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11 - Septiembre - 2021
>> Stephen Biko

Lunes 12 de septiembre de 1977, prisión de Pretoria, Sudáfrica. Hasta el penal había sido trasladado un preso muy especial, Stephen Biko, líder del Movimiento Conciencia Negra. A principios de ese mismo mes, Biko había sufrido una brutal paliza por parte de la policía de seguridad, en la tristemente conocida sala 619 (un "célebre" centro de torturas situado en el Edificio Sanlam, en Port Elizabeth) al negarse a mantenerse de pie en su celda. Como consecuencia de aquel terrible castigo, Stephen Biko sufrió lesiones muy graves en el cráneo y una imparable hemorragia interna que le acabaría produciendo la muerte. En 1980, Peter Gabriel rindió homenaje al líder antiapartheid titulando con su nombre una canción de su tercer álbum en la que el músico británico canta: "Septiembre del 77. Port Elizabeth, buen clima. Como de costumbre, lo de siempre en la sala policial 619".

Stephen Biko nació el 18 de diciembre de 1946 en Tarkastad. Su familia pertenecía a la tribu xhosa, que se había establecido en ese asentamiento urbano, situado a tres horas de Port Elizabeth. El joven Biko se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Natal, y poco después se unió a la Unión Nacional de Estudiantes de Sudáfrica (NUSAS), un importante movimiento estudiantil en contra del apartheid. Tras militar en esta organización, Biko llegó a una conclusión que definiría su pensamiento desde ese momento: según él, ese tipo de organismos no podían estar dirigidos por personas de raza blanca ya que, a pesar de sus buenas intenciones, nunca podrían experimentar las consecuencias de lo que significa en realidad ser de raza negra, y eso, al final, les llevaría a adoptar una actitud paternalista. Por este motivo, y para evitar el predominio blanco en los movimientos de liberación negros, Biko cofundó la Organización de Estudiantes de Sudáfrica (SASO).

Stephen Biko, sobre el año 1977.

Desde su organización, Biko impulsó y coordinó a otras setenta asociaciones en la que denominó Convención de los Pueblos Negros o Conciencia Negra, que se convertiría a la postre en el motor de las protestas que acabarían desembocando en la masacre de Soweto del año 1976. Aquella manifestación, que tuvo un final tan dramático, pretendía mostrar el rechazo a una ley que imponía la enseñanza en lengua afrikáans, el idioma oficial de la minoría blanca, y exigía una educación en su propio idioma. La feroz represión desatada por la policía se saldó con unos mil muertos, entre los que había quinientos menores, siendo el primero en caer Hector Pietersen, un muchacho de tan solo 13 años. A pesar de que aquel día el levantamiento fue sofocado por las fuerzas del orden, el sentimiento antiapartheid continuaría incrementándose.

Tras los disturbios de Soweto, el gobierno prohibió a Stephen Biko escribir o aparecer en público. Las restricciones a su libertad personal se extendieron también a reuniones con representantes de los medios o con más de una persona a la vez. Biko fue confinado en la ciudad de King William’s Town; la intención de las autoridades era silenciar las posibles declaraciones que pudiera hacer el activista y evitar cualquier tipo de acciones por parte de las asociaciones creadas por él. A pesar de ello, Biko logró trabajar de manera encubierta creando el Fondo Fiduciario Zimele, cuyo objetivo era ayudar a los presos políticos y a sus familias a mediados de la década de 1970.

Fotografía tomada en 1955 de un barrio de chabolas de Sophiatown, Johannesburgo, después del traslado de sus habitantes.

Durante años, Biko fue esquivando las prohibiciones del gobierno para asistir a conferencias, mítines y todo tipo de reuniones. Fue arrestado en multitud de ocasiones, pero siempre pudo salir en libertad. Hasta aquella fatídica noche de verano de 1977. Esa noche, Biko volvía de un mítin en Port Elizabeht cuando fue detenido. Ya había pasado 101 días de confinamiento solitario en 1976, pero aquel arresto sería el último. El 11 de septiembre, tras permanecer cincuenta días detenido (según la legislación sudafricana el arresto podía ser indefinido), Biko cayó en un estado de semiinconsciencia tras la brutal paliza que le propinaron entre otros, los agentes Harold Snyman y Gideon Nieuwoudt en la sala 619 del Edificio Sanlam, un lugar que, desde el exterior, se muestra para cualquiera que pase como un anodino edificio de oficinas junto a la autopista.

A causa de los golpes recibidos, Biko tuvo que ser llevado a un hospital de manera urgente, y a pesar de que en la ciudad había uno se decidió que el preso fuera trasladado a una cárcel medicalizada en Pretoria, a 1.500 kilómetros de distancia. Años mas tarde, tras la caída del régimen del apartheid, en el transcurso de las sesiones organizadas por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, se sabría que Biko "había sufrido una lesión en la cabeza durante un interrogatorio" y que trasladarlo semiinconsciente, desnudo y esposado en la parte trasera de un vehículo había sido un acto de crueldad innecesaria. A pesar de las recomendaciones de no mover al preso, se siguió adelante con el traslado y cuando Biko llegó a Pretoria ya había fallecido. Había muerto el activista y había nacido un mito.

Un grupo de jóvenes en las calles de Soweto en octubre de 1977, un año después de los graves disturbios que costaron la vida a más de mil personas.

La muerte de Stephen Biko conmocionó a Sudáfrica y al mundo entero. Sería Donald Woods, un periodista blanco contrario al apartheid y amigo de Biko, quien haría público el verdadero alcance de la muerte del activista. Nada más conocer su muerte, Woods acompañó a la esposa de Biko, Ntsiki Mashalaba, al depósito de cadáveres. El periodista logró entrar su cámara fotográfica y tomó decenas de fotos del cadáver apaleado de Biko que dejaron en evidencia a un gobierno que siempre negó que este hubiera sido torturado. Tras sufrir en sus propias carnes la represión del gobierno de Sudáfrica, Woods se vio obligado a exiliarse a Londres con su familia, donde pidió asiló político y siguió llevando a cabo una labor de concienciación mundial en contra del apartheid. En el año 1978, el periodista sudafricano escribió la biografía de su amigo activista titulándola simplemente Biko, y en 1987 el cineasta británico Richard Attenborough dirigió una película basada en su historia titulada Cry Freedom.

Si se compara el legado que ha dejado Stephen Biko con el de otros activistas como el caso de Nelson Mandela y Desmond Tutu es relativamente menor. La diferencia es que Biko aún sigue siendo un héroe y un modelo a seguir por las generaciones de activistas en la lucha por la igualdad racial en todo el mundo. Sus palabras: "Si somos libres en el corazón, no habrá cadenas hechas por el hombre con fuerza suficiente para sujetarnos” y su muerte fueron cruciales para impulsar la lucha contra el apartheid en Sudáfrica y lograr un éxito que hasta aquel momento parecía inalcanzable.

Pasate por Ser humano >> Segregación 25.

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