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10 - Noviembre - 2020
>>>> Ser humano > Sufragistas VII

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Semblanzas ( IV ):

Katharine Wright Haskell:

Katharine Wright Haskell (19 de agosto de 1874 – 3 de marzo de 1929) fue la hermana menor de los pioneros de la aviación Wilbur y Orville Wright, con quienes trabajó estrechamente. Dirigió la tienda de bicicletas familiar, ayudó con las operaciones de vuelo, redacción, comunicaciones e iteró ideas con sus hermanos, fue maestra de secundaria y más tarde se convirtió en una celebridad internacional cuando los tres juntos fueron a Europa a presentar sus innovaciones aéreas. Los franceses reconocieron sus contribuciones, otorgando la Legión de Honor francesa a los tres hermanos Wright. Wright también trabajó para apoyar los esfuerzos por el sufragio femenino en Ohio.

Mary Blathwayt:

Mary Blathwayt (1 de febrero de 1879 - 25 de junio de 1961) fue una feminista, sufragista y reformadora social británica. Vivía en Eagle House en Somerset. Esta casa se conoció como el "Descanso de las sufragistas" y contenía un monumento a las protestas de 60 sufragistas y sufragistas. El monumento fue demolido en la década de 1960.

Mary Blathwayt nació el 1 de febrero de 1879 en Worthing, Sussex, hija del coronel Linley Blathwayt, un oficial del ejército que había servido en la India y Emily Blathwayt (de soltera Rose). Al retirarse del servicio activo, el coronel Blathwayt y su familia se mudaron de la India a Eagle House, Batheaston, en las afueras de Bath. Su hermano menor, William, se formó como ingeniero eléctrico y enseñó inglés en Alemania durante muchos años antes de regresar a Inglaterra al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Mary, se quedó en casa y asistió en Bath High School.

Blathwayt en 1909.

Blathwayt y su madre comenzaron a asistir a las reuniones de la Bath Women's Suffrage Society. En julio de 1906, Blathwayt dio tres chelines a Women's Social and Political Union (WSPU). Conoció a Annie Kenney en una reunión de la WSPU en Bath y acordó ayudar a Kenney, Elsie Howey, Clara Codd y Mary Phillips a organizar la campaña por el sufragio femenino en su zona. Su familia le dio un subsidio para apoyarla en su trabajo por los derechos de la mujer. Muchas mujeres que apoyaron la causa compraron mercadería que apoyaba a la WSPU, como porcelana o broches 'de marca'. Conoció a muchas de las personas clave del movimiento sufragista que fueron invitadas a quedarse en la casa de sus padres y plantar un árbol para celebrar una sentencia de prisión. Sin embargo, cuando Vera Wentworth y Elsie Howey atacaron al Primer Ministro, esto resultó demasiado para la familia de Mary Blathwayt. Su madre, Emily, dimitió de la WSPU y su padre, Linley, escribió cartas de protesta a Christabel Pankhurst, Howey y Wentworth. A Pankhurst le dijeron que Howey y Wentworth no podrían volver a visitar su casa. Wentworth les envió una larga respuesta expresando pesar por su reacción, pero señalando que "si el Sr. Asquith no recibe la delegación, lo golpearán de nuevo".

Laura Frances Ainsworth:

Laura Frances Ainsworth (1885-1958) fue una profesora y sufragista británica. Fue empleada por la Unión Social y Política de Mujeres y fue una de las primeras sufragistas en ser alimentada a la fuerza. Dejó la WSPU en 1912 en protesta por la expulsión de los Pethick-Lawrences, pero continuó trabajando por el sufragio femenino.

Ainsworth nació en Blything en Suffolk en 1885 y se crió en Salisbury. Se convirtió en maestra, pero decidió en 1909 convertirse en trabajadora a tiempo completo para la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU) en 1909. Ainsworth fue reclutado para coordinar las actividades de WSPU en Midlands con Gladice Keevil. Participó en la protesta del 17 de septiembre de 1909 cuando Charlotte Marsh, Mary Leigh y Patricia Woodlock subieron al techo de Bingley Hall en Birmingham. Protestaban por la exclusión de las mujeres de una reunión política en la que el primer ministro británico Asquith estaba dando un discurso. Marsh, Leigh y Woodlock arrojaron tejas que levantaron con un hacha al automóvil de Asquith y a la policía. Fueron a juicio y fueron enviados a la prisión de Winson Green, junto con Hilda Burkitt y cuando llegaron cantaron canciones de protesta en voz alta y se negaron a usar ropa de prisión alegando estatus 'político' y no criminal. Ainsworth estaba con Hugh Franklin en el tren en el que viajaba Churchill cuando lo desafió por su actitud hacia las sufragistas y provocó una escena en la que Franklin fue arrestado y él mismo hizo una huelga de hambre en la cárcel. Trabajó en la tienda Woman's Press en 1910 y fue organizadora en Kent, luego dejó la Newcastle WSPU debido a la división del movimiento y trabajó para Votes for Women con la National Political League. La liga fue fundada por Mary Adelaide Broadhurst y Margaret Milne Farquharson y en 1913 Ainsworth sería la secretaria de la NPL.

Herbert Henry Asquith, KG, PC fue Primer Ministro del Reino Unido por el Partido Liberal, entre 1908 y 1916. Antes de su acceso a la nobleza, era conocido como H. H. Asquith, y luego como Lord Oxford.

En protesta por no ser tratada como una prisionera política, ella, Marsh y Leigh se declararon en huelga de hambre. Se convirtieron en algunas de las primeras sufragistas en huelga de hambre en ser alimentadas a la fuerza. Ainsworth obviamente se opuso a que la alimentaran a la fuerza. Después de ser liberada, escribió una carta abierta a la primera huelguista de hambre, Marion Wallace Dunlop , describiendo su experiencia. Ainsworth describió cómo se sintió cuando fue alimentada a la fuerza como "una horrible sensación de asfixia y aturdimiento" y a la extracción del tubo se sintió "como si me estuvieran sacando por dentro" en Votos para mujeres de octubre de 1909. La WSPU aprovechó la oportunidad para la publicidad y luego de un informe médico de daño físico y "nervioso", preparó un caso infructuoso de agresión contra el secretario del Interior y las autoridades penitenciarias en su nombre. Ernest Helby (quien hizo la alimentación forzada) escribió al Ministerio del Interior después de haber sido amenazado en la calle por Ainsworth y Patricia Woodlock, le rompieron las ventanas de su domicilio, pero la policía mantuvo el silencio.

El 2 de abril de 1911 fue la noche del censo británico cuando el gobierno registró detalles de todas las personas que vivían en el Reino Unido. La WSPU, como parte de su campaña de desobediencia civil, había decidido que si las mujeres "no contaban, entonces no iban a ser contadas". Ainsworth alquiló una habitación utilizada por una academia de danza en Jazreel's Hall (la locura religiosa conocida como Jezreel's Tower en Gillingham). Más de 40 mujeres se reunieron allí para evitar estar en casa durante el censo. Sin embargo, se divirtieron tanto que llamaron a la policía y avisaron a los enumeradores del censo. La declaración del censo dice "Partido de sufragistas reunido en la Academia de Baile: 40 en el número 1 hombres y 39 mujeres", pero no incluye detalles de quiénes estaban allí.

Charlotte Marsh se muestra aquí plantando un árbol en Eagle House presenciado por Annie Kenney , Mary Blathwayt y Ainsworth

Ainsworth y Marsh fueron invitadas como sufragistas principales a Eagle House en Batheaston en abril. Esta fue la casa de Mary Blathwayt y sus padres. Invitaron a importantes sufragistas a plantar árboles para conmemorar sus logros. Se hizo una placa para registrar cada evento y el coronel Linley Blathwayt tomaría fotografías. Se plantó un Cypressus Lawsoniana Wisselii para registrar el logro de Ainsworth y el coronel Blathwayt también tomó una fotografía. Ainsworth recibió una Medalla de Huelga de Hambre 'por valor' por la WSPU. Ainsworth dejó la WSPU en protesta en 1912 por la expulsión de los Pethick-Lawrences de la WSPU.

Ainsworth participó activamente en la Sección de Mujeres de la Legión Británica en la década de 1930. Murió en Yorkshire en 1958.

Sylvia Pankhurst:

Estelle Sylvia Pankhurst (Mánchester, 5 de mayo de 1882-Adís Abeba, 27 de septiembre de 1960), más conocida como Sylvia Pankhurst, fue una activista y una de las principales dirigentes del movimiento sufragista en el Reino Unido, antiimperialista, antimilitarista, feminista y socialista con ideas libertarias. Fue, además, artista plástica, periodista y escritora.

Sylvia Pankhurst nació el 5 de mayo de 1882 en Mánchester, Inglaterra. Hija de Emmeline Pankhurst, fundadora de la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU), organización que aglutinó a mujeres de diferentes procedencias en favor de lograr el derecho al voto para las mujeres, y de Richard Marsden Pankhurst, jurista de ideas socialistas, republicanas y laicas, y autor de la Ley de la propiedad de la mujer casada de 1884. Junto a sus hermanas asistió al Manchester High School for Girls. Después, en 1900 ganó una beca para estudiar en el Royal College of Art para seguir su formación como artista. Aquí comenzó a diseñar insignias, pancartas y folletos para la WSPU. Más tarde, obtuvo una beca que le permitió estudiar arte en Italia. En 1912 abandonó su actividad artística para dedicarse de lleno a la lucha feminista, no sin antes dejar algunas acuarelas en donde plasmó y denunció las pésimas condiciones de trabajo de las mujeres en las industrias del norte de Inglaterra y Escocia. A partir de los 20 años, Pankhurst se retiró de la vida política activa y se dedicó a escribir. En esta época inició una larga relación de pareja con el anarquista italiano Silvio Corio, exiliado en Inglaterra, con el cual tuvo a su único hijo, Richard Pankhurst, autor especializado en Etiopía y de varias obras sobre su madre. Falleció en Addis Abeba, Etiopía, el 27 de septiembre de 1960.

Sylvia Pankhurst en 1909.

Una de las principales dirigentes del movimiento en favor del voto femenino en Gran Bretaña junto con su madre Emmeline y su hermana Christabel. En 1903 seis mujeres, entre las que se encontraban las integrantes de la familia Pankhurst, fundaron la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU). A través de esta entidad organizaron en Londres movilizaciones de hasta 400.000 mujeres. Ante la falta de respuesta por parte del Gobierno, la SWPU optó por la vía violenta contra algunas propiedades, nunca contra personas, terminando algunas de estas manifestaciones con el incendio de iglesias y casas desocupadas. Por este motivo, Sylvia Pankhurst estuvo en la cárcel, como muchas de sus compañeras entre los años 1909 y 1914, enfrentándose a los jueces con huelgas de hambre, sed y sueño y negándose a ser alimentadas por la fuerza. En 1911 Sylvia Pankhurst publicó Historia del movimiento de mujeres sufragistas en donde su pensamiento propio pacifista y socialista empezó a despuntar. Para ella el sufragismo era solo uno de los aspectos de la enorme lucha por la libertad y la justicia política. Con estos planteamientos empezaron a hacerse evidentes las diferencias con la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU) y con su madre y su hermana, Christabel Pankhurst.

Tras sus viajes por Europa y Estados Unidos en 1911 y 1912, adquirió una mayor autonomía y madurez, iniciando, poco después, su trabajo político entre las mujeres trabajadoras del Este de Londres (East End). Conocía bien el ambiente socialista y de reforma social a través de la militancia de sus padres en el Independent Labour Party (ILP), germen del futuro Partido Laborista, fundado en 1906 por el sindicalista Keir Hardie. Ello la inició en la doble militancia, e intentó formar y movilizar a las mujeres obreras y, al mismo tiempo, apoyar la creación de estructuras que diesen solución a problemas sociales acuciantes, como la crianza de los hijos e hijas, la insalubridad de la vivienda, etc. Estableció alianzas con diversas organizaciones políticas y sindicales. Intentó aunar la lucha sufragista –feminista- con la socialista, creando en 1913 una federación dependiente de la WSPU, la Federación sufragista de Londres Este, East London Federation of Suffragettes (ELFS), que tenía su propia línea y agenda política. De hecho, admitían a hombres como militantes y aparecían en actos públicos junto a defensores de luchas obreras o denunciando la represión del gobierno británico en Irlanda. Era conocida su colaboración con activistas como John MacLean y James Connolly. Finalmente, en 1914 fue expulsada de la WSPU debido a sus diferencias con la organización, que eran de índole política, organizativa, estratégica y táctica.

James Keir Hardie fue un político y sindicalista escocés. Fundador del Partido Laborista y su primer líder entre 1906 y 1908. Hardie nació en Newhouse, en el norte de Lanarkshire. Empezó a trabajar a la edad de siete años, y desde los diez trabajó en las minas de carbón del sur de Lanarkshire.

El estallido de la Primera Guerra Mundial, en 1914, profundizó en sus convicciones internacionalistas y pacifistas. Al contrario que su progenitora, que llamaba a las mujeres a movilizarse por el derecho al voto bajo el lema "Right to serve" ("Derechos para servir"), Sylvia Pankhurst se mostraba contraria a la guerra. Estuvo en contra de un Gobierno que enviaba a los trabajadores a luchar contra otros trabajadores de países en guerra. Alejada ya de la organización WSPU creó un periódico para mujeres trabajadoras al que llamó El Acorazado de las Mujeres (en homenaje al acorazado Potemkin de la Revolución Rusa de 1905). De esta manera, mientras Sylvia Pankhurst se dedicaba a recorrer los barrios obreros organizando a las mujeres para que luchasen por sus derechos, las sufragistas de la WSPU demandaban que se suspendieran sus protestas para apoyar al país en la guerra. Ella entendía que el feminismo tenía conexión con el resto de formas de opresión: con la falta de empleo, la falta de educación, la mala comida, una pésima sanidad, la vida precaria, la explotación a la que la clase obrera era sometida y que la lucha feminista debía hacerse a través del socialismo.

Durante la Gran guerra continuó luchando por los derechos de las mujeres y de los trabajadores, denunciando la complicidad intercapitalista entre Estados y las consecuencias para la población civil más vulnerable. Todo ello lo plasmó en su obra The Home Front. Pankhurst apoyó los sucesos revolucionarios de octubre de 1917 en Rusia, comprometiéndose con la defensa del nuevo gobierno de los Soviets. Puso en marcha campañas como la de ¡Manos fuera de Rusia! y colaboró en la difusión de las ideas y políticas bolcheviques en sus escritos y a través de la Oficina del pueblo de información sobre Rusia. Animó a los trabajadores y trabajadoras británicas a solidarizarse con el pueblo ruso. Participó en acciones de protesta como la protagonizada por los estibadores que se negaron a cargar el barco Jolly George con armas destinadas a la contrarrevolución rusa.

En 1918 el voto femenino fue aprobado para las mujeres mayores de 30 años. Pankhurst protestó contra el carácter limitado de este sufragio que excluía a las mujeres más jóvenes y pobres. En 1921 viajó a la URSS, donde pudo debatir con muchos dirigentes soviéticos, recogiendo sus impresiones en su obra Soviet Rusia as I Saw It. Pankhurst pasó por diferentes organizaciones políticas, como la Federación socialista de trabajadores (WSF), y fue una de las fundadoras del Partido Comunista de Gran Bretaña (PCGB), apoyó la II República española en los años 30 y también la causa de la población judía perseguida por el régimen nazi en Alemania.

La invasión de Etiopía por la Italia fascista en 1935 despertó un profundo interés en ella por este país, que la llevó, en 1936, a fundar el periódico New Times & Ethiopia News, publicación en la que relataba los acontecimientos de Europa y del norte de África. Su interés por Etiopía creció hasta tal punto que, después de la Segunda Guerra Mundial, emigró al país africano, poniendo en marcha diversos proyectos sociales y desde donde luchó contra la ocupación intaliana. Allí recaudó fondos para el primer hospital universitario de Etiopía y se convirtió en amiga y consejera del emperador etíope Haile Selassie. En 1954 se trasladó definitivamente a Addis Abeba junto a su hijo y allí fundó la revista Ethiopia Observer, que informaba mensualmente sobre la vida y el desarrollo de Etiopía.

En 1955 publica Ethiopia: A Cultural History, donde plasmó su investigación sobre el arte y la cultura de ese país. Falleció en 1960, en Addis Abeba. Su legado incluye la organización de las trabajadoras, el enfrentamiento a la guerra imperialista, la pasión por la Revolución rusa, la lucha por la igualdad y por una sociedad libre de toda opresión.

Es la única extranjera enterrada frente a la Catedral de la Santísima Trinidad en Addis Abeba.

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Durante mucho tiempo el Derby de Epsom fue uno de los grandes acontecimientos de la alta sociedad inglesa. Esta histórica carrera de caballos se celebró por primera vez en 1780 y hacia principios del siglo XX seguía siendo un gran evento que tenía un fuerte eco en los medios de comunicación. Fue precisamente por eso que una de las líderes del movimiento sufragista decidió utilizarlo para darle visibilidad a la causa. En mitad de la carrera, Emily Davison, quien ya había sido arrestada en nueve ocasiones y había hecho siete huelgas de hambre en su lucha por conseguir el voto para las mujeres, se arrojó delante del caballo del rey Jorge V y, aunque intentó hacerse con las riendas, el animal terminó arrollándola y provocándole graves heridas. Pocos días después, murió a causa de estas en el hospital. Alrededor de 500.000 personas presenciaron el acto, incluidos el rey y la reina de Inglaterra, y el suceso apareció en la portada de muchos periódicos. Esta fotografía muestra el instante preciso en que la mujer cae del caballo saliendo despedida.

Mary M. Talbot, Kate Charlesworth y Bryan Talbot construyen una historia apasionante sobre la lealtad, el coraje y la dignidad de un grupo de mujeres que lograron abrir, en el ámbito laboral, social y educativo, una serie de puertas que habían estado siempre cerradas.

Mariapaola Pesce es genovesa, librera por herencia familiar y después formadora y coach ejecutiva, en la actualidad se dedica a la escritura y a la formación. Después de Si j’étais une souris, su primer álbum ilustrado, publicó Filo, il mio amico immaginario, La collana della nonna, Case nel mondo, los dos primeros volúmenes de la serie Alice in Austerland, Fuga da campo sventura e Il grande viaggio di Naoki. En 2020 publicó Ancora, papà e Storie di ragazzi che cambiano il mondo, escrito junto con Daniele Nicastro y Teo Bendetti. En 2021 publicó Angela Davis (la otra h), junto con Mel Zohar. Actualmente forma parte de la dirección artística y organizativa del festival itinerante para jóvenes lectoras y lectores «Zaratan – Una foresta di storie» y coordina el proyecto de formación y promoción de la lectura «Omero-Gli scrittori raccontano i libri».

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La Declaración de Seneca Falls, también conocida como la Declaración de Sentimientos y Resoluciones de Seneca Falls, es un documento norteamericano resultado de la reunión celebrada el 19 y 20 de julio de 1848 firmado por sesenta y ocho mujeres y treinta y dos hombres de diversos movimientos y asociaciones políticas de talante liberal y próximos a los círculos abolicionistas, lideradas por Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott para estudiar las condiciones y derechos sociales, civiles y religiosos de la mujer. Fue Elizabeth Cady Stanton quien se encargó de redactar la declaración de principios y las resoluciones que finalmente se aprobaron.

En su redacción la hizo adoptar la forma de la Declaración de Independencia (EE.UU. 1776) con lo que consiguió cargarla con una poderosa fuerza de convicción y de significado histórico. La declaración se enfrentó a las restricciones políticas: no poder votar, ni presentarse a elecciones, ni ocupar cargos públicos, ni afiliarse a organizaciones políticas o asistir a reuniones políticas. Iba también contra las restricciones económicas: la prohibición de tener propiedades, puesto que los bienes eran transferidos al marido; la prohibición de dedicarse al comercio, tener negocios propios o abrir cuentas corrientes y se expresaba en contra de la negación de derechos civiles o jurídicos para las mujeres.

Consta de doce decisiones e incluye dos grandes apartados: las exigencias para alcanzar la ciudadanía civil para las mujeres y los principios que deben modificar la costumbres y la moral. Once de las decisiones fueron aprobadas por unanimidad y la número doce, la que hace referencia al voto, por una pequeña mayoría. Está considerada como el texto fundacional del feminismo como movimiento social y del sufragismo norteamericano. Fue una de las expresiones colectivas del feminismo contemporáneo a diferencia de textos anteriores como la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791) de Olimpia de Gouges o Vindicación de los derechos de la mujer (1792) de Mary Wollstonecraft.

La Convención de Seneca Falls fue la primera convención sobre los derechos de la mujer en Estados Unidos, realizada del 19 de julio al 20 de julio de 1848 en Seneca Falls (Nueva York). Fue organizada por Lucretia Mott y Elizabeth Cady Stanton. El resultado fue la publicación de la Declaración de Seneca Falls (o Declaración de Sentimientos, según las propias autoras), un documento basado en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos en el que denunciaban las restricciones, sobre todo políticas, a las que estaban sometidas las mujeres: no poder votar, ni presentarse a elecciones, ni ocupar cargos públicos, ni afiliarse a organizaciones políticas, ni asistir a reuniones políticas.

La reunión fue convocada “para discutir la condición y los derechos sociales, civiles y religiosos de las mujeres” y pretendía formar parte de los movimientos de reforma social que caracterizaban la dinámica política en EE. UU. desde la presidencia del demócrata (1829-1837) Andrew Jackson hasta la Guerra de Secesión.

El texto es considerado el texto fundacional del movimiento feminista.

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Clara Lemlich:

Clara Lemlich Shavelson (28 de marzo de 1886 - 12 de julio de 1982) fue una líder del Levantamiento de 20.000 , la huelga masiva de trabajadores camiseros en la industria de la confección de Nueva York en 1909, donde habló en yiddish y llamó a la acción. Más tarde incluida en la lista negra de la industria por su trabajo sindical, se convirtió en miembro del Partido Comunista de EE. UU. Y activista de los consumidores. En sus últimos años como residente de un hogar de ancianos, ayudó a organizar el personal.

Clara Lemlich sobre 1910.

Lemlich nació el 28 de marzo de 1886, en la ciudad ucraniana de Gorodok, en una familia judía. Criada en un pueblo predominantemente de habla yiddish, la joven Lemlich aprendió a leer ruso a pesar de las objeciones de sus padres, cosiendo ojales y escribiendo cartas a vecinos analfabetos para recaudar dinero para sus libros. Después de que un vecino la introdujera en la literatura revolucionaria, Lemlich se convirtió en una socialista comprometida. Emigró a los Estados Unidos con su familia en 1903, luego de un pogromo en Kishinev, Lemlich pudo encontrar un trabajo en la industria de la confección a su llegada a Nueva York. Las condiciones allí se habían vuelto aún peores desde el cambio de siglo, ya que la nueva máquina de coser industrial permitió a los empleadores exigir el doble de producción a sus empleados, quienes a menudo tenían que suministrar sus propias máquinas y llevarlas desde y hacia el trabajo.

El pogromo de Kishinev fue un motín antijudío que tuvo lugar en Kishinev (Moldavia ), entonces la capital de la gobernación de Besarabia en el Imperio ruso, en 1903. Más disturbios estallaron en octubre de 1905. En la primera ola de violencia, que comenzó el día de Pascua, 49 judíos fueron asesinados, varias mujeres judías fueron violadas y 1.500 casas sufrieron daños. Los judíos estadounidenses comenzaron con la ayuda financiera organizada a gran escala y ayudaron en la emigración. El incidente centró la atención mundial en la persecución de los judíos en Rusia y llevó a Theodor Herzl a proponer el Plan de Uganda para el reasentamiento de los judíos.

Lemlich, junto con muchos de sus compañeros de trabajo, se rebelaron contra las largas jornadas, los bajos salarios, la falta de oportunidades para avanzar y el trato humillante de los supervisores. Lemlich se involucró en el Sindicato Internacional de Trabajadores de la Confección de Mujeres y fue elegida miembro de la junta ejecutiva del Local 25 del ILGWU. Rápidamente se hizo un nombre entre sus compañeros de trabajo, liderando varias huelgas de fabricantes de camiseros y desafiando al liderazgo mayoritariamente masculino del sindicato a organizar a las trabajadoras de la confección. Combinó audacia con mucho encanto (era conocida por su fina voz para cantar) y valentía personal (regresó al piquete en 1909 después de romperse varias costillas cuando los gánsteres contratados por los empleadores atacaron el piqueteros). Lemlich llamó la atención del mundo exterior en la reunión masiva celebrada en Cooper Union el 22 de noviembre de 1909 para reunir apoyo para los trabajadores de camisero en huelga en Triangle Shirtwaist Company y Leiserson Company. Durante dos horas, las principales figuras del movimiento obrero estadounidense y los líderes socialistas del Lower East Side hablaron en términos generales sobre la necesidad de solidaridad y preparación. Deseando un llamado a la acción, no solo palabras, Lemlich exigió la oportunidad de hablar. Subida a la plataforma, dijo:

He escuchado a todos los oradores y no tengo más paciencia para hablar. Soy una chica trabajadora, de esas que golpean contra condiciones intolerables. Estoy cansada de escuchar generalidades. Para lo que estamos aquí es para decidir si hacemos huelga o no. Hago una moción para que salgamos en huelga general.

La multitud respondió con entusiasmo y, después de tomar una versión modificada del antiguo juramento judío de fidelidad a Israel - "Si me vuelvo traidor a la causa que ahora prometo, que esta mano se seque del brazo que ahora levanto" - votó por una huelga general. . Aproximadamente 20.000 de los 32.000 trabajadores del comercio de camiseros se retiraron en los dos días siguientes; esto se conocería como el Levantamiento de los 20.000. Lemlich asumió un papel de liderazgo en la movilización de trabajadores, hablando en mítines hasta que perdió la voz. La huelga duró hasta el 10 de febrero de 1910 y produjo contratos sindicales en casi todas las tiendas, pero no en Triangle Shirtwaist. Triangle Shirtwaist se convirtió en sinónimo de "fábrica de explotación" durante el año siguiente. El 25 de marzo de 1911, cerca de 150 trabajadores de la confección murieron como resultado de un incendio que consumió la fábrica. Los trabajadores murieron quemados o murieron saltando para escapar de las llamas. Lemlich buscó en la armería donde habían llevado a los muertos para buscar a un primo desaparecido; un periodista la describió como convulsionada por risas histéricas y lágrimas cuando no lo encontró.

El incendio de la fábrica de confección de camisas Triangle Waist Co. de Nueva York el 25 de marzo de 1911 fue el desastre industrial con más víctimas mortales en la historia de la ciudad de Nueva York y el cuarto en el número de muertes de un siniestro industrial en la historia de los Estados Unidos. El fuego causó la muerte de 146 personas: 123 trabajadoras y 23 trabajadores, dejando otras 70 heridas.

Incluida en la lista negra de la industria y en desacuerdo con el liderazgo conservador del ILGWU, Lemlich se dedicó a la campaña por el sufragio femenino. Al igual que sus colegas Rose Schneiderman y Pauline Newman, Lemlich describió el sufragio femenino como necesario para mejorar la vida de las mujeres trabajadoras, tanto dentro como fuera del lugar de trabajo.

Lemlich, como Newman y Schneiderman, también tenía fuertes diferencias personales y políticas con las mujeres de clase media y alta que lideraban el movimiento por el sufragio. Mary Beard despidió a Lemlich, por razones que no están del todo claras, menos de un año después de contratarla para hacer campaña por el sufragio en 1911. Lemlich continuó sus actividades de sufragio, fundando la Wage Earner's Suffrage League, una alternativa de clase trabajadora a las organizaciones de sufragio de clase media, junto con Schneiderman, Leonora O'Reilly y otras dos trabajadoras de la confección. Sin embargo, aunque la Liga solo admitía mujeres de la clase trabajadora como miembros, dependía del apoyo de las mujeres que no eran de la clase trabajadora y, en deferencia a los deseos de sus partidarios, estaba afiliada a la Asociación Nacional Estadounidense del Sufragio de la Mujer, la organización en la que se veía una alternativa, en lugar de con el Comité de Mujeres del Partido Socialista.

Tras haber organizado una manifestación exitosa en la Cooper Union en la que Lemlich, Schneiderman, y otras hablaron, Lemlich continuó con sus actividades de sufragio para la Women's Trade Union League, mientras que Schneiderman, que abandonó la WTUL en ese momento, se fue a trabajar para la ILGWU antes de regresar a la WTUL varios años después. Otros activistas, como Pauline Newman, trabajaron bajo la protección del Partido Socialista, que apoyaba el sufragio aunque muchos en esa dirección lo consideraban una distracción del asunto más urgente de la lucha de clases.

Lemlich se casó con Joe Shavelson en 1913. La pareja tuvo tres hijos: Irving Charles Velson , Martha Shavelson Schaffer y Rita Shavelson Margules. Al mudarse al vecindario de clase trabajadora del este de Nueva York, y luego a Brighton Beach, no regresó al trabajo, excepto ocasionalmente a tiempo parcial, durante los siguientes treinta años. En cambio, se dedicó a formar una familia y organizar amas de casa. Otros se habían organizado en esta área antes de Lemlich: las amas de casa judías en Nueva York habían boicoteado a los carniceros kosher para protestar por los altos precios en la primera década del siglo XX y la Unión de Inquilinos de Brooklyn lideró huelgas de alquiler y luchó contra los desalojos.

El Prospect Park era conocido por las ovejas que recorrían estos jardines en compañia de sus cuidadores.

Después de unirse al Partido Comunista, que desdeñaba en gran medida la noción de organización del consumidor, Lemlich y Kate Gitlow, madre de Benjamin Gitlow, intentaron organizar una unión de amas de casa que abordaría no solo los problemas de los consumidores, sino también la vivienda y la educación. El United Council of Working Class Housewives también recaudó dinero y organizó ayuda para los huelguistas en Passaic, Nueva Jersey durante la amarga huelga de 1926. En 1929, después de que el Partido Comunista creara una Comisión de Mujeres, Lemlich lanzó el Consejo Unido de Mujeres de la Clase Trabajadora, que finalmente tuvo casi cincuenta sucursales en la ciudad de Nueva York, así como afiliadas en Filadelfia, Seattle, Chicago, Los Ángeles, San Francisco y Detroit.

La organización reclutó entre los miembros del PC, pero no identificó al Consejo con el PC ni presionó a los miembros del Consejo que no eran del Partido para que se unieran al partido también. La UCWCW lideró un boicot generalizado de carnicerías para protestar por los altos precios de la carne en 1935. Cerraron más de 4.000 carnicerías en la ciudad de Nueva York. La huelga se hizo a nivel nacional y la UCWCW ganó apoyo fuera de las comunidades judías y afroamericanas a las que se había limitado en Nueva York. La UCWCW se rebautizó a sí misma como Consejo de Mujeres Progresistas en los años siguientes como parte de la política del momento. Sin embargo, el Partido retiró su apoyo a los consejos y suspendió las publicaciones dirigidas a las mujeres en 1938. Sin embargo, Lemlich siguió estando activo en la PWC, por su siglas en inglés, y fue un líder local en ella después de afiliarse a la Orden Internacional de los Trabajadores en la década de 1940. Los Consejos organizaron boicots aún más amplios para protestar por los altos precios en 1948 y 1951, antes de que las acusaciones de dominio del Partido Comunista lo destruyeran a principios de la década de 1950.

El estado de Nueva York ordenó la disolución de los boicots en 1952. Lemlich continuó sus actividades como parte de la Federación de Clubes de Mujeres Judías Emma Lazarus, que recaudó fondos para Red Mogen David, protestó contra las armas nucleares, hizo campaña para la ratificación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Genocidio y contra la Guerra de Vietnam, y forjó alianzas. con Sojourners for Truth , una organización de derechos civiles de mujeres afroamericanas. También participó activamente en las actividades de los Consejos de Desempleados y en la fundación del Consejo Emma Lazarus, que apoyó los derechos de los inquilinos. El Consejo de Emma Lazarus declaró en 1931 que nadie sería desalojado en Brighton Beach por no poder pagar el alquiler, y luego lo respaldó reuniendo partidarios para evitar los desalojos y devolver los muebles de los inquilinos a sus apartamentos en los casos en que las autoridades intentaron efectuar el desalojo. Lemlich siguió siendo un miembro inquebrantable del Partido Comunista, denunciando el juicio y la ejecución de los Rosenberg.

Ethel y Julius Rosenberg en 1951.

Julius y Ethel Rosenberg eran ciudadanos estadounidenses que fueron condenados por espiar en nombre de la Unión Soviética. La pareja fue acusada de proporcionar información ultrasecreta sobre radares, sonar, motores de propulsión a reacción y valiosos diseños de armas nucleares; en ese momento Estados Unidos era el único país del mundo con armas nucleares. Condenados por espionaje en 1951, fueron ejecutados por el gobierno federal de los Estados Unidos en 1953 en la instalación correccional de Sing Sing en Ossining, Nueva York, convirtiéndose en los primeros civiles estadounidenses en ser ejecutados por tales cargos y los primeros en sufrir esa pena durante tiempos de paz.

Su pasaporte fue revocado después de un viaje a la Unión Soviética en 1951. Se retiró del trabajo de la confección en 1954, luego libró una larga batalla con ILGWU para obtener una pensión. Después de la muerte de su segundo esposo, se mudó a California para estar cerca de sus hijos y suegros en la década de 1960, ingresó al Hogar Judío para Ancianos en Los Ángeles. Como residente, persuadió a la dirección para que se uniera a los boicots de la Uva y la lechuga de los Trabajadores Agrícolas Unidos, y luego instó a los trabajadores a organizarse.

Flora Murray:

La Dra. Flora Murray, M.D. Orden del Imperio Británico (8 de mayo de 1869 – 28 de julio de 1923) fue una doctora en medicina británica, miembro de la "Unión Social y Política de la Mujer". Flora nació en Murraythwaite, Escocia, hija de John Murray y Grace Harriet Graham. Asistió a la Escuela de Medicina para Mujeres en Londres y finalizó sus estudios en la Univerisad de Durham. Trabajó algunos años en Escocia antes de regresar a Londres.

En 1905 Murray fue oficial médica en el hospital para niños de Belgrave, y luego se desempeñó como anestesista en el Hospital para Mujeres de Chelsea. Se unió a la "Unión Social y Política de la Mujer" en 1908, desempeñando sus oficios médicos entre los militantes. Fue oradora, marchó en manifestaciones y realizó pruebas de primeros auxilios entre los sufragistas, acompañada de Emmeline Pankhurst y otras huelguistas luego de su salida de prisión. En 1912 fundó el Hospital de Mujeres para Niños, en 688 Harrow Road, con la doctora Louisa Garrett Anderson. Proveía servicios de salud a los niños de escasos recursos del área, y le dio oportunidad a las doctoras mujeres de ganar experiencia en pedatría. En la Primera Guerra Mundial sirvió en Francia con el Cuerpo Hospital de Mujeres. Junto a su amiga y colega, la Dra. Louisa Garrett Anderson, estableció hospitales militares para el ejército francés en París y Wimereux. Sus propósitos al principio fueron denegados por el ejército británico, pero eventualmente se le permitió continuar con su labor. Sus restos yacen en la Iglesia de la Santísima Trinidad junto a los de su colega Louisa Garrett Anderson en Penn, Buckinghamshire.

Flora Murray, en 1914.

Constance Bulwer-Lytton:

Lady Constance Bulwer-Lytton (12 de enero de 1869 - 2 de mayo de 1923), conocida habitualmente como Constance Lytton, fue una influyente sufragista activista británica, escritora, oradora y defensora de la reforma penitenciaria, el voto femenino y el control de la natalidad. A veces usaba el nombre de Jane Warton. Aunque nació y creció en la clase dirigente privilegiada de la sociedad británica, Lytton rechazó estos antecedentes para unirse a la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU), el grupo más militante de activistas sufragistas que hacían campaña por el «Voto para las Mujeres». Posteriormente fue encarcelada cuatro veces, incluyendo una vez en la cárcel de Walton en Liverpool, bajo el nombre de guerra de Jane Warton, donde fue alimentada a la fuerza mientras estaba en huelga de hambre. Eligió el alias y el disfraz de Jane Warton, una «fea costurera londinense», para evitar recibir un trato especial y privilegios debido a sus conexiones familiares: era hija de un virrey y hermana de un miembro de la Cámara de los Lores.

Escribió folletos sobre los derechos de la mujer, artículos en el periódico The Times, y un libro sobre sus experiencias, Prisons and Prisoners, que se publicó en 1914. Mientras estaba presa en Holloway en marzo de 1909, Lytton utilizó un trozo de esmalte roto de una horquilla para tallar la letra "V" en la carne de su pecho, colocada exactamente sobre el corazón. "V" de Voto para las Mujeres. Lytton permaneció soltera, porque su madre le negó el permiso para casarse con un hombre de un «orden social más bajo», mientras que ella se negó a contemplar la posibilidad de casarse con alguien más. Su ataque al corazón, derrame cerebral y muerte prematura a la edad de 54 años se han atribuido en parte al trauma de su huelga de hambre y a la alimentación forzada por parte de las autoridades de la prisión.

Lytton fue la tercera de siete hijos de Robert Bulwer-Lytton, primer conde de Lytton y Edith Villiers. Pasó algunos de sus primeros años en la India, donde su padre era el Gobernado general; fue él quien hizo la proclamación de que la reina Victoria era la «Emperatriz de la India».

En los primeros años en la India, Lytton fue educada por una serie de institutrices. Aparentemente conoció a Winston Churchill mientras vivía en la India, donde él era un rival de su hermano Victor. «La primera vez que ves a Winston Churchill ves todos sus defectos, y el resto de tu vida te pasas descubriendo sus virtudes». Aunque continúo su educación en Inglaterra rodeada de muchos de los grandes nombres artísticos, políticos y literarios de la época, rechazó el modo de vida aristocrático. Después de la muerte de su padre, se retiró para cuidar a su madre, rechazando los intentos de interesarla en el mundo exterior.

La fase de reclusión de la vida de Lytton comenzó a cambiar en 1905 cuando se quedó con 1.000 libras esterlinas en la finca de su tía abuela y madrina, Lady Bloomfield, que donó al renacimiento de la Danza Morris. Se dice que «su hermano Neville le sugirió que lo donara al Esperance Club, un pequeño grupo de canto y baile para las chicas de la clase trabajadora», donde parte de su cometido era enseñar a bailar la danza Morris. El Esperance Club fue fundado por Emmeline Pethick-Lawrence y Mary Neal en respuesta a las angustiosas condiciones de las jóvenes en el comercio de vestidos de Londres.

La danza Morris (Morris dance en inglés) es una danza tradicional inglesa, acompañada por música, que formaba parte antes de las procesiones y otras fiestas que celebraban alrededor del mes de mayo. Se basa en un andar rítmico y en la ejecución de figuras coreografiadas de un grupo de bailarines. Se implementa con palos, espadas o pañuelos, aunque también puede ser ejecutada sin estos elementos.

Entre septiembre de 1908 y octubre de 1909 la conversión de Constance Lytton a la causa de las sufragistas militantes fue completa.

En octubre de 1909 Constance Lytton fue arrestada por segunda vez en Newcastle. Había arrojado una piedra envuelta en papel con el mensaje «Para Lloyd George - La rebelión contra la tiranía es la obediencia a Dios - Hechos, no palabras». Su mensaje era una respuesta a la nueva política del gobierno de alimentar por la fuerza a las sufragistas encarceladas que estaban en huelga de hambre.

En enero de 1910, convencida de que los prisioneros más pobres eran maltratados, Lytton viajó a Liverpool disfrazada de costurera de clase trabajadora en Londres llamada Jane Warton. Disfrazada continuó, cuando habló en un evento con Sarah Baines y Patricia Woodlock y condujo una manifestación a la casa del gobernador de la prisión exigiendo que la «mancha» de la alimentación forzada fuera eliminada de Liverpool. Fue arrestada después de un incidente en el que se arrojaron piedras a un coche de un diputado, encarcelada en la cárcel de Walton durante 14 días a «trabajos forzados» y alimentada a la fuerza 8 veces. Después de su liberación, aunque desesperadamente débil, escribió relatos de su experiencia para The Times y Votes for Women (la revista mensual de la WSPU, lanzada en 1907). Continuó dando conferencias sobre su experiencia en las condiciones que soportaban las prisioneras sufragistas. Se cree que sus discursos y cartas ayudaron a terminar con la práctica de la alimentación forzada. Lytton escribió sobre el episodio de «Jane Warton» en Prisons and Prisoners.

Mausoleo familiar en Knebworth, lugar de reposo de Constance.

Marion Wallace Dunlop:

Marion Wallace Dunlop (22 de diciembre de 1864-12 de septiembre de 1942) fue una de las primeras y más conocidas sufragistas británicas en hacer huelga de hambre, el 5 de julio de 1909, después de ser arrestada en julio de 1909 por ser activista a favor del voto de las mujeres.

Dunlop Nació en Leys Castle, Inverness, Escocia, el 22 de diciembre de 1864, hija de Robert Henry Wallace Dunlop y su segunda mujer, Lucy Wallace Dunlop (1836–1914). Posteriormente se mudó a Inglaterra y estudió en el Slade School of Fine Art. En 1899 ilustró en estilo art nouveau dos libros, Fairies, elves and Flower Babies y The magic fruit garden. También exhibió en la Real Academia en 1903, 1095 y 1906.

Dunlop fue muy activa en la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU), de hecho fue arrestada dos veces en 1908. La primera vez por "obstrucción" y la segunda por liderar una marcha de mujeres. En 1909 fue arrestada una tercera vez, en este caso por pintar en la pared de la Cámara de los comunes parte de la Declaración de Derechos Británica (Bill of rights), que decía: " Es derecho de los súbditos hacer una petición al rey, y toda reclusión y persecución por tal petición es ilegal" Marion ayudó a planificar muchas de las manifestaciones de la WSPU por el derecho al voto de las mujeres, incluyendo la del 17 de junio de 1911.

Nunca hubo ninguna sugerencia o recomendación por parte de otras personas a Marion, para que comenzara la huelga de hambre. Todas las informaciones sugieren que fue su propia idea. Sin embargo, poco tiempo después, la huelga de hambre se convirtió en el estandarte de la lucha sufragista. Christabel Pankhurst posteriormente declaró: " Wallace Dunlop, sin ser aconsejada por nadie y actuando enteramente bajo su propia iniciativa, nada más entrar en la cárcel de Holloway, mandó al secretario de estado, Gladstone, una solicitud para ser considerada como presa de primera división por un cargo de delito político. Anunció que no iba a ingerir ningún alimento hasta que esta exigencia fuera concedida" Pethick-Lawrence destacó que Wallace-Dunlop había encontrado "una nueva forma de exigir la consideración de presas políticas, y tuvo la habilidad y energía de enfrentarse a las dificultades a las que se enfrenta una verdadera sufragista".

Marion soportó 91 horas de ayuno hasta que fue liberada por su estado de salud. La huelga de hambre fue su idea y después del éxito obtenido se convirtió en política oficial de la WSPU. En respuesta a esto, en septiembre de 1909, el Gobierno británico introdujo la alimentación forzada de las prisioneras.

Wallace-Dunlop fue portadora del féretro de Emmeline Pankhurst cuando murió en 1928. A partir de entonces se hizo cargo de Mary, la hija adoptiva de Emmeline.Murió el 12 de septiembre de 1942 en Monte Alvernia Nursing Home, Guildford.

Hermila Galindo Acosta:

Hermila Galindo Acosta, más conocida como Hermila Galindo de Topete (Ciudad Lerdo, Durango, México, 2 de junio de 1886 - Ciudad de México, 18 de agosto de 1954), fue una maestra, revolucionaria, feminista, política mexicana, oradora, periodista y fundadora de la revista La Mujer Moderna y autora del libro La Doctrina Carranza y el acercamiento indolatino.

Fue bautizada como hija natural. En el acta, aparece registrada como María Hermila Acosta. Se dice que la madre de Hermila Acosta falleció durante sus primeros días de nacida. Hizo unos años de primaria en su ciudad natal y otros en Chihuahua. Cursó una carrera corta en la Escuela Industrial de Señoritas, en Chihuahua, en la que estudió telegrafía, inglés, teneduría de libros, taquigrafía, mecanografía y español. En el reportaje “Ocho periodistas mexicanas”, publicado el 15 de octubre de 1954 en el periódico El Universal, Daniel Muñoz escribe que el padre de Hermila, al ver la inteligencia de su hija y su aplicación escolar, pensó en enviarla a Estados Unidos a estudiar Química pero no lo pudo hacer porque él falleció.

Al quedar huérfana de padre en 1902, a sus 16 años, Hermila comenzó a trabajar como profesora de taquigrafía en diversas escuelas de Torreón, Coahuila. En 1909, cuando tenía 23 años, Hermila comenzó a simpatizar con el reyismo y posteriormente, con el maderismo y su postura antirreeleccionista. Es probable que su primer acercamiento a estas corrientes haya sido como taquígrafa del abogado antiporfirista Francisco Martínez Ortiz, dirigente del semanario 'El Nuevo Mundo. En 1911, se trasladó a vivir a la Ciudad de México, en donde fue secretaria del general Eduardo Hay. Tras el derrocamiento de Francisco I. Madero, ocurrido en la Decena Trágica, Hermila se quedó sin un trabajo permanente; impartía cursos de taquigrafía en la escuela Miguel Lerdo de Tejada, de la Ciudad de México. Es probable que durante ese tiempo mantuviera contacto o perteneciera a clubes revolucionarios, porque en 1914 fue elegida por el club Abraham González para que formara parte del comité de bienvenida al Ejército Constitucionalista.

De esta forma, conoció a Venustiano Carranza, quien la invitó a colaborar como su secretaria particular. A partir de entonces, trabajó y promovió la política carrancista. En 1915, fundó y dirigió el semanario literario y político Mujer Moderna. A través de esta publicación, promovió la educación laica, la educación sexual, así como la igualdad de la mujer y los hombres. En 1916, envió una ponencia al Primer Congreso Feminista de Yucatán, "La mujer en el porvenir", que causó revuelo entre las mismas feministas. En ella, expuso sus ideas sobre el feminismo: explicaba la necesidad de igualdad entre mujeres y hombres, incluyendo sus derechos sexuales y políticos. Solicitó la necesidad de implementar un plan de educación sexual, y señaló a la religión como la principal responsable de la ignorancia de la población al respecto de este tema, por tratarlo como un tabú. Impartió conferencias sobre feminismo en diversos lugares del país, en los que fundaba clubes feministas: Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán. Viajó a La Habana para dar a conocer la postura política de Venustiano Carranza y para protestar en contra de la política intervencionista de Estados Unidos en México.

Defendió la igualdad de la mujer y su derecho a voto, promoviendo la inclusión de éste en los artículos 34.° y 35.° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. Sin embargo, el Congreso Constituyente decidió no incluir el voto femenino en la nueva carta magna, bajo el argumento siguiente:

El hecho de que algunas mujeres excepcionalmente tengan las condiciones necesarias para ejercer satisfactoriamente los derechos políticos no funda la conclusión de que éstos deben concederse a las mujeres como clase [...] la actividad de la mujer no ha salido del círculo del hogar doméstico, ni sus intereses se han desvinculado de los de los miembros masculinos de la familia; no ha llegado entre nosotros a romperse la unidad de la familia, como llega a suceder con el avance de la civilización; las mujeres no sienten pues, la necesidad de participar en los asuntos públicos, como lo demuestra la falta de todo movimiento colectivo en ese sentido.

La modificación al artículo fue dada a conocer el 17 de octubre de 1953. El voto de las mujeres fue resultado de la tarea realizada no solo por Hermila Galindo, sino de Elvia Carrillo Puerto, Adelina Zendejas, Adela Formoso de Obregón Santacilia, María Lavalle Urbina y Amalia González Caballero de Castillo Ledón, entre otras. En 1919, Hermila publicó La Doctrina Carranza y el acercamiento indolatino, libro en el que dedica un apartado a La mujer latinoamericana, en el que menciona que ha contribuido con la Doctrina Carranza efectuando “una constante labor de dignificación y de liberamiento de la mujer” y pugnando porque las mujeres ocupen el “lugar que en justicia le corresponde en el concierto social”.

También en este documento alude a características con las que supuestamente la naturaleza dota a las mujeres, como la bondad, ternura y amor, entre otras. Para Hermila Galindo, la mujer mexicana tenía que lograr tres emancipaciones: la del clero, la de los prejuicios de la sociedad existente y la del hombre. Ser promotora del carrancismo, tener vínculos con la élite política, ser directora de una revista y conferencista nacional e internacional fueron plataformas que Hermila Galindo utilizó para difundir su propuesta política que se nutrió de demandas sufragistas y feministas de las mujeres de su época, entre ellas, demandas por la libertad, el derecho a la educación y la igualdad laboral, sexual, civil y familiar. En el discurso de Galindo son recurrentes los argumentos que insisten en que las mujeres deben participar en la esfera pública por su experiencia en la esfera privada; argumentos que en ocasiones parecen estratégicos para posicionar las demandas de las mujeres sin transgredir del todo el orden social del género vigente en esa época.

Hermila Galindo murió en la Ciudad de México el 18 de agosto de 1954, víctima de un infarto agudo de miocardio.

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El Movimiento Pro-Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH) es una organización no gubernamental que busca contribuir a la igualdad de derechos de las mujeres en la sociedad, al fortalecimiento y articulación del movimiento de las mujeres chilenas y a impulsar el ejercicio de su ciudadanía. El MEMCH ha estado presente en las distintas etapas de la historia de la lucha de las mujeres chilenas por alcanzar sus derechos para ser igualitarios al del hombre.

En su declaración de principios se definen como una organización de carácter nacional y multiclasista, esto debido a que, además de agrupar en su seno a mujeres de todas las tendencias ideológicas, y de todos los credos religiosos, también acogió a profesionales, empleadas domésticas y a las dueñas casa con la sola condición de estar dispuestas a luchar por la liberación social, económica y jurídica de la mujer.

Elena Caffarena, una de las fundadoras.

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Matilde Huici Navaz (Pamplona, 3 de agosto de 1890 – Santiago de Chile, 13 de abril de 1965) fue una maestra, abogada, pedagoga y sufragista española. Además de colaborar con María de Maeztu en la organización de la Residencia de Señoritas y el Lyceum Club Femenino, fue cofundadora de la Asociación Española de Mujeres Universitarias (con Victoria Kent y Clara Campoamor en 1928) y delegada de España en la Comisión Consultiva de Cuestiones Sociales y Humanitarias de la Sociedad de Naciones.

Exiliada en Chile desde 1940, donde tras montar en 1944 la Escuela Educadora de Párvulos de la Universidad de Chile y desarrollar una intensa actividad pedagógica, falleció a los 74 años de edad.

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Louisa Garrett Anderson:

Louisa Garrett Anderson, Orden del Imperio Británico (28 de julio de 1873-15 de noviembre de 1943) fue una doctora en medicina y suffragette, miembro de la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU), una organización fundada en el Reino Unido en 1903 por Emmeline Pankhurst. Fue hija de Elizabeth Garrett Anderson, reconocida pionera médica. Su tía, Millicent Fawcett fue una sufragista británica. Anderson fue jefe de cirugía del Cuerpo Hospital de Mujeres (WHC) y miembro de la Sociedad Real de Medicina.

Fue una de las tres hijas de James George Skelton Anderson, de la Compañía de Navegación Peninsular y Oriental, y Elizabeth Garrett Anderson, la primera mujer inglesa calificada como doctora en medicina, y cofundadora de la Escuela de Medicina para Mujeres de Londres. Asistió a la escuela St Leonards en St. Andrews, y a la Escuela de Medicina para Mujeres del hospital Royal Free, donde se desempeñó en medicina.

En 1912, fue condenada a seis semanas de trabajos forzados, más tarde reducidos a cuatro semanas, por romper una ventana con un ladrillo. Escribió muchos artículos médicos y la biografía de su madre en 1939.

En la Primera Guerra Mundial sirvió en Francia con el Cuerpo Hospital de Mujeres creada por ella y su amiga y colega, la también doctora Flora Murray. Juntas, establecieron dos hospitales militares para el ejército francés en París y Wimereux. Sus propósitos al principio fueron denegados por el ejército británico, pero a comienzos de 1915, el War Officeles ofreció unas instalaciones en el centro de Londres para establecer allí un hospital y continuar con su labor.

Victoria Kent:

Victoria Kent Siano (Málaga, 6 de marzo de 1891-Nueva York, 26 de septiembre de 1987) fue una abogada y política republicana española. Fue la primera mujer en colegiarse el Colegio de Abogados de Madrid, en 1925, y la segunda española, tras Ascensión Chirivella Marín (que se colegió en Valencia en 1922), durante la dictadura de Primo de Rivera, y la primera mujer del mundo que ejerció como abogada ante un tribunal militar.

Nacida en Málaga, vivió allí hasta 1917, criada por su padre, José Kent Román (comerciante de tejidos), y su madre, María Siano González, que ejercía como ama de casa. Sus padres, de talante liberal y mentalidad más abierta de lo habitual, le permitieron estudiar Magisterio en Málaga y matricularse luego en Derecho en la Universidad Central de Madrid. En cuanto a su fecha de nacimiento, aún a día de hoy se duda de la exactitud de la misma. La más barajada es el 6 de marzo de 1891, pero no se puede asegurar puesto que la misma Kent cambió dicha fecha por la de 1897 y 1882 en documentos variados fechados desde su llegada a Madrid. Incluso se la sitúa en 1898. Entre las razones de ello se aducen «exigencias de tipo académico» o incluso «coquetería».

En 1906 ingresó en la escuela de magisterio de Málaga donde ya dos profesoras feministas le influyen: Suceso Luengo y Teresa Aspiazu. En 1917 marchó a la capital para estudiar Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros, donde fue bien recibida gracias al apoyo de su madre y los contactos de su padre. Se instaló en la Residencia de Señoritas de Madrid, dirigida en ese entonces por María de Maeztu, mujer cuya personalidad influyó notablemente en Victoria. En 1920 ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad Central, cursando la carrera como alumna no oficial y recibiendo clases de profesores como Jiménez de Asúa o Felipe Sánchez-Román. Se licenciará en junio de 1924 y se colegia en enero del siguiente año, realizando sus primeras intervenciones como abogada defensora ante los tribunales. Ya en 1931 se haría un nombre al defender ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina a Álvaro de Albornoz, miembro del Comité Revolucionario Republicano. Se había visto detenido y procesado -junto a muchos de los que más tarde formarían el Gobierno provisional de la República- debido al fracaso de la Sublevación de Jaca, sucedido en diciembre de 1930. Así, sería la primera mujer en intervenir ante un tribunal de guerra logrando, además, la libertad del detenido. Sería elegida en 1931 miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y, en 1933, de la Asociación Internacional de Leyes Penales de Ginebra. Además de dedicarse a la abogacía, abrirá un bufete de abogados especializado en Derecho Laboral -siendo la primera mujer en España en lograr esto-, situado en la calle Marqués del Riscal nº 5. También ejercerá como asesora jurídica del Sindicato Nacional Ferroviario y de la Confederación nacional de Pósitos Marítimos, llegando a presidir en 1927 el primer Congreso de Cooperativas en España.

Al poco de su llegada a Madrid se afiliará a la Asociación Nacional de Mujeres Españolas y la Juventud Universitaria Femenina, dirigida por María Espinosa de los Monteros; representando a dicha entidad en un congreso en Praga en 1921. Afiliada al Partido Republicano Radical Socialista (PRRS), fue elegida en 1931 diputada de la conjunción republicano-socialista de las Cortes republicanas constituyentes por Madrid (provincia) con 65.254 votos. En las elecciones del 16 de febrero de 1936, Victoria Kent fue elegida diputada por Jaén, en las listas de Izquierda Republicana (IR), que formaba parte del Frente Popular. Llegaría a presidir el comité del Distrito centro de Madrid y a fundar la rama femenina de la organización: el Ateneo Femenino Radical-Socialista. Sería además vicepresidenta desde 1926 del Lyceum Club Femenino, recientemente fundado, e impulsora junto con Clara Campoamor y Matilde Huici, mujeres que compartían sus ideales feministas, del Instituto Internacional de Uniones Intelectuales.

La prensa aprovechó para lanzar sus más afiladas ironías. En el Congreso de los Diputados solo dos mujeres ocupaban un escaño en octubre de 1931, pero no estaban de acuerdo en el debate crucial sobre la implantación del voto femenino. Si esta discrepancia se producía con tan pocas, ¿cómo iba a ser posible que todas se pusieran de acuerdo? Una, Victoria Kent (1898-1987), del Partido Radical-Socialista, abogaba por aplazar el cambio. Creía que no era el momento oportuno y declaró en el hemiciclo que renunciaba, por el momento, a su ideal. ¿A qué se debía esta paradoja por parte de una luchadora feminista? La misma persona que lamentaba el escaso protagonismo de las mujeres en la vida pública, la misma política que deploraba el machismo de la cultura imperante, se negaba a la concesión a sus congéneres de un derecho fundamental.

En esos momentos, la Cámara discutía lo que iba a ser el artículo 36 de la Constitución, por el que se reconocería el sufragio a las españolas. Para Kent, esa medida iba a provocar un desastre. Porque, en su opinión, las mujeres se hallaban bajo el dominio del clero.

Poco tiene que ver esta enorme construcción, que triplica el tamaño original, con los 12.400 metros cuadrados que se inauguraron el 31 de octubre de 1850, bajo el reinado de Isabel II, y que dilató su construcción entre 1843 y 1850, bajo las directrices del arquitecto de Narciso Pascual y Colomer.

Es decir, que votarían en masa a las fuerzas conservadoras, de forma que sería imposible desarrollar las reformas progresistas que necesitaba el país. Había que esperar a que la República estuviera consolidada para que apreciaran y abrazaran sus beneficios. En ese momento, facilitar su acceso a las urnas era prematuro, porque su conciencia no era libre. Estaba secuestrada por los padres, los maridos o los sacerdotes.

La de Kent no fue una postura aislada. Otras importantes mujeres de izquierdas, como Margarita Nelken o Hildegart Rodríguez, se manifestaron en similares términos. Sin embargo, Clara Campoamor, diputada por el Partido Republicano Radical, expuso la opinión contraria. Según Campoamor, no se podía decir a las mujeres que se les concedería el voto cuando fueran republicanas, porque ellas habían luchado igual que los hombres para hacer realidad la República.

Puesto que sufrían las consecuencias de las leyes y pagaban impuestos, no era justo que se las dejara en un estado de subordinación. Clara Campoamor era la líder más representativa de un incipiente movimiento sufragista, con dos décadas ya de historia, aunque sin la influencia que había llegado a alcanzar en los países anglosajones. El Congreso, finalmente, convirtió a las mujeres en electoras por 161 votos a favor y 121 en contra. Victoria Kent, derrotada, intentó una maniobra para desactivar parcialmente la reforma. Sugirió que las mujeres solo pudieran votar en unas elecciones generales tras haberlo hecho en dos comicios municipales consecutivos.

Referéndum autonómico del 5 de noviembre de 1933 en Éibar, primera vez que la mujer puede votar; en el resto de España lo hicieron en las generales del 19 de noviembre de 1933.

Miguel Ángel Villena, su biógrafo, señala que si esta enmienda hubiera prosperado, las mujeres aún habrían tenido que aguardar cerca de un decenio para optar a elegir al presidente del Estado. La victoria electoral de la conservadora CEDA, en 1933, pareció dar la razón a los peores presagios. Las mujeres habían sido, supuestamente, las artífices del triunfo de la derecha. Este es un tópico que llega hasta nuestros días, sin desaparecer del todo. En realidad, no existió ningún sesgo de género en las elecciones. Apenas tres años después, también con voto femenino, fue la izquierda del Frente Popular la que venció. La historiadora Mercedes Vilanova señaló hace tiempo que la orientación del sufragio dependió de la clase social, sin que se apreciaran diferencias entre mujeres y hombres.

Transcurrido medio siglo, ya durante la democracia, Victoria Kent intentó justificar su postura. En una entrevista afirmó que sus ideas de los años treinta sobre el tema no eran tan cerradas como parecían desde el presente. Dijo también que, en el momento de sus declaraciones, las circunstancias eran por completo distintas: “Hoy la situación ha cambiado radicalmente, y la mujer se merece el voto porque ha luchado y está capacitada para él”.

Durante la II República fue nombrada por el gobierno provisional presidido por Alcalá-Zamora, Directora General de Prisiones en abril de 1931. Ocuparía este puesto durante poco más de un año, con el objetivo de lograr la rehabilitación de los presos, tras constatar la miseria y el abandono de las prisiones españolas. Desde este cargo introdujo reformas con la intención de humanizar el sistema penitenciario, siguiendo la labor ya emprendida por Concepción Arenal en el siglo XIX. Dimitió el 4 de junio de 1932 (haciéndose efectiva con su publicación en la Gaceta de Madrid el 8 de junio) tras una campaña de prensa en su contra a raíz de las huelgas de hambre protagonizadas en Pamplona y Vitoria por detenidos políticos y la sucesión de fugas de presos por «negligencia del personal de Prisiones», especialmente significativa la de algunas decenas de presos de la prisión del Puerto de Santa María.

Sin embargo, logró llevar a cabo algunas reformas, como son: la mejora de la alimentación de los reclusos, la libertad de culto en las prisiones, la ampliación de los permisos por razones familiares, la creación de un cuerpo femenino de funcionarias de prisiones y retirada de grilletes y cadenas (con cuyo metal mandó modelar una estatua en honor a Concepción Arenal). Entre otras cosas, cerró 114 centros penitenciarios, mandó construir la Cárcel de Mujeres de Ventas, en Madrid -sin celdas de castigo-, y el Instituto de Estudios Penales, dirigido por Jiménez de Asúa, que había sido uno de sus profesores en la Facultad de Derecho. Sus medidas al frente de la Dirección General de Prisiones le dieron una gran popularidad, llegando su nombre a aparecer en un conocidísimo chotis, «El Pichi», parte de una revista frívola Las leandras, del compositor Francisco Alonso, estrenada en Madrid el año 1931 y cantada por la popular Celia Gámez.

Entrevista a Victoria Kent realizada en 1979 por Joaquín Soler Serrano para TVE en el programa A fondo:

Uno de los momentos más distinguidos y controvertidos en la vida y obra de Victoria será su oposición al sufragio femenino ante las Cortes españolas en 1931, cuando se enfrentaría a otra feminista, Clara Campoamor, en una batalla dialéctica y trascendental sobre una cuestión que repercutiría enormemente en los derechos de las mujeres. Su opinión era que la mujer española carecía en aquel momento de la suficiente preparación social y política y que, debido a la influencia de la Iglesia, su voto sería conservador y perjudicaría a la República. La opinión de su oponente era, en cambio, que pese al resultado de las urnas, toda mujer debería tener el derecho de votar, pues defendía la igualdad de todos los seres humanos. El debate fue seguido por los medios de comunicación, que espolearon burlas y comentarios como: "dos mujeres solamente en la Cámara, y ni por casualidad están de acuerdo", o "¿qué ocurrirá cuando sean 50 las que actúen?". De hecho, la prensa las apodó irónicamente La Clara y la Yema. Tras su intervención Victoria perdería su popularidad, no saliendo elegida como diputada en las elecciones de 1933. Finalmente, el debate lo ganaría Campoamor, logrando que en las siguientes elecciones, en 1933, votasen las mujeres por sufragio universal. La derecha se presentó unida, al contrario que la izquierda, y ganó. Posteriormente la izquierda culpó a las mujeres y, en especial, a Clara Campoamor, por esa victoria.

Estas fueron algunas de las ideas que presentaría en el debate con Clara Campoamor el 1 de octubre de 1931 sobre el derecho de voto de las mujeres:

"Creo que no es el momento de otorgar el voto a la mujer española. Lo dice una mujer que, en el momento crítico de decirlo, renuncia a un ideal. Quiero significar a la Cámara que el hecho de que dos mujeres se encuentren aquí reunidas opinen de manera diferente, no significa absolutamente nada, porque dentro de los mismos partidos y de las mismas ideologías, hay opiniones diferentes (...). En este momento vamos a dar o negar el voto a más de la mitad de los individuos españoles y es preciso que las personas que sienten el fervor republicano, el fervor democrático y liberal republicano, nos levantemos aquí para decir: es necesario, aplazar el voto femenino (...). Señores diputados, no es cuestión de capacidad; es cuestión de oportunidad para la República (...). Pero hoy, señores diputados, es peligroso conceder el voto a la mujer"

Fotografía de Victoria Kent publicada en la revista Mundo Gráfico, número 1026 de 1 de julio de 1931.

Con el estallido de la Guerra Civil marchó al exilio, al igual que muchos otros republicanos. Mientras se dirigía hacia la frontera acompañó a muchos de los niños de los soldados que luchaban en el frente para lograr su evacuación, tras haber realizado llamamientos para que no fueran abandonados. Se refugió en París, y fue nombrada Primera Secretaria de la embajada española en la capital para que pudiese seguir haciéndose cargo de los niños refugiados. Fue responsable además de la creación de refugios y guarderías con este fin.

Hasta el final de la Guerra Civil permaneció en París, dedicando todos sus esfuerzos a ayudar a los exiliados españoles en la capital y en su salida hacia América. Sin embargo, al verse París ocupada el 14 de junio de 1940 por la invasión nazi, Victoria se vio obligada a refugiarse en la embajada mexicana durante un año. Además, su nombre figuraba en la lista negra que la policía franquista había entregado al gobierno colaboracionista de Vichy. Fue juzgada por los tribunales de Franco y, en octubre de 1943, cuándo todavía estaba en París, el Tribunal contra la Masonería y el Comunismo la condenaba en rebeldía a 30 años de prisión, con las accesorias de inhabilitación absoluta y expulsión del territorio nacional. Afortunadamente, la Cruz Roja le proporcionó un piso en el barrio del Bosque de Bolonia (o de Boulogne), donde se alojará hasta 1944 protegida por una identidad falsa. Durante ese tiempo, siendo “Madame Duval”, escribiría Cuatro años en París, novela con marcados tintes autobiográficos reflejados en el protagonista, Plácido, álter ego de la autora.

Marchó al exilio en México en el año 1948. Allí trabajó durante dos años en la creación de la Escuela de Capacitación para el Personal de Prisiones, siendo la directora, y dando clases de Derecho Penal en la universidad. Reclamada por la ONU, en 1950 marchó a Nueva York, donde colaboró en la Sección de Defensa Social y realizó un estudio sobre el pésimo estado de las cárceles de Iberoamérica. Entre 1951 y 1957, una vez abandonado su anterior cargo por encontrarlo excesivamente burocrático, fue ministra sin cartera del Gobierno de la Segunda República Española desde el exilio, siendo la segunda mujer en ocupar este puesto desde Federica Montseny. Asimismo, fundó y dirigió la revista Ibérica, financiada por Louise Crane durante veinte años (1954-1974) dirigida a todos los exiliados alejados de su patria, como ella. En 1977, cuarenta años después de exiliarse a Francia, Victoria volvió a España, recibida con cariño y admiración por sus seguidores. Sin embargo, volvió a Nueva York donde pasó sus últimos días, falleciendo el 26 de septiembre de 1987.

En 1986 le fue concedida la medalla de la Orden de San Raimundo de Peñafort, pero debido a su avanzada edad no pudo acudir a recogerla.

En 2016 se publicó el libro Victoria Kent y Louise Crane en Nueva York. Un exilio compartido, en el que la profesora Carmen de la Guardia analiza por primera vez en profundidad la relación intelectual y sentimental entre Kent y la filántropa Louise Crane basándose en documentación privada. Según el libro, Kent y Crane (Nueva York, 1913-1997) fueron compañeras sentimentales desde principios de los cincuenta hasta su muerte y aunque no vivieron juntas durante la mayoría de los muchos años que compartieron, su relación era conocida por las gentes de su entorno. Victoria Kent no se planteó instalarse en el piso millonario de la familia de Louise Crane en la Quinta Avenida de Nueva York hasta la muerte de la madre de Crane en 1972. Desde su salón se organizaron reuniones cuya lista de invitados elaboraba el Departamento de Estado como se explica en el libro. En ese mundo, cuenta de la Guardia, Kent aunque no dominaba el inglés a la perfección, encajó bien y lo puso a favor de su causa: el combate contra el franquismo y la fundamentación de una nueva cultura política republicana en España.

Intervino activamente en las deliberaciones de la Cámara que discutió el proyecto de Constitución de la República. Entre sus enmiendas destaca la del Artículo 1 “España es una República de trabajadores, liberal en el principio, democrática en el fundamento y social en la orientación. El poder civil, único que existe, procede del pueblo. Toda autoridad y jerarquía social le está subordinada.”, de la que se admitió todo excepto aceptar el poder civil como el único existente. Otra lo fue al Estado laico. El artículo 25.3 decía que nadie podía ser compelido a declarar sobre su confesión religiosa, a lo que ella añadió “ni estas creencias ejercerán influjo sobre ninguna clase de relaciones civiles”. En cuanto a los derechos de la familia aportó la equiparación de hijos legítimos e ilegítimos, la protección de la infancia y maternidad, la igualdad de retribución salarial entre hombres y mujeres y el derecho de manifestación al aire libre. Por último, los artículos 39 y 40 del Proyecto, que fueron respecto a cuestiones sociales, de deportación y destierro. Su intervención en el Proyecto, el uno de octubre de 1931, resulta dramática, pues, como contestación, Clara Campoamor intenta justificar las contradicciones de Victoria Kent. En sus palabras parece haber más comprensión que ironía.

Victoria Kent en su época como Directora general de Prisiones.

Matilde Hidalgo:

Matilde Hidalgo Navarro (Loja, 29 de septiembre de 1889 - Guayaquil, 20 de febrero de 1974), también conocida por el uso de su firma de casada como Matilde Hidalgo de Procel, fue una médica, poeta y activista feminista ecuatoriana. Matilde Hidalgo fue la primera mujer en Latinoamérica en votar en una elección nacional, así como la primera ecuatoriana en doctorarse en medicina. Hidalgo luchó por el reconocimiento de los derechos de las mujeres y ahora es consagrada como uno de los personajes más importantes en la historia ecuatoriana.

Proveniente de un hogar liberal, se enriqueció con el legado cultural alfarista, y sin importarle los prejuicios, luchó por cambiar los esquemas culturales de su época. Sus padres fueron Manuel Hidalgo Pauta y Carmen Navarro del Castillo, oriundos de Venezuela. Después de que su padre murió, su madre tuvo que trabajar como costurera para mantenerlos. Estudió en la escuela de la Inmaculada Concepción de las Hermanas de la Caridad. Al graduarse de sexto grado, quiso seguir estudiando. Su hermano Antonio hizo una solicitud a la secular de la escuela secundaria Colegio Bernardo Valdivieso. El director de la escuela, el Dr. Ángel Ojeda, estuvo de acuerdo. Fue la primera mujer bachiller del Ecuador en 1913, graduándose con honores.

Paralelamente a sus estudios, empieza a escribir poesía que habla sobre temas como la naturaleza, la ciencia y el amor. En primera instancia determinó continuar sus estudios en la Universidad Central del Ecuador, donde le fue negada la matrícula. Esto le hizo trasladarse a Cuenca, donde se inscribió en la Universidad de Azuay, que actualmente es la Universidad de Cuenca, tras dialogar con el rector de aquel entonces, Honorato Vázquez, y obtuvo su Licenciatura en Medicina el 19 de julio de 1919. Al finalizar sus estudios en Cuenca, regresó a Quito donde logró el doctorado en Medicina el 21 de noviembre de 1921 en la Universidad Central del Ecuador, convirtiéndose en la primera mujer ecuatoriana en recibir tal título. En 1922 viaja hacia Guayaquil y consigue trabajo en el Hospital General. Después de un año, Matilde se casó con el abogado Fernando Procel, y tuvo dos hijos. Ejerció la medicina en la ciudad de Guayaquil hasta 1949, cuando obtuvo una beca para realizar una especialización en Pediatría, Neurología y Dietética en Argentina. A su regreso a Ecuador llegó a ser nombrada vicepresidenta de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, y también fue designada presidenta vitalicia de la Cruz Roja Ecuatoriana. Posteriormente, recibió la Medalla al Mérito de Salud Pública.

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Durante la presidencia de José Luis Tamayo, Matilde anunció que iba a votar en las siguientes elecciones presidenciales, en el gobierno de Jose Luis Tamayo. Se acercó a inscribirse en los registros electorales del cantón Machala, para participar en los próximos comicios de senadores y diputados, pero se lo impidieron alegando que era mujer. Hidalgo alegó que la constitución no especificaba el género para ejercer el voto y que la persona ecuatoriana debía conocer habilidades de gramática y de lectura y ser mayores de edad. El Ministro de Gobierno Francisco Ochoa Ortiz absolvió una consulta de manera favorable indicando que “no hay prohibición legal para que las mujeres se inscribieran en los Registros electorales; y que, por consiguiente, la referida señora debe ser inscrita como lo había solicitado en uso de su derecho”.

Ante su insistencia la empadronaron, pero se elevó la consulta al Parlamento y al Honorable Consejo de Estado, y este en su sesión del 9 de junio de 1924 resolvió por unanimidad que las mujeres ecuatorianas gozaban del derecho de elegir y ser elegidas. En 1924 Hidalgo pudo votar en Loja, convirtiéndose en la primera mujer en Ecuador en sufragar en una elección nacional. Antes de ella hubo casos de mujeres latinoamericanas que lograron sufragar en elecciones locales, como la argentina Julieta Lanteri, que sufragó en 1911 en las elecciones de concejales municipales de Buenos Aires. Hidalgo sentó el precedente de sujeto político femenino para el país y sus logros siguieron sumándose.

En 1941 se convirtió en la primera mujer candidata y la primera mujer electa administradora pública en Loja con el cargo de Diputada Suplente.

En su honor se han denominados diferentes avenidas de las ciudades de Guayaquil, Cuenca, Quito; Loja; un Hospital Maternidad en Guayaquil, y los premios Matilde Hidalgo. En 2004, el director ecuatoriano César Carmigniani dirigió una película biográfica llamada "Matilde" que narra los sucesos importantes de la vida de Hidalgo.

En 2014, bajo la dirección del mismo cineasta, se produjo la miniserie denominada "La dama invencible".

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Constance Maud:

Constance Elizabeth Maud (1857-1929) fue escritora y sufragista británica. Era la hija mayor del rector de Sanderstead, Surrey, se educó en Francia y luego vivió en la casa familiar en Francia y en su piso en Chelsea. Publicó libros desde 1895, fue miembro de la Liga de Mujeres Escritoras por el Sufragio y contribuyó a muchas publicaciones sobre sufragio, incluido el periódico sufragista Votes For Women.

Se convirtió en miembro de la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU por sus siglas en inglés) en 1908. Es más conocida como la autora de No Surrender en 1911, una novela sobre la lucha por el voto de las mujeres. No Surrender se considera una importante adición a la literatura sobre la campaña por el voto de las mujeres. La vertiginosa historia de Maud sobre el activismo por el sufragio antes de la guerra enriquece un campo literario empobrecido durante mucho tiempo por la falta de ficción pro-sufragio. El libro fue utilizado como herramienta por las sufragistas para defender su causa y desde entonces se ha convertido en un importante documento social de su tiempo. No Surrender fue comentada por la sufragista Emily Davison en 1911. Según ella: "Es un libro que respira el espíritu mismo de nuestro Movimiento de Mujeres". Charlotte Despard, presidenta de la Women's Freedom League y editora de The Vote la llamó "la mejor novela sobre el sufragismo que he leído". No Surrender fue reeditado por Persephone Books en 2011, para conmemorar el centenario de su publicación original.

El padre de Constance Maud, el reverendo Henry Landon Maud, fue rector de la Iglesia de Todos los Santos, Sanderstead entre 1892 y 1901. El reverendo Maud fue elegido académico del Trinity College, Cambridge, en las elecciones de la escuela de Westminster en 1846.

Libros publicados:

- An English Girl in Paris (1902)

- My French Friends Felicity in France (1906)

- Angélique (1912)

- My French Year (1917)

- A Daughter of France (1908)

- No Surrender (1911)

- Sparks Among the Stubble (1924)

Matilda Rabinowitz:

Tatiana Gitel Rabinowitz, alias Matilda, tuvo una vida intensa. En el transcurso de un año y medio participó de importantes huelgas textiles como la de Lawrence de 1912 y la de Little Falls de 1913, y se destacó como agitadora en las plantas automotrices de Detroit. Obrera, inmigrante y militante, con 26 años se había ganado su lugar en la historia de la clase trabajadora norteamericana, marcada a fuego por la pelea que libraron miles de mujeres por el pan y las rosas.

Matilda nació en Ucrania en 1887. Cuando cumplió 13 años partió a Nueva York, donde pronto comenzaría a trabajar en una de las nacientes fábricas textiles que proliferaban en gran parte del país, favorecidas por la creciente concentración económica, la industrialización y la enorme reserva de mano de obra barata que proveía la inmigración masiva. Si compartió con cientos de miles de extranjeras jóvenes y pobres las condiciones de superexplotación que Estados Unidos les tenía reservadas, también fue parte de las que lucharon para cambiarlas.

Mientras Rabinowitz transitaba su adolescencia, una serie de huelgas impulsadas por obreras textiles atravesaban el país del norte. Cuando tenía 22 años, las “niñas obreras” conmovieron a Nueva York con su gran huelga de los “piquetes móviles”, dirigida por Clara Lechmil. Al año siguiente, en 1911, ante una protesta, la patronal de la Triangle Shirtwaist Company ocasionó un infame incendio en su fábrica, provocando la muerte de 23 hombres y 123 mujeres, en su mayoría inmigrantes del este europeo, de entre 14 y 23 años de edad. Este episodio puso en evidencia las terribles condiciones a las que se veían sometidas las obreras de la rama y hasta dónde podía llegar la burguesía para acallar sus reclamos. Fue durante aquel año que Matilda se acercaría definitivamente a las ideas del socialismo, primero uniéndose al Partido Socialista y luego a los combativos Industrial Workers of the World (IWW)* que, desde 1905, se habían lanzado a organizar a los trabajadores no calificados, las mujeres y los negros, quienes no encontraban representación en la tradicional central sindical, American Federation of Labor (AFL).

En 1912, de la mano de la IWW, la joven Rabinowitz colaboró con las trabajadoras de Lawrence (Massachusetts) en la histórica huelga de Pan y Rosas, juntando fondos y alimentos. Si bien su participación fue menor, gracias a esta experiencia pudo conocer a dirigentes como Elizabeth Gurley Flynn y constatar el potencial que ofrecía la organización de las mujeres.

Sería posteriormente al triunfo en Lawrence, a cargo de miles de obreras que proclamaban que era “mejor morirse de hambre peleando que morirse de hambre trabajando”, cuando Matilda pasaría a la primera línea, destacándose como una gran agitadora en la huelga de Little Falls, entre octubre de 1912 y enero de 1913. La prensa pronto comenzaría hablar de esta “niña agitadora”, que hizo temblar a las autoridades de Nueva York por más de catorce semanas.

El 1º de octubre de 1912, en el estado de Nueva York, entró en vigencia la ley de 54 horas de trabajo semanales. Como ya habían hecho en Lawrence, los capitalistas de Little Falls rápidamente encontraron la forma de evitar que sus bolsillos salieran perjudicados, realizando un recorte proporcional a los salarios. Los trabajadores de la Phoenix Mill y la Gilbert Mill salieron a las calles. Si bien, a diferencia de Lawrence, la protesta comenzó siendo pacífica, los hechos no tardarían en cobrar otra dinámica en gran parte debido al rol que jugaron la IWW y su principal agitadora, Matilda Rabinowitz. Conociendo en primera persona la situación que se vivía en las fábricas y gracias a su participación previa en la lucha de clases, no tardaría en dirigir a los huelguistas –de los cuales, dos tercios eran mujeres, principalmente polacas, húngaras, austríacas e italianas-. Durante esta lucha, la joven rusa se hizo cargo de juntar fondos, conseguir la ayuda legal, organizar la comida y los piquetes, viajar a lo largo del país para buscar solidaridad y escribir en el periódico de la IWW, el Industrial Worker.

Matilda no sólo se enfrentó a los patrones, sino que debió lidiar con la AFL, que se involucró para minar el conflicto, intentando atraer a un sector de los manifestantes y arreglar con los funcionarios. Contra la campaña que el gobierno y la prensa realizaban contra los huelguistas, tildándolos de “elementos extranjeros”, la IWW, a través de Matilda y otros organizadores, ayudó a instaurar comités de huelga de acuerdo a las nacionalidades y las plantas, articulados alrededor de demandas comunes, que designaban responsables para la publicidad, el dinero y las marchas. Como, a pesar haber transcurrido casi cuatro meses, los trabajadores y trabajadoras seguían en pie, los empresarios debieron otorgar un aumento de sueldo que iba del 5% al 16%. La reunión final de de todos los huelguistas, colmada de festejos, fue presidida por Matilda.

Skyline de New York, 1912.

Terminada la huelga de Little Falls, Matilda se dirigió hacia un nuevo desafío: las plantas automotrices de Detroit, donde los obreros comenzaban a levantarse y pronto librarían una de las primeras grandes luchas del sector. Con su personalidad y su discurso político, se ganó el respeto de 3 mil obreros de la Ford que se congregaban para oírla. Frente a las amenazas recibidas, declaró: “voy a hablar a los trabajadores automotrices de Detroit aunque me pudra en la cárcel por ello”. A pesar de haber sufrido la cárcel, al poco tiempo volvió a la carga. La planta de Ford debió prohibir a los operarios que salieran durante el horario de almuerzo para evitar que escucharan la “pequeña belleza rusa” –como la nombrarían en los diarios-.

Matilda Rabinowitz dedicó dos años más a viajar por el país, de una batalla a otra. En 1914 participó de los conflictos de obreras textiles en Carolina del Sur y Carolina del Norte. Allí, escribió en su libro Del diario de una organizadora obrera: “Luego de la cena, las tareas del hombre terminaron. Pero las de las mujeres siguen (…) [con] las interminables tareas de la casa (…). Ningún descanso, ninguna recreación (…). Esclavas de las fábricas y esclavas de los esposos, trayendo a la vida niños esclavos”.

En 1915 Matilda abandonó su trabajo de agitación, aunque siguió escribiendo en el Industrial Worker y militando por el socialismo, hasta su muerte en 1963. Si bien no prosiguió el ritmo vertiginoso de militancia que tuvo durante sus años de juventud, dejó un legado imborrable. Su nombre está asociado a la valiente lucha de las obreras norteamericanas por los derechos de las mujeres y de toda la clase trabajadora. Su historia es actual porque expresa el desafío que tenemos planteado hoy: que sean cada vez más las mujeres organizadas y al frente, peleando por el pan y por las rosas.

Hace 103 años en una ciudad llamada Lawrence, en el estado de Massachusetts, Estados Unidos, lejos de las fiestas de año nuevo, las obreras textiles iniciaron una huelga que será conocida como la huelga de “pan y rosas”. La huelga culminaría con la implementación de la jornada reducida, el aumento de salarios y el reconocimiento de los sindicatos. La primera década del siglo XX comenzó con una ola de huelgas en Estados Unidos, centradas en el ramo textil, la industria pujante del momento. Las jornadas interminables, los salarios miserables y las condiciones inhumanas de trabajo arrojaban a miles a la huelga. En 1908 las obreras del vestido de Chicago hicieron una larga campaña por la reducción de la jornada laboral y la mejora de condiciones de trabajo. El año siguiente, en 1909, Nueva York vio la primera acción obrera de gran magnitud de la historia de la ciudad, a manos de las "niñas" que no llegaban a las dos décadas de vida, lideradas por la "veterana" Clara Lechmil de 23 años. Y 1911 fue el año de la famosa huelga textil que terminó en desastre, por el incendio provocado por los dueños de la Triangle Shirtwaist Company.

El año nuevo, lejos de los banquetes de las familias ricas, trabajadoras y trabajadores de Lawrence salían a la huelga. Unos días antes, se había votado una nueva legislación que reducía la jornada laboral de 56 a 54 horas semanales para las mujeres y los menores de 18 años. La industria textil empleaba mano de obra inmigrante, femenina e infantil. Más de la mitad eran mujeres y muchas eran menores de 18 años. Una de sus banderas principales era conquistar el pan (simbolizando los derechos laborales) y las rosas (como símbolo de la exigencia de mejores condiciones de vida). La enorme mayoría de las obreras de Lawrence no estaba organizada en sindicatos, ya que la AFL (American Federation of Labor, central sindical oficial) solo afiliaba obreros calificados, es decir, varones blancos. Por ende, la industria textil estaba totalmente desorganizada.

Al frente de la huelga estaba la IWW (Industrial Workers of the World), que fue una de las primeras organizaciones obreras que alentó a las mujeres a ocupar puestos dirigentes y que peleaba por métodos democráticos en las luchas. Intentó seguir la huella de los Caballeros del Trabajo, que habían inaugurado la tradición de sindicatos mixtos (integrado por obreros blancos y negros) y la incorporación de las mujeres. El 10 de enero se realizó la primera reunión en la IWW, donde mil obreras, que acababan de recibir su cheque con un salario menor (por la reducción de horas), decidieron llamar a la huelga. Horas después todo estaba en marcha. Las primeras en salir fueron las obreras polacas de la Everett Mill el 11 de enero, el 12 las siguieron las de American Wollen Company (una de las empresas más grandes). Y se extendió a la mayoría de los talleres. Se eligió un comité de huelga con 56 titulares y 56 suplentes, para reemplazar al grupo titular en caso de que fueran arrestados, algo común durante las huelgas. El comité representaba todas las nacionalidades; en las reuniones se hablaban 25 idiomas y 45 dialectos, y había intérpretes de todos ellos. Todos los días se realizaban asambleas al final del día, donde se hacía un balance y se resolvían los pasos a seguir. Las dos primeras medidas votadas fueron: fondo de huelga y piquete masivo alrededor de las fábricas. Los enfrentamientos con la policía y las milicias del gobierno local eran cada vez más violentos y se hacía difícil bloquear la entrada de los carneros. Se resolvió formar una línea “infinita” alrededor de los talleres, un piquete que se mantenía las 24 horas y se movía constantemente. De esta manera era imposible entrar a la fábrica. A las pocas semanas, los dirigentes son arrestados, acusados por incitación a la violencia y por la muerte de una obrera. La IWW envía a Elizabeth Gurley Flynn, Joe Hill y Carlo Tresca, para suplantar a los dirigentes presos.

El nuevo comité de huelga instaló guarderías y comedores comunitarios para hijos e hijas de las obreras. Las medidas apuntaban facilitar la participación de las mujeres. Además se realizaban reuniones solo de mujeres, ya que también es necesario combatir el machismo entre los obreros, incluso entre los activistas. Una de las impulsoras más entusiastas de esta política fue Elizabeth Gurley Flynn. La IWW también se dirigía especialmente a niños y niñas, que debían soportar ataques en la escuela y el barrio, la ciudad está divida por la huelga. Se empezaron a realizar reuniones infantiles del sindicato y una escuela donde se discutían los motivos de la huelga. La medida fue tan exitosa, que luego se llevaría a cabo nuevamente durante la huelga de Paterson en 1913. Por la creciente violencia se decidió enviar a los niños a otras ciudades, donde serían albergados por familias solidarias. En el primer tren salieron 120 chicos. En el momento en que se disponía a salir el segundo tren hacia New York, la policía desató una represión desmedida en la estación. Este episodio lleva la huelga a las páginas de los diarios nacionales y al Congreso.

Todos hablaban de Lawrence. Los dirigentes de la central sindical oficial tuvieron que pronunciarse, pero no apoyaron la huelga: tildaron a las obreras de izquierdistas, anarquistas y revolucionarias, no querían saber nada con los comités de huelga. Pero las obreras de Lawrence contaban con un apoyo amplísimo. Se realizaban mitines de solidaridad en todo el país. Las universidades cercanas, como la prestigiosa Harvard tenía comités estudiantiles que colaboraban con la huelga y si tenían que ausentarse de los exámenes, la universidad los daba por aprobados. La participación de estudiantes de universidades de mujeres, recolectaban dinero, difundían la lucha y viajaban a Lawrence para colaborar directamente con el comité de huelga. La gran difusión, la firmeza de las obreras, y el miedo a que se extendiera la huelga, hizo ceder a los empresarios: aceptaron la jornada laboral reducida y el aumento de los salarios.

Después de una larga lucha, durante casi todo el invierno, el 12 marzo la huelga de “Pan y Rosas” culmina con una de las primeras victorias del movimiento obrero en Estados Unidos. El 30 de marzo, los hijos e hijas de las trabajadoras vuelven a Lawrence. Su victoria no se limitó a sus demandas. Trastocó la idea de cómo pelear para ganar. La historia del movimiento obrero suele tener asociada la cara de un varón aguerrido, sin embargo, las mujeres agotaron días y noches peleando junto a sus compañeros, y huelgas como la de Lawrence lo ponen de manifiesto.

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Una lucha que navega a lo largo de 200 años tiene muchas actrices en el guión. A continuación, otras muchas que merecen ser reseñadas.

- Consuelo Zavala Castillo.

- Elvia Carrillo Puerto.

- Raquel Dzib Cicero.

- Rosa Torre González.

- Beatriz Peniche.

- Adela Pankhurst.

La diferencias ideológicas y estratégicas que crecían entre las líderes sufragistas durante e inmediatamente después de la Guerra Civil en Estados Unidos dividieron formalmente el movimiento en dos asociaciones rivales. Stanton y Anthony, después de acusar a los abolicionistas y partidarios Republicanos de priorizar los derechos civiles de los afrodescendientes a expensas de los derechos de las mujeres, formaron la Asociación Nacional por el Sufragio de la Mujer en Mayo de 1869. La Asociación Americana de Mujeres Sufragistas, fundado 6 meses después por Lucy Stone, Julia Ward Howe, y Thomas Wentworth Higginson, protestó las tácticas confrontacionales de la Asociación Nacional por el Sufragio de la Mujer y se vinculó cercanamente al Partido Republicano mientras se concentraba únicamente en asegurar el voto para la mujer estado por estado.

En 1890 ambas organizaciones sufragistas se unieron para formar la Asociación Nacional Americana por el Sufragio de la Mujer. Stanton se convirtió en presidenta de la asociación, Anthony en la vicepresidenta y Stone presidenta del comité ejecutivo. En 1919, un año antes de que la mujer obtuviera el derecho al voto con la adopción de la decimonovena enmienda, la Asociación Nacional Americana por el Sufragio de la Mujer se transformó en la Liga de las Mujeres Votantes.

Memorial en el Congreso Estadounidense de la Asociación Americana para el Sufragio Femenino.

Central Park cuenta desde el pasado Verano con una monumental estatua de 4,2 metros en homenaje a tres sufragistas que han trascendido a la memoria por su lucha para que las mujeres pudieran votar. En 167 años de historia, el gran jardín de Manhattan ha dado cobijo a un par de docenas de estatuas masculinas, la mayoría de blancos, y algunas dedicadas a mujeres fruto de la literatura o leyendas, ninguna “de no ficción”. Entre las representaciones de hombres y blancos se cuenta la del doctor J.Marion Sims (18131883), predecesor de Mengele y sus experimentos en Auschwitz. Sims logró avances en ginecología usando a mujeres negras esclavas, a las que, sin anestesia, trató peor que a ratas de laboratorio. El 18 de abril de 2018 lo desterraron de ese lugar privilegiado y lo enviaron al cementerio de Green-Wood, en Brooklyn, donde se encuentra sepultado su alter ego.

Ese 26 de agosto, Central Park sumó tres nuevas inquilinas, Susan B. Anthony (1820-1906), Elizabeth Cady Stanton (1815-1902) y Sojourner Truth (1797-1883). Las dos primeras, blancas y de clase media alta, consideradas figuras clave en el movimiento sufragista. La tercera, una leyenda: escapó de la esclavitud, luchó por la abolición y fue activista por los derechos de las mujeres. “Las tres estarán juntas, pero en principio sólo se incluyó a las dos blancas, lo que era estúpido”, señaló Susan Ware, historiadora y autora de Why they marched: the untold stories of the women who fought for the right to vote

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El proyecto inicial, añadió, “no reflejaba la diversidad de la contribución de las mujeres afroamericanas, toda la gama de esas otras activistas que no eran blancas y de buena posición social”. “Estoy de acuerdo en que tener una estatua de figuras femeninas reales en Central Park es un momento verdaderamente emocionante”, terciaba Allison Lange, profesora de historia del Wentworth Institute of Technology. “También pienso que, por desgracia, tampoco capta la realidad al completo. Sin Sojourner se escondía a la gente quién fue. Pero tal como ha quedado, se descuida la discriminación que sufrió por parte de Anthony y de Stanton. Ellas no siempre trabajaron juntas. Anthony y Stanton hicieron campaña contra la Enmienda 15, la que da el derecho a votar a los negros. La estatua puede resultar engañosa al sugerir que tuvieron una buena colaboración y no siempre sucedió”, aclara Lange.

Esta inauguración emerge como un homenaje. El 18 de Agosto, unos días antes de la inaguración, se conmemoró el centenario de la ratificación de la Enmienda 19 de la Constitución de Estados Unidos, la que reconoció a la mujeres el derecho de acudir a las urnas. Sólo 39 palabras en inglés: “El derecho al voto de los ciudadanos de Estados Unidos no podrá ser denegado ni restringido por Estados Unidos o por ningún estado por motivos de sexo. El Congreso está facultado para hacer cumplir este artículo mediante las leyes necesarias”. Un hito, aunque también un falso mito de que fue la última etapa en el camino. Lo habría sido para Anthony y Stanton, pero no para Sojourner Truth.

Alice Paul cose la bandera de las sufragistas en una foto de 1920. A Paul, que se licenció en leyes,la enmienda le pareció insuficiente.

“La enmienda de 1920 deja incompleta la naturaleza de la victoria porque las mujeres afroamericanas no pudieron votar hasta 1965 con la ley del derecho al voto (prohíbe la discriminación por raza). Cuando en este centenario decimos que se garantizó el voto de las mujeres, eso no significa que todas pudieran votar. Las negras, las nativas y otras mujeres no blancas siguieron luchando”, subraya Ware. “La Enmienda 19 no dio el voto a las mujeres negras, pero la culpa no está en la enmienda o en su redactado”, afirma Elaine Weiss, autora de The woman’s hour: the great fight to win the vote. “El problema radica en el sistema estadounidense. El redactado cubre a todas las mujeres, pero los estados disponen del poder de reescribir los requerimientos. En los estados del sur, con una fuerte segregación por las llamadas leyes Jim Crow, a las personas negras no se les permitió ese derecho. En el papel, la enmienda daba el derecho constitucional a todas las mujeres. De facto, en el sur no lo podían ejercer”, reiteraba. Más que un eco del pasado. Los intentos por cercenar el derecho al voto son muy actuales. Las iniciativas para impedir el sufragio a las minorías se suceden, en especial, en estados controlados por republicanos e, incluso, en el mismo expresidente Donald Trump y su desprecio del voto por correo –él lo usa–, asegurando, sin pruebas, que envían la papeleta hasta perros y gatos. “Un siglo después, controlar el voto es algo poderoso. En las noticias aparece eso de la exigencia de tener un documento de identidad, o la cuestión del Servicio Postal, todo ese tipo de prevenciones para impedir que la gente vote. En 2020, quién puede ejercer este derecho es algo que aún se debate”, recalcaba Lange. “Mucha gente salta rápido de 1920 a 2020. Las sufragistas sabían que había más tareas al ganar el voto. No era cuestión de irse a la cama y despertarse sin nada que hacer. Les desanimaría observar que todavía estamos aquí”, remarcaba Ware. “No es más que una burda estrategia política”, replicaba Ware sobre el perdón que Trump concedió a Susan B. Anthony, arrestada en 1872 por depositar ilegalmente su papeleta en un colegio electoral de Rochester (Nueva York). El juez le impuso 100 dólares de multa.

Un sello postal de la década de los 50 que evoca la aprobación de la 19 enmienda que permitió el voto femenino.

“Me quedé horrorizada. Anthony habría rechazado el perdón. Ella no deseaba ser perdonada, ni pagar la multa. Estaba lista para ir a la cárcel. Era un pronunciamiento político. La sola idea de ser perdonada por un supuesto crimen de votar habría sido anatema para ella y todo el asunto es estrafalario”, insistió Ware ante la medida del ahora expresidente, tomada en un momento en el que los sondeos reflejan una pérdida de terreno entre las mujeres. Anthony es una figura controvertida. La han abrazado las anti abortistas, sin que quede claro si parten de una manipulación, mientras que la comunidad afroamericana rechaza su visión –“me cortaría el brazo derecho, antes que pedir el voto de los negros y no el de las mujeres”–, aunque destacó como activista anti esclavitud. Sus defensores rechazan su racismo y recuerdan que colaboró con Frederick Douglas, uno de los grandes reformadores afroamericanos. Aunque arrancó antes, la convención de 1848 en Seneca Falls (Nueva York), una de cuyas organizadoras fue Stanton, se considera el lugar de nacimiento del movimiento sufragista. Luego, Stanton y Anthony fundaron la Asociación Nacional pro Sufragio de la Mujer. Las dos fueron abolicionistas. En los orígenes, no había distinción entre sufragistas y abolicionistas. Tras la Guerra de Secesión, las sendas divergieron. Lograr el voto de los negros y el de las mujeres parecía exigir demasiado. Frederick Douglas afirmó que “no es la hora de la mujer”, recuerda Weiss. Transcurridos 72 años desde Seneca Falls, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Enmienda 19 el 4 de junio de 1919. Entonces empezó el proceso de ratificación. Al menos 36 estados debían aprobar esa modificación.

Elizabeth Cady Stanton (1815-1902).

“El movimiento por los derechos de la mujer se hizo muy conservador después de 1890. Hasta esa fecha luchó por todo tipo de asuntos, igual salario, el derecho de reproducción,... Pero a partir de 1890 se centró en el voto”, dice Sally Roesch Wagner, historiado en la Universidad de Syracuse (Nueva York) y editora de The women’s suffrage movement. Una de las tareas que se impusieron consistió en hacer de lobby en los estados del sur para que dieran el visto bueno a la Enmienda 19. Acudieron a esos territorios racistas y les dijeron, según Wagner: “Si nos dais el voto, os ayudaremos a mantener la supremacía blanca, porque hay más mujeres blancas que negros. Y recurrieron al sentimiento anti inmigrante. La celebración del centenario nos ofrece la oportunidad de revisar lo que hicimos mal para que no se repita”. En 35 estados ya habían dado su ratificación en lo que se llamó “la guerra de las rosas” –los que la lucían de color amarillo eran sufragistas, los de color rojo, opositores–, cuando el 18 de agosto de 1920 se puso a votación en el Congreso de Tennessee. Harry T. Burn, de 24 años, el legislador más joven, lucía rosa roja. Los anti sufragistas le amenazaron que su carrera peligraba. Burn contestó con un “Aye”, un sí. Rompió el empate e hizo historia.

Esculturas de Elizabeth Cady, Susan B. Anthony y Lucrecia Mott en una fotografía del 2013 en el Capitolio.

- Harriet Shaw Weaver.

- Terese Billington-Greig.

- Mary Russell.

- Sophia Duleep Singh.

- Dora Thewlis.

Thewlis fue arrestada el 20 de marzo de 1907. Esta fotografía apareció en el Daily Mirror al día siguiente.

- Gladice Keevil.

- Catherine Osler.

- Elsie Bowerman.

- Kitty Marion.

- Edith How-Martyn.

- Frances Power Cobbe.

- Elizabeth Cady Stanton.

- Victoria Woodhull.

Mary Raleigh Richardson fue una sufragista canadiense activa en el movimiento por el sufragio femenino en el Reino Unido, incendiaria, candidata parlamentaria socialista, más tarde dimitió como jefa de la sección de mujeres de la Unión Británica de Fascistas (BUF) liderados por Sir Oswald Mosley.

La Unión Británica de Fascistas ( BUF ) fue un partido político fascista británico formado en 1932 por Oswald Mosley. Mosley cambió su nombre a Unión Británica de Fascistas y Nacional Socialistas en 1936 y, en 1937, a Unión Británica. En 1939, tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial, el partido fue proscrito por el gobierno británico y en 1940 se disolvió. Dijo ser testigo del llamado Viernes Negro, manifestación sufragista en Londres el 18 de noviembre de 1910, en la que 300 mujeres marcharon hacia las Casas del Parlamento como parte de su campaña para asegurar el derecho al voto de las mujeres. El día ganó su nombre por la violencia infligida a los manifestantes, en parte sexual, por parte de la Policía Metropolitana y transeúntes masculinos.

Contradictoria o tal vez oportunista.

- Georgiana Solomon.

- Silvia Pankhurst.

- Millicent Fawcett.

- Jessie Newbery.

- Anna Munro.

- Edith Margaret Garrud.

- Hubertine Auclert.

Edith Margaret Garrud, nacida Edith Margaret Williams (1872–1971) fue una activista política y artista marcial inglesa. Pasó a la historia por su papel como la líder del Cuerpo de Guardaespaldas de la Women's Social and Political Union a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

- Lydia Becker.

- Clara Campoamor.

- Concepción Arenal.

- Emilia Pardo Bazán.

- Carmen de Burgos y Seguí.

- Evelina Haverfield.

- Kate Sheppard.

Haverfield en un sello de correos serbio de 2015 perteneciente a la serie "Heroínas británicas de la Primera Guerra mundial en Serbia".

- Lady Constance Bulwer-Lytton.

- Ethel Smyth.

En 1910 Ethel Smyth se unió a la Unión social y política de mujeres, (Women's Social and Political Union, WSPU), una organización militante sufragista, abandonando la música durante dos años para dedicarse a la causa. Su "The March of the Women" (La marcha de las mujeres, 1911) se convirtió en el himno del movimiento sufragista femenino, aunque las sufragistas solían gritar la letra de Cicely Hamilton en vez de cantar la música de Smyth. Cuando la líder de la WSPU Emmeline Pankhurst llamó a los miembros a romper las ventanas de los políticos anti-sufragistas como protesta, Smyth (junto a 108 mujeres) lo hizo. Cumplió dos meses en la prisión de Holloway. Cuando Thomas Beecham, uno de lo más importantes e influyentes directores de orquesta británicos, fue a visitarla allí, se encontró a sufragistas marchando en un cuadrángulo y cantando mientras Smyth se apoyaba en una ventana y conducía la canción con un cepillo de dientes.

- Ethel Moorhead.

- Helen Crawfurd.

Una activista del sufragio femenino protestando después de "La Noche del Terror." 1917.

- Mary Eleanor Gawthorpe.

- Antoinette Blackwell.

- Margaret Haig Thomas.

- Ethel Bentham.

- Sarah Moore Grimké

- Harriet Forten Purvis

Edward Charles Pickering, un famoso profesor de astronomía, y director del Harvard College Observatory. Pickering estaba frustrado con su asistente masculino, y declaró que su asistenta podría desempeñar mejor su trabajo. Es así que en 1881, Pickering le ofreció a Fleming un empleo temporal en el observatorio, para hacer tareas rutinarias de oficina y algunos cálculos matemáticos, y pronto pasó a ser miembro permanente del personal de investigación en lo que después se bautizó como las Computadoras de Harvard.

La pusieron a cargo de decenas de mujeres jóvenes, que fueron empleadas para hacer cálculos matemáticos, proceso que hoy en día hacen las computadoras, y las dirigía con una disciplina implacable, siendo temida y admirada a partes iguales. Además, corrigió todos los originales de las publicaciones del observatorio. Ayudó a elaborar un sistema de asignación de estrellas, que básicamente consistía en asignar una letra, que dependía de la cantidad del hidrógeno observado en su espectro. Las estrellas clasificadas con la letra A estaban formadas por hidrógeno casi en su totalidad, las clasificadas con la letra B contenían menos hidrógeno, y así sucesivamente. Este sistema le sirvió a Annie Jump Cannon como base de trabajo, el cual mejoró para desarrollar una clasificación basada en la temperatura. En los siguientes 30 años de su vida, colaboró en el análisis fotográfico de espectros estelares.

- Susan B. Anthony.

- Phyllis Terrell.

- Elizabeth Cady Stanton.

- Lucy Stone.

- Martha Hughes Cannon.

- Carrie Chapman Catt.

- Mabel Ping-Hua Lee.

- Jeannette Rankin.

- Vera Wentworth

- Paulina Luisi Janicki

- Matilda Joslyn

- Lady Florence Norman

- Beatrice Harraden

- Inez Haynes Irwin

- Mona Caird

Charlotte "Charlie" Augusta Leopoldine Marsh (1887-1961) fue una sufragista británica militante. Fue una organizadora remunerada de la Unión Social y Política de Mujeres y es una de las primeras mujeres en ser alimentada a la fuerza durante una de varias penas de prisión por protesta militante. Fue chófer de David Lloyd George.

Hattie Ophelia Wyatt Caraway (1 de febrero de 1878 - 21 de diciembre de 1950) fue la primera mujer elegida para servir un término completo como senadora de Estados Unidos, representando a Arkansas.

Hattie Wyatt nació cerca de Bakerville, Tennessee, en el condado de Humphreys, fue hija de William Carroll Wyatt, agricultor y comerciante, y Lucy Mildred Burch. A los cuatro años se trasladó con su familia a Hustburg, Tennessee. Después de asistir brevemente a Ebenezer College en Hustburg, se trasladó a Dickson (Tennessee) en la Normal College, donde recibió su grado BA en 1896. Enseñó en la escuela por un tiempo antes de casarse en 1902 con Thaddeus Horatius Caraway, a quien había conocido en la universidad, tuvieron tres hijos, Paul Caraway, Forrest y Robert; Paul y Forrest fueron generales del ejército de Estados Unidos. La pareja se estableció en Jonesboro, Arkansas, donde establecieron una práctica legal, al tiempo que se preocupaba por los niños, atendió la casa y la huerta, y ayudó a supervisar la granja de algodón de la familia.

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Nota de prensa, Enero 2022:

En 1893 ya no hay brujas. En el pasado sí que las había, en esa época oscura e inhóspita antes de que empezasen a encenderse las hogueras. Ahora, la brujería es poco más que hechizos de amas de casa y canciones infantiles. Si la mujer moderna quiere algo de poder, las urnas son el único lugar donde puede llegar a conseguirlo. Pero James Juniper, Agnes Amaranth y Beatrice Belladonna, las hermanas Eastwood, se unen a las sufragistas de Nueva Salem y empiezan a buscar las palabras y los componentes olvidadas capaces de convertir la revolución de las mujeres en la revolución de las brujas. Las hermanas se verán acechadas por sombras y todo tipo de males, perseguidas por fuerzas que no tienen intención de permitir que las brujan voten, o que vivan siquiera, y tendrán que indagar en magia antigua, forjar nuevas alianzas y solucionar los problemas entre ellas si quieren sobrevivir.

Por la autora de Las diez mil puertas de Enero, llega su segunda y esperadísima novela. Una profunda historia sobre la resistencia, la sororidad y el derecho a voto ambientada en una versión alternativa de la Nueva Inglaterra del siglo XIX.

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El movimiento sufragista se posicionó en la Primera Guerra Mundial. Hablamos de la Tregua de Navidad de 1914 en esta misma sección.

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Las incipientes manifestaciones del feminismo a finales del siglo XVIII y las primeras reivindicaciones oficiales hacia la mitad del siglo XIX dieron el empujón definitivo para que las mujeres tomaran consciencia de las desigualdades bajo las que eran sometidas. A finales del XIX aparecieron las pioneras del sufragismo, cuyo movimiento tomó especial fuerza en el Reino Unido con conocidas líderes como Emmeline Pankhurst. Sin embargo, diferentes núcleos de sufragistas se crearon en muchos países del mundo, como por ejemplo Argentina. En la imagen se puede a Julieta Lanteri viviendo el que posiblemente fuera uno de los momentos más importantes de su vida, cuando en las elecciones municipales de Buenos Aires de 1911 se convirtió en la primera mujer del país y de toda América latina en emitir su voto. Lantieri era una conocida activista a favor de los derechos de las mujeres que en esta ocasión se aprovechó de una convocatoria ambigua que, por no mencionarlo, se entendía que no excluía a nadie por razón de sexo: "los ciudadanos mayores, residentes en la ciudad, que tuvieran un comercio o industria o ejercieran una profesión liberal y pagasen impuestos." A pesar de las alegaciones, el juez le permitió votar.

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Llega al teatro la historia de la primera española que consiguió el divorcio tras denunciar malos tratos hace cuatro siglos. El dramaturgo Borja Rodríguez ha elaborado el libreto de este hito histórico de Francisca de Pedraza en 1624. Casi 400 años después, afirma, la sociedad sigue “mirando hacia otro lado” ante la violencia de género.

Una de las obras del dramaturgo Borja Rodríguez.

Aproximación a la historia del sufragismo.

Mujeres que inspiraron y que siguen haciéndolo: el feminismo “a la española”.

El sufragismo francés.

¿Era posible ser feminista en el medievo? Nacida en 1122, duquesa del más vasto territorio del siglo XII, dos veces reina, la primera que se embarca en una Cruzada, confinada más de una década, mecenas, política y viajera incansable, Leonor de Aquitania es considerada por los historiadores la "abuela de Europa".

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