|
25
- Mayo - 2024 |
>>>>
Sudán
|
En el 2013, durante los primeros dos días de combates después del
15 de diciembre, los informes indicaron que 66 soldados habían muerto
en enfrentamientos en Juba, y al menos 800 estaban heridos. Para
el 23 de diciembre, el número de muertos probablemente había superado
las 1000 personas mientras que un trabajador humanitario en el país
estimó que el número de muertos era probablemente de decenas de
miles. El International Crisis Group informó el 9 de enero de 2014
que habían muerto hasta 10.000 personas. En noviembre de 2014, International
Crisis Group estimó que el número de muertos podría oscilar entre
50.000 y 100.000. Un alto oficial del SPLA, Movimiento de Liberación
del Pueblo de Sudán, afirmó en noviembre de 2014 que el número de
soldados del gobierno muertos y heridos superó los 20.000, con 10.659
soldados muertos entre enero y octubre de 2014 y 9.921 heridos graves,
según un informe de Radio Tamazuj.
Para marzo de 2016, después de más de dos años de lucha, algunos
trabajadores humanitarios y funcionarios que no querían hablar oficialmente
dijeron que la cifra real podría llegar a 300.000. Un estudio de
la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres sobre las muertes
hasta abril de 2018 informó que, de manera conservadora, se estima
que unas 383 000 personas murieron como resultado de la guerra,
mientras que la cifra real puede ser considerablemente mayor, con
190 000 muertes directamente atribuidas a la violencia y la mayoría
de las muertes en Jonglei, Unity y Equatoria.
La hambruna afectaba a 100.000 personas en su cuarto
año de guerra.
La hambruna de Sudán del Sur de 2017 fue declarada el 20 de febrero
de 2017 por Sudán del Sur y las Naciones Unidas en parte del estado
de Unidad, advirtiendo que podría propagarse rápidamente por todo
el país. Más de 100 000 personas estaban afectadas tras la guerra
civil y el colapso económico. El Programa Mundial de Alimentos informó
que el 40 % de la población (4,9 millones de personas) necesitaba
con urgencia alimentos. Funcionarios de la ONU dijeron que el presidente
Salva Kiir Mayardit estaba bloqueando la distribución de alimentos
a algunas zonas.
La vida en la capital de Sudán, Jartum, y en muchas otras partes
del país dio un vuelco repentino y dramático en Abril del pasado
año cuando dos fuerzas militares se enfrentaron por el control
de esta nación africana. La situación se volvió tan grave
que el jefe del ejército sudanés informó que los diplomáticos y
ciudadanos de Reino Unido, Estados Unidos, Francia y China serían
evacuados. En el centro del conflicto, dos generales: Abdel Fattah
al Burhan, el líder de las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS), y Mohamed
Hamdan Dagalo, más conocido como Hemedti, el jefe del grupo paramilitar
Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Los dos trabajaron juntos y llevaron a cabo un golpe
de Estado; su batalla por la supremacía.
La relación entre ambos se remonta a mucho tiempo
atrás. Ambos jugaron papeles clave en la contrainsurgencia contra
los rebeldes de Darfur, en la guerra civil en la región occidental
de Sudán que comenzó en 2003. El general Burhan ascendió hasta controlar
el ejército sudanés en Darfur. Hemedti era el comandante de una
de las muchas milicias árabes, conocidas colectivamente como Janjaweed,
que el gobierno empleó para reprimir brutalmente a los grupos rebeldes
de Darfur, en su mayoría no árabes. Majak D'Agoot era el subdirector
de los Servicios Nacionales de Inteligencia y Seguridad en ese momento,
antes de convertirse en viceministro de Defensa en Sudán del Sur,
cuando este se separó en 2011. D´Agoot conoció a Burhan y Hemedti
en Darfur y dice que trabajaban bien juntos. Pero como le explicó
a la BBC, entonces vio pocas señales de que alguno de los dos pudiera
llegar hasta la cima del Estado. Hemedti era simplemente un líder
de la milicia que "desempeñaba un papel de contrainsurgencia, ayudando
a los militares", mientras que Burhan era un soldado de carrera,
aunque "con todas las ambiciones de un oficial del ejército sudanés,
todo era posible". El ejército ha estado dirigiendo Sudán durante
la mayor parte de su historia posterior a la independencia. Las
tácticas del gobierno en Darfur, una vez descritas por el experto
en Sudán Alex de Waal como "contrainsurgencia barata", incluyeron
el uso de tropas regulares, milicias étnicas y fuerza aérea para
luchar contra los rebeldes, con poca o ninguna consideración por
las bajas civiles. Darfur ha sido calificado como el primer genocidio
del siglo XXI, con los Janjaweed acusados de limpieza étnica y de
utilizar las violaciones masivas como arma de guerra. Hemedti finalmente
se convirtió en el comandante de lo que podría describirse como
una rama de las Janjaweed, las FAR.
La milicia Janjaweed fue acusada de limpieza étnica
y violaciones masivas durante el conflicto de Darfur.
El que fuera gobernante militar de Sudán durante décadas,
Omar al Bashir, llegó a depender de Hemedti y las FAR como un contrapeso
de las fuerzas armadas regulares, con la esperanza de que sería
demasiado difícil para un solo grupo armado derrocarlo. Al final,
después de meses de protestas populares, los generales se unieron
para derrocar a Bashir, en abril de 2019. Más tarde ese año, firmaron
un acuerdo con los manifestantes para formar un gobierno dirigido
por civiles supervisado por el Consejo Soberano, un organismo conjunto
civil-militar, con el general Burhan a la cabeza y Hemedti como
su adjunto. El gobierno duró dos años, hasta octubre de 2021, cuando
los militares atacaron y tomaron el poder para sí mismos, con el
general Burhan nuevamente a la cabeza del Estado y Hemedti otra
vez como su adjunto. Siddig Tower Kafi era un miembro civil del
Consejo Soberano, por lo que se reunía regularmente con los dos
generales. Afirma que no vio señales de ningún desacuerdo hasta
después del golpe de 2021. Luego, "el general Burhan comenzó a restaurar
a los islamistas y a los antiguos miembros del régimen en sus antiguos
puestos", le dijo a la BBC. "Era cada vez más claro que el plan
del general Burhan era restaurar el antiguo régimen de Omar al Bashir
en el poder". Siddig señala que fue entonces cuando Hemedti comenzó
a tener dudas, ya que sentía que los camaradas de Bashir nunca habían
confiado plenamente en él.
Mi familia enterró a mi abuela mientras las balas
volaban sobre sus cabezas.
La política sudanesa siempre ha estado dominada por
una élite formada en gran parte por los grupos étnicos establecidos
alrededor de Jartum y el río Nilo. Hemedti proviene de Darfur, y
la élite sudanesa a menudo habla de él y sus soldados en términos
peyorativos, como "pueblerinos" incapaces de gobernar el Estado.
En los últimos dos o tres años, ha tratado de posicionarse como
una figura nacional, e incluso como representante de las periferias
marginadas, tratando de forjar alianzas con grupos rebeldes en Darfur
y Kordofán del Sur, que anteriormente se había encargado de destruir.
También ha hablado regularmente de la necesidad de
democracia a pesar de que en el pasado sus fuerzas han sofocado
brutalmente las protestas civiles. Las tensiones entre el ejército
y las FAR crecieron a medida que se acercaba la fecha límite para
formar un gobierno civil, y estaban centradas en el espinoso tema
de cómo las FAR deberían reintegrarse a las fuerzas armadas regulares.
Y luego comenzó la lucha, enfrentando a las FAR contra las FAS,
Hemedti contra Burhan, por el control del Estado sudanés. Al menos
en un sentido, Hemedti ha seguido los pasos de los altos mandos
de las FAS, a quienes ahora combate: en los últimos años, ha construido
un vasto imperio comercial, que incluye intereses en minas de oro
y muchos otros sectores. Burhan y Hemedti enfrentan pedidos de líderes
civiles y víctimas del conflicto en Darfur y en otros lugares para
que sean juzgados por presuntos abusos. Hay mucho en juego, y hay
muchas razones para que estos antiguos aliados convertidos en enemigos
acérrimos no retrocedan.
"Di a luz y seguí caminando": la madre que escapó
de Sudán tratando de salvar a sus hijos que aún no habían sido asesinados.
Mientras tanto la situación para los ciudadanos es
cada vez más difícil. En Jartum se informó que la principal estación
de bombeo de agua fue atacada. Hinda, un residente local, le dijo
a la BBC que la frecuente escasez de agua ha forzado a su familia
a depender de sus reservas de abri, una bebida de maíz, para saciar
la sed. Explicó que todas las tiendas de su vecindario habían cerrado,
excepto algunas panaderías, e incluso éstas se están quedando sin
harina. Unos días antes de que comenzaran los combates, el ejército
advirtió a los civiles que hicieran acopio de alimentos tras el
despliegue de personal de las FAR en diferentes puntos de la capital.
Pero Heba, otro residente de Jartum, le dijo a la BBC que "solo
unas pocas familias" tomaron en serio el consejo, ya que nadie imaginó
que la situación escalaría de esa forma. Los residentes en la capital
temen que se acaben sus alimentos y debido a que no se ve un final
claro para el conflicto muchos, como Shakir, están consumiendo menos
con la esperanza de que sus suministros les duren más. "Todos estamos
esperando que este conflicto termine pronto porque nuestras reservas
de comida se están acabando", le dijo Shakir a la BBC. "Si queremos
sobrevivir esto, debemos reducir lo que comemos cada día", agregó.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
|
|