www.juezyverdugo.es --- contacto@juezyverdugo.es

 

21 - Enero - 2021
>>>> Ser humano > Segregación XIX

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

El presidente electo, de 78 años, y su esposa Jill Biden pasaron la noche del martes en Blair House, la residencia oficial para los invitados extranjeros del presidente de Estados Unidos, situada frente a la Casa Blanca en los alrededores de la plaza Lafayette. En la mañana del 20 de enero, Joe Biden asistió a una misa en la catedral de San Mateo, patrono de los funcionarios, en Washington. Católico practicante, el mandatario electo invitó a los líderes del Congreso a que lo acompañasen. Así que estuvieron la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer; y los líderes republicanos de ambas cámaras, Kevin McCarthy y Mitch McConnell. El presidente electo llegó en caravana al Capitolio para la ceremonia de investidura que comenzó a las 11:00 horas locales (16H00 GMT) en un escenario montado frente a la vasta explanada del “National Mall”.

Joe Biden y su vicepresidenta Kamala Harris juraron sus cargos desde las 12:00 hora locale (17H00 GMT) y luego el ya presidente ofreció su discurso inaugural, en el que expresó su visión para “vencer la pandemia, reconstruir, unificar y sanar la nación”, de acuerdo al comité organizador. A primera hora de la tarde se desplazó al Cementerio Nacional de Arlington, no muy lejos del Capitolio, para depositar una ofrenda floral en la tumba del Soldado Desconocido, junto con los expresidentes Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton y sus esposas. Regresó en caravana hacia la Casa Blanca. El convoy debe detenerse a unas decenas de metros de la Casa Blanca para que el ya presidente ingrese a pie, rodeado de una escolta militar. Poco después firmó sus primeros decretos presidenciales.

Biden y Harris se dirigieron a la nación durante un programa especial de televisión, presentado por el actor Tom Hanks y transmitido en los principales canales estadounidenses a partir de las 20:30 hora locale. Titulado “Para Celebrar Estados Unidos”, contó con muchos invitados musicales como Jon Bon Jovi, Foo Fighters, John Legend, Demi Lovato, Bruce Springsteen, Justin Timberlake y Luis Fonsi, entre otros.

Biden y Harris llegando al Capitolio para su toma de posesión.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Donald Trump ha levantado su propio muro de la desinformación, mentira a mentira, durante su presidencia. En total, desde el 20 de enero de 2017 (cuando tomó posesión) y el 12 de enero de del 2021 (el último día del que tiene registro el 'Washington Post'), el expresidente de los Estados Unidos ha contado más de 30.000 mentiras. La curva de la mentira de Trump no ha dejado de crecer durante su mandato. Un día después de la toma de posesión ya acumulaba 13 declaraciones falsas o engañosas. A mitad de mandato, la cifra subía a más de 7.000, que son pocas si se comparan con las que dijo en fechas cercanas a las elecciones, cerca de 29.500 mentiras. De hecho, hay una jornada que destaca de manera especial. El 2 de noviembre, según el 'Washington Post', contó 503 declaraciones inexactas, coincidiendo con el cierre de campaña.

Entre estas declaraciones se encuentra la de que bajo su liderazgo, la economía del país "crece al ritmo más rápido jamás registrado", o que Joe Bien había prometido "abolir el petróleo y las industrias de gas natural y prohibir el fracking". Unas mentiras que repetía día y noche durante la campaña. Además, Trump ha puesto el foco de la mentira de manera especial sobre algunos asuntos concretos. La inmigración ha sido su tema estrella con más de 3.000 mentiras sobre ello en cuatro años. También abundan las declaraciones inexactas sobre política exterior o el comercio. La pandemia también está en el ránking con más de 2.500 mentiras en solo unos meses. Algunas declaraciones ha llegado a repetirlas más de 400 veces, como que los republicanos han llegado al mayor recorte de impuestos de la historia o que el muro se estaba construyendo muy rápido.

Según el metódico recuento que llevó a cabo un equipo de The Washington Post liderado por el periodista político Glenn Kessler, en 828 días como comandante en jefe ha faltado a la verdad en público unas 12 veces al día, 85 veces a la semana o 370 al mes, en ámbitos como discursos oficiales (999), mítines (2.217) y tuits (1.803). Y la tendencia va al alza: de noviembre de 2018 a finales del pasado abril, la media diaria fue de 23 bulos. Y ahí se incluyen los 171 que lanzó en apenas tres días de abril, la mayoría en una entrevista con la cadena Fox celebrada entonces. Son más mentiras que visitas a sus campos de golf en su primer año como presidente: 150.

Durante los primeros 100 días del presidente Trump, el equipo de Fact Checker rastreó afirmaciones falsas y engañosas hechas por el presidente desde el 20 de enero.

¿El resultado? Un centenar de ingresados en las primeras horas, con la recomendación de la lejia o el cloro.

La laxa relación con los hechos factuales del magnate inmobiliario quebrado (según se ha descubierto recientemente) y estrella de la telerrealidad que derrotó a Hillary Clinton en las elecciones de 2016 empezó a ser probada por la prensa estadounidense durante la campaña, pero, como era de esperar, la obsesión con los embustes de Trump ha alcanzado su apogeo durante su presidencia.

El equipo del Post trata de poner orden ante la avalancha de falsedades, que ellos definen como “tsunami”, pero no son ni mucho menos los únicos. Angie Drobnic Holan, ganadora de un Premio Pulitzer por la cobertura de la campaña presidencial de 2008 y directora de la web de verificación de información política Politifact, explicaba en en la Universidad de Columbia el pasado 9 de mayo que el volumen de patrañas de Trump es tal que decidieron preguntar a sus lectores si estaban haciendo un buen trabajo: “Un tercio dijo que lo estábamos haciendo bien, otro tercio contestó que deberíamos hacer un seguimiento más intensivo aún, y el resto manifestó que ya les había quedado claro que Trump mentía y que nos concentráramos en otra gente”.

Si en campaña el republicano volvía una y otra vez al bulo mil veces desmentido sobre el acta de nacimiento de Obama —que supuestamente probaba que no era realmente estadounidense—, la mentira más recurrente de Trump como presidente ha sido decir que está construyendo el muro en la frontera con México. Lo ha repetido 150 veces. Otras tantas el error ha sido señalado. ¿Sirve de algo? Trump no se ha retractado, ni sus fieles le ponen en duda. “No podemos obsesionarnos con que haya una acción inmediata a lo que publicamos porque esto puede llevar años”, apuntaba en una entrevista aquel mayo Kyle Pope, director de la revista especializada en el análisis de los medios Columbia Journalism Review. “Esto es un proceso muy largo y se puede tardar mucho hasta que algún fiscal tome el asunto en sus manos. No es válido decir que nada cambia porque tras la publicación de una historia no se modifican las leyes o hay una acción drástica. Y aunque esto no llegue a ocurrir nunca, el trabajo periodístico no queda deslegitimado. Nuestra tarea es informar al público y ayudarles a tomar las mejores decisiones. Este territorio es peligroso, no hay duda”.

El presidente se estrenó en el cargo calificando como fake media (medios falsos) y fake news (noticias falsas) las informaciones que probaron que era mentira su aseveración de que en su toma de posesión había mucha más gente que en la de su antecesor, Obama. Desde entonces, sus ataques a la prensa han sido frontales y los medios estadounidenses han respondido con vigor, aumentando de paso sus audiencias. Tanto el presidente como la prensa están inmersos en un círculo que recuerda a ese “vamos a contar mentiras” de la canción infantil: el primero, narrándolas; los segundos, contabilizándolas. La obsesión por desmentir a quien muchos calificaban como embustero en jefe no amaina. Su fijación con lanzar falsedades, tampoco. Parece que, más que Trump, son los medios quienes pierden credibilidad ante el público. Su reputación se está resintiendo de la lucha, y el partidismo del electorado deteriora la confianza que se deposita en los medios y sus profesionales. El 60% de los estadounidenses piensa que los periodistas reciben dinero de sus fuentes alguna vez o con frecuencia, según una encuesta de Reuters, Ipsos y Columbia Journalism Review publicada en enero de 2019. En semejante entorno, el tono equilibrado y equidistante que ha sido tradicionalmente defendido por la prensa estadounidense ha sido cuestionado desde las propias redacciones. El periodista ganador de dos premios Pulitzer y decano de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York, Steve Coll, abordaba los retos que la situación actual planteaba en los debates del pasado 9 de mayo: “Llevamos décadas enseñando ética periodística, pero la desinformación que nos rodea exige que revisemos nuestros planteamientos”.

Steve Coll (nacido el 8 de octubre de, 1958) es periodista y académico. Actualmente es decano de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, donde también es Profesor de Periodismo Henry R. Luce. Habitual en The New Yorker, se desempeñó como presidente y director ejecutivo del grupo de expertos New America de 2007 a 2012. Ha recibido dos premios Pulitzer, dos premios Overseas Press Club, un premio PEN American Center John Kenneth Galbraith, un premio Arthur Ross Book, un premio Livingston, un Robert F. Kennedy Journalism Award, un Financial Times and Goldman Sachs Business Book of the Year Award, y un Lionel Gelber Prize. De 2012 a 2013, fue miembro con derecho a voto de la Junta del Premio Pulitzer antes de seguir desempeñándose como decano de oficio de la Escuela de Periodismo de Columbia.

Metidos en faena, las disquisiciones metaperiodísticas en la era Trump en un principio giraron sobre algo tan básico como si era legítimo calificar como mentiras las inexactitudes y falsedades del presidente. La mentira presupone una intención, un conocimiento de la verdad que se oculta a propósito. ¿Se trataba entonces de declaraciones falsas, medias verdades o de mentiras? El Post ha ido añadiendo nuevas categorías para clasificar metódicamente el ingente cúmulo de falsedades made in Trump: en diciembre sumaron una nueva "Bottomless Pinocchio" (Pinocho sin fin) para designar aquellas afirmaciones falsas repetidas con tanta frecuencia que podrían prácticamente considerarse como “campañas de desinformación”. Hoy las reservas sobre qué término resulta más exacto han sido superadas: los medios no dudan en señalar enfáticamente las mentiras como tales en los titulares. “Sabemos que miente mucho y que la gente que le apoya lo pasa por alto o no le importa. Pero señalar sus falsedades es importante y útil porque legitima el periodismo. La cuestión es cómo podemos presentar historias que ya resultan familiares de una forma nueva”, planteaba Kyle Pope, del Columbia Journalism Review. En su respuesta a semejante reto, asemeja la constante verificación de Trump con la información sobre el cambio climático. “Mantener la cobertura de este tema separada del resto resulta demasiado deprimente y afecta al impacto de las historias; sería mejor integrar la crisis medioambiental en todas las historias y secciones. Con las mentiras de Trump pasa lo mismo, se debería intentar esta misma aproximación, la denuncia de sus bulos debería estar integrada en otras informaciones”. En la campaña a las elecciones presidenciales de 2020 se verá cuántas lecciones se han aprendido y cuánto ha calado la denuncia de las mentiras. Mientras tanto, ¿vamos a seguir contando?

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Los cuatro años que Donald Trump ha pasado en la Casa Blanca han transformado las relaciones transatlánticas hasta el punto de que la mayoría de europeos (60%) consideran que el sistema político norteamericano está roto y que, en los próximos diez años, China superará a Estados Unidos como potencia dominante. Ni siquiera con Joe Biden en la Casa Blanca, los europeos consideran que EE.UU. pueda recuperar la supremacía mundial perdida cuando Trump decidió anteponer los intereses de Estados Unidos a cualquier otro.

Esta es la principal conclusión de una encuesta en once países europeos del Consejo Europeo de Relación Exteriores (CERE), un think-tank con base en Bruselas. El sondeo lo han realizado YouGov y Datapraxis, a partir de entrevistas a 15.000 personas. La Vanguardia lo publica en exclusiva con sus cuatro socios del grupo Europa: Le Monde, The Guardian, La Stampa y Süddeutsche Zeitung. Mark Leonard, director del CERE, e Ivan Krastev, director del Centro de Estrategias Liberales de Sofía, consideran que "aunque los estadounidenses tengan un nuevo presidente no tienen un nuevo país" y que los problemas de EE.UU. son tan profundos que le impedirán liderar al mundo en dos asuntos cruciales como son el desafío de China y el cambio climático.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Jennifer Lopez ha sido una de las artistas invitadas a la ceremonia de proclamación de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos. Tras la magistral actuación de Lady Gaga, la cantante y actriz ha sido la encargada de interpretar ‘This Land is Your Land’ y la patriótica ‘America the Beautiful’. Visiblemente emocionada, JLo ha querido poner el toque reivindicativo y latino con la frase: “Una nación bajo Dios indivisible. ¡Con libertad y justicia para todos!”. Toda una declaración de intenciones en esta nueva etapa del país con Joe Biden como presidente.

Lopez ha enviado más de un mensaje con su presencia en la investidura. La cantante ha deslumbrado con un ‘total look’ blanco de Chanel formado por un abrigo largo de tweed con botones joya, una camisa semitransparente con volantes y un pantalón, también de tweed, con un cinturón joya, con perlas, a juego con sus llamativos pendientes.

Con esta elección Jennifer ha rendido un homenaje a las mujeres sufragistas. En 1913, el National Woman’s Party convirtió el blanco, morado y dorado en el símbolo de su lucha por el voto. Precisamente Hillary Clinton, Nancy Pelosi o Alexandria Ocasio-Cortez han llevado durante su trayectoria política este color que se ha convertido en el símbolo del ‘power dressing’.

Asimismo, la cantante ha hecho un guiño a la flamante primera vicepresidenta de los Estados Unidos, que celebró su nuevo cargo con un traje sastre en color blanco de Carolina Herrera. Precisamente este miércoles la demócrata ha apostado por el tono morado para jurar el cargo.

Jennifer López pide unos EEUU "con justicia para todos", en español, durante su simbólica actuación para Biden.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hace poco más de una década, el hombre que ayer tomó posesión de la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, aterrizó en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) a bordo de un Boeing C-32 con indicativo militar Air Force Two. Es la aeronave castrense que traslada al vicepresidente estadounidense, el cargo que ocupaba en la administración de Barack Obama. Su visita a nuestro país formaba parte de una gira que estaba realizando por Europa. La España de entonces era bastante diferente. Juan Carlos I era Rey y jefe del Estado. José Luis Rodríguez Zapatero era el inquilino de La Moncloa. La fallecida Carmen Chacón actuaba como ministra de Defensa y el máximo responsable operativo de las Fuerzas Armadas (JEMAD) era el general del Aire José Julio Rodríguez, del que nadie pensaba que podría acabar siendo el asesor militar estrella de PODEMOS. Algo parecido podriamos decir del emérito.

Biden llegó a nuestro país y solo forzó un acto en su agenda. Quería visitar y rendir homenaje a los efectivos de la Brigada Paracaidista (BRIPAC) del Ejército de Tierra, que a las pocas semanas iban a partir rumbo a Afganistán para desplegarse en Badghis, la provincia más pobre del país asiático y bajo responsabilidad española –también lo estaba la provincia de Herat–. Allí iban a combatir a los talibanes codo con codo con tropas estadounidenses. El Gobierno organizó un acto en la Base Príncipe de Paracuellos del Jarama (Madrid) y hasta allí fueron Zapatero y la cúpula militar española.

El vicepresidente norteamericano afirmó que quería "rendir tributo" a los "guerreros" que acompañan las tropas estadounidenses en Afganistán. "Cuando los soldados estadounidenses tienen que escoger quienes les acompañan en el combate, eligen unidades de élite valientes como las que tengo delante", continuó. Tras esto, aseguró que cumplían con "honor y orgullo" la "obligación" de combatir el terrorismo y les recordó que luchaban por la libertad. El presidente español aportó su visión de las Fuerzas Armadas. Según dijo, los soldados y civiles –en alusión a los cooperantes– desplegados en el país asiático "encarnáis la solidaridad española" y destacó que la presencia española había contribuido a "aumentar los niveles de educación" y a crear "puestos de trabajo".

Zapatero y Biden, en su visita a la sede de la BRIPAC.

Biden recordó a los cuatro militares españoles fallecidos en Haití pocas semanas antes y señaló que estas muertes eran una consecuencia del "liderazgo internacional". Tras esto, quiso "rendir tributo a vuestros cónyuges, hijos, padres, madres, hermanos… a los que esperan a los soldados. Soy padre de un hijo que ha vuelto de Irak, conozco los temores y las sensaciones que se tienen", dijo. Con la empatía mostrada por Biden, que incluía su propio sentimiento personal como padre, Zapatero recordó a los 93 muertos en misiones en el exterior que tenía en aquellos momentos España y señaló que "las familias tenéis nuestro cariño y la comprensión por vuestro dolor".

Tras asegurar que "mis compatriotas están en deuda con vosotros", el vicepresidente norteamericano cerró su intervención con un que "Dios os proteja, que Dios os bendiga". Alejado de giros religiosos, el presidente español se decantó por una frase para quienes en pocas semanas se iban a una guerra: "Mucha suerte".

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, conoce perfectamente España y tuvo incluso una sonora polémica con el Gobierno en 2009 a costa de la retirada de las tropas militares de Kosovo. La decisión unilateral no gustó a la administración de Barack Obama, que, en la persona del entonces vicepresidente, reprochó personalmente al entonces jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, lo sucedido. Ocurrió en marzo de 2009 en la ciudad chilena de Viña del Mar. Allí, en un 'cara a cara' entre ambos pudieron reconducirse las relaciones entre ambos países.

Moncloa intuía que la decisión de retirar a las tropas españolas de Kosovo no había gustado en la Casa Blanca y por eso Zapatero se desplazó hasta la cumbre de Viña del Mar para intentar verse con Biden. Fue un "encuentro informal" entre ambos y a la salida, el vicepresidente estadounidense declaró que daba el asunto por "cerrado". ¿Qué pasó en esa sala entre ambos? Un cable secreto de Wikileaks publicado por El País un año después ofrece detalles de aquella conversación privada. Un mensaje en el que se relata que Biden "criticó" y "pidió a España que consulte con EEUU antes" de retirar las tropas de otro país y que lo haga "de forma más transparente en el futuro".

La conversación entre Biden y Zapatero fue cordial. Aseguró que deseaba una colaboración genuina con España, pero que el cambio de relaciones era difícil y requería pasos recíprocos. "Cuando España retiró unilateralmente su misión de Kosovo hubiésemos apreciado más colaboración y que nos hubiesen advertido antes. Esta decisión es soberana para España y EEUU la respeta, pero tendríamos que haberlo discutido".

El cable continúa relatando que "Zapatero respondió que debía tratarse de un malentendido. España tomó la decisión de retirarse hace un año y no podía mantener su participación en una misión una vez que Kosovo declaró su independencia y fue reconocida por numerosas naciones. España es un país con divisiones, con una organización terrorista vasca que ha matado a 900 personas en su esfuerzo para separarse de España. Cualquier indicación de que el Gobierno español apoya la disolución de un país en componentes regionales sería muy sensible políticamente e impulsaría los separatismos. Por eso, España no siguió apoyando la misión en Kosovo. Sin embargo, Zapatero concedió que España tenía que haber realizado consultas más claras con EE UU antes de su retirada".

Hay que recordar que España había sido uno de los cinco países de la UE que no había reconocido la independencia de Kosovo, algo que también irritó a la administración de Obama tal y como se puede leer en otro cable que relata una reunión en febrero de 2009 entre la entonces secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, con el titular de Exteriores, que entonces era Miguel Ángel Moratinos.

Más allá de las críticas por Kosovo, el encuentro Biden-Zapatero en Viña del Mar sirvió para establecer una nueva relación trasatlántica entre Madrid y Washington. España venía de protagonizar un mandato tenso con Bush marcado por el desplante del socialista al paso de la bandera estadounidense en el desfile del 12 de octubre de 2013. Unos meses más tarde ganaba las elecciones y tomaba la decisión de retirar las tropas españolas de Irak.

"Zapatero abrió la entrevista felicitando al vicepresidente Biden por su victoria y dijo que había levantado en España y en toda Europa expectativas sobre una nueva relación con EE UU. Biden dio las gracias a Zapatero y añadió que las expectativas podrían ser demasiado altas y que el presidente Obama sabe que las altas expectativas tienen más que ver con los fracasos de las anteriores Administraciones que con la nueva Administración", se puede leer en el mismo cable secreto.

La Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas, más conocida como Brigada Paracaidista o BRIPAC, es una Gran Unidad constituida adiestrada y equipada para ser empleada como tal de acuerdo con la doctrina específica terrestre. Constituye, junto con el resto de brigadas de la Fuerza Terrestre, uno de los elementos fundamentales para la proyección de fuerzas, pudiendo ser proyectada como tal o servir de marco para la constitución de agrupamientos tácticos. Su carácter y su especialidad dan flexibilidad al empleo de la Fuerza en todo el espectro del conflicto.

"El vicepresidente Biden señaló que España y EE UU han trabajado como grandes socios en Irak y que necesitamos aumentar la cooperación entre nuestros dos países. La relación no ha sido todo lo positiva en los últimos años pero no había ninguna razón para que no pudiese cambiar de manera instantánea", prosigue el documento filtrado que cita a los siguientes altos cargo de Moncloa: Bernardino León, secretario general de Presidencia; Nieves Goicoechea, secretaria de Estado de Comunicación; Trinidad Jiménez, secretaria de Estado para Iberoamérica; y María Solanes, consejera para asuntos exteriores del presidente.

"Zapatero respondió que manejar la relación entre España y Estados Unidos bajo la Administración Bush era fácil para él. Cualquiera que fuese la posición que tomase la Administración Bush, tomaría la contraria y los números de las encuestas subirían. De forma sarcástica, Zapatero dijo: 'Eso es algo por lo que siempre estaré agradecido a la Administración Bush'. Ahora, sin embargo, España y Europa en general quieren un cambio en las relaciones con Estados Unidos. Europa es un grupo de naciones en las que Estados Unidos puede confiar", concluye.

Fue el inicio de una nueva etapa. Meses más tarde, en mayo de 2010, Biden visitaba España para reunirse con Zapatero en Moncloa y con el Rey Juan Carlos I. También quiso visitar a la Brigada Paracaidista (Bripac) que iba a partir a Afganistán. En Viña del Mar Zapatero llegó a bromear con Biden; aseguran que le había comentado que "España es uno de los lugares en los que le gustaría volver a nacer", un comentario que el vicepresidente estadounidense puntualizó con un "en la costa".

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Fesser destaca la importancia del logro de Kamala Harris: "Pequeño paso para la humanidad pero gigante para EEUU" La victoria de Kamala Harris como vicepresidenta de Estados Unidos es un hecho histórico que el corresponsal Guillermo Fesser ha querido analizar al detalle en El Intermedio.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, se despidió este martes entre lágrimas de Delaware, su estado de residencia y al que representó durante más de tres décadas en el Senado, al recordar a su hijo fallecido. "Saben, esto es algo sentimental, Jill me dijo que no me emocionara demasiado. Mi lamento es que mi difunto hijo no está aquí para ver cómo me convierto en presidente", dijo entre lágrimas Biden.

«Siempre seré un hijo orgulloso del estado de Delaware. Cuando muera, Delaware estará escrito en mi corazón», dijo un emocionado Biden a quienes se habían congregado para despedirle en el aeropuerto de la localidad de New Castle. El presidente electo dio las gracias al estado que lanzó su carrera política al elevarle al Senado en 1972, y que «desde entonces ha creído» en él, donde conoció a su esposa Jill y vio crecer a su familia.

«Aquí es donde, hace doce años, esperé en la estación de tren en Wilmington para que un hombre negro [Barack Obama] me recogiera de camino a Washington, para convertirnos en presidente y vicepresidente de Estados Unidos», recordó en referencia a la investidura del 2009. «Y donde hoy mi familia y yo vamos a volver otra vez a Washington, para reunirnos con una mujer negra con raíces del sur de Asia [Kamala Harris], y jurar nuestro cargo como presidente y vicepresidenta de Estados Unidos», añadió. Biden dio un breve discurso antes de dirigirse hacia la capital estadounidense, adonde partió en un avión privado, en lugar de hacerlo en uno del Gobierno, como es la tradición para los presidentes electos, según recoge Efe de la cadena CNN. El equipo de transición no aclaró por qué Biden no utilizó uno de los aviones presidenciales que suelen ponerse a disposición de los mandatarios electos para su viaje a la capital, y si se trató de una decisión del propio presidente electo o no, según CNN. El plan inicial de Biden era desplazarse en tren, el medio de transporte que utilizó a diario durante sus muchos años en el Senado para volver a casa en Wilmington (Delaware), pero su equipo descartó esa posibilidad por motivos de seguridad, tras el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero. El primer acto en Washington de Biden tendrá lugar la tarde de este martes a partir de las 17.00 (23.00 en España), cuando Harris y él participarán en una ceremonia de homenaje a las víctimas del covid-19 en el país, donde la pandemia ha dejado ya más de 400.000 muertos. En esa ceremonia, se iluminará el contorno de la piscina reflectante situada frente al Monumento a Lincoln, uno de los más icónicos de la capital y donde Martin Luther King dio su célebre discurso «I have a dream» («Tengo un sueño») en 1963.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Aunque aún deben ser confirmados por el Senado, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, tiene ya prácticamente decididos a todos los miembros del equipo con el que arrancará su legislatura, cuatro años en los que el demócrata pretende dar un giro total al maltrecho país que le deja en herencia Donald Trump. Y esa intención de cambio es, precisamente, lo primero que destaca en el nuevo Gobierno. Trump llegó a las elecciones con un gabinete compuesto por 20 hombres y cuatro mujeres, un único afroamericano (a la cabeza del Departamento de Urbanismo) y solo una latina (encargada de pequeñas y medianas empresas). Por contra, y aparte del hecho histórico de que Kamala Harris vaya a convertirse en la primera mujer en ocupar la vicepresidencia de EE UU, el gabinete de Biden será el más diverso de la historia del país y el primero con paridad de género. "Como prometí, este es un gabinete que representa cómo es Estados Unidos, y que aprovecha todo el abanico del potencial que tenemos en nuestra nación", dijo el presidente electo. Doce de los 24 nominados por Biden para su gabinete son mujeres (incluyendo dos candidatas para liderar Inteligencia Nacional y el Departamento del Tesoro, algo sin precedentes), menos de la mitad de todos los designados son de raza blanca (cuatro son latinos, uno de ellos al frente de inmigración), y habrá, si son confirmados, afroamericanos al frente de puestos tan importantes como el Departamento de Defensa o la representación ante la ONU.

La diversidad —presente no solo en los puestos de dirección, sino también en la composición de los departamentos en sí—, no es, en cualquier caso, el único denominador común del nuevo gabinete: la mayoría de los nombrados tienen una larga experiencia en cargos públicos de responsabilidad (a diferencia de muchos de los elegidos por Trump: millonarios, ideólogos o fieles al magnate que ocupaban puestos de gobierno por primera vez), y casi todos trabajaron anteriormente en la Administración de Barack Obama. Se trata, además, de perfiles ampliamente reconocidos en sus respectivos campos, y también afines, en principio, al ala más moderada del Partido Demócrata.

Algunos de los nominados por Biden: Antony Blinken, Lloyd Austin, Alejandro Mayorkas, Avril Haines, Linda Thomas-Greenfield, Janet Yellen, Gina Raimondo y Miguel Cardona .

De momento no habrá en el nuevo Gobierno estadounidense ningún Sanders (Biden reveló que estuvo a punto de incluir al senador por Vermont en su equipo, pero no quiso poner en riesgo el control demócrata del Senado) ni ninguna Ocasio-Cortez. Nadie a quienes los republicanos puedan acusar de 'socialistas', o que puedan despertar recelos en los demócratas más conservadores.

Porque aunque el Senado tenga ahora mayoría demócrata, y el riesgo de que los candidatos de Biden sean rechazados en la Cámara Alta sea menor, la lucha interna en el Partido Demócrata entre 'moderados' y 'radicales' no solo sigue existiendo, sino que es probable que marque muchos momentos clave de la nueva legislatura. Estos son, uno a uno, los nuevos hombres y mujeres más importantes del presidente:

- RELACIONES INTERNACIONALES Y SEGURIDAD NACIONAL -

Secretario de Estado: Antony Blinken.

Centrista y moderado como el propio Biden, Antony Blinken (58 años) se encargará de las relaciones internacionales al frente del Departamento de Estado (equivalente a un Ministerio de Exteriores), uno de los puestos con más peso en el Gobierno. Antony Blinken, conocido como Tony, ya fue número dos del Departamento durante los dos últimos años de la presidencia de Barack Obama. Habla francés de manera fluida y es un firme defensor del multilateralismo, por lo que tratará de reforzar las desgastadas relaciones con los países aliados, castigadas por la Administración de Trump durante los últimos cuatro años.

Antony Blinken, entonces Asesor Adjunto de Seguridad Nacional de EE UU, durante una rueda de prensa en la Casa Blanca en 2013.

El que con toda probabilidad será nuevo secretario de Estado cree en la acogida de refugiados en EE UU, y en Europa como socio principal. Con respecto al conflicto palestino-israelí no parece razonable esperar un gran cambio en la política estadounidense: Blinken defiende que la solución de dos Estados es "la única manera de defender el futuro de Israel como un Estado democrático y judío". Tendrá en sus manos, por ejemplo, la gestión de los planes de Biden de volver a integrar a EE UU en el Acuerdo de París contra el cambio climático.

Secretario de Defensa: Lloyd Austin.

La nominación del general retirado Lloyd Austin para secretario de Defensa (y jefe del Pentágono) es tan histórica —sería el primer afroamericano en ocupar el cargo— como polémica.

La controversia radica en una ley creada en 1947 y modificada en 2008, según la cual tienen que pasar al menos siete años para que los militares retirados puedan ocupar el cargo de secretario de Defensa. Puesto que Austin solo lleva cuatro años como civil, para incorporarse al gabinete de Biden, necesitará no solo el visto bueno del Senado, sino la aprobación de una excepción por parte de ambas cámaras del Congreso que le permita sortear la ley. Biden afirmó al proponerlo que "no pediría esta excepción si no creyera que este momento en la historia lo exige". Austin, de 67 años, fue jefe del Comando Central encargado de las operaciones en Irak, Afganistán, Yemen y Siria, la mayoría de los países en los que EE UU está en guerra. Como general del Ejército de Tierra, ocupó ese cargo entre 2013 y 2016, cuando se retiró tras casi 40 años de servicio.

El general Lloyd Austin, durante una comparecencia ante el Senado de EE UU en 2011, cuando era el comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak.

Secretario de Seguridad Nacional: Alejandro Mayorkas.

El equipo de Seguridad Nacional de Biden estará encabezado por un latino, el cubano-estadounidense Alejandro Mayorkas, quien ya ocupó un cargo en ese grupo durante el Gobierno de Obama. Mayorkas, subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) entre 2013 y 2016, encabezará una agencia que tiene a su cargo asuntos claves como la seguridad fronteriza y la inmigración. Nacido en La Habana en 1959, Mayorkas ha sido además director de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE UU, una de las dependencias que maneja el DHS.

Durante su gestión, lideró el desarrollo y la implementación del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en inglés), el plan que la Administración de Obama diseñó para proteger de la deportación a los miles de jóvenes traídos por sus padres indocumentados a EE UU cuando eran niños (los conocidos como dreamers, soñadores). Su nombramiento ha sido interpretado com un guiño de Biden a la inmigración tras cuatro años de mano dura de Trump.

Alejandro Mayorkas, en 2016.

Directora de Inteligencia Nacional: Avril Haines.

De ser confirmada por el Senado, Avril Haines, de 51 años, se convertirá en la primera mujer en dirigir el Departamento de Inteligencia Nacional de Estados Unidos. Haines sirvió en la Administración de Obama como abogada de Seguridad Nacional y fue subdirectora de la CIA entre 2013 y 2017. De hecho, fue también la primera mujer en ocupar ese segundo cargo, y durante el tiempo que estuvo en el puesto decidió no aplicar medidas disciplinarias contra el personal de la agencia al que un comité del Senado acusó de haber entrado de manera improcedente en sus ordenadores.

Avril Haines, durante una reunión con Barack Obama en la Casa Blanca.

Embajadora ante las Naciones Unidas: Linda Thomas-Greenfield.

La veterana diplomática Linda Thomas-Greenfield, de 68 años y nacida en Baker (Luisiana), será el rostro de Washington ante las Naciones Unidas, en lo que se prevé como el regreso de EE UU al multilateralismo. Thomas-Greenfield fue la secretaria de Estado Asistente para Asuntos Africanos entre 2013 y 2017. Desde ese puesto se encargó de coordinar las políticas de la Administración de Obama para África. Durante sus más de 35 años de experiencia en el servicio exterior de EE UU, ha sido embajadora en Liberia entre 2008 y 2012, y ha desempeñado diversos cargos en las legaciones de Kenia, Pakistán o Suiza. Abandonó la carrera diplomática en 2017 en medio de la controvertida renovación llevada a cabo por Trump en el Departamento de Estado.

Linda Thomas-Greenfield, con John Kerry.

- POLÍTICA ECONÓMICA -

Secretaria del Tesoro: Janet Yellen.

Si, como se espera, el Senado la ratifica como secretaria del Tesoro, Janet Yellen, antigua responsable de la Reserva Federal (Fed), será la primera mujer en ocupar esta esencial cartera (equivalente a un Ministerio de Finanzas, o de Economía), un hito que ya marcó al ser la primera presidenta del banco central estadounidense, entre 2014 y 2018.

Yellen será la encargada de liderar el trabajo del Gobierno en la recuperación económica de la crisis provocada por la pandemia. En la Fed, destacó por prestar más atención de lo habitual en sus predecesores al mandato de promover un mercado laboral fuerte, además de al mantenimiento de la inflación, lo que le costó algunas críticas de republicanos que consideraban que se estaba extralimitando. A sus 74 años, Yellen es una figura muy respetada en Washington. Es doctora en Economía por la Universidad de Yale y ha sido profesora en centros tan prestigiosos como Harvard, la London School of Economics, o Berkeley.

Janet Yellen, entonces presidenta de la Reserva Federal de EE UU, durante una conferencia en 2014.

Directora del Consejo de Asesores Económicos: Cecilia Rouse.

Cecilia Rouse es economista laboral y decana de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton. Fue miembro del Consejo de Asesores Económicos (CEA) durante la Administración de Obama, y del Consejo Económico Nacional durante la Administración de Clinton. Si es confirmada, Rouse será la pimera persona afroamericana en presidir la CEA.

Tiene dos hijas. Su esposo es Ford Morrison, hijo de la escritora Toni Morrison.

Representante de Comercio Exterior: Katherine Tai.

La letrada Katherine Tai ya trabajó para la Oficina del Representante de Comercio Exterior durante la presidencia de Obama, como la principal abogada encargada de asuntos con China. Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, Tai era la asesora comercial jefe de los demócratas en el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara Baja. Fue la segunda mujer de origen asiático nominada por Biden para ocupar un puesto de rango ministerial en su gabinete, después de que el presidente electo propusiera a Neera Tanden como directora de la Oficina de Administración y Presupuesto.

Katherine Tai, en 2018.

Secretaria de Comercio: Gina Raimondo.

La elegida para liderar el Departamento de Comercio es la actual gobernadora del estado de Rhode Island, y fue una de las candidatas que Biden llegó a considerar como vicepresidenta, antes de decidirse por Kamala Harris. Al principio de su carrera, Gina Raimondo fundó una empresa de capital de riesgo y fue la tesorera general de Rhode Island. Como gobernadora se ha centrado en formación laboral, préstamos para pequeñas empresas y energías limpias.

Gina Raimondo, en 2017.

Jefa de la Administración de Pequeñas Empresas: Isabel Guzmán.

Primera mujer latina elegida para el gabinete, Isabel Guzmán creció en California, trabajando junto a su padre en pequeños negocios veterinarios. Es, desde abril de 2019, la directora de la Oficina de Promoción de Pequeñas Empresas en ese estado, una posición para la cual fue designada por el gobernador Gavin Newsom. Guzmán es también fundadora de un negocio llamado GovContractPros, que ayuda a las empresas pequeñas en los trámites de contratos con el Gobierno federal. Durante el Gobierno de Obama ocupó un puesto ejecutivo en el mismo departamento del que ahora se hará cargo.

- OTROS MIEMBROS DEL GABINETE -

Fiscal General: Merrick Garland.

En 2016, Obama designó a Merrick Garland para el Tribunal Supremo, pero la mayoría republicana en el Senado bloqueó durante meses su confirmación para poder colocar a un magistrado más conservador después de las elecciones de ese año. La maniobra rompió el sueño del meticuloso juez federal, que lleva más de dos décadas en la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia. Ahora, Joe Biden ha decidido darle una segunda oportunidad, nominándolo como Fiscal General (equivalente a un ministro de Justicia) de EE UU. Garland, de 68 años, se estrenó hace décadas en el Departamento de Justicia como asistente del que entonces era fiscal general, Ben Civiletti. Ha asegurado que sus prioridades, si le confirma el Senado, serán "asegurar la igualdad racial en el sistema de justicia" y combatir "la amenaza cambiante del extremismo violento".

El juez Merrick Garland, durante su nominación para el Tribunal Supremo por parte de Barack Obama, en la Casa Blanca, en 2016.

Secretario de Salud: Xavier Becerra.

Actual fiscal general de California, Xavier Becerra, de origen mexicano, tiene más de 20 años de experiencia legislativa. Llegó a ser el hispano con mayor rango en el Congreso, ayudó a impulsar la aprobación de la ley conocida como Obamacare, y lideró en noviembre su defensa ante el Tribunal Supremo. Si es confirmado por el Senado, Becerra será el primer latino en dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos.

Xavier Becerra, en la convención del Partido Demócrata de California, en San Francisco, en 2019.

Secretaria de Vivienda y Desarrollo Urbano: Marcia Fudge.

Marcia Fudge, de 68 años, es congresista por Ohio en la Cámara Baja desde 2009 y anteriormente fue alcaldesa de la ciudad de Warrensville Heights, también en ese estado. Si es confirmada por el Senado, la legisladora demócrata será la segunda persona afroamericana con rango ministerial en el gabinete de Biden, junto al general retirado Lloyd Austin en Defensa.

Marcia Fudge, en 2016.

Secretario de Agricultura: Tom Vilsack.

Tom Vilsack, de 69 años, fue secretario de Agricultura durante los ocho años de la presidencia de Obama. Antes de llegar al Gobierno federal, Vilsack fue gobernador de Iowa, senador estatal y alcalde.

Secretario de Asuntos de los Veteranos: Denis McDonough.

Denis McDonough es también un viejo conocido de Joe Biden. Trabajó en la Administración de Obama como jefe de Gabinete, viceasesor de Seguridad Nacional y jefe de Gabinete del Consejo de Seguridad Nacional.

Secretario de Trabajo: Marty Walsh.

Marty Walsh, actual alcalde de Boston, fue miembro de la Cámara de Representantes de Massachussets y, anteriormente, presidente sindical. Durante sus dos legislaturas al frente de la alcaldía de Boston se ha centrado en cuestiones como el aumento del salario mínimo. Cuenta con el respaldo de los grandes sindicatos del país. Biden desveló que se planteó nominar como secretario de Trabajo a Bernie Sanders, su principal rival en las primarias demócratas y una de las figuras progresistas más influyentes de EE UU. Sin embargo, tras constatar el ajustado resultado de las elecciones al Senado en Georgia, decidió que no podía arriesgarse a dejar vacante el escaño por Vermont que ocupa Sanders, y que los republicanos pudieran conquistarlo y quitarles las riendas de la Cámara Alta.

El alcalde de Boston, Marty Walsh.

Secretario de Transporte: Pete Buttigieg.

Pete Buttigieg, exrival de Biden en las primarias demócratas y uno de los rostros emergentes del Partido Demócrata, podría convertirse en el primer miembro de la comunidad LGTBI en ser confirmado por el Senado de EE UU para un puesto de secretario en el Gobierno. Catapultado a la fama por las primarias, el exalcalde de South Bend (Indiana), pasó de ser un desconocido para la mayor parte de los estadounidenses a ser el favorito en la bancada moderada del partido, después de ganar por un estrecho margen los caucus de Iowa. Buttigieg, de 38 años y abiertamiente gay, se perfiló como un milenial modélico que mezclaba su mensaje de esperanza con valores profundamente cristianos y la constante reivindicación de su condición como veterano del Ejército, ya que combatió en Afganistán.

Pete Buttigieg, durante un encuentro con votantes en Merrimack, New Hampshire.

Secretaria de Energía: Jennifer Granholm.

Gobernadora de Michigan entre 2003 y 2011, Jennifer Granholm es una defensora del vehículo eléctrico y del desarrollo de tecnologías energéticas alternativas, por lo que su nombramiento se interpreta como un espaldarazo de Biden al combate a la crisis climática. El Departamento de Energía está encargado del mantenimiento del programa de armas nucleares, algo en lo que Granholm no tiene experiencia y que consume aproximadamente el 75% de su presupuesto, unos 27.000 millones de dólares.

La exgobernadora de Míchigan Jennifer Granholm, en 2019, en San Francisco, California.

Secretaria de Interior: Deb Haaland.

La legisladora Deb Haaland será, si es confirmada por el Senado, la primera nativa americana al frente del Departamento de Interior. Su elección supone un punto de inflexión en los 171 años de historia del departamento encargado de administrar los recursos naturales del país, incluidos los territorios tribales, y que ha tenido una relación complicada con las 574 tribus reconocidas a nivel federal en EE UU. Haaland prometió que convertirá el departamento en una institución que mitigue la crisis climática, tras años en los que ha sido el principal promotor de los combustibles fósiles.

Secretario de Educación: Miguel Cardona.

El latino Miguel Cardona es un antiguo profesor de escuela pública y el actual encargado de supervisar todos los centros educativos en el estado de Connecticut. Con la propuesta de Cardona, Biden cumple con su promesa de elegir a un profesor como secretario del Departamento de Educación. Nacido en Connecticut de padres puertorriqueños, Cardona ejerce desde 2019 como secretario de Educación de ese estado, un puesto desde el que ha tenido que supervisar la enseñanza a distancia de miles de estudiantes debido a la pandemia. Cuando los centros de enseñanza cerraron sus puertas, Cardona se apresuró a entregar 100.000 ordenadores portátiles a los estudiantes de su estado para asegurarse de que podían seguir las clases.

- OTROS PUESTOS CLAVE -

Director de la CIA: William Burns.

Willliam J. Burns es un veterano diplomático que acumula tres décadas de experiencia en el servicio exterior (desde 1982) y que, entre otros cargos, ha sido embajador en Rusia (2005-08) y adjunto al secretario de Estado (2011-14). Biden ha asegurado que Burns comparte con él la convicción de que los servicios de inteligencia deben ser "apolíticos" y que sus servidores han de ser vistos con "gratitud y respeto", al tiempo que señala que los estadounidenses "dormirán más tranquilos" con él al frente de la CIA. Será el primer jefe del servicio de inteligencia, espionaje y contraespionaje que procede del Departamento de Estado, con lo que su perfil se adapta más al de un diplomático que al del más típico "halcón" nombrado tradicionalmente al frente de la CIA. Burns suma a su largo currículum su experiencia en el proceso de paz en Oriente Medio y en el acuerdo nuclear con Irán durante la Administración de Obama.

El entonces al subsecretario de Estado de EE UU William Burns, en Seúl (Corea del Sur), en 2014.

Administradora de la Agencia para el Desarrollo Internacional: Samantha Power.

Samantha Power trabajó para la Administración de Obama como embajadora de EE UU ante las Naciones Unidas y, anteriormente, formó parte del personal del Consejo de Seguridad Nacional como asesora especial del presidente y directora sénior de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos. De origen irlandés y licenciada en Artes por la Universidad de Yale, Power comenzó su carrera como corresponsal de guerra en Bosnia y, antes de su servicio en el Gobierno, fue directora ejecutiva fundadora del Centro Carr para Políticas de Derechos Humanos en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard.

Samantha Power, en Ginebra, Suiza, en 2010.

Directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades: Rochelle Walensky.

La doctora Rochelle Walensky, experta en enfermedades infecciosas de la Escuela de Medicina de Harvard, y que ejerce actualmente en el Hospital General de Massachusetts, en Boston, es la elegida como próxima directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Walensky será uno de los principales nombres en la lucha contra la pandemia, junto al propuesto como secretario de Salud, Xavier Becerra; el epidemiólogo principal del país, Anthony Fauci (como asesor médico jefe de Biden); Jeffrey Zients, un exfuncionario de la Administración de Obama y que dirigirá la respuesta a la COVID-19 desde la Casa Blanca; y el doctor Vivek Murthy, nominado a cirujano general de EE UU, cargo que ya ocupó en los últimos años de Obama.

Director de la Agencia de Protección Medioambiental: Michael Regan.

Michael Regan es actualmente es el máximo responsable de calidad ambiental en Carolina del Norte y previamente trabajó en la Agencia de Protección Medioambiental durante las administraciones de Bill Clinton (1993-2001) y de George W. Bush (2001-2009). "Vamos a actuar con urgencia contra el cambio climático, protegiendo el agua e implementando un marco de justicia medioambiental", ha prometido Regan, quien, no obstante, también ha tendido una mano a la industria de los combustibles fósiles para encontrar "puntos en común" y trabajar por un futuro mejor. De ser confirmado por la Cámara Alta, será el primer afroamericano en liderar el organismo.

- CASA BLANCA, CONSEJEROS Y ENVIADOS ESPECIALES -

Jefe de Gabinete: Ron Klain.

Abogado y asesor de Biden durante años (incluyendo la etapa del Gobierno de Obama, la etapa en el Senado y la campaña electoral), Ron Klain será el Jefe de Gabinete del nuevo presidente, un puesto de gran influencia cuyo responsable es el encargado de dirigir la Casa Blanca en nombre del mandatario. Klain, que fue el responsable de la respuesta de la Casa Blanca a la crisis del ébola en 2014, ha sido muy crítico con la gestión de la pandemia del coronavirus por parte del Gobierno de Trump.

Ron Klain (en el centro), durante una reunión con Barack Obama en la Casa Blanca, en 2014.

Consejero de Seguridad Nacional: Jake Sullivan.

Jake Sullivan, de 43 años, se perfila como uno de los asesores de Seguridad Nacional más jóvenes que ha tenido la Casa Blanca en décadas (el segundo más joven después de McGeorge Bundy, que ocupó el cargo con 41 años bajo el mandato de Kennedy). Con una amplia trayectoria en exteriores, fue también asesor de seguridad nacional de Biden durante su segundo mandato como vicepresidente de Obama, y subjefe de Gabinete de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, quien le definió como "un talento que se encuentra una vez en cada generación". Sullivan tuvo un papel determinante en las negociaciones que condujeron al acuerdo nuclear con Irán en 2015.

Enviado Presidencial Especial para el Clima: John Kerry.

Biden ha escogido a un peso pesado de la política estadounidense, John Kerry, para el nuevo cargo de Enviado Especial para el Clima (el llamado zar del clima), con el que el presidente electo quiere recalcar la urgencia de la lucha contra el calentamiento global por parte de su Administración. De 76 años y nacido en Aurora (Colorado), Kerry es exsenador, ex secretario de Estado (entre 2013 y 2017, con Obama) y exaspirante demócrata a la Presidencia en 2004. En 2015, fue precisamente él quien ratificó la entrada de EE UU en el Acuerdo del Clima de París. Su nombramiento no requiere la confirmación del Senado.

Director del Consejo Económico Nacional: Brian Deese.

Como su principal asesor económico, Biden ha elegido a Brian Deese, quien jugó un importante papel en la negociación del Acuerdo de París bajo el Gobierno de Obama. Es otro de los nombramientos que pone de manifiesto la intención de Biden de usar su política económica para luchar contra el cambio climático. Al igual que en el caso de Kerry, este puesto tampoco necesita ser ratificado por el Senado. Deese, de 42 años, lleva casi dos décadas trabajando para políticos demócratas: primero asesoró al propio Kerry durante su campaña presidencial de 2004 contra el entonces presidente George W. Bush (2001-2009) y, más tarde, trabajó para Hillary Clinton y para el después mandatario Barack Obama en los comicios de 2008.

Brian Deese, quien jugó un importante papel en la negociación del Acuerdo de París bajo el Gobierno de Barack Obama (2009-2017).

Secretaria de Prensa: Jen Psaki.

Jen Psaki es miembro del equipo de transición presidencial de Biden. Anteriormente trabajó en la Administración de Obama como directora de comunicaciones y portavoz del Departamento de Estado. Psaki también trabajó en las dos campañas presidenciales de Obama y en la campaña presidencial de 2004 de John Kerry.

Directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales: Julie Chávez Rodríguez.

La latina Julie Chávez Rodríguez, que trabajó también en el equipo de la campaña electoral de Biden, pasará a ocupar el puesto de directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca. Chávez Rodríguez es nativa de California con ascendencia mexicana y nieta del líder de derechos civiles César Chávez. Estuvo trabajando en la campaña presidencial de Kamala Harris como directora político-nacional y jefa de personal itinerante. Durante la Administración de Obama, fue asistente especial del presidente y subdirectora principal de la Oficina de Participación Pública. También ha trabajado en el Departamento de Interior.

Asesor Principal de la Primera Dama: Anthony Bernal.

El elegido para el puesto de Asesor Principal de la Primera Dama (la esposa del presidente, Jill Biden) Bernal fue jefe de personal y subdirector durante la campaña y ha trabajado para la familia Biden durante más de una década. Nacido en Arizona y graduado de la Universidad de Texas en El Paso, Bernal trabajó con el presidente Bill Clinton y el vicepresidente Al Gore y también ha ocupado varios puestos en el sector privado, incluso en relaciones internacionales en Coca-Cola.

Jefa de Gabinete de la Primera Dama: Julissa Reynoso Pantaleon.

Reynoso Pantaleon es socia de un bufete de abogados global y ha sido nombrada como jefa de personal de Jill Biden. En la Administración de Obama, desempeñó el cargo de embajadora de Estados Unidos en Uruguay y fue subsecretaria de estado adjunta para el hemisferio occidental. Es originaria de la República Dominicana y emigró a los Estados Unidos cuando tenía 7 años. Creció en el Bronx y se graduó entre la Universidad de Harvard, la Universidad de Cambridge y la Facultad de Derecho de Columbia.

Vicesecretaria de Salud y Servicios Humanos: Rachel Levine.

La elegida para ocupar la Vicesecretaría del Departamento de Salud y Servicios Humanos ha sido a la doctora Rachel Levine, que sería la primera persona abiertamente transgénero en ocupar un cargo de este nivel federal si recibe el apoyo del Senado. Hasta ahora era secretaria de Salud de Pensilvania y una de las responsables de la gestión de la pandemia en el estado; puestos que, según el presidente electo, Joe Biden, ha alcanzado al demostrar una profunda experiencia y ser una servidora pública efectiva.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La explosión del acorazado maine, ¿atentado o accidente? En 1898, el gobierno y la opinión pública de EE. UU. culparon a España de la destrucción del Maine. Hoy muchos piensan que fue un accidente. ¿Qué papel jugó este acontecimiento en la Guerra de Cuba?

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

NUBE DE

ETIQUETAS

LIBRERÍA

RELACIONADA

FILMOGRAFÍA

RELACIONADA

NOVEDADES EDITORIALES