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4 - Agosto - 2024
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Castilla-La Mancha alberga una gran cantidad de parajes que son una maravilla. Algunos de ellos se pueden encontrar en la Serranía de Cuenca, un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el turismo rural. Allí, el viajero no queda solo asombrado con la belleza de los paisajes, sino también con los pequeños pueblos que la rodean, los cuales guardan multitud de encantos. En este sentido, la localidad de Uña sorprende al viajero gracias a su privilegiado enclave y pintoresco patrimonio. Esta pequeña villa de apenas 88 habitantes (INE 2023) es un destino ideal para desconectar y disfrutar de la riqueza natural de la región, ya que se incrusta en el corazón del Parque Natural Serranía de Cuenca. Este enclave permite a los más aventureros disfrutar de infinidad de rutas de senderismo que descubren todos sus secretos.

Uña sorprende al viajero, se mire por donde se mire. Cuando se llega al pueblo, el viajero queda asombrado con la estampa que encuentra, pues desde la carretera, las casas serranas parecen colgar de la ladera de la montaña. Pero nada más lejos de la realidad, pues ya una vez en sus calles se puede apreciar como su entramado urbano desciende desde la Plaza de la Constitución, a través de las calles del Horno y de Las Fraguas. Tanto es así, que desde el portal web de Turismo de Castilla-La Mancha lo nombran “un pueblo con dos caras”.

Uña y su laguna, en Cuenca.

Así, el casco urbano de Uña conserva un encanto rural que se refleja en sus estrechas calles y en sus edificaciones de piedra. La iglesia de San Miguel, de origen románico, es uno de los monumentos más destacados. Este templo, construido en el siglo XIII, ha sido restaurado en varias ocasiones, pero mantiene elementos originales que testimonian su larga historia. Por su parte, las fiestas patronales de Uña, dedicadas a San Roque y San Miguel, se celebran con fervor en agosto y septiembre respectivamente. Estas festividades son un reflejo de las tradiciones del lugar, con procesiones, verbenas y actividades culturales que involucran a toda la comunidad y a los visitantes.

A pesar de todos sus encantos patrimoniales, Uña destaca por su inconmensurable riqueza natural. El pueblo está situado a orillas de la Laguna de Uña, un paraje natural que se extiende a lo largo de 15 hectáreas y se caracteriza por sus aguas cristalinas. La laguna, que forma parte del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, fue represada a principios del siglo XX y se nutre de un canal artificial procedente del embalse de La Toba y del arroyo del Rincón. Además, es un lugar ideal para la observación de aves, ya que acoge a numerosas especies tanto residentes como migratorias. La riqueza natural de Uña se complementa con la presencia de la impresionante Hoz de Uña, una garganta esculpida por el río Júcar que ofrece paisajes de gran belleza y rutas de senderismo que atraen a excursionistas de todas partes.

El complejo rural Casa el Escalerón está compuesto de dos casas rurales, cada una de ellas se compone de dos apartamentos rurales independientes con capacidad para cuatro a seis personas cada uno de ellos, y provistos de dos amplios y cómodos sofás cama situados alrededor de la chimenea. Cada apartamento dispone de salón con cocina equipada, dos dormitorios, baño completo, calefacción de gasoil con termostatos y chimenea.

Las casas cuentan con chimenea de leña, patio con vistas a la Serranía de Cuenca y barbacoa 100% equipada. Uña es destino Starlight por sus cielos limpios y estrellados.

De todos los senderos que recorren el parque natural, unos 11 en total, destaca sobre todos el que conduce al Escalerón de la Raya. Este camino tiene alrededor de nueve kilómetros de longitud y una dificultad media. “El Escalerón es una notable pendiente entre árboles y riscos; la Raya (arriba), el camino de vuelta excavado en los cortados que exige andar con precaución; entre medias, las vistas grandiosas desde los miradores de El Refrentón y Rincón de Uña El mirador de la Raya, situado a las afueras del pueblo, brinda unas vistas panorámicas excepcionales de la hoz y el entorno circundante”, explica Francesc Ribes en el libro Los pueblos más bonitos de la España vacía (Anaya Touring).

El Pueblo de Uña, entre roca y agua en la Serranía de Cuenca. Podrás visitar los lugares más emblemáticos del Parque Natural de la Serranía de Cuenca tales como la Ciudad Encantada, los Callejones de Las Majadas y el Nacimiento del Río Cuervo, a pocos kilómetros de Cuenca, que cuenta con el privilegio de ser Ciudad Patrimonio de la Humanidad, declaración otorgada en el año 1996 por la UNESCO, perteneciendo así a un selecto grupo de tan sólo quince ciudades en nuestro país.

Igualmente, la Ventana del Diablo, un mirador natural que brinda espectaculares vistas de los cañones del río Júcar, es otro de los puntos de interés cercanos al pueblo. Este mirador, esculpido en la roca, proporciona una experiencia única para quienes buscan vistas panorámicas y perspectivas fotográficas excepcionales. Pero esto no es todo, pues este enclave también es perfecto para hacer deportes como el piragüismo o darse un baño en sus numerosas cascadas y pozas naturales.

Desde Cuenca, el viaje es de alrededor de 35 minutos por la carretera CM-2105. Por su parte, desde Madrid, el trayecto tiene una duración estimada de 2 horas y 20 minutos por las vías A-3 y A-40.

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Navaleno es una localidad y también un municipio de la provincia de Soria, partido judicial de Soria, comunidad autónoma de Castilla y León, España. Integrado en la comarca de Pinares, se sitúa a 47 kilómetros de Soria. El término municipal está atravesado por la carretera nacional N-234, entre los pK 396 y 400, además de por carreteras locales que comunican con Canicosa de la Sierra y con la base aérea de Amogable. El relieve del municipio es predominantemente montañoso, cerca de la sierra de la Umbría, que hace de límite con la provincia de Burgos. El río Navaleno pasa por el pueblo y cruza el territorio de este a oeste. La altitud oscila entre los 1347 metros al norte (pico Barbojo) y los 1050 metros a orillas del río Navaleno. El pueblo se alza a 1105 metros sobre el nivel de mar.

En Navaleno se encuentra uno de los principales hábitats micológicos de la provincia de Soria; se trata de la masa forestal de pino negral y pino albar de la comarca de Pinares. Estos pinares son muy buenos productores de Lactarius deliciosus (níscalo o amizcle), lo que unido a la relativa proximidad de Soria a los mercados catalanes, donde es muy apreciado, hace que sea la especie más importante desde el punto de vista económico de estas masas forestales. Pero también se comercializan otras especies del género Hygrophorus: llanegas; Tricholoma equestre (o seta de los caballeros), calificada desde el punto de vista culinario como “excelente”, Tricholoma terreum (o negrilla), calificada como “buen comestible”; y, aunque en menor cantidad, también se pueden encontrar Boletus edulis (miguel u hongo blanco), calificado culinariamente como “excelente”; y Boletus pinophilus (miguel u hongo rojo), también calificado como “excelente”. Todos los años, en torno a la festividad de Todos los Santos, se celebran las Jornadas Micológicas con exposición de las distintas variedades de setas recogidas en la zona, conferencias, degustaciones micológicas, concurso de fotografía, etc. Además cuenta con el Centro Micológico de Navaleno, inaugurado en 2007 y abierto desde 2008, que alberga una exposición permanente sobre el mundo de las setas y desde el que se organizan cursos relacionados con el mundo fungi.

La localidad ofrece varias rutas muy interesantes.

El SENDERO GR-86 PINARES URBIÓN SORIA - ETAPA 4, de 18,2 kilómetros, está continuamente sumergida en un magnífico e interminable bosque de pinos silvestres y negrales. Remonta de nuevo la Sierra de la Umbría hasta Prado San Llorente y desciende cruzando Pinar Grande hasta Navaleno. El trazado corresponde en gran parte a un antiguo camino carretero que unía ambos poblados; actualmente formado por una sucesión de sendas, arrastraderos, pistas y caminos de rodadura. Estos caminos formaban una red de vías por donde circulaban las carretas de bueyes cargadas de madera, lana y otros productos de la tierra, enlazando con otras vías principales que llevaban a múltiples destinos de la geografía española. Duruelo de la Sierra Esta etapa inicia su andadura por el camino que sale a la izquierda, nada más pasar el puente del río Triguera por la carretera que se dirige a Quintanar de la Sierra. Tras pasar junto a unos vallados de piedra se adentra en un pinar adehesado, formación vegetal pintoresca de los pinares de los sistemas Ibérico y Central.

Esta masa se encuentra surcada por una recta calle por donde pasó una línea eléctrica. Siguiéndola durante unos dos kilómetros, corta con la carretera o pista asfaltada de Duruelo de la Sierra a Navaleno, a unos pasos de su cruce con la carretera principal que conduce a Quintanar de la Sierra. Tras un corto tramo por la pista asfaltada, en el momento que describe su primera curva, sale recto del asfalto para enlazar con una senda arrastradero. A unos minutos de camino se encarama a la pendiente de la vertiente norte de la Sierra de la Umbría; remontándola hasta los Prados de San Llorente mediante sucesivos quiebros que van desplazando el recorrido progresivamente hacia la derecha. Entrando en los Prados de San Llorente, el trazo del sendero se pierde en el praderío. Este es el punto de conexión de la variante GR 86.1 con el GR 86 que viene desde Covaleda a través de la sierra de la Umbría. Si quisiéramos seguir hacia Covaleda, tendríamos que ascender en dirección este hasta Cabeza Alta por el margen izquierdo del cortafuegos (ver perfil de la etapa anterior). Para continuar hacia Navaleno, que es lo que pretendemos en la descripción de esta etapa, toma un sendero, alejándose de los prados hacia la vertiente sur de la sierra. Aquí estad atentos a no tomar un sendero que parte unos metros más abajo, desde el fondo del collado que forman los prados de San Llorente.

Tras un corto tramo de sendero en llano, enlaza con un cortafuegos. Aquí gira a la derecha descendiendo unos metros hasta el final del cortafuegos, donde enlaza con el arrastradero que, tras unos dos kilómetros y medio de descenso, en ocasiones por terreno accidentado, finaliza en el fondo del valle. Tras cruzar un arroyo y la pista trazada por el fondo del valle, asciende recto unos metros en fuerte pendiente por arrastradero al encuentro del próximo desvío. Aquí vira a la izquierda y enseguida el trazado toma otro matiz; ahora llanea una zona despejada a lo largo de una pequeña elevación, conocida como Raso Redondo; más tarde, pasa junto al Prado de los Cien Duros. Una vez que el camino vuelve a sumergirse en el pinar, se transforma en pista, poco antes de salir a otra pista más ancha. Sigue ésta hacia la derecha y, a unos minutos de marcha, llega a Castroverde, agradable paraje de praderíos con Refugio forestal. Atraviesa el paraje por la misma pista y a unos metros corta con otra, después de pasar una valla que cierra la pista. Continúa hacia la izquierda y pasa junto a la Fuente de la Canaleja. A un kilómetro, abandona la pista por su margen derecho para enlazar con una agradable vereda que, tras cruzar el Río Ebrillos y torcer a la izquierda, bordea la ladera virando poco a poco hacia la derecha, para encajonarse en un fresco vallejo con enormes mayos. Sale de la umbría del vallejo por una portera que da paso a una corta y, más tarde, cruza un arroyo para encaramarse a un corto repecho que da con un pequeño collado, coincidiendo con un desvío a la izquierda. Desde aquí se divisa el tejado del Refugio del Presón. Ignora el anterior desvío y sigue los pasos por el mismo camino, para salir del collado a través de una corta y pronunciada bajada entre dos taludes. A un centenar de metros alcanza el llano, cruza el incipiente Río Vadillo y, acto seguido, se sitúa en la pista que sigue en dirección al Refugio del Presón.

Ubicadas en la localidad de Navaleno, a 1200 metros de altitud en el noroeste de la provincia de Soria, las casas rurales El Pinar de Navaleno se encuentran en la extensa "Mancha Verde" de la península.

Tras cinco minutos de caminar por pista, cambia de camino en el primer desvío a la derecha, donde sale el Camino de las Lanchuelas. A un centenar de metros, abandona éste hacia la derecha por camino de rodadura que inicia un suave descenso, al encuentro de la carretera de Navaleno a Canicosa de la Sierra. Una vez en ésta, tuerce a la izquierda siguiéndola hasta el acceso a la estación de ferrocarril de Navaleno, punto de corte con la variante GR 86.2 que se dirige hacia San Leonardo de Yagüe (ver etapa siguiente). Ahora da unos pasos hacia la estación de ferrocarril y, una vez situado frente a ella, se desvía a la izquierda por un trozo de senda muy recta. En sucesivas ocasiones entra y sale de la carretera, atrochado en algunas de sus curvas, para ir a morir al otro lado de la carretera en una zona de merenderos, en las proximidades del campo de fútbol. Un último tirón por la carretera antigua nos lleva a la localidad de Navaleno, final de etapa.

El parque nacional de las Tablas de Daimiel es un espacio natural protegido español que protege el humedal homónimo. Se encuentra situado en los términos municipales de Daimiel y Villarrubia de los Ojos, en la provincia de Ciudad Real, comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Es además una zona de especial protección para las aves (ZEPA) y parte de la Reserva de la Biosfera La Mancha Húmeda. Con 192 025 visitantes anualmente (2015), las Tablas de Daimiel es el decimotercer parque nacional más visitado de España.

Las Tablas son uno de los últimos representantes de un ecosistema denominado tablas fluviales que se forman al desbordarse los ríos en sus tramos medios, favorecidos por fenómenos de semiendorreísmo y la escasez de pendientes. El humedal se forma en la confluencia del río Guadiana y su afluente Cigüela y es uno de los ecosistemas acuáticos más importantes de la península ibérica por la variedad y calidad de la fauna y flora que habitan en ella, así como por aquellas aves que la emplean en los pasos migratorios. Las Tablas sirve de refugio a más de 2.000 especies (plantas, aves, insectos, peces, réptiles... ).

Sin embargo, la supervivencia del parque peligra debido a la sobreexplotación de los acuíferos. Debido a esta degradación, el 22 de octubre de 2009 la Comisión Europea abre un expediente a España, mientras que la Unesco ya había expresado con anterioridad la posibilidad de retirar la figura de Reserva de la Biosfera. La Unesco abrió un expediente contra España a instancias de la denuncia presentada en noviembre de 2007 por las organizaciones ecologistas (Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF); en ella se argumentaba que la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda y, en especial, Las Tablas de Daimiel, presentaban un alto nivel de degradación que suponía la pérdida de los valores que las habían hecho merecedoras de la calificación como Reserva de la Biosfera.

A finales de 2009 los incendios de turbas se habían sumado a la desecación para provocar una situación crítica. La degradación de la capa de turbas puede comprometer la impermeabilización del suelo que genera las balsas de agua o "tablas"

Las medidas adoptadas para controlar los incendios se habían revelado insuficientes y, por ello, se aprobó un trasvase desde el río Tajo. Cuando las aguas del Tajo llegaban al parque natural, llegaron simultáneamente abundantísimas lluvias que hicieron innecesario continuar con el trasvase y que en los primeros meses de 2010 llenaron la totalidad de la superficie inundable del parque, sofocando de forma natural los incendios de turbas. Desde entonces, las condiciones hídricas se han recuperado notablemente y el nivel del acuífero ha subido más de 20 m, debido a la terminación del periodo de fuerte sequía y a las medidas que ya se habían venido adoptando para controlar la sobreexplotación del acuífero, entre ellas el control de las extracciones de los agricultores y la adquisición de fincas circundantes del parque natural, con el fin, entre otros, de adquirir también los correspondientes derechos de extracción, por lo que dos años más tarde el parque abordaba la tercera primavera desde la recuperación de las condiciones hídricas en proceso de franca recuperación y con la ampliación de su tamaño por parte del estado como medida de protección.

En marzo de 2023 tan solo había anegadas 250 hectáreas de las 1.750 del humedal, y un mes más tarde apenas quedaban 115, inundadas de forma artificial con los pozos de emergencia y un desvío del trasvase Tajo-Segura, a saber un 7 % del humedal. Los científicos creen que, sin medidas políticas contundentes, las Tablas de Daimiel están condenadas a desaparecer.

Hace menos de cinco años, el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel presentaba un aspecto desolador. Este humedal único, situado en el corazón de Castilla-La Mancha, en la provincia de Ciudad Real, surge por el desbordamiento de los ríos Guadiana y Gigüela, que, al encontrarse con un terreno llano y poco permeable, crean un paisaje de lagunas, carrizales y canales que se extienden hasta donde alcanza la vista. Un paraíso para la biodiversidad y, en especial, para las aves. Durante la primavera, sobre todo la de este año, el Parque Nacional alcanza uno de sus puntos álgidos: a la floración se le añade el exceso de agua. El paisaje lo completan las aves de la zona, como los flamencos, las garzas reales, las anátidas, los aguiluchos laguneros e incluso el escurridizo calamón, que pueden observarse desde los senderos y pasarelas de madera que cruzan la zona inundable. Es, sin duda, uno de los mejores momentos del año para visitar las Tablas, tanto por su belleza paisajística como por la actividad natural.

El Parque cuenta con varias rutas bien señalizadas, todas fáciles y accesibles para todos los públicos, que permiten caminar entre los distintos ecosistemas sin alterar su delicado equilibrio. La más popular es el sendero de la Isla del Pan, un recorrido circular con pasarelas de madera que se adentran entre la vegetación acuática y permiten observar de cerca la vida del humedal. También está el sendero de la Laguna Permanente, ideal para ver aves acuáticas con prismáticos.

La visita al Parque se puede complementar con una parada en el Centro de Visitantes del Parque Nacional, donde hay exposiciones, vídeos y personal especializado para explicar mejor el valor ecológico y cultural del lugar. También se puede enlazar con visitas a localidades cercanas como Daimiel, Almagro (famosa por su original teatro) o incluso las Lagunas de Ruidera si se busca una escapada más amplia con la naturaleza como protagonista. Y ya que estamos en la tierra de El Quijote, antes de acabar la ruta hay que buscar algunos molinos y disfrutar de sus vistas al atardecer.

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