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Extraño, desgarbado y pelirrojo, durante siglos se le consideró
un fantasma de los bosques. En el siglo XVII, Jacob de Bondt, un
físico holandés, fue el primer occidental que lo dibujó
y que usó la palabra malaya orangután ("hombre
de la selva") para referirse a él.
Viendo cualquier foto de un orangután no es extraño que la palabra
malaya que designa a estos mamíferos signifique “persona del bosque”.
La principal diferencia visual respecto a nosotros es su tupido
pelo naranja y sus enormes brazos que les sirven para desplazarse
de rama en rama sin problemas y perfectamente adaptados para la
vida en los árboles, en los que pasan más de 90% de su vida. Para
hacernos una idea, un orangután puede llegar a tener una envergadura
de unos dos metros entre la punta de sus dedos. De hecho, cuando
un orangután está de pie, sus manos casi tocan el suelo. La mayor
parte de su dieta consiste en fruta y hojas recogidas de árboles
de la selva tropical. También comen corteza, insectos y, en raras
ocasiones, carne. Los orangutanes macho son en relación a las demás
especies de primates, animales bastantes solitarios. Las madres
y sus hijos, sin embargo, comparten un fuerte vínculo. Los bebés
se quedarán con sus madres durante unos seis o siete años hasta
que desarrollen las habilidades necesarias para sobrevivir por su
cuenta. Los orangutanes son omnívoros, viven entre 30 y 40 años
cuando están en libertad, tienen un peso entre 35 y 80 kilos y suelen
medir entre 1,20 y 1,50 centímetros. A pesar de ser uno de los primates
más famosos y queridos del mundo, está en peligro de extinción debido
a la pérdida de su hábitat, en Sumatra y Borneo.
"Habla, y yo te bautizo ...". En 1630, el
cardenal de Polignac se dirige a uno de los grandes simios, posiblemente
un orangután, recién llegado a la colección
de animales del príncipe Frederik Hendrik de Orange.
Los orangutanes (Pongo) son un género de primates homínidos que
comprende tres especies de grandes simios originarios de Indonesia
y Malasia. Al orangután de Borneo (Pongo pygmaeus) y al de Sumatra
(Pongo abelii) se sumó en noviembre de 2017 una tercera especie,
cuando se identificó y describió el orangután de Tapanuli (Pongo
tapanuliensis). Se distinguen de los simios africanos por el pelaje
de color rojizo y una constitución más adaptada a la vida arbórea.
Además, tienen el estilo de vida más solitario de todos los monos
antropomorfos; únicamente existen lazos sociales duraderos entre
madre y cría. No se quedan atrás, sin embargo, en cuanto a inteligencia.
En su medio natural, fabrican y utilizan herramientas sofisticadas
y muestran gran pericia construyendo nidos en los árboles. Se alimentan
principalmente de fruta, aunque su dieta también incluye otros vegetales,
miel, insectos, huevos de aves. Los estudios de campo empezaron
más recientemente que los de los chimpancés y gorilas; la pionera
fue Birute Galdikas, que comenzó sus observaciones en 1971, y tras
veinte años de estudios de campo ha llegado a ser la principal primatóloga
dedicada a los orangutanes. Las poblaciones han disminuido de forma
dramática en las últimas décadas; solo quedan unos setenta mil individuos
(datos de 2017) en las selvas de Borneo y Sumatra. Todas las especies
de este género están al borde de la extinción según datos de la
UICN. Las causas son la caza furtiva, la destrucción del hábitat
por el cultivo de palma de aceite y el comercio ilegal con mascotas
exóticas. Hay varias organizaciones dedicadas a salvar los orangutanes
salvajes.
El Zoológico de Santillana del Mar registro recientemente
el nacimiento de una hembra de orangután de Sumatra, una especie
en peligro crítico de extinción que, según los expertos, muy probablemente
desaparecerá este siglo, de ahí que el alumbramiento suponga una
esperanza. El equipo de cuidadores ha puesto Oihana como nombre
a la bebé de orangután, que en euskera significa selva, ya que en
malayo Orang Hutan significa "hombre de la selva", informaba entonces
el Zoo en un comunicado.
Oihana es el sexto orangután de Sumatra que nace en
el Zoo de Santillana y, según sus responsables, el alumbramiento
es el resultado de mucho esfuerzo por parte de su equipo. El parto
de Oihana se produjo sin dificultad, aunque su madre, Tuah, sufrió
retención de placenta, un fenómeno muy poco frecuente, pero muy
peligroso, que puede derivar en muchos casos en la muerte de la
madre, al igual que ocurre en el caso de los humanos. Aunque no
se conocían casos previos en orangutanes, se tuvo que realizar una
rápida intervención por parte de los veterinarios que terminó con
la expulsión de la placenta.
Durante unos días Tuah tuvo que someterse a un tratamiento
con antibióticos y consiguió sobreponerse para poder hacerse cargo
de Oihana, ya que es una hembra experimentada pues ha criado dos
hijos y, según los cuidadores, "su delicadeza e instinto maternal
son sorprendentes". El Zoo de Santillana participa desde 1994 en
el programa de conservación para la especie, siendo su grupo de
siete orangutanes uno de los más importantes genéticamente. Este
zoológico es un Centro de Conservación de Especies en Peligro de
Extinción, donde se llevan a cabo cuarenta programas de conservación.
Según detallan sus responsables, tras el cierre derivado de la pandemia
de coronavirus y las restricciones de movilidad, el apoyo de sus
visitantes es lo único que ha permitido que este zoo siga apostando
por la biodiversidad, por lo que este nacimiento es la mejor de
las noticias.
El pasado 4 de agosto Suli, hembra de orangután de
Borneo que forma parte del grupo que vive en Bioparc Fuengirola,
sorprendía tanto al equipo de Bioparc Fuengirola como a los visitantes,
teniendo a su cría a plena luz del día y a la vista de todos. Tanto
la cría como la madre se encuentran en perfecto estado, y, una vez
más, Suli, que tuvo su primera cría en 2016, demuestra ser una buena
madre. Desde el primer día, los visitantes que se acerquen a conocer
la vida de las selvas tropicales en Bioparc pueden observar al grupo
de orangutanes de Borneo en la instalación con el nuevo miembro
de la familia. Junto a ella disfrutarán también de los juegos y
piruetas de Saba, otro pequeño orangután, con el que ya empezó
a jugar.
Humanos y orangutanes compartimos casi un 97% de ADN.
¡Es uno de nuestros parientes más cercanos!
Aunque se suele decir, y en realidad es la norma,
que los orangutanes son principalmente vegetarianos, en ocasiones
se dan otro tipo de festines más carnívoros. Un estudio demostró
con fotos y un video cómo un orangután de Borneo (Pongo pygmaeus)
devoró a uno de los animales más simpáticos del planeta: el loris
perezoso. El trabajo se publicó en la revista Primates, y
los autores describen su observación realizada en 2017 en la Estación
de Investigación de Orangután de Tuanan en la región de Kapuas de
Kalimantan Central, Borneo. Dicho esto, en realidad el trabajo de
campo de los investigadores comenzó mucho antes. Desde 2013 seguían
el comportamiento y dietas de estos animales encontrando que las
frutas, hojas e insectos eran sus principales alimentos. La sorpresa
llegó cuando siguieron a un orangután macho llamado Molong. El orangután
saltó de los árboles y comenzó a correr por el suelo. Los investigadores
asumieron que se estaba alejando de un macho que se acercaba cuando
escucharon “largas vocalizaciones provenientes de otros lugares”,
hasta que pronto vieron que de hecho estaba persiguiendo un loris
perezoso (Nycticebus borneanus).
Se daba una contradicción en lo que estaban viendo,
ya que estos loris son animales estrictamente arbóreos que se adhieren
a las copas de los árboles, por tanto, ¿cómo llegó al suelo? Molong
siguió persiguiendo al loris saltando sobre las ramas y volviendo
al suelo nuevamente hasta que el animal estuvo a solo un metro de
distancia y lo golpeó fuera de una rama. El estudio argumenta que
es posible que Molong derribara al animal para aturdirlo.
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Birute Marija Filomena Galdikas (10 de mayo de 1946,
Wiesbaden, Alemania) es una etóloga de nacionalidad canadiense,
hija de padres lituanos, especializada en primatología, antropología
física y conservación del orangután. Está considerada como la principal
experta en el comportamiento de los orangutanes.
Expresó al arqueólogo Louis Leakey su deseo de estudiar
a los orangutanes en su hábitat. Con su apoyo y con el patrocinio
de National Geographic Society, en 1971 Galdikas y su esposo, el
fotógrafo Rod Brindamour, llegaron a la Reserva Natural de Tanjung
Puting, en las selvas de Borneo, Indonesia, donde desarrollaron
minuciosas investigaciones de campo sobre los orangutanes. Se desempeña
como investigadora de la Universidad Simon-Fraser en Canadá. Ha
publicado varias obras sobre los resultados de su intenso trabajo
de campo, entre ellas Mis orangutanes: 20 años entre las personas
tímidas de la selva (1995); Reflexiones del Edén: Mis años con los
orangutanes de Borneo (1996); Odisea Orangután (1999) y ha impulsado
una campaña internacional para evitar la extinción del orangután.
Fundó la Orangutan Foundation International.
En Reflejos del Edén, Biruté Galdikas nos desvela
los primeros veinte años de su vida entre los orangutanes de Borneo.
Quien fuera el «tercer ángel» de Louis Leakey se acercó a estos
escurridizos simios pelirrojos como nadie lo había hecho hasta entonces.
Los estudió y los protegió, dos tareas con las que sigue comprometida
en la actualidad, más de cuarenta años después de su llegada a la
región sur de Kalimantan.
Cronista pionera del ciclo vital de los orangutanes,
Galdikas también nos habla de las crecientes amenazas que los acechan:
los conflictos con cazadores furtivos y leñadores, el tráfico ilícito
de orangutanes bebés o las frustraciones a manos de la burocracia
oficial. Su relato es una inusitada combinación de epifanía personal,
descubrimientos científicos decisivos e impacto internacional, en
suma, una vida llena de retos humanos y medioambientales. Reflejos
del Edén es el tercer acto de un drama que ha fascinado al mundo
entero: la historia de una primatóloga pionera, una destacada figura
mundial en la protección del medio ambiente y una mujer asombrosa.
Junto con otras dos famosas primatólogas, Dian Fossey,
especialista en los gorilas y Jane Goodall especialista en los chimpancés,
se les conoce como Los Ángeles de Leakey. Su mentor, el antropólogo
Louis Leakey le dijo que si quería ir a Borneo tenía que operarse
de apendicitis porque en la selva indonesia no podría tener un hospital
para operarla, así que se tenía que operar antes de ir a Borneo.
Biruté respondió que estaba dispuesta a operarse del apéndice y
si era necesario también se quitaría las amígdalas. Días más tarde
Louis le dijo que eso había sido solo una prueba para ver si realmente
estaba dispuesta a afrontar todo lo que se obstaculizara en Borneo
y el estudio de los orangutanes.
Louis Seymour Bazett Leakey fue un arqueólogo, antropólogo,
paleoantropólogo y escritor británico.
Los Ángeles de Leakey es un nombre relativamente reciente
otorgado a las tres mujeres enviadas por Louis Leakey a estudiar
primates en sus ambientes naturales. Las tres primatólogas son Jane
Goodall, Dian Fossey y Birute Galdikas quienes estudiaban chimpancés,
gorilas y orangutanes respectivamente. El nombre fue dado por Galdikas
una de las tres mujeres en su libro Reflexiones del Eden publicado
en 1995. El nombre está basado en el hecho de que Galdikas se encontró
por primera vez con Leakey en Los Ángeles, California.
Antes del apodo hecho por Galdikas se habían usado
ampliamente los términos «ape ladies» o «ape women» ('damas-' o
'mujeres-mono'), en prosaica referencia a sus ocupaciones.
Las tres pioneras que miraron a los primates de tú
a tú. Las llamaron 'las trimates'. Biruté Galdikas, Dian Fossey
y Jane Goodall revolucionaron la primatología en la segunda mitad
del siglo XX. Desde entonces, esta disciplina se ha considerado
un modelo de igualdad de oportunidades; sin embargo, las actuales
investigadoras afrontan brechas similares a las de otros campos.
El interés de Leakey en la etología de los primates
se origina en su intención de recrear el hábitat en el cual vivió
el Proconsul, que había vivido en la región de la Isla Rusinga,
de similar hábitat y ambiente al de los actuales chimpancés y gorilas.
Para este objetivo estuvo buscando observadores desde 1946. En 1956
envió a su secretaria Rosalie Osborn al Monte Muhabura en Uganda
para que le ayudara a habituar gorilas pero duró cuatro meses y
retornó a Inglaterra. Luego de esto Leakey llegó a considerar hacer
el trabajo el mismo hasta que Goodall providencialmente atrajo su
atención. Con el objetivo de financiar la investigación de Jane
Goodall en la Reserva del Gombe, Leakey creó el Centro de Investigación
de Primates Tigoni en 1958, con la ayuda de donaciones de la National
Geographic Society y la Fundación Wilkie. Esta fundación permitió
asegurar la financiación de las tres «ángeles» y la creación de
las instalaciones para conducir las investigaciones de los primates.
Luego de la obtención de la independencia por parte de Kenia el
centro se convirtió en el Centro Nacional de investigación de Primates.
Actualmente este es el instituto de investigación de primates del
Museo Nacional de Kenia en Nairobi. Para 1972, año en el cual falleció
Leakey, Goodall y Fossey habían progresado significativamente en
sus investigaciones a largo plazo en África, mientras que Galdikas
apenas estaba poniendo en marcha su trabajo de campo en Indonesia.
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