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"La gente ha usado comúnmente las palabras sexo y género como si
fueran sinónimos". "No solo son diferentes, sino que han cambiado
de significado en los últimos 20 años, y serán vistas de otra manera
en 20 años más", dice el primatólogo neerlandés Frans de Waal. Autor
de obras de referencia sobre temas como la empatía, la solidaridad
y la competencia, De Waal se basó en casi cinco décadas de observaciones
e investigaciones con chimpancés, bonobos y humanos para mostrar
los últimos avances científicos, así como su propia comprensión
de los debates y temas contemporáneos en torno al sexo y el género
en su más reciente libro, "Diferentes" (Tusquets, 2022). El autor
presenta un glosario con explicaciones desde el punto de vista de
la biología y la primatología para "sexo", "género", "rol de género",
"identidad de género", "transgénero", "transexual" e "intersexual".
"El sexo es biológico, el género es cultural, ya que
es el rol de cada sexo en la sociedad. La identidad de género tiene
un factor biológico y por eso puedes nacer con un sexo, dependiente
de tus cromosomas, pero con otra identidad de género. Eso es lo
que muestra la ciencia y también las observaciones de primates -y,
para mí, los humanos son primates- en la naturaleza", dice De Waal.
La narrativa del primatólogo sigue la tradición de
los relatos de naturalistas, como los del alemán Alexander von Humboldt
(1769-1859) en sus textos sobre exploraciones en América, los del
inglés Charles Darwin (1809-1882) en su clásico "El origen de las
especies" (1859) o los de la inglesa Jane Goodall, que desde la
década de 1960 ha estado observando a los chimpancés. De Waal, quien
ahora tiene 74 años, comenzó su trabajo de campo en la década de
1970 y desde entonces ha publicado 17 libros sobre sus hallazgos.
Algunos de ellos son bestsellers y figuran en las listas de los
más vendidos en países como Estados Unidos. Es el caso de "La política
de los chimpancés", de 1982, y "El mono que llevamos dentro", de
2005.
Miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos
y de la Real Academia de Ciencias y Artes de Países Bajos, ahora
es profesor en la Universidad de Emory y director del Centro Nacional
de Investigación de Primates de Yerkes en Atlanta, Estados Unidos.
En 2007, debido al éxito de sus bestsellers, fue elegido una de
las 100 personas más influyentes del planeta en el tradicional ranking
anual que publica la revista estadounidense Time. En sus libros
destaca el estilo de escritura, en el que mezcla narraciones de
experiencias que tuvo con animales, especialmente en primatología,
con descripciones de descubrimientos científicos. Una de las historias
que cuenta en "Diferentes" es la de la (o la del, como se verá)
chimpancé Donna, que nació hembra y se comportaba igual que el género
masculino. Una aclaración importante es que, para De Waal, "macho
y hembra se refieren al sexo biológico", mientras que alude "al
género como masculino y femenino, además de todas las variantes
de colores que hay entre estos polos". El primatólogo relata que
Donna desarrolló pelos más largos que las hembras y conseguía erizarlos,
como solo es común entre los machos de la especie. Estaba más en
compañía de los machos, que no tenían ningún interés sexual en ella
(al igual que Donna no tenía ningún interés en ellos) y actuaba
de la misma manera, como en las bromas en las que se simula agresividad.
De Waal escribió en el libro: "Cualquiera que la viera podía jurar
que allí estaba un macho". El primatólogo dice que no puede afirmar
que se trataba de un transexual "porque es imposible que los animales
lo sepan". Sin embargo, en "Diferentes" concluye que "quizás la
mejor manera de describirla es como un ser en gran medida asexual
y de género inconforme".
Dos chimpancés hembras se acicalan mutuamente.
A lo largo del libro de casi 600 páginas, el primatólogo
trata diversos aspectos de las cuestiones de género y sexo, desde
cómo juegan los bebés hasta el feminismo y los movimientos de solidaridad
entre mujeres, pasando por comparaciones con las hembras de bonobos
y chimpancés. También hay un capítulo entero dedicado al "sexo con
el mismo sexo". "Otra confusión común es entre identidad de género
y orientación sexual. La segunda, que también tiene un factor biológico
precisamente por ser común en otras especies de la naturaleza y,
entonces, se nace así, es una cuestión de por quién se siente atracción",
dice De Waal. El primatólogo cuenta la historia de parejas de pingüinos
del mismo sexo. Como una que fue noticia en 2004, Roy y Silo, dos
machos que llegaron a incubar un huevo y criar un bebé juntos en
el zoológico de Central Park, en Nueva York. Su especialidad, sin
embargo, es la observación de primates. Entre los bonobos, por ejemplo,
que es una sociedad matriarcal, todos los individuos, machos y hembras,
acostumbran a ser bisexuales.
"Nosotros, los humanos, somos muy categóricos, además
de prejuiciosos. Los animales, no. Los bonobos, en cautiverio o
en libertad, tienen una vida sexual muy variada, con relaciones
con propósitos de placer y de vínculos sociales. Son formas de estrechar
lazos, sobre todo entre hembras", dice De Waal. Para el primatólogo,
la transexualidad, por ejemplo, también tendría un origen biológico.
Además de relatos vinculados a sus investigaciones como el de la
chimpancé Donna, en el libro compila estudios científicos de otros
campos del saber. Uno de ellos, que se convirtió en referencia en
el área, fue publicado en 1995 en la revista científica Nature y
estuvo dirigido por el neurocientífico Dick Swaab, del Instituto
para la Neurociencia de Países Bajos, en Ámsterdam. Allí se descubrió
que una zona del cerebro conocida como núcleo del lecho de la estría
terminal es dos veces más grande en los hombres que en las mujeres,
y esta diferencia se replica en las personas transgénero, según
el género con el que se identifiquen. "La misma diversidad existe
en el reino animal y se registra en varias especies", dice De Waal.
"Pero solo en nuestra especie, la humana, presenta prejuicios. Pues
nada de eso es un problema en la naturaleza".
Un bonobo adolescente (derecha) y una hembra adulta
se acarician y miman, el ritual para fortalecer las relaciones sociales.
Cuando el libro se lanzó provocó cierta polémica entre
la crítica y la comunidad científica, especialmente en Estados Unidos.
Si bien la obra fue elogiada principalmente por su trabajo en la
observación de primates y la forma en que aborda el tema de la identidad
de género y la orientación sexual, algunas de las comparaciones
entre chimpancés, bonobos y humanos generaron incomodidades. "De
Waal nunca proporciona una definición concreta de 'biología' para
que la consideremos. Es seguro asumir que tiene algo que ver con
la genética, pero su clara definición de género, como 'el papel
y la posición culturalmente circunscritos de cada sexo en la sociedad',
parece rechazar un papel para la genética incluso cuando afirma
su base biológica", escribió Tamra Mendelson, profesora de biología
con estudios enfocados en el comportamiento animal en la Universidad
de Maryland, en un artículo de opinión para The Washington Post.
Otro punto que molestó a Mendelson es cómo el primatólogo define
el sexo como un factor biológico ligado a los cromosomas. "Es más
complicado que eso", dijo ella. En entrevista con BBC Brasil, la
bióloga explica sus críticas. "No entendí qué quiso decir De Waal
con 'biología'. Puede referirse a muchas cosas: ADN, gametos, hormonas,
neuronas. No sé si el doctor De Waal estaba confundido; es posible
que no quisiera perderse entre detalles en un libro que busca ser
popular". The New York Times publicó: "De Waal a veces fuerza la
evidencia para que se ajuste a sus afirmaciones. Argumenta que las
niñas se visten con trajes de princesa porque se siente bien ajustarse
a nuestro propio género. Como evidencia, cita un solo estudio de
escaneo cerebral de solo 19 sujetos".
Para el primatólogo, la transexualidad, por ejemplo,
también tendría un origen biológico.
A pesar de las críticas, que se centraron principalmente
en extractos del libro en los que De Waal analiza cómo niños y niñas
tendrían comportamientos determinados por el sexo biológico, el
trabajo del primatólogo tiene una amplia aceptación. "El comportamiento
animal es increíblemente complicado", dice Mendelson. "Aprender
cómo actúan nuestros parientes más cercanos, desde un punto de vista
evolutivo, nos inspira a reflexionar y crear nuevas hipótesis sobre
nosotros mismos, los humanos. Y sus historias [de De Waal] sobre
chimpancés y bonobos son profundamente conmovedoras y, en algunos
casos, inolvidables". En el campo de la biología, De Waal colecciona
fans. "No está atado a ideologías. Es intelectualmente honesto y
se niega a hacerlo, no considera los resultados solo para servir
de apoyo a una agenda cualquiera. Incluso puede ser por eso que
irrita a algunos", dice el biólogo neerlandés Leon Vlieger a BBC
Brasil. Vlieger mantiene un blog, The Inquisitive Biologist, en
el que, desde 2017, publica reseñas de libros científicos, especialmente
sobre obras de su área de formación como es el caso de "Diferentes".
En el texto sobre el trabajo del primatólogo, escribió: "Aunque
nos guste pensar que escapamos de nuestras raíces biológicas, nuestro
lenguaje e intelecto son innovaciones evolutivas que se pulieron
en un cuerpo de primate (…) Es difícil estar en desacuerdo con el
mensaje central de De Waal: 'La igualdad no necesita similitud.
Las personas pueden ser diferentes y aun así merecen exactamente
los mismos derechos y oportunidades'".
Pásate por Intro >> Resumen temático.
El autor de "Diferentes" explica cómo realiza su trabajo
de extrapolar el comportamiento de los bonobos y chimpancés a los
humanos, y viceversa. "Es una triangulación entre las tres especies.
A pesar de nuestras mayores capacidades intelectuales, no somos
tan diferentes de nuestros parientes más próximos, especialmente
cuando se trata de psicología". Sobre las críticas, afirma que "a
veces el público también extrapola demasiado" lo que él dice. Ejemplifica,
entonces, la forma en la que ve que a algunas personas les llama
la atención sus investigaciones con chimpancés y bonobos, en particular
aquellas en las que describe cómo los grupos de la primera especie
son patriarcales y violentos, mientras que los de la segunda son
matriarcales y pacíficos. "Algunos se quejan de mis informes sobre
los chimpancés, que son agresivos y patriarcales, y luego hablan
de sexismo. A otros no les gusta cuando comparto observaciones sobre
los bonobos, entre los que las hembras lideran. Quiero que entiendan
que mi trabajo es observar y relatar. No juzgar a los animales".
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