Nadine Hwan, que por ser hija del embajador
chino nació en Madrid, y Nelly Mousset-Vos, una cantante
de ópera belga, llegaron a Ravensbrück por caminos distintos.
Pero fue en ese escenario más allá de lo inhóspito, conocido
como el infierno de las mujeres, donde compartieron risas
y besos. También salieron por caminos distintos: Nelly fue
transferida a Mauthausen, mientras que Nadine apareció entre
los 30.000 supervivientes que llegaron al puerto de Malmö
(Suecia) el 28 de abril de 1945. La cámara de Nils Jerring
la captó para un noticiario, entre decenas de rostros tan
anónimos como sonrientes, paladeando la libertad. Nadine
es la que aparece más seria, apenas una sonrisilla de victoria
sobre la muerte nazi se dibuja en sus labios. "Está pensando
en Nelly: en aquel momento no podía saber si estaba viva
o muerta", especula Marcus Gertten, realizador de Nelly
& Nadine, documental que se estrenó exclusivamente
en Sundance TV, cómo no, este martes 14 de febrero, día
de los enamorados. O de las enamoradas, por supuesto.
Nelly & Nadine ya es el tercer documental,
después de Harbour of Hope (2011) o Every Face Has a Name
(2015), en el que Gertten retoma las imágenes del noticiero
de Jerring, que impresionan por su halo de modernidad, como
si los horrores de la guerra ya hubiesen quedado definitivamente
atrás. El realizador estaba predestinado: "En 1945, mi padre
era un adolescente y estuvo en el puerto de Malmö aquel
día, lo vio en directo, y eso le marcó para toda la vida".
La titánica labor que Gertten se autoimpuso,
sin ni siquiera ser muy consciente de ello, fue la de poner
nombre a todas esas caras. "Cuando acabé el primer documental
no pensaba hacer un segundo, pero ya son 70 los rostros
que hemos identificado", confiesa. "La semana pasada me
escribió una mujer diciendo que había reconocido a su madre
viendo Nelly & Nadine. La cifra no para de aumentar. Y es
un microcosmos muy interesante. Hay de todo: supervivientes
judíos, resistentes de toda Europa, legendarios espías británicos...
Aunque la más interesante es Nadine".
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Desde clásicos noventeros como 'The Watermelon
Woman' hasta títulos recientes como 'Carol', 'Ammonite'
y 'Retrato de una mujer en llamas', las 30 mejores películas
de lesbianas de la historia del cine.
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En efecto, Nadine creció en Madrid, como su
célebre hermana Marcella, que llegó a ser intérprete de
Franco y trabajó tres décadas en nuestro Ministerio de Asuntos
Exteriores. Ambas de castellanizaron el nombre, Nadine y
Marcella De Juan, quizás porque a su padre, aficionado a
la tauromaquia, se le conocía como Juanito, el chino torero.
Se dice que el hombre quería un chico, y vistió a Nadine
de matador de pequeña.
En cualquier caso, ella optó por irse a China,
donde "formó parte de la alta sociedad, cosa que le permitió
hacer cosas que ninguna otra mujer del país podía hacer,
como conducir, aprender idiomas, estudiar Derecho, trabajar
para uno de los ministros del país, y hasta vestir el uniforme
de coronel, aunque no está muy claro si era sólo un cargo
honorario", explica Gertten.
Pero decidió volver a Europa, a París, para
poder vivir su sexualidad, algo que en China era imposible.
En Francia se convirtió en la chófer y amante de Natalie
Barney. Esta escritora también merecería su propia película:
fundó una Academia de las Mujeres en reacción a la oficial,
que no admitió una escritora hasta 1980, con el ingreso
de Marguerite Yourcenar. Cuyo gran amor, por cierto, fue
la americana Grace Frick.
"No está muy claro, por qué los alemanes detuvieron
a Nadine, pero es casi seguro que estaba implicada en una
organización que operaba en San Juan de Luz, para pasar
fugitivos al otro lado de la frontera española", aclara
el director.
La historia de Mousset-Vos, cuyos diarios
y películas caseras han hecho posible Nelly & Nadine, tampoco
se queda atrás. Además de cantar ópera, ejerció de espía
a lo Mata-Hari para un grupo resistente, y fue condecorada
después de la guerra. En Ravensbrück, cantó Madame Butterfly
para las prisioneras. "No se sabe muy bien cómo se reencontraron,
está claro que tuvieron que intercambiar sus direcciones
en el campo, aunque la Cruz Roja ayudaba a que la gente
se localizara. Pero no, nadie filmó a cámara lenta cómo
corrían la una hacia a la otra", ironiza. Lo que sí hay
son películas de super 8 filmadas en Caracas, el destino
escogido para vivir su amor hasta el final, en un piso con
habitaciones separadas.
Nelly & Nadine también va de eso, de un tiempo
en el que resultaba imposible oficializar lo evidente. Aunque
Nelly dejó a su marido y a su hija en Europa, nunca pudo
mostrarse con total franqueza ante los suyos. Y así hasta
nuestros días. El hilo conductor del documental es su propia
nieta, Sylvie Bianchi, una buena mujer a la que le ha costado
unas cuantas décadas enfrentarse a todo lo que representaba
su abuela. Pero acabó bajando las cajas del altillo, leyó
sus diarios y recuperó las películas, para darle a su abuela
una visibilidad de la que nunca pudo disfrutar totalmente
en vida. "Para mí ha sido una bendición descubrir esta historia
de amor, porque los documentalistas siempre estamos contando
historias brutales y terribles", dice Gertten. "Esta historia
es muy inspiradora, sobre todo en tiempos tan oscuros como
los actuales".
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