www.juezyverdugo.es --- contacto@juezyverdugo.es

 

7 - Abril - 2021
>>>> Séptimo arte > No tan salvaje

 

 

 

 

 

 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Disparos de escopeta, duelos cuando se ponía el sol y contínuos tiroteos en mitad de polvorientos pueblos perdidos de la mano de Dios. Al oir hablar del Oeste americano, es imposible no rememorar aquellos «westerns» que, hace más de medio siglo, trataban de representar de manera cinematográfica la vida de los cuatreros, bandidos y agentes de la justicia en pleno desierto. Sin embargo, la realidad es bien distinta a como la explicaban los directores de la factoría Hollywood.

Corrían tiempos inciertos en Norteamérica durante el XIX. Eran años de guerra para los habitantes de los recién creados Estados Unidos, pues vivían en un continente aún sin explorar en su totalidad y que todavía estaba dominado por los nativos allí asentados desde tiempos inmemoriales. La frontera –el territorio conocido y en el que vivían los estadounidenses- se hallaba en 1845 a la altura de Montana. Oklahoma y Luisiana, lo que aún dejaba un buen pellizco del país por anexionar hacia el oeste. En principio, no se dio mayor importancia a este territorio, pero la superpoblación de las ciudades y la falta de trabajo provocaron que esta región se viera con otros ojos. Así pues, poco a poco, fueron partiendo a su conquista cientos y cientos de peregrinos que, muertos de hambre en sus hogares, poco tenían que perder. Acababa de comenzar, en definitiva, la toma del lejano e inexplorado oeste americano. «La llamada conquista del oeste fue un movimiento migratorio poco o nada programado (al menos, al principio), en el que una ingente e inagotable corriente continua de emigrantes provenientes de muy distintas partes de Europa (y también de otras partes del mundo, como el lejano Oriente o el cercano México) se fue abriendo paso por un inmenso territorio. El este norteamericano necesitaba expandirse para absorber a sus millones de inmigrantes y la partida hacia el oeste fue la gran solución», explica Gregorio Doval, autor –entre otros muchos libros relacionado con el tema- de «Breve historia del salvaje oeste».

Billy el Niño, haciendo amigos.

No obstante, en estas regiones desconocidas del oeste estaban asentados los erróneamente llamados indios, los cuales no sentían demasiado aprecio por los «caras pálidas» y quienes, para defender su territorio, no dudaron en hacer uso del arco, las flechas y las hachas. Su objetivo: resistir el asedio al que les estaba sometiendo el ejército y los colonos norteamericanos. Estos últimos (que, al igual que los militares, llegaban armados hasta las cejas de carabinas, escopetas, sables y revólveres) eran aquellos viajeros que, en gigantescas caravanas formadas por cientos de carretas, atravesaban el país con la adrenalina como principal compañero de viaje (la cual se agravaba aún más debido a la escasez de datos que había sobre el nuevo territorio). Sobre el Oeste corrían todo tipo de rumores más o menos fundados: que era un inacabable desierto sin agua y sin recursos; que su fauna era temible (incluso se llegaba a decir que abundaban los dinosaurios); que había tribus hostiles ... Pero los rumores no detuvieron a los colonos. Al final, esta gran migración humana, concentrada en unas breves décadas de la segunda mitad del siglo XIX, adquirió un carácter epopéyico porque los peligros eran realmente muchos y reales, incluyendo la inimaginable distancia, el desconocimiento casi absoluto del territorio y la falta de guías, los desaprensivos que se aprovechaban de ellos y también, cómo no, un conglomerado muy diverso de tribus indígenas.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Desde los viejos clásicos como Butch Cassidy y Sundance Kid hasta las modernas como Wild Wild West, a Hollywood le encanta hacer películas sobre vaqueros. Desafortunadamente, algo que los cineastas no suelen tener en cuenta es la precisión histórica.

La carga del vaquero.

Los verdaderos vaqueros nunca cargaron completamente sus pistolas de seis balas. En su lugar, usarían una "carga de vaquero" y solo lanzarían cinco, dejando una cámara vacía. Esto se debió a que las armas eran extremadamente delicadas en el siglo XIX y se sabía que disparaban al azar.

Bancos seguros.

Los robos de bancos no eran una práctica tan popular. En un año, ocurrieron más crímenes de este tipo en Dayton, Ohio, que en todo el Salvaje Oeste. Suponemos que tampoco había bolsas de lona con signos de dólar impresos.

Sorprendentemente progresivos.

¡El Salvaje Oeste tenía derechos de los homosexuales! Era increíblemente común que los vaqueros tuvieran relaciones entre personas del mismo sexo, algunos incluso se casaban. Sus compañeros aceptaron estas relaciones.

Camellos salvajes.

Solía haber camellos salvajes en Texas. Por alguna razón (aburrimiento, tal vez) el ejército de Estados Unidos estableció el Cuerpo de Camellos en 1856 e importó 66 camellos al árido estado. Después de la Guerra Civil, fueron vendidos a circos o escaparon a la naturaleza. Su último avistamiento fue en 1941.

Un periodo corto.

El verdadero Salvaje Oeste solo duró unos 30 años. De 1865 a 1895, el oeste americano fue un lugar difícil, lleno de vaqueros, forajidos y caos en general. La región finalmente se calmó, pero siguió siendo un lugar difícil para vivir durante muchos años.

Calzado práctico.

Las botas no eran solo para mostrar, también ayudaron a mantener a salvo a los vaqueros. Un tacón elevado mantenía a salvo el pie de un hombre en los estribos de su caballo. Si el jinete se caía, la falta de cordones evitaría que lo arrastraran por el desierto.

Menos duelos de los que piensas.

Sorprendentemente, no hubo muchos duelos rápidos. El famoso entre Wild Bill Hickok y Davis Tutt ocurrió el 21 de julio de 1865 por una deuda de juego. Aunque Bill ganó el encuentro, fue juzgado por homicidio involuntario, pero fue absuelto.

Los cowboys olvidados.

Aproximadamente el 25% de los vaqueros eran negros, más conocidos como los "vaqueros olvidados". Estos hombres se vieron obligados a realizar tareas forzosas, como domesticar caballos y prepararlos para sus jinetes. Los vaqueros negros también se vieron obligados a viajar ante terceros para garantizar que el resto del grupo pudiera viajar cómodamente por un sendero.

La película "Django Unchained" ("Desencadenado") del famoso director de cine Quentin Tarantino, es una de las relativamente pocas en Hollywood que narra la historia de un cowboy o vaquero negro.

Pronunciación pobre.

Los vaqueros estadounidenses copiaron su look de los vaqueros mexicanos. También recibieron de ellos la famosa palabra "buckaroo". Los vaqueros que no hablaban español con fluidez pronunciaban mal vaquero, convirtiéndolo en “buckaroo”.

La reputación de Black Bart.

Black Bart era un forajido famoso, pero también era conocido por ser alguien educado. Cuando robó las diligencias de la empresa, solo robó dinero del negocio y dejó las pertenencias personales de los pasajeros, algo así como un Robin Hood del Salvaje Oeste.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

No había póker.

Si fueras un vaquero paseando por un salón para beber y apostar, probablemente no estarías jugando al póker. Faro era un juego de cartas mucho más popular en ese momento y lo seguirá siendo hasta principios del siglo XX.

Control estricto de armas.

Al contrario de todas las películas de John Wayne, el Salvaje Oeste hizo cumplir estrictas leyes de control de armas. A menudo se exigía a los ciudadanos que registraran sus rifles en las comisarías de policía locales cuando entraban en las ciudades. Es como un armario, excepto por las armas. ¡Algo conveniente!

Un pistolero con cualquier otro nombre.

Los pistoleros no se llamaban pistoleros en el Salvaje Oeste. En cambio, la gente del pueblo se refirió a ellos como "tiradores" ... definitivamente no tan pegajosos como pistoleros. Ese término no se inventó pasados 50 años.

Los Texas Rangers.

La agencia estatal de aplicación de la ley más antigua abrió durante este período de tiempo. En 1835, se formaron los Texas Rangers y todavía operan hoy. Ahora son seleccionados por el Departamento de Seguridad Pública.

Una dura verdad.

Los vaqueros eran literalmente niños a cargo de las vacas. La invención del alambre de púas ayudó a dejar sin trabajo a la mayoría de ellos. Estos alambres afilados crearon un espacio grande y confinado para el ganado, eliminando su necesidad.

No toques las toallas.

Este es probablemente el hecho menos sorprendente: las toallas que colgaban de las tabernas eran repugnantes. Eran toallas comunitarias. Cualquier cliente podría usar estos trapos sucios para limpiarse la cerveza de la cara. Asqueroso.

Mujeres reales del Oeste.

Se pensaba que la mayoría de las mujeres que vivían en el Salvaje Oeste eran trabajadoras sexuales, pero ese mito fue popularizado por escritores masculinos que creaban personajes femeninos sexualizados para que sus protagonistas masculinos las salvaran.

Pobre Elmer.

Elmer McCurdy no era un buen bandido, pero al morir, su cuerpo fue una atracción nacional. Fue embalsamado y agregado a un espectáculo de carnaval itinerante. El cuerpo de Elmer se trasladó a varios lugares durante casi 60 años antes de ser finalmente enterrado en 1976.

La original estrella del Oeste.

Broncho Billy Anderson, estrella de la revolucionaria epopeya de 1903, The Great Train Robbery, no era un verdadero vaquero. Después del éxito de esa película de 1930, decidió apostar por su personaje de Broncho y protagonizó una multitud de westerns durante su carrera.

No era zurdo.

Los historiadores pensaron que Billy el Niño era zurdo porque fue fotografiado con el cinturón de su pistola en el costado izquierdo. Su arma, un rifle de palanca Winchester Modelo 1873, solo se cargaba a la derecha, lo que haría casi imposible que un zurdo pudiera operar. Aunque eso está lejos de ser el único error popular sobre Billy el Niño.

El forajido Billy el Niño murió el 14 de julio tiroteado por el que fuera su amigo de la infancia, el sheriff Pat Garrett, en un rancho de Fort Sumner. Por lo menos eso es lo que cuenta la versión oficial ...

Billy el Niño (el segundo por la izquierda) nació el 23 de noviembre de 1859 en Nueva York. Antes de ganarse su apodo de forajido, se hizo llamar William H. Bonney. El padre biológico de Billy desapareció cuando él nació, por lo que su madre, Catherine, lo crió junto con su nuevo socio, William Antrin.

En 1865, la familia se mudó a Indiana, y luego en 1870, se fueron a Kansas, antes de establecerse finalmente en Nuevo México, en 1873. Billy prosperó en el suroeste y rápidamente habló perfecto español.

Cuando solo tenía 14 años, su madre murió inesperadamente, dejándolo huérfano. Billy no estaba contento con quedarse en casa con su padrastro y su hermano, por lo que desapareció en el desierto circundante. Pronto, encontró un trabajo como peón de rancho, aunque ese no era su único trabajo.

1876 fue un gran año para Billy: fue cuando mató a sus primeros hombres, un grupo de nativos americanos Apache. Luego, mató a un herrero en Camp Grant, Arizona. Estos asesinatos ayudaron a Billy a ganarse su reputación como pistolero.

El siguiente trabajo de Billy fue como peón y guardaespaldas del ranchero John Tunstall. John fue asesinado por otra banda de ganado en 1878, lo que arrojó a Billy en medio de la guerra del condado de Lincoln. Billy estaba furioso porque los rivales habían matado a su amigo y estaba listo para vengarse.

Billy lideró un grupo de vigilantes para rastrear a los asesinos de John. El grupo de Billy disparó a dos pandilleros de ganado, lo que llevó la disputa a un nivel más alto. Finalmente, Billy y sus "reguladores" mataron a Bill Brady, un sheriff local que ordenó el asesinato de John.

Una vez que el sheriff recibió un disparo, los enemigos de Billy se unieron a los agentes de la ley locales para acabar con el escuadrón mortal. En julio de 1878, se mudaron. Los rivales rodearon la casa donde se escondía la pandilla de Billy y los mantuvieron rehenes durante cinco días en un tenso tiroteo.

Al final, los vigilantes se cansaron de estar acorralados y se abrieron paso a tiros. Billy y otros escaparon. A raíz de la violencia, ambas partes firmaron un tratado de paz en un intento por poner fin a la disputa para siempre. Aunque los grupos eran justos, la ley no estaba muy contenta con Billy, ya que había matado a un sheriff. Durante el resto de su vida, estuvo constantemente alerta a las autoridades que estaban deseosas de castigarlo por matar a uno de los suyos. Billy pudo haber estado huyendo, pero esto no lo detuvo de sus actividades como pistolero. Uno de sus tiroteos más conocidos fue en enero de 1880. Cuando Billy estaba en una taberna de Nuevo México, Joe Grant cometió el error de emborracharse y amenazar con matar a otros clientes. Un hombre encantador.

La inédita foto de Billy the Kid que compraron por US$2 y vale millones de dólares.

La inédita foto de Billy the Kid con su verdugo que intriga a Estados Unidos.

Tal vez porque ya había estado en muchas situaciones parecidas, Billy tenía la sensación de que Joe hablaba en serio acerca de sus amenazas. Se acercó al hombre y le dijo: "Tienes seis tiros muy bonitos". En un movimiento que solo puede describirse como completamente rudo, Billy sacó la pistola de Joe de su funda y, sin que el borracho enfadado se diera cuenta, hizo girar el cilindro hasta la cámara vacía. Los instintos de Billy eran precisos. Más tarde, Joe intentó dispararle a Billy por la espalda, como un cobarde total.

El pensamiento inteligente de Billy lo salvó. Sabiendo que el arma de Joe no dispararía, Billy tuvo tiempo suficiente para volverse y dispararle a Joe con su propio revólver, matándolo en el acto. Si Billy no lo hubiera hecho, alguien más lo habría hecho: había demasiados pistoleros hábiles en el Salvaje Oeste. Pero El Niño tampoco era invencible.

En 1881, la vida de Billy en la fuga terminó cuando fue capturado por el sheriff Pat Garrett. Fue sentenciado a la horca por el asesinato de Bill Brady, pero Billy tenía otras ideas. Un día de abril, puso en marcha un atrevido plan de fuga.

Un guardia llevó a Billy a usar el retrete, donde se arriesgó mucho. Billy se quitó las esposas, robó el arma del guardia y lo mató. Agarró una escopeta y asesinó a otro guardia cercano, todo mientras seguía atrapado con los grilletes en las piernas. Con los guardias muertos, Billy cortó los grilletes con un hacha, robó un caballo y huyó con una cartera llena de armas. Esta asombrosa fuga llegó a los periódicos de todo el mundo. De la noche a la mañana, Billy fue el hombre más buscado de Estados Unidos.

El pistolero logró evadir a las autoridades durante varios meses. Su incapacidad para mantener un perfil bajo (siempre fue el showman) llevó al Sheriff Pat y a otros a su escondite en Fort Sumner, Nuevo México, el 14 de julio de 1881. Pat estaba hablando con el ranchero Peter Maxwell sobre el paradero de Billy cuando el forajido se presentó en la casa de Peter. Billy fue a buscar carne para cenar. Vio la silueta de Pat, pero no lo reconoció en la oscuridad de la casa. Billy desenfundó su revólver de seis balas y gritó: "¿Quién es ese?" Eso era todo lo que necesitaba Pat. Cuando Billy se acercó a la habitación de Peter, Pat le disparó a Billy en el pecho. A la edad de 21 años, Billy murió en Nuevo México. Después de matar al forajido, Pat coescribió una biografía sobre Billy the Kid y sus diversas hazañas. En The Authentic Life of Billy, el Niño consolidó el estatus de joven criminal como uno de los nombres más reconocibles que surgieron del Salvaje Oeste.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La figura del sheriff ha sido codificada por el cine a través del wéstern. Desde el héroe idealizado del inicio del género, pasando por los sheriffs de mayor complejidad psicológica del wéstern clásico, hasta llegar a los procesos de desmitificación del personaje asociados a los movimientos contraculturales en el wéstern crepuscular. Pero, ¿cuál es la realidad histórica tras estos estereotipos? El término sheriff es una contracción de los vocablos shire, que significa condado, y reeve, que se puede traducir como alguacil o juez local. La palabra se utilizaba en la Inglaterra medieval para denominar al funcionario encargado de hacer cumplir las leyes en una comarca en nombre del rey. Cuando los primeros colonos británicos se establecieron en el continente americano durante el siglo XVI importaron esta figura. Pero el concepto de sheriff en Estados Unidos está asociada a la conquista del Oeste. La compra de las posesiones francesas de la Luisiana (1803), la independencia de Texas (1836) y su posterior adhesión a la Unión (1845) y el descubrimiento de oro en California (1848) fueron los tres acontecimientos principales que incentivaron la expansión hacia el Oeste de miles de pioneros. Al principio, la mayoría de los primeros asentamientos no necesitaron de ninguna fuerza policial. Conforme fueron creciendo, la moral del derecho natural entró en conflicto con el orden social. Los territorios empezaron a ser regulados y estructurados por medio de las instituciones. Y para defender este orden se imponía la figura de un sheriff. Todos ellos debían, sobre todo, tener un excelente manejo de las armas. Indudablemente, esa era una cualidad que poseían los más célebres sheriffs del Lejano Oeste.

Todos aquellos que en alguna ocasión de vuestra vida habéis visto una película recreada en el Viejo Oeste seguro que sabréis que el personaje que se encargaba de mantener la ley y el orden en la población era conocido como ‘sheriff’. Pero para averiguar de dónde procede originariamente ese término no debemos buscarlo en la época de los vaqueros, forajidos e indios de esas historias sino que tenemos que retroceder unos cuantos siglos más, concretamente hasta la Inglaterra medieval. El término ‘sheriff’ es una contracción de ‘shire reeve’, que era el modo en el que era llamado el representante de impartir justicia en un condado. De hecho la traducción literal de ambos vocablos es ‘juez del condado’. Shire significa condado y reeve se utilizaba para señalar al funcionario que se encargaba de hacer cumplir las leyes, aplicarlas entre los habitantes y que tenía funciones al mismo tiempo de magistrado civil dentro de ese lugar. Los primeros colonos de origen británico que viajaron hasta el continente americano llevaron consigo esta figura de representante de la justicia para que mantuviera el orden en las nuevas colonias/poblaciones creadas.

A 172 años de la fiebre del oro en California: fortuna, drama, ganadores y perdedores.

Los años de la fiebre del oro y la llegada masiva de inmigración hizo cada vez más necesaria la presencia de un alguacil en cada población, utilizando para referirse a éste el término ‘shire reeve’ (sheriff). Para distinguir quién era el que impartía la ley en el lugar se colocó una insignia en la pechera (la famosa estrella de sheriff)… pero el porqué se escogió que tuviera ese diseño da para otro post que publicaré próximamente. Para terminar, cabe destacar que en algunos textos e incluso filmes (en su versión en español) se refieren a la figura del sheriff como ‘sheriff del condado’ siendo esto una redundancia, debido a que la alusión al condado (shire) ya viene dentro de la contracción del término.

Wyatt Earp (1848-­1929) es, sin duda, el sheriff más popular de las películas del Oeste. Su dilatada y agitada vida contribuyó a que su figura apareciese en numerosas películas, algunas tan aplaudidas como Pasión de los fuertes o Duelo de titanes (John Sturges, 1957). Antes de ponerse la placa, Wyatt se ganó la vida como cazador de búfalos y jugador de faro, el juego de naipes más popular del Oeste. En 1874 llegó a la ciudad de Wichita (Kansas), donde su cuñada regentaba un burdel y uno de sus hermanos traficaba con armas y licores. Ni su pasado como tahúr ni los negocios de su familia fueron un impedimento para que fuera elegido ayudante del sheriff local. A partir de esa primera experiencia, Earp comenzó una floreciente carrera como agente de la ley por varias de las principales ciudades del Oeste: la ganadera Dogde City (Kansas) y las mineras Deadwood (Dakota del Sur) y Tombstone (Arizona), donde sucedió el duelo del O.K. Corral, un célebre tiroteo entre los hermanos Earp y su amigo Doc Holliday contra los Clanton y los McLaury, dos familias que controlaban la ciudad. La refriega causó varios muertos y heridos y acabó con su carrera como sheriff. Earp pasó sus últimos años en Hollywood, trabajando como asesor cinematográfico.

Patrick Floyd Garrett (1850-­1908) ha pasado a la historia como “el hombre que mató a Billy el Niño”. Aunque su presencia en el cine ha estado casi siempre supeditada a la del joven pistolero, Garrett es protagonista de uno de los retratos de sheriff más estimulantes que ha dado el wéstern: Pat Garrett y Billy the Kid (Sam Peckinpah, 1973). Criado en una plantación de Luisiana, Garrett dejó su casa a los dieciocho años para hacerse cowboy y cazador de búfalos en Texas. En 1876 mató a otro cazador durante una pelea, lo que le obligó a trasladarse a Fort Sumner (Nuevo México). Allí conoció a un joven jugador de quien se haría amigo: William H. Bonney, futuro Billy el Niño. En 1880 Billy ya era uno de los forajidos más buscados del estado, y Pat, el nuevo sheriff de Lincoln (Nuevo México). Su obligación: detenerlo. Garrett lo encontró dos veces. La primera lo arrestó, pero Billy se escapó, matando a tres hombres en su huida (las únicas muertes demostradas de las que se le adjudicaron). La segunda vez lo mató, supuestamente a sangre fría. La muerte de Billy el Niño convirtió a Garrett en un personaje tan célebre que incluso acabó publicando sus memorias. Pero, conforme la leyenda del joven pistolero fue creciendo, la suya se fue emborronando. Ya no era el implacable sheriff que detuvo a Billy el Niño, sino su despiadado asesino.

William Barclay Masterson (1853­-1921) fue un personaje secundario en el cine, pero no en la vida real. Bat fue un sheriff seductor y vanidoso a quien le gustaba pasear por la ciudad en calesa y vestido como un dandi. Pero también era un hombre de acción, un virtuoso de las armas. Aunque nació en Quebec (Canadá), creció en Wichita, donde empezó a trabajar como cazador de búfalos. Tras varios sucesos que pusieron de manifiesto su habilidad con las armas, en 1876 fue nombrado ayudante del sheriff en Dogde City, donde coincidió con Wyatt Earp. Desde ese primer nombramiento, la carrera de Bat Masterson como agente de la ley fue fulgurante. Ejerció como sheriff en varias de las ciudades más conflictivas del Oeste, y su labor fue muy reconocida. Pero la atracción que sentía Masterson por las ciudades tumultuosas no respondía a razones morales o profesionales, sino a las oportunidades que le ofrecían para desarrollar su gran pasión: el juego. Convertido en uno de los hombres más famosos del Oeste, Masterson acabó sus días en el Este. Se introdujo en el floreciente mundo de las apuestas pugilísticas y terminó trabajando en Nueva York como periodista deportivo en el diario The Morning Telegraph.

James Butler “Wild Bill” Hickok (1837-­76) vivió poco tiempo, pero intensamente. Su vida ha generado más leyendas y alimentado más ficciones que la del propio Wyatt Earp. Su figura pintoresca (alto, melena larga, gran mostacho y elegante vestimenta) y su gusto jactancioso por la fabulación le convirtieron en un personaje irresistible para los cronistas de la época. Antes de adquirir fama como agente de la ley, Wild Bill fue conductor de diligencias, explorador y espía de la Unión durante la guerra civil estadounidense, cazador de búfalos, jugador profesional y artista de circo junto a Buffalo Bill. Entre 1865 y 1871 ejerció como sheriff en varias poblaciones de Kansas y Misuri. Durante esos seis años se vio involucrado en varios tiroteos. Estos enfrentamientos contribuyeron a expandir su leyenda. Una leyenda que llegó hasta su muerte. En 1876, decidió probar fortuna como buscador de oro en Deadwood (Dakota del Sur). El 2 de agosto, mientras jugaba una partida de póquer en un salón, otro jugador, Jack McCall, movido supuestamente por la venganza, le descerrajó un tiro en la nuca. La leyenda dice que en ese momento Wild Bill tenía cuatro cartas: dos ases y dos ochos, doble pareja. Esta jugada, asociada a la mala suerte, empezó a ser conocida como la “mano del muerto”.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Las cintas de vaqueros fueron muy populares en las décadas tempranas y medias del siglo XX, después de eso su declive llegó a tal punto que ya no es común ver que Hollywood apueste por el género. Siendo parte de la cultura americana existen clásicos como El bueno, el malo y el feo, Temple de Acero, Los Imperdonables o Por un puñado de dólares, pero los creadores de cine dejaron de lado las historias de vaqueros por razones relacionadas a la modernidad. La trama de los largometrajes western es desglosada a detalle y eso las hace ir más lento que el resto. Aunque no es algo necesariamente malo, no toda la audiencia tiene la paciencia para llegar hasta el final pues suelen aburrirse por las conversaciones

Al representar una realidad donde no hay grandes avances tecnológicos, el uso de pantalla verde u otros efectos no es tan común, por lo que las películas no pueden competir con las nuevas propuestas de ciencia ficción. El solo ver escenas de disparos y persecuciones a caballo no sorprende a las nuevas generaciones.

Cuando se trató de combinar el western con la ciencia ficción en la película Vaqueros vs Aliens las cosas salieron mal; recibió malas críticas y no genero buenas ganancias. La idea los extraterrestres luchando con vaqueros no terminó de convencer.

The Ridiculous 6 o Los seis hermanos ridículos es un wéstern cómico de 2015 dirigido por Frank Coraci y escrito por Tim Herlihy y Adam Sandler. La película es una parodia de los Wéstern en general, y del clásico de 1960, Los Siete Magníficos en particular. Protagonizada por Adam Sandler, Terry Crews, Jorge Garcia, Taylor Lautner, Rob Schneider, y Luke Wilson. Su estreno mundial corrió a cargo de Netflix el 11 de diciembre de 2015.

Ambientar el estilo del viejo oeste es costoso debido a la utilería, vestuarios y escenografías que deben lucir antiguas. Normalmente los cineastas crean los pueblos donde se grabará desde cero y todo debe reflejar la época adecuada para que los espectadores se animen a verla. Sí, la mayor base se seguidores del western se encuentra en Estados Unidos y Holllywood trató de explotar el género, pero el mercado no se encuentra de su lado. Actualmente, el rechazo al género a nivel global es una realidad, pues China al ser uno de los países que más consume cine no se encuentra nada interesado en ver este tipo de historias. En un intento por rescatar la industria western en los últimos años, parece que las ejecuciones no resultaron nada bien. El Llanero Solitario de Disney resultó todo un fracaso en taquilla al generar 260 millones de dólares cuando su presupuesto fue de 215 millones. También Vaqueros vs Aliens apenas alcanzó la rentabilidad una vez que se estrenó en el extranjero. Hollywood ha tenido que ser cada vez más consciente de los problemas políticos y sociales. En particular, los cineastas deben asegurarse de que las mujeres, las personas LGTBQ + y las personas de color estén representadas; es un desafío ser parte de la inclusión social con historias tan antiguas.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

El Salvaje Oeste tal vez no lo fuera tanto, pero de tipos malotes no iba escaso.

Clay Allison (1840-87). "Crazy Clay", el loco Clay era llamado aún desde su adolescencia por "buenos" motivos. Ya era todo un personaje en su Texas natal,vaquero y cuatrero de gatillo fácil y con varias órdenes de búsqueda y captura que nadie se atrevía a ejecutar. Se casó joven,y a los pocos dias,su esposa desapareció y no se volvió a saber de ella. A Clay le hallaron beodo y recitando poemas en su rancho baldío sin ofrecer respuestas sobre su paradero. Finalmente, se cargó en Abilene a dos Rangers de sendos escopetazos sólo porque le intimidaron a dejar de gritar en un salón de juego. El caso esta vez era grave, pero recien estallada la Guerra de Secesión, Clay se alistó con 21 años en el Batallón del sanguinario coronel sureño Quantrill. Su absoluta falta de escrúpulos, buena punteria y ausencia de miedo, le hicieron ascender rápidamente a oficial. Todo el mundo, incluso sus compañeros, le tenía por psicópata. Participó en el famoso Asalto a Lawrence de 1863, donde se dijo que ejecutó personalmente a más de 20 "botas rojas" (fanáticos comandos abolicionistas).

Como la de casi todos sus colegas, la carrera de Allison había comenzado bien pronto. Huérfano de padre desde los cinco años, al estallar la Guerra de Secesión, se alistó en el ejército confederado, del que fue pronto licenciado por los médicos que le hallaron “incapaz de llevar a cabo los deberes de un soldado a causa de un golpe en la cabeza recibido hace muchos años. La excitación emocional o física le producen paroxismos de cambios de carácter, con episodios epilécticos y otros maníacos”. Fuera cual fuere la verdadera naturaleza de su enfermedad mental, Allison fue un hombre violento, especialmente cuando estaba bebido, lo que solía ocurrir muy a menudo, y de terrible e intimidadora fama en todo el Oeste. Todos daban por seguro que había matado a muchos hombres, aunque nadie vivo podía aportar detalles de ello. A él dicha fama, cuando estaba sobrio, le molestaba.

En cierta ocasión escribió una indignada carta al director de un periódico de Missouri que le había adjudicado 15 asesinatos: “Siempre he intentado utilizar mi influencia para proteger las propiedades y a los hombres de mi condado de los ladrones, forajidos y asesinos, entre los que no se me puede incluir”. Allison tuvo un final poco glorioso. En julio de 1887, mientras cargaba un carro de provisiones en Pecos, Texas, un saco de grano se fue al suelo. Mientras él se agachaba a recogerlo, el carro se movió y una de sus ruedas le aplastó el cuello.

Un pistolero asiduo de los saloons de Nuevo México, Colorado y Texas, Clay Allison (1840-1877), al que, al decir de algún coetáneo, el whisky transformaba “en un demonio desatado”, merodeaba por los locales ansioso de que alguien le diese una excusa con la más ligera de las provocaciones para matarle y desahogarse. El 7 de enero de 1875, Allison mató en Nuevo México a Chunk Colbert, otro pistolero con quien mantenía una vieja enemistad (basada sobre todo en la disputa sobre quién superaba al otro en número de víctimas) y con el que aquella noche estaba cenando. En cierto momento, Colbert sacó la pistola, pero el cañón tropezó con el borde la mesa y se le cayó. Allison desenfundó la suya y le mató de un disparo en el ojo derecho. Cuando le preguntaron por qué estaba cenando con un hombre que le quería matar y al que él quería pagar con la misma moneda, respondió tranquilo que “porque no me gusta mandar a nadie al infierno con el estómago vacío”.

El hombre que mató a Liberty Valance’ ('The Man Who Shot Liberty Valance'), el mítico western de 1962 dirigido por John Ford a partir de un relato de Dorothy M. Johnson se considera un clásico del cine.

Al concluir la contienda, huyó a su tierra natal y vagó sin rumbo fijo trabajando como vaquero con nombres falsos en distintos ranchos. Pero siempre le echaban porque terminaba matando a alguien... Cuando se enteraba de que en tal o cual sitio había un "chulito" que presumia de habilidad con el revolver, allí acudía él con su inseparable Colt del 38 y su botella de whisky añejo a retar al figura en cuestión y ser aclamado como vencedor cual justa medieval. Acabó matando a un comisario y, perseguido por los Rangers, quien ya le habían identificado y ansiaban venganza, se refugió con los apaches tras casarse con una india. Retornado después de una aministía a raiz de la rendición de los Apaches al general Crook, apareció solo y sin su mujer india en su antiguo rancho abandonado. Se dice que le encontraron muerto por causas naturales unos buhoneros rodeado de botellas de alcohol. John Ford dijo de él "que fue el mayor bastardo del Far West". Se calcula que mató a unas 50 personas (sin contar la guerra).

Joaquín Murrieta (1829-53), mexicano de familia noble, de su leyenda proviene la mítica e idealizada figura de "El Zorro". Tras la invasión de EEUU de México en 1846 y la Anexión de su California natal a los EEUU, se hizo bandolero y asaltante de haciendas, diligencias y bancos pequeños. Se decía de él que sólo atacaba a los gringos anglosajones y a los ricos vendidos,y eso le proporcionó el favor del pueblo llano que le adoraba y escondía como si fuese un moderno Robin Hood. En realidad, Murrieta era un sanguinario asesino que dispara a cualquiera que tuviese dinero para robarle, y cómo los yanquis eran los potentados, pues ellos solían resultar sus víctimas. Remataba a las indefensas personas que atracaba sin necesidad, por pura diversión. Abatió a varios soldados de Caballeria e intentó huir a México, pero le cortaron el paso en Rio Grande y le destrozaron con tantos balazos que su cuerpo quedó irreconocible.

Visión de un Thomas Amstrong de Joaquín Murrieta (Murieta), publicado en Sacramento Union Steamer (22 de abril de 1853).

A John Wesley Hardin (1854-1895, El Paso) se le considera el record man letal del Far West, pues se le atribuyen 58 muertes, entre ellas 4 sheriffs marshalls, entre los cuales se cuenta el conocido Bat Masterson,"hazaña" que le hizo famoso en todo el Oeste. Clint Eastwood quiso una vez rodar una película sobre él, pero había tanto material y tan contradictorio que dejó el proyecto. Forajido sin tapujos, siempre actuaba sólo,bien asaltando bancos o pequeños ferrocarriles de esos que empezaban a desangrar las llanuras. Una vez,sin ninguna ayuda, paró un convoy de 100 pasajeros en Topeka interponiendo piedras en los railes, asesinó a los dos revisores y a un pasajero que intentó desenfundar cuando el tren se detuvo obligatoriamente a ver qué pasaba en la via, y se llevó un botín de 20.000 dolares entre el contenido de las sacas de correo que contenían las nóminas de los soldados de Fort Lessington y las pertenencias de los viajeros... Una fortuna para la época. A pesar de ello, siguió con su carrera criminal hasta que le hirieron en un tiroteo en Kansas y pasó 16 años preso. Es un misterio no aclarado por qué no fue ahorcado. Se dice que una prostituta con la cual mantenía tratos "sobornó" con dinero y otros favores al juez federal enviado a la localidad. En la cárcel se comportó bien, se sacó el título de Abogado y parecía un hombre nuevo cuando le indultaron la cadena perpetua y le liberaron. Nada más en la calle, volvió a las andadas pero actuando con más inteligencia: seleccionaba establecimientos lucrativos con caja fuerte y los asaltaba cuando apenas estaba el dueño. Mantenía una doble identidad como letrado respetable en una u otra ciudad hasta que "pelaba" la localidad y emigraba a otra a seguir con el negocio. Ahora sólo mataba si se le resistían. Le reconocieron al final por un duelo que mantuvo con 7 cuatreros en un burdel de Austin (no los cuatreros,a esos los reventó a tiros usando dos colts,uno en cada mano....). Hubo de cambiar de identidad y esconderse a salto de mata por la frontera mexicana. Siempre se le consideró el pistolero más rápido de la Historia del Oeste. El mito decía que desenfundaba y disparaba a dos manos antes de que un hombre pudiese chasquear los dedos. Se las arreglaba como ladrón de poca monta y jugador bajo nombre falso cuando hirió a un sheriff en El Paso. Le dio por muerto y huyó unas semanas a las montañas. Ése fue su error. Al volver,sin interesarse nada más que por el burdel y el juego, el alguacil, recuperado, un tal John Selman, le acribilló por la espalda mientras echaba una partida a los dados en una taberna que aún hoy se enseña a los turistas, "The Castle". Bob Dylan le compuso una canción.

John Wesley Hardin fue un forajido de leyenda (al igual que Billy "The Kid" o Jesey James) del oeste estadounidense del siglo XIX a quien se adjudican, al menos, 40 muertes. Reconocido por ser un hábil pistolero, creció en la etapa anterior a la guerra civil en la cual la violencia era una forma aceptada de solucionar conflictos. Después de estar preso por dieciséis años por la muerte de un sheriff, logró convertirse en abogado, pero fue abatido a balazos por un policía de la ciudad de El Paso. Escribió su autobiografía incompleta bajo el nombre de Vida de John Wesley Hardin, escrita por él mismo.

Jesse James (Misuri 1847-82) obstenta el record de la recompensa más grande ofrecida jamás por la captura de un bandolero, 100.000 dolares de la época, unos 2 millones de euros actuales. También es el pistolero sobre quien más películas se han rodado. Fue un héroe popular en su tiempo y le consideraron mártir. Como Clay, luchó con el Batallón de Quantrill por la Confederación y terminó siendo Comandante. Era inteligente, atractivo y duro como el acero. Acabada la contienda, fanático outlaw, alegó que las leyes USA no eran legítimas y que él no se había rendido y proseguía la guerra por su cuenta. Nunca se consideró un bandido a sí mismo, sino un fugitivo justiciero o un guerrillero. Formó con su hermano Frank y otros antigos conocidos y amigos de su tierra una banda letal que igual asaltaba trenes que bancos, logrando botines inmensos y burlando a las autoridades en trepidantes huidas atravesando estados sin dejar de cabalgar. En el Este, sus historias de atracos y "hazañas" eran tan cotizadas que empezaron a publicar folletines gráficos exagerados con ellas, transformándole en un mito viviente en todo el país. En invierno se escondía tranquilamente en un pueblecito aislado por las nieves de Montana con su hermano, y en primavera reunía a su banda, reclutaba nuevos hombres e iniciaba su "campaña anual" de atracos tan exitosos que fue considerado un hombre riquísimo, pero a él le enfurecía que dijesen eso y vivía espartanamente. Al final, ocurrió lo inevitable. Por pura estadística, durante el asalto a un banco de mineros en Nordlenheim, la población de origen emigrante sueco, les hizo frente a tiros y, tras un frenético enfrentamiento en el que murieron 34 lugareños y 7 atracadores, Jesse, malherido y su hermano Frank, también herido, escaparon de milagro sin botín. A partir de ahí se les buscó sin tregua por todo el Oeste ofreciendo fantásticas recompensas.

Rob Love, Collin Farrel o Brad Pitt han interpretado al forajido.

Pero fue un chaval de 20 años, "el cobarde Robert Ford" como pasó a la Historia por siempre, quien le asesinó de un balazo en la nuca mientras colgaba un cuadro en una casita que era su escondite en las Rocosas. El chico era un admirador suyo y acababa de ser reclutado por otro secuaz de Jesse mientras éste se reponia de las heridas, pero resultó ser más admirador de la recompensa. Que gozó poco tiempo, pues Frank le encontró y le mató salvajemente en un campamento de vaqueros de Idaho 3 años después.

Aquel que roba a un ladrón tiene cien años de perdón y que el que a hierro mata, a hierro muere. Y los dichos son sabios (o eso nos han inculcado desde hace siglos). Pero la muerte de Jesse James, el pistolero más famoso del lejano Oeste, no hay proverbio que la sustente. Ni sabiendo siquiera que su fama de «buen forajido» fue una falacia de proporciones similares al First National Bank de Northfield que intentó robar en 1876. La trampa que le tendieron los hermanos Ford -sus últimos colegas de armas en el triste mundo del bandolerismo- fue tan sucia como traicionera. Invitar a tus compadres a tu propia casa solo para que, minutos después, destruyan tu confianza con un tiro en la mollera.

Pues eso es lo que ocurrió al no tan bueno de Jesse: que la suculenta suma que ofrecían por su cabeza (10.000 dólares, de las más altas del «far west») pesó más que la amistad. Aunque sus asesinos apenas cobraron 500 ... Y suerte que tuvieron de que no les hicieran un Viriato con aquello de «Roma no paga a traidores». En todo caso, lo que es innegable es que, aquel abril de 1882, cada uno obtuvo lo que se merecía. James, el disparo que se llevaba buscando desde que empezó su carrera como bandido tras haber combatido en el bando sudista. Los Ford, una puñalada trapera similar a la que ellos mismos habían dado. Aunque el mejor parado fue, curiosamente, el cadáver, pues morir bajo los auspicios del estado acrecentó la falsa leyenda que se había forjado de Robin Hood del siglo XIX.

Jesse James, criminal, forajido e icono estadounidense.

Ya lo dijo el Evening Bulletin (de Maysville, Kansas) el 4 de mayo de ese mismo año: «El asesinato de Jesse James es uno de los crímenes más cobardes e innecesarios que se han perpetrado en los Estados Unidos. La única motivación fue el interés económico». Su muerte causó gran revuelo y consternación en el país. Aunque esas mismas gentes que se encogieron de dolor al conocer la partida del bandolero fueron las mismas que, durante meses, llenaron los espectáculos teatrales en los que los hermanos Ford representaron, una y otra vez, el fallecimiento del pistolero. El morbo, que suele adelantar por la derecha a la lógica. En todo caso, el mito ha perdurado hasta la actualidad. Quede como prueba que, allá por 2009 se estrenó la película «El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford». Tirando de tópico... no hay más preguntas, señoría.

Pero vayamos por partes, pues entender a este bandolero requiere hablar de sus años mozos. Jesse nació en 1847 en Missouri. Hijo de un ministro baptista (como explica Gregorio Doval en «Breve historia del salvaje Oeste»), cuando sumaba diecisiete añitos se unió a la guerrilla confederada del cruento Bill Anderson. Razones tenía, todo hay que decirlo, pues las tropas federales se habían presentado poco antes en el rancho de su familia para pedir información y, de paso, intentar colgar a su padrastro (y digo intentar porque este sobrevivió). Nuestro protagonista demostró desde joven que su vida estaba destinada a la violencia ya que, junto al clan de los Younger, protagonizó todo tipo de tropelías durante la contienda. «Las actuaciones de esta guerrilla fueron tan atroces y despiadadas que todos sus miembros fueron excluidos expresamente de la amnistía decretada al acabar el conflicto», añade el autor en su obra.

Con este currículum no parece extraño que, al final la guerra civil estadounidense en 1865, Jesse, su hermano y los Younger tuvieran que dedicarse al latrocinio y al pistolerismo. El noble arte en el lejano Oeste. Como si su vida fuera un cliché del spaghetti western, la banda dedicó su vida a asaltar diligencias y trenes, robar tiendas y atracar bancos. Tampoco decían que no a los trabajos como asesinos a sueldo (ya se sabe, hay que reinventarse). Doval cifra las riquezas que consiguieron durante sus años de bonanza en «cientos de millones de dólares». Todo ello, para disgusto y frustración de los agentes de la Pinkerton, la misma agencia de cazadores de bandoleros que se enorgullecía de atrapar siempre a su presa. «No sé lo que significa la palabra fracaso. No existe nada en este mundo que pueda influirme cuando sé que estoy haciendo lo debido», solía decir su director. En el caso de James se tuvo que tragar la primera parte ... La brutalidad de los detectives de esta agencia (contratada por el estado) fue la que ayudó a Jesse James a convertirse en un héroe para los mismos sureños a los que todavía les escocía la derrota en la guerra. No hay más que conocer el ataque que protagonizaron los agentes contra la casa de su familia, en el que el hermanastro del bandido falleció y su madre perdió un brazo. También le ayudó la campaña de propaganda y leyenda blanca que algunos diarios como el Kansas City Times organizaron en torno a su persona. En el artículo «Was Jesse James a Southern Robin Hood?», el Abbeville Institute afirma que estos periódicos ayudaron al bandolero a forjarse una imagen de Robin Hood moderno. Todo ello, usando como base las cartas que el propio forajido les mandaba para defender sus acciones. Le fue bien y la sociedad empezó a ver al gobierno como un conspirador.

Quizá fue ese cariño el que le hizo confiarse y orquestar un atraco demasiado arriesgado: el del First National Bank de Northfield en 1876. La verdad es que no fue su mejor idea. El día del robo, el bandido se presentó en la sucursal a pesar de que sabía que los vecinos se habían armado tras haber sido alertados de un posible asalto. Todo salió más que mal. Jesse entró con el revólver por delante y amenazó al encargado. O abría la caja fuerte, o acabaría con un tiro en la sien. Pero aquel día el cajero se sentía valiente y se negó. La amenaza se hizo realidad y el forajido le disparó a la cabeza, pero no contaba con que, tras apretar el gatillo, iba a desatar un torrente de plomo de los ciudadanos que estaban fuera. Solo quedaba salir por piernas de allí. Y no les fue demasiado bien, pues todos los Younger fueron atrapados.

Con la banda virtualmente destruida, Jesse se escondió en Tennessee al abrigo de una identidad falsa. Quietecito habría estado bien, pero ese no era su estilo. Y eso que se había prometido a sí mismo dejar aquella vida para siempre. Al final, acudió poco después a la llamada del dinero fácil y volvió al mundo del bandolerismo con el exitoso asalto a un tren. Aquello le dio alas para descolgar el revólver. Robin Hood regresaba al Bosque de Sherwood. Pero... ¿de quién fiarse? «En 1882 solo le quedaron dos hombres en los que confiar: Charley y Bob Ford, hermanos de la novia de otro de los miembros del clan. Jesse les pidió a ambos que se instalaran en su casa de Saint Joseph para asegurarles a él y a su familia una mínima protección ante lo que pudiera pasar», añade Doval. Eran fiables y viejos conocidos; o eso creía nuestro protagonista.

Allan Pinkerton (25 de agosto de 1819 - 1 de julio de 1884) fue un detective y espía escocés que fundó la Agencia Pinkerton, la primera agencia de detectives. Antes de prestar sus servicios al Ejército de la Unión, desarrolló varias técnicas de investigación aún usadas hoy en día, como el seguimiento o rastreo de sospechosos o la suplantación o creación de personajes para misiones de espionaje. Cuando estalló la Guerra de Secesión o Guerra Civil Americana Pinkerton sirvió como jefe del Servicio de Inteligencia de la Unión (Union Intelligence Service) de 1861 a 1862. Frustró una presunta conspiración de asesinato en Baltimore, Maryland, mientras protegía al presidente Abraham Lincoln. Los agentes de Pinkerton trabajaban a menudo como infiltrados, haciéndose pasar por soldados o simpatizantes Confederados, para conseguir información militar secreta. Pinkerton sirvió personalmente en varias misiones de espionaje bajo el apodo de Comandante E.J. Allen. Fue sustituido como jefe de inteligencia por Lafayette Baker. Ahondamos en su figura y la época en el monográfico dedicado a la segregación. Pásate por Ser humano.

Pero la realidad no tenía nada que ver con sus suposiciones. Los hermanos habían llegado a un acuerdo con el gobernador de Missouri y con el sheriff James Timberlake para entregar a James (vivo o muerto, como diría Hollywood) a cambio de 10.000 dólares. Tal y como explica Nick Vulich en su popular (y documentada) «History bytes», Bob había ofrecido la cabeza del forajido a cambio del dinero y de que le conmutaran una pena de prisión por asesinato. El problema es que no era sencillo cazar a su presa. «Los hermanos Ford jamás tuvieron la certeza de que se les fuera a presentar la oportunidad de asesinar a Jesse James, ya que siempre iba fuertemente armado y era imposible desenfundar un arma sin que él se percatara», desvela el autor en su obra. El 3 de abril empezó la fiesta. Aquel día, después de desayunar y de cepillar a los caballos, Jesse y los Ford se dispusieron a entrar en el cuarto de estar de la casa. Existen varias versiones sobre lo que ocurrió entonces. Vulich y Doval son partidarios de que, tras quejarse por el calor, el bandido se quitó el abrigo y lo apoyó sobre una silla. «Dejaré las armas dentro, no querría que nadie las viera al salir del jardín», afirmó. Fue entonces cuando se desabrochó el cinturón en el que llevaba su Smith and Wesson del calibre 45 y su Colt y se aprestó a subirse a un taburete para enderezar un cuadro que se había torcido. Sus supuestos amigos aprovecharon su oportunidad. Así lo escribió el Evening Bulletin de Maysville, Kansas, poco después: «Robert fue el más rápido de los dos. En un visto y no visto, se hizo con un arma larga cuyo cañón acercó a poco más de un metro de la cabeza de Jesse James [...] La bala penetró la base del cráneo y salió por la frente, un poco por encima del ojo izquierdo».

Jesse James, junto a su asesino.

El disparo alertó a la esposa de James, que se presentó en la sala. «Ha sido un accidente», repitieron ellos como un mantra. Al parecer, su mujer hizo lo posible por cortar la hemorragia, pero fue imposible. Tras escapar del lugar, los hermanos acudieron a una oficina de telégrafos desde la que informaron al sheriff de su muerte. A continuación, se entregaron a las autoridades. Poco después, se confirmó lo sucedido. «El gobernador Crittenden confirma que el cadáver es el de Jesse James y que es fruto de un acuerdo entre las autoridades y Bob Ford», escribió el periódico Watchman and Southron. Su juicio, obligado, fue raudo. En el mismo día les condenaron a la horca y les indultaron. El diario publicó, posteriormente, lo siguiente: «Los hermanos Ford declaran no ver inconveniente en reclamar la recompensa ofrecida por el gobernador Crittenden por capturar a Jesse James. De hecho, recientemente han mantenido varias reuniones en el hotel St. James de Kansas City. El gobernador estaba al tanto de sus planes y los aprobaba. Inmediatamente después de disparar a Jesse James, se entregaron a las autoridades». Pero no cobraron toda la recompensa. El gobernador, aprovechando la exaltación que se produjo en la sociedad tras el suceso, apenas les entregó 500 dólares. La muerte fue para nada. Aunque ellos intentaron sacarle todos los réditos posibles y se dedicaron a representar funciones de teatro en las que, una y otra vez, mostraban cómo habían acabado con Jesse James. «El asesinato causó una gran sensación en todo el país. Los hermanos Ford no solo no ocultaron sus actos, sino que, incluso, alardearon de ellos Tiempo después se marcharon rápidamente del estado. Charley Ford se suicidó en mayo de 1884. Bob fue asesinado en 1892 de un disparo de escopeta en la garganta en el saloon que había abierto en la ciudad de Creede, Colorado», añade Doval.

William H. Boney, alias 'Billy El Niño', (1859-1881) es quizás el más conocido pistolero si hiciesemos una encuesta, y enormemente popular también en su época: en el Este, las "novelitas gráficas" con sus aventuras, ficticias la mayoria, batieron records de difusión y contribuyeron a crear una falaz memoria de quien fue un temible asesino y ladrón, pero pasó por héroe audaz... Desde que mató con 15 años a dos hombres cerca de su casa antes de huir rumbo a la nada, The Kid no cesó de disparar y correr. Robaba al por menor en comercios y pueblos adquiriendo una enorme destreza con el colt cuando fue enrolado por uno de los bandos enfrentados en la Guerra del Condado de Lincoln, una sangrienta pugna entre terratenientes ganaderos y agricultores en Nuevo México que trajo toneladas de plomo y cientos de víctimas. Billy se destacó enseguida como lider natural de una banda al servicio del bando rural y personalmente abatió a más de una decena de hombres, incluido un marshall-sheriff y un Comisario de Territorio en Santa Fe. Espectacular fue su huida de la prision estatal mientras esperaba el ahorcamiento, matando a 6 guardias. Terminada la pugna, el Gobernador indultó a todos los implicados, por lo cual, William tenia la oportunidad de empezar de cero. Contaba 20 años apenas y poseía un aspecto engañosamente inofensivo. Pero había encontrado su vocación: formó un banda con los antiguos compañeros del condado, y bajo su dirección atracaron tantos bancos y asaltaron tantos trenes que ninguna compañia aseguradora de Sudoeste de EEUU quería cubrir a los establecimientos de la zona. Su máximo botín fue de 62.000 dólares, el presupuesto anual de toda Nueva York en esos días. Ante la alarma pública, se enviaron incluso efectivos militares, pero William se movía en los montañas de Arizona como pez en el agua. Nunca nadie reunió tantas órdenes de busca y captura en tan poco tiempo como él. La presión militar fue reduciendo sus actividades y diezmando a los miembros de su banda. William decidió esconderse en Fort Sumter como proxeneta y, estando en compañia de una de sus chicas y desarmado, fue tomado por sorpresa por uno de sus antiguos compañeros que se había hecho ayudante de sheriff, Pat Garret, a quien le fue denegada la recompensa por su turbio pasado.

Harry Alonzo (alias Sundance Kid,1867-1908) y Butch Cassidy (Utah 1866-1908) son los personajes que inspiraron la idílica y nada más alejada de la realidad, pelicula de "Dos Hombres y un Destino". Sundance Kid atracaba por su cuenta y le buscaban por asesinato en medio país cuando se integró en la salvaje banda de psicópatas criminales especializados en asaltar trenes encabezada por Cassidy. Su primera acción conjunta fue la sonada toma del Banco de Montpelier en Carson,donde hicieron rehenes a toda la plantilla,mantuvieron un tiroteo con decenas de agentes de la ley que les rodeaban en una increible balacera donde se gastaron se cuenta 100.000 casquillos,para lograr huir a la noche abriéndose paso a tiros ellos dos solos con un espectacular botín en bonos del tesoro,dejando atrás a 15 o 20 alguaciles muertos además del resto de la banda de Cassidy. Eso les convirtió en amigos fraternales,relación que casi se va al garete cuando se encapricharon de una misma ranchera los dos, Ann Basset (la de la bici de la peli, ésa sí). Superada la rencilla con ayuda de otras féminas, el duo atracó y quemó trenes al por mayor,siendo su éxito supremo el asalto al Tren de las Nóminas de la Union Pacific en Juction (llamado el Tren del Dinero), que les reportó una incalculable cantidad y varias muescas más en sus revólveres al matar a unos 10 empleados de la Compañia que custodiaban las sacas además de a los maquinistas. Se ofreció tal recompensa por ellos que no tuvieron más remedio que huir del país tras quemar casi toda su fortuna en burdeles y casinos de Nueva Orleans. Embarcados como ricos caballeros con identidad falsa, partieron rumbo a Argentina.Allí se encontraron libres,pero pronto arruinados por sus desastrosas dotes para los negocios y sus aficiones... No pudieron resistir viajar por Sudamérica como vulgares salteadores de caminos, hasta que perseguidos por el Ejército Boliviano después de un golpe con muertos, fueron acribillados en una choza de Tupiza, donde resistieron a 100 soldados durante 3 dias. Muchos en EEUU dudaron de su muerte y nació la leyenda de que escaparon vivos y que vivían en el Este ricos y felices.

La historia de Butch Cassidy y Sundance Kid y su aventura en la Patagonia. Los legendarios pistoleros se escaparon hacia Sudamérica. La reconstrucción de este singular capítulo en sus vidas.

David Rudabaugh, alias El Sucio Dave, (Illinois 1854-Chiguagua 1886), terrorífico bandido y asesino profesional que disfrutaba matando y contando el número de sus víctimas, estimadas en un total de 50 o 55 sin contar las no confirmadas... Pronto se unió a una banda y partió al Oeste a asaltar diligencias y ranchos indefensos donde David,para disgusto de sus compañeros,exterminaba a sus habitantes incluso después de obtener el botín por pura diversión. Los propios Bat Masterson y el hipócrita criminal de Wyatt Earp le persiguieron a título particular como cazarrecompensas con cierto éxito,pues mataron a sus compañeros y le apresaron.Sin embargo,logró escapar rompiéndose varios huesos al saltar desde el muro de la prisión en la que aguardaba el patíbulo y la persecución continuó. Se dice que "pactó" con el canalla de Earp alistarse en su facción de mercenarios durante la Guerra de los Ferrocarriles en medio de la anarquía que era el Oeste. Más bien,actuó con su cuenta asesinando y asaltando a rio revuelto sin que lograsen capturarle hasta pasados 4 largos años de andanzas sangrientas.Volvió a fugarse cargándose a dos ayudantes del Sheriff en Las Vegas durante un traslado (también se cargó a los otros presos porque ,al parecer, le molestaban declaró el único superviviente) y se refugió en México. Allí vivió del juego y del robo y contrabando de caballos con los indios. Al fin,tras una discusión en un burdel,mató a dos de los matones del local,pero a la salida le disparó una de las chicas del local por la espalda.Su cabeza fue cortada y exhibida en una pica. Los rumores que le vincularon en vida con Billy el Niño son pura fantasia. Ninguno hubiese soportado que el otro le mandase ...

Samuel Bass (Indiana 1851- Texas 1878), célebre asaltante de trenes con una banda reclutada selectamente entre antiguos militares excombatientes del Sur. Bass, al contrario que los anteriores, sólo mataba en último extremo y en caso de necesidad, nunca por placer, por lo cual se consideraba a sí mismo un profesional. Era atractivo, listo y bromista, motivo que le convirtió en la mayor estrella de las novelitas gráficas del Oeste en Boston y Nueva York, hasta el punto de que en Baltimore le hicieron una estatua de cera para su museo local basada en una fotografia dudosa, la cual un juez ordenó fundir cuando se supo que Bass había matado a varios vigilantes de un tren asaltado en Lubbok. Decidió asaltar con su banda el Expresso de Yuma, un tren blindado que transportaba fondos federales. Sería su gran golpe y el último antes de retirarse a vivir como un pachá. Pero el tren resultó un hueso demasiado duro de roer aunque Bass usó dinamita contra los vagones, en lo que fue una batalla campal. Aparte de todos sus compañeros cayeron treinta vigilantes. Él salió herido y se escondió en la gran ciudad de Amarillo. Allí se enamoró de una prostituta-bailarina de saloon y, cuando unos cuatreros mexicanos violaron a la chica, Bass cogió varios rifles y colts además de un buen surtido de cartuchos de dinamita. El campamento nocturno de los mexicanos, una horda de unos 50, estaba en una hondonada de las afueras. Tranquilamente, Bass, aprovechando la oscuridad, primero lanzó todos los cartuchos explosivos con letal destreza, y , a medida que iban surgiendo los supervivientes de las sombras, los abatía con los rifles. Cuando se quedó sin escopeteria, echó mano a los revólveres. Había soltado a los caballos de los mexicanos, así es que no pudieron huir de aquella especie de Terminator demoniaco. Bass disparó y destrozó hasta hacerse de dia. Los testigos desplazados al dia siguiente mencionan 40 muertos. Fue portada de los periódicos más destacados y la mayor matanza individual conocida del Far West.

Su propio deceso es confuso. Oficialmente, le atraparon unos cazarrecompensas en un garito en medio de la nada en las Rocosas. Logró cargarse a los tres que le intentaron apresar, pero cuando se iba, el tendero o su hijo (no se sabe de cierto) le hirieron gravemente por la espalda y, aunque consiguió ensillar y perderse en la arboleda nevada, nunca se supo de él. Nadie cobró la recompensa.

James Billy Hitchcock, "Bill el Salvaje", (1837-76), audaz, aventurero, adicto a la adrenalina, su temperamento le impedía formar una familia o mantener un trabajo normal.Amante de las armas y pendenciero,se lanzó al Oeste, cometió algunos pequeños atracos sin víctimas y mató a varios tipos jugando a los naipes, a los cuales estaba enganchado. Sin embargo,tipo inteligente, comprendió que, a la larga, los outlaws fallecen jóvenes. Y qué mejor para un pistolero ávido de emociones y dinero que hacerse sheriff. Dodge City, 1866. Gomorra. Una ciudad sin más ley que la del más fuerte, con una justicia inexistente y vergel de antros y anarquía. Era el paraiso de los forajidos. La Junta Ciudadana ofrecía en vano una fortuna a quien aceptase el nombramiento de sheriff, pero nadie estaba tan loco. Hitchcock reclamó el puesto. Enseguida le dieron la placa y fueron a encargar su ataud. Pero él era astuto y tenía planes. Le gustaba Dodge y pensaba convertirla en su paraiso particular. Confiscó una sala de juegos alegando que el dueño era un ladrón (como todos allí) y lo abatió a plena luz del dia. Con los ingresos reclutó a un particular grupo de ayudantes. Forajidos cansados de vagabundear por las llanuras y diestros con la pistola. Les dio un hogar y un buen sueldo por su fidelidad. Limpió la ciudad en un pestañeo. Se hizo dueño de la próspera población.

Acumuló negocios (la gente de bien le adoraba porque había instaurado la paz y la ley) y salones. Rico y famoso, todo el Oeste sabía que Bill era el Rey. Y Dodge crecía y crecía boyante bajo su "orden". De vez en cuando, aparecía un cretino a desafiar a duelo a Bill porque éste proclamaba a los 4 vientos ser el más rápido. Y "El Salvaje" añadía otra muesca más a su colt. Él era la justicia y nadie le pedía cuentas. Pero, un dia, Hardin, se dejó caer a probar la rapidez de Hitckok. Fue una humillación pública: Hardin podía fumarse un puro, tomarse unos tragos, contar hasta cien y desenfundar antes que Bill o cualquiera sacase su revólver ... Hardin se marchó riéndose. No quería matar a Bill, sólo demostrar quién era el más rápido. Hitckok se tornó cruel y desconfiado por si el suceso le hacía perder el respeto de la gente. Un mes después, mientras jugaba al poker, el hermano de un tipo al que había matado en duelo justo, se le acercó por la espalda y le disparó en la nuca. LLevaba 2 reyes, 2 ochos y un diez en la mano .Hasta hoy, en USA, a esa combinación de cartas se la conoce como "la mano del hombre muerto" y trae mala suerte jugarla.

Wyatt Earp, (1848,Los Ángeles 1929) el peor y más peculiar, aunque sólo sea porque murió de viejo dejando tras de sí una falsa leyenda de heroicidad y legalidad inversamente proporcional a la verdad. Fue el protagonista del más célebre duelo de la Historia del Oeste, OK Corral. Kevin Cosner, Kurt Rusell, Rock Hudson, Burt Lancaster y 20 más le han encarnado en el cine y su nombre es mítico. Avaricioso, asesino, mentiroso y vil, su carrera comenzó cuando se convirtió en jefe de su Clan familiar -sus hermanos Morgan y Virgil, y su inseparable colega, el matón dentista tuberculoso Doc Holliday junto a sus esposas y amantes todos en alegre compañia-. Su mujer, una rica emigrante, falleció en raras circunstancias y Earp heredó una cantidad respetable para invertir en sus aventuras. Desde entonces, tomó amantes pasajeras a cual más escandalosa. Emigró al frente de su "familia" al Oeste en busca de fortuna. Metódico y sin escrúpulos, dirigía a los demás: fue comisario y sheriff en varios pueblos enriqueciéndose con chantajes,coacciones y corruptelas. Pero siempre cuidó de que su apellido estuviese inmaculado. Si alguien les denunciaba, lo sobornaban o mataban. Así, su estrafalaria secta siguió deambulando por el Oeste saqueando "honradamente" a las localidades o haciendo de cazarrecompensas si merecía la pena. La gran ocasión se presentó cuando, en un pueblo perdido de Arizona, Tombstone, se halló plata. En un segundo surgió una ciudad demencial sin ley llena de oportunidades, pistoleros, oro, salones y lupanares. Earp y su clan llegaron a luchar por el control comprando locales. El dinero corría a chorros y los Earp competían con otro grupo, el de los Hermanos Clayton y sus primos, unos bestiales mineros sin miedo a nada. Logró situar a sus hermanos como sheriffs provisionales mientras él y Doc permanecían en la sombra regentando y ampliando sus negocios. Pero el enfrentamiento por el poder total era inevitable. Los Clayton amenazaron de muerte a los Earp. Un tormentoso dia de octubre de 1881 tuvo lugar el Duelo de OK Corral, el más célebre de la Historia del Far West, repetido en mil películas aunque sólo fue una sucia matanza. Los Clayton bajaron de su mina al pueblo y se emborracharon en los establos hasta caer redondos. Earp supo que era el momento: o ellos o los otros. Él, Holliday, Virgil y Morgan fueron a buscar a los Clayton que descansaban junto a dos primos suyos.

Hay que resaltar, como quedó claro en el juicio posterior a pesar de la absolución de los Earp, que carecían de autoridad o motivo legal para detener a los Clayton. Fue, pues, un puro homicidio. Pasado el medio dia del 26 de octubre de 1881, en las cercanias del Ok Corral, Holliday y los Earp sorprendieron a sus 5 enemigos. Tras un confuso tiroteo, dos hermanos Clayton y un primo murieron acribillados. Otro primo y el mayor de los Clayton escaparon heridos, pero Earp los persiguió y ejecutó dias más tarde. Virgil quedó minusválido, Morgan y Doc resultaron heridos leves, si bien Morgan fue asesinado misteriosamente al cabo de un mes. Holliday moriría en un hotelucho 3 años después, alcoholizado y tuberculoso. Wyatt vendió sus negocios en Tombstone donde todo el mundo le odiaba, y se largó a California abandonando a las mujeres. Allí vivió en paz como un adinerado caballero justiciero. Sus memorias le reportaron más ingresos. Tombstone se apagó cuando se agotaron las minas, igual que el Far West desaparecía a finales del XIX... El hipócrita Earp resumió todo el Oeste en una sola frase legendaria la mañana del Ok Corral. Doc le preguntó: -¿Qué hacemos,Wyatt?. -Vamos a ir ahí. Y cuando lleguemos, vamos a matar a esos malditos bastardos hijos de perra y enviarlos al puto Infierno. En inglés, en el original, es una frase que Clint Eastwood cita en "Sin Perdón" como guiño-homenaje.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La esencia de las cantinas del western es evidente en Star Wars.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

En los westerns que no están muy bien documentados (no ocurre así en los de John Ford) puede verse a los soldados de caballería usando winchesters. Pero esa imagen está completamente alejada de la realidad. Porque el auténtico rifle de la caballería americana fue esta carabina Sharp de un solo tiro.

Fue usada también por los cazadores de búfalos, quienes demostraron además su eficacia en la lucha contra los indios, al enfrentarse a ellos en la batalla de Adobe Walls. El ejército comenzó a usarla durante la guerra civil (la empleaban ambos bandos), y la mantuvo en servicio durante la mayor parte de las guerras indias. Era un arma de gran precisión pero tenía un terrible defecto: Tras superar la docena de disparos en un corto período de tiempo, existía el riesgo de que se calentase de tal manera que el casquillo de la bala se derretía inutilizándola, y había que extraerlo manualmente con la punta de un cuchillo. Por ese motivo, acabó siendo sustituída por un modelo más avanzado de carabina, la Spencer.

El primer fusil de repetición y con cerrojo que llegó al oeste, y que posteriormente evolucionaría hasta convertirse en el mítico Winchester fue el Rifle Henry. Algunos modelos podían llegar a disparar hasta veintiocho balas seguidas, lo que hizo que se convirtiera en un arma muy popular entre los soldados de la Unión durante la guerra de secesión.

Eran muchos los militares que ahorraban de su paga para comprarse uno, con la esperanza de que este arma casi mágica les ayudaría a sobrevivir a la sangrienta contienda. El Henry causó tanto impacto entre las tropas confederadas, armadas con añejos fusiles de avancarga, que los sudistas se referían a él con la expresión: «ese malldito rifle que los yankis cargan el domingo y con el que disparan durante toda la semana».

La legendaria pistola de los tahúres del Mississippi, la Derringer, un arma de bolsillo que podía camuflarse fácilmente en la manga de una chaqueta. Se trataba de una pistola de pequeño calibre que originalmente solo podía disparar una bala, aunque posteriormente la casa Remington dobló su capacidad de fuego añadiéndole un segundo cañón.

Para que fuera mortalmente efectiva, este arma debía dispararse casi a quemarropa, tal y como hizo John Wilkies Bootth, quien asesinó a Abraham Lincoln disparándole con un derringer en la nuca.

El más célebre de todos los fusiles empleados durante la conquista del oeste. Fue fabricado por el empresario Oliver Winchester, y se trataba de un modelo más evolucionado del rifle Henry. El primer modelo podía disparar solo 15 cartuchos, menos que el Henry, pero estos eran de calibre 44-40, mucho más potente, por lo que su capacidad mortífera se multiplicaba.

¿Recuerdan los dos enormes pistolones que Clint Eastwood blandía como si tal cosa en la magnífica El fuera de la ley (1976) Pues se trataba de dos Colts Dragoon. Casi nada. Este revolver fue fabricado para la caballería de los Estados Unidos y entró en servicio en la guerra contra México, aunque fue durante la guerra de secesión cuando su uso se hizo más general. Era un arma de gran tamaño por lo que era más cómoda dispararla empuñándola con las dos manos para evitar el retroceso. El bandido californiano Joaquín Murrieta lo usaba, y también Wild Bill Hickock en sus primeros años de correrías por el salvaje oeste.

El Colt 45, también llamado The Peacemaker (El Pacificador), fue el revolver más célebre de su tiempo. Con su inconfundible tambor y con una capacidad de seis tiros, fue fabricado para ser usado por el ejército de Estados Unidos, pero este arma rápidamente se extendió por todo el oeste. El hecho de que usara munición del mismo calibre que el Winchester 73, ayudó a popularizar su uso. El modelo de la foto era el más común, aunque hubo otros con el cañón más fino y largo. Ese fue por ejemplo el que utilizó Wyatt Earp. Curiosamente, este comisario raramente disparaba. De hecho solo mató a cuatro hombres a lo largo de su dilatada trayectoria como sheriif y pistolero. Por el contario, prefería poner fuera de combate a sus enemigos acercándose a ellos y golpeándoles con el cañón del arma en la sien. Una táctica que recibía el nombre de «bisontear».

El revolver Schofiled, otra pistola del calibre 45, en este caso fabricada por la casa Smith & Wesson. Su uso fue menos común que el del revolver Colt, pero la Schofield ha pasado a la leyenda por ser el arma que utilizaba el general Custer.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

NUBE DE

ETIQUETAS

LIBRERÍA

RELACIONADA

FILMOGRAFÍA

RELACIONADA

NOVEDADES EDITORIALES