirnos a Suecia en los años 60. En ella, Maj Sjówall y Per Wahlöö dieron un vuelco total a la narrativa. En aquella época, el partido socialdemócrata lideraba una política de bienestar, promoviendo una imagen de país perfecto, en el que apenas había uno que otro inmigrante. Pero entonces estos autores, que además eran pareja, decidieron plantear una novela a través de la que demostraban como el famoso “modelo sueco” era una total farsa. Según palabras del mismo Wahlöö, esta novela se constituía en un bisturí diseñado para abrir el vientre de la ideología empobrecida para exponer la cuestionable moral burguesa de la sociedad en la que vivía. Luego en los países nórdicos comenzó a reflejarse la misma situación, y con posterioridad, han sido muchos los autores que han utilizado la misma estrategia alrededor del mundo. En Grecia, Petros Mákaris escribió Con el agua al cuello y en esta novela negra dibuja la situación económica lamentable en la que Grecia se encuentra, una crítica brutal a un sistema económico despiadado que comienza, en este caso, con un banquero decapitado. Lorenzo Silva, Juan Madrid, González Ledesma, Vázquez Montalbán, y Andreu Martin denunciaron a través del género de la novela negra la corrupción en España y las escritoras Rosa Ribas y Sabine Hofmann en su novela El gran frio hacen una disección de la España profunda de la posguerra durante los años cincuenta. El mayor caldo de cultivo para la novela negra con componente social es América Latina. La desigualdad social fruto de la corrupción transversal en los gobiernos ha hecho que autores como el brasileño Rubem Fonseca, el cubano Leonardo Padura, los argentinos Osvaldo Soriano y Mempo Giardinelli, y los mexicanos Elmer Mendoza y Paco Taibo dediquen parte de sus obras a registrar las pésimas condiciones económicas y sociales de la región.

Rubem Fonseca fue un escritor y guionista de cine brasileño. Estudió Derecho y se especializó en Derecho Penal. A pesar de su amplio reconocimiento como escritor, no fue hasta los 38 años de edad que decidió dedicarse de lleno a la literatura. Fonseca es considerado universalmente como uno de los cultivadores más importantes del género neopolicial en la segunda mitad del siglo XX. Puede considerarse como su marca distintiva el haber llevado a cabo la representación más descarnada de la violencia y la sordidez, que infectan en todos sus estratos a una sociedad corrompida más allá de salvación posible, con un refinamiento estilístico notable y una textura cultural e intertextual de gran densidad.

Nos dejaba en 2020.

La novela social se ha venido entremezclando en el género de la novela negra, creciendo desde los años 70 hasta hoy, con mucha carga social, en los años 90 las obras de Mario Zaldívar y Oscar Núñez fueron quizá de las más destacadas, cuando se destapó el grave problema del narcotráfico en toda América. La inseguridad ciudadana aumenta en la medida en la que la injusticia social crece. Las dictaduras reales o simuladas, aumentan en gran proporción así como la sensación de inseguridad en todos los habitantes, sin importar su estrato socio económico. Parece evidente que la injusticia social favorece los delitos y es allí donde la novela negra se manifiesta para contar todas estas historias en una narrativa que mezcla la realidad y la ficción. En los tiempos de crisis la pérdida de confianza individual en las estructuras del poder y las instituciones públicas es notable. La clase política se convierte en una gigantesca y poderosa maquinaria. Los jueces, los empresarios, los banqueros, y por supuesto, los policías o entes gubernamentales no son dignos de la confianza del ciudadano de a píe y es allí en donde encaja perfectamente la novela negra. Este género oscuro de la literatura encuentra una maravillosa cantera para forjar monumentos a la corrupción, la marginalidad y la delincuencia, con un yacimiento casi inagotable de sucesos y personajes en los que, con una historia concreta se pueden ambientar la realidad y el temor nebuloso que flota en el ambiente de una sociedad que no sabe hacia dónde va.

Oscar Núñez Olivas. (San José, 1955) es narrador y periodista. Graduado en Ciencia de la Comunicación de la Universidad de Costa Rica. Ejerció el periodismo en distintos diarios y semanarios de su país y, desde hace tres décadas, labora con agencias internacionales de noticias.

La denuncia del abismo entre las clases sociales y la violencia que esto genera, hace que la novela negra arroje luz sobre los callejones que no iluminan otros géneros literarios, con un acento de insolencia que es realmente del gusto del público. Obviamente, los escritores del género de la novela negra saben que no pueden intervenir sobre las estructuras del poder para modificarlas, pero sí pueden hacer una escueta denuncia, como una autopsia del cadáver social que están dejando, y corresponde a los lectores el reflexionar acerca de la situación y encontrar una solución en el mejoramiento de las causas sociales y la oposición a la corrupción, de la que se degeneran todos los males.

Paco Gómez Escribano, José Luis Correa con la saga del detective Ricardo Blanco, Javier Abasolo y su mítico Marlowe, y Claudio Cerdán con sus novelas En el país de los ciegos y Cien años de perdón son ejemplos de cómo la novela negra y el componente social pueden ir perfectamente de la mano, en un mundo en el que la ficción y la realidad van perdiendo los límites.

José Luis Correa.

“La novela negra es un buen vehículo de denuncia social” afirmaba Marta Robles el pasado año, presentando La chica a la que no supiste amar. La trama se inicia cuando el detective Tony Roures, cínico y sentimental, recibe de madrugada la visita de un viejo amigo, Alberto Llorens, un fotógrafo al que creía felizmente casado con una rica empresaria de Castellón. La triste realidad, según le cuenta, es que tiene problemas conyugales y que se ha convertido en un asiduo del club de alterne más famoso de todo el Levante español. Allí conoció a Blessing, una joven nigeriana atada a una organización de trata por la deuda del viaje y un ritual de vudú. Tras ser chapuceramente operada de un cáncer de mama, se convierte en mercancía estropeada y es asesinada. Es entonces cuando Llorens recibe amenazas y, asustado, busca a Roures, quien comienza una peligrosa investigación que revelará una trama criminal de trata de mujeres de inusitada crueldad.

Estaba siguiendo el trabajo de su amiga Mabel Lozano, de la que hablamos en la sección dedicada al activismo, muy involucrada en esos temas. La puso en contacto con Rocío Mora, la persona que lidera la fundación Apramp, asociación que ayuda a las víctimas de la trata de mujeres. Habló con víctima y empezó a pergeñar la novela. Mabel la convenció de que la gente desconocía muchas cosas de la trata y de que era necesario hacer reportajes, documentales, cosas reales.

La novela negra que se deriva del Hard Boyled americano es la verdaderamente interesante como herramienta de crítica social en cuanto a que se ocupa de los bajos fondos y crea personajes que son gente de la calle, con sus problemas y sus inquietudes. En este sentido es una novela realista cuyos narradores cuentan las historias según ocurren, en su contexto, obviando los finales felices por su poca credibilidad y empleando la metáfora con grandes dosis de cinismo. El protagonista suele ser un antihéroe, que encarna mucho mejor los valores y atributos del ciudadano común y corriente. Este estilo surge en la Gran Depresión y abarca el periodo de la Ley Seca, el de entreguerras y posterior. Los escritores que más destacaron tienen un común denominador: todos han combatido en alguna guerra, lo cual es bastante habitual en cada generación de estadounidenses. Esto y regresar a su país para comprobar que no hay sitio para ellos en la sociedad y ver que una especie de guerra de guerrillas se sigue librando en las calles y suburbios de cada ciudad, les dio una visión única que contribuyó decisivamente a crear y perpetuar el subgénero. Lejos de estar obsoleto (el estilo) por la diferencia temporal, como opinan algunos expertos bastante desinformados, este estilo se exportó a Europa y sigue vigente. Cambian los arquetipos, no en su totalidad, cambian las costumbres moldeadas sobre todo por las nuevas tecnologías, pero ni cambian las formas de expresión narrativas (que pueden evolucionar, pero girarán en torno a lo mismo) ni la mezquindad del alma humana. Por tanto, fueron estos pioneros los que sentaron las bases de la novela negra como herramienta de crítica social, una crítica que difícilmente se podría hacer desde los demás géneros o desde los medios de comunicación, por haber acabado estos en manos de oscuros intereses que se entremezclan con los hilos del poder.

La ley seca es una medida que han aplicado ciertos Estados durante la historia, consistente en la ilegalización de la fabricación, transporte, importación, exportación y la venta de alcohol para consumo.

De hecho, no son pocos los periodistas que pasan a volcar sus informaciones en novelas negras de ficción, por la imposibilidad de hacerlo en los medios. En cuanto a si los escritores deben estar comprometidos e intentar transmitir lo que pasa en cada época denunciando la injusticia social, mi opinión es que sí, porque para ello se les cede el privilegio de publicar. En este sentido, el escritor David Llorente en su artículo “La neutralización del escritor” lo explica bien claro: “Hace falta ser muy cruel (y muy astuto) para aprovecharse de las dos grandes miserias del escritor (su ego y su inseguridad) para ir bajándole del pedestal de los furibundos e ir subiéndole a la pasarela de los anoréxicos. La historia de la Literatura (dentro de unas décadas) hablará de nuestro tiempo como esa época extraña en que la policía torturaba en las cárceles a los manifestantes mientras los escritores posaban con sus trofeos como las misses posan con sus ramos de flores”. Se puede decir más alto, pero no más claro. A este respecto, recuerdo que una vez le preguntaron a Juan Madrid sobre los géneros y sobre los tipos de escritores que había. Todo el mundo le miraba incrédulo cuando el maestro contestó que solo había dos tipos de escritores. Nadie estaba de acuerdo, todo el mundo hacía divisiones más o menos razonables, pero desde luego ninguno de los asistentes dividía a los escritores en dos. Fue curioso ver sus caras de estupefacción y su silencio cuando Juan insistió en su afirmación: “Solo hay dos tipos de escritores, los que creen en el sistema y los que no creen”. A mí me parece muy bien que cada cual haga lo que crea conveniente en un tiempo en que parece que todo el mundo quiere escribir, por poco que se tenga que decir, que suele ser nada. Allá cada cual con su forma de entender la Literatura. Ahora bien, que no cuenten conmigo para pasteleos y retóricas sin sentido.

Inés Plana: "La novela negra es un soporte perfecto para la denuncia social" "Antes mueren los que no aman" (Espasa) sumergió al lector en 2019 en una vertiginosa trama llena de crímenes que parecen irresolubles. Tras el éxito obtenido en 2018 con su saga “Morir no es lo que más duele”. Con esta nueva entrega, la autora continúa la trilogía del teniente Tesser y su equipo quienes vuelven para llevarnos a un mundo lleno de incógnitas dónde los lectores serán testigos de la búsqueda de Luba, una niña desaparecida misteriosamente.

Beatriz Gómez: “La novela negra es el género por excelencia de la crítica social”. La autora toledana habla de su último trabajo, 'Serendipia', la importancia de la cultura y de escribir con pasión.

26-Agosto-2021

Con la posmodernidad, han ido proliferando subgéneros literarios de la novela popular, que han renovado la tradicional novela policíaca, hoy convertida en novela negra, y bautizada como «Neo noir» como etiqueta para todo. La diferenciación en subgéneros es antigua y siempre ha mantenido su vigencia para que el lector puedo escoger el que mejor se ajuste a su demanda de novelas de acción, terror, suspense, horror, novela histórica, distópica, de zombies o paranormal. La originalidad no está en las nuevas divisiones sino en el nuevo etiquetado y el juego de géneros. Levi Strauss ya advertía que los mitos se entrecruzan como un puzzle desde la novela griega hasta hoy. Un híbrido original es unir la novela histórica con la novela criminal, como hizo la seminal “La venganza de Nofret” (1944), de Agatha Christie, en el Antiguo Egipto, seguida de Ellis Peters, especializada en novela histórica medieval, con “Un dulce sabor a muerte” (1977), protagonizada por el monje detective fray Cadfael. Pero fue Umberto Eco quien la puso de moda con “El nombre de la rosa” (1980).

Desde entonces es normal ubicar la acción detectivesca en la Antigua Roma como en “La plata de Britania” (1989) de Lindsey Davis, en la Antigua Grecia, “Muerte en la Acrópolis” (2015) de Andrea Maggi, “El asesinato de Pitágoras” (2013) de Marcos Chicot y dentro del thriller arqueológico “El enigma de Platón” (2015) de Simone Regazzoni. Pero el thriller arqueológico también puede ubicarse durante la construcción del Valle de los Caídos, la IGM o la IIGM o en el reciente pasado. Ahí destacan Philip Kerr y su saga de Bernie Gunther, en la Alemania nazi, o la protagonizada por Isaac Newton en “Materia oscura” (2020), novela que homenajea Sherlock Holmes. En este epígrafe debería incluirse el «noir totalitario», representado por novelas históricas cuya acción transcurre en países comunistas: “Hijos de la Stasi” (2017) del joven David Young, que sigue la moda iniciada por “El niño 44” (2016), de Tom Rob Smith, fascinados por el totalitarismo tras el Telón de Acero, una vez gastado el recurso campo del nazismo y la proyección orwelliana distópica. Otro singular cambio fue convertir a una mujer en detective, como la flapper Phryne Fisher en “Cocaine Blues” (1989), de la australiana Kerry Greenwood, y la feminista Amy Stewart con “Las confesiones a medianoche de Constance Kopp” (2018) en plena IGM.

Traducción del inglés-Kerry Isabelle Greenwood OAM es una autora y abogada australiana. Ha escrito muchas obras de teatro y libros, sobre todo una serie de novelas de detectives históricas centradas en el personaje de Phryne Fisher. Escribe misterios, ciencia ficción, ficción histórica, cuentos para niños y obras de teatro.

El «noir totalitario» tiene dentro del “giallo storico” a dos extraños detectives: el comisario Ricciardi y el comandante Martin Bora, tan atormentados como depresivos, creados por Maurizio de Giovanni y Ben Pastor. La acción transcurre, respectivamente, en el Nápoles fascista y en distintos escenarios de la IIGM, con incursiones excepcionales en la búsqueda del cuerpo de Lorca en la España franquista. En este apartado del «noir totalitario» habría que incluir también a dos novelistas cubanos bajo el terror castrista: Leonardo Padura con su saga del detective Mario Conde, que añora la Revolución y estetiza las ruinas de La Habana, y la de Vladimir Hernández, “Habana Requiem” (2017) que saja sin miedo el tumor castrista y denuncia en clave policial la Cuba de la PDR (Policía Nacional Revolucionaria) y el sistema represivo, las corruptelas y burocracia de esta policía política. La singularidad de Maurizio de Giovanni es que además del histórico abre la puerta al giallo metafísico o «noir sobrenatural», donde las apariciones y figuras mitológicas se encuentran también en la tetralogía de Johan Theorin e imitadas tanto por Dolores Redondo en la saga del Baztán como por el francés Emmanuel Grand en “Final de trayecto” (2016). Los aspectos mágicos y sobrenaturales son evidentes en los relatos morbosos de John Connolly y su regusto goticista y en algunos autores actuales italianos como Sandrone Dazieri en “El ángel” (2016) y Donato Carrisi en “La chica en la niebla” (2015), maestros del delirio teológico y su desbordante imaginación para la intriga metafísica. Herederos de Dan Brown.

La más innovadora novela negra actual es la revolución que se ha operado en la intriga psicológica con el “domestic noir” centrado en la familia y el protagonismo de la mujer, que ha pasado de mujer fatal con cigarrillo y pistola humeante a detective con placa y mando en plaza. La escritora Julia Crouch definió al subgénero, nacido a la vez que la «chick lit» posfeminista en 1995, como narraciones que giran alrededor de una experiencia femenina y las relaciones emocionales. El subgénero se afianzó mundialmente con un terceto magistral: “La mujer de un solo hombre” (2013) de la canadiense A.S.A. Harrison, que se publicó póstumamente como un thriller psicológico. “Perdida” (2013), de la norteamericana Gillian Flynn, etiquetada ya como un «thriller domestic noir», un éxito de ventas al que le siguieron una versión cinematográfica y una nominación al Oscar. Y “La chica del tren” (2015), de la inglesa Paula Hawkins. Los precedentes sin duda fueron Daphne du Maurier, James M. Cain, Ruth Rendell y Patricia Highsmith.

Gillian Schieber Flynn (Kansas City, Misuri; 24 de febrero de 1971) es una escritora y periodista estadounidense. Es autora del superventas Perdida (Gone Girl, 2012) y del guion adaptado de su novela para el cine de título homónimo. Durante sus diez años en la revista Entertainment Weekly visitó rodajes de las películas más taquilleras alrededor del mundo.

Las protagonistas de muchos de los “domestic noir” viven vidas perfectas y tienen matrimonios y maridos ideales, tras cuya pantalla obscena se ocultan las tribulaciones de un matrimonio problemático y una historia de degradación y violencia doméstica contra la modosa e ingenua esposa, caída en las garras del peor de los depredadores: el maravilloso galán alfa. Aunque la psicópata también puede ser una mujer, como la perversa Rosamund Pike de “Perdida”, peor aún que las heroínas irredimibles de James M. Cain, Phyllis Dietrichson en “Perdición” (1944) y Cora Smith en “El cartero siempre llama dos veces” (1946). De sus múltiples variantes, destacar a B.A. Paris en “Al cerrar la puerta” (2016), donde bulle un mundo doméstico de humillaciones, abusos y degradación sin límites llevado hasta sus últimas consecuencias. Como el lado siniestro de las “Cincuenta sombras de Grey”. Pero la nueva modalidad es la de las amas de casa “perfectas”, perfectas y asesinas, protagonistas de dos famosas series televisivas: la cómica “¿Por qué matan las mujeres?” y la realista “Big Little Lies”.

Dentro de la intriga doméstica hay numerosas variantes. La más original la protagonizan las detectives salvajes. El modelo es la agente machirula Antoinette Conway, protagonista de “Intrusión” (2016), de Tana Frech, de la que Cat Kinsella es una feliz réplica, protagonista de “Dulces mentiras” (2018), de la excepcional escritora Caz Frear. Diferencias: la militancia feminista de la Tercera Ola de Tana French frente al individualismo de Caz Frear, cuyo modelo es la elegante y recia inspectora Steel, y el trato igualitario con sus compañeros. Ya son tan numerosas las heroínas duras y sin complejos que apenas resaltan la inspectora lesbiana Hanne Wilhemsen, de Anne Holt, o Laura Mavor, guardia civil que liga por internet, deudora de la de Lorenzo Silva. Hay detectives gays como el de P. García “Gay Flower, detective muy privado” (1978); transexuales en proceso de reasignación de sexo femenino, Carlos /Sofía Luna en “El caso de las japonesas muertas” (2019), de Antonio Mercero, y hasta un negro peruano del Lavapiés milticulti, Larrazábal en “El asesino de Lauyra Olivo” (2018), de Jorge E. Benavides, que investiga el asesinato pasional de una agente literaria por su amante lésbica.

Jorge Eduardo Benavides es un escritor peruano perteneciente a la generación de narradores del país de fines del siglo XX y principios del siglo XXI, y cuyos cuentos se mueven entre el realismo urbano e incursiones en asuntos fantásticos, denotando la impronta de Julio Cortázar, reconocida por el mismo autor.

En realidad, el «rural noir» es un nuevo costumbrismo frecuentado por autores franceses y norteamericanos. En “El secreto de Île-de-Sein” (2016), de Jean-Luc Bannalec, se conjugan los elementos folclóricos ancestrales, la fascinación por el costumbrismo local y una investigación criminal. Como Hervé Le Corre en “Perros y lobos”, deudora de un naturalismo salvaje más propio del costumbrismo que del rural noir, en la estela folletinesca. Y, of course, el rey del «country noir» o «grit lit», Brian Panowich, autor de “Como leones” (2018) y del sheriff Clayton Burroughs.

La actual reina de las novelas criminales dentro del subgénero amable del cozy mistery es la canadiense Louise Penny, autora de maravillas como “Un destello de luz” y “La naturaleza de la bestia”. La acción se desarrolla siempre en el pueblecito montañés de Three Pines. Un microuniverso poblado por personajes un tanto bizarros, pero que conviven en una comunidad armónica y tranquila. Louise Penny invita al lector a que entre en su mundo sensible y familiar pero con un trasfondo espinoso. Ella cuida de que la atrocidad del crimen que se narra resulte un amable misterio. En los últimos meses se están reeditando las divertidas novelas de M.C. Beaton, protagonizadas por la impertinente y redicha Agatha Raisin, un avatar actualizado de la señorita Marple, y las de Perry Mason, que poco tienen que ver con la serie televisiva de los años 60 y mucho menos con la precuela de HBO.

Louise Penny es una autora canadiense de novelas de misterio ambientadas en la provincia de Quebec y centradas en el trabajo del Inspector Jefe Armand Gamache de la Sûreté du Québec. La primera carrera de Penny fue como periodista para la Canadian Broadcasting Corporation.

Y como un “spinn off” de la novela negra mediterránea ha surgido el «gastro-noir», que en España representa Xabier Guitérrez con “Sabor crítico” (2017), entre el neocostumbrismo mágico, la identidad autonómica y la gastronomía. El subgénero lo inició Vázquez Montalbán con Pepe Carvalho, en el que la cocina tiene por primera vez un lugar destacado. Al que siguieron Dona Leon y su inspector Brunetti con la cocina del Véneto, Maurizzio de Giovanni y el comisario Ricciardi, con la cocina napolitana, Camilleri con sus famosos “aranciatti” y la “melanzane parmigiana”, o Markaris con los tomates rellenos. Pero ha sido el cocinero vasco Xavier Gutiérrez con “Sabor crítico” quien ha convertido su tetralogía de «intriga gastronómica» en la más popular de la literatura negra española con el comisario de la Ertzaintza Vicente Parra.

Algunas propuestas forman parte de sagas, recomendadas en el monográfico al efecto en esta sección.

Renée Ballard, que sigue trabajando en el turno de noche, regresa a la comisaría de Hollywood de madrugada y se encuentra a un desconocido hurgando en los viejos archivadores. El intruso es el detective retirado Harry Bosch, que está buscando pistas de un caso abierto que lo obsesiona. Ballard lo echa, pero luego revisa el expediente y siente una profunda empatía y rabia. Bosch está investigando la muerte de Daisy Clayton, una joven de quince años que se fugó de casa. Mientras vagabundeaba por las calles de Hollywood, fue brutalmente asesinada y su cadáver fue arrojado en un contenedor como si de basura se tratase. Ballard une fuerzas con Bosch para descubrir lo que le ocurrió a Daisy y llevar finalmente a su asesino ante la justicia.

El detective Hieronymus "Harry" Bosch es un personaje de ficción creado por Michael Connelly en 1992 en la novela El eco negro (The Black Echo) y es protagonista en diecinueve novelas policíacas, de momento; apareciendo también en dos novelas (El Veredicto y La Revocación) del otro gran personaje de Connelly, el abogado Mickey Haller, hermanastro del propio Bosch. Las novelas coinciden más o menos en el mismo tramo del tiempo del año en el que se publican.

"Harry", como es comúnmente conocido por sus amigos y compañeros, es un veterano policía de homicidios del Departamento de Policía de los Ángeles. Su nombre Hieronymous Bosch, es el mismo que el del gran pintor flamenco del siglo XV llamado comúnmente como El Bosco, esto es debido a que a su madre le gustaba mucho el cuadro El jardín de las delicias de este pintor, hasta el punto de darle a su hijo el nombre del autor. La actitud de Harry es la de un policía cansado de todo lo que hay alrededor de su profesión, obsesivo y triste, pero honesto y firme en sus pensamientos. Bosch es un hombre normal en el mundo de los homicidios, le agobia la burocracia del Departamento; un policía de los antiguos pero que no reniega del todo de la tecnología.

Adaptación para la pequeña pantalla.

La madre de Harry, Marjorie Lowe, era una prostituta de Hollywood, que fue asesinada en 1961 cuando Bosch tenía 12 años. Su padre, a quien conocerá cuando este se encuentra en el final de su vida, era un poderoso abogado defensor. Harry pasó su juventud en varios orfanatos, en residencias de jóvenes y en alguna familia de acogida. Se enteró de la muerte de su madre cuando estaba en un centro social juvenil. Bosch huyó de su pasado y se alistó en la Armada de los EE. UU.; todavía estaba en la adolescencia cuando esto pasó. En Vietnam, Bosch fue un rastreador de túneles (llamados Ratas de Túnel); un soldado especializado cuyo trabajo consistía en internarse en los túneles y acabar con los soldados vietnamitas en caso de que los hubiera. Este experiencia marcó su vida y personalidad.

En su vuelta de Vietnam, decide ingresar en el departamento de policía de los Ángeles (LAPD-Los Angeles Police Department), apareciendo en los libros con el rango de Detective. Mientras está en la LAPD, Bosch trabajó en la prestigiosa división de robos y homicidios durante cinco años, pero expulsado por la división de Asuntos Internos, debido al asesinato de un sospechoso, Norman Church (Fabricante de muñecas o Maquillador), que presuntamente había matado a nueve prostitutas. Después de la investigación de Asuntos internos, Bosch fue enviado a la división de Homicidios de Hollywood. Algún tiempo después, Bosh dejó LAPD y trabajó como investigador privado durante 3 años. Al terminar su sanción vuelve al LAPD, entonces Bosch es asignado a la unidad de casos no resueltos de robos y homicidios. Más tarde Bosch es transferido de esta unidad a Homicidos Especiales entre las novelas Echo Park yThe Overlook.

«Michael Connelly es sobrehumano. Un final electrizante». USA Today.

Desde la residencia donde pasa sus últimos días postrada en una cama, Benedetta Toso, enferma de cáncer con apenas treinta y ocho años, quiere hablar con Brunetti de algo que no quiere llevarse consigo a la tumba. Débil y al borde de la muerte, la mujer apenas consigue tener algún momento de lucidez y esbozar algunas frases sueltas que implican a su marido, Vittorio Fadalto, muerto recientemente en un accidente de tráfico, con un dinero obtenido de forma ilegal y que, en consecuencia, su muerte fue en realidad un asesinato. «Ellos le mataron», cuenta al comisario. Desgraciadamente, antes de poder obtener más información al respecto, la mujer expira su último aliento. ¿A qué dinero ilegal se refería? ¿Quiénes son esos «ellos» a los que Toso acusa de haber asesinado a su marido? El fino hilo de investigación llevará al comisario hasta el lugar de trabajo del hombre, Spattuto Acqua, una empresa privada encargada de vigilar por la calidad del agua en Venecia. Allí, Brunetti no sólo se enfrentará a la verdad sobre si Fadalto fue asesinado o no, sino a un caso de soborno entre los empleados con el objetivo de ocultar vertidos contaminantes en el agua, lo que podría tener consecuencias catastróficas en la salud de los venecianos.

Varias de las últimas novelas de Donna Leon coinciden en tratar temas en los que su preocupación por el medio ambiente se muestra a las claras. Seguramente es algo muy natural cuando se vive en una ciudad que sufre inundaciones cada vez de mayor entidad y que además hay temporadas en las que la suciedad, el gasóleo que vierten los grandes buques que llegan hasta allí y los vertidos de las fábricas próximas convierten sus bellísimos canales en cloacas. En 'Con el agua al cuello', el punto de partida es la sospecha de una moribunda –padece un cáncer muy agresivo– de que su marido ha sido asesinado. Se reabre así una investigación que quedó en nada tras el fallecimiento del hombre, pocas semanas atrás, a consecuencia de lo que en principio no era más que un desgraciado accidente de moto.

De forma paralela –algo tan común en los libros de esta serie–, Brunetti recibe la orden de indagar respecto de unas muchachas de etnia gitana que están protagonizando algunos robos a turistas apenas unos días antes de que una importante revista saque un reportaje muy positivo sobre Venecia. Las dos tramas avanzan de forma paralela, pero la narración se centra en la investigación sobre el hombre de la motocicleta, que trabajaba como técnico en la empresa encargada de llevar el agua potable hasta las casas de la ciudad. Como siempre, el retrato de la realidad social de Venecia pesa tanto o más que la intriga criminal. Y, como siempre también, comparecen unos secundarios con los que los seguidores de Brunetti están muy familiarizados: la esposa del comisario, su jefe y, sobre todo, la inefable signorina Elettra. Qué sería de esa comisaría sin sus habilidades casi mágicas para hallar documentos y adentrarse en territorios insondables.

El libro arranca justo donde termina la anterior entrega: Sam Porter, hasta ahora el detective al cargo del caso, ha sido apartado de él y es cada vez más sospechoso, el mayor hospital de la ciudad está cerrado por cuarentena por riesgo de contagio del virus SARS y entre los enfermos se encuentran los policías Clair y Klozowski, además de Upchurch, el cómplice del Cuarto Mono, que se debate entre la vida y la muerte. Su supervivencia es determinante para que el Cuarto Mono decida no liberar el virus al resto del país. Cuando empiezan a aparecer cuerpos en distintos puntos de la geografía con el mismo patrón la policía lo tiene claro: el Cuarto Mono sigue actuando, y esta vez es imposible que lo haga solo. Empieza así una carrera contrarreloj para detener a uno de los asesinos más fascinantes e inteligentes jamás conocidos que ha conseguido aterrorizar a todo un país.

J.D. Barker (nacido Jonathan Dylan Barker; Lombard, Illinois, 7 de enero de 1971) es un escritor estadounidense de thrillers de suspenso, que a menudo incorpora elementos de horror, crimen, misterio, ciencia ficción y lo sobrenatural. Su novela debut, «Forsaken», fue finalista a un Premio Bram Stoker en 2014. Este año publicó junto a James Patterson un impactante thriller, Los crímenes de la carretera.

James B. Patterson (Newburgh, 22 de marzo de 1947) escritor estadounidense de novelas de suspense conocido sobre todo por sus libros del agente del FBI Alex Cross. Hablamos de el en las secciones dedicadas a las sagas y a la novela corta.

27 millones de lectores la conocieron con La chica del tren. Una segunda, apasionante novela sobre las historias que nos contamos al recordar nuestro pasado y su poder para destruirnos.

Pocos días antes de morir, Nel Abbott estuvo llamando a su hermana, pero Jules no cogió el teléfono, ignoró sus súplicas de ayuda. Ahora Nel está muerta. Dicen que saltó al río. Y Jules se ve arrastrada al pequeño pueblo de los veranos de su infancia, un lugar del que creía haber escapado, para cuidar de la adolescente que su hermana deja atrás. Pero Jules tiene miedo. Mucho miedo. Miedo al agua, miedo de sus recuerdos enterrados largo tiempo atrás, y miedo, sobre todo, de su certeza de que Nel nunca habría saltado …

Paula Hawkins trabajó como periodista más de quince años antes de pasarse a la ficción. Nacida y criada en Zimbabue, se mudó a Londres en 1989 y vive allí desde entonces. Su nombre dio la vuelta al mundo cuando publicó La chica del tren y se consolidó después con Escrito en el agua. Durante años sus libros han estado en las listas de los libros más vendidos de todo el mundo, con más de 27 millones de ejemplares vendidos en más de 50 países. Paula Hawkins se ha convertido en uno de los mayores fenómenos editoriales de la última década.

La Trilogía de Baztán es una serie original de la escritora vasca Dolores Redondo Meira. La autora se inspiró en locaciones de su región de origen para crear su obra consagratoria, la cual gira en torno a misteriosos asesinatos en escenarios sombríos cargados de referencias mitológicas. Su enigmática protagonista, Amaia Salazar, es la agente encargada de resolver los intrincados casos, en donde las apariencias siempre son engañosas. Por cierto, el trabajo de Dolores Redondo ha sido tan bueno que Amaia se encuentra entre las detectives que marcan tendencia actualmente en el mundo.

«Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal.»

En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponen en relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás. La inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará de vuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal.

La adaptación se estrenó en 2017 con éxito , recaudando más de 1.200.000 euros en sus tres primeros días de exhibición y con cerca de 200.000 espectadores que ya habían disfrutado de la película en salas de todo el país.

Las reseñas recibidas han sido —en su mayoría— muy positivas; califican la trilogía como un trabajo ejemplar dentro del género de la novela negra, esto debido al detalle de los procedimientos policíacos descritos. Según la prensa, el valle del Baztán y su capital, Elizondo, son distintos desde que la donostiarra lanzó su encantamiento en forma de una trilogía literaria iniciada con El guardián invisible y que ha cautivado a más de 700.000 lectores. No en vano, ya existen dos largometrajes.

El Valle de Baztán. Formado por 15 localidades, de las cuales es imposible ver todo en 3 o 4 días.

La cara norte del corazón es el preludio de la trilogía del Batzán. Ambientada en EEUU, en Louisiana durante el huracán Katrina. La protagonista ayuda al FBI en la persecución y captura de un peligroso asesino en serie que ha matado a diferentes grupos familiares a partir del asesinato de su primera familia, 18 años atrás. Tras elaborar su perfil psicológico, Amaia Salazar logra detener al culpable.

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La serie Inspector Erlendur es una popular serie de misterio y asesinato protagonizada por el detective de Reykjavik Erlendur Sveinsson. Escrita por el autor islandés Arnaldur Indriðason , la serie es publicada en los EE. UU. por Minotaur Press y consta de más de una docena de novelas. Mýrin (Jar City), el tercer libro de la serie, fue el primero en ser traducido al inglés. Mýrin también se adaptó como una película de 2006 titulada Jar City , protagonizada por Ingvar Eggert Sigurðsson como Erlendur.

Hablamos de Islandia en >> Paisajismo.

El escritor Félix García Hernán destila pasión. Habla con vehemencia tanto de su faceta de hostelero, a la que ha dedicado prácticamente toda su vida, como de su quehacer como autor de novela negra. Con alegría detalla cada uno de sus proyectos e incluso alaba la ciudad de Zamora con la que se reencontró a principios de 2022 gracias a la presentación de su última novela “Pastores del mal” en la librería Ler. Este madrileño confiesa que la literatura “es una carrera de fondo” a la que él llegó de una manera “realmente peculiar”. “He empezado a escribir casi a los 60 años, pero desde los 14 años he trabajado en hoteles. Empecé de botones y llegado a dirigir grandes hoteles de lujo” relata este hombre que se dio cuenta de que no podía trabajar 16 horas al día. “Tenía que hacer cosas que me gustaran. Tenía una cosa que contar que no tenía nada que ver con los hoteles”.

Su primer texto comenzó siendo “muy romántico”, pero durante el proceso de gestación se tornó una novela de género. “Los personajes por la noche se pusieron todos de acuerdo”, dice entre risas. Ese primer volumen, “Tras el telón” que vio la luz a través de la autopublicación, narra el secuestro de una “prima donna” del Teatro Real. “Aquello se convirtió sin que yo quisiera en una novela negra y en el nacimiento del personaje del comisario Javier Gallardo”, testimonia. Luego vendría “Desfiles de plata”, cuyos derechos compró TVE y que empezará a rodarse como película el mes que viene. “Estoy implicado en la producción del proyecto que dirigirá Javier Elorrieta” precisa Félix García que añade que “estar con Javier Elorrieta diseñando el guion ... Realmente es un sueño para mí”.

La librera Marta Pérez y el autor Félix García Hernán en Zamora, a principios de 2022.

El escritor madrileño tiene la satisfacción de ver como su novela “Cava dos fosas”, editada por Alrevés, se transformará en una película que dirigirá David Pérez Sañudo tras haber comprado los derechos Atresmedia. “Mis novelas son tremendamente cinematográficas porque soy una persona muy cinéfila y quizá también porque por mi profesión siempre pienso que en el lector como si fuera un cliente. Me planteo antes de escribir si una escena es muy larga o bien demasiado corta”.

García regresa a las tramas policíacas una y otra vez porque “estás retratando la actualidad y la vida misma desde un punto de vista criminal”, comenta al tiempo que precisa que “en realidad lo que tienes que hacer es retratar a una sociedad y entretener mientras que una persona lee un libro”. Confiesa que un robo o un asesinado actúan de “enganche” para conectar con el lector y sostiene que “todos los autores que escribimos novela negra tenemos la responsabilidad de mostrar al lector una parte de la sociedad y dar luz sobre aquellos problemas que existen”. Y precisamente su última novela, que le ha supuesto su confirmación como uno de los principales autores del género negro del panorama nacional, se sumerge en el turbio mundo de la pederastia. Para la confección de “Pastores del mal” el autor llevó a cabo una amplia investigación en la que habló con educadores, con policías, con víctimas o incluso con psicólogos. “Tuve serias dudas porque es un tema durísimo”, atestigua. “Corría el riesgo de que el lector empezara a leerla y optara por dejarla aparcada porque se sintiera abrumado o que no pudiera continuar con la lectura” por lo que rehusó “cualquier escena escabrosa” y comparte que las críticas dicen que “el texto es más impactante por lo que no digo, que por lo que digo”. Además, en este título García Hernán ahonda en la industrialización de la pederastia. “Detrás de la pederastia al igual que detrás de todas las lacras sociales como la droga, el tráfico de personas, se esconde el dinero”. El escritor madrileño , a mayores, sitúa la trama en ciudad tan dispares como Barcelona, París, Roma o Wisconsin.

Su fascinación por una Zamora con la que se ha reencontrado le mueven a asegurar que su comisario Javier Gallardo la visitará en una novela que está en proceso de escritura. “Uno de los escenarios que necesitaba no lo tenía localizado, quería que fuera un lugar no muy alejado de Madrid y Zamora encaja. A Javier Gallardo (el comisario de policía presente en todos sus textos) le encantaría venir a Zamora”. Félix García señala que todavía le parece maravilloso que “alguien con la oferta de ocio que hay en el mundo actualmente, que no es como cuando yo era joven que había un canal de televisión, sacrifique horas de su tiempo libre para leer una novela mía”. El autor madrileño precisa que el proceso de escritura “al inicio se me hacía farragoso” sin embargo ahora se ha convertido en “maravillo”. Puntualiza que “cuando estás creando puedes jugar con los personajes y hacer lo que quieras con ellos con la carga de responsabilidad que conlleva... pero es una gozada” y agrega con sinceridad que también ha influido en el cambio “la aceptación que está teniendo lo que estoy escribiendo”.

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Marsella marcó la vida y obra de Jean-Claude Izzo. Hijo de un camarero italiano y una costurera española, fue militante del Partido Comunista francés, integrante de movimientos pacifistas y periodista. A finales de los años sesenta se inició en la literatura escribiendo poesía. Pero conseguiría el éxito a raíz de su primera novela, Total Khéops (1995). Con ella empezó la trilogía que le encumbró en su momento como el más destacado autor de la novela negra francesa. Policía escéptico y gran amante del buen comer y beber, Fabio Montale media los treinta y es otro de esos grandes personajes de tradición mediterránea. Comparte características de carácter y costumbres con colegas como Salvo Montalbano o Pepe Carvalho. Pero es mucho más oscuro, con un gran poso de dureza y fatalismo. Sus pocos momentos de paz los tiene pescando o tomándose un pastís o un Lagavulin en la taberna de su amigo Fonfo.

Adaptación de la primera novela.

Es de métodos nada ortodoxos y poco convencional. En un momento determinado deja la Policía y se convierte en una especie de detective atípico. Y es duro, sí, pero también entrañable, porque lo reconoces como un perdedor. Izzo lo hace hablar muchas veces con tanta ternura como aspereza.

En Total Khéops (1995) la muerte de un jefe de la mafia marsellesa llevará a Montale a meterse en una turbia trama en la que se mezclan la xenofobia, la marginación y la satanización de los inmigrantes magrebíes. Alrededor también están la corrupción y la amenazadora sombra de la extrema derecha. Narrada tanto en tercera como primera persona, Montale también tendrá que lidiar con ciertos sentimientos incómodos en un triángulo amoroso donde hay fantasmas muy importantes. En Chourmo (1996) un joven, que estaba en el sitio equivocado en el momento menos oportuno, es asesinado. Su muerte implica a Montale, ya que era el hijo de una prima suya. Pero en la investigación se las tendrá que ver de nuevo con la mafia y el gran problema del integrismo. El último título de la trilogía, Soleá (1998), pone a Montale al límite y no es nada complaciente. La realidad a su alrededor resulta cada vez más difícil de afrontar. Demasiada oscuridad que amenaza a todo lo que quiere, incluso lo más sencillo. Y nada ni nadie parece a salvo de ella.

La delincuencia y sobre todo los crímenes violentos tienen una presencia diaria en nuestras vidas porque revelan la sociedad en la que vivimos. A través de los medios de comunicación, el ciberespacio y las redes sociales vemos las imágenes de las víctimas, la escena del crimen, el desarrollo de la investigación policial, las declaraciones de los investigados, las sentencias…, y así se nos ofrece el crimen desde múltiples perspectivas.

Si bien muchos delitos siguen siendo los mismos que antaño, otros son absolutamente nuevos. Lacassagne sentenció que «cada sociedad tiene la delincuencia que se merece», y quizá estuviera en lo cierto, pues el avance como especie y colectividad ha creado nuevas formas de criminalidad y delincuencia tan diversas como: los copycat killers, la agresión sexual grupal, el sicariato femenino, la misoginia online de los incels, la cibercriminalidad social…, temas inquietantes de los que se ocupa este sorprendente libro, un análisis actual de la agresión humana y la violencia.

¿Por qué nos fascina la violencia y en particular el asesinato? ¿Cuánto hay de ficción y de realidad en los productos que se presentan bajo la etiqueta de true crime? Al buscar la respuesta a estas preguntas, Vicente Garrido nos ofrece un extraordinario análisis del crimen a partir del relato característico del true crime: la mente criminal, la escena del crimen, los investigadores, las víctimas, el juicio y la condena. Partiendo de numerosos ejemplos literarios y audiovisuales —desde las novelas de Truman Capote y Norman Mailer hasta las series más famosas de Netflix y HBO, pasando por crónicas y ensayos de expolicías y periodistas de investigación—, el autor nos desvela cómo el estudio del true crime por medio de los principios fundamentales de la criminología y otras ciencias afines nos permite reflexionar sobre la naturaleza de la violencia humana.

Ante el aumento exponencial de las series documentales o de ficción basadas en crímenes reales, así como de la novela policíaca y negra, Vicente Garrido analiza más de sesenta productos culturales —entre libros, películas, series, podcasts, etc.— para mostrarnos no solo la narrativa propia del true crime, sino lo que este género puede enseñarnos sobre la maldad.

En 2019 se cumplió el cincuenta aniversario de los terribles crímenes de Sharon Tate, Rosemary LaBianca y compañía. La editorial Contra se lanzó a la aventura del que, para muchos, se trata del libro de true crime más demoledor de la historia. Y que, junto a una película como El fotógrafo del pánico (1960), se revela como el documento más veraz y aterrador de lo que es la radiografía de un psicópata; en este caso, de Charles Manson y su séquito.

Setecientas ochenta páginas de pertinaz inmersión en la psique de los asesinos, a través de sus actos y los juicios correspondientes, acompañados de otras sesenta puntillosamente trufadas de pruebas gráficas de la abundante pila de datos, pruebas y seguimientos de las diferentes investigaciones, aquí recogidas y novelizadas por Vincent Bugliosi, fiscal del caso. Bugliosi contó con la ayuda del escritor Curt Gentry para armar este fresco asfixiante de toda una sociedad que, durante la aparición de los horrendos crímenes de la familia, fue presa del pánico, recluyéndose con armas de fuego y perros guardianes dentro de sus casas de Bel Air y alrededores. Psicosis colectiva perfectamente recogida a lo largo de un libro de narrativa ágil, precisa como reloj suizo en su habilidad para entroncar pruebas forenses, declaraciones judiciales y demás información verídica dentro de un relato que supura horror y asombro ante la estupidez humana, a partes iguales. El paradigma de un dicho tan manido como “cuando la realidad supera la ficción”, y que en esta lectura voraz recobra el pulso de su verdadero y más brutal significado. Sencillamente inapelable.

A Willem Holleeder se le conoce en Holanda con numerosos apodos, algunos incluso benevolentes para la gravedad de los crímenes por los que fue condenado este jueves. El gánster más famoso del país europeo fue declarado culpable y sentenciado a cadena perpetua por encargar los asesinatos de una serie de personas que se movían en el mundo del crimen organizado. Uno de los hombres que ordenó matar era Cor van Hout, su amigo, cuñado y socio.

Willem Holleeder, de 61 años, tuvo una agitada adolescencia, época en la que formó parte de una pandilla que ayudaba a propietarios de viviendas a expulsar okupas. También estuvo involucrado en varios robos. Pero Holleeder adquirió notoriedad en los años 80 por el secuestro a punta de pistola del magnate de la cerveza Alfred Henry "Freddy" Heineken.

El secuestro de Heineken fue organizado por una banda a la que pertenecían Holleeder y Van Hout. Mantuvieron al presidente de la cervecera y su chófer retenidos durante tres semanas hasta que se pagó un rescate, de unos US$15 millones de la época. Holleeder fue a la cárcel por aquello. Sin embargo, como se demostró después, en lugar de aprender la lección se convirtió en un criminal más desalmado. Así fue que se adentró en el mundo de la droga y se rodeó de criminales a los que no tuvo recelo en eliminar cuando se convirtieron en un obstáculo.

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‘Lágrimas de fuego’ es la tercera novela negra del sestaoarra Aritza Bergara.

Novela negra ambientada en el País Vasco. Los casos de pederastia han impulsado a una de las víctimas a buscar venganza. Un policía y un periodista deberán colaborar para poner fin a este reguero interminable de muertes que está sucediendo.

Escritor de novela negra de noche, guionista de literatura infantil o estudioso de la mitología vasca de día, Aritza Bergara Alustiza (Sestao 1972) es un escritor polifacético que, como avezado buceador que gusta de sumergirse en las aguas de Armintza donde reside, profundiza sin miedo al riesgo en sus creaciones literarias a las que trata de dotar de una trama que no solo enganche o entretenga, si no que haga reflexionar. Algo que ha seguido a rajatabla en su trilogía de novelas negro carbón: Bajo la sotana, Olas negras y su recién nacida Lágrimas de fuego en las que el hilo conductor queda en manos del reportero del imaginado Diario de Euskadi, Martín Alustiza, quien retoma la búsqueda del matacuras de su ópera prima. "Siempre me gusta que, además de que sea un libro entretenido, debajo haya alguna temática que haga pensar a la gente.

En Bajo la sotana era la pederastia, en Olas negras era el cambio climático y el modelo energético y en este último son los pueblos originarios de América y la lucha que mantienen a día de hoy por recuperar sus vidas, sus creencias, su cultura o su idioma. En este caso nos centramos en el pueblo Mapuche que como el resto de tribus sufrió la colonización y ahora se les sigue machacando, robándoles tierras y desplazándoles de manera inmisericorde", apunta este musicólogo que investigando sobre los instrumentos autóctonos vascos se topó con la mitología sobre la que lleva escritos tres libros. El primero -de 2002- dedicado a las brujas, el segundo, en 2003, a los gigantes y el tercero, en 2012, una recopilación sobre la mitología en Euskadi.

¿Cómo llegaron Javier y Alba hasta aquí? ¿Dónde comenzó todo? ¿Qué ocurrió entre ellos para que una noche de agosto del 2018 la policía entrara en su casa de Vilafamés (Castellón) a detenerlos? ¿Dónde y cuándo se truncó la magia de la vida y se fraguó la tragedia? Javier, que ahora aguarda en el barrio barcelonés del Carmel los días previos al juicio contra él y Alba, decide a través de sus recuerdos explorar en su interior el recorrido vital que los llevó a la tragedia. De Alba, tiene pocas o ninguna noticia, sus vidas quedaron truncadas aquella noche de agosto en Vilafamés, ¿o ya se había roto antes? Con la ayuda de Dani, su mejor amigo de la infancia, y los silencios de un barrio donde todos se conocen, Javier rememora y escribe su historia, y nos revela que la vida a veces te da mucho más que sorpresas, como predica la canción de Rubén Blades. Realidad y ficción se entrelazan en esta novela escrita en primera persona, una historia de gente corriente en la que podemos reconocernos. ¿Quién no ha querido volver sobre sus pasos y deshacer lo hecho? Desde la sinceridad y la perspectiva que da relatar lo vivido, Graziella Moreno nos habla del amor, de la amistad, de la vulnerabilidad, de la culpa y del perdón. Porque asumir nuestros errores nos ayuda a entender quiénes somos. Porque no siempre hay segundas oportunidades. O tal vez sí.

No es fácil tratar con Marcela Pieldelobo. Nacida en Biescas, un pequeño pueblo del Pirineo aragonés, es desde hace una década inspectora del Cuerpo Nacional de Policía en Pamplona. Una mujer excesiva en sus costumbres y afectos, y también en el original tatuaje que se enrosca en su cuerpo y que apenas nadie conoce. Está convencida de que las órdenes son susceptibles de interpretación, que hay cosas que es necesario guardarse para uno mismo y que las puertas cerradas pueden dejar de estarlo si se sabe cómo abrirlas. Aunque no tengas una orden judicial.

Ahora el pasado, en forma de un padre maltratador que reaparece tras la muerte de su madre, llama con furia a su puerta, pero Marcela tiene cosas más urgentes que atender, como el caso de un bebé abandonado en un aparcamiento solitario y un coche de alquiler siniestrado sin rastro del conductor, pero con manchas de sangre y huellas de rodadas? Cuando las pistas conducen a una conocida empresa propiedad de una de las más tradicionales e influyentes familias locales, sus superiores deciden apartarla del caso... Pero Marcela, fiel a sus principios y a su instinto, insiste en seguir adelante ...

Hace treinta años, en un terreno baldío de un barrio tranquilo de Buenos Aires, apareció descuartizado y quemado el cadáver de una adolescente. La investigación se cerró sin culpables y su familia -de clase media educada, formal y católica# silenciosamente se fue resquebrajando. Pero, pasado ese largo tiempo, la verdad oculta saldrá a la luz gracias al persistente amor del padre de la víctima. Esa verdad mostrará con crudeza lo que se esconde detrás de las apariencias; la crueldad a la que pueden llevar la obediencia y el fanatismo religioso; la complicidad de los temerosos e indiferentes, y también, la soledad y el desvalimiento de quienes se animan a seguir su propio camino, ignorando mandatos heredados. Como en Las viudas de los jueves, en Elena sabe y en Una suerte pequeña, Claudia Piñeiro ahonda con maestría en los lazos familiares, en los prejuicios sociales y en las ideologías e instituciones que marcan los mundos privados, y nos entrega una novela conmovedora y valiente, certera como una flecha clavada en el corazón de este drama secreto.

Monasterio de la Estrella de San Asensio. El cuerpo de una joven es hallado sobre el altar de la capilla a modo de ofrenda. La simbología que aparece en el escenario del crimen hace presagiar que solo se trata de la primera víctima. Luis Acevedo, antiguo teniente del GOES, regresa a Logroño, su ciudad natal, tras un episodio de estrés postraumático, con la intención de recuperar una vida tranquila. El asesino tiene otros planes.

Natalia Gómez Navajas nació en Logroño en 1970. Después de hacernos recorrer Nueva Orleans con Tras el objetivo en 2016 y transportarnos a las montañas del Norte de Albania con Buzali. El origen. en 2017, obra finalista al premio de novela Cartagena Negra, nos presenta, Aras de venganza, ambientada en tierras riojanas.

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El 15 de noviembre de 1959, en un pueblecito de Kansas llamado Holcomb, los cuatro miembros de la familia Clutter, un matrimonio y sus dos hijos adolescentes, fueron salvajemente asesinados en su casa por Dick Hickcock y Perry Smith. A partir de estos truculentos hechos, el novelista norteamericano Truman Capote logró dar un vuelco a su carrera de narrador y escribió A sangre fría, la novela que le consagró definitivamente como uno de los grandes autores de la literatura norteamericana del siglo XX y el creador del estilo de no ficción, caracterizado por narrar una historia o desarrollar un argumento a partir de hechos reales.

Hablamos de la creación de A sangre fría en esta sección.

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Guzmán Ruiz aparece salvajemente asesinado, cerca de un prostíbulo al que, coincidencias de la vida, acudía asiduamente. Tras hallar el cadáver una de las prostitutas, ser avisada la policía y llegar al lugar del suceso una intrépida periodista, Olivia Marassa, comienza una investigación policial (de la mano del inspector Castro y el subinspector Gutiérrez) y periodística (con Marassa y el fotógrafo Mario Sarriá). Sin embargo, hay demasiados cabos sueltos. ¿Por qué han asesinado a Ruiz tan salvajemente? ¿Habrán tenido algo que ver los sucios negocios en los que estaba inmerso?

Por si no fuera poco, mientras tanto, aparece muerta la mujer de Ruiz, Victoria Barreda, en un escenario no mucho mejor que el del marido. ¿Estaría al tanto aquella de los sucios vicios de este?

Leticia Sierra nació en Asturias en 1972 y estudió Periodismo. Se inició en la profesión en Salamanca, en la Tribuna Universitaria, y trabajó en otro periódico de dicha ciudad, Tribuna de Salamanca. También refleja su currículum su paso por La Nueva España, La Voz de Asturias y El Comercio, todos ellos diarios asturianos. También ha colaborado en la radio y, actualmente, aunque alejada del periodismo, ha aterrizado con paso firme en literatura.

Animal, además de ser un thriller muy atractivo, está tejido con la más absoluta precisión ya que en él se reflejan conocimientos de criminalística, de medicina, de periodismo… En definitiva, una novela muy camaleónica.

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Hay días de perros y noches para olvidar. Sonia Ruiz acaba de pasar la peor de su vida, así que... apenas se acuerda de nada. Tras despertar semidesnuda en un contenedor de basura, la joven detective bucea en su vago recuerdo mientras un nuevo caso requiere su total atención: Mila, antigua compañera del instituto, le encarga localizar a su marido, que parece haberla abandonado. Aunque sigue intrigada con aquella noche, no puede dedicar tiempo a hurgar en su memoria porque el sencillo encargo de un esposo a la fuga se ha ido complicando. Sus pesquisas la llevan a tratar con grupos neonazis, con la mafia rusa... y el caso se tiñe de sangre.

Adéntrate en la saga de la detective Sonia Ruiz.

La profesora de Lengua y Literatura Mercedes Rodrigo ha ganado el XXV certamen literario internacional de novela negra 'Ciudad de Getafe', dotado con 10.000 euros, con la obra titulada 'Un asunto rural'. En este certamen han participado más de 160 novelas, destacando la variedad de temas y estilos dentro de esta temática, según ha asegurado el concejal de Cultura, Luis Domínguez, que ha felicitado a la ganadora, señalando que "pasa a formar parte del elenco de escritores de reconocido prestigio que han ganado este consolidado galardón, como Raúl Ariza, Marcelo Luján o Alexis Ravelo, entre otros, ligando el nombre de Getafe a la cultura con mayúsculas". El jurado ha tenido en cuenta "la sensibilidad" de la autora para tratar "con realismo y eficacia" el tema de la España rural y de la "dedicación" de la Guardia Civil para mantener "el orden social en poblaciones con un ritmo de vida muy diferente al de las áreas urbanas", subrayando que Mercedes Rodrigo se une a la red de escritoras que trabajan el género literario de novela policíaca. Mercedes Rodrigo nació en Burgos, ciudad donde reside y trabaja como profesora de lengua y literatura. Es licenciada en Filología Hispánica e Inglesa en la Universidad de Valladolid. El premio se entregará dentro del festival literario de novela policíaca 'Getafe Negro 2021', que tendrá lugar del 25 al 31 de octubre en esta localidad madrileña.

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Un trago antes de la guerra es la primera novela del autor estadounidense Dennis Lehane. Publicada en 1994, la novela ganó el Premio Shamus a la mejor novela debut. Es el primer título de la saga protagonizada por los detectives privados de Boston, Patrick Kenzie y Angela Gennaro.

Dennis Lehane (Dorchester, Boston, Massachusetts, 4 de agosto de 1965) es un escritor estadounidense, cinco de cuyas novelas han sido llevadas al cine: Mystic River (titulada Río místico en algunos países), Gone Baby Gone , The Drop , Shutter Island y Live by night, y varias han merecido premios, entre ellas Un trago antes de la guerra y el superventas Mystic River. Los espacios de su ciudad han servido de inspiración para los ambientes populares urbanos de sus novelas. De ascendencia irlandesa, sus historias retratan la vida de grupos inmigrantes o marginados en Boston, a la vez que constituyen un retrato de la cultura irlandesa, resaltando el peso de la religión católica en varios de sus personajes. Hasta ahora ha escrito seis novelas de su serie de los investigadores Patrick Kenzie & Angela Gennaro.

Las series de Kenzie & Gennaro y la serie Coughlin, RBA Serie Negra y Salamandra Black, se unen a otras obras independientes como Mystic River (Mystic River) (2001), RBA Serie Negra, Shutter Island (Shutter Island) (2003), RBA Serie Negra, Coronado (Coronado: Stories) (2006), RBA Serie Negra y La entrega (The Drop) (2014), Salamandra Black.

Pietro Gerber es un psicólogo diferente a los demás: su especialidad es la hipnosis y sus pacientes tienen una cosa en común: son niños. A veces, niños traumatizados o que esconden recuerdos que son incapaces de evocar. Es el mejor especialista de Florencia y colabora con la policía en casos criminales. Un día recibe la llamada de una colega australiana que le pide ayuda con una paciente, Hanna. El caso es interesante, pero también muy especial: Hanna es ya una adulta y su recuerdo infantil es un asesinato que no sabe si cometió.

Donato Carrisi (Martina Franca, 25 de marzo de 1973) es un escritor, guionista y periodista italiano, creador de la pareja literaria de investigadores Marcus (sacerdote) y Sandra (fotógrafa), plasmada su relación profesional en una trilogía, posterior al ciclo de de Mila Vasquez

«Leer a Carrisi es como estar en el paraíso.» Ken Follet.

«Un noir genial con el que, de nuevo, da en el blanco.» Repubblica.

«De una inteligencia escabrosa.» The Times.

«Carrisi derrocha virtuosismo narrativo en una novela negra única.» Corriere della Sera.

Hablamos de la adaptación al cine de la obra de Leonardo Sciascia.

Pásate por Séptimo arte >> Reseñas.

Publicó en 1961 su primera novela policiaca sobre la mafia, El día de la lechuza. Otra de ese tipo es A cada cual lo suyo (1966).

Estatua de Leonardo Sciascia en Racalmuto.

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Alicia Berenson, una pintora de éxito, dispara cinco tiros en la cabeza de su marido, y no vuelve a hablar nunca más. Su negativa a emitir palabra alguna convierte una tragedia doméstica en un misterio que atrapa la imaginación de toda Inglaterra. Theo Faber, un ambicioso psicoterapeuta forense obsesionado con el caso, está empeñado en desentrañar el misterio de lo que ocurrió aquella noche fatal y consigue una plaza en The Grove, la unidad de seguridad en el norte de Londres a la que Alicia fue enviada hace seis años y en la que sigue obstinada en su silencio. Pronto descubre que el mutismo de la paciente está mucho más enraizado de lo que pensaba. Pero, si al final hablara, ¿estaría dispuesto a escuchar la verdad?

Alex Michaelides (Chipre, 1977) estudió Literatura Inglesa y Psicoterapia. Trabajó en una unidad de seguridad para adultos jóvenes, experiencia que le proporcionó material e inspiración para La paciente silenciosa, su primera novela: un thriller traducido en cuarenta países, que cuenta ya con dos millones y medio de lectores en todo el mundo y cuyos derechos cinematográficos han sido comprados por la productora de Brad Pitt; además, ha sido uno de los tres libros ganadores del Premio de los lectores de Goodreads, en el que votan casi cinco millones de personas. Michaelides también ha sido guionista de películas como Un robo inesperado, protagonizada por Uma Thurman y Tim Roth, y ha colaborado con David Fincher. Las Doncellas es su esperadísima segunda novela, que será adaptada como serie para la televisión.

La paciente silenciosa (Penguin Random House, 2021), su primera novela, ha sido traducida en 40 países y cuenta ya con dos millones y medio de lectores, que serán muchos más con la adaptación audiovisual, a cargo de la productora de Brad Pitt. Alex Michaelides promete volver a conquistar a los amantes del thriller con Las doncellas (Penguin Random House, 2021), su nuevo libro, que, antes de salir, ya ha vendido sus derechos para convertirse en serie de televisión. ¿Sus escenarios? Las islas griegas y, sobre todo, los preciosos campus de la ciudad universitaria de Cambridge.

«El thriller perfecto. Esta extraordinaria novela hizo que me hirviera la sangre, literalmente no pude dejar de leerla. Me sumergí en la lectura y, once horas después, a las 5:47 h de la madrugada, lo terminé absolutamente deslumbrado.» A.J. Finn (autor de La mujer en la ventana).

Durante una visita escolar a la excavación arqueológica de Atapuerca, un chico de catorce años descubre que una de las reproducciones humanas que imitan los enterramientos de los homínidos de hace miles de años es, en realidad, el cuerpo de una chica muerta. La joven parece haber sido colocada con una simbología ritual, y todas las pistas apuntan a un macabro homicidio similar al ocurrido seis años atrás en otro yacimiento en Asturias. En el pueblo se desata la inquietud. Demasiados detalles recuerdan el caso anterior, por lo que el juez piensa en reunir de nuevo a los policías que se hicieron cargo entonces: Silvia Guzmán, inspectora de la UDEV, y Daniel Velarde, un expolicía dedicado ahora a la seguridad privada. Sin embargo, nadie sabe que en el pasado ambos vivieron una relación sentimental que acabó de manera abrupta y que tuvo mucho que ver en la truncada resolución del caso. Ahora, Silvia y Daniel tendrán que aprender a colaborar y aclarar sus sentimientos para descubrir al asesino del yacimiento y cerrar aquella herida abierta en su pasado.

La autora de El bosque de los cuatro vientos recupera la serie Puerto Escondido.

La presidenta del Club de la Bahía de Santander, una de las mujeres más poderosas de la ciudad, ha aparecido muerta en el camarote de una preciosa goleta que con unos pocos y selectos invitados del mundo del tenis surcaba el mar al anochecer. El crimen recuerda a las novelas de la «habitación cerrada» de principios del siglo pasado: el compartimento estaba cerrado por dentro, tanto la extraña herida que presenta el cuerpo de la empresaria como el misterioso método utilizado para perpetrar el asesinato resultan inexplicables y todos los invitados a la fiesta parecen tener motivos para haber acabado con su vida. Nadie puede haber salido o entrado de la nave para cometer el crimen o escapar. ¿Quién ha matado a Judith Pombo? ¿Cómo? ¿Y por qué?

La novela más ambiciosa de María Oruña, unthrilleradictivo y elegante en el que descubriremos una nueva faceta de la vida de Valentina Redondo, quien además de enfrentarse al caso más enigmático de su carrera deberá luchar contra un sorprendente e inesperado golpe en su vida personal.

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Úrsula Bas, escritora de éxito, lleva una vida aparentemente anodina en Santiago de Compostela. Un viernes de febrero sale de su casa para dar una charla en una biblioteca y no regresa. Su marido, Lois Castro, denuncia su desaparición al cabo de veinticuatro horas. Úrsula, que permanece encerrada en un sótano, conoce bien a su secuestrador —un admirador en cuyas redes se ha dejado envolver sin oponer la menor resistencia— y sabe que tarde o temprano la matará. El inspector Santi Abad, reincorporado al cuerpo de policía tras un año y medio de baja psiquiátrica, y su compañera Ana Barroso, que acaba de ser nombrada subinspectora, inician una búsqueda sin tregua con la ayuda del nuevo comisario, Álex Veiga. Todos sus pasos les dirigen hacia otro caso sin resolver: el de Catalina Fiz, desaparecida en Pontevedra tres años antes, y hacia un asesino que parece estar tomándose la justicia por su mano.

Tras el exito de Belleza roja, un nuevo caso de Abad y Barroso: una excepcional intriga de celos y venganzas, por la nueva dama de la novela negra española.

"Arantza Portabales consigue que el lector sospeche de todos. Negra, muy negra." Carmen Mola.

En la playa de una localidad marítima de Valencia aparece una joven asesinada en la orilla. Los símbolos que rodean el cadáver enlazan el crimen con otro acontecido dos años antes. La teniente Sanahuja regresará a su antiguo lugar de trabajo para resolver el brutal crimen. Encontrará personas, lugares y sentimientos que dejó atrás. Su batalla interna, la lucha que lidia consigo misma por ese crimen que no consiguió resolver, condicionará la investigación.

Estela Melero Bermejo publica su tercer libro en 2021.

Búscala en nuestra selección de autores.

Antonio Arzamendi, exdirector de una sucursal bancaria jubilado, amanece con la noticia del asesinato de Rosa, el amor de su vida y la compañera de trabajo con quien planeaba compartir un tranquilo retiro en Choroní, su particular paraíso caribeño. La policía habla de robo con violencia, pero el único testigo, un militar cubano retirado que llegó a la ciudad en busca de respuestas sobre el asesinato de su hijo, insiste en haber presenciado algo semejante a una ejecución. Ante el empeño de Arzamendi por conocer la verdad, el testigo, Osmany Arechabala, decide ayudarlo. La misma noche de la muerte de Rosa aparece el cadáver de un hombre junto a un banco donde alguien ha escrito la palabra «Justicia». Dos días después, el asesinato de la hija de un acaudalado empresario de la construcción en el puerto viejo de Algorta pone en guardia a las autoridades. Y, a través de un portal de noticias sensacionalista, se comienza a difundir la teoría de que existe una organización dedicada a asesinar a empresarios y banqueros. Osmany, Arzamendi y Borja Maruri, un investigador experto en fraudes contratado por la familia de una de las víctimas, tratarán de descubrir la identidad de los culpables y los motivos que se ocultan tras sus acciones.

La verdad no será agradable para nadie.

Es una tarde cualquiera en un bullicioso centro comercial. Un padre de familia espera fuera de la tienda en la que han entrado su mujer y su hijo, pero estos nunca llegan a salir. ¿Los han secuestrado? ¿Han huido? ¿Cómo han podido marcharse sin que nadie los vea? Cuando la policía empieza a investigar el caso, salen a la luz algunos secretos familiares que pondrán al protagonista en el punto de mira, al mismo tiempo que este empieza a darse cuenta de que la peor amenaza aún está por llegar.

Blas Ruiz Grau es un escritor español de novela negra contemporánea, su obra destaca por su rigor en los campos criminalístico y forense.En sus inicios triunfó como autor autopublicado.

El día de su boda, el inspector de homicidios Antonio Rojo se convierte en novio, marido y viudo. Sonia, su mujer, será solo la primera víctima de un complejo entramado de asesinatos. ¿Quien y por que está acabando con los sueños de un puñado de mujeres en el día de su enlace?

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El Rubio dejó de delinquir hace décadas, pero la grave enfermedad de su mujer le hace replantearse las cosas cuando Júnior, un distribuidor local de cocaína, le propone atracar al testaferro de sus jefes en Gran Canaria. Para organizar el asalto, no le costará seducir al Palmera, un parado de larga duración cuyo sueño es abrir un bar, y a Cora, una prostituta de lujo que sospecha cercano el momento en que se esfumen sus encantos. La estrategia del pequinés es mostrarse fiero y aprovechar cualquier despiste del adversario para atacar y huir. Eso será lo que hagan los protagonistas de esta novela cuando descubran que le han pisado la cola a un tigre y se vean inmersos en una persecución frenética en la que irán dejando un rastro sangriento. Parados cincuentones, escorts venidas a menos, narcos, policías corruptos y blanqueadores de dinero pueblan esta novela negra de alto voltaje, una dura historia coral sobre perdedores en la que lo importante no es saber quién es el asesino.

Premio Hammett a la mejor novela negra.

Barcelona, 2005. Cacho —detective privado, 30 años— se dirige como cada mañana a su despacho: alguien ha raptado a Johnny, un adorable chihuahua de competición. Su propietario, el señor, Bernstein, está destrozado. Pronto descubrirá que Johnny no es el único perro con pedigrí que ha desaparecido. Y que alguien está haciendo algo terrible a esos animales. Remedios aparece en escena. Su marido forma parte de la peligrosa logia de Los caballeros del alba gris. Desapareció, sin dejar rastro, la noche en la que debía recibir el grado máximo de sabiduría. La mujer está destrozada. De la mano de Mañana, su ayudante, Cacho se verá envuelto en una doble investigación que acabará por convertirse en una carrera por salvar sus vidas. Descubre esta fantástica novela, imagen de una ciudad oculta, perversa y misteriosa. Un cruce de caminos donde el noir, el terror, la fantasía y el humor negro se dan la mano. Un entrañable retrato con resonancias de Carvalho, Poe, Dylan Dog, Machen, Lovecraft o Camilleri.

Una trilogía interesante.

En 'Crónica sentimental en rojo', del maestro Francisco González Ledesma, encontramos todo lo mejor del género negro español de sus más auténticos inicios, a principios de los años 80. No en vano, la obra de González Ledesma recibió el Premio Planeta en 1984. En el libro, el primero en el que aparece el inefable e inmortal inspector Méndez, figura lo más turbio de la novela negra junto a un ambiente sarcástico-cínico-cáustico de desencantamiento con la sociedad democrática y con el género humano en general.

Este libro es imprescindible para los amantes del género negro en español. El ambiente, los personajes y la filosofía a lo Makinavaja, complementada por un surrealismo sucio a lo Eduardo Mendoza, nos harán disfrutar de una aventura nada políticamente correcta.

Una novela negra escrita a cuatro manos no es algo inusual e incluso a seis, como el caso de Carmen Mola, pero es poco corriente que sean una madre y un hijo los autores, algo que han hecho Beatriz Roger y Luiso Soldevila con "Marismas", una historia ambientada en una costa Brava invernal. "La gente se sorprende pero ha sido más sencillo de lo que parece desde fuera", indicó Luiso Soldevila sobre la colaboración literaria con su madre, que asegura que ha sido una experiencia muy buena que esperan repetir. Rigor en el trabajo de escritura, distribución de capítulos y correcciones conjuntas han estado en la base de esta novela de madre e hijo, que comparten su interés por la lectura, sobre todo de novela negra, señaló. Beatriz Roger (Barcelona, 1965), que se dedica a la rehabilitación de personas con adicción, se graduó en Criminología y de ahí proceden sus conocimientos para dar las necesarias "pinceladas" a los delitos de los que escribe, mientras que Luiso Soldevila (Barcelona, 1990), que trabaja en distribuidoras y productoras de cine, ha aportado su visión audiovisual a la trama, en un trabajo que, dicen ambos, ha sido muy compartido.

Estaban de acuerdo en no escribir una novela negra "excepcionalmente macabra" aunque "Marismas" habla de "lo peor, que es no saber, la angustia ante lo que puede haber sucedido", dice Beatriz Roger. Y de víctimas infantiles y de una mente perturbada. La acción transcurre en las marismas del río Ter, en Llafranch (Girona), una zona donde pasan muchas temporadas los autores y que, más allá de su faceta veraniega, ofrece "otra cara mucho más oscura" en invierno cuando se convierte en un sitio solitario, especialmente cuando arrecian los temporales. "No dudamos en ningún momento en situar allí la novela", dice Soldevila, que explica cómo con esa otra cara de la zona "se puede llegar a construir un territorio" perfecto para la trama. La historia comienza pocos días antes de Navidad cuando una niña desaparece sin dejar rastro en el jardín de un hostal de las marismas, donde ha llegado a pasar sus vacaciones en familia el detective Nico Ros, que será contratado por un conocido narcotraficante de la zona y amigo de la infancia del policía para reforzar la investigación oficial. Se trata de un investigador que "se sale de la norma", dicen sus creadores, que se confiesan cansados de los detectives "amargados" que proliferan en la novela negra. Y explican cómo han querido que la presencia "alguien o algo" que observa a los protagonistas planee durante toda la novela para que el lector se sienta también vigilado y para que al final de la historia se pueda responder a la pregunta: "¿Qué es una mente perturbada y por qué?"

Denuncia social II
2-Noviembre-2021

Tras el éxito de Mongo Blanco, Carlos Bardem conjugó la novela negra, la sátira política y la denuncia social en El asesino inconformista, una original historia de amor, humor y muerte, publicada el pasado Junio. Valiéndose de una trabajada prosa llena de ironía e inteligencia, Carlos Bardem realiza el prodigioso retrato de un antihéroe carismático y complejo atrapado en una sociedad dominada por la inmoralidad y la corrupción.

Fortunato es un asesino a sueldo, culto, elegante y discreto. Cuando se le encarga que elimine a una política corrupta, recuerda su infancia y juventud, cómo sintió crecer la violencia dentro y qué hizo para controlarla y usarla, según él, en beneficio propio y de los demás. Pero esta educación sentimental es solo el principio de un viaje que le llevará por los escenarios más oscuros y violentos de nuestra sociedad y le hará replantearse su papel en ella. Una odisea de décadas por Madrid y escenarios como Nueva York, Zanzíbar, Bagdad, Estocolmo o Marruecos. Y es también la historia de un asesino enamorado, la radiografía de una pareja. ¿Estará dispuesto a sacrificar al amor de su vida por seguir sus ideales hasta el final? ¿Será este su último encargo?

Premio Dashiell Hammett a la mejor novela negra.

El último libro de José Antonio Corrales, Matar, Robar y Destruir, era un trabajo demoledor; primero porque sabíamos que el personajes había existido y después por la exquisitez a la hora de plantear el thriller. Por supuesto, Corrales tenía suficientes tablas y conocimientos para encarar un libro así. Ahora regresa con otra vuelta de tuerca a su narrativa con Barrios de sangre, una novela más negra que el petróleo donde el detective Ariel Gil es contratado para por qué han matado a Trinidad y dónde está su novio, Toño. La novela negra ha atrapado a Corrales y nos obsequia con tramas feroces y tremendas. De una realidad casi palpable. “Soy amante de la novela negra, sobre todo norteamericana y española, y desde que empecé con la creación de relatos y después de publicar una primera novela inspirada en hechos reales, me apetecía un proyecto que me rondaba la cabeza desde hacía tiempo: realizar una novela de pura ficción con un detective privado como protagonista”, señala el autor.

José Antonio Corrales presenta 'Barrios de sangre': una trama detectivesca con denuncia social.

La creación de un detective, o dos, que logren acaparar la atención, subyugarle e introducirle en la trama por las tripas, es algo muy complicado, en un mundo editorial donde casi todo está visto. “Como en el libro de relatos Te cambio mi vida, ya había hecho un primer ensayo de lo que podía ser una historia de detectives, solo tuve que ir dando forma y volumen a dos de sus personajes (Ariel Gil y Rómulo Noguerón) para hacerles protagonistas de unas tramas detectivescas muy españolas, muy bizarras y, además, que no renunciasen de ese aspecto de denuncia social que debe contener la novela negra” El escritor retorna a los personajes que pergeñó en Te cambio mi vida. “Después de escribir Príncipes y hermanos, que formaba parte de ese libro junto a ocho relatos más, me encontré muy a gusto narrando una historia de detectives. Enseguida me di cuenta de que podía profundizar mucho más en esos personajes que había creado, y de que podía dotarlos de una personalidad que fuera capaz de atraer el interés del lector”, comenta Corrales. El trabajo de diseño de personajes es una de las tareas que más tiempo puede llevar. Hay que darle vida, y que esa vida interese. “Sin alejarme mucho de los parámetros del héroe y de su 'escudero', empecé a trabajar sus personalidades. Así fueron consolidándose tal como pretendía, para que actuasen dentro de la trama que había preparado para ellos”. Ariel Gil se antoja un trasunto de detectives como Pepe Carvalho de Montalbán. “Las novelas de detectives, desde el hard boiled hasta la actualidad, siempre utilizan unos estándares con respecto a sus personajes principales (detectives y ayudantes) hasta el punto de que observándolos en su conjunto, pueden sugerir la idea de que unos se parecen a otros”, reconoce Corrales. “No cabe duda de que esa influencia viene de la mano de todo el acervo literario negro con que contamos.

Sin embargo, el autor, a la hora de pensar en un héroe, debe aceptar el desafío de crear un personaje único y diferente a los demás”, comenta. Sin embargo, Ariel tiene una personalidad bien definida, propia y algo perdida en la actualidad. “En este caso, si tuviéramos que hacer un retrato robot de Ariel Gil, podríamos decir que es un hombre leal, valiente, con un alto sentido de la justicia, con un punto de ironía que le proporciona la chispa necesaria para vagar por todos los ambientes, pero a la vez, para nada impoluto e intachable, pues posee algunas dobleces y sufre profundas heridas personales. Por otro lado, Rómulo, es un acompañante fiel, algo tozudo y primario, siempre a la vera del detective y con una predisposición natural para resolver problemas y apoyar a su jefe sin pensarlo” Su última novela Robar, matar y destruir estuvo basada en hechos reales, algo que la dotaba de mucha fuerza intrínseca. “No cabe duda de que esta novela, pese a que toda ella es ficción, cuenta con aspectos procedimentales e incluso de escenarios que evocan algunos que yo he conocido por mi profesión de policía. En ese aspecto, podemos decir que sí tiene algo de real, aunque desde luego, no los personajes ni la historia”, señala. La ficción es un campo que permite cualquier cosa que se pase por la cabeza, pero cuando se trata de hablar de un hecho, la creatividad puede estar algo supeditada. Son dos géneros igualmente interesantes. “Sin duda me quedo con la ficción, ya que te permite una mayor creatividad y, por tanto, una mayor libertad a la hora de estirar las historias y los personajes. Aunque con Robar, matar y destruir me sentí muy a gusto, porque a pesar de que estaba inspirada en hechos reales, creé unos personajes basados en esas personas reales participantes del terrible crimen, sobre los que realicé una profunda prospección en su psicología”. El libro nos hace viajar a barrios marginales como La Hueva. Es complicado huir de los clichés que envuelven y proyectan estos lugares. “Efectivamente, se suelen caer en clichés a la hora de hablar de marginalidad, delincuencia, droga o barrios suburbiales”, comenta. “No obstante, esos clichés desaparecen si antes de escribir cuentas con una buena documentación que te acerque más a la realidad. En mi caso, me documenté sobre costumbres y usos del pueblo gitano, pero también he de decirte que contaba con la ventaja personal de conocer ambientes y localizaciones similares a las que se relatan en la novela y que he podido conocer por mi profesión de policía” Quizás en la fase de documentación a Corrales algunas cosas le llamaron la atención.

José Antonio Corrales ganó el premio 'A sangre fría' de novela negra con 'Robar, matar y destruir'. El veterano policía y criminologo ilicitano se inspiró para esta novela en el llamado 'crimen del asesino de la maza'.

“En cuanto a lo que más me impresiona de estos barrios y poblados, es el contraste entre la pobreza extrema y la opulencia que, por ejemplo, pueden generar la venta de droga o los frutos de la delincuencia. En estos barrios, miseria y supervivencia, se dan la mano con indicios de efímera abundancia y atávicas costumbres de mucha raigambre entre sus habitantes”. La novela fue presentada en Elche, siempre ponerse delante del público es una prueba de fuego, por mucho que juguemos en casa. “Ha sido un evento muy grato, celebrado en el Centro de Congresos Ciutat d’Elx, con una nutrida asistencia de lectores, en un ambiente muy agradable, pues tras la Presentación a cargo del escritor Juan Lozano Felices, hemos tenido unos momentos de tertulia literaria muy interesante. Y esos, quizás, son los momentos más importantes, pues es cuando se produce la interacción: lector – autor, que yo valoro mucho”, recuerda Corrales. Cuando termine la promoción volverá a ponerse delante del folio en blanco. Quizás uno de los momentos más difíciles para un escritor, porque vuelve a la casilla de salida. “Yo soy un autor que le gusta indagar en la psicología de los personajes, precisamente, para que estos se parezcan a personas de carne y hueso, pues en realidad, creo que cuanto más se acerca el personaje de ficción a una persona real, más interés muestra el público y más lo hace suyo”, dice. La psicología de los personajes puede ser un terreno complejo, lleno de escollos por lograr la coherencia en sus actos durante la trama. “Quizás esa sea una de las tareas más arduas a la hora de enfrentarme a la novela, la de entrar en ese mundo de conflictos, de pasiones internas, de miedos y angustias que todos los seres humanos llevamos dentro. Luego, otro momento de dificultad podría ser el de la confección de una trama que no contenga errores y que a la vez sea capaz de cautivar al lector. Esa tarea la suelo resolver tras muchas horas de meditar en la historia y de ponerme en 'modo lector'”.

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