Ulises es una novela vanguardista del escritor irlandés James
Joyce, publicada en 1922 con el título original en inglés
de Ulysses. Su título proviene del protagonista de la versión
latina de la Odisea de Homero, originalmente llamado en griego
Odiseo.
Es considerada por gran parte de la crítica la mejor novela
en idioma inglés del siglo XX. Según el crítico y traductor
español Francisco García Tortosa, Ulises es una de las novelas
más influyentes, discutidas y renombradas del siglo XX. El
libro ha sido objeto de numerosos y profundos estudios, críticas
y controversias. Según uno de sus traductores al español,
José María Valverde, el Dublín de Joyce, debido a su maestría
descriptiva, es comparable al Londres de Dickens o al París
de Balzac. Dietrich Schwanitz comienza así el capítulo primero
dedicado a la Historia de Europa en su libro Cultura:
En 1922, el escritor irlandés James Augustine Joyce publicaba
su Ulises, la novela del siglo. Joyce describía las aventuras
por la ciudad de Dublín del pequeñoburgués irlandés Leopold
Bloom a lo largo del 16 de junio de 1904. Desde entonces,
los admiradores de Joyce celebran este día como el "El Día
de Bloom" (Bloomsday, juego de palabras por similitud con
la expresión inglesa Doomsday, el Día del Juicio). El protagonista
de la novela es judío, pero los episodios de aquel día siguen
el modelo de la Odisea. De este modo Joyce quiere recordarnos
que nuestra cultura es un país atravesado y bañado por dos
ríos: uno de ellos nace en Israel, el otro en Grecia. Y los
ríos son dos textos fundamentales que alimentan nuestra cultura
con ricas historias.
Según el estudioso Harry Levin, las claves para la comprensión
de esta novela son su simbolismo épico, basado en La Odisea
de Homero, y también su atmósfera naturalista, fiel reflejo
de la ciudad de Dublín. Este mismo crítico ve en la obra una
elusiva y ecléctica summa artística de su época. Ulises compendia
«el montaje cinematográfico, el impresionismo pictórico, el
leit-motiv en música, la asociación libre del psicoanálisis
y el vitalismo en filosofía. Tomen de estos elementos todo
aquello capaz de ser fusionado, y aun algo más, y obtendrán
el estilo de Ulises». Aúna además la metafísica alemana (el
Strom des Bewusstseins o corriente de conciencia) con la retórica
francesa (el monologue intérieur), pero Joyce obtiene sus
efectos metafísicos por procedimientos retóricos, ya que el
monólogo interior es más apto para el análisis crítico que
la corriente de conciencia.
'Ulises' de James Joyce: cómo pasó de ser "obscena" y "tonta"
a "la mejor novela del siglo XX".
Jorge Luis Borges apunta que: «Es indiscutible que Joyce
es uno de los primeros escritores de nuestro tiempo. Verbalmente,
es quizá el primero. En el Ulises hay sentencias, hay párrafos,
que no son inferiores a los más ilustres de Shakespeare».
También dice que, «si tuviésemos que salvar alguna novela
moderna, esta debería ser Ulises y el Finnegans Wake», ambos
títulos de Joyce.[cita requerida] Para William York Tindall,
si una sola lectura no es suficiente para comprender a Thomas
Mann, Marcel Proust, William Faulkner o Joseph Conrad, muchas
lecturas no lo son para profundizar en Ulises. Este crítico,
siguiendo a William Monk Gibbon, considera esta novela tan
divertida como instructiva.
El crítico Edmund Wilson defendió Ulises contra la acusación
lanzada por el novelista Arnold Bennett de encerrar un «colosal
resentimiento contra la humanidad»: «Joyce, incluyendo todas
las bajezas, hace que sus figuras burguesas conquisten nuestra
comprensión y respeto dejándonos ver en ellas los dolores
de parto de la mente humana siempre esforzándose por perpetuarse
y perfeccionarse, y del cuerpo siempre trabajando y palpitando
para hacer surgir alguna belleza desde su sombra.» Y agregó:
«Desde que he leído Ulises, la calidad de los demás novelistas
me parece de insoportabilidad floja y descuidada».
Umberto Eco alude a las visiones negativas de Jung y Curtius:
«Ulysses es el libro en el que se procede a la destrucción
del mundo, dice Jung; E. R. Curtius (1929) confirma que en
sus raíces hay un nihilismo metafísico y que, en él, macrocosmos
y microcosmos se fundan en el vacío mientras toda la cultura
de la humanidad deflagra y se convierte en cenizas como en
una catástrofe cósmica». Pero, según Eco, lo que hizo Joyce
en realidad fue «darnos la imagen de un mundo en que acontecimientos
múltiples (y está en el libro la suma de las referencia culturales,
Homero, la teosofía, la teología, la antropología, el hermetismo,
Irlanda, la liturgia católica, la cábala, los recuerdos de
la escolástica, los acontecimientos cotidianos, los procesos
psíquicos, los gestos, las ilusiones sabáticas, los vínculos
de parentesco y de elección, los procesos fisiológicos, olores
y sabores, ruidos y apariciones) chocan y se componen, se
remiten el uno al otro y se rechazan, como en una distribución
estadística de acontecimientos subatómicos, donde el lector
puede dibujar perspectivas múltiples sobre la obra-universo».
D. H. Lawrence, Virginia Woolf, Juan Benet y Richard Aldington,
entre otros, emitieron juicios negativos sobre la novela.
En la primavera de 1921, la librera parisina Sylvia Beach
se jactó de sus planes de publicar una novela que consideraba
una obra maestra que estaría "clasificada entre los clásicos
de la literatura inglesa".
Ulises relata el paso por Dublín de su personaje principal,
Leopold Bloom y de Stephen Dedalus —ambos, según algunos autores
y de acuerdo con la costumbre de atribuir elementos autobiográficos
a las obras literarias, álter egos del autor: Leopold (Joyce
viejo) y Stephen (joven)—, durante un día cualquiera, el 16
de junio de 1904. Joyce escogió esa fecha porque fue el día
en que se citó por primera vez con la que después sería su
esposa, Nora Barnacle. El título alude al héroe de la Odisea
de Homero. Existe todo un sistema de paralelismo (lingüísticos,
retóricos y simbólicos) entre las dos obras (por ejemplo,
la correlación entre Bloom y Odiseo, así como la que existe
entre Stephen Dedalus y Telémaco). Ulises es una novela extensa:
su original en lengua inglesa tiene 267.000 palabras en total,
con un vocabulario de más de 30 000. En la mayoría de las
ediciones consta de entre 800 y 1000 páginas, divididas en
18 capítulos. A primera vista el libro parece desestructurado
y caótico, pero los dos esquemas que Stuart Gilbert y Herbert
Gorman hicieron públicos tras la edición, para defender a
Joyce de las acusaciones de obscenidad, hicieron explícitos
los vínculos con la Odisea. En el mismo sentido, resulta un
gran aporte para la comprensión del universo simbólico de
la obra el llamado Esquema de Linatti, elaborado por el propio
Joyce y enviado a su amigo italiano. Uno de los rasgos más
importantes del libro está en que Joyce utiliza un estilo
diferente para cada capítulo. El más usado es el de monólogo
interior («corriente de la conciencia» —stream of consciousness—
en la terminología de William James), que consiste en expresar
los pensamientos del personaje en secuencias sin objetivo
lógico, como ocurre en el pensamiento real. La culminación
de esta técnica narrativa es el epílogo de la novela, el famoso
monólogo de Molly Bloom, en el que el relato, sin signos de
puntuación, emula el fluir, libre y desinhibido, del pensamiento.
Ni Joyce sabía de qué iba su ‘Ulises’.
Joyce dividió originalmente Ulises en 18 capítulos o "episodios",
aunque al momento de su publicación los eliminó. A primera
vista el libro puede parecer caótico y desestructurado. Su
autor afirmó que, con el objetivo de alcanzar la "inmortalidad",
había introducido tantos enigmas y rompecabezas en el texto,
que iba a mantener ocupados a los pensadores durante siglos
discutiendo sobre el mismo. Stuart Gilbert y Herbert Gorman
divulgaron dos esquemas tras la publicación de Ulises para
defender a Joyce de las acusaciones de obscenidad a las que
era sometido y explicar la estructura interna de la obra en
relación a la Odisea homérica. Cada episodio de Ulises tiene
un título, una técnica de escritura y correspondencias entre
sus personajes y los de la Odisea, además de múltiples referencias
simbólicas y alegóricas. En su edición original, la novela
no tenía estos títulos y sus correspondencias, ya que estos
tienen su origen en los esquemas de Linati y Gilbert. Joyce
hace referencia a los títulos homéricos de los capítulos en
sus cartas. Toma estos títulos del libro de dos volúmenes
"Les Phéniciens et l’Odyssée" de Victor Bérard, el cual consultó
en la Zentralbibliothek de Zúrich. El libro de Bérard le sirvió
a Joyce como fuente de reproducción idiosincrásica de algunos
títulos homéricos: "Nausikaa", la "Telemaquia". La novela
consta de tres partes: La Telemaquia (episodios 1 a 3), La
Odisea (4 a 15) y El Nóstos (16 a 18).
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
James Augustine Aloysius Joyce (Dublín, 2 de
febrero de 1882-Zúrich, 13 de enero de 1941) fue un escritor
irlandés, mundialmente reconocido como uno de los más importantes
e influyentes del siglo XX, aclamado por su obra maestra,
Ulises (1922), y por su controvertida novela posterior, Finnegans
Wake (1939). Igualmente ha sido muy valorada la serie de historias
breves titulada Dublineses (1914), así como su novela semiautobiográfica
Retrato del artista adolescente (1916). Joyce es representante
destacado de la corriente literaria de vanguardia denominada
modernismo anglosajón, junto a autores como T. S. Eliot, Virginia
Woolf, Ezra Pound o Wallace Stevens.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Parte I: La Telemaquia.
Episodio 1: Telémaco.
Son las 8 de la mañana del 16 de junio de 1904
(día en el que Joyce comenzó a cortejar oficialmente a Nora
Barnacle, su ulterior compañera y esposa). Buck Mulligan (un
cruel, verbalmente agresivo y bullicioso estudiante de medicina),
llama a Stephen Dedalus (un joven escritor cuya primera aparición
tuvo lugar en la anterior obra de Joyce A portrait of the
artist as a young man) en la planta superior de la torre de
Martello, desde la cual se puede avistar la bahía de Dublín.
Stephen no responde a las agresivas e intrusivas bromas de
Mulligan ya que está centrado, e inicialmente con desdén,
en Haines (un indescriptible y antisemita inglés de Oxford)
a quien Buck Mulligan ha invitado. La molestia de Stephen
hacia Haines tiene su origen en los gemidos que este ha emitido
durante la noche debido a una pesadilla, los cuales lo han
perturbado. Mulligan y Stephen se dedican a mirar el mar desde
la torre y Stephen en su ensoñación se acuerda de su fallecida
madre, de cuya muerte aún se lamenta. La negativa de Stephen
a rezar por ella en su lecho de muerte sigue siendo una cuestión
que suscita polémica entre los dos. Stephen revela que una
vez oyó a Buck Mulligan refiriéndose a su madre en los términos
de "brutalmente muerta". Al enfrentarse a esta acusación,
Buck intenta defenderse pero se rinde rápidamente. Se afeita,
prepara el desayuno y los tres comen. Posteriormente Buck
se va cantando para sí mismo, sin saber que esa misma canción
se la había cantado Stephen a su agonizante madre. Más tarde,
Haines y Stephen bajan a la playa donde Buck nada con unos
compañeros. En este punto aprendemos que Buck tiene un amigo
de Westmeath ausente que tiene una novia todavía sin nombre
(que posteriormente resulta ser Milly Bloom, la hija de Leopold).
Stephen declara su intención de marcharse y Buck le pide la
llave de la torre y dinero prestado. Al irse, Stephen declara
su inexistente intención de regresar esa noche a la torre,
citando a Buck como usurpador.
Estatua de James Joyce en Dublín.
Stephen Dedalus es el nombre de un personaje
de ficción, alter ego del escritor irlandés James Joyce en
varias de sus novelas. Stephen es el nombre del primer mártir
cristiano; por su parte, en la mitología clásica, Dédalo era
un arquitecto y artesano famoso por su habilidad, y constructor
del laberinto de Creta. De esta forma, el nombre del personaje
mezcla dos facetas de la cultura occidental (el elemento clásico
y el cristiano), muy presentes en toda la obra de James Joyce.
Episodio 2: Néstor.
Stephen está dando una clase de historia sobre
las victorias de Pirro en Epiro. Los alumnos se muestran visiblemente
aburridos, desconocedores de la materia e indisciplinados.
Antes de que abandonaran la clase, Stephen les cuenta un complicado
acertijo cuya respuesta es un zorro que entierra a su abuela
bajo un arbusto. Uno de sus estudiantes, Sargent, se queda
rezagado para que Stephen pueda enseñarle cómo resolver unos
problemas aritméticos. Stephen lo complace, pero lo observa
fijándose en su aspecto estéticamente poco agraciado y trata
de imaginar el amor de su madre hacia él. Posteriormente,
Stephen visita al señor Deasy, el antisemita director del
colegio, de quien recibe su paga y una carta que ha de llevar
a la editorial del periódico con objeto de ser impresa. Deasy
alecciona a Stephen sobre la satisfacción del dinero ganado
mediante el trabajo y la importancia de administrar eficientemente
los ahorros. Esta escena da lugar a una de las frases más
célebres de la novela, en la que Dedalus afirma que "la historia
es una pesadilla de la que estoy tratando de despertar" y
dios es "un grito en la calle". Repulsa la visión parcial
que el señor Deasy tiene sobre los hechos pasados, los cuales
usa para justificar sus prejuicios. Al final de este episodio,
Deasy hace otra observación incendiaria contra los hebreos,
diciendo que Irlanda nunca ha tenido que perseguir a los judíos
porque nunca les dejaron entrar.
Episodio 3: Proteo.
En este capítulo, caracterizado por un estilo
narrativo donde la acción es presentada al lector desde la
percepción de Stephen en forma de monólogo interior, encuentra
el camino a Sandymount y deambula apesadumbrado por un tiempo,
reflexionando acerca de varios conceptos filosóficos como
su familia, su etapa de estudiante en París, y de nuevo, la
muerte de su madre. Mientras recuerda y reflexiona se acuesta
sobre unas rocas y observa a una pareja que pasea con su perro.
Escribe algunas ideas poéticas y decide marcharse, pegando
un moco en una roca porque no tiene pañuelo.
Parte II: La Odisea.
Episodio 4: Calipso.
La narrativa cambia abruptamente. Vuelven a
ser las 8 de la mañana, pero la acción se desplaza a una calle
del interior de Dublín y se centra en el segundo (y principal)
protagonista del libro: Leopold Bloom. Leopold es un publicista
judío que vive en el número 7 de la calle Eccles y está preparando
el desayuno a la vez que Mulligan en la torre. Le lleva el
desayuno y el correo a su mujer, Molly, cuyo verdadero nombre
es Marion. A continuación lee una carta de su hija Milly.
El capítulo concluye con una visita a un retrete anexo a la
casa donde defeca.
Episodio 5: Los comedores de loto.
Bloom comienza su día dirigiéndose furtivamente
hacia la oficina de correos (tomando intencionadamente una
ruta más larga), donde recoge una carta de amor de parte de
"Marta Clifford" dirigida a su pseudónimo, "Henry Flower".
Compra un periódico y se encuentra con C. P. M'Coy. Mientras
charlan, Bloom distrae su mirada hacia una mujer con medias,
pero un tranvía pasa impidiéndole seguirla con la mirada.
A continuación lee la carta y se deshace del sobre en un callejón.
Sale en dirección al servicio de la iglesia católica y piensa
sobre lo que está pasando en su interior. Entra en una farmacia
donde se encuentra con Bantam Lyons, a quien inintencionadamente
le da un boleto de apuesta para una carrera de caballos. Finalmente,
Bloom va a la casa de baños para lavarse para el resto del
día.
Dibujo de Leopold Bloom realizado por James
Joyce.
Leopold Bloom, o "Poldy", es el personaje principal
o protagonista, caracterizado como antihéroe, de la novela
de James Joyce Ulises. Está casado con Molly Bloom, otro de
los personajes centrales, quien le es infiel, y tienen una
hija. Bloom es un agente de publicidad de 38 años de edad
y origen judío. Ulises está básicamente focalizada en Bloom
y en su Odisea contemporánea, en la que se embarca a través
de Dublín en el curso de un solo día (16 de junio de 1904),
y también en los varios tipos de personas que se va encontrando
aquí y allá. Al igual que el héroe griego de la Odisea, no
aparece en el principio de la obra; su entrada se produce
en el capítulo 4 (Calipso), con que se inicia la segunda parte
de la novela, tras el protagonismo del joven Stephen Dedalus
en los tres primeros.
Episodio 6: Hades.
El episodio comienza con Bloom entrando en un
carruaje fúnebre con otros tres hombres, incluido el padre
de Stephen, Simon Dedalus. Son conducidos hacia el funeral
de Paddy Dignam, en el cementerio Glasvenin. El carruaje pasa
cerca de Stephen y Blazes Boylan. Durante el trayecto discuten
sobre las distintas formas de morir y ser enterrado, mientras
a Bloom le remuerden pensamientos sobre su hijo muerto, Rudy,
y el suicidio de su padre. Entran en una capilla, son testigos
del servicio y a continuación salen junto con el carro que
porta el ataúd. Bloom se fija en un misterioso hombre con
impermeable durante el entierro. Bloom sigue meditando sobre
la muerte, pero al final del episodio expulsa los mórbidos
pensamientos de su mente para centrarse en la "cálida vida
llena de sangre caliente".
Episodio 7: Eolo.
En la oficina del Freeman's Journal, Bloom trata
de poner un anuncio. A pesar de los ánimos iniciales recibidos
por el editor, Myles Crawford, no lo consigue. Stephen llega
con la carta de Deasy acerca de la fiebre aftosa, pero no
se cruza con Bloom. Stephen anima a Crawford y a los otros
a ir un bar, y de camino les cuenta una anécdota sobre "dos
vestales de Dublín". El episodio está fragmentado en pequeñas
secciones, cada una con un titular de estilo periodístico,
y se caracteriza por su abundancia de artimañas y personajes
retóricos.
Episodio 8: Los lestrigones.
Los pensamientos de Bloom se van salpicando
con referencias a la comida según se acerca la hora del almuerzo.
Se encuentra con un antiguo amor, Josie Breen, quien le cuenta
la noticia del parto de Mina Purefoy. Entra al restaurante
del hotel Burton, pero se siente asqueado al ver a los hombres
comer como animales. Se dirige entonces a la tienda de vinos
y licores de Davy Byrne, siendo recibido por Nosey Flinn.
Se toma un bocadillo de queso gorgonzola y un vaso de borgoña,
y reflexiona sobre los primeros días de su relación con Molly
y de cómo se ha deteriorado su matrimonio: "Yo. Y yo ahora".
Cuando Bloom deja el restaurante, Nosey Flynn habla con Davy
Byrne sobre el carácter sobrio de Bloom. Bloom se dirige ahora
hacia el Museo Nacional para mirar las estatuas de las diosas
griegas y, en particular, sus bajos. Al llegar ve a Boylan
al otro lado de la calle y, llevado por el pánico, entra en
el museo.
El Museo Nacional de Irlanda (National Museum
of Ireland) es el principal museo en Irlanda. Tiene dos centros
en Dublín y Mayo, con un gran énfasis en arte, cultura e historia
natural irlandesa.
Episodio 9: Escila y Caribdis.
En la Biblioteca Nacional, Stephen explica a
varios estudiantes su teoría biográfica de los trabajos de
Shakespeare, especialmente Hamlet, que según él está basado
en su mayor parte en el supuesto adulterio de su mujer, Anne
Hathaway. Bloom entra en la Biblioteca Nacional para mejorar
el anuncio de Keyes. Se topa con Stephen brevemente y sin
saberlo al final del episodio.
Episodio 10: Las rocas errantes.
En este episodio hay 19 pequeñas secuencias
que nos muestran los recorridos de varios personajes por las
calles de Dublín. El episodio termina con una explicación
de la cabalgata del teniente William Humble, segundo Earl
de Dudley, a través de las calles, donde es encontrado por
varios de los personajes que ya conocimos en la novela, aunque
ni Stephen ni Bloom están entre ellos.
Episodio 11: Las sirenas.
Este episodio es regido por la música. Bloom
tiene una cena con el tío de Stephen, Richie Goulding, en
el hotel Ormond, mientras que el amante de Molly, Blazes Boylan,
tiene un encuentro con ella. Mientras cena, Bloom observa
a las seductoras meseras Lydia Douce y Mina Kennedy que cantan
la canción de Simon Dedalus.
Episodio 12: Cíclopes.
Este capítulo está narrado por un habitante
anónimo de Dublín. El narrador se dirige a un bar donde se
encuentra con un personaje al que se refiere como el "ciudadano".
Cuando Leopold Bloom entra en el bar, es reprendido por el
ciudadano, que es profundamente nacionalista y antisemita.
El episodio acaba con Bloom recordándole al ciudadano que
su Salvador era judío. Cuando Bloom está abandonando el bar,
el ciudadano, enfurecido, lanza un tarro de galletas contra
la cabeza de Bloom, pero falla. El capítulo está marcado por
extensos relatos aparte de la voz del narrador: hipérboles
de jerga legal, pasajes bíblicos, mitología irlandesa, etc.
Episodio 13: Nausícaa.
Gerty McDowell, una joven mujer en la playa
de Sandymount, medita sobre el amor, el matrimonio y la feminidad
mientras anochece. Poco a poco, el lector se va percatando
de que Bloom la está observando desde lejos y de cómo ella
exhibe sus piernas y su ropa interior hacia él, aunque es
difícil discernir qué hay de realidad y qué hay de fantasía
sexual por parte de Bloom. El clímax masturbatorio se acentúa
con los fuegos artificiales de un bazar cercano. Cuando finalmente
Gerty se va, Bloom se da cuenta de que esta es coja. Después
de algunas digresiones, Bloom decide ir al hospital a visitar
a Mina Purefoy. En la primera parte del episodio se imita
(y se parodia) el estilo de las revistas y novelas románticas
de la época.
Nausícaa, ca. 1941, Óleo sobre lienzo del pintor
impresionista estadounidense William McGregor Paxton (1869
- 1941).
Nausícaa es un personaje de la Odisea. Es hija
de Alcínoo, rey de los feacios, y de su esposa la reina Arete.
Preparando las posibles cercanas nupcias, aconsejada por Atenea
en un sueño que le propicia, va al río a lavar los vestidos
con la compañía de varias esclavas. Nausícaa encuentra en
la playa a Odiseo, quien ha naufragado, y lo lleva a presencia
de su padre. Odiseo relata sus aventuras a Alcínoo a lo largo
de una parte significativa de la Odisea, y Alcínoo le proporciona
las embarcaciones que lo llevarán finalmente a Ítaca. Según
una tradición que no consta en la Odisea, Nausícaa se casó
con Telémaco, hijo de Odiseo, y tuvo un hijo llamado Persépolis
o Ptoliporto.
Nausicaa es el nombre de una princesa de «La
odisea», y precisamente con ese espíritu, el de emular a Homero
en la confección de la madre de todos los relatos, el director
Hayao Miyazaki concibió un manga monumental, de siete volúmenes
publicados del año 1982 a 1994. Dos de ellos sirvieron como
base inspiradora de su segundo largometraje, que parece un
borrador de la producción «La princesa Mononoke»: en él se
esbozan sus preocupaciones ecológicas, su ánimo pacifista,
la predilección por heroínas que combaten con la misma energía
que les sirve para comunicarse con la naturaleza, y una sensibilidad
extrema en la vibración del dibujo, en la confrontación del
movimiento (aquí, las secuencias aéreas, que por otra parte
tanto recuerdan a las de «Porco Rosso» y a las de la espléndida
«The Sky Crawlers», de Mamoru Oshii) con la quietud (la expedición
de Nausicaa a los subterráneos de la Jungla Tóxica, el lento
pero decidido caminar de las gorgonas por una tierra devastada),
en la deconstrucción de un gesto animado. La libertad con
que este cineasta construye su universo fantástico, donde
conviven con armonía polución y heroísmo, castillos medievales
y naves post-apocalípticas, da una lección a todos aquellos
que se enfrentan al cine de animación con el entrecejo arrugado:
la vida que alimenta a Nausicaa es la vida de la imaginación.
Episodio 14: Bueyes del sol.
Bloom visita el hospital de maternidad donde
Mina Purefoy va dar a luz y finalmente se encuentra con Stephen,
que está bebiendo con Buck Mulligan y sus amigos de la facultad
de Medicina. Se van a un bar donde continúan bebiendo, siguiendo
de cerca la evolución del exitoso nacimiento del bebé. Este
capítulo está lleno de juegos de palabras de Joyce, quien
parece recapitular la historia completa de la lengua inglesa.
El episodio empieza con prosa latina, aliteración anglosajona
y continúa con parodias de Malory, la Biblia del Rey Jacobo,
Bunyan, Defoe, Sterne, Gibbon, Dickens, y Carlyle, entre otras,
antes de concluir con una neblina de argot prácticamente incomprensible.
Episodio 15: Circe.
El episodio quince está escrito como un guion
de teatro, incluidas instrucciones de escenario. La narración
es interrumpida constantemente por alucinaciones experimentadas
por Stephen y Bloom -fantasiosas manifestaciones de los miedos
y pasiones de los dos personajes-. Stephen y Lynch caminan
hacia Nighttown, el distrito rojo de Dublín. Bloom los persigue
y los encuentra por casualidad en el burdel de Bella Cohen.
Al ver cómo Stephen derrocha el dinero, Bloom decide guardar
a salvo el resto del mismo. Stephen, sufriendo alucinaciones,
visualiza el cadáver putrefacto de su madre, que se ha levantado
del suelo para enfrentarse a él. Asustado, utiliza su bastón
para golpear una araña de luces y sale corriendo del burdel.
Rápidamente, Bloom paga a Bella por el daño causado y sale
corriendo detrás de él. Al final le encuentra discutiendo
acaloradamente con un soldado inglés que, al entender que
Stephen había insultado al Rey, le propina un puñetazo. La
policía llega y dispersa a la multitud. Mientras Bloom cuida
de Stephen, sufre una alucinación sobre Rudy, su difunto hijo.
En la mitología griega, Circe es una hechicera
que habita en la isla de Eea. Sus padres fueron Helios, el
titán preolímpico dios del Sol, y la oceánide Perseis. Como
hermanos, tuvo a Perses, Eetes y Pasífae. Mediante el empleo
de pociones mágicas, Circe a sus enemigos les hacía olvidar
su hogar y con una varita transformaba en animales a los que
la ofendían (Odisea, Canto X, 229), y era famosa por sus conocimientos
de brujería, herboristería y medicina. En la Odisea, el palacio
de Circe es descrito como una mansión de piedra que se alzaba
en el centro de la isla de Eea, en medio de un valle y un
claro en un denso bosque. Alrededor del palacio, rondaban
leones y lobos, que en realidad no eran más que las víctimas
de su magia: no eran peligrosos y adulaban a todos los extraños.
Circe dedicaba su tiempo a trabajar en un gran telar.
Parte III: El Nostos.
Episodio 16: Eumeo.
Bloom lleva a Stephen al refugio del cochero,
para intentar hacerle recuperar el sentido. Allí se encuentran
con un marinero borracho, D. B. Murphy. Montados en un coche,
Stephen canta una canción espiritual del compositor barroco
Johannes Jeep, y él y Bloom sacan a relucir su misoginia.
El episodio está dominado por el tema de la confusión y las
identidades erróneas, poniendo en cuestión continuamente las
propias identidades de Bloom, Stephen y Murphy. El estilo
narrativo de este episodio, enmarañado y elaborado, refleja
los nervios, el agotamiento y la confusión de los dos protagonistas.
Episodio 17: Ítaca.
Bloom regresa a casa con Stephen, quien rechaza
el ofrecimiento de pasar la noche ahí. Los dos hombres orinan
en el jardín trasero, Stephen se va, perdiéndose en la oscuridad,
y Bloom entra en casa y se va a dormir. El episodio está escrito
en forma catequística, siendo el episodio favorito de Joyce
de toda la novela, según se dice. El episodio consta de una
serie de preguntas y respuestas científicas, avanzando de
esta forma en la narración de la trama. Las preguntas son
muy variadas, yendo desde unas sobre astronomía hasta otras
sobre la trayectoria de la orina. Los críticos señalan el
irónico y desbordante "enciclopedismo" que caracteriza a este
episodio, uno de los que hacían a George Bernard Shaw recomendar
encarecidamente la lectura del libro.
Konstantino Kavafis dedicó un bello poema.
Poeta griego, una de las figuras literarias más importantes
del siglo XX y uno de los mayores exponentes del renacimiento
de la lengua griega moderna.
Episodio 18: Penélope.
El episodio final, que también exhibe la técnica
del monólogo interior que hemos visto en el episodio 3, consiste
todo él en un soliloquio a cargo de Molly Bloom: ocho larguísimas
oraciones compuestas de seguido (sin signos de puntuación)
describen los pensamientos de Molly, la esposa de Bloom, mientras
yace en la cama al lado de su marido. Molly adivina que Leopold
ha tenido una eyaculación ese día, lo que le da pie a recordar
sus posibles infidelidades con otras mujeres. Pasa a considerar
las diferencias entre Boylan y su marido, en términos de virilidad
y masculinidad. Siente que ella y Leopold tienen suerte después
de todo, a pesar de las normales dificultades matrimoniales.
Molly recuerda también a sus muchos admiradores, anteriores
y actuales. Lamenta no tener dinero suficiente para comprar
ropa elegante, y opina que Leopold debería dejar su trabajo
publicitario y conseguir uno mejor pagado en otra parte. Piensa
luego en lo bonitos que son los pechos femeninos comparados
con los genitales masculinos. Recuerda el tiempo en que su
marido le sugirió posar desnuda por dinero. Sus pensamientos
retornan a Boylan y el orgasmo que tuvo con él horas antes.
Un silbido de tren se escucha en el exterior, y Molly piensa
en su infancia en Gibraltar.
Debido a su aburrimiento y soledad, ella había
recurrido a escribirse cartas a sí misma. Recuerda que su
hija le envió una simple postal esa mañana, mientras que su
marido recibió una carta entera. Imagina recibir una nueva
carta amorosa de Boylan. Recuerda la primera carta amorosa
que recibió, del teniente Mulvey, a quien ella besó bajo el
puente en Gibraltar. Ella más tarde perdió el contacto con
él y se pregunta lo que habrá sido de él y qué habría sucedido
si no se hubiese casado con Leopold. Molly siente que le empieza
el periodo, lo que confirma que su cita secreta con Boylan
no ha provocado un embarazo. Hace uso del orinal. Los distintos
acontecimientos del día pasado con Boylan cruzan por su cabeza.
Vuelve a la cama y piensa en las veces que ella y Leopold
han tenido que mudarse de casa. Su mente entonces vuela a
Stephen Dedalus, al que ella conoció de niño. Conjetura que
Stephen en realidad no es nada engreído y más probablemente
es un ingenuo.
Fantasea con tener encuentros sexuales con él.
Resuelve ponerse a estudiar para que Stephen no la mire por
encima del hombro. Piensa luego en los extraños hábitos sexuales
de su marido y acaba especulando con que el mundo funcionaría
mucho mejor si se organizase en sociedades matriarcales. Su
pensamiento se dirige otra vez a Stephen, y tras recordar
la muerte de la madre de este, evoca la de su propio hijo,
Rudy. Deprimida, desecha esta línea de pensamientos. Molly
piensa en despertar a Leopold por la mañana y revelarle los
detalles de su asunto con Boylan para hacerle comprender su
culpabilidad en ello. Decide hacerse con unas flores, por
si Stephen llegase a acudir. Pensando en flores, Molly recuerda
el día en que ella y Leopold estuvieron en Howth, la propuesta
de matrimonio de él, y su aceptación: "Sí dije sí quiero Sí",
frase con la que concluye la novela.
|