Copenague, Dinamarca.
Entre tanto paisaje de esta ruta por el otoño europeo proponemos
una ciudad a la que le sienta demasiado bien esta estación
del año. Puede ser que sea porque Copenhague sea la ciudad
verde europea por excelencia, y en algún momento su árboles
tienen que mudar sus hojas... ¿Por qué no entonces un paseo
en bicicleta por la ciudad? Podemos hacerlo por los jardines
del Castillo Rosenborg, por los del Cementerio Vestre o llegar
hasta el lago de Hareskoven, el bosque más grande a 30 minutos
del centro. También te volverás literalmente loco en el Jardín
Botánico y en los jardines de Frederiksberg. Otoño es la época
del año para visitar Deer Park, el parque de los ciervos Patrimonio
Mundial de la Unesco.
Lucerna, Suiza.
El paisaje en cualquier época del año en Lucerna
es una maravilla, pero el otoño tiene algo especial pues en
un entorno tan verde (la mayor parte del año) y con tanta
agua, merece la pena ver cómo cambia la llegada del frío a
los campos suizos. Más allá de un paseo por el entorno del
lago de Lucerna, te proponemos una ruta distinta por Entlebuch,
la Reserva de la Biosfera de la Unesco a los pies de los Alpes
suizos, o lo que es lo mismo, 400 kilómetros de prados silvestres.
Para explorar este paisaje es recomendable tomar uno de los
trenes más antiguos de Suiza, el Brienzer Rothorn que sube
hasta la cima más alta de Lucerna a 2.350 metros de altura.
Desde aquí el lago de Brienz y sus bosques son como estar
viendo un cuadro en vivo.
Estocolmo, Suecia.
Los suecos aman el otoño, principalmente porque
el clima se lo pone “relativamente fácil”, no es frío ni muy
caluroso. Eso junto al cambio de colores en toda la ciudad
invita a pasear por sus parques, hacer picnics o leer al aire
libre. Puedes hacerlo en los parques Haga Park, ideal para
ir en bicicleta, en el céntrico parque de Humlegården o en
el Observatorielunden, un oasis verde en las alturas. Si prefieres
disfrutar del otoño en Estocolmo a reguardo la mejor manera
es poniendo en práctica el fika, la experiencia de charlar,
tomar café y probar sus dulces de cardamomo. Para ver la magia
de los colores otoñales es recomendable hacer una de sus actividades
favoritas que es la de recoger setas. Teniendo en cuenta que
más de un 53% de su extensión la ocupan bosques, es lo más
normal.
Lago Saimaa, Finlandia.
Lusto es un museo nacional y centro de exposiciones
y cultural versátil y polivalente en el corazón del distrito
del lago Saimaa y justo al lado del Área de Conservación Punkaharju.
Las exposiciones y eventos de Lusto ofrecen una visión diversa
e ilustrativa sobre la importancia de los bosques en la vida
de los finlandeses.
La industria forestal es muy importante, aunque
también destaca como centro universitario y sede de importantes
empresas de material médico. El turismo local y nacional es
otro de los sectores claves ya que existen unas decenas de
miles de camas en cabañas y cottages, por lo que la región
es muy popular entre los finlandeses.
Lake District, Inglaterra.
¿Por qué el norte de Inglaterra merece una visita
en otoño? Antes de que llegue el frío y la nieve, es el momento
ideal para conocer este paisaje declarado Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco en 2017 y Parque Nacional desde 1951.
La primera razón es por la exhibición de colores naranjas,
amarillos y rojos que se instalan en sus bosques y colinas,
repletos de setas, moras y manzanas, y donde campan tranquilas
las ovejas Herdwick, el emblema de Lake District. La segunda
razón es su agenda cultural, durante estos meses del año hay
programadas numerosas actividades, como mercadillos “prenavideños”,
festivales de la cerveza y la noche de las hogueras, que se
celebra el 4 de noviembre.
Brujas, Bélgica.
Escogemos la ciudad de Brujas en Bélgica para
escaparnos por sus canales en pleno otoño. Y partimos desde
el Muelle del Rosario (Rozenhoedkaai), que a pesar del tiempo,
se conserva intacto. Desde aquí es fácil sentirse como en
un cuento de otoño medieval mientras su río te lleva lentamente
hasta lugares mágicos, porque recordemos que la ciudad es
Patrimonio Mundial de la Unesco. La ruta puede empezar por
el Parque Minnewater con el Lago del Amor y el Puente de los
Amantes, perfecto para los que buscan un otoño romántico.
Puedes disfrutarla en algunas plazas y parques de la ciudad
como la de Burg Square y Koningin Astridpark, un bonito jardín
creado hacia 1246 para el Monasterio de los Frailes, que posteriormente
se demolió, pero que hoy en día está abierto al público.
Valle de Funes, Dolomitas, Italia.
Esta bonita estampa pertenece al pueblo de Santa
Magdalena en el Valle de Funes, Italia. La Iglesia de Santa
Magdalena, protagonista indiscutible del valle, se encuentra
en las faldas de la montaña Ruefen acompañada de una vieja
escuela y de una granja o Obermesnerhof. El otoño es una de
las mejores épocas del año para visitar la cadena montañosa
de los Dolomitas, que aparece justo detrás del pueblo. Antes
de que la nieve cubra de blanco el paisaje podremos disfrutar
de como sus bosques y mantos verdes cambian sus colores y
se llenan de tonalidades de rojos, marrones, naranjas y amarillos.
Hay numerosas rutas por los Dolomitas, puedes empezar por
el Parque Natural Puez-Odle, se trata de uno de los siete
parques naturales de la región del Tirol, que impresiona por
sus picos montañosos.
Picos de Europa, Asturias.
300 millones de años han pasado para que hoy
puedes ver así los Picos de Europa, el monumento natural por
excelencia del norte de España. A pesar de que se trata de
picos montañosos de roca podemos disfrutar de sus alrededores
en otoño ya que muchos de sus valles y pueblos tiene árboles
de hoja caduca. Su naturaleza kárstica favorece que haya cursos
subterráneos que luego afloran en ríos como el Sella o en
lagos como el Enol. Si estás planeando una visita es indispensable
un paseo por la parte asturiana, Cangas de Onís y los Lagos
de Covadonga, también por Posada de Valdeón en León, o por
los bosques de Liébana de Cantabria.
Cairngorms National Park, Escocia.
Para empezar debes saber que es inabarcable,
pues duplica en tamaño a Lake District en Inglaterra, 3.800
km2 de territorio al nordeste de Escocia. Su abrumadora naturaleza
comprende cataratas, ríos, lagos, campos silvestres, bosques,
pueblos y hasta destilerías. Si te gusta la nieve puedes esperar
al invierno para descender por sus pistas, pero si lo que
te gusta es el senderismo es el momento perfecto para descubrirlo.
Esta casa de renos, gatos monteses, venados y ardillas es
visitable a través del tren de vapor Strathspey con 40 años
de antigüedad, o en rutas a pie. Otoño coincide además con
el apareamiento del ciervo rojo, un ejemplar propio del parque.
Los machos, que pueden alcanzar los 15 kg, pelean para cortejar
a las hembras con sus astas y emiten bramidos que pueden oirse
desde cualquier punto del parque. Estas batallas épicas son
uno de los atractivos de Cairngorms.
Parque Nacional de Hoge Veluwe, Holanda.
En el corazón de Holanda se encuentra su parque
nacional más grande, con 5.500 hectáreas de bosques. Se trata
de un parque un tanto peculiar, porque se ha ido convirtiendo
en zona protegida a partir del siglo XIX, y aunque presenta
franjas áridas también conserva humedales que sirven de abrevadero
para algunas de las especies que lo habitan como ciervos y
jabalís. Una de sus peculiaridades es que tiene 40 km de carril
bici y ofrece hasta 1.800 bicicletas para recorrerlo, por
lo que es una excusa perfecta para perderte en sus rutas marcadas
y disfrutar del otoño holandés. En el mismo parque se encuentra
también el Museo Kröller-Mülle con una colección de obras
de Van Gogh y un jardín lleno de esculturas.
Monthelie, Francia.
En la región de Bourgogne-Franche-Comté, cercana
a Ginebra, se encuentra el pueblo de Monthelie con apenas
165 habitantes. La región de Borgoña, conocida por sus vinos,
fue declarada Patrimonio Mundial de la Unesco por su valor
gastronómico y paisajístico. Desde aquí parten diferentes
rutas de senderismo para disfrutar de los colores de los viñedos
y bosques franceses en otoño, teniendo en cuenta que está
franqueada por dos parques naturales, el de Morvan y el de
Jura. Se trata de un entorno muy verde, con muchos lagos y
estanques por lo que la foto otoñal está garantizada. Uno
de los más bonitos en esta época es el de Mélisey. Una buena
ruta por Francia tiene que ir acompañada de un buen queso,
en este caso el más famoso es el cancoillotte, una especialidad
gourmet muy baja en grasa y aromatizada con especias.
Central Park, Estados Unidos.
Pásate por el artículo dedicado
a este famoso parque en esta misma sección.
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