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12 - Septiembre - 2023
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Encontraremos numerosas rutas de senderismo por Asturias, cruzando la provincia en múltiples direcciones. Algunos recorridos eran usados por los pastores para moverse unos pueblos a otros, otras rutas cruzan ríos, playas o montañas, las hay que son ejemplo de flora y fauna local … Sin duda, Asturias es una provincia llena de encanto, donde destaca el contraste entre el azul del mar y el verde de las montañas.

La ruta del cabo Blanco se puede realizar partiendo desde la playa de Porcía o desde la localidad de La Caridad o Tapia de Casariego y cuenta con una dificultad baja y duración que oscila entre dos y tres horas. La ruta es la oportunidad perfecta para conocer algunos de los paisajes más bellos de la costa asturiana. Partiendo desde la playa de Porcía, en el concejo asturiano de El Franco, habrá que caminar por un ambiente rural hasta llegar al conocido Palacio de Fonfría, construido en el siglo XVI sobre lo que fue una antigua torre de tres plantas. Tras esto, se llegará a la playa de Monello desde donde disfrutar de un bonito mirador.

La playa de Porcía está situada en el concejo asturiano de El Franco y muy cerca de la localidad de Campos-Salave. Forma parte de la Costa Occidental de Asturias y presenta catalogación como ZEPA y LIC.

Concluidas las vistas, hay que volver sobre lo andado para dar con un cruce de caminos desde el que coger la dirección al Cabo Blanco. Desde el Cabo Blanco se pueden ver los restos de un viejo castro que data del IV-I a.C. Se trata de un mirador natural que da la posibilidad de observar en todo su esplendor la costa occidental asturiana. Tras unos minutos de reflexión, la ruta continúa hasta la punta de La Atalaya, pues desde esta altura se puede observar hasta el cabo Estaca de Bares.

Retornando sobre nuestros pasos se llegará a la playa de Porcía y con ello a su mirador, desde el que contemplar un paisaje marino embriagador, lleno de calas que se extienden hasta Tapia de Casariego. En las inmediaciones del mirador se encuentra en un panel explicativo la historia de un barco hundido en el año 1928, denominado Waldemburg.

La ruta de las cascadas de Oneta es de estas rutas de senderismo por Asturias más sencillas y cortas, pudiéndose realizar en tan solo una hora. Son tres las cascadas que componen el conjunto, aunque esta ruta solo contempla la visita a dos de ellas, pues la tercera tiene un acceso muy complicado.

Las cascadas se encuentran a 1.500 metros de la localidad de Oneta, desde la que parte la ruta. Desde el extremo sudoeste de Oneta, hay que andar 700 metros hasta tomar el camino de la izquierda. Al poco el paseo sorprende con un antiguo molino. Más adelante, otro camino surgirá a la izquierda, una vez realizados 1,2 km, en el que puede contemplarse la primera cascada, denominada La Firbia. Tiene una caída de 15 metros. Para acceder a la segunda cascada, La Firbia de Abajo, hay que volver al camino y continuar andando unos 300 metros entre el bosque. Escondida entre más vegetación, constituye el punto final de la ruta.

La propuesta más larga de esta selección es la ruta de Teixo, con casi diez kilómetros de recorrido. Sorprende todo lo que hay que ver en esta ruta, que comienza en la collada de Teixo, en Taramundi. A partir de aquí hay que tomar el camino por carretera que lleva hasta Santa Marina. Cuando se vean las últimas casas de Teixo, habrá que seguir la pista de la derecha y continuar hasta un cruce con desvío a la izquierda. El camino se convierte así en una senda en la que entretenerse con la naturaleza hasta llegar al pueblo de Santa Marina. Este punto es perfecto para admirar la arquitectura rural asturiana.

Tras este punto hay que llegar al caserío de Almallos, descendiendo entre prados para llegar a la carretera que vincula Taramundi con Veigas. Después de hallar el sendero que aquí se localiza, se llega al Conjunto Etnográfico de Os Teixois.

Este conjunto es una aldea deshabitada, ejemplo de una industria que destacó en la zona en el siglo XVIII. El visitante podrá ver los distintos ingenios hidráulicos antiguos.

La siguiente parada se encuentra en la aldea de Las Mestas, hasta la que se llega por un bucólico sendero que avanza al lado de un arroyo. Cogiendo el quinto cruce a la derecha, habrá que volver a girar a la derecha en una pista. La naturaleza acompañará todo el camino. Para completar, nada como conocer la rica gastronomía asturiana para reponer fuerzas en un restaurante cercano.

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Teijóis (oficialmente en eonaviego, Os Teixóis) es un conjunto etnográfico en Asturias (España), que fue abierto al público en 1980.

Teijóis es un caserío que se encuentra a 4 km de la villa de Taramundi, hacia el sureste. En este enclave se encuentra un importante conjunto de ingenios hidráulicos en muy buen estado de conservación y funcionamiento, protegido y bien cuidado por las instituciones responsables.

El visitante puede ver todas estas máquinas en funcionamiento al mismo tiempo que recibe las explicaciones técnicas e históricas pertinentes que los responsables y cuidadores del conjunto les ofrecen.

La presa permitió domar el agua.

El entorno geográfico está constituido por un paisaje de montes, riachuelos (el arroyo llamado Las Mestas es el que impulsa las máquinas del conjunto), desniveles, senderos y caminos rurales, con la vegetación y verdor propios de toda esta zona. El conjunto de ingenios lo componen los siguientes elementos:

El conjunto etnográfico cuenta con cuatro elementos.

El mazo, cuyo nombre lo recibe tanto la máquina que se utiliza para batir el hierro como el pequeño edificio donde se encuentra. En general todos los mazos así como las ferrerías tuvieron una gran importancia durante los siglos XVIII y XIX en el occidente de Asturias. Se sabe muy poco sobre las primeras instalaciones y no hay documentación, pero se cree que estuvieron relacionados con las ferrerías del País Vasco pues se han encontrado documentos de instalaciones posteriores en que se habla de propietarios oriundos de Vizcaya. Además hay que considerar las palabras en eusquera incluidas en el lenguaje propio de estas actividades. Por otra parte en los concejos de Taramundi y Vegadeo y la comarca de Los Oscos se encuentran afincados apellidos vascos como Legazpi y Azcárate. La tradición oral de los más ancianos de esta zona de Asturias aseguran que los primeros mazos fueron instalados por vizcaínos.

El molino es una construcción rectangular con cubierta a dos aguas, hecha de mampostería y pizarra. Consta de dos espacios indispensables: el infierno o nivel hidráulico en la parte de abajo y la sala de la molienda en el piso de arriba. El molino de Teixois era de varios propietarios, siguiendo el sistema llamado de quendas o kalendas, es decir que cada propietario podía hacer uso de él en función de la mayor o menor propiedad que tuviera.

A lo largo del todo el paisaje asturiano pueden verse aun las ruinas o semi ruinas de gran cantidad de molinos como éste. La base de la economía durante siglos fue el cultivo de cereales cuya molienda tenía lugar en estas máquinas hidráulicas.

La rueda de afilar es la máquina que servía para afilar toda clase de herramientas de trabajo. Se encuentra en un cobertizo que está junto a la alberca o estanque. Para su funcionamiento se aprovechaba el mismo arroyo de Las Mestas. Supuso un avance en la tecnología al sustituir a la manual, más antigua.

El batán, también llamado pisa o pisón, es una máquina de madera cuyo funcionamiento se hace gracias a la energía hidráulica. Los batanes están situados siempre cerca de los ríos. Servían para producir el golpeteo de las telas con la fuerza de unos mazos o porros.

Un batán tiene las siguientes dependencias:

- Sistema hidráulico, formado por un canal de madera por donde discurre el agua y una rueda que mide 2 m de diámetro y que lleva unas 16 palas que las mueve el impulso del agua. Con su movimiento arrastran el árbol o eje donde van intercaladas.

- Armazón o estructura, sustentado por cuatro pies derechos, debidamente clavados en la tierra, y un bastidor superior del que cuelgan los mazos de madera que vienen a pesar de 70 a 80 kg.

Recipiente o imina, donde tiene lugar el abatanado de los paños que se depositan en el interior. En este recipiente circula el agua necesaria para la refrigeración de las telas que de otra manera podrían estropearse a causa del calentamiento.

Los batanes empezaron a utilizarse en España desde el siglo XII. En el siglo XVIII, en Asturias había cerca de 200 batanes funcionando, según datos extraídos del catastro del Marqués de la Ensenada. Todavía en el siglo XIX se seguían abatanando los paños para conseguir las telas conocidas como sayal y estameña que se usaban para la confección las prendas de uso de los campesinos asturianos: chaquetas, chalecos, sayas, capas, monteras, sombreros, etc. En los siglos XX y XXI se sigue fabricando la estameña, aunque con otros métodos y por la zona de Cabrales se hace uso de este tejido para confeccionar los escarpines o carpines, que son una especie de calcetines gruesos que se ponen en los pies antes de calzar las madreñas y que combaten muy bien el frío y la humedad.

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La Ruta de La Paicega (6,5 km) es otra de las rutas de senderismo por Asturias que presenta una dificultad baja. Saliendo desde Pesoz, capital del concejo denominado igual, comienza la ruta de A Paicega. Entre bosques en los que crecen abedules y castaños se llega al pueblo de Sanzo. En esta zona de la ruta hay que destacar las panorámicas del castro de Santa Cruz y del valle del Agüeira.

Mirador de A Paicega.

Con una dificultad baja la ruta del Valle de Lago es perfecta para realizar con tranquilidad. El recorrido toma su inicio en la localidad de Valle de Lago, en el concejo de Somiedo. Se trata de un camino recto hasta llegar al Lago del Valle en el que el recorrido regala imágenes idílicas de flora, fauna, laderas, montañas …

La ruta se enmarca dentro del Parque Natural de Somiedo, conocido por ser también Reserva de la Biosfera.

La primera bifurcación se encuentra a poco más de dos kilómetros desde el comienzo, en la que hay que tomar el camino de la derecha. Por este camino se pueden ver teitos, es decir, cabañas con techo vegetal que son características de la zona. Un kilómetro después hay que escoger el camino de la derecha, yendo por la falda de una montaña hasta disfrutar de una panorámica espectacular del valle desde la braña del Gabitón.

Valle de Lago.

La tercera bifurcación vendrá tras haber caminado cinco kilómetros, esta vez eligiendo el sendero de la izquierda, que habrá que cruzar con cuidado de no tropezar con las piedras. Después de un rato caminando aparecerá el Lago del Valle, que hay que rodear hasta llegar al punto más alto de la ruta.

La ruta de la Seimeira nos llevará aproximadamente dos horas y media de caminata. Para comenzar, hay que atravesar el pueblo de Pumares desde el área recreativa del mismo nombre, siguiendo la dirección contraria al cauce del río Agüeira. Aunque Pumares se dedica actualmente al turismo rural, antaño existió mucha actividad ferreira.

Valle del Desterrado.

Al llegar a la primera bifurcación tras andar kilómetro y medio, habrá que escoger el camino de la derecha. Así, aparecerá en el recorrido Ancadeira, un pueblo abandonado en el que la vegetación se ha abierto paso entre los restos de los muros que aquí se levantaron. Tras un pequeño viaje al pasado, se volverá a tomar el camino de la derecha atravesando el valle del Desterrado. En este punto es conveniente enriquecerse con la historia del lugar que puede leerse en los paneles allí habilitados.

Después, otro desvío a la derecha llevará en dirección a la Seimeira, donde sorprende una impresionante cascada. La ruta de la Seimeira puede acabar en este punto o completarse descubriendo el pueblo de Busqueimado.

Para ello, habrá que andar hasta poco más del kilómetro tres y cruzar un puente girando antes a la derecha. Este pequeña aldea destaca por su capilla y los tejos de los tejados de las casas.

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