Semblanzas ( IV ):
Katharine Wright Haskell:
Katharine Wright Haskell (19 de agosto de 1874
– 3 de marzo de 1929) fue la hermana menor de los pioneros
de la aviación Wilbur y Orville Wright, con quienes trabajó
estrechamente. Dirigió la tienda de bicicletas familiar, ayudó
con las operaciones de vuelo, redacción, comunicaciones e
iteró ideas con sus hermanos, fue maestra de secundaria y
más tarde se convirtió en una celebridad internacional cuando
los tres juntos fueron a Europa a presentar sus innovaciones
aéreas. Los franceses reconocieron sus contribuciones, otorgando
la Legión de Honor francesa a los tres hermanos Wright. Wright
también trabajó para apoyar los esfuerzos por el sufragio
femenino en Ohio.
Mary Blathwayt:
Mary Blathwayt (1 de febrero de 1879 - 25 de
junio de 1961) fue una feminista, sufragista y reformadora
social británica. Vivía en Eagle House en Somerset. Esta casa
se conoció como el "Descanso de las sufragistas" y contenía
un monumento a las protestas de 60 sufragistas y sufragistas.
El monumento fue demolido en la década de 1960.
Mary Blathwayt nació el 1 de febrero de 1879
en Worthing, Sussex, hija del coronel Linley Blathwayt, un
oficial del ejército que había servido en la India y Emily
Blathwayt (de soltera Rose). Al retirarse del servicio activo,
el coronel Blathwayt y su familia se mudaron de la India a
Eagle House, Batheaston, en las afueras de Bath. Su hermano
menor, William, se formó como ingeniero eléctrico y enseñó
inglés en Alemania durante muchos años antes de regresar a
Inglaterra al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Mary,
se quedó en casa y asistió en Bath High School.
Blathwayt en 1909.
Blathwayt y su madre comenzaron a asistir a
las reuniones de la Bath Women's Suffrage Society. En julio
de 1906, Blathwayt dio tres chelines a Women's Social and
Political Union (WSPU). Conoció a Annie Kenney en una reunión
de la WSPU en Bath y acordó ayudar a Kenney, Elsie Howey,
Clara Codd y Mary Phillips a organizar la campaña por el sufragio
femenino en su zona. Su familia le dio un subsidio para apoyarla
en su trabajo por los derechos de la mujer. Muchas mujeres
que apoyaron la causa compraron mercadería que apoyaba a la
WSPU, como porcelana o broches 'de marca'. Conoció a muchas
de las personas clave del movimiento sufragista que fueron
invitadas a quedarse en la casa de sus padres y plantar un
árbol para celebrar una sentencia de prisión. Sin embargo,
cuando Vera Wentworth y Elsie Howey atacaron al Primer Ministro,
esto resultó demasiado para la familia de Mary Blathwayt.
Su madre, Emily, dimitió de la WSPU y su padre, Linley, escribió
cartas de protesta a Christabel Pankhurst, Howey y Wentworth.
A Pankhurst le dijeron que Howey y Wentworth no podrían volver
a visitar su casa. Wentworth les envió una larga respuesta
expresando pesar por su reacción, pero señalando que "si el
Sr. Asquith no recibe la delegación, lo golpearán de nuevo".
Laura Frances Ainsworth:
Laura Frances Ainsworth (1885-1958) fue una
profesora y sufragista británica. Fue empleada por la Unión
Social y Política de Mujeres y fue una de las primeras sufragistas
en ser alimentada a la fuerza. Dejó la WSPU en 1912 en protesta
por la expulsión de los Pethick-Lawrences, pero continuó trabajando
por el sufragio femenino.
Ainsworth nació en Blything en Suffolk en 1885
y se crió en Salisbury. Se convirtió en maestra, pero decidió
en 1909 convertirse en trabajadora a tiempo completo para
la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU) en 1909. Ainsworth
fue reclutado para coordinar las actividades de WSPU en Midlands
con Gladice Keevil. Participó en la protesta del 17 de septiembre
de 1909 cuando Charlotte Marsh, Mary Leigh y Patricia Woodlock
subieron al techo de Bingley Hall en Birmingham. Protestaban
por la exclusión de las mujeres de una reunión política en
la que el primer ministro británico Asquith estaba dando un
discurso. Marsh, Leigh y Woodlock arrojaron tejas que levantaron
con un hacha al automóvil de Asquith y a la policía. Fueron
a juicio y fueron enviados a la prisión de Winson Green, junto
con Hilda Burkitt y cuando llegaron cantaron canciones de
protesta en voz alta y se negaron a usar ropa de prisión alegando
estatus 'político' y no criminal. Ainsworth estaba con Hugh
Franklin en el tren en el que viajaba Churchill cuando lo
desafió por su actitud hacia las sufragistas y provocó una
escena en la que Franklin fue arrestado y él mismo hizo una
huelga de hambre en la cárcel. Trabajó en la tienda Woman's
Press en 1910 y fue organizadora en Kent, luego dejó la Newcastle
WSPU debido a la división del movimiento y trabajó para Votes
for Women con la National Political League. La liga fue fundada
por Mary Adelaide Broadhurst y Margaret Milne Farquharson
y en 1913 Ainsworth sería la secretaria de la NPL.
Herbert Henry Asquith, KG, PC fue Primer Ministro
del Reino Unido por el Partido Liberal, entre 1908 y 1916.
Antes de su acceso a la nobleza, era conocido como H. H. Asquith,
y luego como Lord Oxford.
En protesta por no ser tratada como una prisionera
política, ella, Marsh y Leigh se declararon en huelga de hambre.
Se convirtieron en algunas de las primeras sufragistas en
huelga de hambre en ser alimentadas a la fuerza. Ainsworth
obviamente se opuso a que la alimentaran a la fuerza. Después
de ser liberada, escribió una carta abierta a la primera huelguista
de hambre, Marion Wallace Dunlop , describiendo su experiencia.
Ainsworth describió cómo se sintió cuando fue alimentada a
la fuerza como "una horrible sensación de asfixia y aturdimiento"
y a la extracción del tubo se sintió "como si me estuvieran
sacando por dentro" en Votos para mujeres de octubre de 1909.
La WSPU aprovechó la oportunidad para la publicidad y luego
de un informe médico de daño físico y "nervioso", preparó
un caso infructuoso de agresión contra el secretario del Interior
y las autoridades penitenciarias en su nombre. Ernest Helby
(quien hizo la alimentación forzada) escribió al Ministerio
del Interior después de haber sido amenazado en la calle por
Ainsworth y Patricia Woodlock, le rompieron las ventanas de
su domicilio, pero la policía mantuvo el silencio.
El 2 de abril de 1911 fue la noche del censo
británico cuando el gobierno registró detalles de todas las
personas que vivían en el Reino Unido. La WSPU, como parte
de su campaña de desobediencia civil, había decidido que si
las mujeres "no contaban, entonces no iban a ser contadas".
Ainsworth alquiló una habitación utilizada por una academia
de danza en Jazreel's Hall (la locura religiosa conocida como
Jezreel's Tower en Gillingham). Más de 40 mujeres se reunieron
allí para evitar estar en casa durante el censo. Sin embargo,
se divirtieron tanto que llamaron a la policía y avisaron
a los enumeradores del censo. La declaración del censo dice
"Partido de sufragistas reunido en la Academia de Baile: 40
en el número 1 hombres y 39 mujeres", pero no incluye detalles
de quiénes estaban allí.
Charlotte Marsh se muestra aquí plantando un
árbol en Eagle House presenciado por Annie Kenney , Mary Blathwayt
y Ainsworth
Ainsworth y Marsh fueron invitadas como sufragistas
principales a Eagle House en Batheaston en abril. Esta fue
la casa de Mary Blathwayt y sus padres. Invitaron a importantes
sufragistas a plantar árboles para conmemorar sus logros.
Se hizo una placa para registrar cada evento y el coronel
Linley Blathwayt tomaría fotografías. Se plantó un Cypressus
Lawsoniana Wisselii para registrar el logro de Ainsworth y
el coronel Blathwayt también tomó una fotografía. Ainsworth
recibió una Medalla de Huelga de Hambre 'por valor' por la
WSPU. Ainsworth dejó la WSPU en protesta en 1912 por la expulsión
de los Pethick-Lawrences de la WSPU.
Ainsworth participó activamente en la Sección
de Mujeres de la Legión Británica en la década de 1930. Murió
en Yorkshire en 1958.
Sylvia Pankhurst:
Estelle Sylvia Pankhurst (Mánchester, 5 de mayo
de 1882-Adís Abeba, 27 de septiembre de 1960), más conocida
como Sylvia Pankhurst, fue una activista y una de las principales
dirigentes del movimiento sufragista en el Reino Unido, antiimperialista,
antimilitarista, feminista y socialista con ideas libertarias.
Fue, además, artista plástica, periodista y escritora.
Sylvia Pankhurst nació el 5 de mayo de 1882
en Mánchester, Inglaterra. Hija de Emmeline Pankhurst, fundadora
de la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU), organización
que aglutinó a mujeres de diferentes procedencias en favor
de lograr el derecho al voto para las mujeres, y de Richard
Marsden Pankhurst, jurista de ideas socialistas, republicanas
y laicas, y autor de la Ley de la propiedad de la mujer casada
de 1884. Junto a sus hermanas asistió al Manchester High School
for Girls. Después, en 1900 ganó una beca para estudiar en
el Royal College of Art para seguir su formación como artista.
Aquí comenzó a diseñar insignias, pancartas y folletos para
la WSPU. Más tarde, obtuvo una beca que le permitió estudiar
arte en Italia. En 1912 abandonó su actividad artística para
dedicarse de lleno a la lucha feminista, no sin antes dejar
algunas acuarelas en donde plasmó y denunció las pésimas condiciones
de trabajo de las mujeres en las industrias del norte de Inglaterra
y Escocia. A partir de los 20 años, Pankhurst se retiró de
la vida política activa y se dedicó a escribir. En esta época
inició una larga relación de pareja con el anarquista italiano
Silvio Corio, exiliado en Inglaterra, con el cual tuvo a su
único hijo, Richard Pankhurst, autor especializado en Etiopía
y de varias obras sobre su madre. Falleció en Addis Abeba,
Etiopía, el 27 de septiembre de 1960.
Sylvia Pankhurst en 1909.
Una de las principales dirigentes del movimiento
en favor del voto femenino en Gran Bretaña junto con su madre
Emmeline y su hermana Christabel. En 1903 seis mujeres, entre
las que se encontraban las integrantes de la familia Pankhurst,
fundaron la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU).
A través de esta entidad organizaron en Londres movilizaciones
de hasta 400.000 mujeres. Ante la falta de respuesta por parte
del Gobierno, la SWPU optó por la vía violenta contra algunas
propiedades, nunca contra personas, terminando algunas de
estas manifestaciones con el incendio de iglesias y casas
desocupadas. Por este motivo, Sylvia Pankhurst estuvo en la
cárcel, como muchas de sus compañeras entre los años 1909
y 1914, enfrentándose a los jueces con huelgas de hambre,
sed y sueño y negándose a ser alimentadas por la fuerza. En
1911 Sylvia Pankhurst publicó Historia del movimiento de mujeres
sufragistas en donde su pensamiento propio pacifista y socialista
empezó a despuntar. Para ella el sufragismo era solo uno de
los aspectos de la enorme lucha por la libertad y la justicia
política. Con estos planteamientos empezaron a hacerse evidentes
las diferencias con la Unión Social y Política de las Mujeres
(WSPU) y con su madre y su hermana, Christabel Pankhurst.
Tras sus viajes por Europa y Estados Unidos
en 1911 y 1912, adquirió una mayor autonomía y madurez, iniciando,
poco después, su trabajo político entre las mujeres trabajadoras
del Este de Londres (East End). Conocía bien el ambiente socialista
y de reforma social a través de la militancia de sus padres
en el Independent Labour Party (ILP), germen del futuro Partido
Laborista, fundado en 1906 por el sindicalista Keir Hardie.
Ello la inició en la doble militancia, e intentó formar y
movilizar a las mujeres obreras y, al mismo tiempo, apoyar
la creación de estructuras que diesen solución a problemas
sociales acuciantes, como la crianza de los hijos e hijas,
la insalubridad de la vivienda, etc. Estableció alianzas con
diversas organizaciones políticas y sindicales. Intentó aunar
la lucha sufragista –feminista- con la socialista, creando
en 1913 una federación dependiente de la WSPU, la Federación
sufragista de Londres Este, East London Federation of Suffragettes
(ELFS), que tenía su propia línea y agenda política. De hecho,
admitían a hombres como militantes y aparecían en actos públicos
junto a defensores de luchas obreras o denunciando la represión
del gobierno británico en Irlanda. Era conocida su colaboración
con activistas como John MacLean y James Connolly. Finalmente,
en 1914 fue expulsada de la WSPU debido a sus diferencias
con la organización, que eran de índole política, organizativa,
estratégica y táctica.
James Keir Hardie fue un político y sindicalista
escocés. Fundador del Partido Laborista y su primer líder
entre 1906 y 1908. Hardie nació en Newhouse, en el norte de
Lanarkshire. Empezó a trabajar a la edad de siete años, y
desde los diez trabajó en las minas de carbón del sur de Lanarkshire.
El estallido de la Primera Guerra Mundial,
en 1914, profundizó en sus convicciones internacionalistas
y pacifistas. Al contrario que su progenitora, que llamaba
a las mujeres a movilizarse por el derecho al voto bajo el
lema "Right to serve" ("Derechos para servir"), Sylvia Pankhurst
se mostraba contraria a la guerra. Estuvo en contra de un
Gobierno que enviaba a los trabajadores a luchar contra otros
trabajadores de países en guerra. Alejada ya de la organización
WSPU creó un periódico para mujeres trabajadoras al que llamó
El Acorazado de las Mujeres (en homenaje al acorazado Potemkin
de la Revolución Rusa de 1905). De esta manera, mientras Sylvia
Pankhurst se dedicaba a recorrer los barrios obreros organizando
a las mujeres para que luchasen por sus derechos, las sufragistas
de la WSPU demandaban que se suspendieran sus protestas para
apoyar al país en la guerra. Ella entendía que el feminismo
tenía conexión con el resto de formas de opresión: con la
falta de empleo, la falta de educación, la mala comida, una
pésima sanidad, la vida precaria, la explotación a la que
la clase obrera era sometida y que la lucha feminista debía
hacerse a través del socialismo.
Durante la Gran guerra continuó luchando por
los derechos de las mujeres y de los trabajadores, denunciando
la complicidad intercapitalista entre Estados y las consecuencias
para la población civil más vulnerable. Todo ello lo plasmó
en su obra The Home Front. Pankhurst apoyó los sucesos revolucionarios
de octubre de 1917 en Rusia, comprometiéndose con la defensa
del nuevo gobierno de los Soviets. Puso en marcha campañas
como la de ¡Manos fuera de Rusia! y colaboró en la difusión
de las ideas y políticas bolcheviques en sus escritos y a
través de la Oficina del pueblo de información sobre Rusia.
Animó a los trabajadores y trabajadoras británicas a solidarizarse
con el pueblo ruso. Participó en acciones de protesta como
la protagonizada por los estibadores que se negaron a cargar
el barco Jolly George con armas destinadas a la contrarrevolución
rusa.
En 1918 el voto femenino fue aprobado para las
mujeres mayores de 30 años. Pankhurst protestó contra el carácter
limitado de este sufragio que excluía a las mujeres más jóvenes
y pobres. En 1921 viajó a la URSS, donde pudo debatir con
muchos dirigentes soviéticos, recogiendo sus impresiones en
su obra Soviet Rusia as I Saw It. Pankhurst pasó por diferentes
organizaciones políticas, como la Federación socialista de
trabajadores (WSF), y fue una de las fundadoras del Partido
Comunista de Gran Bretaña (PCGB), apoyó la II República española
en los años 30 y también la causa de la población judía perseguida
por el régimen nazi en Alemania.
La invasión de Etiopía por la Italia fascista
en 1935 despertó un profundo interés en ella por este país,
que la llevó, en 1936, a fundar el periódico New Times & Ethiopia
News, publicación en la que relataba los acontecimientos de
Europa y del norte de África. Su interés por Etiopía creció
hasta tal punto que, después de la Segunda Guerra Mundial,
emigró al país africano, poniendo en marcha diversos proyectos
sociales y desde donde luchó contra la ocupación intaliana.
Allí recaudó fondos para el primer hospital universitario
de Etiopía y se convirtió en amiga y consejera del emperador
etíope Haile Selassie. En 1954 se trasladó definitivamente
a Addis Abeba junto a su hijo y allí fundó la revista Ethiopia
Observer, que informaba mensualmente sobre la vida y el desarrollo
de Etiopía.
En 1955 publica Ethiopia: A Cultural History,
donde plasmó su investigación sobre el arte y la cultura de
ese país. Falleció en 1960, en Addis Abeba. Su legado incluye
la organización de las trabajadoras, el enfrentamiento a la
guerra imperialista, la pasión por la Revolución rusa, la
lucha por la igualdad y por una sociedad libre de toda opresión.
Es la única extranjera enterrada frente a la
Catedral de la Santísima Trinidad en Addis Abeba.
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Durante mucho tiempo el Derby de Epsom fue uno
de los grandes acontecimientos de la alta sociedad inglesa.
Esta histórica carrera de caballos se celebró por primera
vez en 1780 y hacia principios del siglo XX seguía siendo
un gran evento que tenía un fuerte eco en los medios de comunicación.
Fue precisamente por eso que una de las líderes del movimiento
sufragista decidió utilizarlo para darle visibilidad a la
causa. En mitad de la carrera, Emily Davison, quien ya había
sido arrestada en nueve ocasiones y había hecho siete huelgas
de hambre en su lucha por conseguir el voto para las mujeres,
se arrojó delante del caballo del rey Jorge V y, aunque intentó
hacerse con las riendas, el animal terminó arrollándola y
provocándole graves heridas. Pocos días después, murió a causa
de estas en el hospital. Alrededor de 500.000 personas presenciaron
el acto, incluidos el rey y la reina de Inglaterra, y el suceso
apareció en la portada de muchos periódicos. Esta fotografía
muestra el instante preciso en que la mujer cae del caballo
saliendo despedida.
Mary M. Talbot, Kate Charlesworth y Bryan Talbot
construyen una historia apasionante sobre la lealtad, el coraje
y la dignidad de un grupo de mujeres que lograron abrir, en
el ámbito laboral, social y educativo, una serie de puertas
que habían estado siempre cerradas.
Mariapaola Pesce es genovesa, librera por herencia
familiar y después formadora y coach ejecutiva, en la actualidad
se dedica a la escritura y a la formación. Después de Si j’étais
une souris, su primer álbum ilustrado, publicó Filo, il mio
amico immaginario, La collana della nonna, Case nel mondo,
los dos primeros volúmenes de la serie Alice in Austerland,
Fuga da campo sventura e Il grande viaggio di Naoki. En 2020
publicó Ancora, papà e Storie di ragazzi che cambiano il mondo,
escrito junto con Daniele Nicastro y Teo Bendetti. En 2021
publicó Angela Davis (la otra h), junto con Mel Zohar. Actualmente
forma parte de la dirección artística y organizativa del festival
itinerante para jóvenes lectoras y lectores «Zaratan – Una
foresta di storie» y coordina el proyecto de formación y promoción
de la lectura «Omero-Gli scrittori raccontano i libri».
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La Declaración de Seneca Falls, también conocida
como la Declaración de Sentimientos y Resoluciones de Seneca
Falls, es un documento norteamericano resultado de la reunión
celebrada el 19 y 20 de julio de 1848 firmado por sesenta
y ocho mujeres y treinta y dos hombres de diversos movimientos
y asociaciones políticas de talante liberal y próximos a los
círculos abolicionistas, lideradas por Elizabeth Cady Stanton
y Lucretia Mott para estudiar las condiciones y derechos sociales,
civiles y religiosos de la mujer. Fue Elizabeth Cady Stanton
quien se encargó de redactar la declaración de principios
y las resoluciones que finalmente se aprobaron.
En su redacción la hizo adoptar la forma de
la Declaración de Independencia (EE.UU. 1776) con lo que consiguió
cargarla con una poderosa fuerza de convicción y de significado
histórico. La declaración se enfrentó a las restricciones
políticas: no poder votar, ni presentarse a elecciones, ni
ocupar cargos públicos, ni afiliarse a organizaciones políticas
o asistir a reuniones políticas. Iba también contra las restricciones
económicas: la prohibición de tener propiedades, puesto que
los bienes eran transferidos al marido; la prohibición de
dedicarse al comercio, tener negocios propios o abrir cuentas
corrientes y se expresaba en contra de la negación de derechos
civiles o jurídicos para las mujeres.
Consta de doce decisiones e incluye dos grandes
apartados: las exigencias para alcanzar la ciudadanía civil
para las mujeres y los principios que deben modificar la costumbres
y la moral. Once de las decisiones fueron aprobadas por unanimidad
y la número doce, la que hace referencia al voto, por una
pequeña mayoría. Está considerada como el texto fundacional
del feminismo como movimiento social y del sufragismo norteamericano.
Fue una de las expresiones colectivas del feminismo contemporáneo
a diferencia de textos anteriores como la Declaración de los
Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791) de Olimpia de
Gouges o Vindicación de los derechos de la mujer (1792) de
Mary Wollstonecraft.
La Convención de Seneca Falls fue la primera
convención sobre los derechos de la mujer en Estados Unidos,
realizada del 19 de julio al 20 de julio de 1848 en Seneca
Falls (Nueva York). Fue organizada por Lucretia Mott y Elizabeth
Cady Stanton. El resultado fue la publicación de la Declaración
de Seneca Falls (o Declaración de Sentimientos, según las
propias autoras), un documento basado en la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos en el que denunciaban
las restricciones, sobre todo políticas, a las que estaban
sometidas las mujeres: no poder votar, ni presentarse a elecciones,
ni ocupar cargos públicos, ni afiliarse a organizaciones políticas,
ni asistir a reuniones políticas.
La reunión fue convocada “para discutir la
condición y los derechos sociales, civiles y religiosos de
las mujeres” y pretendía formar parte de los movimientos de
reforma social que caracterizaban la dinámica política en
EE. UU. desde la presidencia del demócrata (1829-1837) Andrew
Jackson hasta la Guerra de Secesión.
El texto es considerado el texto fundacional
del movimiento feminista.
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Clara Lemlich:
Clara Lemlich Shavelson (28 de marzo de 1886
- 12 de julio de 1982) fue una líder del Levantamiento de
20.000 , la huelga masiva de trabajadores camiseros en la
industria de la confección de Nueva York en 1909, donde habló
en yiddish y llamó a la acción. Más tarde incluida en la lista
negra de la industria por su trabajo sindical, se convirtió
en miembro del Partido Comunista de EE. UU. Y activista de
los consumidores. En sus últimos años como residente de un
hogar de ancianos, ayudó a organizar el personal.
Clara Lemlich sobre 1910.
Lemlich nació el 28 de marzo de 1886, en la
ciudad ucraniana de Gorodok, en una familia judía. Criada
en un pueblo predominantemente de habla yiddish, la joven
Lemlich aprendió a leer ruso a pesar de las objeciones de
sus padres, cosiendo ojales y escribiendo cartas a vecinos
analfabetos para recaudar dinero para sus libros. Después
de que un vecino la introdujera en la literatura revolucionaria,
Lemlich se convirtió en una socialista comprometida. Emigró
a los Estados Unidos con su familia en 1903, luego de un pogromo
en Kishinev, Lemlich pudo encontrar un trabajo en la industria
de la confección a su llegada a Nueva York. Las condiciones
allí se habían vuelto aún peores desde el cambio de siglo,
ya que la nueva máquina de coser industrial permitió a los
empleadores exigir el doble de producción a sus empleados,
quienes a menudo tenían que suministrar sus propias máquinas
y llevarlas desde y hacia el trabajo.
El pogromo de Kishinev fue un motín antijudío que tuvo
lugar en Kishinev (Moldavia ), entonces la capital de
la gobernación de Besarabia en el Imperio ruso, en 1903.
Más disturbios estallaron en octubre de 1905. En la
primera ola de violencia, que comenzó el día de Pascua,
49 judíos fueron asesinados, varias mujeres judías fueron
violadas y 1.500 casas sufrieron daños. Los judíos estadounidenses
comenzaron con la ayuda financiera organizada a gran
escala y ayudaron en la emigración. El incidente centró
la atención mundial en la persecución de los judíos
en Rusia y llevó a Theodor Herzl a proponer el Plan
de Uganda para el reasentamiento de los judíos.
|
Lemlich, junto con muchos de sus compañeros
de trabajo, se rebelaron contra las largas jornadas, los bajos
salarios, la falta de oportunidades para avanzar y el trato
humillante de los supervisores. Lemlich se involucró en el
Sindicato Internacional de Trabajadores de la Confección de
Mujeres y fue elegida miembro de la junta ejecutiva del Local
25 del ILGWU. Rápidamente se hizo un nombre entre sus compañeros
de trabajo, liderando varias huelgas de fabricantes de camiseros
y desafiando al liderazgo mayoritariamente masculino del sindicato
a organizar a las trabajadoras de la confección. Combinó audacia
con mucho encanto (era conocida por su fina voz para cantar)
y valentía personal (regresó al piquete en 1909 después de
romperse varias costillas cuando los gánsteres contratados
por los empleadores atacaron el piqueteros). Lemlich llamó
la atención del mundo exterior en la reunión masiva celebrada
en Cooper Union el 22 de noviembre de 1909 para reunir apoyo
para los trabajadores de camisero en huelga en Triangle Shirtwaist
Company y Leiserson Company. Durante dos horas, las principales
figuras del movimiento obrero estadounidense y los líderes
socialistas del Lower East Side hablaron en términos generales
sobre la necesidad de solidaridad y preparación. Deseando
un llamado a la acción, no solo palabras, Lemlich exigió la
oportunidad de hablar. Subida a la plataforma, dijo:
He escuchado a todos los oradores y no tengo
más paciencia para hablar. Soy una chica trabajadora, de esas
que golpean contra condiciones intolerables. Estoy cansada
de escuchar generalidades. Para lo que estamos aquí es para
decidir si hacemos huelga o no. Hago una moción para que salgamos
en huelga general.
La multitud respondió con entusiasmo y, después
de tomar una versión modificada del antiguo juramento judío
de fidelidad a Israel - "Si me vuelvo traidor a la causa que
ahora prometo, que esta mano se seque del brazo que ahora
levanto" - votó por una huelga general. . Aproximadamente
20.000 de los 32.000 trabajadores del comercio de camiseros
se retiraron en los dos días siguientes; esto se conocería
como el Levantamiento de los 20.000. Lemlich asumió un papel
de liderazgo en la movilización de trabajadores, hablando
en mítines hasta que perdió la voz. La huelga duró hasta el
10 de febrero de 1910 y produjo contratos sindicales en casi
todas las tiendas, pero no en Triangle Shirtwaist. Triangle
Shirtwaist se convirtió en sinónimo de "fábrica de explotación"
durante el año siguiente. El 25 de marzo de 1911, cerca de
150 trabajadores de la confección murieron como resultado
de un incendio que consumió la fábrica. Los trabajadores murieron
quemados o murieron saltando para escapar de las llamas. Lemlich
buscó en la armería donde habían llevado a los muertos para
buscar a un primo desaparecido; un periodista la describió
como convulsionada por risas histéricas y lágrimas cuando
no lo encontró.
El incendio de la fábrica de confección de camisas
Triangle Waist Co. de Nueva York el 25 de marzo de 1911
fue el desastre industrial con más víctimas mortales
en la historia de la ciudad de Nueva York y el cuarto
en el número de muertes de un siniestro industrial en
la historia de los Estados Unidos. El fuego causó la
muerte de 146 personas: 123 trabajadoras y 23 trabajadores,
dejando otras 70 heridas.
|
Incluida en la lista negra de la industria y
en desacuerdo con el liderazgo conservador del ILGWU, Lemlich
se dedicó a la campaña por el sufragio femenino. Al igual
que sus colegas Rose Schneiderman y Pauline Newman, Lemlich
describió el sufragio femenino como necesario para mejorar
la vida de las mujeres trabajadoras, tanto dentro como fuera
del lugar de trabajo.
Lemlich, como Newman y Schneiderman, también
tenía fuertes diferencias personales y políticas con las mujeres
de clase media y alta que lideraban el movimiento por el sufragio.
Mary Beard despidió a Lemlich, por razones que no están del
todo claras, menos de un año después de contratarla para hacer
campaña por el sufragio en 1911. Lemlich continuó sus actividades
de sufragio, fundando la Wage Earner's Suffrage League, una
alternativa de clase trabajadora a las organizaciones de sufragio
de clase media, junto con Schneiderman, Leonora O'Reilly y
otras dos trabajadoras de la confección. Sin embargo, aunque
la Liga solo admitía mujeres de la clase trabajadora como
miembros, dependía del apoyo de las mujeres que no eran de
la clase trabajadora y, en deferencia a los deseos de sus
partidarios, estaba afiliada a la Asociación Nacional Estadounidense
del Sufragio de la Mujer, la organización en la que se veía
una alternativa, en lugar de con el Comité de Mujeres del
Partido Socialista.
Tras haber organizado una manifestación exitosa
en la Cooper Union en la que Lemlich, Schneiderman, y otras
hablaron, Lemlich continuó con sus actividades de sufragio
para la Women's Trade Union League, mientras que Schneiderman,
que abandonó la WTUL en ese momento, se fue a trabajar para
la ILGWU antes de regresar a la WTUL varios años después.
Otros activistas, como Pauline Newman, trabajaron bajo la
protección del Partido Socialista, que apoyaba el sufragio
aunque muchos en esa dirección lo consideraban una distracción
del asunto más urgente de la lucha de clases.
Lemlich se casó con Joe Shavelson en 1913. La
pareja tuvo tres hijos: Irving Charles Velson , Martha Shavelson
Schaffer y Rita Shavelson Margules. Al mudarse al vecindario
de clase trabajadora del este de Nueva York, y luego a Brighton
Beach, no regresó al trabajo, excepto ocasionalmente a tiempo
parcial, durante los siguientes treinta años. En cambio, se
dedicó a formar una familia y organizar amas de casa. Otros
se habían organizado en esta área antes de Lemlich: las amas
de casa judías en Nueva York habían boicoteado a los carniceros
kosher para protestar por los altos precios en la primera
década del siglo XX y la Unión de Inquilinos de Brooklyn lideró
huelgas de alquiler y luchó contra los desalojos.
El Prospect Park era conocido por las ovejas
que recorrían estos jardines en compañia de sus cuidadores.
Después de unirse al Partido Comunista, que
desdeñaba en gran medida la noción de organización del consumidor,
Lemlich y Kate Gitlow, madre de Benjamin Gitlow, intentaron
organizar una unión de amas de casa que abordaría no solo
los problemas de los consumidores, sino también la vivienda
y la educación. El United Council of Working Class Housewives
también recaudó dinero y organizó ayuda para los huelguistas
en Passaic, Nueva Jersey durante la amarga huelga de 1926.
En 1929, después de que el Partido Comunista creara una Comisión
de Mujeres, Lemlich lanzó el Consejo Unido de Mujeres de la
Clase Trabajadora, que finalmente tuvo casi cincuenta sucursales
en la ciudad de Nueva York, así como afiliadas en Filadelfia,
Seattle, Chicago, Los Ángeles, San Francisco y Detroit.
La organización reclutó entre los miembros del
PC, pero no identificó al Consejo con el PC ni presionó a
los miembros del Consejo que no eran del Partido para que
se unieran al partido también. La UCWCW lideró un boicot generalizado
de carnicerías para protestar por los altos precios de la
carne en 1935. Cerraron más de 4.000 carnicerías en la ciudad
de Nueva York. La huelga se hizo a nivel nacional y la UCWCW
ganó apoyo fuera de las comunidades judías y afroamericanas
a las que se había limitado en Nueva York. La UCWCW se rebautizó
a sí misma como Consejo de Mujeres Progresistas en los años
siguientes como parte de la política del momento. Sin embargo,
el Partido retiró su apoyo a los consejos y suspendió las
publicaciones dirigidas a las mujeres en 1938. Sin embargo,
Lemlich siguió estando activo en la PWC, por su siglas en
inglés, y fue un líder local en ella después de afiliarse
a la Orden Internacional de los Trabajadores en la década
de 1940. Los Consejos organizaron boicots aún más amplios
para protestar por los altos precios en 1948 y 1951, antes
de que las acusaciones de dominio del Partido Comunista lo
destruyeran a principios de la década de 1950.
El estado de Nueva York ordenó la disolución
de los boicots en 1952. Lemlich continuó sus actividades como
parte de la Federación de Clubes de Mujeres Judías Emma Lazarus,
que recaudó fondos para Red Mogen David, protestó contra las
armas nucleares, hizo campaña para la ratificación de la Convención
de las Naciones Unidas sobre el Genocidio y contra la Guerra
de Vietnam, y forjó alianzas. con Sojourners for Truth , una
organización de derechos civiles de mujeres afroamericanas.
También participó activamente en las actividades de los Consejos
de Desempleados y en la fundación del Consejo Emma Lazarus,
que apoyó los derechos de los inquilinos. El Consejo de Emma
Lazarus declaró en 1931 que nadie sería desalojado en Brighton
Beach por no poder pagar el alquiler, y luego lo respaldó
reuniendo partidarios para evitar los desalojos y devolver
los muebles de los inquilinos a sus apartamentos en los casos
en que las autoridades intentaron efectuar el desalojo. Lemlich
siguió siendo un miembro inquebrantable del Partido Comunista,
denunciando el juicio y la ejecución de los Rosenberg.
Ethel y Julius Rosenberg en 1951.
Julius y Ethel Rosenberg eran ciudadanos estadounidenses
que fueron condenados por espiar en nombre de la Unión
Soviética. La pareja fue acusada de proporcionar información
ultrasecreta sobre radares, sonar, motores de propulsión
a reacción y valiosos diseños de armas nucleares; en
ese momento Estados Unidos era el único país del mundo
con armas nucleares. Condenados por espionaje en 1951,
fueron ejecutados por el gobierno federal de los Estados
Unidos en 1953 en la instalación correccional de Sing
Sing en Ossining, Nueva York, convirtiéndose en los
primeros civiles estadounidenses en ser ejecutados por
tales cargos y los primeros en sufrir esa pena durante
tiempos de paz.
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Su pasaporte fue revocado después de un viaje
a la Unión Soviética en 1951. Se retiró del trabajo de la
confección en 1954, luego libró una larga batalla con ILGWU
para obtener una pensión. Después de la muerte de su segundo
esposo, se mudó a California para estar cerca de sus hijos
y suegros en la década de 1960, ingresó al Hogar Judío para
Ancianos en Los Ángeles. Como residente, persuadió a la dirección
para que se uniera a los boicots de la Uva y la lechuga de
los Trabajadores Agrícolas Unidos, y luego instó a los trabajadores
a organizarse.
Flora Murray:
La Dra. Flora Murray, M.D. Orden del Imperio
Británico (8 de mayo de 1869 – 28 de julio de 1923) fue una
doctora en medicina británica, miembro de la "Unión Social
y Política de la Mujer". Flora nació en Murraythwaite, Escocia,
hija de John Murray y Grace Harriet Graham. Asistió a la Escuela
de Medicina para Mujeres en Londres y finalizó sus estudios
en la Univerisad de Durham. Trabajó algunos años en Escocia
antes de regresar a Londres.
En 1905 Murray fue oficial médica en el hospital
para niños de Belgrave, y luego se desempeñó como anestesista
en el Hospital para Mujeres de Chelsea. Se unió a la "Unión
Social y Política de la Mujer" en 1908, desempeñando sus oficios
médicos entre los militantes. Fue oradora, marchó en manifestaciones
y realizó pruebas de primeros auxilios entre los sufragistas,
acompañada de Emmeline Pankhurst y otras huelguistas luego
de su salida de prisión. En 1912 fundó el Hospital de Mujeres
para Niños, en 688 Harrow Road, con la doctora Louisa Garrett
Anderson. Proveía servicios de salud a los niños de escasos
recursos del área, y le dio oportunidad a las doctoras mujeres
de ganar experiencia en pedatría. En la Primera Guerra Mundial
sirvió en Francia con el Cuerpo Hospital de Mujeres. Junto
a su amiga y colega, la Dra. Louisa Garrett Anderson, estableció
hospitales militares para el ejército francés en París y Wimereux.
Sus propósitos al principio fueron denegados por el ejército
británico, pero eventualmente se le permitió continuar con
su labor. Sus restos yacen en la Iglesia de la Santísima Trinidad
junto a los de su colega Louisa Garrett Anderson en Penn,
Buckinghamshire.
Flora Murray, en 1914.
Constance Bulwer-Lytton:
Lady Constance Bulwer-Lytton (12 de enero de
1869 - 2 de mayo de 1923), conocida habitualmente como Constance
Lytton, fue una influyente sufragista activista británica,
escritora, oradora y defensora de la reforma penitenciaria,
el voto femenino y el control de la natalidad. A veces usaba
el nombre de Jane Warton. Aunque nació y creció en la clase
dirigente privilegiada de la sociedad británica, Lytton rechazó
estos antecedentes para unirse a la Unión Social y Política
de las Mujeres (WSPU), el grupo más militante de activistas
sufragistas que hacían campaña por el «Voto para las Mujeres».
Posteriormente fue encarcelada cuatro veces, incluyendo una
vez en la cárcel de Walton en Liverpool, bajo el nombre de
guerra de Jane Warton, donde fue alimentada a la fuerza mientras
estaba en huelga de hambre. Eligió el alias y el disfraz de
Jane Warton, una «fea costurera londinense», para evitar recibir
un trato especial y privilegios debido a sus conexiones familiares:
era hija de un virrey y hermana de un miembro de la Cámara
de los Lores.
Escribió folletos sobre los derechos de la
mujer, artículos en el periódico The Times, y un libro sobre
sus experiencias, Prisons and Prisoners, que se publicó en
1914. Mientras estaba presa en Holloway en marzo de 1909,
Lytton utilizó un trozo de esmalte roto de una horquilla para
tallar la letra "V" en la carne de su pecho, colocada exactamente
sobre el corazón. "V" de Voto para las Mujeres. Lytton permaneció
soltera, porque su madre le negó el permiso para casarse con
un hombre de un «orden social más bajo», mientras que ella
se negó a contemplar la posibilidad de casarse con alguien
más. Su ataque al corazón, derrame cerebral y muerte prematura
a la edad de 54 años se han atribuido en parte al trauma de
su huelga de hambre y a la alimentación forzada por parte
de las autoridades de la prisión.
Lytton fue la tercera de siete hijos de Robert
Bulwer-Lytton, primer conde de Lytton y Edith Villiers. Pasó
algunos de sus primeros años en la India, donde su padre era
el Gobernado general; fue él quien hizo la proclamación de
que la reina Victoria era la «Emperatriz de la India».
En los primeros años en la India, Lytton fue
educada por una serie de institutrices. Aparentemente conoció
a Winston Churchill mientras vivía en la India, donde él era
un rival de su hermano Victor. «La primera vez que ves a Winston
Churchill ves todos sus defectos, y el resto de tu vida te
pasas descubriendo sus virtudes». Aunque continúo su educación
en Inglaterra rodeada de muchos de los grandes nombres artísticos,
políticos y literarios de la época, rechazó el modo de vida
aristocrático. Después de la muerte de su padre, se retiró
para cuidar a su madre, rechazando los intentos de interesarla
en el mundo exterior.
La fase de reclusión de la vida de Lytton comenzó
a cambiar en 1905 cuando se quedó con 1.000 libras esterlinas
en la finca de su tía abuela y madrina, Lady Bloomfield, que
donó al renacimiento de la Danza Morris. Se dice que «su hermano
Neville le sugirió que lo donara al Esperance Club, un pequeño
grupo de canto y baile para las chicas de la clase trabajadora»,
donde parte de su cometido era enseñar a bailar la danza Morris.
El Esperance Club fue fundado por Emmeline Pethick-Lawrence
y Mary Neal en respuesta a las angustiosas condiciones de
las jóvenes en el comercio de vestidos de Londres.
La danza Morris (Morris dance en inglés) es una danza
tradicional inglesa, acompañada por música, que formaba
parte antes de las procesiones y otras fiestas que celebraban
alrededor del mes de mayo. Se basa en un andar rítmico
y en la ejecución de figuras coreografiadas de un grupo
de bailarines. Se implementa con palos, espadas o pañuelos,
aunque también puede ser ejecutada sin estos elementos.
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Entre septiembre de 1908 y octubre de 1909 la
conversión de Constance Lytton a la causa de las sufragistas
militantes fue completa.
En octubre de 1909 Constance Lytton fue arrestada
por segunda vez en Newcastle. Había arrojado una piedra envuelta
en papel con el mensaje «Para Lloyd George - La rebelión contra
la tiranía es la obediencia a Dios - Hechos, no palabras».
Su mensaje era una respuesta a la nueva política del gobierno
de alimentar por la fuerza a las sufragistas encarceladas
que estaban en huelga de hambre.
En enero de 1910, convencida de que los prisioneros
más pobres eran maltratados, Lytton viajó a Liverpool disfrazada
de costurera de clase trabajadora en Londres llamada Jane
Warton. Disfrazada continuó, cuando habló en un evento con
Sarah Baines y Patricia Woodlock y condujo una manifestación
a la casa del gobernador de la prisión exigiendo que la «mancha»
de la alimentación forzada fuera eliminada de Liverpool. Fue
arrestada después de un incidente en el que se arrojaron piedras
a un coche de un diputado, encarcelada en la cárcel de Walton
durante 14 días a «trabajos forzados» y alimentada a la fuerza
8 veces. Después de su liberación, aunque desesperadamente
débil, escribió relatos de su experiencia para The Times y
Votes for Women (la revista mensual de la WSPU, lanzada en
1907). Continuó dando conferencias sobre su experiencia en
las condiciones que soportaban las prisioneras sufragistas.
Se cree que sus discursos y cartas ayudaron a terminar con
la práctica de la alimentación forzada. Lytton escribió sobre
el episodio de «Jane Warton» en Prisons and Prisoners.
Mausoleo familiar en Knebworth, lugar de reposo
de Constance.
Marion Wallace Dunlop:
Marion Wallace Dunlop (22 de diciembre de 1864-12
de septiembre de 1942) fue una de las primeras y más conocidas
sufragistas británicas en hacer huelga de hambre, el 5 de
julio de 1909, después de ser arrestada en julio de 1909 por
ser activista a favor del voto de las mujeres.
Dunlop Nació en Leys Castle, Inverness, Escocia,
el 22 de diciembre de 1864, hija de Robert Henry Wallace Dunlop
y su segunda mujer, Lucy Wallace Dunlop (1836–1914). Posteriormente
se mudó a Inglaterra y estudió en el Slade School of Fine
Art. En 1899 ilustró en estilo art nouveau dos libros, Fairies,
elves and Flower Babies y The magic fruit garden. También
exhibió en la Real Academia en 1903, 1095 y 1906.
Dunlop fue muy activa en la Unión Social y Política
de las Mujeres (WSPU), de hecho fue arrestada dos veces en
1908. La primera vez por "obstrucción" y la segunda por liderar
una marcha de mujeres. En 1909 fue arrestada una tercera vez,
en este caso por pintar en la pared de la Cámara de los comunes
parte de la Declaración de Derechos Británica (Bill of rights),
que decía: " Es derecho de los súbditos hacer una petición
al rey, y toda reclusión y persecución por tal petición es
ilegal" Marion ayudó a planificar muchas de las manifestaciones
de la WSPU por el derecho al voto de las mujeres, incluyendo
la del 17 de junio de 1911.
Nunca hubo ninguna sugerencia o recomendación
por parte de otras personas a Marion, para que comenzara la
huelga de hambre. Todas las informaciones sugieren que fue
su propia idea. Sin embargo, poco tiempo después, la huelga
de hambre se convirtió en el estandarte de la lucha sufragista.
Christabel Pankhurst posteriormente declaró: " Wallace Dunlop,
sin ser aconsejada por nadie y actuando enteramente bajo su
propia iniciativa, nada más entrar en la cárcel de Holloway,
mandó al secretario de estado, Gladstone, una solicitud para
ser considerada como presa de primera división por un cargo
de delito político. Anunció que no iba a ingerir ningún alimento
hasta que esta exigencia fuera concedida" Pethick-Lawrence
destacó que Wallace-Dunlop había encontrado "una nueva forma
de exigir la consideración de presas políticas, y tuvo la
habilidad y energía de enfrentarse a las dificultades a las
que se enfrenta una verdadera sufragista".
Marion soportó 91 horas de ayuno hasta que fue
liberada por su estado de salud. La huelga de hambre fue su
idea y después del éxito obtenido se convirtió en política
oficial de la WSPU. En respuesta a esto, en septiembre de
1909, el Gobierno británico introdujo la alimentación forzada
de las prisioneras.
Wallace-Dunlop fue portadora del féretro de
Emmeline Pankhurst cuando murió en 1928. A partir de entonces
se hizo cargo de Mary, la hija adoptiva de Emmeline.Murió
el 12 de septiembre de 1942 en Monte Alvernia Nursing Home,
Guildford.
Hermila Galindo Acosta:
Hermila Galindo Acosta, más conocida como Hermila
Galindo de Topete (Ciudad Lerdo, Durango, México, 2 de junio
de 1886 - Ciudad de México, 18 de agosto de 1954), fue una
maestra, revolucionaria, feminista, política mexicana, oradora,
periodista y fundadora de la revista La Mujer Moderna y autora
del libro La Doctrina Carranza y el acercamiento indolatino.
Fue bautizada como hija natural. En el acta,
aparece registrada como María Hermila Acosta. Se dice que
la madre de Hermila Acosta falleció durante sus primeros días
de nacida. Hizo unos años de primaria en su ciudad natal y
otros en Chihuahua. Cursó una carrera corta en la Escuela
Industrial de Señoritas, en Chihuahua, en la que estudió telegrafía,
inglés, teneduría de libros, taquigrafía, mecanografía y español.
En el reportaje “Ocho periodistas mexicanas”, publicado el
15 de octubre de 1954 en el periódico El Universal, Daniel
Muñoz escribe que el padre de Hermila, al ver la inteligencia
de su hija y su aplicación escolar, pensó en enviarla a Estados
Unidos a estudiar Química pero no lo pudo hacer porque él
falleció.
Al quedar huérfana de padre en 1902, a sus 16
años, Hermila comenzó a trabajar como profesora de taquigrafía
en diversas escuelas de Torreón, Coahuila. En 1909, cuando
tenía 23 años, Hermila comenzó a simpatizar con el reyismo
y posteriormente, con el maderismo y su postura antirreeleccionista.
Es probable que su primer acercamiento a estas corrientes
haya sido como taquígrafa del abogado antiporfirista Francisco
Martínez Ortiz, dirigente del semanario 'El Nuevo Mundo. En
1911, se trasladó a vivir a la Ciudad de México, en donde
fue secretaria del general Eduardo Hay. Tras el derrocamiento
de Francisco I. Madero, ocurrido en la Decena Trágica, Hermila
se quedó sin un trabajo permanente; impartía cursos de taquigrafía
en la escuela Miguel Lerdo de Tejada, de la Ciudad de México.
Es probable que durante ese tiempo mantuviera contacto o perteneciera
a clubes revolucionarios, porque en 1914 fue elegida por el
club Abraham González para que formara parte del comité de
bienvenida al Ejército Constitucionalista.
De esta forma, conoció a Venustiano Carranza,
quien la invitó a colaborar como su secretaria particular.
A partir de entonces, trabajó y promovió la política carrancista.
En 1915, fundó y dirigió el semanario literario y político
Mujer Moderna. A través de esta publicación, promovió la educación
laica, la educación sexual, así como la igualdad de la mujer
y los hombres. En 1916, envió una ponencia al Primer Congreso
Feminista de Yucatán, "La mujer en el porvenir", que causó
revuelo entre las mismas feministas. En ella, expuso sus ideas
sobre el feminismo: explicaba la necesidad de igualdad entre
mujeres y hombres, incluyendo sus derechos sexuales y políticos.
Solicitó la necesidad de implementar un plan de educación
sexual, y señaló a la religión como la principal responsable
de la ignorancia de la población al respecto de este tema,
por tratarlo como un tabú. Impartió conferencias sobre feminismo
en diversos lugares del país, en los que fundaba clubes feministas:
Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán. Viajó a La Habana para
dar a conocer la postura política de Venustiano Carranza y
para protestar en contra de la política intervencionista de
Estados Unidos en México.
Defendió la igualdad de la mujer y su
derecho a voto, promoviendo la inclusión de éste en
los artículos 34.° y 35.° de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. Sin embargo,
el Congreso Constituyente decidió no incluir el voto
femenino en la nueva carta magna, bajo el argumento
siguiente:
El hecho de que algunas mujeres excepcionalmente
tengan las condiciones necesarias para ejercer satisfactoriamente
los derechos políticos no funda la conclusión de que
éstos deben concederse a las mujeres como clase [...]
la actividad de la mujer no ha salido del círculo del
hogar doméstico, ni sus intereses se han desvinculado
de los de los miembros masculinos de la familia; no
ha llegado entre nosotros a romperse la unidad de la
familia, como llega a suceder con el avance de la civilización;
las mujeres no sienten pues, la necesidad de participar
en los asuntos públicos, como lo demuestra la falta
de todo movimiento colectivo en ese sentido.
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La modificación al artículo fue dada a conocer
el 17 de octubre de 1953. El voto de las mujeres fue resultado
de la tarea realizada no solo por Hermila Galindo, sino de
Elvia Carrillo Puerto, Adelina Zendejas, Adela Formoso de
Obregón Santacilia, María Lavalle Urbina y Amalia González
Caballero de Castillo Ledón, entre otras. En 1919, Hermila
publicó La Doctrina Carranza y el acercamiento indolatino,
libro en el que dedica un apartado a La mujer latinoamericana,
en el que menciona que ha contribuido con la Doctrina Carranza
efectuando “una constante labor de dignificación y de liberamiento
de la mujer” y pugnando porque las mujeres ocupen el “lugar
que en justicia le corresponde en el concierto social”.
También en este documento alude a características
con las que supuestamente la naturaleza dota a las mujeres,
como la bondad, ternura y amor, entre otras. Para Hermila
Galindo, la mujer mexicana tenía que lograr tres emancipaciones:
la del clero, la de los prejuicios de la sociedad existente
y la del hombre. Ser promotora del carrancismo, tener vínculos
con la élite política, ser directora de una revista y conferencista
nacional e internacional fueron plataformas que Hermila Galindo
utilizó para difundir su propuesta política que se nutrió
de demandas sufragistas y feministas de las mujeres de su
época, entre ellas, demandas por la libertad, el derecho a
la educación y la igualdad laboral, sexual, civil y familiar.
En el discurso de Galindo son recurrentes los argumentos que
insisten en que las mujeres deben participar en la esfera
pública por su experiencia en la esfera privada; argumentos
que en ocasiones parecen estratégicos para posicionar las
demandas de las mujeres sin transgredir del todo el orden
social del género vigente en esa época.
Hermila Galindo murió en la Ciudad de México
el 18 de agosto de 1954, víctima de un infarto agudo de miocardio.
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El Movimiento Pro-Emancipación de las Mujeres de Chile
(MEMCH) es una organización no gubernamental que busca
contribuir a la igualdad de derechos de las mujeres
en la sociedad, al fortalecimiento y articulación del
movimiento de las mujeres chilenas y a impulsar el ejercicio
de su ciudadanía. El MEMCH ha estado presente en las
distintas etapas de la historia de la lucha de las mujeres
chilenas por alcanzar sus derechos para ser igualitarios
al del hombre.
En su declaración de principios se definen como una
organización de carácter nacional y multiclasista, esto
debido a que, además de agrupar en su seno a mujeres
de todas las tendencias ideológicas, y de todos los
credos religiosos, también acogió a profesionales, empleadas
domésticas y a las dueñas casa con la sola condición
de estar dispuestas a luchar por la liberación social,
económica y jurídica de la mujer.
Elena Caffarena, una de las fundadoras.
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Matilde Huici Navaz (Pamplona, 3 de agosto de
1890 – Santiago de Chile, 13 de abril de 1965) fue una maestra,
abogada, pedagoga y sufragista española. Además de colaborar
con María de Maeztu en la organización de la Residencia de
Señoritas y el Lyceum Club Femenino, fue cofundadora de la
Asociación Española de Mujeres Universitarias (con Victoria
Kent y Clara Campoamor en 1928) y delegada de España en la
Comisión Consultiva de Cuestiones Sociales y Humanitarias
de la Sociedad de Naciones.
Exiliada en Chile desde 1940, donde tras montar
en 1944 la Escuela Educadora de Párvulos de la Universidad
de Chile y desarrollar una intensa actividad pedagógica, falleció
a los 74 años de edad.
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Louisa Garrett Anderson:
Louisa Garrett Anderson, Orden del Imperio Británico
(28 de julio de 1873-15 de noviembre de 1943) fue una doctora
en medicina y suffragette, miembro de la Unión Social y Política
de las Mujeres (WSPU), una organización fundada en el Reino
Unido en 1903 por Emmeline Pankhurst. Fue hija de Elizabeth
Garrett Anderson, reconocida pionera médica. Su tía, Millicent
Fawcett fue una sufragista británica. Anderson fue jefe de
cirugía del Cuerpo Hospital de Mujeres (WHC) y miembro de
la Sociedad Real de Medicina.
Fue una de las tres hijas de James George Skelton
Anderson, de la Compañía de Navegación Peninsular y Oriental,
y Elizabeth Garrett Anderson, la primera mujer inglesa calificada
como doctora en medicina, y cofundadora de la Escuela de Medicina
para Mujeres de Londres. Asistió a la escuela St Leonards
en St. Andrews, y a la Escuela de Medicina para Mujeres del
hospital Royal Free, donde se desempeñó en medicina.
En 1912, fue condenada a seis semanas de trabajos
forzados, más tarde reducidos a cuatro semanas, por romper
una ventana con un ladrillo. Escribió muchos artículos médicos
y la biografía de su madre en 1939.
En la Primera Guerra Mundial sirvió en Francia
con el Cuerpo Hospital de Mujeres creada por ella y su amiga
y colega, la también doctora Flora Murray. Juntas, establecieron
dos hospitales militares para el ejército francés en París
y Wimereux. Sus propósitos al principio fueron denegados por
el ejército británico, pero a comienzos de 1915, el War Officeles
ofreció unas instalaciones en el centro de Londres para establecer
allí un hospital y continuar con su labor.
Victoria Kent:
Victoria Kent Siano (Málaga, 6 de marzo de 1891-Nueva
York, 26 de septiembre de 1987) fue una abogada y política
republicana española. Fue la primera mujer en colegiarse el
Colegio de Abogados de Madrid, en 1925, y la segunda española,
tras Ascensión Chirivella Marín (que se colegió en Valencia
en 1922), durante la dictadura de Primo de Rivera, y la primera
mujer del mundo que ejerció como abogada ante un tribunal
militar.
Nacida en Málaga, vivió allí hasta 1917, criada
por su padre, José Kent Román (comerciante de tejidos), y
su madre, María Siano González, que ejercía como ama de casa.
Sus padres, de talante liberal y mentalidad más abierta de
lo habitual, le permitieron estudiar Magisterio en Málaga
y matricularse luego en Derecho en la Universidad Central
de Madrid. En cuanto a su fecha de nacimiento, aún a día de
hoy se duda de la exactitud de la misma. La más barajada es
el 6 de marzo de 1891, pero no se puede asegurar puesto que
la misma Kent cambió dicha fecha por la de 1897 y 1882 en
documentos variados fechados desde su llegada a Madrid. Incluso
se la sitúa en 1898. Entre las razones de ello se aducen «exigencias
de tipo académico» o incluso «coquetería».
En 1906 ingresó en la escuela de magisterio
de Málaga donde ya dos profesoras feministas le influyen:
Suceso Luengo y Teresa Aspiazu. En 1917 marchó a la capital
para estudiar Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros,
donde fue bien recibida gracias al apoyo de su madre y los
contactos de su padre. Se instaló en la Residencia de Señoritas
de Madrid, dirigida en ese entonces por María de Maeztu, mujer
cuya personalidad influyó notablemente en Victoria. En 1920
ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad Central,
cursando la carrera como alumna no oficial y recibiendo clases
de profesores como Jiménez de Asúa o Felipe Sánchez-Román.
Se licenciará en junio de 1924 y se colegia en enero del siguiente
año, realizando sus primeras intervenciones como abogada defensora
ante los tribunales. Ya en 1931 se haría un nombre al defender
ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina a Álvaro de Albornoz,
miembro del Comité Revolucionario Republicano. Se había visto
detenido y procesado -junto a muchos de los que más tarde
formarían el Gobierno provisional de la República- debido
al fracaso de la Sublevación de Jaca, sucedido en diciembre
de 1930. Así, sería la primera mujer en intervenir ante un
tribunal de guerra logrando, además, la libertad del detenido.
Sería elegida en 1931 miembro de la Real Academia de Jurisprudencia
y Legislación y, en 1933, de la Asociación Internacional de
Leyes Penales de Ginebra. Además de dedicarse a la abogacía,
abrirá un bufete de abogados especializado en Derecho Laboral
-siendo la primera mujer en España en lograr esto-, situado
en la calle Marqués del Riscal nº 5. También ejercerá como
asesora jurídica del Sindicato Nacional Ferroviario y de la
Confederación nacional de Pósitos Marítimos, llegando a presidir
en 1927 el primer Congreso de Cooperativas en España.
Al poco de su llegada a Madrid se afiliará a
la Asociación Nacional de Mujeres Españolas y la Juventud
Universitaria Femenina, dirigida por María Espinosa de los
Monteros; representando a dicha entidad en un congreso en
Praga en 1921. Afiliada al Partido Republicano Radical Socialista
(PRRS), fue elegida en 1931 diputada de la conjunción republicano-socialista
de las Cortes republicanas constituyentes por Madrid (provincia)
con 65.254 votos. En las elecciones del 16 de febrero de 1936,
Victoria Kent fue elegida diputada por Jaén, en las listas
de Izquierda Republicana (IR), que formaba parte del Frente
Popular. Llegaría a presidir el comité del Distrito centro
de Madrid y a fundar la rama femenina de la organización:
el Ateneo Femenino Radical-Socialista. Sería además vicepresidenta
desde 1926 del Lyceum Club Femenino, recientemente fundado,
e impulsora junto con Clara Campoamor y Matilde Huici, mujeres
que compartían sus ideales feministas, del Instituto Internacional
de Uniones Intelectuales.
La prensa aprovechó para lanzar sus más afiladas ironías.
En el Congreso de los Diputados solo dos mujeres ocupaban
un escaño en octubre de 1931, pero no estaban de acuerdo
en el debate crucial sobre la implantación del voto
femenino. Si esta discrepancia se producía con tan pocas,
¿cómo iba a ser posible que todas se pusieran de acuerdo?
Una, Victoria Kent (1898-1987), del Partido Radical-Socialista,
abogaba por aplazar el cambio. Creía que no era el momento
oportuno y declaró en el hemiciclo que renunciaba, por
el momento, a su ideal. ¿A qué se debía esta paradoja
por parte de una luchadora feminista? La misma persona
que lamentaba el escaso protagonismo de las mujeres
en la vida pública, la misma política que deploraba
el machismo de la cultura imperante, se negaba a la
concesión a sus congéneres de un derecho fundamental.
En esos momentos, la Cámara discutía lo que iba a ser
el artículo 36 de la Constitución, por el que se reconocería
el sufragio a las españolas. Para Kent, esa medida iba
a provocar un desastre. Porque, en su opinión, las mujeres
se hallaban bajo el dominio del clero.
Poco tiene que ver esta enorme construcción,
que triplica el tamaño original, con los 12.400
metros cuadrados que se inauguraron el 31 de octubre
de 1850, bajo el reinado de Isabel II, y que dilató
su construcción entre 1843 y 1850, bajo las directrices
del arquitecto de Narciso Pascual y Colomer.
Es decir, que votarían en masa a las fuerzas conservadoras,
de forma que sería imposible desarrollar las reformas
progresistas que necesitaba el país. Había que esperar
a que la República estuviera consolidada para que apreciaran
y abrazaran sus beneficios. En ese momento, facilitar
su acceso a las urnas era prematuro, porque su conciencia
no era libre. Estaba secuestrada por los padres, los
maridos o los sacerdotes.
La de Kent no fue una postura aislada. Otras importantes
mujeres de izquierdas, como Margarita Nelken o Hildegart
Rodríguez, se manifestaron en similares términos. Sin
embargo, Clara Campoamor, diputada por el Partido Republicano
Radical, expuso la opinión contraria. Según Campoamor,
no se podía decir a las mujeres que se les concedería
el voto cuando fueran republicanas, porque ellas habían
luchado igual que los hombres para hacer realidad la
República.
Puesto que sufrían las consecuencias de las leyes y
pagaban impuestos, no era justo que se las dejara en
un estado de subordinación. Clara Campoamor era la líder
más representativa de un incipiente movimiento sufragista,
con dos décadas ya de historia, aunque sin la influencia
que había llegado a alcanzar en los países anglosajones.
El Congreso, finalmente, convirtió a las mujeres en
electoras por 161 votos a favor y 121 en contra. Victoria
Kent, derrotada, intentó una maniobra para desactivar
parcialmente la reforma. Sugirió que las mujeres solo
pudieran votar en unas elecciones generales tras haberlo
hecho en dos comicios municipales consecutivos.
Referéndum autonómico del 5 de noviembre de 1933 en
Éibar, primera vez que la mujer puede votar; en el resto
de España lo hicieron en las generales del 19 de noviembre
de 1933.
Miguel Ángel Villena, su biógrafo, señala que si esta
enmienda hubiera prosperado, las mujeres aún habrían
tenido que aguardar cerca de un decenio para optar a
elegir al presidente del Estado. La victoria electoral
de la conservadora CEDA, en 1933, pareció dar la razón
a los peores presagios. Las mujeres habían sido, supuestamente,
las artífices del triunfo de la derecha. Este es un
tópico que llega hasta nuestros días, sin desaparecer
del todo. En realidad, no existió ningún sesgo de género
en las elecciones. Apenas tres años después, también
con voto femenino, fue la izquierda del Frente Popular
la que venció. La historiadora Mercedes Vilanova señaló
hace tiempo que la orientación del sufragio dependió
de la clase social, sin que se apreciaran diferencias
entre mujeres y hombres.
Transcurrido medio siglo, ya durante la democracia,
Victoria Kent intentó justificar su postura. En una
entrevista afirmó que sus ideas de los años treinta
sobre el tema no eran tan cerradas como parecían desde
el presente. Dijo también que, en el momento de sus
declaraciones, las circunstancias eran por completo
distintas: “Hoy la situación ha cambiado radicalmente,
y la mujer se merece el voto porque ha luchado y está
capacitada para él”.
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Durante la II República fue nombrada por el
gobierno provisional presidido por Alcalá-Zamora, Directora
General de Prisiones en abril de 1931. Ocuparía este puesto
durante poco más de un año, con el objetivo de lograr la rehabilitación
de los presos, tras constatar la miseria y el abandono de
las prisiones españolas. Desde este cargo introdujo reformas
con la intención de humanizar el sistema penitenciario, siguiendo
la labor ya emprendida por Concepción Arenal en el siglo XIX.
Dimitió el 4 de junio de 1932 (haciéndose efectiva con su
publicación en la Gaceta de Madrid el 8 de junio) tras una
campaña de prensa en su contra a raíz de las huelgas de hambre
protagonizadas en Pamplona y Vitoria por detenidos políticos
y la sucesión de fugas de presos por «negligencia del personal
de Prisiones», especialmente significativa la de algunas decenas
de presos de la prisión del Puerto de Santa María.
Sin embargo, logró llevar a cabo algunas reformas,
como son: la mejora de la alimentación de los reclusos, la
libertad de culto en las prisiones, la ampliación de los permisos
por razones familiares, la creación de un cuerpo femenino
de funcionarias de prisiones y retirada de grilletes y cadenas
(con cuyo metal mandó modelar una estatua en honor a Concepción
Arenal). Entre otras cosas, cerró 114 centros penitenciarios,
mandó construir la Cárcel de Mujeres de Ventas, en Madrid
-sin celdas de castigo-, y el Instituto de Estudios Penales,
dirigido por Jiménez de Asúa, que había sido uno de sus profesores
en la Facultad de Derecho. Sus medidas al frente de la Dirección
General de Prisiones le dieron una gran popularidad, llegando
su nombre a aparecer en un conocidísimo chotis, «El Pichi»,
parte de una revista frívola Las leandras, del compositor
Francisco Alonso, estrenada en Madrid el año 1931 y cantada
por la popular Celia Gámez.
Entrevista a Victoria Kent realizada en 1979 por Joaquín
Soler Serrano para TVE en el programa A fondo:
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Uno de los momentos más distinguidos y controvertidos
en la vida y obra de Victoria será su oposición al sufragio
femenino ante las Cortes españolas en 1931, cuando se enfrentaría
a otra feminista, Clara Campoamor, en una batalla dialéctica
y trascendental sobre una cuestión que repercutiría enormemente
en los derechos de las mujeres. Su opinión era que la mujer
española carecía en aquel momento de la suficiente preparación
social y política y que, debido a la influencia de la Iglesia,
su voto sería conservador y perjudicaría a la República. La
opinión de su oponente era, en cambio, que pese al resultado
de las urnas, toda mujer debería tener el derecho de votar,
pues defendía la igualdad de todos los seres humanos. El debate
fue seguido por los medios de comunicación, que espolearon
burlas y comentarios como: "dos mujeres solamente en la Cámara,
y ni por casualidad están de acuerdo", o "¿qué ocurrirá cuando
sean 50 las que actúen?". De hecho, la prensa las apodó irónicamente
La Clara y la Yema. Tras su intervención Victoria perdería
su popularidad, no saliendo elegida como diputada en las elecciones
de 1933. Finalmente, el debate lo ganaría Campoamor, logrando
que en las siguientes elecciones, en 1933, votasen las mujeres
por sufragio universal. La derecha se presentó unida, al contrario
que la izquierda, y ganó. Posteriormente la izquierda culpó
a las mujeres y, en especial, a Clara Campoamor, por esa victoria.
Estas fueron algunas de las ideas que presentaría
en el debate con Clara Campoamor el 1 de octubre de 1931 sobre
el derecho de voto de las mujeres:
"Creo que no es el momento de otorgar el voto
a la mujer española. Lo dice una mujer que, en el momento
crítico de decirlo, renuncia a un ideal. Quiero significar
a la Cámara que el hecho de que dos mujeres se encuentren
aquí reunidas opinen de manera diferente, no significa absolutamente
nada, porque dentro de los mismos partidos y de las mismas
ideologías, hay opiniones diferentes (...). En este momento
vamos a dar o negar el voto a más de la mitad de los individuos
españoles y es preciso que las personas que sienten el fervor
republicano, el fervor democrático y liberal republicano,
nos levantemos aquí para decir: es necesario, aplazar el voto
femenino (...). Señores diputados, no es cuestión de capacidad;
es cuestión de oportunidad para la República (...). Pero hoy,
señores diputados, es peligroso conceder el voto a la mujer"
Fotografía de Victoria Kent publicada en la
revista Mundo Gráfico, número 1026 de 1 de julio de 1931.
Con el estallido de la Guerra Civil marchó al
exilio, al igual que muchos otros republicanos. Mientras se
dirigía hacia la frontera acompañó a muchos de los niños de
los soldados que luchaban en el frente para lograr su evacuación,
tras haber realizado llamamientos para que no fueran abandonados.
Se refugió en París, y fue nombrada Primera Secretaria de
la embajada española en la capital para que pudiese seguir
haciéndose cargo de los niños refugiados. Fue responsable
además de la creación de refugios y guarderías con este fin.
Hasta el final de la Guerra Civil permaneció
en París, dedicando todos sus esfuerzos a ayudar a los exiliados
españoles en la capital y en su salida hacia América. Sin
embargo, al verse París ocupada el 14 de junio de 1940 por
la invasión nazi, Victoria se vio obligada a refugiarse en
la embajada mexicana durante un año. Además, su nombre figuraba
en la lista negra que la policía franquista había entregado
al gobierno colaboracionista de Vichy. Fue juzgada por los
tribunales de Franco y, en octubre de 1943, cuándo todavía
estaba en París, el Tribunal contra la Masonería y el Comunismo
la condenaba en rebeldía a 30 años de prisión, con las accesorias
de inhabilitación absoluta y expulsión del territorio nacional.
Afortunadamente, la Cruz Roja le proporcionó un piso en el
barrio del Bosque de Bolonia (o de Boulogne), donde se alojará
hasta 1944 protegida por una identidad falsa. Durante ese
tiempo, siendo “Madame Duval”, escribiría Cuatro años en París,
novela con marcados tintes autobiográficos reflejados en el
protagonista, Plácido, álter ego de la autora.
Marchó al exilio en México en el año 1948. Allí
trabajó durante dos años en la creación de la Escuela de Capacitación
para el Personal de Prisiones, siendo la directora, y dando
clases de Derecho Penal en la universidad. Reclamada por la
ONU, en 1950 marchó a Nueva York, donde colaboró en la Sección
de Defensa Social y realizó un estudio sobre el pésimo estado
de las cárceles de Iberoamérica. Entre 1951 y 1957, una vez
abandonado su anterior cargo por encontrarlo excesivamente
burocrático, fue ministra sin cartera del Gobierno de la Segunda
República Española desde el exilio, siendo la segunda mujer
en ocupar este puesto desde Federica Montseny. Asimismo, fundó
y dirigió la revista Ibérica, financiada por Louise Crane
durante veinte años (1954-1974) dirigida a todos los exiliados
alejados de su patria, como ella. En 1977, cuarenta años después
de exiliarse a Francia, Victoria volvió a España, recibida
con cariño y admiración por sus seguidores. Sin embargo, volvió
a Nueva York donde pasó sus últimos días, falleciendo el 26
de septiembre de 1987.
En 1986 le fue concedida la medalla de la Orden
de San Raimundo de Peñafort, pero debido a su avanzada edad
no pudo acudir a recogerla.
En 2016 se publicó el libro Victoria Kent y
Louise Crane en Nueva York. Un exilio compartido, en el que
la profesora Carmen de la Guardia analiza por primera vez
en profundidad la relación intelectual y sentimental entre
Kent y la filántropa Louise Crane basándose en documentación
privada. Según el libro, Kent y Crane (Nueva York, 1913-1997)
fueron compañeras sentimentales desde principios de los cincuenta
hasta su muerte y aunque no vivieron juntas durante la mayoría
de los muchos años que compartieron, su relación era conocida
por las gentes de su entorno. Victoria Kent no se planteó
instalarse en el piso millonario de la familia de Louise Crane
en la Quinta Avenida de Nueva York hasta la muerte de la madre
de Crane en 1972. Desde su salón se organizaron reuniones
cuya lista de invitados elaboraba el Departamento de Estado
como se explica en el libro. En ese mundo, cuenta de la Guardia,
Kent aunque no dominaba el inglés a la perfección, encajó
bien y lo puso a favor de su causa: el combate contra el franquismo
y la fundamentación de una nueva cultura política republicana
en España.
Intervino activamente en las deliberaciones
de la Cámara que discutió el proyecto de Constitución de la
República. Entre sus enmiendas destaca la del Artículo 1 “España
es una República de trabajadores, liberal en el principio,
democrática en el fundamento y social en la orientación. El
poder civil, único que existe, procede del pueblo. Toda autoridad
y jerarquía social le está subordinada.”, de la que se admitió
todo excepto aceptar el poder civil como el único existente.
Otra lo fue al Estado laico. El artículo 25.3 decía que nadie
podía ser compelido a declarar sobre su confesión religiosa,
a lo que ella añadió “ni estas creencias ejercerán influjo
sobre ninguna clase de relaciones civiles”. En cuanto a los
derechos de la familia aportó la equiparación de hijos legítimos
e ilegítimos, la protección de la infancia y maternidad, la
igualdad de retribución salarial entre hombres y mujeres y
el derecho de manifestación al aire libre. Por último, los
artículos 39 y 40 del Proyecto, que fueron respecto a cuestiones
sociales, de deportación y destierro. Su intervención en el
Proyecto, el uno de octubre de 1931, resulta dramática, pues,
como contestación, Clara Campoamor intenta justificar las
contradicciones de Victoria Kent. En sus palabras parece haber
más comprensión que ironía.
Victoria Kent en su época como Directora general
de Prisiones.
Matilde Hidalgo:
Matilde Hidalgo Navarro (Loja, 29 de septiembre
de 1889 - Guayaquil, 20 de febrero de 1974), también conocida
por el uso de su firma de casada como Matilde Hidalgo de Procel,
fue una médica, poeta y activista feminista ecuatoriana. Matilde
Hidalgo fue la primera mujer en Latinoamérica en votar en
una elección nacional, así como la primera ecuatoriana en
doctorarse en medicina. Hidalgo luchó por el reconocimiento
de los derechos de las mujeres y ahora es consagrada como
uno de los personajes más importantes en la historia ecuatoriana.
Proveniente de un hogar liberal, se enriqueció
con el legado cultural alfarista, y sin importarle los prejuicios,
luchó por cambiar los esquemas culturales de su época. Sus
padres fueron Manuel Hidalgo Pauta y Carmen Navarro del Castillo,
oriundos de Venezuela. Después de que su padre murió, su madre
tuvo que trabajar como costurera para mantenerlos. Estudió
en la escuela de la Inmaculada Concepción de las Hermanas
de la Caridad. Al graduarse de sexto grado, quiso seguir estudiando.
Su hermano Antonio hizo una solicitud a la secular de la escuela
secundaria Colegio Bernardo Valdivieso. El director de la
escuela, el Dr. Ángel Ojeda, estuvo de acuerdo. Fue la primera
mujer bachiller del Ecuador en 1913, graduándose con honores.
Paralelamente a sus estudios, empieza a escribir
poesía que habla sobre temas como la naturaleza, la ciencia
y el amor. En primera instancia determinó continuar sus estudios
en la Universidad Central del Ecuador, donde le fue negada
la matrícula. Esto le hizo trasladarse a Cuenca, donde se
inscribió en la Universidad de Azuay, que actualmente es la
Universidad de Cuenca, tras dialogar con el rector de aquel
entonces, Honorato Vázquez, y obtuvo su Licenciatura en Medicina
el 19 de julio de 1919. Al finalizar sus estudios en Cuenca,
regresó a Quito donde logró el doctorado en Medicina el 21
de noviembre de 1921 en la Universidad Central del Ecuador,
convirtiéndose en la primera mujer ecuatoriana en recibir
tal título. En 1922 viaja hacia Guayaquil y consigue trabajo
en el Hospital General. Después de un año, Matilde se casó
con el abogado Fernando Procel, y tuvo dos hijos. Ejerció
la medicina en la ciudad de Guayaquil hasta 1949, cuando obtuvo
una beca para realizar una especialización en Pediatría, Neurología
y Dietética en Argentina. A su regreso a Ecuador llegó a ser
nombrada vicepresidenta de la Casa de la Cultura Ecuatoriana,
y también fue designada presidenta vitalicia de la Cruz Roja
Ecuatoriana. Posteriormente, recibió la Medalla al Mérito
de Salud Pública.
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Durante la presidencia de José Luis Tamayo,
Matilde anunció que iba a votar en las siguientes elecciones
presidenciales, en el gobierno de Jose Luis Tamayo. Se acercó
a inscribirse en los registros electorales del cantón Machala,
para participar en los próximos comicios de senadores y diputados,
pero se lo impidieron alegando que era mujer. Hidalgo alegó
que la constitución no especificaba el género para ejercer
el voto y que la persona ecuatoriana debía conocer habilidades
de gramática y de lectura y ser mayores de edad. El Ministro
de Gobierno Francisco Ochoa Ortiz absolvió una consulta de
manera favorable indicando que “no hay prohibición legal para
que las mujeres se inscribieran en los Registros electorales;
y que, por consiguiente, la referida señora debe ser inscrita
como lo había solicitado en uso de su derecho”.
Ante su insistencia la empadronaron, pero se
elevó la consulta al Parlamento y al Honorable Consejo de
Estado, y este en su sesión del 9 de junio de 1924 resolvió
por unanimidad que las mujeres ecuatorianas gozaban del derecho
de elegir y ser elegidas. En 1924 Hidalgo pudo votar en Loja,
convirtiéndose en la primera mujer en Ecuador en sufragar
en una elección nacional. Antes de ella hubo casos de mujeres
latinoamericanas que lograron sufragar en elecciones locales,
como la argentina Julieta Lanteri, que sufragó en 1911 en
las elecciones de concejales municipales de Buenos Aires.
Hidalgo sentó el precedente de sujeto político femenino para
el país y sus logros siguieron sumándose.
En 1941 se convirtió en la primera mujer candidata
y la primera mujer electa administradora pública en Loja con
el cargo de Diputada Suplente.
En su honor se han denominados diferentes avenidas
de las ciudades de Guayaquil, Cuenca, Quito; Loja; un Hospital
Maternidad en Guayaquil, y los premios Matilde Hidalgo. En
2004, el director ecuatoriano César Carmigniani dirigió una
película biográfica llamada "Matilde" que narra los sucesos
importantes de la vida de Hidalgo.
En 2014, bajo la dirección del mismo cineasta,
se produjo la miniserie denominada "La dama invencible".
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Constance Maud:
Constance Elizabeth Maud (1857-1929) fue escritora
y sufragista británica. Era la hija mayor del rector de Sanderstead,
Surrey, se educó en Francia y luego vivió en la casa familiar
en Francia y en su piso en Chelsea. Publicó libros desde 1895,
fue miembro de la Liga de Mujeres Escritoras por el Sufragio
y contribuyó a muchas publicaciones sobre sufragio, incluido
el periódico sufragista Votes For Women.
Se convirtió en miembro de la Unión Social
y Política de las Mujeres (WSPU por sus siglas en inglés)
en 1908. Es más conocida como la autora de No Surrender en
1911, una novela sobre la lucha por el voto de las mujeres.
No Surrender se considera una importante adición a la literatura
sobre la campaña por el voto de las mujeres. La vertiginosa
historia de Maud sobre el activismo por el sufragio antes
de la guerra enriquece un campo literario empobrecido durante
mucho tiempo por la falta de ficción pro-sufragio. El libro
fue utilizado como herramienta por las sufragistas para defender
su causa y desde entonces se ha convertido en un importante
documento social de su tiempo. No Surrender fue comentada
por la sufragista Emily Davison en 1911. Según ella: "Es un
libro que respira el espíritu mismo de nuestro Movimiento
de Mujeres". Charlotte Despard, presidenta de la Women's Freedom
League y editora de The Vote la llamó "la mejor novela sobre
el sufragismo que he leído". No Surrender fue reeditado por
Persephone Books en 2011, para conmemorar el centenario de
su publicación original.
El padre de Constance Maud, el reverendo Henry
Landon Maud, fue rector de la Iglesia de Todos los Santos,
Sanderstead entre 1892 y 1901. El reverendo Maud fue elegido
académico del Trinity College, Cambridge, en las elecciones
de la escuela de Westminster en 1846.
Libros publicados:
- An English Girl in Paris (1902)
- My French Friends Felicity in France (1906)
- Angélique (1912)
- My French Year (1917)
- A Daughter of France (1908)
- No Surrender (1911)
- Sparks Among the Stubble (1924)
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Matilda Rabinowitz:
Tatiana Gitel Rabinowitz, alias Matilda, tuvo
una vida intensa. En el transcurso de un año y medio participó
de importantes huelgas textiles como la de Lawrence de 1912
y la de Little Falls de 1913, y se destacó como agitadora
en las plantas automotrices de Detroit. Obrera, inmigrante
y militante, con 26 años se había ganado su lugar en la historia
de la clase trabajadora norteamericana, marcada a fuego por
la pelea que libraron miles de mujeres por el pan y las rosas.
Matilda nació en Ucrania en 1887. Cuando cumplió
13 años partió a Nueva York, donde pronto comenzaría a trabajar
en una de las nacientes fábricas textiles que proliferaban
en gran parte del país, favorecidas por la creciente concentración
económica, la industrialización y la enorme reserva de mano
de obra barata que proveía la inmigración masiva. Si compartió
con cientos de miles de extranjeras jóvenes y pobres las condiciones
de superexplotación que Estados Unidos les tenía reservadas,
también fue parte de las que lucharon para cambiarlas.
Mientras Rabinowitz transitaba su adolescencia,
una serie de huelgas impulsadas por obreras textiles atravesaban
el país del norte. Cuando tenía 22 años, las “niñas obreras”
conmovieron a Nueva York con su gran huelga de los “piquetes
móviles”, dirigida por Clara Lechmil. Al año siguiente, en
1911, ante una protesta, la patronal de la Triangle Shirtwaist
Company ocasionó un infame incendio en su fábrica, provocando
la muerte de 23 hombres y 123 mujeres, en su mayoría inmigrantes
del este europeo, de entre 14 y 23 años de edad. Este episodio
puso en evidencia las terribles condiciones a las que se veían
sometidas las obreras de la rama y hasta dónde podía llegar
la burguesía para acallar sus reclamos. Fue durante aquel
año que Matilda se acercaría definitivamente a las ideas del
socialismo, primero uniéndose al Partido Socialista y luego
a los combativos Industrial Workers of the World (IWW)* que,
desde 1905, se habían lanzado a organizar a los trabajadores
no calificados, las mujeres y los negros, quienes no encontraban
representación en la tradicional central sindical, American
Federation of Labor (AFL).
En 1912, de la mano de la IWW, la joven Rabinowitz
colaboró con las trabajadoras de Lawrence (Massachusetts)
en la histórica huelga de Pan y Rosas, juntando fondos y alimentos.
Si bien su participación fue menor, gracias a esta experiencia
pudo conocer a dirigentes como Elizabeth Gurley Flynn y constatar
el potencial que ofrecía la organización de las mujeres.
Sería posteriormente al triunfo en Lawrence,
a cargo de miles de obreras que proclamaban que era “mejor
morirse de hambre peleando que morirse de hambre trabajando”,
cuando Matilda pasaría a la primera línea, destacándose como
una gran agitadora en la huelga de Little Falls, entre octubre
de 1912 y enero de 1913. La prensa pronto comenzaría hablar
de esta “niña agitadora”, que hizo temblar a las autoridades
de Nueva York por más de catorce semanas.
El 1º de octubre de 1912, en el estado de Nueva
York, entró en vigencia la ley de 54 horas de trabajo semanales.
Como ya habían hecho en Lawrence, los capitalistas de Little
Falls rápidamente encontraron la forma de evitar que sus bolsillos
salieran perjudicados, realizando un recorte proporcional
a los salarios. Los trabajadores de la Phoenix Mill y la Gilbert
Mill salieron a las calles. Si bien, a diferencia de Lawrence,
la protesta comenzó siendo pacífica, los hechos no tardarían
en cobrar otra dinámica en gran parte debido al rol que jugaron
la IWW y su principal agitadora, Matilda Rabinowitz. Conociendo
en primera persona la situación que se vivía en las fábricas
y gracias a su participación previa en la lucha de clases,
no tardaría en dirigir a los huelguistas –de los cuales, dos
tercios eran mujeres, principalmente polacas, húngaras, austríacas
e italianas-. Durante esta lucha, la joven rusa se hizo cargo
de juntar fondos, conseguir la ayuda legal, organizar la comida
y los piquetes, viajar a lo largo del país para buscar solidaridad
y escribir en el periódico de la IWW, el Industrial Worker.
Matilda no sólo se enfrentó a los patrones,
sino que debió lidiar con la AFL, que se involucró para minar
el conflicto, intentando atraer a un sector de los manifestantes
y arreglar con los funcionarios. Contra la campaña que el
gobierno y la prensa realizaban contra los huelguistas, tildándolos
de “elementos extranjeros”, la IWW, a través de Matilda y
otros organizadores, ayudó a instaurar comités de huelga de
acuerdo a las nacionalidades y las plantas, articulados alrededor
de demandas comunes, que designaban responsables para la publicidad,
el dinero y las marchas. Como, a pesar haber transcurrido
casi cuatro meses, los trabajadores y trabajadoras seguían
en pie, los empresarios debieron otorgar un aumento de sueldo
que iba del 5% al 16%. La reunión final de de todos los huelguistas,
colmada de festejos, fue presidida por Matilda.
Skyline de New York, 1912.
Terminada la huelga de Little Falls, Matilda
se dirigió hacia un nuevo desafío: las plantas automotrices
de Detroit, donde los obreros comenzaban a levantarse y pronto
librarían una de las primeras grandes luchas del sector. Con
su personalidad y su discurso político, se ganó el respeto
de 3 mil obreros de la Ford que se congregaban para oírla.
Frente a las amenazas recibidas, declaró: “voy a hablar a
los trabajadores automotrices de Detroit aunque me pudra en
la cárcel por ello”. A pesar de haber sufrido la cárcel, al
poco tiempo volvió a la carga. La planta de Ford debió prohibir
a los operarios que salieran durante el horario de almuerzo
para evitar que escucharan la “pequeña belleza rusa” –como
la nombrarían en los diarios-.
Matilda Rabinowitz dedicó dos años más a viajar
por el país, de una batalla a otra. En 1914 participó de los
conflictos de obreras textiles en Carolina del Sur y Carolina
del Norte. Allí, escribió en su libro Del diario de una organizadora
obrera: “Luego de la cena, las tareas del hombre terminaron.
Pero las de las mujeres siguen (…) [con] las interminables
tareas de la casa (…). Ningún descanso, ninguna recreación
(…). Esclavas de las fábricas y esclavas de los esposos, trayendo
a la vida niños esclavos”.
En 1915 Matilda abandonó su trabajo de agitación,
aunque siguió escribiendo en el Industrial Worker y militando
por el socialismo, hasta su muerte en 1963. Si bien no prosiguió
el ritmo vertiginoso de militancia que tuvo durante sus años
de juventud, dejó un legado imborrable. Su nombre está asociado
a la valiente lucha de las obreras norteamericanas por los
derechos de las mujeres y de toda la clase trabajadora. Su
historia es actual porque expresa el desafío que tenemos planteado
hoy: que sean cada vez más las mujeres organizadas y al frente,
peleando por el pan y por las rosas.
Hace 103 años en una ciudad llamada Lawrence, en el
estado de Massachusetts, Estados Unidos, lejos de las
fiestas de año nuevo, las obreras textiles iniciaron
una huelga que será conocida como la huelga de “pan
y rosas”. La huelga culminaría con la implementación
de la jornada reducida, el aumento de salarios y el
reconocimiento de los sindicatos. La primera década
del siglo XX comenzó con una ola de huelgas en Estados
Unidos, centradas en el ramo textil, la industria pujante
del momento. Las jornadas interminables, los salarios
miserables y las condiciones inhumanas de trabajo arrojaban
a miles a la huelga. En 1908 las obreras del vestido
de Chicago hicieron una larga campaña por la reducción
de la jornada laboral y la mejora de condiciones de
trabajo. El año siguiente, en 1909, Nueva York vio la
primera acción obrera de gran magnitud de la historia
de la ciudad, a manos de las "niñas" que no llegaban
a las dos décadas de vida, lideradas por la "veterana"
Clara Lechmil de 23 años. Y 1911 fue el año de la famosa
huelga textil que terminó en desastre, por el incendio
provocado por los dueños de la Triangle Shirtwaist Company.
El año nuevo, lejos de los banquetes de las familias
ricas, trabajadoras y trabajadores de Lawrence salían
a la huelga. Unos días antes, se había votado una nueva
legislación que reducía la jornada laboral de 56 a 54
horas semanales para las mujeres y los menores de 18
años. La industria textil empleaba mano de obra inmigrante,
femenina e infantil. Más de la mitad eran mujeres y
muchas eran menores de 18 años. Una de sus banderas
principales era conquistar el pan (simbolizando los
derechos laborales) y las rosas (como símbolo de la
exigencia de mejores condiciones de vida). La enorme
mayoría de las obreras de Lawrence no estaba organizada
en sindicatos, ya que la AFL (American Federation of
Labor, central sindical oficial) solo afiliaba obreros
calificados, es decir, varones blancos. Por ende, la
industria textil estaba totalmente desorganizada.
Al frente de la huelga estaba la IWW (Industrial Workers
of the World), que fue una de las primeras organizaciones
obreras que alentó a las mujeres a ocupar puestos dirigentes
y que peleaba por métodos democráticos en las luchas.
Intentó seguir la huella de los Caballeros del Trabajo,
que habían inaugurado la tradición de sindicatos mixtos
(integrado por obreros blancos y negros) y la incorporación
de las mujeres. El 10 de enero se realizó la primera
reunión en la IWW, donde mil obreras, que acababan de
recibir su cheque con un salario menor (por la reducción
de horas), decidieron llamar a la huelga. Horas después
todo estaba en marcha. Las primeras en salir fueron
las obreras polacas de la Everett Mill el 11 de enero,
el 12 las siguieron las de American Wollen Company (una
de las empresas más grandes). Y se extendió a la mayoría
de los talleres. Se eligió un comité de huelga con 56
titulares y 56 suplentes, para reemplazar al grupo titular
en caso de que fueran arrestados, algo común durante
las huelgas. El comité representaba todas las nacionalidades;
en las reuniones se hablaban 25 idiomas y 45 dialectos,
y había intérpretes de todos ellos. Todos los días se
realizaban asambleas al final del día, donde se hacía
un balance y se resolvían los pasos a seguir. Las dos
primeras medidas votadas fueron: fondo de huelga y piquete
masivo alrededor de las fábricas. Los enfrentamientos
con la policía y las milicias del gobierno local eran
cada vez más violentos y se hacía difícil bloquear la
entrada de los carneros. Se resolvió formar una línea
“infinita” alrededor de los talleres, un piquete que
se mantenía las 24 horas y se movía constantemente.
De esta manera era imposible entrar a la fábrica. A
las pocas semanas, los dirigentes son arrestados, acusados
por incitación a la violencia y por la muerte de una
obrera. La IWW envía a Elizabeth Gurley Flynn, Joe Hill
y Carlo Tresca, para suplantar a los dirigentes presos.
El nuevo comité de huelga instaló guarderías y comedores
comunitarios para hijos e hijas de las obreras. Las
medidas apuntaban facilitar la participación de las
mujeres. Además se realizaban reuniones solo de mujeres,
ya que también es necesario combatir el machismo entre
los obreros, incluso entre los activistas. Una de las
impulsoras más entusiastas de esta política fue Elizabeth
Gurley Flynn. La IWW también se dirigía especialmente
a niños y niñas, que debían soportar ataques en la escuela
y el barrio, la ciudad está divida por la huelga. Se
empezaron a realizar reuniones infantiles del sindicato
y una escuela donde se discutían los motivos de la huelga.
La medida fue tan exitosa, que luego se llevaría a cabo
nuevamente durante la huelga de Paterson en 1913. Por
la creciente violencia se decidió enviar a los niños
a otras ciudades, donde serían albergados por familias
solidarias. En el primer tren salieron 120 chicos. En
el momento en que se disponía a salir el segundo tren
hacia New York, la policía desató una represión desmedida
en la estación. Este episodio lleva la huelga a las
páginas de los diarios nacionales y al Congreso.
Todos hablaban de Lawrence. Los dirigentes
de la central sindical oficial tuvieron que pronunciarse,
pero no apoyaron la huelga: tildaron a las obreras de
izquierdistas, anarquistas y revolucionarias, no querían
saber nada con los comités de huelga. Pero las obreras
de Lawrence contaban con un apoyo amplísimo. Se realizaban
mitines de solidaridad en todo el país. Las universidades
cercanas, como la prestigiosa Harvard tenía comités
estudiantiles que colaboraban con la huelga y si tenían
que ausentarse de los exámenes, la universidad los daba
por aprobados. La participación de estudiantes de universidades
de mujeres, recolectaban dinero, difundían la lucha
y viajaban a Lawrence para colaborar directamente con
el comité de huelga. La gran difusión, la firmeza de
las obreras, y el miedo a que se extendiera la huelga,
hizo ceder a los empresarios: aceptaron la jornada laboral
reducida y el aumento de los salarios.
Después de una larga lucha, durante casi
todo el invierno, el 12 marzo la huelga de “Pan y Rosas”
culmina con una de las primeras victorias del movimiento
obrero en Estados Unidos. El 30 de marzo, los hijos
e hijas de las trabajadoras vuelven a Lawrence. Su victoria
no se limitó a sus demandas. Trastocó la idea de cómo
pelear para ganar. La historia del movimiento obrero
suele tener asociada la cara de un varón aguerrido,
sin embargo, las mujeres agotaron días y noches peleando
junto a sus compañeros, y huelgas como la de Lawrence
lo ponen de manifiesto.
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Una lucha que navega a lo largo de 200 años tiene
muchas actrices en el guión. A continuación,
otras muchas que merecen ser reseñadas.
- Consuelo Zavala Castillo.
- Elvia Carrillo Puerto.
- Raquel Dzib Cicero.
- Rosa Torre González.
- Beatriz Peniche.
- Adela Pankhurst.
La diferencias ideológicas y estratégicas que crecían
entre las líderes sufragistas durante e inmediatamente
después de la Guerra Civil en Estados Unidos dividieron
formalmente el movimiento en dos asociaciones rivales.
Stanton y Anthony, después de acusar a los abolicionistas
y partidarios Republicanos de priorizar los derechos
civiles de los afrodescendientes a expensas de los derechos
de las mujeres, formaron la Asociación Nacional por
el Sufragio de la Mujer en Mayo de 1869. La Asociación
Americana de Mujeres Sufragistas, fundado 6 meses después
por Lucy Stone, Julia Ward Howe, y Thomas Wentworth
Higginson, protestó las tácticas confrontacionales de
la Asociación Nacional por el Sufragio de la Mujer y
se vinculó cercanamente al Partido Republicano mientras
se concentraba únicamente en asegurar el voto para la
mujer estado por estado.
En 1890 ambas organizaciones sufragistas se unieron
para formar la Asociación Nacional Americana por el
Sufragio de la Mujer. Stanton se convirtió en presidenta
de la asociación, Anthony en la vicepresidenta y Stone
presidenta del comité ejecutivo. En 1919, un año antes
de que la mujer obtuviera el derecho al voto con la
adopción de la decimonovena enmienda, la Asociación
Nacional Americana por el Sufragio de la Mujer se transformó
en la Liga de las Mujeres Votantes.
Memorial en el Congreso Estadounidense
de la Asociación Americana para el Sufragio Femenino.
Central Park cuenta desde el pasado Verano
con una monumental estatua de 4,2 metros en homenaje
a tres sufragistas que han trascendido a la memoria
por su lucha para que las mujeres pudieran votar. En
167 años de historia, el gran jardín de Manhattan ha
dado cobijo a un par de docenas de estatuas masculinas,
la mayoría de blancos, y algunas dedicadas a mujeres
fruto de la literatura o leyendas, ninguna “de no ficción”.
Entre las representaciones de hombres y blancos se cuenta
la del doctor J.Marion Sims (18131883), predecesor de
Mengele y sus experimentos en Auschwitz. Sims logró
avances en ginecología usando a mujeres negras esclavas,
a las que, sin anestesia, trató peor que a ratas de
laboratorio. El 18 de abril de 2018 lo desterraron de
ese lugar privilegiado y lo enviaron al cementerio de
Green-Wood, en Brooklyn, donde se encuentra sepultado
su alter ego.
Ese 26 de agosto, Central Park sumó
tres nuevas inquilinas, Susan B. Anthony (1820-1906),
Elizabeth Cady Stanton (1815-1902) y Sojourner Truth
(1797-1883). Las dos primeras, blancas y de clase media
alta, consideradas figuras clave en el movimiento sufragista.
La tercera, una leyenda: escapó de la esclavitud, luchó
por la abolición y fue activista por los derechos de
las mujeres. “Las tres estarán juntas, pero en principio
sólo se incluyó a las dos blancas, lo que era estúpido”,
señaló Susan Ware, historiadora y autora de Why
they marched: the untold stories of the women who fought
for the right to vote
.
El proyecto inicial, añadió, “no
reflejaba la diversidad de la contribución de las mujeres
afroamericanas, toda la gama de esas otras activistas
que no eran blancas y de buena posición social”. “Estoy
de acuerdo en que tener una estatua de figuras femeninas
reales en Central Park es un momento verdaderamente
emocionante”, terciaba Allison Lange, profesora de historia
del Wentworth Institute of Technology. “También pienso
que, por desgracia, tampoco capta la realidad al completo.
Sin Sojourner se escondía a la gente quién fue. Pero
tal como ha quedado, se descuida la discriminación que
sufrió por parte de Anthony y de Stanton. Ellas no siempre
trabajaron juntas. Anthony y Stanton hicieron campaña
contra la Enmienda 15, la que da el derecho a votar
a los negros. La estatua puede resultar engañosa al
sugerir que tuvieron una buena colaboración y no siempre
sucedió”, aclara Lange.
Esta inauguración emerge como un homenaje.
El 18 de Agosto, unos días antes de la inaguración,
se conmemoró el centenario de la ratificación de la
Enmienda 19 de la Constitución de Estados Unidos, la
que reconoció a la mujeres el derecho de acudir a las
urnas. Sólo 39 palabras en inglés: “El derecho al voto
de los ciudadanos de Estados Unidos no podrá ser denegado
ni restringido por Estados Unidos o por ningún estado
por motivos de sexo. El Congreso está facultado para
hacer cumplir este artículo mediante las leyes necesarias”.
Un hito, aunque también un falso mito de que fue la
última etapa en el camino. Lo habría sido para Anthony
y Stanton, pero no para Sojourner Truth.
Alice Paul cose la bandera de las sufragistas
en una foto de 1920. A Paul, que se licenció en leyes,la
enmienda le pareció insuficiente.
“La enmienda de 1920 deja incompleta la
naturaleza de la victoria porque las mujeres afroamericanas
no pudieron votar hasta 1965 con la ley del derecho
al voto (prohíbe la discriminación por raza). Cuando
en este centenario decimos que se garantizó el voto
de las mujeres, eso no significa que todas pudieran
votar. Las negras, las nativas y otras mujeres no blancas
siguieron luchando”, subraya Ware. “La Enmienda 19 no
dio el voto a las mujeres negras, pero la culpa no está
en la enmienda o en su redactado”, afirma Elaine Weiss,
autora de The woman’s hour: the great fight to win the
vote. “El problema radica en el sistema estadounidense.
El redactado cubre a todas las mujeres, pero los estados
disponen del poder de reescribir los requerimientos.
En los estados del sur, con una fuerte segregación por
las llamadas leyes Jim Crow, a las personas negras no
se les permitió ese derecho. En el papel, la enmienda
daba el derecho constitucional a todas las mujeres.
De facto, en el sur no lo podían ejercer”, reiteraba.
Más que un eco del pasado. Los intentos por cercenar
el derecho al voto son muy actuales. Las iniciativas
para impedir el sufragio a las minorías se suceden,
en especial, en estados controlados por republicanos
e, incluso, en el mismo expresidente Donald Trump y
su desprecio del voto por correo –él lo usa–, asegurando,
sin pruebas, que envían la papeleta hasta perros y gatos.
“Un siglo después, controlar el voto es algo poderoso.
En las noticias aparece eso de la exigencia de tener
un documento de identidad, o la cuestión del Servicio
Postal, todo ese tipo de prevenciones para impedir que
la gente vote. En 2020, quién puede ejercer este derecho
es algo que aún se debate”, recalcaba Lange. “Mucha
gente salta rápido de 1920 a 2020. Las sufragistas sabían
que había más tareas al ganar el voto. No era cuestión
de irse a la cama y despertarse sin nada que hacer.
Les desanimaría observar que todavía estamos aquí”,
remarcaba Ware. “No es más que una burda estrategia
política”, replicaba Ware sobre el perdón que Trump
concedió a Susan B. Anthony, arrestada en 1872 por depositar
ilegalmente su papeleta en un colegio electoral de Rochester
(Nueva York). El juez le impuso 100 dólares de multa.
Un sello postal de la década de los 50
que evoca la aprobación de la 19 enmienda que permitió
el voto femenino.
“Me quedé horrorizada. Anthony habría
rechazado el perdón. Ella no deseaba ser perdonada,
ni pagar la multa. Estaba lista para ir a la cárcel.
Era un pronunciamiento político. La sola idea de ser
perdonada por un supuesto crimen de votar habría sido
anatema para ella y todo el asunto es estrafalario”,
insistió Ware ante la medida del ahora expresidente,
tomada en un momento en el que los sondeos reflejan
una pérdida de terreno entre las mujeres. Anthony es
una figura controvertida. La han abrazado las anti abortistas,
sin que quede claro si parten de una manipulación, mientras
que la comunidad afroamericana rechaza su visión –“me
cortaría el brazo derecho, antes que pedir el voto de
los negros y no el de las mujeres”–, aunque destacó
como activista anti esclavitud. Sus defensores rechazan
su racismo y recuerdan que colaboró con Frederick Douglas,
uno de los grandes reformadores afroamericanos. Aunque
arrancó antes, la convención de 1848 en Seneca Falls
(Nueva York), una de cuyas organizadoras fue Stanton,
se considera el lugar de nacimiento del movimiento sufragista.
Luego, Stanton y Anthony fundaron la Asociación Nacional
pro Sufragio de la Mujer. Las dos fueron abolicionistas.
En los orígenes, no había distinción entre sufragistas
y abolicionistas. Tras la Guerra de Secesión, las sendas
divergieron. Lograr el voto de los negros y el de las
mujeres parecía exigir demasiado. Frederick Douglas
afirmó que “no es la hora de la mujer”, recuerda Weiss.
Transcurridos 72 años desde Seneca Falls, el Congreso
de Estados Unidos aprobó la Enmienda 19 el 4 de junio
de 1919. Entonces empezó el proceso de ratificación.
Al menos 36 estados debían aprobar esa modificación.
Elizabeth Cady Stanton (1815-1902).
“El movimiento por los derechos de la
mujer se hizo muy conservador después de 1890. Hasta
esa fecha luchó por todo tipo de asuntos, igual salario,
el derecho de reproducción,... Pero a partir de 1890
se centró en el voto”, dice Sally Roesch Wagner, historiado
en la Universidad de Syracuse (Nueva York) y editora
de The women’s suffrage movement. Una de las tareas
que se impusieron consistió en hacer de lobby en los
estados del sur para que dieran el visto bueno a la
Enmienda 19. Acudieron a esos territorios racistas y
les dijeron, según Wagner: “Si nos dais el voto, os
ayudaremos a mantener la supremacía blanca, porque hay
más mujeres blancas que negros. Y recurrieron al sentimiento
anti inmigrante. La celebración del centenario nos ofrece
la oportunidad de revisar lo que hicimos mal para que
no se repita”. En 35 estados ya habían dado su ratificación
en lo que se llamó “la guerra de las rosas” –los que
la lucían de color amarillo eran sufragistas, los de
color rojo, opositores–, cuando el 18 de agosto de 1920
se puso a votación en el Congreso de Tennessee. Harry
T. Burn, de 24 años, el legislador más joven, lucía
rosa roja. Los anti sufragistas le amenazaron que su
carrera peligraba. Burn contestó con un “Aye”, un sí.
Rompió el empate e hizo historia.
Esculturas de Elizabeth Cady, Susan B.
Anthony y Lucrecia Mott en una fotografía del 2013 en
el Capitolio.
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- Harriet Shaw Weaver.
- Terese Billington-Greig.
- Mary Russell.
- Sophia Duleep Singh.
- Dora Thewlis.
Thewlis fue arrestada el 20 de marzo de 1907. Esta fotografía
apareció en el Daily Mirror al día siguiente.
- Gladice Keevil.
- Catherine Osler.
- Elsie Bowerman.
- Kitty Marion.
- Edith How-Martyn.
- Frances Power Cobbe.
- Elizabeth Cady Stanton.
- Victoria Woodhull.
Mary Raleigh Richardson fue una sufragista canadiense
activa en el movimiento por el sufragio femenino en
el Reino Unido, incendiaria, candidata parlamentaria
socialista, más tarde dimitió como jefa de la sección
de mujeres de la Unión Británica de Fascistas (BUF)
liderados por Sir Oswald Mosley.
La Unión Británica de Fascistas ( BUF ) fue un partido
político fascista británico formado en 1932 por Oswald
Mosley. Mosley cambió su nombre a Unión Británica de
Fascistas y Nacional Socialistas en 1936 y, en 1937,
a Unión Británica. En 1939, tras el inicio de la Segunda
Guerra Mundial, el partido fue proscrito por el gobierno
británico y en 1940 se disolvió. Dijo ser testigo del
llamado Viernes Negro, manifestación sufragista en Londres
el 18 de noviembre de 1910, en la que 300 mujeres marcharon
hacia las Casas del Parlamento como parte de su campaña
para asegurar el derecho al voto de las mujeres. El
día ganó su nombre por la violencia infligida a los
manifestantes, en parte sexual, por parte de la Policía
Metropolitana y transeúntes masculinos.
Contradictoria o tal vez oportunista.
|
- Georgiana Solomon.
- Silvia Pankhurst.
- Millicent Fawcett.
- Jessie Newbery.
- Anna Munro.
- Edith Margaret Garrud.
- Hubertine Auclert.
Edith Margaret Garrud, nacida Edith Margaret Williams
(1872–1971) fue una activista política y artista marcial
inglesa. Pasó a la historia por su papel como la líder
del Cuerpo de Guardaespaldas de la Women's Social and
Political Union a finales del siglo XIX y principios
del siglo XX.
|
- Lydia Becker.
- Clara Campoamor.
- Concepción Arenal.
- Emilia Pardo Bazán.
- Carmen de Burgos y Seguí.
- Evelina Haverfield.
- Kate Sheppard.
Haverfield en un sello de correos serbio de 2015 perteneciente
a la serie "Heroínas británicas de la Primera Guerra mundial
en Serbia".
- Lady Constance Bulwer-Lytton.
- Ethel Smyth.
En 1910 Ethel Smyth se unió a la Unión social y política
de mujeres, (Women's Social and Political Union, WSPU), una
organización militante sufragista, abandonando la música durante
dos años para dedicarse a la causa. Su "The March of the Women"
(La marcha de las mujeres, 1911) se convirtió en el himno
del movimiento sufragista femenino, aunque las sufragistas
solían gritar la letra de Cicely Hamilton en vez de cantar
la música de Smyth. Cuando la líder de la WSPU Emmeline Pankhurst
llamó a los miembros a romper las ventanas de los políticos
anti-sufragistas como protesta, Smyth (junto a 108 mujeres)
lo hizo. Cumplió dos meses en la prisión de Holloway. Cuando
Thomas Beecham, uno de lo más importantes e influyentes directores
de orquesta británicos, fue a visitarla allí, se encontró
a sufragistas marchando en un cuadrángulo y cantando mientras
Smyth se apoyaba en una ventana y conducía la canción con
un cepillo de dientes.
- Ethel Moorhead.
- Helen Crawfurd.
Una activista del sufragio femenino protestando después de
"La Noche del Terror." 1917.
- Mary Eleanor Gawthorpe.
- Antoinette Blackwell.
- Margaret Haig Thomas.
- Ethel Bentham.
- Sarah Moore Grimké
- Harriet Forten Purvis
Edward Charles Pickering, un famoso profesor de astronomía,
y director del Harvard College Observatory. Pickering
estaba frustrado con su asistente masculino, y declaró
que su asistenta podría desempeñar mejor su trabajo.
Es así que en 1881, Pickering le ofreció a Fleming un
empleo temporal en el observatorio, para hacer tareas
rutinarias de oficina y algunos cálculos matemáticos,
y pronto pasó a ser miembro permanente del personal
de investigación en lo que después se bautizó como las
Computadoras de Harvard.
La pusieron a cargo de decenas de mujeres jóvenes,
que fueron empleadas para hacer cálculos matemáticos,
proceso que hoy en día hacen las computadoras, y las
dirigía con una disciplina implacable, siendo temida
y admirada a partes iguales. Además, corrigió todos
los originales de las publicaciones del observatorio.
Ayudó a elaborar un sistema de asignación de estrellas,
que básicamente consistía en asignar una letra, que
dependía de la cantidad del hidrógeno observado en su
espectro. Las estrellas clasificadas con la letra A
estaban formadas por hidrógeno casi en su totalidad,
las clasificadas con la letra B contenían menos hidrógeno,
y así sucesivamente. Este sistema le sirvió a Annie
Jump Cannon como base de trabajo, el cual mejoró para
desarrollar una clasificación basada en la temperatura.
En los siguientes 30 años de su vida, colaboró en el
análisis fotográfico de espectros estelares.
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- Susan B. Anthony.
- Phyllis Terrell.
- Elizabeth Cady Stanton.
- Lucy Stone.
- Martha Hughes Cannon.
- Carrie Chapman Catt.
- Mabel Ping-Hua Lee.
- Jeannette Rankin.
- Vera Wentworth
- Paulina Luisi Janicki
- Matilda Joslyn
- Lady Florence Norman
- Beatrice Harraden
- Inez Haynes Irwin
- Mona Caird
Charlotte "Charlie" Augusta Leopoldine Marsh (1887-1961)
fue una sufragista británica militante. Fue una organizadora
remunerada de la Unión Social y Política de Mujeres
y es una de las primeras mujeres en ser alimentada a
la fuerza durante una de varias penas de prisión por
protesta militante. Fue chófer de David Lloyd George.
Hattie Ophelia Wyatt Caraway (1 de febrero de 1878
- 21 de diciembre de 1950) fue la primera mujer elegida
para servir un término completo como senadora de Estados
Unidos, representando a Arkansas.
Hattie Wyatt nació cerca de Bakerville, Tennessee,
en el condado de Humphreys, fue hija de William Carroll
Wyatt, agricultor y comerciante, y Lucy Mildred Burch.
A los cuatro años se trasladó con su familia a Hustburg,
Tennessee. Después de asistir brevemente a Ebenezer
College en Hustburg, se trasladó a Dickson (Tennessee)
en la Normal College, donde recibió su grado BA en 1896.
Enseñó en la escuela por un tiempo antes de casarse
en 1902 con Thaddeus Horatius Caraway, a quien había
conocido en la universidad, tuvieron tres hijos, Paul
Caraway, Forrest y Robert; Paul y Forrest fueron generales
del ejército de Estados Unidos. La pareja se estableció
en Jonesboro, Arkansas, donde establecieron una práctica
legal, al tiempo que se preocupaba por los niños, atendió
la casa y la huerta, y ayudó a supervisar la granja
de algodón de la familia.
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Nota de prensa, Enero 2022:
En 1893 ya no hay brujas. En el pasado sí que
las había, en esa época oscura e inhóspita antes de que empezasen
a encenderse las hogueras. Ahora, la brujería es poco más
que hechizos de amas de casa y canciones infantiles. Si la
mujer moderna quiere algo de poder, las urnas son el único
lugar donde puede llegar a conseguirlo. Pero James Juniper,
Agnes Amaranth y Beatrice Belladonna, las hermanas Eastwood,
se unen a las sufragistas de Nueva Salem y empiezan a buscar
las palabras y los componentes olvidadas capaces de convertir
la revolución de las mujeres en la revolución de las brujas.
Las hermanas se verán acechadas por sombras y todo tipo de
males, perseguidas por fuerzas que no tienen intención de
permitir que las brujan voten, o que vivan siquiera, y tendrán
que indagar en magia antigua, forjar nuevas alianzas y solucionar
los problemas entre ellas si quieren sobrevivir.
Por la autora de Las diez mil puertas de Enero,
llega su segunda y esperadísima novela. Una profunda historia
sobre la resistencia, la sororidad y el derecho a voto ambientada
en una versión alternativa de la Nueva Inglaterra del siglo
XIX.
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El movimiento sufragista se posicionó
en la Primera Guerra Mundial. Hablamos de la Tregua de Navidad
de 1914 en esta misma sección.
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Las incipientes manifestaciones del feminismo
a finales del siglo XVIII y las primeras reivindicaciones
oficiales hacia la mitad del siglo XIX dieron el empujón definitivo
para que las mujeres tomaran consciencia de las desigualdades
bajo las que eran sometidas. A finales del XIX aparecieron
las pioneras del sufragismo, cuyo movimiento tomó especial
fuerza en el Reino Unido con conocidas líderes como Emmeline
Pankhurst. Sin embargo, diferentes núcleos de sufragistas
se crearon en muchos países del mundo, como por ejemplo Argentina.
En la imagen se puede a Julieta Lanteri viviendo el que posiblemente
fuera uno de los momentos más importantes de su vida, cuando
en las elecciones municipales de Buenos Aires de 1911 se convirtió
en la primera mujer del país y de toda América latina en emitir
su voto. Lantieri era una conocida activista a favor de los
derechos de las mujeres que en esta ocasión se aprovechó de
una convocatoria ambigua que, por no mencionarlo, se entendía
que no excluía a nadie por razón de sexo: "los ciudadanos
mayores, residentes en la ciudad, que tuvieran un comercio
o industria o ejercieran una profesión liberal y pagasen impuestos."
A pesar de las alegaciones, el juez le permitió votar.
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Llega al teatro la historia de la primera española
que consiguió el divorcio tras denunciar malos tratos
hace cuatro siglos. El dramaturgo Borja Rodríguez ha
elaborado el libreto de este hito histórico de Francisca
de Pedraza en 1624. Casi 400 años después, afirma, la
sociedad sigue “mirando hacia otro lado” ante la violencia
de género.
Una de las obras del dramaturgo Borja
Rodríguez.
Aproximación a la historia del sufragismo.
Mujeres que inspiraron y que siguen haciéndolo:
el feminismo “a la española”.
El sufragismo francés.
¿Era posible ser feminista en el medievo?
Nacida en 1122, duquesa del más vasto territorio del
siglo XII, dos veces reina, la primera que se embarca
en una Cruzada, confinada más de una década, mecenas,
política y viajera incansable, Leonor de Aquitania es
considerada por los historiadores la "abuela de Europa".
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