El deseo de ver animales lleva a muchos viajeros a recorrer
grandes distancias para observarles en su hábitat natural.
Dicen los antropólogos que la atracción por la naturaleza
y los seres vivos es innata, y sumergirse en la naturaleza
es, además, una forma de desconectar. Los safaris fotográficos
se han convertido en una forma de ver y de disfrutar de la
naturaleza, pero en los tiempos que corren es fundamental
asegurarse de que el operador con el que se organice el viaje
sea responsable y esté comprometido con la conservación del
entorno. La idea de safari fotográfico no se limita a los
grandes espacios y reservas naturales de África con los que
siempre se asocia. Cualquier lugar que invite a la observación
respetuosa de animales en su hábitat natural se puede convertir
en un gran safari.
Para que una actividad de observación de fauna o un safari
fotográfico se considere sostenible y respetuosa con el entorno,
debe de tener en cuenta una serie de puntos:
Participación de la comunidad local, que debe tener un papel
activo en la gestión y el desarrollo del safari. Impacto económico
positivo en el territorio, con un retorno directo en la comunidad,
de forma que el turismo ayude a enriquecer la región y a mejorar
la calidad de vida de los habitantes. Conservación del entorno
natural. Los guías y los turistas deben respetar las normas
de los parques, mantener las distancias con los animales y
no dejar rastro de su paso por las zonas visitadas. Respetar
la cultura y a los habitantes locales. Hay lugares donde las
tribus que los habitan están viendo alterada su forma de vida
tradicional. Es importante que los turistas impacten lo menos
posible sobre las costumbres y modos de vida locales.
Hay muchos entornos en los que asistir a grandes rituales
naturales, desde el vistoso cortejo del flamenco hasta el
imponente grito de apareamiento del mono aullador resonando
en la jungla. Aquí proponemos siete destinos fascinantes.
1. Safaris sostenibles en la India: parque nacional Kanha,
parque nacional Bandhavgarh y reserva de tigres de Sariska.
La creciente conciencia sobre los problemas ambientales y
la necesidad de conservar y preservar los recursos naturales
ha hecho del turismo ecológico una prioridad en la India.
Con el auge del turismo sostenible, muchas empresas y organizaciones
de viajes se han encargado de promover iniciativas y destinos
turísticos responsables, destinados a preservar la rica biodiversidad,
el patrimonio cultural y las comunidades tradicionales del
país asiático.
Una de las principales iniciativas de turismo sostenible
en la India es la promoción de reservas de vida silvestre
y parques nacionales protegidos, como el parque nacional Kanha,
el parque nacional Bandhavgarh, ambos en el Estado de Madhya
Pradesh, o la reserva de tigres de Sariska, en el Rajastán,
que son destinos populares para los entusiastas de la vida
silvestre y ofrecen una variedad de actividades que incluyen
safaris en la jungla, observación de aves y caminatas por
la naturaleza. También brindan una oportunidad para que los
turistas aprendan sobre la importancia de la conservación
y el papel que pueden desempeñar en la protección de la vida
silvestre y los hábitats naturales de la India.
Además de las reservas de vida silvestre, hay varios parques
nacionales en la India que ofrecen oportunidades de turismo
sostenible. Por ejemplo, el parque nacional Jim Corbett, ubicado
en el estado de Uttarakhand, conocido por su rica diversidad
de vida silvestre. Este enclave ha sido pionero en la promoción
del turismo ecológico con la implementación de medidas como
el uso de vehículos que funcionan con energía solar, alojamientos
energéticamente eficientes y la adopción de prácticas de gestión
de residuos respetuosas con el medio ambiente. Fundada en
1936 como primer parque nacional de la India, es famoso por
albergar a la mayoría de tigres que viven en parques nacionales
del país, por sus increíbles paisajes y por albergar muchos
elefantes salvajes y leopardos, osos negros del Himalaya y
osos perezosos. Está dividido en seis zonas diferentes, la
más famosa de ellas, la de Dhikala, es la mejor para ver animales.
Otra opción es la de Pugdundee Safaris, que propone caminar
por el escarpado terreno del Satpura National Park con los
pioneros del safari a pie en la India. Pero cuidado: aunque
este parque no es tan conocido y la caminata por la jungla
puede ser tranquila, este territorio es pura naturaleza agreste
y aquí viven tigres, leopardos, jabalís, cocodrilos, bisontes,
osos perezosos y más animales salvajes. Para los que prefieran
pernoctar entre sólidas paredes en vez de en una tienda, la
misma empresa ofrece safaris con albergues sostenibles.
El parque nacional de Kanha es un parque nacional y una reserva
de tigres en los distritos de Mandla y Balaghat de Madhya
Pradesh (India). En los años 1930, la zona de Kanha se dividió
en dos reservas, Hallon y Banjar, de 250 y 300 km². El Parque
Nacional de Kanha se creó el 1 de junio de 1955. Hoy en día
se extiende sobre una superficie de 940 km² en los dos distritos
de Mandla y Balaghat. Junto con una zona de separación circundante
de 1.067 km² y el cercano Santuario de Phen de 110 km² forma
la reserva de tigres de Kanha. Esto lo convierte en el Parque
Nacional más grande de India Central. El parque tiene una
población significativa de tigre de Bengala real, leopardos,
el oso perezoso, barasinga y perro salvaje indio. Los exuberantes
bosques de sal y bambú, yerbosos prados y barrancos de Kanha
proporcionaron la inspiración a Rudyard Kipling para su famosa
novela "El libro de la selva".
El parque nacional de Kanha alberga más de 1000 especies
de plantas con flor. El bosque de las tierras bajas es una
combinación de sal o sala (Shorea robusta) y otros árboles
de bosque mixto, entremezclado con prados. Los bosques de
las tierras altas son del tipo caducifolios tropicales húmedo
seco y de una naturaleza completamente diferente con bambú
de hierro (Dendrocalamus strictus) en las laderas. También
se puede ver en el bosque denso ejemplares de Davidia involucrata,
un muy bonito árbol fantasma indio ("kullu"). La reserva de
tigres de Kanha abunda en prados o maidans que son básicamente
praderas abiertas que han brotado en campos de aldeas abandonadas,
evacuadas para hacer espacio a los animales. El prado de Kanha
es uno de estos ejemplos. Hay muchas especies de hierba registradas
en Kanha alguna de las cuales son importantes para la supervivencia
del barasinga (Cervus duvauceli branderi). Las zonas densamente
forestales con buena cubierta de copa tienen abundantes especies
de trepadoras, arbustos y hierbas floreciendo en el sotobosque.
Las plantas acuáticas en numerosos "tal" (lagos) son el salvavidas
para las especies de pájaros migratorias de humedales.
La población carnívora de Kanha incluye tigres, leopardos,
cuones, gatos monteses, zorros y chacales. Entre las especies
de ciervos el ciervo de Duvaucel o barasinga central es el
orgullo del lugar ya que es la única subespecie de ciervo
de los pantanos en la India (Cervus duavcelli branderi). El
animal está adaptado al suelo duro a diferencia del ciervo
de los pantanos del Norte que vive en ciénagas pantanosas.
El Parque Nacional de Kanha ha sido fundamental en salvar
el “ciervo de los pantanos” de extinción. El gaur indio (Bos
gaurus), perteneciente al género de los bueyes, se encuentra
en Kanha pero se ve generalmente cuando acaba el invierno.
En verano el gaur habita los prados y los abrevaderos del
parque. Entre otros animales que se ven normalmente en el
parque se incluyen el chital, el sambar, el muntíaco y el
antílope cuatricorne. Este último puede verse en la subida
de Bamni Dadar. Recientemente, también se han encontrado ciervos
ratón en la reserva de tigres. El sasin no sobrevivió inicialmente
aquí ya que el hábitat no era adecuado. Sin embargo, se ha
reintroducido recientemente dentro de una zona vallada en
el parque. El nilgó puede todavía verse cerca de Sarahi Gate,
mientras que el lobo indio, que antes se veía comúnmente en
Mocha, es poco frecuente avistarlo ahora. La hiena y oso perezoso
se ven ocasionalmente. Los langures y los jabalíes son comunes,
pero el beligerante macaco rhesus se ve menos frecuentemente.
Animales nocturnos como zorros, hienas, gatos de la jungla,
civetas, puercoespínes, rateles o tejones de la miel y liebres
pueden verse fuera de los confines del parque. Los reptiles
como pitones, cobras, kraits, serpientes rata oriental (Ptyas
mucosus), vipéridos, natricinos y culebras de collar son animales
nocturnos, y por lo tanto se ven pocas veces. Hay muchas especies
de tortugas así como de anfibios que se encuentran en o cerca
de las masas de agua.
Actualmente uno de los tigres macho dominantes del Parque
Nacional de Kanha es un tigre llamado Munna. Munna es conocido
por su gran tamaño, su gran cabeza y tiene el símbolo "CAT"
escrito en su cabeza.
Jabalpur, el lugar más conveniente desde el que acercarse
al Parque, tiene el aeropuerto más cercano (175 km), Nagpur
(260 km) y Raipur (219 km) tienen otros aeropuertos, Mandla
(70 km) tiene una buena conexión con Kanha y hay un servicio
de taxis turísticos desde Jabalpur al parque nacional. Desde
Jabalpur, la mejor manera de viajar es a través de Mandla
y Nainpur - quizás con una parada durante la noche - y después
tomar el desvío en Bamhni. Mandla, Nainpur y Seoni todas tienen
clubes deportivos, cibercafés, guías, iglesias cristianas
y algunos hermosos templos. Hay tres puertas para la entrada
al Parque. A la puerta de Kisli se accede mejor desde Jabalpur
y parando en la aldea de Khatia, dentro de la zona de separación.
La segunda puerta está en Mukki y la tercera puerta, abierta
más recientemente, está en Serai.
Un apasionante esfuerzo de conservación en este parque nacional
es la reintroducción del barasinga. El gaur será reubicado
en Bandhavgarh y algunos barasinga serán reubicados en la
reserva de tigres de Satpura. El objetivo de este proyecto
es introducir unos 500 barasinga en este parque nacional en
ocho o nueve ubicaciones diferentes. Hay también un proyecto
para capturar unos veinte tigres y reubicarlos en la reserva
de tigres de Satpura.
2. Safari en las áreas protegidas de Masai Mara (Kenia).
Las áreas protegidas privadas y comunitarias están cambiando
el rostro de la conservación y el turismo en Kenia. Muchas
bordean la Masai Mara National Reserve, pero cada cual funciona
de una manera algo distinta. La idea es hacer que el turismo,
la conservación y los derechos de los pueblos locales vayan
de la mano y en beneficio mutuo. En muchas áreas protegidas,
los propietarios de tierras masáis ceden sus terrenos comunes
durante una media de 15 años a varios lodges de alta gama.
Los masáis conservan el derecho de pastar el ganado en las
áreas protegidas y reciben un ingreso garantizado de cada
campamento. Además, todos los campamentos tienen que contribuir
a algún proyecto de desarrollo comunitario. A cambio, los
animales salvajes pueden vivir en paz y los lodges ofrecen
un tipo de safari exclusivo con muy pocos visitantes, ya que
quienes no se alojen en las áreas protegidas no pueden entrar
en ellas. Los visitantes también tienen la oportunidad de
participar en actividades vetadas en la reserva, como safaris
a pie y rutas nocturnas en coche.
Un ejemplo es Naboisho Conservancy, creada en el 2011. Tiene
222 kilómetros cuadrados y es una de las áreas protegidas
más jóvenes de Masai Mara, con campamentos excelentes, avistamientos
fabulosos de predadores y otros animales, además de paisajes
clásicos de esta reserva nacional: espinas silbantes, praderas
abiertas, montes ondulados y bosques ribereños de acacia.
Ha recibido numerosos premios al turismo responsable y sostenible.
Otro ejemplo es Olare Orok Conservancy, una de las áreas protegidas
más veteranas y exitosas. Cuenta, además, con una de las mayores
concentraciones de animales, entre ellos montones de predadores
(con especial protagonismo de leones de África Oriental) y
con la menor cantidad de turistas.
Otra buena propuesta para observar la gran migración de forma
más tranquila en Kenia es Cottar’s Safari. Situado entre la
reserva de Masai Mara y el parque tanzano del Serengueti,
es el único campamento de safaris de la zona protegida de
Olderkesi y ofrece la oportunidad de contribuir a la conservación
y presenciar (sin aglomeraciones) la gran migración.
También se ofrecen “experiencias de impacto”, como las llaman,
como acompañar a un cazador-recolector o a un guarda forestal
en el único puesto de Masai Mara donde todos los agentes son
mujeres.
Maasai Mara , también escrito a veces Masai Mara y conocido
localmente simplemente como The Mara, es una gran reserva
nacional de caza en Narok, Kenia, contigua al Parque Nacional
Serengeti en Tanzania. Lleva el nombre del pueblo masai, los
habitantes ancestrales de la zona, que emigraron a la zona
desde la cuenca del Nilo. Su descripción del área cuando se
mira desde lejos: "Mara" significa "manchado" en el idioma
local masai, debido a los muchos árboles bajos y tupidos que
salpican el paisaje. Masai Mara es una de las áreas silvestres
y de conservación de la vida silvestre en África, con sus
poblaciones de leones, leopardos, guepardos y elefantes africanos
de sabana. También alberga la Gran Migración, que la aseguró
como una de las Siete Maravillas Naturales de África y como
una de las diez Maravillas del Mundo. El ecosistema del Gran
Mara abarca áreas conocidas como la Reserva Nacional Masai
Mara, el Triángulo de Mara y varias zonas de conservación
masai, incluidas Koiyaki, Lemek, Ol Chorro Oirowua, Mara Norte,
Olkinyei, Siana, Maji Moto, Naikara, Ol Derkesi, Kerinkani,
Oloirien y Kimintet.
Cada año, aproximadamente al mismo tiempo, la migración circular
de los grandes ñus comienza en el Área de Conservación de
Ngorongoro en el sur del Serengeti en Tanzania y recorre en
el sentido de las agujas del reloj a través del Parque Nacional
del Serengeti y hacia el norte hacia la reserva de Masai Mara
en Kenia. Esta migración es causada naturalmente por la disponibilidad
de pastoreo. La fase inicial dura aproximadamente de enero
a marzo, cuando comienza la temporada de partos, una época
en la que hay abundante pasto madurado por la lluvia disponible
para las 260.000 cebras que preceden a los 1,7 millones de
ñus y los siguientes cientos de miles de otros animales de
caza de las llanuras, incluidos alrededor de 470.000 gacelas.
Los cruces de los ríos Grumeti y Mara a partir de julio
son una atracción popular en los safaris porque los cocodrilos
acechan. Las manadas llegan a Kenia a finales de julio/agosto,
donde permanecen durante el resto de la estación seca, excepto
que las gacelas de Thomson y Grant se mueven sólo de este
a oeste. A principios de noviembre, con el inicio de las lluvias
cortas, la migración comienza a desplazarse nuevamente hacia
el sur, a las llanuras de pasto corto del sureste, llegando
generalmente en diciembre con tiempo suficiente para parir
en febrero. Alrededor de 250.000 ñus mueren durante el viaje
desde Tanzania a la Reserva Nacional Masai Mara en el suroeste
de Kenia, un total de 800 kilómetros (500 millas). La muerte
suele producirse por sed, hambre, agotamiento o depredación,
incluso por parte de grandes felinos.
Cuando se estableció originalmente en 1961 como un santuario
de vida silvestre, Mara cubría sólo 520 km2 (200 millas cuadradas)
del área actual, incluido el Triángulo de Mara. El área se
amplió hacia el este en 1961 para cubrir 1.821 km2 (703 millas
cuadradas) y se convirtió en una reserva de caza. El Consejo
del Condado de Narok (NCC) asumió la gestión de la reserva
en ese momento. A parte de la reserva se le otorgó el estatus
de Reserva Nacional en 1974, y el área restante de 159 km2
(61 millas cuadradas) fue devuelta a las comunidades locales.
En 1976 se eliminaron de la reserva 162 km 2 (63 millas cuadradas)
adicionales y el parque se redujo a 1.510 km2 (580 millas
cuadradas) en 1984. En 1994, se formó el Consejo del Condado
de TransMara (TMCC) en la parte occidental de la reserva,
y el control se dividió entre el nuevo consejo y el Consejo
del Condado de Narok existente. En mayo de 2001, Mara Conservancy,
una organización sin fines de lucro, asumió la gestión del
Triángulo de Mara, que cubre la parte occidental de la reserva.
El pueblo masai constituye una comunidad que se extiende por
el norte, centro y sur de Kenia y el norte de Tanzania. Como
pastores, la comunidad cree que son dueños de todo el ganado
del mundo. Los masai dependen de sus tierras para sustentar
a su ganado, así como a ellos mismos y a sus familias. Antes
del establecimiento de la reserva como área protegida para
la conservación de la vida silvestre y la naturaleza, los
masai se vieron obligados a abandonar sus tierras nativas.
La tradición sigue desempeñando un papel importante en la
vida de los masai de hoy en día, conocidos por su alta estatura,
sus shukas estampados y sus abalorios. Se estima que hay aproximadamente
medio millón de personas que hablan el idioma maa y este número
incluye no sólo a los masai sino también a los samburu y camus
en Kenia.
Tres leones fueron envenenados en 2015 por pastores
que actuaron como venganza por la muerte de gran parte de
su ganado a manos de los felinos. Se enfrentaron a una pena
de cadena perpetua o a una multa de unos 20 millones de chelines,
alrededor de unos 200.000 euros.
El área total bajo conservación en el ecosistema del Gran
Masai Mara asciende a casi 1.510 km2 (580 millas cuadradas).
Es la sección más septentrional del ecosistema Mara-Serengeti,
que cubre unos 25.000 km2 (9.700 millas cuadradas) en Tanzania
y Kenia. Limita con el Parque Serengeti al sur, la escarpa
Siria/Oloololo al oeste y los ranchos pastorales masai al
norte, este y oeste. Las precipitaciones en el ecosistema
aumentan notablemente a lo largo de un gradiente sureste-noroeste,
varían en el espacio y el tiempo y son marcadamente bimodales.
El río Sand, el río Talek y el río Mara son los principales
ríos que drenan la reserva. Arbustos y árboles bordean la
mayoría de las líneas de drenaje y cubren laderas y cimas
de colinas. El terreno de la reserva es principalmente pastizales
abiertos con ríos estacionales. En la región sureste hay matas
de la distintiva acacia. La frontera occidental es la escarpadura
de Esoit (Siria) del Rift de África Oriental, que es un sistema
de fisuras de unos 5.600 km (3.500 millas) de largo, desde
el Mar Rojo de Etiopía a través de Kenia, Tanzania, Malawi
y Mozambique. La vida silvestre tiende a estar más concentrada
aquí, ya que el terreno pantanoso significa que el acceso
al agua siempre es bueno, mientras que las molestias para
los turistas son mínimas. La frontera más oriental está a
224 km (139,2 millas) de Nairobi y, por lo tanto, son las
regiones orientales las más visitadas por los turistas. Tiene
un clima semiárido con lluvias bianuales y dos estaciones
lluviosas distintas. Los agricultores locales se han referido
a éstas como "lluvias largas", que duran aproximadamente de
seis a ocho semanas en abril y mayo, y "lluvias cortas" en
noviembre y diciembre, que duran aproximadamente cuatro semanas.
La elevación oscila entre 1500 a 2180 m, las precipitaciones
tiene una media de 83 mm (3,3 pulgadas)/mes y el rango de
temperatura va de 12 a 30 °C (54 a 86 °F).
Cocodrilos en el afluente Talek del río Mara.
El ñu azul, el topi, la cebra de las llanuras y la gacela
de Thomson migran y ocupan la reserva de Mara, desde las llanuras
del Serengeti al sur y las llanuras de Loita en los ranchos
pastorales al noreste, de julio a octubre o más tarde. En
la reserva también residen rebaños de las tres especies. Todos
los miembros de los "cinco grandes " (leones, leopardos africanos,
elefantes africanos, búfalos africanos y rinocerontes blancos
y negros ) se encuentran aquí durante todo el año. La población
de rinocerontes negros era bastante numerosa hasta 1960, pero
se redujo gravemente debido a la caza furtiva en los años
1970 y principios de los 1980, cayendo a un mínimo de 15 individuos.
Las cifras han ido aumentando lentamente. El Maasai Mara es
la única área protegida en Kenia con una población autóctona
de rinocerontes negros, que no se ve afectada por las translocaciones
y, debido a su tamaño, es capaz de sustentar a una de las
poblaciones más grandes de África. Los hipopótamos y los cocodrilos
del Nilo se encuentran en grandes grupos en los ríos Mara
y Talek. Las llanuras entre el río Mara y la escarpa de Esoit
Siria son probablemente la mejor zona para observar animales
salvajes, en particular leones y guepardos.
Aquí en la reserva se encuentran muchos carnívoros grandes.
Los leones son los más dominantes y se encuentran en grandes
cantidades. Las hienas manchadas son otro carnívoro abundante
y, a menudo, compiten con los leones por el alimento. Los
leopardos se encuentran en cualquier lugar de la reserva donde
haya árboles a los que puedan escapar. Los guepardos de África
oriental también se encuentran en grandes cantidades en la
sabana abierta, cazando gacelas y ñus. Los perros salvajes
africanos son bastante raros aquí debido a la transmisión
generalizada de enfermedades como el moquillo canino y la
dura competencia que enfrentan con los leones, que a menudo
pueden diezmar sus poblaciones. Sus manadas también deambulan
mucho y viajan largas distancias por las llanuras, lo que
dificulta su seguimiento. Los carnívoros más pequeños que
no compiten directamente con estos últimos incluyen lobos
africanos, chacales de lomo negro, comadrejas rayadas africanas,
caracales, servals, tejones de la miel, lobos de tierra, gatos
monteses africanos, chacales rayados, zorros de orejas de
murciélago, turones rayados, civetas, ginetas, varias especies
de mangostas y nutrias africanas sin garras.
Los ñus son los habitantes dominantes de Maasai Mara, y su
número se estima en millones. Alrededor de julio de cada año,
estos animales migran hacia el norte desde las llanuras del
Serengeti en busca de pastos frescos y regresan al sur alrededor
de octubre. La Gran Migración es uno de los acontecimientos
naturales más impresionantes del mundo, en el que participan
unos 1.300.000 ñus azules, 500.000 gacelas de Thomson, 97.000
topis, 18.000 elands comunes y 200.000 cebras de Grant. Se
pueden encontrar antílopes, incluidas las gacelas de Grant,
los impalas, los duikers y el búbalo de Coke. Las llanuras
también son el hogar de la distintiva jirafa masai. Dentro
de los límites de la reserva se pueden ver el gran antílope
ruano y el zorro nocturno, rara vez presentes en otras partes
de Kenia. En el parque se han identificado más de 470 especies
de aves, muchas de las cuales son migratorias, siendo casi
60 especies rapaces. Las aves que habitan esta zona durante
al menos parte del año incluyen: buitres, marabúes, pájaros
secretarios, cálaos, grullas coronadas, avestruces, águilas
de cresta larga, halcones pigmeos africanos y carracas lilas,
que es el ave nacional de Kenia.
La cebra de Grant (Equus quagga boehmi) es la más común de
las cebras. Originaria del centro y sur de África, llega a
una altura de entre 1,3 y 1,5 m. Su alimentación es a base
de hierbas. La gestación de esta especie es de 350 días y
nace una cría por camada, presenta bandas negras bien definidas
y contrastadas sobre un fondo blanco sin sombreados.
Maasai Mara es administrado por el gobierno del condado de
Narok. La parte oriental más visitada del parque, conocida
como Reserva Nacional Masai Mara, está gestionada por el Consejo
del Condado de Narok. El Triángulo de Mara en la parte occidental
está gestionado por el consejo del condado de Trans-Mara,
que ha contratado la gestión de Mara Conservancy desde principios
de la década de 2000. Las áreas exteriores son áreas de conservación
administradas por Group Ranch Trusts de la comunidad masai,
aunque este enfoque ha sido criticado por beneficiar sólo
a unos pocos individuos poderosos en lugar de a la mayoría
de los terratenientes. Aunque ha habido un aumento en el uso
de cercas en terrenos privados en los últimos años, la vida
silvestre deambula libremente tanto por la reserva como por
las zonas de conservación.
El Maasai Mara es un importante centro de investigación de
la hiena manchada. Con dos oficinas de campo en Mara, el laboratorio
Kay E. Holekamp, con sede en la Universidad Estatal de Michigan,
estudia el comportamiento y la fisiología de este depredador,
además de realizar estudios comparativos entre los grandes
depredadores del Triángulo de Mara y sus homólogos de la parte
oriental de Mara. Se completó una evaluación del caudal y
un plan de gestión de cuencas fluviales transfronterizas entre
Kenia y Tanzania para que el río sostenga el ecosistema y
las necesidades básicas de 1 millón de personas que dependen
de su agua. El Proyecto Mara Predator también opera en Masai
Mara, catalogando y monitoreando las poblaciones de leones
en toda la región. Centrándose en las zonas de conservación
del norte donde las comunidades coexisten con la vida silvestre,
el proyecto tiene como objetivo identificar tendencias demográficas
y respuestas a cambios en la gestión de la tierra, asentamientos
humanos, movimientos de ganado y turismo. Desde octubre de
2012, el Proyecto Mara-Meru Cheetah ha trabajado en Mara monitoreando
la población de guepardos, estimando el estado y la dinámica
de la población y evaluando el impacto de los depredadores
y la actividad humana en el comportamiento y la supervivencia
de los guepardos. La directora del proyecto, Elena Chelysheva,
trabajó en 2001-2002 como investigadora asistente en el Proyecto
de conservación del guepardo Maasai-Mara del Servicio de Vida
Silvestre de Kenia (KWS). En ese momento, desarrolló un método
original de identificación de guepardos basado en el análisis
visual de los patrones de manchas únicos en las extremidades
delanteras (desde los dedos de los pies hasta los hombros)
y las traseras (desde los dedos de los pies hasta la cadera),
y manchas y anillos en la cola. Los datos fotográficos recopilados
a lo largo de los años permiten al equipo del proyecto rastrear
el parentesco entre generaciones y construir el pedigrí del
guepardo Mara. Los datos recopilados ayudan a revelar la relación
parental entre los individuos, la tasa de supervivencia de
los cachorros, la esperanza de vida del guepardo y la historia
reproductiva personal. También se ha evaluado la resiliencia
y el impacto de la pandemia de covid para incluir la consideración
de cuestiones de igualdad y ambientalismo.
¿Tienes algún problema?
El Masai Mara es uno de los destinos de safari más famosos
de África. Las tarifas de entrada son actualmente de 70 dólares
para adultos no residentes de África Oriental por 24 horas
(si se alojan en una propiedad dentro de la Reserva) o 80
dólares EE.UU si están fuera de la reserva y 40 dólares para
niños. Hay una serie de albergues y campamentos de tiendas
de campaña que atienden a turistas dentro o en los límites
de la Reserva y dentro de las diversas áreas de conservación
separadas que bordean la reserva principal. Sin embargo, la
reserva principal no está vallada ni siquiera a lo largo de
la frontera con el Serengeti (Tanzania), lo que significa
que hay libre circulación de vida silvestre por todo el ecosistema.
Aunque representa un tercio de todo el Masai Mara en la parte
occidental de la reserva más grande, el Triángulo de Mara
tiene sólo dos albergues permanentes dentro de sus límites,
a saber, el Mara Serena Lodge y el Little Governors Camp (en
comparación con los numerosos campamentos y albergues en el
lado de Narok) y tiene caminos de grava en buen estado y para
todos los climas. Los guardabosques patrullan regularmente,
lo que significa que hay menos caza furtiva y una excelente
observación de animales. También existe un control estricto
sobre el número de vehículos en torno a los avistamientos
de animales, lo que permite una mejor experiencia cuando se
sale de paseo. La mayoría de los albergues de la región cobran
tarifas más altas durante la temporada de migración, aunque
Maasai Mara alberga una prolífica vida salvaje durante todo
el año. Hay varios aeródromos que dan servicio a los campamentos
y albergues en Maasai Mara, incluidas las pistas de aterrizaje
de Mara Serena, Musiara y Keekorok, Kichwa Tembo, el aeropuerto
de Ngerende, Ol Kiombo y Angama Mara, y varias aerolíneas
como SafariLink y AirKenya vuelan servicios regulares desde
Nairobi y otros lugares varias veces al día. Los vuelos en
helicóptero sobre la reserva están limitados a una altura
mínima de 1.500 pies. Los safaris son la actividad más popular
en Maasai Mara, pero otras actividades incluyen paseos en
globo, paseos por la naturaleza, safaris fotográficos y experiencias
culturales.
El programa de televisión de la BBC titulado "Big Cat Diary"
se filmó en Maasai Mara. El programa siguió la vida de los
grandes felinos que viven en la reserva. El espectáculo destacó
escenas de la zona pantanosa de Musiara, Leopard Gorge, las
zonas de Fig Tree y el río Mara, que separa el Serengeti y
el Masai Mara.
En 2018, la Fundación Angama, una organización sin fines
de lucro afiliada a Angama Mara, uno de los campamentos de
safari de lujo de Mara, lanzó el concurso Mejor fotógrafo
masai mara del año, mostrando Mara como un destino durante
todo el año y recaudando fondos para iniciativas de conservación.
El ganador inaugural fue el fotógrafo británico Anup Shah.
La ganadora de 2019 fue Lee-Anne Robertson de Sudáfrica.
Un estudio financiado por WWF y realizado por ILRI entre
1989 y 2003 monitoreó mensualmente las especies unguladas
en Mara y encontró que las pérdidas llegaban al 75 por ciento
para las jirafas, el 80 por ciento para los jabalíes comunes,
el 76 por ciento para los alcebeest y el 67 por ciento para
los animales. por ciento para impala . El estudio culpa de
la pérdida de animales al aumento de los asentamientos humanos
dentro y alrededor de la reserva. La mayor densidad de población
humana conduce a un mayor número de ganado pastando en el
parque y a un aumento de la caza furtiva. El artículo afirma:
"El estudio proporciona la evidencia más detallada hasta la
fecha sobre la disminución de las poblaciones de ungulados
(animales con pezuñas) en Mara y cómo este fenómeno está relacionado
con la rápida expansión de las poblaciones humanas cerca de
los límites de la reserva". [24] El aumento de las poblaciones
locales en las zonas vecinas a la reserva ha llevado a la
formación de organizaciones conservacionistas como el Proyecto
Mara Elephant, cuyo objetivo es garantizar la coexistencia
pacífica y próspera de los seres humanos con la vida silvestre.
Los conflictos entre humanos y vida silvestre se consideran
una de las principales amenazas para la reserva a medida que
la población continúa creciendo.
Olare Motorogi Conservancy es un área de conservación comunitaria
de 35.000 acres en Kenia , parte del ecosistema Maasai Mara
- Serengeti y la zona de dispersión de vida silvestre. Limita
con la Reserva Nacional Masai Mara . Fue fundada en 2006 como
parte de un nuevo concepto de conservación comunitaria.
El concepto de conservación comunitaria es parte de un nuevo
modelo de turismo de safari diseñado para crear una asociación
mutuamente beneficiosa entre los masai y los operadores turísticos.
En lugar de comprar la tierra a los masai, la tierra se alquila
con el fin de conservar la vida silvestre. Esto es preferible
para los masai, ya que tienen un ingreso anual garantizado
(la cantidad pagada es por acre, no por huésped) y conservan
la propiedad de la tierra. El turismo también genera empleo,
ya que el personal del campamento, los guías y los guardabosques
provienen de familias de terratenientes masai. A cambio, los
masai desalojan las tierras y se llevan todas las granjas
sedentarias o bomas ganaderos dentro de la zona de conservación.
Esto permite que el pasto y la vegetación se recuperen del
pastoreo excesivo .
Cada zona de conservación tiene un guardián y un guardabosques
para proteger la vida silvestre y estos son pagados por los
operadores turísticos. La caza furtiva es poco común en la
zona de conservación, ya que los masai se dedican a la conservación
de la vida silvestre y obtienen ingresos del turismo y la
conservación. El concepto de conservación comunitaria beneficia
a los operadores turísticos, ya que tienen acceso exclusivo
a la tierra dentro del ecosistema de Mara, famoso por sus
grandes felinos y la gran migración de ñus. La Reserva Nacional
de Masai Mara cubre sólo una pequeña porción del ecosistema
de Mara y, en ocasiones, puede estar abarrotada. Al emplear
a los masai, cuentan con guías expertos con generaciones de
experiencia que brindan a los huéspedes una auténtica experiencia
de safari. La Escuela de Guías Koiyaki se creó para formar
a quienes abandonan la escuela y ofrece la oportunidad de
hacer carrera en las zonas de conservación. Para evitar el
desarrollo excesivo o la explotación, el número de camas dentro
de la zona de conservación se limita a 94, lo que equivale
a una proporción de un vehículo de observación de animales
salvajes por cada 2100 acres. Para reducir aún más el impacto
del turismo, los campamentos son móviles, sin cimientos y
se administran según principios ecológicos: la energía, las
aguas residuales y la eliminación de desechos están certificados
por Ecotourism Kenya . Hay cinco campamentos de safari dentro
de Olare Motorogi Conservancy: Porini Lion Camp, Kicheche
Bush Camp, Mara Plains Camp, Olare Mara Kempinski y Mahali
Mzuri.
3. Contemplando animales en Sudáfrica.
Un clásico de los safaris sostenibles en el sur de África
es la reserva natural Sabi Sabi. La ausencia de vallas entre
esta área y el parque nacional Kruger significa que aquí puede
encontrarse caza fotográfica mayor (incluidos los llamados
cinco grandes; el búfalo, elefante, león, leopardo y rinoceronte).
En Sabi Sabi todo es salvaje: mientras se toma el café del
desayuno se observa a una manada de elefantes bebiendo no
muy lejos. Podremos ver leones echándose la siesta, hienas
acechando en la oscuridad, meternos en la bañera con vistas
a la sabana y cenar bajo las estrellas.
Sudáfrica propone muchas otras experiencias para disfrutar
de la naturaleza siendo respetuoso con el medio, por ejemplo
un safari a caballo en Waterberg.
Esta es una cordillera de 150 kilómetros de longitud que
está protegida por la Waterberg Biosphere Reserve, una de
las dos biosferas de sabana africana. Tiene un clima suave,
zonas vírgenes donde se puede ver también a los cinco grandes,
ríos y montañas que atraviesan el bushweld y sourverld (un
tipo de pradera). El Triple B es un rancho de ganado en el
macizo de Waterberg, en la zona de Sudáfrica próxima a Botsuana.
Esta región agreste ofrece caza mayor, altos montes y recias
caballadas de angloárabes, purasangres y boerperds. Las actividades
incluyen el yoga sobre la montura y la observación de animales
salvajes.
Quienes participan en estos safaris ecuestres se alojan en
el sencillo, pero exclusivo, Horizon Lodge (en el propio rancho
Triple B).
Sabi Sabi es una reserva de caza privada en Sudáfrica, situada
en la reserva de caza Sabi Sand, que flanquea la sección suroeste
del Parque Nacional Kruger. La Reserva Sabi Sand es uno de
los parques que conforman el Parque Nacional Gran Kruger.
Es un área de conservación donde los cinco grandes animales
(león, leopardo, rinoceronte, búfalo, elefante) se encuentran
de forma natural.
El Parque nacional Kruger es la reserva de animales más importante
del Sur de África, con 18 989 km², extendiéndose 350 km de
norte a sur y 60 km de este a oeste. Al oeste y al sur del
parque nacional Kruger hay dos provincias sudafricanas: Mpumalanga
y Limpopo. Al norte está Zimbabue y al este se encuentra Mozambique.
Ahora es parte del Parque transfronterizo del Gran Limpopo,
un parque de la paz que vincula al parque nacional Kruger
con el parque nacional Gonarezhou en Zimbabue y al parque
nacional Limpopo en Mozambique. Los cañones del parque Kruger
han sido nombrados Reserva de la Biosfera por la Unesco.
En esta área se ha encontrado evidencia de humanos primitivos
que datan de 1,5 millones de años a. C. El pueblo Bushmen
también residió en el área hace unos 100 000 años a. C. En
el año 200, el primer pueblo de lengua nguni, en busca de
mejores terrenos para su ganado, migró hacia el sur, asentándose
en el área y desplazando a los Bushmen. Hacia el año 800,
los árabes llegaron en busca de esclavos, usando los puertos
de Mozambique. También surgió una civilización en las regiones
al norte del parque. Construyeron la Ciudadela de Piedra Thulamela
que fue ocupada entre 1250 y 1700. También extrajeron mineral
de hierro de más de 200 minas, convirtiéndolo en hierro para
trueque. El primer europeo que exploró el área fue el holandés
François de Cuiper, que lideró la expedición de la Compañía
Holandesa de las Indias Orientales desde la Colonia del Cabo
en 1725. Sin embargo, los expedicionarios fueron atacados
por los locales cerca de Gomondwane. Alrededor del año 1838,
durante el Gran Trek, los Voortrekkers Louis Trichardt y Hans
van Rensburg exploraron Lowveld. En 1845, Giovanni Albasini,
un italiano de 18 años de edad, se convirtió en el primer
europeo en asentarse en el área. Se quedó varado en Mozambique
y se dirigió al oeste, donde construyó una casa y abrió una
tienda cerca de lo que hoy es Pretoriuskop.
El Gran Trek, también conocido como Gran Marcha o Gran Viaje
dificultoso (en afrikáans Groot Trek, ‘Gran Migración’), fue
un movimiento migratorio que condujo a multitud de bóeres
que vivían en los territorios orientales de la Colonia Británica
del Cabo de Buena Esperanza hasta territorios del interior
de África situados al nordeste del río Orange.
Casi al mismo tiempo, se establecieron rutas de carretas
a través del Lowveld que unían la República de Transvaal a
la Bahía Delagoa (Maputo). En septiembre de 1873 se descubrió
oro por primera vez en Pilgrim's Rest y luego en el año 1881
en Barberton. Los buscafortunas se precipitaron a Lowveld,
la perspectiva de encontrar oro desvaneció todos los miedos
a leones, cocodrilos y a la enfermedad de la malaria. Este
hecho provocó una dramática declinación de la vida animal
en la región, debido a la caza y comercio de sus cuernos y
pieles.
En 1896, el virus Rinderpest azotó a la mayor parte de la
fauna salvaje y al ganado de la región. Con el objetivo de
preservar a los animales de caza para futuros cazadores, el
Volksraad de Transvaal votó a favor de un pequeño gobierno
del coto de caza. Los fondos para el Coto de Caza Sabie fueron
asignados el año 1898, pero estalló la guerra. Después de
la Segunda Guerra Bóer, el Mayor (más tarde Tte. coronel)
James Stevenson-Hamilton fue nombrado el primer guardián en
1902 y pocos meses después, se agregó el área desde el río
Sabi hasta el río de los Olifants. El área que está mucho
más al norte, ganó la protección en 1903 pasando a ser el
Coto de Caza Singwitsi. Esa zona incluyó la Esquina de Crook,
una pequeña lengua de tierra triangular entre los ríos Luvuvhu
y Limpopo, donde se encuentran las fronteras de Mozambique,
Sudáfrica y Zimbabue. En la década de 1900, esta área era
un refugio seguro para los pistoleros, cazadores furtivos,
fugitivos y cualquiera que buscase esquivar la ley. Era un
salto fácil para cruzar cuando la policía de cualquier país
andaba cerca. Existe una gran placa conmemorativa del legendario
cazador de marfil Cecil Barnard (Bvekenya), que se escondió
en una isla en medio del Limpopo para evitar ser rastreado
por la policía montada en la década de 1920. Irónicamente,
Barnard más tarde se convirtió en un policía montado.
El río Limpopo fue inmortalizado en el cuento El niño del
elefante por el autor británico Rudyard Kipling, en Tan solo
historias, donde es descrito como «el gran Río de Limpopo
gris verde, grasiento, todo rodeado por árboles de la fiebre»,
donde mora la «serpiente pitón de roca bicolor».
Una estación de policía fue construida en ese lugar con posterioridad.
Como resultado de cerca de un siglo de caza desenfrenada,
virtualmente ya no había animales en las reservas y con la
reputación de la malaria de Lowveld como la tumba del hombre
blanco, Stevenson-Hamilton alejó a todos los habitantes de
las reservas. Además, él y sus asistentes comenzaron a disparar
a los depredadores para aumentar las manadas de antílopes.
Stevenson-Hamilton tuvo éxito en el uso de dicho sistema
para detener la llegada masiva de turistas. Por el año 1916
una comisión gubernamental fue nombrada para estimar el futuro
de las reservas. En 1926, como un acto de reconciliación,
la administración británica redenominó las reservas como Paul
Kruger y declaró que sería el primer parque nacional de Sudáfrica.
En 1927, el parque abrió al público, cobrando una entrada
de £1. Sólo un puñado de vehículos visitaron el parque ese
año, pero para 1935 alrededor de 26000 personas traspasaron
la entrada. En la actualidad, el número de visitantes asciende
a 1,25 millones al año. Stevenson-Hamilton se sorprendió de
que los leones se convirtieran en la atracción principal y
cesó la matanza indiscriminada de los depredadores. Se retiró
en 1946 y falleció en 1957. En la década de 1960, en un esfuerzo
para aumentar el número de animales de caza, comenzó el proyecto
Agua para la Vida Salvaje y se erigieron 300 molinos de viento
en todo el parque. Los pozos de agua atrajeron animales de
caza al área. Al principio pareció una buena idea, pero décadas
después los resultados mostraron que junto con los impalas
y cebras también fueron atraídos más depredadores al área.
Antes de la construcción de los pozos de agua, estas áreas
más secas, alimentaron al antílope ruano, el cual es mucho
más fácil de cazar por los leones y no fueron capaces de competir.
El parque comenzó a cerrar los pozos de agua y dejó que la
naturaleza siguiera su curso.
En 1991, Robbie Robinson asumió como Gerente General (CEO)
del Directorio de Parques nacionales de Sudáfrica. Robinson
inició la transición del parque a la nueva Sudáfrica. Uno
de sus muchos logros fue retirar las rejas que separaban el
borde oeste del parque de numerosos pequeños cotos de caza
privados, permitiendo que los animales deambularan libremente
entre los cotos de caza privados y el parque nacional Kruger.
El año 1998, fue elegido el primer director negro del parque.
David Mabunda es actualmente el CEO de la Dirección de Parques
nacionales de Sudáfrica.
Con la formación del Gran Parque Transfonterizo de Limpompo,
actualmente grandes e insostenibles hordas de animales del
parque nacional Kruger pueden ser reubicadas en los parajes
vírgenes cercanos. La guerra devastó 300 km² del parque nacional
Limpopo en Mozambique (anteriormente conocido como Coutada
16), este comenzó a recibir animales el año 2001. El 21 de
octubre de 2002, el Aeropuerto Internacional Kruger Mpumalanga
abrió sus puertas cerca de Nelspruit, a unos 63 km de la entrada
al parque más cercana, buscando la accesibilidad al parque
desde los grandes centros poblacionales de Sudáfrica, como
Durban, Ciudad del Cabo y Johannesburgo. A pesar de su nombre,
este aeropuerto no maneja volúmenes notables de tráfico, reemplazó
al aeropuerto más pequeño de Nelspruit. Ahora sirve a los
viajeros al Parque Nacional Kruger. La terminal del aeropuerto,
aunque pequeña, está techada casi en su totalidad con paja,
lo que la convierte en la estructura con techo de paja más
grande de África, con una superficie aproximada de 7.350 metros
cuadrados (79.100 pies cuadrados).
Leones hembra devorando un búfalo en el parque nacional Kruger.
Una reserva de caza (también conocida como reserva de vida
silvestre o parque de caza ) es una gran superficie de tierra
donde los animales salvajes viven de forma segura o son cazados
de forma controlada por deporte. Si la caza está prohibida,
una reserva de caza puede considerarse una reserva natural;
sin embargo, el enfoque de una reserva de caza son específicamente
los animales (fauna), mientras que una reserva natural también
se ocupa, si no igualmente, de todos los aspectos de la biota
nativa del área (plantas, animales, hongos, etc.). Muchas
reservas de caza se encuentran en África. La mayoría están
abiertas al público y los turistas suelen realizar safaris
turísticos. Históricamente, entre los objetivos de caza más
conocidos en África se encontraban los llamados Cinco Grandes:
el rinoceronte (tanto el rinoceronte blanco como el rinoceronte
negro ), el elefante, el búfalo del Cabo, el leopardo y el
león, llamados así por la dificultad y el peligro de su captura.
En una reserva de caza, los ecosistemas están protegidos y
la conservación suele ser clave. La vida silvestre autóctona
en su hábitat natural ayuda a proporcionar un entorno donde
pueda ocurrir un crecimiento en número a un ritmo natural.
Algunas reservas de caza contienen varios ecosistemas, que
van desde la sabana de los valles, las praderas de sabana
y los fynbos hasta los bosques ribereños y los bosques de
acacias; esto proporciona una mejora en los tipos de vida
silvestre que están presentes y las numerosas especies de
aves que prosperan en estos ambientes.
Fynbos costera. Al fondo, el cabo de Buena Esperanza.
El fynbos es la formación vegetal más extendida de la región
del Cabo en Sudáfrica. Crece en una región donde solo llueve
en invierno y los incendios son frecuentes en verano, por
lo que la vegetación es arbustiva. Hay tres tipos de fynbos:
el matorral de proteáceas (Leucadendron, Leucospermum y Protea),
el matorral de brezos (ericáceas) y el matorral litoral (proteáceas,
ericáceas, pastos de restionáceas y bulbosas).
La conservación de la vida silvestre es una tarea costosa
para la mayoría de los países africanos. Una de las formas
más comunes de generar ingresos para establecer una economía
sostenible que garantice la conservación de la vida silvestre
se conoce como turismo de observación de la vida silvestre.
Sin embargo, este atractivo aún no genera lo suficiente como
para establecer la conservación de la vida silvestre. Para
las regiones que sufren inestabilidad política y económica,
la caza sostenible de trofeos puede ser la única fuente viable
de ingresos suficientes. Una vez establecido, otro aspecto
a considerar es la gestión del terreno que se utiliza para
la caza. Naturalmente, la vida silvestre disminuye con el
aumento de la presencia humana, lo que pone a prueba la calidad
de la caza. Generalmente, los arrendamientos de concesiones
de caza se establecen para que duren varios años a la vez
para alentar a los operadores de caza a continuar administrando
las tierras para la caza; sin embargo, a medida que disminuye
la calidad de la caza, los arrendamientos se acortan, lo que
provoca un impacto negativo general en la economía. Muchos
países africanos se benefician de la conservación comunitaria.
Este concepto explora la relación entre la vida silvestre
y las personas y la noción de que conservar cada animal tampoco
es sostenible porque ciertos animales amenazan las vidas humanas
y los cultivos. Uno de los mayores argumentos a favor de la
conservación comunitaria es que permitir que las personas
obtengan beneficios económicos de la vida silvestre incentiva
la conservación. Un país que se beneficia de la adopción de
esta estrategia es Zambia. El gobierno de Zambia estableció
un fondo para la conservación de la vida silvestre para actuar
como actor responsable de redistribuir los fondos de la industria
de la caza hacia la conservación de la vida silvestre y el
desarrollo comunitario.
Zambia es un país sin litoral del sur de África con un terreno
escabroso y con fauna diversa, con muchos parques y áreas
de safari. En su frontera con Zimbabue, está la famosa catarata
Victoria, que los indígenas llamaban Mosi-oa-Tunya, o “humo
que truena”, con una caída con niebla de 108 m de alto hacia
el desfiladero Batoka. Justo bajo la cascada, el puente de
la catarata Victoria, que es un mirador espectacular, cruza
el río Zambeze.
El uso de la caza como herramienta de conservación tiene
percepciones negativas que imponen duras restricciones en
varios países de África. Algunas de las actividades que inducen
a la prohibición de la caza incluyen la caza enlatada, la
caza contra animales jóvenes o poco comunes, el tiro desde
vehículos y el uso de cebos, focos y perros de caza, todas
ellas prácticas de caza que plantean muchos supuestos problemas
éticos. Una caza enlatada es una caza de trofeos que no es
una "persecución justa", generalmente en la que los animales
de caza se mantienen en un área confinada, como en un rancho
cercado (es decir, "enlatados") para evitar que los animales
escapen y facilitar el seguimiento para el cazador para aumentar
la probabilidad de que el cazador obtenga una presa. El término
se ha utilizado para la caza del urogallo, en la que se cultivan
grandes extensiones de Gran Bretaña para el urogallo rojo.
Los animales pueden ser criados en ranchos de caza hasta que
estén lo suficientemente maduros como para ser sacrificados
para colecciones de trofeos. El 15 de agosto de 2006, Troy
Gentry, la mitad del dúo de cantantes de música country Montgomery
Gentry, compareció ante un tribunal federal en Duluth, Minnesota,
acusado de caza enlatada. Los fiscales federales alegaron
que Gentry compró un oso llamado "Cubby" a Lee Marvin Greenly,
le disparó al oso domesticado mientras estaba en un corral
cerrado, etiquetó al oso como si lo hubieran matado en la
naturaleza y luego organizó la edición de un cinta de vídeo
de la presunta matanza "salvaje". Otro incidente menos conocido
ocurrió a finales de 2003, dos años antes del infame accidente
de caza , cuando el entonces vicepresidente Dick Cheney participó
en una caza enlatada en el Rolling Rock Club en Ligonier Township,
Pensilvania. Cheney y nueve compañeros mataron a 417 de los
500 faisanes ringneck disponibles, de los cuales el vicepresidente
mató a 70, y un número desconocido de patos reales.
8.000 leones criados en cautividad para que les disparen
los peores cazadores.
En mayo de 2007, un viaje de caza muy reportado involucró
la matanza de un cerdo mascota de 477 kg (1,051 lb) en una
supuesta cacería enlatada. Los medios llamaron al cerdo "Monster
Pig" y se pensaba que era un cerdo salvaje , pero pronto se
descubrió que el cerdo, anteriormente llamado "Fred", había
sido la mascota de alguien y luego fue vendido a una instalación
de caza solo por un breve tiempo. tiempo antes de que lo mataran.
El 3 de mayo, los clientes que pagaban, Mike Stone y su hijo
Jamison, de 11 años, cazaron al cerdo en un recinto vallado
de 150 acres (0,61 km 2 ). Jamison le disparó a Fred un total
de ocho veces durante un período de tres horas. Un artículo
de CNN de junio de 2007 detalló la caza enlatada en Sudáfrica
con un video de una caza de leones enlatados donde se dispara
al animal contra una cerca. El 30 de noviembre de 2014, 60
Minutes de CBS transmitió una historia ("The Lion Whisperer")
sobre el santuario de un hombre en Sudáfrica para 26 leones,
criados en cautiverio, a los que rescató del destino de la
caza de leones enlatados.
Kevin Richardson (8 de octubre de 1974), conocido como "El
Encantador de Leones" ("The Lion Whisperer" en inglés) es
un cuidador de animales sudafricano que observa a los animales
africanos a través de un peculiar método de interacción con
ellos, que ha desarrollado gracias a su extraordinaria capacidad
para entender el comportamiento de estos animales y su lenguaje
corporal, lo que le permite prever sus reacciones y establecer
con ellos vínculos estrechos. Ha ganado su popularidad a través
de programas de televisión y plataformas como You Tube.
4. Osos polares en Churchill Wild (Manitoba, Canadá).
Participar en el único safari a pie por territorio de osos
polares puede provocar efectos secundarios como el sobrecogimiento.
Estas fascinantes criaturas son, en efecto, tan feroces como
hipnóticas. Cada experiencia es única en esta recóndita región
salvaje pegada al Ártico: la climatología y el movimiento
de la fauna lo determinan todo, y cada noche está la posibilidad
de bañarse en el resplandor mágico de las auroras boreales,
que aquí se dan 300 días al año.
Churchill Wild es la capital mundial del oso polar y atrae
a los visitantes hasta las orillas de la bahía de Hudson para
ver a estos majestuosos depredadores, una experiencia que
se complementa con la observación de belugas, un gran fuerte
de piedra y la infinitud del paisaje subártico. Los meses
más turísticos son julio y agosto, y la temporada de máximos
avistamientos de osos polares va de mediados de octubre a
mediados de noviembre.
Manitoba es una de las diez provincias que, junto con los
tres territorios, conforman las trece entidades federales
de Canadá. Su capital y ciudad más poblada es Winnipeg. Está
ubicada en el centro del país, limitando al noroeste con Territorios
del Noroeste, al norte con Nunavut, al noreste con la bahía
de Hudson, al este con Ontario, al sur con los Estados Unidos
y al oeste con Saskatchewan. La provincia tiene una superficie
de 649 950 km² en la que predominan las praderas y un clima
continental, con miles de lagos y muchos ríos. La economía
del territorio se basa en la agricultura que se practica en
las fértiles zonas del sur y el oeste de la provincia. Otros
sectores económicos importantes son el transporte, la manufactura,
la minería, la explotación forestal, la energía y el turismo.
La capital y mayor localidad de Manitoba es Winnipeg, octava
ciudad de Canadá en población y hogar del 60 % de los habitantes
de la provincia. Winnipeg es la sede del gobierno provincial
y en ella se encuentran la Asamblea Legislativa de Manitoba
y el Tribunal de Apelación de Manitoba, que es el máximo órgano
judicial. Cuatro de las cinco universidades de Manitoba, sus
equipos deportivos profesionales y la mayor parte las actividades
culturales están en Winnipeg.
Los comerciantes de pieles llegaron por primera vez al territorio
de la actual Manitoba a finales del siglo xvii y la zona pasó
a ser el corazón de la Tierra de Rupert, propiedad de la Compañía
de la Bahía de Hudson. Manitoba alcanzó la categoría de provincia
de Canadá en 1870, después de la Rebelión del Río Rojo. En
1919 se produjo en Winnipeg una huelga general y poco después
la región resultó muy afectada por la crisis económica conocida
como Gran Depresión. Estos hechos llevaron a la creación de
lo que acabaría convirtiéndose en el Nuevo Partido Democrático
de Manitoba, uno de los principales partidos políticos de
la provincia. Su actual primera ministra es Heather Stefanson,
perteneciente al Partido Progresista Conservador de Manitoba.
Manitoba fue una de las provincias mayormente afectadas por
la Gran Depresión. Dependía de la exportación de trigo para
otros países, y la repentina subida de los precios en los
meses previos al quiebre de la bolsa de Nueva York volcó en
un retroceso que perduraría a lo largo de los años 1930. Además
de eso, los obreros de Manitoba sufrieron también con períodos
prolongados de sequía; muchos de ellos abandonaron sus propiedades
y se dirigieron rumbo a las ciudades; otros, simplemente,
emigraron a otras provincias en busca de nuevas opciones de
empleo. La tasa de crecimiento poblacional decreció considerablemente
en ese intervalo. La depresión fue una de las causas de creación
de nuevos partidos políticos en la provincia, que posteriormente
se darían a conocer en el resto del país: la Federación Corporativa
de la Commonwealth, que se pasaría a llamarse más tarde Nuevo
Partido Democrático, y el Partido del Crédito Social. Los
saldos negativos de la provincia solo acabaron con el ingreso
del país en la Segunda Guerra Mundial, luego de los enfrentamientos
armados. Esto aumentó notablemente la demanda de productos
agrarios en general y dio pie a la industrialización del comercio.
Un gran lote de fábricas fue construido durante la guerra.
El ligero crecimiento de la industria manufacturera perseveró
al término de la Segunda Guerra Mundial, en tanto que la industria
agropecuaria entró en receso, a causa del aumento de precios
en los productos dentro del mercado internacional.
5. Ciervos en las Hébridas (Escocia).
En las islas Hébridas Interiores, frente a la costa occidental
de Escocia, hay unos ciervos imponentes en la isla de Jura
y en la de Rum. En esta última son unos 900 y donde mejor
se ven es al norte, en torno a Kilmory. Los machos alcanzan
1,3 metros de alta a la altura del lomo; la cornamenta puede
medir un metro de largo y tener hasta 16 puntas. Los guardabosques
de Rum ofrecen visitas para la berrea (en octubre) y caminatas
guiadas y observación de animales (de mariposas a águilas).
Observar ciervos en las Hébridas es una excusa para conocer
estas islas cultivables, gestionadas por la comunidad a partir
de ideas y recursos verdes renovables, que son reservas protegidas
de colonias y de aves marinas y pardelas. Eigg está en manos
de una fundación comunitaria desde 1997 y ha sido un modelo
a seguir para adquisiciones similares de tierras en Escocia.
Y Rum fue una isla prohibida, dominio de terratenientes que
la privatizaron para practicar deportes de campo. Fue comprada
en 1957, y ahora se gestiona como la Rum National Nature Reserve,
un oasis de paz y naturaleza, pero también como una de las
mayores colonias del mundo de pardelas pichonetas en los acantilados
próximos al Harris Mausoleum. Sus cumbres animan a ser ascendidas
y recompensan el esfuerzo con unas vistas increíbles de la
costa de las Highlands occidentales.
Las islas Hébridas (en inglés, Hebrides; en gaélico escocés,
Innse Gall) son un extenso archipiélago en la costa oeste
de Escocia. El mar que las baña, un brazo del océano Atlántico,
lleva también su nombre, mar de las Hébridas. Administrativamente,
las islas pertenecen al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda
del Norte. Desde el punto de vista geológico, se ha comprobado
que este archipiélago está compuesto por las rocas más antiguas
de las islas británicas. Presentan comúnmente formas agrestes,
recortadas y escarpadas, debido a los diferentes agentes de
erosión que actúan sobre ellas. Geológicamente están constituidas
en su mayoría por gneis, especialmente las más occidentales,
por esquistos (Jura e Islay) y por rocas basálticas (Mull,
Skye y Staffa) que se presentan en forma de espectaculares
columnas. Tienen un clima templado-frío y muy húmedo.
Comúnmente las Hébridas suelen dividirse en dos grupos: Las
Hébridas Interiores, compuestas por las islas mayores Skye,
Mull, Islay, Jura y Staffa. Las Hébridas Exteriores, compuestas
por las islas mayores Lewis, Harris, Benbecula, North Uist,
South Uist y Saint Kilda.
La isla de Skye es la isla más grande y más
septentrional de las Hébridas Interiores, en Escocia.
Las Hébridas Interiores son una prolongación del territorio
escocés y están separadas de las Hébridas Exteriores por una
profunda depresión tectónica cubierta por las aguas del mar.
A 90 y 35 km respectivamente al oeste de las Hébridas Exteriores
surgen de las aguas del océano Atlántico los escollos deshabitados
de Flannan y Saint Kilda, que carecen de interés económico.
La mayoría de los hablantes nativos de gaélico escocés habitan
en las islas. Las Hébridas, en conjunto, tiene una superficie
de 7285 km² y una población de unos 70 000 habitantes, que
ocupa solamente un centenar de islas, permaneciendo las otras
cuatrocientas deshabitadas. Los principales recursos económicos
de los isleños son la pesca, la cría de ganado bovino y ovino,
la producción artesanal de tweed, la destilación de whisky
y, como actividad secundaria, el cultivo de hortalizas y cereales.
La ciudad más importante es Stornoway (en la isla de Lewis),
que es un puerto pesquero.
6. Flamencos en la Camarga francesa.
Las marismas de la Camarga, en el sur de Francia, son el
escenario de uno de los cortejos más fascinantes de la naturaleza.
En rítmicos batallones rosas, cientos de flamencos se pavonean
por la Reserva Ornitológica de Pont de Gau, el mejor sitio
para ver este espectáculo. Tiene siete kilómetros de sendas
desde las que observar a las aves, así como un centro para
pájaros enfermos y heridos.
En estos humedales de la confluencia del Pequeño y el Gran
Ródano y el Mediterráneo cada año nidifican entre 10.000 y
15.000 parejas de flamencos rojos, concretamente en el Étang
du Fangassier, un lago artificial creado en 1970 como colonia
reproductiva de flamencos, y uno de los contados lugares de
Europa donde se encuentran a salvo de sus depredadores. Esta
esbelta ave, cuando se siente amenazada, emite un ruidoso
silbido parecido al sonido de alarma de las ocas. El cortejo
de los flamencos empieza en enero y los apareamientos se producen
de marzo a mayo. Después, en verano emprenden vuelo hacia
España, Túnez y Senegal para invernar en climas más cálidos,
antes de regresar en febrero a La Camarga. Pero hay más de
6000 flamencos que permanecen en el delta del Ródano todo
el año.
Camarga (en francés: Camargue; Camarga en occitano provenzal
según la norma clásica, Camargo según la norma mistraliana)
es una región natural del sur de Francia, en el oeste de Provenza
y al sur de la ciudad de Arlés, que se extiende entre los
dos brazos principales del delta del Ródano y la costa mediterránea.
Abarca unas 85.000 ha. El territorio, formado por marismas,
salinas y arrozales, tiene terrenos abiertos salpicados de
lagunas por los que galopan caballos blancos, pacen toros
bravos y se concentran flamencos rosados. Actualmente es un
terreno fértil, gracias a la construcción de diques e instalaciones
de regadío. Su economía se basa en el cultivo de arroz la
ganadería caballar y de reses bravas, el turismo y algo de
viticultura. La Camarga es una zona húmeda de importancia
internacional, con la mayor población de flamencos de Europa.
Estos emigran en invierno hacia el sur, y muchos de ellos
pasan la estación en Marruecos, en humedales de importancia
reconocida como son la desembocadura del Muluya, la Mar Chica
o el parque nacional de Souss-Massa.
Está catalogada como Grand site national de Francia, es parque
natural regional de Francia desde 1970, contiene 8 áreas pertenecientes
a la Red Natura 2000 repartidas por todo su territorio y desde
1986 es sitio Ramsar. En 1977 parte de la Camarga fue declarada
Reserva de la biosfera de la Unesco, y en 2006 fue extendida
a todo el delta del Ródano.
7. Monos aulladores en el Pacífico costarricense.
Como a los ciervos, a los monos aulladores machos se los
juzga por el tenor y el volumen de su llamada. Los bosques
del parque nacional Manuel Antonio, en la costa oeste de Costa
Rica, son una estruendosa algarabía. Esta reserva relativamente
pequeña (tiene 680 hectáreas), con su frondosa jungla, sus
vistosas playas y sus rocosos cabos, está llena de monos aulladores.
Sus sendas ofrecen unas vistas preciosas del Pacífico salpicado
de islas. Esta es una de las muchas experiencias de observación
sostenible de animales que propone Costa Rica, país que presume
de su apuesta por la sostenibilidad y se posiciona como gran
destino de ecoturismo. El parque Manuel Antonio resulta encantador
por su red de senderos bien señalizados que serpentean a través
de playas de arena blanca y promontorios rocosos bordeados
de selva tropical y abundante fauna (iguanas, perezosos, monos).
El problema: que hay mucha gente, así que cuanto antes se
llegue mucho mejor y, sobre todo, hay que dirigirse a los
extremos más alejados para disfrutar de un poco de tranquilidad
y tener más oportunidades de ver fauna.
Los ingresos por las visitas (la entrada cuesta unos 18 euros)
sirven también para mantener otros parques. En Costa Rica,
los ingresos por entradas de todos los parques van a un fondo
común y se distribuyen a partes iguales entre todos los parques
nacionales, muchos de los cuales se encuentran en zonas remotas,
reciben pocos visitantes y acogen una fauna abundante. Con
esos ingresos se protegen estos remotos y menos turísticos
territorios de amenazas como la caza furtiva, la minería y
la tala.
Costa Rica es un país de América Central con una geografía
accidentada, que incluye bosques tropicales y costas en el
Caribe y el Pacífico. Aunque su capital, San José, es hogar
de instituciones culturales, como el Museo del Oro Precolombino,
Costa Rica es conocida por sus playas, sus volcanes y su biodiversidad.
Aproximadamente un cuarto de su área corresponde a selvas
protegidas, repletas de fauna, como el mono araña y los quetzales.
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