Recónditas y lejanas, muchas pequeñas poblaciones han logrado
prosperar en entornos difíciles de alcanzar. Una forma de
vida que ha permitido que desarrollen peculiares costumbres
o hayan pasado de puntillas por la historia. Ya sea en valles
perdidos, en barrancos o en altas montañas, estas localidades
muestran una belleza surgida de la soledad. Opciones perfectas
para conocer lugares donde la tranquilidad es un continuo
y la despoblación amenaza. Descubre estos pueblos aislados
de España perfectos para desaparecer una temporada.
En la era de los GPS y los satélites, es difícil permanecer
escondido. Pero aún así, en España hay localidades lejos de
todo, que no están camino de nada, sino que hay que ir a buscarlas.
Por eso mantienen muchos de sus encantos. Te proponemos una
escapada a algunos de los pueblos más escondidos de España
y que son destinos magníficos. Accesos complicados, emplazamientos
curiosos o la lejanía hacen que todos sean muy especiales.
Paradilla de Gordón (León).
Ubicado en la zona de la Montaña Central, al
norte de provincia de León, Paradilla de Gordón espera en
las alturas a quien se anime a visitarlo. Apenas posee unas
cuantas casas y cuenta únicamente con 5 habitantes. De hecho,
se ha declarado una república independiente. Para llegar a
él hay que afrontar una carretera que en su parte final se
estrecha sobremanera, reduciéndose a un carril. Conviene tener
cuidado si se va en invierno, ya que si nieva la vuelta se
torno muy complicada. Una vez superada, toca visitar el bar
del lugar, asentado en la antigua escuela y que conserva la
ambientación escolar. Además, cerca de la iglesia románica
de Paradilla hay un mirador que apunta hacia un acantilado.
Tiene un historia macabra a sus espaldas, ya que en él acaecieron
varias ejecuciones durante la Guerra Civil. Coladilla, población
no muy lejana, es una buena base para visitar el lugar. Como
ventaja adicional, en ella se come un muy buen cocido leonés.
La montaña central leonesa comprende dos espacios
catalogados por la UNESCO como Reserva de la Biosfera: Alto
Bernesga y Argüellos.
La orografía de los Argüellos es, precisamente,
uno de sus principales atractivos, sobre todo para los aficionados
a la espeleología, que hallarán cuevas de belleza espectacular,
como las de Valporquero, Llamazares o Barredo; estrechas grietas
y desfiladeros, e impresionantes barrancos, como las hoces
de Vegacervera o Valdeteja, creadas en la caliza por la acción
de los ríos Torío y Curueño. Las numerosas cavidades y fisuras
posibilitan el que, en este reducido territorio, habiten 15
de las 26 especies de murciélagos que hay en la península
Ibérica. Este lugar se sitúa en un marco incomparable de montaña;
bosques de hayas, y paredones calizos que albergan algunas
de las especies endémicas más importantes de la Cordillera
Cantábrica.
Desde el punto de vista gastronómico, la estrella
del valle del Torio es la cecina de chivo de Vegacervera.
Está reserva comprende los municipios de Villamanín
y La Pola de Gordón. El principal río es el Bernesga, que
recorre la comarca de norte a sur. La minería ha sido el motor
económico de la comarca en las últimas décadas, pero el aprovechamiento
de los puertos por el ganado ha dejado profundas huellas.
En las zonas de alta montaña destaca la presencia de “brañas”:
lugares donde existen antiguas cabañas de gran valor cultural
y donde se practica un sistema tradicional de pastoreo y ganadería
que favorece el mantenimiento de los pastizales del Alto Bernesga.
En su recorrido el río arranca rodeado de una
agreste montaña modelada por la acción glaciar (valle de Viadangos
de Arbás) y kárstica y dominada por amplias vegas de pasto
y matorrales rastreros. Al ir descendiendo permite observar
varios procesos geológicos y también comprender como la distribución
de la cubierta vegetal responde a la orientación de las laderas
y al gradiente de humedad. En Ciñera de Gordón se localiza
el Faedo, el bosque más reconocido de toda la comarca y que
cuenta con varios ejemplares centenarios. En este área también
hay importantes yacimientos paleontológicos de los períodos
Devónico y Carbonífero, en los que se pueden contemplar fósiles
con millones de años de antigüedad. En este valle, acompañando
al río Bernesga, discurre el jacobeo camino de San Salvador,
tradicional vía de peregrinación a Oviedo. Situada al pie
de la misma, La Colegiata de Santa María de Arbás es uno de
los ejemplos más notables del románico leonés.
La Ruta del Puente Colgante desde El Duende
del Omaña es perfecta para disfrutar del paisaje de la comarca
de Omaña baja. Pegado al río y guardado por una valla de madera,
sale el camino desde el Puente colgante hasta el bonito pueblo
de paladín.
Se puede regresar por la misma vía o por la
carretera comarcal de nuevo hasta la Utrera, disfrutando del
puente sobre el Omaña y un camino flanquedao de nogales, chopos
y multitud de otras especies de árboles y plantas.
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San Martín de Trevejo (Cáceres).
Muy cerca de la frontera con Portugal, conocida
como la Raya, San Martín de Trevejo ha logrado conservar durante
siglos sus señas de identidad. Su situación en la Sierra de
Gata, en donde abundan los puertos de más de 1.400 metros,
ayudó a esto. Precisamente a los pies del Jálama se asienta
la localidad. Fue una zona muy disputada entre Portugal y
España a lo largo de la Historia. Gracias a ello, a pesar
de su aislamiento geográfico se ha mantenido conectada con
el mundo y posee más de 780 habitantes. Su mayor particularidad
es que, a pesar de estar en Cáceres, se habla A Fala, controvertida
lengua que se extiende también a Eljas y Valverde del Fresno.
Se cree que surgió de los gallegos que repoblaron el lugar
durante la Edad Media. Sin embargo, hay quien no cree que
sea un dialecto del galaico-portugués, sino una deformación
del portugués. En todo caso, predomina la primera opción.
El Valle del Ambroz, enclavado al norte de la
provincia de Cáceres, al sur del Sistema Central y colindando
con el Valle del Jerte, es un maravilloso entorno que encuentra
su apogeo en el otoño. Paraíso para los amantes de la naturaleza
y del turismo activo, es un lugar de contrastes; montañas
que superan los 2.000 m se suceden con zonas de vega y dehesas,
a unos 450 m de altitud, por donde transcurren los ríos Santihervás
y Ambroz, que da nombre al valle. Éste lo cruza de norte a
sur, al igual que la calzada romana conocida como Vía de la
Plata. Patrimonio, gastronomía, fiestas, tradiciones y arquitectura
popular son también señas de identidad de esta comarca compuesta
por ocho municipios con encanto. Las razones para perderse
un fin de semana por sus idílicos paisajes son muchas.
Otoño es una de las mejores estaciones
para visitar el Valle de Ambroz. La explosión de colores viene
dada por los bosques de castaños, robles, cerezos y ciruelos,
que tiñen sus hojas de ocres, amarillos y marrones, así como
por las frondosas dehesas de encina y alcornoque en las zonas
bajas del valle. Entre los bosques de la ladera de los Montes
de Traslasierra, destacan el Castañar Gallego, en Hervás,
uno de los más grandes del sur de Europa, declarado Paisaje
Protegido, en el que se adentra un sendero fácil para todo
tipo de caminantes; el Castañar del Duque, en Aldeanueva del
Camino, o los Castaños del Temblar, en Segura de Toro, en
referencia a los cinco árboles que alcanzan los 800 años y
los 25 m de altura, declarados Árboles Singulares de Extremadura.
Otros ejemplares con historia son el Alcornoque de la Fresneda
o el Abedular del Puerto de Honduras.
La celebración del Otoño Mágico en el Valle
del Ambroz es Fiesta de Interés Turístico Nacional, promovida
por la Asociación de Desarrollo Integral del Valle del Ambroz
(DIVA). Sus ocho pueblos -Abadía, Casas del Monte, Baños de
Montemayor, Aldeanueva del Camino, La Garganta, Gargantilla,
Hervás y Segura de Toro- organizan un amplio programa de actividades
para todos los públicos (deporte, ocio-activo, cultura, música,
gastronomía), en el que la naturaleza es protagonista. Marchas
y rutas senderistas, carreras por la montaña, jornadas micológicas,
desfiles invocando al otoño, conciertos, concursos de fotografía,
talleres infantiles, catas y degustaciones... son sólo algunos
de los eventos para disfrutar del entorno.
Es necesario dejar por un momento a un lado
la naturaleza y adentrarse en cualquiera de los ocho pueblos
que conforman la comarca del Valle del Ambroz (separados pocos
kilómetros entre sí) para admirar su patrimonio histórico,
herencia de las culturas celta, romana, musulmana y judía.A
orillas del río Ambroz, Hervás, capital de la mancomunidad,
destaca por su barrio judío, uno de los mejor conservados
de España y declarado Conjunto Histórico Artístico. Pasear
por las callejuelas estrechas y empedradas, rodeadas de casas
de adobe, con entramados de madera y balconadas, es obligado.
La localidad alberga también la iglesia de Santa María de
Aguas Vivas, que mantiene la estructura defensiva original
con la torre y un recinto amurallado, y el Museo de la Moto
y el Coche clásicos, de arquitectura única y con una extensa
colección privada de ejemplares. El otro pueblo más importante
del valle es Baños de Montemayor, conocido por las termas
romanas que datan del siglo I dC, situadas en el interior
del Antiguo Balneario (s. XVII), que conserva la bóveda sobre
la piscina de aguas medicinales. En Baños de Montemayor hay
un tramo de más de 1 km de la calzada romana de la antigua
Vía de la Plata, que se adentra también en la calle principal
de Aldeanueva del Camino, con restos muy bien conservados,
además del puente romano.
La Garganta.
Segura de Toro, con sus casas sillares de piedra,
empinadas callejas y fachadas llenas de flores, es uno de
los pueblos mejor cuidados de la zona. Tiene, además, unas
vistas impresionantes del valle por su ubicación en la ladera
de la montaña. El toro celta de piedra (o verraco vetón),
en mitad de la plaza del pueblo, es el símbolo de la localidad
y el vestigio más importante de la época romana, cuando el
pueblo vetón ocupaba estas tierras. También cuenta con los
restos de un castillo templario y de algunos lienzos de las
murallas. En la monumental Abadía merece la pena detenerse
para ver su puente medieval y el Palacio de Sotofermoso, con
su patio mudéjar y sus preciosos jardines renacentistas.
El otoño se presta para degustar muchos de los
platos y productos tradicionales de la zona. Entre los más
famosos de la temporada, además de las calderetas de cabrito
y cordero, no hay que pasar por alto las patatas meneás (a
las que la localidad de La Garganta dedica toda una jornada),
los calbotes (las típicas castañas asadas), los quesos artesanales,
las migas y las setas, que son aprovechadas por los numerosos
restaurantes de la comarca en sus cartas.
El Valle del Jerte está declarado bien de interés
cultural desde 1973. La mancomunidad está situada en el extremo
nororiental de Extremadura y limita al norte con las provincias
de Ávila y Salamanca, al oeste con el Valle del Ambroz, por
el sur con la ciudad de Plasencia y al este con La Vera.
Todos los años, en la segunda quincena de marzo,
se celebra en el Valle del Jerte la fiesta de El Cerezo en
Flor, declarada de Interés Turístico Nacional. Millón y medio
de árboles florecen casi al unísono, tiñendo el valle de blanco
durante quince días.
El Valle del Jerte se encuentra entre dos cadenas
montañosas dentro del macizo de Gredos: la Sierra de Tormantos
al sureste (en el macizo central) y los montes de Traslasierra
y sierra de Béjar al noroeste (en el macizo occidental de
Gredos), donde se encuentra el punto más elevado de la región,
el Torreón, cuya altura es de 2401 msnm. Estas dos sierras,
pertenecientes al Sistema Central, constituyen sus límites
naturales.
Garganta de La Puria. Valdastillas-El Torno.
Guadalaviar (Teruel).
Tanto Guadalaviar como muchas de sus poblaciones
vecinas se hallan inmersas en los Montes Universales. En el
caso de esta población, le da cobijo la encrucijada que forma
el Alto Tajo entre Guadalajara, Cuenca y Teruel. Rodeada por
una dehesa y mucho monte, el pueblo es un remanso de tranquilidad.
Al estar alejada de grandes ciudades, su propiedad en el medievo
y principios de la Edad Moderna fue muy dudosa. De esta forma,
vivió como parte de la Sesma de Villar de Cobo, una de las
divisiones de las aldeas de Albarracín. Al igual que otros
pueblos aislados de España, la despoblación ha afectado fuertemente
al lugar en los últimos tiempos.
Los Montes Universales El conjunto de montes
se disponen en dirección noroeste a sureste en el interior
del arco interno ibérico. Limitan al noreste con el macizo
paleozoico de Caimodorro y el de Loma Alta de Villar del Cobo,
al suroeste con la serranía de Cuenca y al este con el valle
del Guadalaviar.
Nacimiento del río Guadalaviar (llamado Turia
tras su unión con el río Alfambra en la ciudad de Teruel)
en el término municipal de Guadalaviar, en los Montes Universales.
Banduxu (Asturias).
Toca ir hasta Asturias para disfrutar del siguiente
entre los pueblos aislados de España. Banduxu fue un importante
granero durante la Edad Media y Moderna. Gracias a ello guarda
multitud de antiguos hórreos. Su iglesia tiene también un
origen muy alejado en el tiempo, siendo las primeras referencias
del siglo X. Su aspecto románico, en cambio, es del XII. Junto
a la Torre de Bandujo y las casas del lugar conforma un casco
medieval de gran interés. Para llegar la única alternativa
es una carretera que conecta con Proaza, herencia también
del medievo.
El pueblo de Banduxu es un ejemplo excepcional
de aldea asturiana que ha conservado a lo largo del tiempo
sus características fundamentales, sin graves alteraciones,
lo que le permite hoy contar con un conjunto patrimonial de
gran importancia, que incluye desde una de las torres defensivas
bajomedievales mejor preservadas de Asturias hasta un variado
repertorio de viviendas y construcciones auxiliares de tipología
tradicional de época moderna y contemporánea, sin que falten
ejemplos de arquitectura cultura de esos períodos, caso de
la iglesia de Santa María o varias casonas señoriales.
La génesis de la aldea de Banduxu es objeto
de un gran debate historiográfico, que permanece abierto en
la actualidad. Lo que está probado es que en los siglos VIII-IX,
bajo términos como villa o lugar, hallamos a la aldea plenamente
desarrollada, vinculada a la sociedad feudal. Las formas que
entonces nacen se mantienen sin excesivos cambios durante
todo el medievo y la Edad Moderna. Sin embargo, a partir de
la segunda mitad del siglo XX, el progresivo desarrollo de
la sociedad industrial determina los primeros fenómenos de
crisis aldeana. La emigración masiva a las ciudades rompe
la cadena de transmisión social y cultural establecida desde
sus orígenes y la aldea tiende a transformarse en un espacio
de segunda residencia, destinada a los herederos de la última
generación campesina, a los nuevos propietarios venidos de
las diferentes urbes asturianas y de otras zonas peninsulares
o a un floreciente negocio hostelero bajo la forma de casas
rurales.
La regresión de los campos de cultivo, el abandono
de los eriales y praderíos y la expansión del monte, el aumento
de despoblados, la ruina de las infraestructuras industriales
de corte tradicional (molinos, ferrerías, batanes) o a la
adaptación de formas constructivas propias del mundo urbano,
que alteran la arquitectura tradicional, son los síntomas
físicos más evidentes. Otros, de carácter interno, como la
quiebra de la memoria oral, son igualmente graves.
Tenemos dos rutas de senderimo muy atractivas
en la zona. El camino medieval a Banduxu y la Senda del Oso.
Campobecerros (Ourense).
Naturaleza, peregrinación y gigantescas infraestructuras
se unen en Campobecerros. Las obras del AVE del corredor Madrid-Galicia
revitalizaron esta población del Macizo Central de Ourense.
Los inmensos valles de la Serra Seca, el río Camba, en la
imagen, y el embalse das Portas marcan el camino desde la
también orensana A Gudiña. También los túneles ferroviarios
y antiguas estaciones abandonadas en minúsculas ventas. Es
el trayecto que siguen los caminantes del Camino de Santiago
de la Vía de la Plata por Sanabria. El pasado del lugar se
vincula a esta ruta y a la Orden de Santiago y San Juan. Por
otro lado, la localidad es la puerta de acceso al Parque Natural
de O Invernadeiro.
El Parque Natural de O Invernadeiro comprende
5.722 hectáreas de de un área montañosa completamente despoblada
en la provincia de Ourense. Ese factor ha favorecido la conservación
de uno de los espacios montañosos más auténticos de Galicia.
O Invernadeiro se encuentra al sur del macizo
Central orensano, entre los cauces de los ríos Ribeira Grande
y Ribeira Pequena. Comprende una sucesión de sierras, valles
y cumbres redondeadas cubiertas de pasto y brezo que conforman
un típico paisaje de montaña gallega. A lo largo de su orografía
aparecen numerosas manifestaciones de erosión fluvial y glaciar
entre las que destacan varios paisajes característicos como
el del circo glaciar y la acebeda de Figueiro o el barranco
de Guasenza, donde se encuentra la cascada de Os Arcos.
O Invernadeiro cuenta con una gran biodiversidad
que, en parte, es debida a la confluencia de características
propias de los climas mediterráneo y eurosiberiano de esta
parte de España. El parque, que se encuentra integrado en
el Lugar de Importancia Comunitaria del Macizo Central.
El roble es la especie arbórea más extendida
de O Invernadeiro. Junto a ella aparecen formaciones de matorral
bajo y otras especies como el acebo, el tejo o el castaño.
Contiene también la mayor concentración de aves rapaces de
toda Galicia, destacando numerosos ejemplares de águila real
y halcón peregrino. La población mamífera de O Invernadeiro
está compuesta por lobos, jabalíes, ciervos, rebecos, muflones
y gatos monteses.
Aós de Civís (Lleida).
Esta bonita población de Lleida es tan recóndita
que solo se puede llegar a ella por una carretera que parte
de fuera de España. Así, hay que pasar por Andorra para llegar
a Aós de Civís/Os de Civis. La recompensa es un entorno puramente
pirenaico a más de dos kilómetros de altura. El hecho de que
fuera uno de los pueblos españoles más aislados durante el
siglo pasado casi lleva a su desaparición. Sin accesos, telefonía
o luz eléctrica, estuvo al borde del abismo. Sin embargo,
logró sobrevivir. Su particular ubicación y la buena preservación
que presenta sus apiñadas casas han hecho que hoy sea un buen
destino turístico.
Periclave. Se trata de un pueblo que está situado
en la vertiente andorrana del pirineo y que por lógica tendría
que pertenecer a este pequeño país, pero que administrativamente
pertenece a Valls del Valira, localidad catalana, y por lo
tanto es español. La única forma de llegar hasta Os de Civís
en coche es a través de una pequeña carretera que sale desde
Aixovall, muy cerca de Sant Julià de Loria, la CG-6. Esta
carretera pasa por Bixessarri, un pequeño y bonito pueblo
andorrano, y poco después de atravesar la frontera con España,
unos dos kilómetros aproximadamente, llega hasta el pequeño
pueblo español. Está comunicado con Valls del Valira a través
del Coll de Conflent, pero al tratarse de un puerto de montaña
no es recomendable un vehículo normal. Tal vez sí con un 4×4.
En este bonito pueblo pirenaico, como en muchos
otros, hay calles que no parecen calles, pasadizos que pasan
bajo las casas, montones de leña y piedras por donde mires,
hierbas y flores que salen de cada rincón (aunque en invierno
y con nieve no tanto), fuentes, puertas y ventanas antiguas,
balcones imposibles, farolas que piden a gritos ser fotografiadas
y un sinfín de detalles que invitan a contemplarlos con calma
y a pensar en regresar algún día a volver a verlos, aún sin
haberte ido todavía del lugar. De regreso a Andorra, recomendaría
hacer una parada para conocer el pequeño y tranquilo pueblo
de Bixessarri. También desviarse allí mismo por una carretera
de montaña llena de curvas que lleva hasta el Santuario de
Canolich, desde donde hay unas vistas muy bonitas de todo
el valle.
Masca (Tenerife).
En la isla de Tenerife se halla el que muchos
llaman el Machu Picchu canario. Masca se muestra encaramado
en lo alto de un risco del Parque Natural del Teno. Le rodean
montañas y da acceso al barranco de Masca. Una ruta recorre
este tajo que, tras grandes desniveles y una esforzada bajada,
acaba en una playa de arena negra. Dada la gran dificultad
que acarrea desandar este camino, la mayoría opta por llegar
al pueblo en taxi y volver en barco al puerto de los Gigantes,
viendo los acantilados homónimos en el trayecto. Volviendo
a Masca, cabe destacar su vegetación, que se fusionan en varias
partes del trazado urbano. Sus casas son al tiempo una gran
muestra de arquitectura tradicional canaria, pese a que este
aislado y bello pueblo fuese pasto de las llamas a principios
del siglo XXI. Con todo, hoy está totalmente restaurado.
Masca se sitúa en el precioso Parque Rural del
Teno. En una ubicación privilegiada en medio de un valle y
en lo alto de la loma, donde encontrarás la espectacular roca
maciza que caracteriza este lugar. En el Parque del Teno se
abren profundos barrancos con hermosa geografía y vegetación
autóctona. Otra maravilla son las vistas al Océano Atlántico.
Pero lo mejor de todo es hacer la ruta de senderismo que acaba
en la playa. Si te gusta caminar tienes que hacer esta ruta.
Es una zona de difícil acceso, porque la carretera de acceso
tanto desde Santiago del Teide; como desde Buenavista del
Norte es muy estrecha y con curvas. Conducid con cuidado,
y tened en cuenta de que va a haber muchos coches. Pero aún
así merece la pena. Hasta que se construyó esta carretera,
Masca estaba prácticamente aislada y eso ha propiciado a que
se pueda conservar como era en el pasado. No hay grandes edificios
ni novedosas edificaciones, por lo que visitar Masca, es como
un viaje a otro tiempo. Si accedeis desde Santiago del Teide,
debéis parar en el Mirador de Cherfe, porque vais a hacer
preciosas instantáneas.
La villa de Masca es muy pequeña pero muy especial.
Las edificaciones son como casas que cuelgan y de todas ellas
hay que destacar la Casa de los Avinculados, puesto que es
la casa más bella y más antigua de esta zona de Tenerife.
Otro lugar a visitar es la pequeña iglesia del siglo XVIII
en honor a la Inmaculada Concepción. También hay un museo
que explica la historia de Masca y tiendas de artesanía local.
Si eres amante del senderismo, aquí hay una
ruta que termina en una playa; donde según cuenta la leyenda;
en tiempos remotos anclaban los antiguos piratas, porque tiene
un acceso difícil a través de los acantilados de los Gigantes.
Actualmente esta playa solo es accesible via mar o por el
camino que empieza en el pueblo, pero no es un camino de fácil
acceso, como ya hemos mencionado.
Tenemos que bajar por el pueblo pasando la iglesia
de la Inmaculada Concepción en dirección a Morro Catana. Una
vez lleguemos allí aparece un sendero a mano izquierda. El
camino pasa a través de antiguos campos de cultivos que hoy
están abandonados. Luego pasamos por zonas donde encontraremos
vegetación autóctona, como palmeras, tabaibas y cardones Una
vez acaba el barranco llegamos a la playa de Masca. Esta ruta
es de ida y vuelta, con una duración de 6 horas.
Piornedo (Lugo).
El aspecto primitivo de las pallozas de Piornedo
marca la visita a este recóndito y encantador pueblo lucense.
A más de mil metros de altura, los Ancares componen el telón
de fondo de esta aldea del Concello de Cervantes. Los habitantes
del lugar usaron este tipo de construcción circular prerromana
hasta hace pocas décadas. Hoy sirven como museos y muestra
de sus costumbres locales. Para complementar el viaje se pueden
llevar a cabo varias rutas de senderismo que ascienden a picos
cercanos como el Mustallar.
La Sierra de los Ancares gallegos es la vertiente
occidental que se extiende a través de 67.280 hectáreas de
terreno compartido entre las provincias de León y Lugo. En
el año 2006 fue declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco.
También está incluida —junto a la cercana sierra de O Courel—
en la Red Natura 2000 como Lugar de Importancia Comunitaria
de Galicia.
La Sierra de los Ancares debe su nombre al río
Ancares, que junto con los ríos Burbia y Cúa constituían los
ejes vertebradores de la zona. Téngase en cuenta que la abrupta
orografía motivó que las riberas de dichos ríos fueran los
principales trayectos de comunicación. Se trata de un paraje
de Lugo montañoso cuyas cumbres principales son los montes
Miravalles, Mustallas y Cuiña. La inaccesibilidad de los escasos
y dispersos núcleos de población de la sierra de los Ancares
gallegos ha provocado que allí se mantengan los rasgos más
tradicionales de las cultura de montaña gallega; pequeñas
aldeas en las que sus escasos habitantes viven en contacto
pleno con la naturaleza, ganándose la vida con la ganadería,
algunos huertos y —en creciente proporción— del turismo. Las
muestras de arquitectura popular de montaña son las pallozas,
horreos y tietos que son empleados hoy en día por sus habitantes
para sus quehaceres cotidianos.
Los puntos menos elevados de la sierra de los
Ancares en Lugo cuentan con una vegetación rica en especies
como el rebollo o la encina. Conforme se asciende por esos
montes, comienzan a aparecer masas forestales de roble, arce,
serbal o abedul que, poco a poco, dejan paso a una vegetación
arbustiva propia de alta montaña. La fauna de la sierra de
los Ancares gallegos es la más habitual de las montañas del
noroeste de España: corzos, nutrias, lobos, desmanes, osos
pardos y liebres de piornal. Entre las aves de la sierra de
los Ancares gallegos mencionamos el águila real y culebrera,
el alimoche, el halcón peregrino y el urogallo, una de las
especies más representativas de los Ancares de Lugo.
Se trata de un ecosistema puramente montañoso
en el que las actividades más extendidas son el senderismo,
la escalada o el ciclismo.
Muriel Viejo (Soria).
Recorrido por el río homónimo y rodeado de picos,
el origen íbero del nombre apunta a un pasado remoto. En todo
caso, su apelativo señala que es anterior al cercano Muriel
de la Fuente. Durante la Edad Media estuvo asociado a Calatañazor
y a Osma, siendo zona de expansión cristiana. Posee en los
alrededores varias rutas para andar, que permiten disfrutar
de vestigios medievales que apuntan a que el pueblo estuvo
antes en una posición distinta. Destacan los olmos y pinos,
aprovechados durante siglos por los resineros y leñadores
locales.
El Monumento Natural de la Fuentona es uno de
los seis monumentos naturales existentes en la Comunidad de
Castilla y León. Se ubica en el término municipal de Cabrejas
del Pinar, en las proximidades de Muriel de la Fuente, en
la provincia de Soria. Está constituido por un conjunto de
barrancos y desfiladeros flanqueados por impresionantes formaciones
rocosas de origen calizo y conformados en los alrededores
del río Abión. El nacimiento de este río ocurre en el lugar
conocido como “La Fuentona de Muriel”.
La Fuentona y el nacimiento del río Abión.
Se trata de una surgencia de aguas subterráneas
que después de recorrer multitud de cavidades rocosas salen
al exterior para configurar en su recorrido multitud de rincones
en los que la naturaleza se aprecia en toda su plenitud. La
Fuentona de Muriel, enclave principal del Monumento Natura,
es el drenaje natural del acuífero de la Sierra de Cabrejas
el cual está constituido por rocas kársticas en las que el
agua a lo largo de los años ha creado infinidad de grutas
y cavernas cubiertas de agua en todo o en parte.
Cerca del Monumento Natural de La Fuentona existen
de parajes de características singulares. Algunos de ellos
son los siguientes: El Chorro de Despeñaelagua, en donde en
época de lluvias el agua cae desde alturas considerables entre
murallones rocosos. La Corbetera, formación rocosa de forma
semicircular con la parte superior en saliente sobre la inferior.
Se asemeja a una gran carpa natural. El Pico de Peñota, lugar
desde el que se contemplan vistas espectaculares de la zona
de pinares. En días claros de invierno se pueden contemplar
las cumbres nevadas del triángulo formado por los Picos de
Urbión, El Moncayo y la Sierra de Ayllón en el Sistema Central.
La Cueva Maja, en ella se han encontrado grabados en la roca,
restos de cerámica, adornos, útiles de caza, etc, datados
en la edad del Bronce Antiguo (2200-1900 años a.C.). El Sabinar
de Calatañazor, bosque de sabina albar considerado como Reserva
Natural por la Junta de Castilla y León. En él se encuentran
los árboles de esta especie más elevados y longevos de la
Península Ibérica, llegando algunos de ellos a alcanzar los
14 metros de altura y 2000 años de existencia. Este árbol
está considerado como una reliquia del terciario. En la Casa
del Parque existe amplia. información sobre las características
de este árbol así como la fauna y flora que se desarrolla
en esta Reserva Natural.
Cascada o chorro de Despeñaelagua totalmente
helado.
Peñalba de Santiago (León).
Aunque en el mapa parezca que está cerca de
Ponferrada, 21 kilómetros, hay unos 600 metros de desnivel
entre ambos. Esto genera un notable aislamiento en Peñalba
de Santiago, especialmente en invierno. Algo que aprovecharon
en la época visigoda varios santos ermitaños que motivaron
que el valle adyacente pasara a apellidarse “del Silencio”.
De esta forma se fundó un pequeño monasterio que derivó en
la actual iglesia de Santiago el Mayor. Se trata de una auténtica
maravilla mozárabe.
El valle del Silencio, situado a los pies del
pico Aquiana, en los montes Aquilanos, al sureste de la comarca
de El Bierzo, forma parte de la cuenca del río Oza, conocida
como valle del Oza o, popularmente, como Valdueza, a través
de uno de sus afluentes, un arroyo que lo recorre. Se encuentra
en la cara norte de los montes Aquilanos, a los pies de sus
más altos picos. Enfrente a él se encuentra el pueblo de Peñalba
de Santiago, con su iglesia, joya de la arquitectura mozárabe
(BIC en 1931).
Fuente Dé (Cantabria).
Esta diminuta aldea cierra el repaso a pueblos
aislados de España. Solo siete habitantes y está escondida
en un circo glacial. Fuente Dé tiene el honor de ver nacer
el río Deva y posee preciosos hayedos. Por otro lado, un teleférico
une la localidad con el mirador de El Cable. El desnivel que
se supera es de más de 750 metros, tras los cuales se puede
ver todo el valle. Su situación permite realizar rutas espectaculares
en el entorno de los Picos de Europa. Por ejemplo, se puede
llegar tras 22 kilómetros al monasterio de Santo Toribio de
Liébana o ascender a los 1.916 metros del Alto de la Higuera.
Además, se puede aprovechar para hacer una visita a Potes,
cabeza de Liébana.
Su circo glaciar, poblado de hayedos y en el
cual nace el río Deva, es un punto de interés geomorfológico.
Este lugar posee un teleférico que salva un desnivel de 753
m con una longitud de cable de 1840 m. A la estación superior
del teleférico se le llama El Cable. Allí existe un mirador
sobre el valle. El trayecto se realiza en poco más de 3 minutos
y medio. Este teleférico es una de las instalaciones turísticas
más conocidas de la comarca de Liébana, donde se encuentra,
y de toda Cantabria.
Teleférico de Fuente Dé con las antiguas cabinas.
Tanto en el propio Fuente Dé como en El Cable
se inician diversos itinerarios de montañismo y senderismo.
Desde Fuente Dé:
- Ascensión al Alto de la Triguera (1916 m),
cumbre que linda con León, y que queda hacia el sur-oeste
desde Fuente Dé.
- Circuito alrededor de la Peña Remoña, subiendo
por Las Berrugas hasta la majada de Pedabejo y pasando luego
al collado de Liordes, desde donde se desciende, por la canal
del Embudo, nuevamente hasta Fuente Dé.
- Canal de la Jenduda. Esta canal permite subir
desde Fuente Dé hacia el Macizo central eludiendo el uso del
teleférico. Es para montañeros con experiencia.
- Sendero de Pequeño Recorrido PR-S. 7, «Camino
de Valdebaró», de Fuente Dé a Santo Toribio de Liébana, 22
kilómetros.
Peña Remoña desde el circo glaciar de Fuente
Dé.
Desde El Cable:
- Sendero de Pequeño Recorrido PR-S. 2, «Camino
de Áliva», hasta Pido, en total 11,5 kilómetros.
- Por la Horcadina de Covarrobres, se desciende
hacia los Puertos de Áliva y de allí puede seguirse, por los
Invernales de Igüedri y Portillas del Boquejón, hasta Espinama.
La ruta puede hacerse igualmente en sentido inverso, ascendiendo
desde Espinama hasta El Cable.
- Sendero de Pequeño Recorrido PR-S. 16, «Camino
de los Puertos de Pembes», hasta Los Llanos. En lugar de descender
hacia Espinama, se toman los puertos de Pembes, que quedan
al sur-este, y pasando por la Peña de Oviedo, se llega a Los
Llanos. Los puertos de Pembes admiten otras variantes, como
la ruta que, partiendo desde Espinama, asciende hacia Áliva
y desde allí toma los puertos hacia Mogrovejo.
- Por Covarrobres y Áliva, en lugar de descender
hacia el sur camino de Espinama, puede tomarse dirección norte,
por las Vegas del Toro, hacia Sotres, ya en Asturias.
- Por la Vueltona puede tomarse un desvío a
la derecha, por la Canalona, llegar al collado de la Canalona
y de allí, a Peña Vieja. El regreso puede hacerse por el mismo
camino o, para montañeros expertos, cabe la posibilidad de
bajar a los Puertos de Áliva a través de la canal del Vidrio.
- Siguiendo por la Vueltona de frente se alcanza
el collado de Horcados Rojos, desde donde, a la derecha se
puede ascender a la Torre de los Horcados Rojos, ascensión
de dificultad moderada. A la izquierda, se puede subir al
Pico Tesorero, divisorio entre las provincias de León, Asturias
y Cantabria.
- Pasada la Canalona, si en lugar de seguir
de frente, se encamina a la izquierda, se llega a un refugio
llamado Cabaña Verónica, desde donde, por la collada Blanca,
se asciende la Torre Blanca, punto más alto de la geografía
de Cantabria, en la divisoria con la provincia de León.
Pembes desde el Pico Jano.
Cuevas del Agua (Asturias).
Una cavidad natural da acceso al pueblo de Cuevas
del Agua, del que recibe su nombre, y supone una de las pocas
muestras de cuevas por las que se puede transitar en coche.
Durante 300 metros serpenteantes se pueden apreciar magníficas
formaciones calcáreas, así como la vida ligada a la oscuridad,
y al arroyo adyacente. Estalactitas, estalagmitas o coladas
son algunas de las formaciones que por su belleza y singularidad
llegan en algunos casos a recibir nombres como "La lengua
del diablo" o "Las barbas de Santiago".
La razón de que sea tan especial es que pertenece
a una localidad aislada por montañas a un lado y al otro del
pueblo. El cauce del río Sella rompe este aislamiento a través
de una increíble Cueva Natural llamada «La Cuevona» de unos
400 metros de largo. Para llegar a este maravilloso pueblo
tan solo existen dos caminos desde Ribadesella, uno por carretera
RS-3 a través del túnel natural de La Cuevona, que es el más
conocido. Y luego la otra opción es a través del recorrido
que hace el tren FEVE, que va de Oviedo a Santander, y que
tiene en cuevas del agua una estación del cercanías. Es un
pueblo que se recomienda ir si vas a visitar la parte este
de la comunidad, ya que está muy cerquita de Ribadesella,
más o menos a unos 8 kilómetros. El mágico pueblo pertenece
a la parroquia de Junco, perteneciente también al concejo
de Ribadesella.
Este pueblo asturiano aún tiene el aspecto de
un pueblo tradicional, de los muchos que quedan en la mararvillosa
Asturias. Gran parte de la economía de la comarca venia de
la venta de maíz, por lo que a lo largo de todo el pueblo
se puede observar varias construcciones tradicionales llamadas
hórreos. Cada familia tenía uno en donde dejaban secar el
maíz, resguardado de los roedores. Se conservan más de 6 horreos
en muy buen estado, incluso alguno de ellos todavía se sigue
usando.
Castaño del Robledo (Huelva).
Los bosques de castaños y robles que dan nombre
a esta población la rodean por completo, tanto que casi la
ocultan. Eso ha ayudado a que mantenga su aspecto de origen
medieval. Pero también posee también bellos edificios posteriores
a la Edad Media. Destacan sus dos iglesias, una del siglo
XVI y otra ya de estilo neoclásico. En fin, llegar a este
pueblo significa atravesar sus bosques y dar un salto en el
tiempo.
Huelva se encuentra en la denominada «Tierra
llana», en la confluencia de los ríos Tinto y Odiel. El río
Tinto (Luxia en la antigüedad) es un río costero del sur de
España, que discurre a lo largo de la provincia de Huelva,
Andalucía. Nace en la sierra de Padre Caro y tras recorrer
casi 100 km llega hasta la ría de Huelva, donde se funde con
el río Odiel. El río es conocido por el color rojizo de sus
aguas, de ahí su nombre. La coloración tiene su origen en
la meteorización de minerales que contienen sulfuros de metales
pesados hallados en los yacimientos a lo largo del río. Estos
yacimientos son depósitos hidrotermales compuestos en gran
medida por rocas de pirita (sulfuro de hierro (II) y calcopirita
(disulfuro de hierro y cobre).
La Nasa ya buceó por las particulares
aguas del rio Tinto en busca de similitudes con el habitat
del planeta Marte. Ahora, a pesar de la cantidad de metales
pesados que contienen sus aguas, es posible visualizar la
vida, y no solo en forma de microorganismo tambien en estas
coloridas algas.
El proceso de meteorización se debe a la oxidación
microbiológica de estos minerales, causada principalmente
por unas bacterias especiales como Acidithiobacillus ferrooxidans
o Leptospirillum ferrooxidans y otras bacterias acidófilas
que oxidan los iones sulfuro y ferroso a iones sulfato y férrico,
liberando protones que acidifican las aguas, y lixiviando
una variedad de metales pesados como cationes en el agua.
Es a causa del flujo de ácido sulfúrico que el agua del río
tiene un carácter muy ácido. A este proceso se le denomina
drenaje ácido de minas.
Fuenteheridos, en pleno corazón del Parque Natural
Sierra de Aracena y Picos de Aroche es punto de partida y
destino de numerosas rutas de senderismo.
Los antiguos caminos que alumbraron el nacimiento
de Castaño del Robledo como epicentro geográfico de la sierra
alta de Aracena son hoy nuevas rutas y senderos que permiten
al viajero adentrarse en unos parajes altamente representativos
del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Trazados
aproximadamente sobre los mismos caminos que antaño utilizaron
los lugareños en sus comunicaciones viarias, los actuales
senderos, convenientemente señalizados en algunos casos, constituyen
una magnífica oportunidad para disfrutar y apreciar el ecosistema
del bosque serrano. Ya sea caminando, a caballo o sobre las
ruedas de una bicicleta, la variedad de caminos conducen al
senderista a través de bosques de castaños centenarios, entre
los originales robledales, o bordeando el frescor de sus riachuelos
y arroyos.
Castaño del Robledo, Santa Ana La Real, Galaroza
...
Patones (Madrid).
En la actualidad Patones es muy turístico debido
a su atractivo conjunto arquitectónico. Pasear por sus empinadas
callejuelas es una delicia, así como contemplar sus casas
de piedra, recuerdo de la arquitectura popular más tradicional.
Sin embargo, es merecedor de integrar esta lista por una curiosa
historia. Hace siglos, “el rey de los Patones” le escribió
una carta al rey de las Españas, el propio Felipe II, quien
al saber que semejante “rey” y su pueblo estaban en un lugar
tan aislado ni siquiera se molestó en contestar.
Su población se reparte entre las localidades
de Patones de Arriba y Patones de Abajo. Patones de Arriba,
es uno de los más representativos ejemplos de la arquitectura
negra que se desarrolla en la Sierra de Ayllón. Debido a su
patrimonio en buen estado de conservación fue declarado Bien
de Interés Cultural y es uno de los centros de turismo rural
más importantes de la Comunidad de Madrid.
Vista del Cancho de la Cabeza (1264 m).
Patones de Arriba se encuentra en un área de
monte bajo rocoso tapizado de arbustos como jara y retama,
apareciendo bosquetes de pino resinero en la cara norte del
monte. En la vega río Jarama donde se encuentra Patones de
Abajo se desarrolla el bosque de ribera, además, el suelo
es muy rico y favorece gran variedad de cultivos, como de
cereales, viña y olivares. Patones de Arriba ofrece una de
las muestras más representativas de arquitectura negra de
la Comunidad de Madrid. Mediante esta denominación se conoce
un tipo de arquitectura rural que emplea como elemento constructivo
principal la pizarra, roca muy abundante en la zona. Casi
todos los edificios de Patones de Arriba están levantados
con este material, incluso las construcciones y reconstrucciones
llevadas a cabo en las últimas décadas del siglo XX.
El pantano del Atazar desde el mirador del Cancho.
Las Cuevas de Guadix (Granada).
El nombre ya nos lo dice todo sobre este lugar,
que está tan escondido que, en realidad, el propio barrio
es un conjunto de viviendas excavadas en la roca. O sea cuevas
artificiales. Sin embargo, son viviendas que en muchos casos
son tremendamente confortables. De hecho, lo típico aquí es
alojarse en una de ellas.
Sabemos que existen casas habitadas en otros
lugares del mundo, como Capadocia, Kandovan, en Irán, en China,
incluso en Francia, en la Dordoña y en Amboise. Y en Paterna,
Valencia, las cuales están muy degradadas. Guadix es
el lugar donde se concentran más cuevas habitadas del mundo.
Y una cosa es tener cierta noción de estas viviendas trogloditas
y otra verlas tan de cerca, contemplarlas desde un mirador,
penetrar en ellas e, incluso, habitarlas por unas noches.
Vamos en busca de otra Granada, de destinos menos populares
que la ciudad de Granada y su Alhambra, o los paisajes espectaculares
de Sierra Nevada.
La primera cosa que llama la atención es la
integración perfecta con el paisaje por el hecho de aprovechar
un terreno que ya existe para su construcción: las cuevas
se excavaban en los barrancos, veredas y cañadas. La mayoría
de las cuevas habitadas de la Hoya de Guadix se ha construido
en la zona de ‘badlands’, un tipo de paisaje de características
áridas y de litología rica en lutitas, extensamente erosionado
por el agua y el viento, aprovechando la verticalidad de las
paredes y la facilidad que ofrece la arcilla a la hora de
excavar. También sus tejados cubiertos de tierra se adecúan
al entorno, contribuyendo a su protección. Además, las cuevas
se construyen retirando material, aprovechando la tierra –
sin apenas necesidad de otros materiales -. Lo saben bien
los picadores, auténticos artistas que aprendieron el oficio
de generación en generación. Excavan las cuevas eliminando
la arcilla, formando estancias, y la libertad de construcción
es total, ya que es posible construir bajo tierra casi hasta
el infinito.
El hecho de que sean viviendas bioclimáticas
es toda una ventaja, ya que mantienen una temperatura constante
que ronda los 18ºC, protegiendo contra el frío del invierno
y el calor del verano. Además la humedad es agradable (en
torno al 50%). Sus escasas necesidades energéticas las convierte
en viviendas ecológica. Además, la tierra del tejado sirve
como aislante y las protege contra las condiciones climáticas
adversas. Muchas son sus ventajas, sin hablar de su aislamiento
sonoro. En la provincia de Granada se han contabilizado en
la actualidad 18000 cuevas habitadas, que son viviendas, tiendas,
bodegas, ermitas, casas rurales …
Setenil de las Bodegas (Cádiz).
Setenil de las Bodegas forma parte de la ruta
de los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz y es uno de los
municipios más pintorescos de toda Andalucía. Gracias a pueblos
como Setenil de las Bodegas, la Sierra de Cádiz puede presumir
de ser una de las más bonitas y pintorescas de toda la península
ibérica. Quizá sus primeros vecinos prehistóricos esto aún
no lo podían saber, pero desde luego sí tuvieron claro que
este lugar era idóneo para asentarse y hacerlo perdurar a
lo largo de la historia. Setenil de las Bodegas forma parte
de la ruta de los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz, nació
aprovechando las formas del cañón creado por el río Guadalporcún
y sus cuevas y recovecos naturales no tardaron en dar cobijo
a sus primeros pobladores. Más tarde pasaron a ser casas,
y así hasta hoy, cuando se ha convertido en uno de los pueblos
más visitados de la provincia gaditana. Además, pertenece
a la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España y está
declarado como Conjunto Histórico Artístico.
Setenil gozó de una gran importancia estratégica
durante su periodo musulmán y la reconquista cristiana se
hizo de rogar, tanto que de ahí proviene su nombre. Fue sitiado
siete veces sin éxito, Septem nihil (en latín: Siete veces
nada), y así quedó bautizado.
Para conocer Setenil de las Bodegas elige un
buen día de sol, cuando más resplandecen sus casas de color
blanco y más contrastan con el cielo azul. Será el momento
perfecto además para comprobar cómo sus calles se mantienen
frescas de manera natural y su ubicación ayuda a escapar del
calor. Una visita perfecta a Setenil de las Bodegas empieza
en su antigua Casa Consistorial y termina degustando alguno
de los más típicos dulces setenileños, y eso es justamente
lo que te vamos a proponer a a continuación.
La primera parada es la oficina de turismo de
Setenil, y no solo para que te expliquen mapa en mano todo
aquello que no te puedes perder en este precioso pueblo blanco,
sino también para conocer el edificio donde se ubica. Se trata
de la antigua Casa Consistorial, data de principios del siglo
XVI y en ella debes levantar la vista para contemplar su espectacular
artesonado mudéjar de par y nudillo. Un poco más abajo, en
su banda inferior, una inscripción conmemora el 21 de septiembre
de 1484, el día en el que Setenil fue conquistada por los
Reyes Católicos. En su origen fue una torre albarrana que
se adelantaba a la fortificación y daba acceso a la fortaleza,
pero hoy es la encargada de recibir a visitantes de todo el
mundo.
Tendrás que subir alguna cuesta hasta llegar
al Torreón de Setenil, pero agradecerás continuar por aquí
tu visita. Esta torre del homenaje es el mejor vestigio que
podrás disfrutar del antiguo alcázar almohade que antaño protegió
la roca de Setenil desde el siglo XII, y que tantas veces
fue atacado. También podrás ver algunos restos de la muralla
que rodeaba la peña. Por debajo del nivel del suelo encontrarás
el viejo aljibe árabe, un depósito excavado en la roca cuya
función fue la de suministrar agua a la fortaleza. Y muy cerca
también no puedes pasar por alto el mirador de El Lizón, para
así aprovechar y disfrutar de unas buenas vistas de todo el
casco de Setenil.
Como decíamos hay que remontarse un buen tiempo
para conocer el origen de Setenil, como poco al menos unos
5.000 años. Y nada mejor para hacerlo que visitando la Casa
de la Damita de Setenil, muy cerca del Torreón. Aquí encontrarás
un pequeño pero interesante museo que te llevará por la historia
de Setenil gracias a los hallazgos arqueológicos encontrados
en diversas excavaciones realizadas en 1997. Sobre todos ellos
destaca la conocida como “Damita de Setenil”, una venus paleolítica
con cinco milenios de antigüedad que acredita el asentamiento
que vivió Setenil en la prehistoria.
Estas dos calles son sin lugar a duda la imagen
más representativa de Setenil de las Bodegas, más incluso
que cualquier vista panorámica que puedas obtener desde el
mirador de los Reyes Católicos, altamente recomendable también.
Cuando se acerque la hora de comer lo mejor que puedes hacer
es poner rumbo a la calle Cuevas del Sol. Aquí la roca que
ha sido erosionada por el cauce del río hace de techo y pared
de las casas y restaurantes que ofrecen platos típicos como
las sopas cortijeras, los revueltos de espárragos, las migas
de pan o el gazpachuelo. Siempre, por supuesto, junto a enormes
tomates que difícilmente pasarán desapercibidos. Después de
comer lo suyo es cambiar de calle, cruzar el río y pasear
la calle Cuevas de la Sombra. Una vez allí comprenderás a
qué se debe su nombre, y es que aquí la propia calle está
cubierta por la roca. Verás que las mejores pastelerías de
Setenil se concentran aquí y a pocos metros de distancia unas
de otras, por lo que si apetece tomar un café y probar dulces
típicos como los cortadillos, las empanadillas, las rosquillas
o las pastas, esta es la calle que andabas buscando.
Las ermitas y las iglesias de Setenil también
son parte de su historia. A las afueras, la ermita de San
Sebastián fue la primera construcción cristiana levantada
en Setenil tras la conquista de los Reyes Católicos en el
siglo XV. Es pequeña y de estilo tardo gótico español. Por
su lado, en pleno centro la ermita de San Benito acoge una
de las tallas más veneradas en Setenil, su Padre Jesús Nazareno.
Y en lo más alto, sobresaliendo tanto como el propio torreón
de la antigua fortaleza, la iglesia de Nuestra Señora de la
Encarnación destaca sobre todo lo demás. Comenzó a construirse
en el siglo XV sobre la mezquita mayor de la localidad pero
las obras no se terminaron hasta ya entrado el siglo XVII,
por lo que destaca el sincretismo de sus estilos, empezando
en el mudéjar y terminando en el gótico.
En ningún momento de tu visita a Setenil has
de olvidar que aquí, lo que tienes que hacer, es pasear y
recorrer sus calles, tanto las que están cubiertas por cuevas
como las más laberínticas que dan forma a su centro. Sin olvidar
tampoco la Plaza de Andalucía, por supuesto. Dos de las calles
más auténticas que no puedes pasar por alto son las de Jabonería
y Cabrerizas. Son dos excelentes ejemplos de la arquitectura
setenileña, donde las casas se resguardan bajo las rocas,
y que han servido de escenario incluso para el mismísimo Curro
Jiménez, el más famoso de aquellos bandoleros que en su momento
hicieron de esta sierra su lugar de escondite.
Durro (Lérida).
A 1.395 metros de altitud, elevado sobre el
vall de la Noguera de Tor y un poco alejado de las principales
vías de comunicación, se encuentra Durro, un pueblo de patrimonio
románico. Etimológicamente, el nombre proviene del euskera
Durru, que significa alejado, palabra que tiene que relación
con el euskera actual, urrun, urruti. Este municipio mantiene
un aire rústico y medieval, con un casco antiguo escarpado
y casas que combinan el aspecto residencial con el ganadero
y agrícola.
Durro pertenece a la Alta Ribagorça, uno de
los rincones más bellos del Pirineo catalán. En esta comarca
se encuentran las características de un territorio de alta
montaña: cumbres elevadas y valles, ríos de caudal fuerte
y lagos, prados y bosques, esquí y deportes de aventura...
Esa aura románica y tradicional se representa en los templos
que hoy son Patrimonio de la Humanidad.
Con una población de 79 habitantes, Durro fue
una entidad independiente hasta 1965, año en el que se unió
al municipio del Vall de Boí y desde 2023, pertenece al selecto
club de Los pueblos más bonitos de España. Un valle que destaca
por sus increíbles iglesias, sus calles empedradas, que recuerdan
a tiempos pasados; las casas de piedra con tejados de pizarra
y chimeneas trabajando durante el frío invierno. Una imagen
que contraste con el paisaje verde y frondoso que le rodea.
No se es consciente de la importancia que Durro
tuvo en la Edad Media, salvo si se contempla la Iglesia de
la Nativitat, tal y como señala Francesc Ribes en su libro
Los pueblos más bonitos de la España Vacía. De este templo
religioso destacan, sobre todo, las grandes proporciones de
la nave, el campanario, la portada esculpida y el pórtico.
Entre los siglos XVI y XVIII, el edificio románico fue remodelado
en varias ocasiones. En estas transformaciones se añadieron
nuevos espacios como las dos capillas góticas o la sacristía
barroca. En su interior se expone la imagen románica de Nicodemos,
que originalmente formaba parte de un conjunto del Descendimiento
de la Cruz.
Otro de los Patrimonios, situado a pocos metros
de Durro, es la ermita de Sant Quirc, enclavada un marco privilegiado
a una altitud de 1.500 metros. Este edificio del siglo XII,
de dimensiones reducidas, contiene elementos góticos y barrocos
y ofrece unas vistas sin igual del valle y las montañas que
le rodean.
La ermita de Sant Quirc (Vallboi).
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