Cuevas de Talgua es el nombre que recibe una
cueva situada en el valle de Olancho, en el municipio de Catacamas,
al noreste del país centroamericano de Honduras. Es a veces
conocida como "La Cueva de las Calaveras brillantes" debido
a la forma en que la luz se refleja de los depósitos de calcita
que se encuentran en los restos óseos depositados allí.
El sitio ha ganado el interés de los arqueólogos que estudian
los entierros en cuevas de Centroamérica y de Mesoamérica
como uno de los principios más amplios de las Preclásico medio
(1000 - 900 a. C.). Ofrece muchas pistas valiosas sobre cómo
los habitantes de la Cueva de Talgua pudieron haber formado
un importante vínculo entre la Mesoamérica precolombina y
las partes más al sur y el este de América Central, e inclusive
extenderse a las sociedades en el norte de América del Sur
y los Andes.
La Cueva del Río Talgua se encuentra en la sierra de Agalta
en la aldea Talgua, municipio de Catacamas en el Depto. de
Olancho a 7 kms. al noreste de Catacamas. El descubrimiento
del osario de la cueva de Talgua reviste importancia porque
sólo se han descubierto unas pocas cuevas funerarias en Honduras,
y ésta es una de las primeras en ser investigada cuidadosamente.
Además, subsiguientes investigaciones también han revelado
un nivel riqueza y sofisticamiento en una zona que generalmente
había sido considerada marginal desde el punto de vista arqueológico.
El túnel de la cámara ritual constituye un complejo de tres
pasadizos, uno situado verticalmente encima del otro. Se localizaron
23 depósitos de material de esqueletos humanos, por lo menos
veinte de los cuales contienen los restos de múltiples individuos.


La Cueva de las Calaveras, se encuentra en la
Marina Alta, es una cavidad de más de 900 metros de longitud,
que debe su nombre a que en una expedición espeleóloga realizada
en el siglo XVII fueron hallados restos de doce personas en
su interior. La gruta destaca por sus techos altos y se divide
en una zona inundada de 500 metros de extensión y una zona
seca de más de 400 metros que es visitable al público. Durante
el recorrido se pueden observar estalactitas, estalagmitas,
preciosas cúpulas de más de 20m de altura y fósiles y restos
de huesos entre muchas otras cosas. La Cueva de las Calaveras
fue habitada entre el Neandertal y el Hommo Sapiens como bien
podremos intuir por los numerosos restos que encontraremos
a lo largo del recorrido. La visita a la cueva genera un ambiente
de paz y tranquilidad, además de ser muy interesante y divertida
para los más pequeños de la casa.


La proximidad de Cataluña con los Pirineos hace que cualquier
catalán o visitante de la comunidad autónoma pueda disfrutar
de una naturaleza exuberante. Zonas volcánicas, lagos impresionantes,
cascadas y rutas de senderismo que hacen las delicias de los
amantes de las escapadas al aire libre. Otra de las opciones
que ofrece esta sierra es adentrarse en sus entrañas. No se
trata sólo de seguir caminos, sino de meterse en lo más profundo
de las rocas. Una oportunidad única que puede hacerse si se
cruza al otro lado, a Francia. En la zona de los llamados
Pirineos Atlánticos se encuentra una zona única por su naturaleza
como por su posibilidad de exploración. Allí, hay toda una
serie de cuevas que permiten viajar al interior de la cordillera
y de la Tierra. Una de las más destacadas es la cueva de La
Verna. Calificada por muchos como una maravilla geológica
esta gruta es conocida por albergar la mayor sala iluminada
de Europa ubicada bajo tierra. Los datos dan fe de ello. Con
245 metros de largo, 194 metros de altura y una extensión
de cinco hectáreas, se trata de la sala subterránea accesible
al público general más grande del mundo que ocupa una superficie
de cinco hectáreas. Todo ello a 734 metros bajo el nivel de
la superficie.

Su volumen alcanza los 3,6 millones de metros cúbicos, características
que, junto con su estructura monumental y accesibilidad, la
convierten en un destino único y libre de la sensación de
claustrofobia que acompaña a otros espacios subterráneos más
reducidos. En su interior, la sala de La Verna impresiona
tanto por sus dimensiones como por la presencia de un río
subterráneo que genera una sonoridad peculiar, envolviendo
a los visitantes en un ambiente de magnitud casi desmesurada.
Llegar hasta aquí no fue fácil. Al menos, no tanto como ahora.
El descubrimiento de esta cueva, escondida entre los municipios
de Sainte-Engrâce, Arette y Aramits, se remonta a 1953, cuando
varios miembros del club scout “Clan de La Verna”, de allí
su nombre, iniciaron su exploración. Las expediciones anteriores
a este descubrimiento comenzaron en 1950, y en poco tiempo
ya fueron batidos récords espeleológicos, como el descenso
en 1951 de un pozo de 320 metros, considerado en aquel entonces
el más profundo del mundo.

Tras todos estos trabajos y, ante el asombro del mundo, la
gruta o sala de La Verna fue reconocida y abierta al público
gracias a los trabajos posteriores de acceso, con el objetivo
de explotar su potencial turístico y científico. Así, desafiando
a la naturaleza, esta cueva se puede visitar en la actualidad
gracias a la construcción de un túnel artificial de 660 metros
excavado entre 1955 y 1960. Este acceso que ahora recorren
miles de visitantes al año, no se construyó para el público
general, sino que fue parte de un proyecto hidroeléctrico
para captar el río subterráneo en favor de la producción de
energía. Ahora, lo que en su día fue parte de un proyecto
científico e industrial, permite a los visitantes internarse
en la montaña hasta alcanzar el mirador de la gran sala.
De hecho, si uno se acerca a la cueva de Verna tiene hasta
tres opciones de visita. El recorrido "descubrimiento" es
el más simple: consiste en un breve paseo por el túnel que
conduce al mirador de la sala, donde los visitantes pueden
observar la inmensidad de la cueva en un entorno controlado,
ideal para quienes prefieren una visita tranquila sin gran
actividad física. Además, es completamente accesible para
personas con movilidad reducida, ya que su recorrido es en
horizontal y sin obstáculos. Por otro lado, el recorrido "río2
lleva a los visitantes hasta el curso de agua subterráneo,
alcanzando la sala superior que exploraron los primeros espeleólogos.
En esta visita, se cruza el río mediante pasarelas y una escalera
tallada en la roca, permitiendo una experiencia de mayor contacto
con el entorno geológico de la cueva.

Por último, la tercera opción, bautizada como la visita de
"exploración", implica un trayecto de dos horas en el que
se atraviesan zonas más accidentadas de la cueva, con algunas
secciones en las que es necesario utilizar las manos para
avanzar por las rocas moldeadas durante miles de años por
la acción del agua. Este recorrido culmina en la parte baja
de la cueva, y está pensado para quienes buscan una experiencia
más desafiante y cercana a la actividad espeleológica. Todas
las visitas son realizadas en compañía de guías que proporcionan
el equipamiento necesario –casco, linterna frontal y auriculares–
y se adaptan a las condiciones del entorno y al perfil de
los grupos, asegurando que cada visita sea tanto segura como
enriquecedora. Eso sí, si se quiere cruzar el río es mejor
ir con ropa de repuesto o, al menos, impermeable, sin olvidar
un buen calzado.

Para llegar a la cueva de La Verna en Francia desde Cataluña,
la ruta más corta empieza en Vielha (Lleida). Allí comienza
un trayecto de tres horas y media que arranca por la carretera
N-230 en dirección a la frontera con Francia, donde se convierte
en la carretera N-125 hasta llegar a la A-64, en dirección
Tarbes y Pau. Se debe tomar la salida hacia Aix y de allí,
proseguir por la D-281, que se torna la D-111, la D-2 y otra.
Siempre se ha de seguir en dirección a Sainte-Engrâce. Una
vez en el municipio, sólo se tiene que seguir las señales
hacia el Espace Accueil Arrakotchepia, el centro de visitantes
de la cueva de La Verna.

Las grutas de Bétharram son una serie de grutas situadas
en la frontera de los departamentos de los Pirineos Atlánticos
y los Altos Pirineos y de las regiones de Aquitania y Mediodía-Pirineos,
al sur de Francia. Las grutas fueron descubiertas y exploradas
en 1810 por residentes británicos del municipio de Pau. En
1903 se habilitó su vista al público, gracias a la labor de
León Ross.
Una de las primeras cuevas abiertas al público, con 5 niveles,
un recorrido de 2,8 kilometros en un pequeño tren, paseo en
barco en un lago subterráneo y a pie. Varias salas donde descubrir
impresionantes formaciones geológicas (estalactitas, estalagmitas,
cortinas, bordados de piedra ...) en varias etapas de su crecimiento.

Antiguamente, las grutas estaban habitadas por osos de las
cavernas pero en la actualidad la fauna se encuentra limitada
a pequeñas especies de arañas y murciélagos. La humedad se
hace latente conforme se avanza al drenaje del río, de entre
uno y tres metros de profundidad, y del que se estima que
ha cambiado su curso en los últimos milenios.

Brihuega es uno de esos pueblos mágicos de España en los
que parece que el tiempo se detiene y puedes trasladarte sin
esfuerzo a una época ya pasada. Apodada como la Provenza española
por sus infinitos campos de lavanda, destaca además por su
historia, su cultura, su gastronomía y sus paisajes. Es, sin
duda, uno de los pueblos más singulares y bonitos de la provincia
de Guadalajara. Sus más de 3.000 hectáreas de cultivos de
lavanda cubren durante todo el mes de julio sus campos del
color morado y el aroma que la caracterizan. Pero más allá
de la visita a este espectáculo que nos brinda la naturaleza
en Brihuega, hay muchos otros planes en esta localidad que
no desmerecen al anterior.
Sin embargo, otra de las opciones que tiene este pueblo guadalajareño
son sus Cuevas Árabes, lo que señala su gran importancia histórica.
Y es que, la posición estratégica en la que está situada la
villa ha beneficiado su papel en algunas de las batallas importantes.
Así, en la Edad Media, cuando aparece por primera vez en un
registro, se la denomina como un núcleo significativo de población,
siendo mencionada como Castrum Brioca.
Durante este periodo fue un lugar de paso para algunos personajes
históricos como el rey Alfonso VI, tras su huida de la corte
por problemas con su padre, o Don Rodrigo Ximénez de Rada,
que enriqueció el patrimonio de Brihuega con la construcción
de algunos monumentos. No obstante, una de sus etapas con
más esplendor fue en los siglos X y XI, donde se crearon las
Cuevas Árabes.

Los túneles que recorren el suelo subterráneo de Brihuega
fueron construidos entre los siglos X y XI por los árabes.
Estos conforman un laberinto con numerosas galerías que cuentan
con una longitud de unos ocho kilómetros. Además, siempre
mantiene una temperatura constante de 12 grados, lo que hace
que su visita sea verdaderamente agradable, sobre todo en
verano. Gracias a su temperatura continua se pudieron usar
sus largos pasillos como almacén de víveres, alimento y vino.
Incluso, en la actualidad se conservan algunos toneles y tinajas
que se emplearon para esta tarea. Sin embargo, el fin de su
creación fue la defensa en épocas de asedio, ya que si se
completa adecuadamente el recorrido del laberinto, se podía
llegar al exterior de las murallas. Además, durante la guerra
civil española, sirvió como refugio para la población del
pueblo.

A pesar de su enorme recorrido, solo se pueden visitar 700
metros de túneles acondicionados para los visitantes. Así,
aquellos que se sumerjan en las cuevas, serán testigos de
un complejo lleno de caminos cruzados, donde es fácil perder
la orientación. No obstante, se han incorporado unos carteles
con flechas que dirigen a los turistas por el camino. A la
salida de la actividad, se pueden vislumbrar unos arcos sorprendentes
de la época cristiana. Sin duda, este lugar guarda un gran
valor histórico y arquitectónico. Por lo que, para hacer el
recorrido aproximado de 30 minutos, es preciso acercarse a
la tienda de lavanda, junto a la entrada de las cuevas en
la Plaza del Coso.

En diciembre de 1999 miembros del Grupo Mineralogista de
Madrid descubren, en la Mina Rica, la Geoda de Pulpí, una
geoda de unos 8 metros de longitud por 2 metros de altura
recubierta de enormes cristales de yeso. La Geoda de Pulpí
está tapizada por cristales de yeso, alguno de los cuales
llega a medir casi dos metros. Su transparencia y estado de
conservación la convierten en una joya de la naturaleza. Constituye
un fenómeno único a nivel mundial dadas sus dimensiones y
la perfección, tamaño y transparencia de los cristales (Calaforra
y García-Guinea, 2000). El origen de esta impresionante geoda
puede explicarse en dos fases, referidas básicamente a la
formación del hueco y al depósito mineral en el interior de
éste. El hueco en la roca se produjo por karstificación de
las dolomías que forman la Sierra del Aguilón, acompañada
de inyecciones hidrotermales volcánicas. El depósito mineral
en la geoda podría explicarse mediante un modelo mixto kárstico-hidrotermal.

Desde el ámbito patrimonial geológico, la Mina Rica, alberga
numerosos elementos de interés además de la geoda Gigante
de Pulpí y de la mineralogía. Desde el punto de vista estructuralLa
mina rica se observan: plegamientos, milonitas, superficies
de falla, etc., así mismo se observan numerosas formaciones
como espeleotemas de epsomitas y de calcitas, neoformación
de minerales como "barbas de yeso", etc. La presencia de filones
mineralizados de siderita y las diferencias en las litologías
de la mina son otros elementos geológicos de interés, en cualquier
caso, las formaciones geológicas que destacan sobre el resto
son las geodas de yeso; además de la Geoda Gigante se pueden
encontrar en la mina numerosas geodas de diverso tamaño siendo
la Geoda Partida y la Geoda de Colas de Golondrina las más
espectaculares descubiertas hasta la fecha.

La Sierra del Aguilón ha sido objeto de explotación minera
a lo largo de la historia, la minería contemporánea comienza
en 1840, con la explotación en trincheras y cortas de galena
argentífera. A partir de 1870 se empieza a extraer hierro,
que fue el revulsivo minero de la zona, Jaravia se convirtió
en uno de los distritos mineros más importantes de España.
En la última década del siglo XIX la familia Marín Menú revitaliza
las explotaciones de hierro de la Mina Quien tal Pensara,
manteniéndose en explotación a lo largo de varias décadas,
hasta la Guerra Civil, a partir de entonces las explotaciones
fueron abandonándose.

Si bien la historia de la Mina Rica que parecía olvidada,
resurge en diciembre de 1999 con el descubrimiento de la geoda
mineral más grande del mundo, 20 años después comienza el
proyecto para reabrir la Mina Rica, para que todo el mundo
pueda observar el maravilloso legado que nos dejaron los mineros
de Pulpí.
Almería es una provincia que alberga impresionantes maravillas
naturales como el desierto de Tabernas, único desierto en
Europa; la Geoda de Pulpí, una de las geodas más grandes del
mundo visitables; Las Canales de Padules, un oasis perfecto
para los amantes del senderismo y el barranquismo, o el propio
Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, con sus playas vírgenes
y paisajes volcánicos. Sin embargo, en el corazón del Valle
del Almanzora, se encuentra una joya más desconocida pero
igualmente espectacular: El estrecho de Urrácal. Este desfiladero,
situado en la rambla Salada al pie del cerro del Castillico,
es un impresionante paso natural esculpido por el agua y el
viento a lo largo de los años, creando formaciones geológicas
de gran belleza. Las paredes del desfiladero alcanzan varios
metros de altura y, en su parte más estrecha, apenas están
separadas por un metro y medio, lo que dificulta el paso de
la luz del sol y ofrece una experiencia única para los visitantes.
El estrecho de Urrácal es el punto culminante de una ruta
de senderismo de 11 kilómetros, que comienza en la entrada
del pueblo de Urrácal, cerca de la carretera AL-6102. La ruta
es circular y se completa en unas cuatro horas y media, ofreciendo
a los senderistas vistas panorámicas del entorno, con paradas
en lugares como el cortijo de Los Gacheros y antiguos molinos
que aprovechaban el caudal de las acequias.
Sin dejar Andalucía, en el corazón de un pequeño municipio
andaluz se esconde un tesoro subterráneo que deja sin aliento
a quienes lo visitan. Su interior, esculpido por la naturaleza
durante miles de años, alberga un espectáculo geológico de
una belleza difícil de igualar. Este enclave, considerado
uno de los monumentos naturales más impresionantes de España,
ha cautivado a viajeros de todo el mundo por la majestuosidad
de sus formaciones y su riqueza visual. Se trata de la Gruta
de las Maravillas, ubicada en Aracena, en la provincia de
Huelva. Descubierta en el siglo XIX y abierta al público en
1914, es una de las primeras cuevas turísticas de España y
de Europa. Su origen kárstico, modelado por la acción del
agua sobre las rocas calcáreas del Cerro del Castillo, ha
dado lugar a un sistema de galerías, lagos y formaciones geológicas
de gran singularidad. Con un recorrido de 1.200 metros y tres
niveles superpuestos, esta maravilla natural ofrece un espectáculo
visual único, donde las estalactitas, estalagmitas y columnas
se combinan con el reflejo de las aguas subterráneas.

La cueva mantiene una temperatura estable de entre 16 y 19
grados centígrados durante todo el año, con una humedad cercana
al 100%. Estas condiciones han favorecido la preservación
de sus espectaculares formaciones. Para visitarla, es imprescindible
reservar las entradas con antelación, ya que el acceso está
limitado a 1.000 personas por día. Las visitas se realizan
siempre en grupos guiados, con una duración aproximada de
45 minutos, garantizando así la conservación del entorno y
una experiencia enriquecedora para los visitantes.
Ubicada en pleno casco urbano de Aracena, la Gruta de las
Maravillas es uno de los principales atractivos turísticos
de la región y un referente en el turismo subterráneo en España.
Su acceso es sencillo gracias a su buena conexión por carretera
con Sevilla, Huelva, Extremadura y Portugal. Para una experiencia
más completa, es posible adquirir la tarjeta Aracena Turística,
que permite la entrada a la cueva, al Museo del Jamón y al
Conjunto Monumental del Castillo. Un destino imprescindible
para los amantes de la naturaleza y la aventura.

En el corazón de Andalucía, un pequeño pueblo se alza sobre
un entorno natural privilegiado, considerado uno de los Pueblos
más Bonitos de España. Entre sus tesoros más valiosos se encuentra
una de las cuevas más impresionantes del sur de España, un
enclave de valor arqueológico y geológico que ha fascinado
a investigadores y visitantes durante décadas. Se trata de
la Cueva de los Murciélagos, situada en el municipio cordobés
de Zuheros y enclavada en el Parque Natural de las Sierras
Subbéticas. Con una altitud de 976 metros sobre el nivel del
mar, esta cueva alberga más de 3.300 metros de galerías topografiadas,
aunque el recorrido turístico comprende 415 metros. Su acceso
no es sencillo, ya que cuenta con 700 escalones y un descenso
de hasta 65 metros de profundidad, pero la belleza de sus
formaciones calcáreas lo compensa con creces.
El agua ha esculpido a lo largo de milenios este impresionante
sistema kárstico, creando estalactitas y estalagmitas de formas
caprichosas. Destacan espacios como la Sala del Órgano o la
Sala de las Formaciones, donde se encuentra la icónica estalagmita
conocida como 'El Espárrago', de 4 metros de altura. Estos
elementos hacen de la cueva un espectáculo visual inigualable.
Además de su valor geológico, la Cueva de los Murciélagos
es un importante yacimiento arqueológico. En su interior se
han encontrado vestigios que demuestran su ocupación desde
el Paleolítico Medio hasta la época romana. Destacan pinturas
rupestres únicas en Andalucía y restos de herramientas, huesos
y cerámica de almagra.

Sobre la montaña descansa esta pintoresca
localidad.
Uno de los descubrimientos más relevantes tuvo lugar en 2018,
cuando un análisis de ADN realizado sobre un esqueleto hallado
en una de sus zonas más profundas confirmó que se trataba
del primer agricultor del sur de la península Ibérica, que
vivió hace más de 7.200 años.
Visitar la Cueva de los Murciélagos es solo una parte de
la experiencia en Zuheros, un municipio que forma parte de
la Red de los Pueblos Más Bonitos de España. Sus calles empedradas,
el Castillo de Zuheros y la Iglesia de los Remedios transportan
a los viajeros a otra época. Además, la localidad es famosa
por su Feria del Queso, donde cada año se venden miles de
kilos de este producto artesanal.

Nota de prensa, Enero 2025:
Pasados unos días de la publicación de esta
entrada, la candidatura 'Geoda de Pulpí: Luz en la oscuridad',
impulsada por el Ayuntamiento de Pulpí (Almería) con el respaldo
de la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía,
ha entrado en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial,
el paso previo para poder presentar la candidatura formal
a Patrimonio Mundial ante la Unesco, donde la región andaluza
ya cuenta con ocho bienes incluidos. Esta Lista Indicativa
o inventario de bienes susceptible de ser declarados Patrimonio
Mundial tiene como finalidad reflejar la diversidad cultural
y natural de un país con un potencial valor universal, elemento
fundamental en la caracterización del patrimonio mundial.

La Cueva del Rull fue descubierta en 1919 por José Vicente
Mengual (el tío Rull) durante una jornada de caza. Fue acondicionada
para su visita a mediados de los años 60. Sus instalaciones
se renovaron en 1995 y se creó un recorrido más entretenido,
didáctico y seguro. Presenta importantes conjuntos de espeleotemas
cuyos orígenes y formas son muy diversos. Destacan las estalagmitas,
estalactitas, columnas y banderas, así como salas de gran
volumen. El trayecto de la visita tiene una longitud de 220
metros y un desnivel de 19 metros. Se realiza en sentido circular
y permite admirar, desde diferentes perspectivas, el grandioso
paisaje subterráneo. La visita es guiada, tiene una duración
de 45 minutos y es apta para todos los públicos.


En 1978 concluyen ciento veinte años de industria extractiva
de blenda y galena, que forjaron el actual paisaje de la Sierra
de Arnero, continuidad de la cordillera de El Escudo, que
separa la costa occidental de Cantabria de la Comarca del
Saja y de Cabuérniga. Es origen, igualmente, de cultura y
tradiciones mineras en los pueblos de Valdáliga y de la Comarca
del Nansa. En Bustriguado, en Labarces, en Rábago, en Bielba,
en Roiz, en Celis, en Camijanes, en Cabanzón y en muchos otros
pueblos del piedemonte de La Florida, es difícil no encontrar
vecinos cuyos padres o abuelos no dejaran años de su vida
laboral en las galerías mineras, hoy solitarias pero en las
que perduran sus pisadas, sus palabras, sus ilusiones. También
su trabajo y esfuerzo.

La Sierra de Arnero, de varios miles de hectáreas, está constituida
en su mayor parte por terrenos dedicados a bosques comunales
y praderías también del común de los pueblos, en los que pastan
libremente centenares de cabezas de ganado ovino, bovino y
equino. Ninguna incidencia humana excepción hecha de las antiguas
escombreras mineras y de viejas cabañas ganaderas. En ambas
vertientes pequeños pueblos de bien conservado caserío, en
los que impera la arquitectura rural tradicional de Cantabria.
La comunicación es excelente, con enlace a la autovía del
Cantábrico por Los Tánagos-Pesués, carretera hacia Puentenansa.
Actualmente se construye otra carretera que comunicará El
Soplao con la autovía por Roiz y Villanueva de Labarces.

La cueva El Soplao, descubierta a principios del siglo XX
con motivo de la explotación de las minas de La Florida, es
considerada una de las grandes maravillas de la geología,
pues atesora un auténtico paraíso de la espeleología (excéntricas,
estalactitas, estalagmitas, coladas, columnas, perlas de las
cavernas, dientes de perro, etc.).
Sin salir de Cantabria, la Cueva de Valporquero se encuentra
en la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica, al norte
de la Provincia de León, a 47 Km de su capital y en el Municipio
de Vegacervera. El itinerario visitable, de 1300 m de longitud,
recorre seis salas que van ganando en complejidad y diversidad
de formaciones geológicas, desde la sala de las pequeñas maravillas
hasta la final de las maravillas.

A tan solo una hora y media de Madrid se encuentra un destino
que sorprende y que es ideal para pasar un fin de semana.
Un recorrido que lleva a los visitantes desde una villa medieval
hasta una cueva con más de 12 millones de años de antigüedad.
Esta escapada ofrece un viaje en el tiempo a través de calles
empedradas, construcciones centenarias y una maravilla geológica
que ha permanecido oculta durante siglos. Ubicado en el Valle
del Tiétar, el municipio de Cuevas del Valle destaca por su
arquitectura popular y su entorno natural. Sus calles estrechas,
balcones adornados con flores y edificaciones de madera y
piedra conservan el encanto de su pasado medieval. A pocos
kilómetros de esta localidad se encuentra la Cueva del Águila,
un impresionante espacio subterráneo descubierto hace apenas
seis décadas. En su interior, estalactitas y estalagmitas
han ido creciendo a un ritmo de 1 cm cada 100 años, dando
lugar a un espectáculo natural único.
El recorrido por esta zona de Ávila permite conocer otros
enclaves de gran valor histórico, como Mombeltrán. Su castillo,
construido en el siglo XV, es uno de los mejor conservados
de la provincia y abre sus puertas los fines de semana para
visitas. Además, en las proximidades se encuentra la calzada
romana del Puerto del Pico, utilizada desde tiempos antiguos
como paso estratégico para la trashumancia. Caminar por este
sendero permite revivir parte del pasado de la región y disfrutar
de unas vistas inigualables.

Este itinerario ofrece una combinación ideal de patrimonio
y naturaleza, convirtiéndose en una alternativa perfecta para
quienes buscan una escapada diferente cerca de la capital.
La visita a la Cueva del Águila tiene un coste de 10 euros
e incluye una visita guiada de aproximadamente una hora. Además,
la zona cuenta con diversas rutas de senderismo y alojamientos
rurales con encanto, lo que permite completar la experiencia
con una estancia en plena Sierra de Gredos. Un destino que,
sin duda, merece ser explorado.

Coves de Sant Josep ofrece a sus visitantes un tranquilo
paseo en barca a lo largo de uno de los ríos subterráneos
navegables más espectaculares. La visita incluye un tramo
en barca de 800 metros y un recorrido a pie de 250 metros.
La visita tiene una duración aproximada de 40 minutos,con
una temperatura constante de 20ºC durante todo el año. Con
sus 2.750 metros de recorrido actuales, representa la cavidad
de mayor recorrido de la provincia de Castellón y la 2ª de
la Comunidad Valenciana. Se trata del río subterráneo navegable
más largo de Europa. La cavidad representa una surgencia activa
desarrollada en calizas durante el período del Triásico medio,
pero a pesar de las múltiples visitas de espeleólogos, aún
no se conoce el origen del río ni el final de la gruta.

Antes de los adelantos del siglo XX, importantes historiadores
como J. Cavanilles, Sebastián Miñano, o Pascual Madoz, ya
citaron en sus obras sobre geografía la existencia de esta
cavidad. También se tuvo constancia de que la cavidad era
conocida desde el Paleolítico Superior (hará unos 17 000 años),
como lo demostraron los yacimientos arqueológicos encontrados
en la boca de acceso junto a las pinturas rupestres del período
Magdaleniense. Incluso la proximidad de un poblado ibérico
también indicaba que durante la época íbera la cueva fue conocida
y explorada, al igual que durante la larga dominación romana,
a la vista de una lápida encontrada dedicada a Caio Cneo Craso,
hijo del cónsul romano Marco Licinio Craso.
La primera exploración realizada por un grupo de espeleólogos
se realizó en 1954, por parte del Centro Excursionista de
Valencia, y en 1958 dicho grupo confecciona el primer plano
topográfico de la cueva. En 1960 se comprueba la continuidad
de la cueva al superar Joaquín Saludes, del Centro de Investigaciones
y Actividades Subacuáticas de Valencia, la Galería de los
Sifones. Las voladuras con dinamita permiten abrir este paso
en 1961, quedando descubierto el Estanque Azul y el resto
de las galerías que constituyen el recorrido actual, descubriéndose
también la Galería Seca. En los años sucesivos, diversas expediciones
de espeleólogos de Castellón y escafandristas de Barcelona,
acabarán por descubrir nuevas galerías y sifones, tras llegar
hasta el final conocido de la cavidad, alcanzando los 2 348
metros de longitud.

La ACTE persigue la representación, promoción, defensa y
gestión de los intereses de sus asociados y por lo tanto,
del Sector Turístico Subterráneo Español. El turismo subterráneo
muy desarrollado en diversos países como Francia, Estados
Unidos de América, China, Países Centroeuropeos, etc., debe
potenciarse y promocionarse en España a través de la ampliación,
profesionalización y calidad de sus explotaciones. Esto solo
es posible conseguirlo mediante la unión de las mismas, la
unificación de criterios, el intercambio de experiencias,
la promoción conjunta a nivel nacional e internacional, la
formación adecuada de recursos humanos, el asesoramiento técnico
y de gestión a nuevas o futuras explotaciones, la representación
oficial del sector y sobre todo, mediante el trabajo diario,
agrupado y planificado, de todas las personas implicadas e
ilusionadas por mejorar el pequeño pero maravilloso Sector
Turístico Subterráneo.

La región gallega más abrupta guarda en sus profundidades
una de las cavidades más singulares de la península. Solo
quienes se adentran con guía especializada pueden contemplar
un espectáculo geológico que permanece oculto a los ojos del
visitante común. El descubrimiento de una formación acuática
en su interior ha renovado el interés por uno de los paisajes
subterráneos más complejos del norte de España. La cueva de
Aradelas, localizada en el municipio de Folgoso do Courel,
es actualmente la más profunda de Galicia. A lo largo de sus
más de 140 metros de profundidad y un recorrido que supera
los 2 kilómetros, esta cavidad ha revelado en los últimos
meses nuevas galerías, formaciones rocosas inéditas y un impresionante
lago subterráneo de más de 30 metros de longitud y cuatro
de profundidad. La masa de agua, bautizada como Hydra, fue
descubierta mediante técnicas de espeleobuceo por equipos
especializados de Galicia y Asturias.

La caverna más profunda de la región con un impresionante
lago en su interior.
Además de la laguna, se ha documentado una extensa variedad
de espeleotemas como estalactitas, estalagmitas, columnas,
coladas y pisolitas, estas últimas conocidas como ‘perlas
de las cavernas’. La exploración también ha permitido identificar
una nueva entrada natural, llamada Cova Emilio en homenaje
a un espeleólogo fallecido. Los hallazgos han ampliado significativamente
el conocimiento de esta cavidad, que durante años solo se
había cartografiado en una extensión mucho menor.
Recientemente, uno de los descubrimientos más llamativos
ha sido la presencia de moonmilk o ‘leche de luna’, una sustancia
de aspecto blanco compuesta por minerales poco comunes en
la comunidad, básicamente por minerales no documentados previamente
en la comunidad. Estos minerales son la hidromagnesita, un
carbonato hidratado de magnesio, y la huntita, un carbonato
anhidro de calcio y magnesio. Según confirmó la geóloga Sarah
Bonilla, este depósito contiene hidromagnesita y huntita,
elementos nunca antes identificados en cuevas gallegas. Estos
hallazgos han reforzado el valor del Geoparque Montañas do
Courel como enclave de relevancia científica dentro de la
Reserva da Biosfera y la Rede Natura 2000.

Y sin dejar Terra Meiga ...
Nos acercamos a la Mancomunidad de Concellos.
La mayor cueva de Galicia reabre sus puertas este 2025, permitiendo
a los visitantes adentrarse en un entorno subterráneo de gran
valor natural e histórico. Con una extensión de 7.000 metros
de galerías y dos opciones de recorrido, este enclave se convierte
en un destino imprescindible para quienes buscan una experiencia
de turismo activo y cultural. Su interior alberga impresionantes
formaciones geológicas, lagunas ocultas y un río subterráneo,
ofreciendo un recorrido lleno de sorpresas para los exploradores
más curiosos.
Se trata de la Cova do Rei Cintolo, ubicada en Mondoñedo,
Lugo. Desde el pasado 1 de marzo, los interesados pueden elegir
entre dos recorridos guiados: la Galería Central, de 300 metros,
ideal para quienes buscan una visita accesible y didáctica,
y el recorrido hasta el río subterráneo, una opción más exigente
que requiere buena condición física. La primera alternativa
tiene un coste de 20 euros, mientras que la exploración completa
asciende a 40 euros, siendo ambas experiencias una oportunidad
única para conocer la mayor cavidad de la comunidad gallega.

Más allá de su impresionante geología, la cueva destaca por
su relevancia arqueológica. Documentada por primera vez en
1873, ha sido objeto de diversas investigaciones, que han
sacado a la luz restos humanos del Paleolítico Superior, herramientas
líticas y vestigios de ocupaciones medievales. Además, en
su interior habitan diversas especies de murciélagos y pequeños
invertebrados, reforzando su valor ecológico y convirtiéndola
en un espacio de gran interés científico.
Las visitas a la Galería Central se realizan durante marzo
los viernes, sábados, domingos y festivos a las 11:00 y 16:00
horas. A partir de abril, se añade un tercer horario a las
18:30 horas, mientras que en los meses de verano se podrá
acceder cualquier día de la semana. Para quienes opten por
la ruta más exigente, las visitas al río están disponibles
todos los días con reserva previa. Para participar en cualquiera
de las opciones, es necesario contactar al teléfono 982 507
177 y garantizar una plaza en esta experiencia única en Galicia.

Sin salir de la Mancomunidad de Concellos, en lo más profundo
de la costa gallega se esconde un enclave natural de gran
belleza, un rincón poco conocido que ofrece una vista privilegiada
del océano Atlántico y los acantilados de la región. Se trata
de un mirador natural oculto entre la roca, al que se accede
a través de un pasadizo estrecho que desemboca en una impresionante
abertura hacia el mar. Este paraje, todavía desconocido para
muchos viajeros, es uno de los secretos mejor guardados de
Galicia.
Este enclave es la Cueva de la Doncella, también conocida
como Cova dos Encantos, situada en el municipio de Viveiro,
dentro de la comarca da Mariña Occidental. Su acceso parte
de la playa de Abrela, desde donde se inicia un sendero que
conduce a una cavidad de unos 15 metros. Tras atravesar un
túnel estrecho, los visitantes se encuentran con un espectacular
balcón natural desde el que se pueden contemplar las imponentes
formaciones rocosas de Punta do Cabalo y Punta Insua.
Más allá de su atractivo paisajístico, este lugar está envuelto
en un aura de misterio debido a una antigua leyenda. La tradición
cuenta que en su interior habita una doncella encantada, atrapada
por un hechizo que solo se rompe la noche de San Juan. En
esa fecha, la joven emerge de la cueva, desciende por los
acantilados y se baña en el mar mientras peina su cabellera
dorada con un peine de oro. Este relato, similar a otras historias
de mouras de la mitología gallega, añade un componente mágico
a este rincón escondido de la costa.

Para aquellos que deseen visitar este mirador natural, lo
recomendable es dejar el vehículo en el aparcamiento del antiguo
cargadero de la ría de Viveiro y continuar a pie por la pista
que lleva a Punta Insua. Aunque el camino no está señalizado,
su recorrido no presenta dificultades importantes, salvo la
precaución necesaria al acercarse al borde de los acantilados,
puesto que no hay ninguna baliza. Este enclave forma parte
del LIC Costa da Mariña Occidental, un espacio protegido que
resguarda la biodiversidad y el valor paisajístico de la zona.
La Cueva de Valdelajo fue descubierta casualmente en el año
1999 en el curso de unas prospecciones con vistas a la explotación
de una cantera, cerca de la localidad de Sahelices de Sabero.
Un amplio estudio realizado por el Grupo Espeleológico de
Matallana (León) resaltó la belleza e interés de la cavidad
y de sus formaciones, recomendando para ella un alto grado
de protección, compatible con una visita ordenada de la misma
Desde entonces, con un importante esfuerzo económico, el Ayuntamiento
de Sabero, apoyado por la Diputación de León y el Grupo de
Acción Local Montaña de Riaño, ha venido desarrollando todos
los trabajos de mejora de los accesos a la cueva, adaptación
interior e iluminación, siguiendo los criterios técnicos necesarios
para preservar la cavidad y mostrarla al público en su estado
original. La Cueva de Valdelajo, aunque de pequeño tamaño,
alberga bellas formaciones calcáreas que han sido creadas
en el silencio de la gruta durante miles de años por el paciente
trabajo del agua sobre la roca. Coladas estalagmiticas, estalactitas
de diversos tamaños, banderas, columnas, macarrones de un
blanco puro y pequeños gours en el suelo, componen un mosaico
de formas pétreas en el que destacan las instalaciones forradas
con cristales de aragonito, autenticas joyas. Una maravilla
más que visitar en el Valle de Sabero.

Los llamados fiordos leoneses.
El Valle de Sabero se encuentra al noreste de
la provincia, a 45' en coche de la ciudad de León y a 30'
de la Montaña de Riaño. También esta próximo a Boñar, localidad
muy popular para leoneses que buscan temperaturas más frescas
o asturianos que quieren «secar»). Puedes encontrar cabañas
de madera ideales para hacer una escapada rural por León.
Sin duda es un lugar ideal para combinar rutas de alta montaña,
senderismo y actividades culturales ligadas a ese pasado industrial
que marcó un hito en el siglo XIX. A pocos minutos en coche
puedes visitar el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla
y León, ubicado en la antigua Ferrería de San Blas. Es Bien
de Interés en la categoría de Monumento y una visita de lo
más interesante.
Se puede llegar a la cueva a pie, en bicicleta, moto o en
coche, subiendo siempre por la misma pista. Te recomendamos,
siempre que sea posible, realizar la ruta a pie. Lo mejor
es salir desde la Iglesia de Sahelices de Sabero. En uno de
sus laterales, verás una plaza y en la misma, existe un cartel
de madera, que indica la dirección hacia la Cueva, que se
encuentra a 2,6 km de distancia.

En la zona, la cueva de Llamazares o cueva Coribos está situada
en el norte de la provincia, junto al pueblo de Llamazares,
municipio de Valdelugueros y a 57 km de la ciudad de capital.
Abierta al público desde 2015 se encuentra gestionada de manera
privada. El itinerario visitable, de 700 metros de longitud,
recorre la cueva en un recorrido que va ganando en complejidad
y diversidad de formaciones geológicas.
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